Rurouni Kenshin y todos sus personajes no son míos son de Nobuhiro Watsuki, por si alguien no se había enterado todavía.

Voy a contestar en general porque casi todos me habéis hecho comentarios parecidos. Primero gracias por tomaros la molestia de hacer reviews, es un motivo más para decidirme a salir de la cama por las mañanas, segundo algunas aclaraciones en general:

- para este fic Ken es un poco más alto que en el manga/anime, pongamos que le saca una cabeza a Kaoru, y de tanto ejercicio está cachitas así que no es de extrañar que traiga loquita a Kaoru y a todas nosotras. Además Battousai siempre ha tenido esa parte sexy de chico malo que admitámoslo, nos encanta a todas y que el rurouni  no tiene. Por otro lado, recordad que Kenshin sigue teniendo sueños con Kaoru y que no ha estado cerca de una chica desde hace muuucho tiempo y las hormonas son las hormonas incluso para él.

- Shissio se va y no va a aparecer hasta el final, y lo mismo para Soujiro, que realmente no se qué voy a hacer con él porque me resisto a que sea malo del todo, en fin el tiempo y lo que se me ocurra lo resolverán

-he sido víctima de la gripe y no he podido actualizar antes. Gomen, pero creo que con este capítulo me lo perdonaréis

y tercero aclaraciones en particular:

Kaoru-dono18: no puedo contestarte a eso!! Me boicotearía a mi misma, pero de alguna forma tiene que enterarse del pluriempleo de Kenshin ¿no?

Kaory Kamiya: tranquila, me tomo tus mails como criticas constructivas. Quiero que este fic me quede lo mejor posible y me ayudas mucho con tus comentarios. De verdad, te los agradezco de corazón

Y ahora por fin, el nuevo capítulo:

9. Un visitante inesperado

Su primer pensamiento aquella mañana fue que era sábado. Le encantaban los sábados, significaban que podía estar en la cama cuanto quisiese por no tener que ir a ningún sitio. Kaoru se desperezó entre las mantas de su cama sin querer abrir los ojos, inhalando como cada mañana el aroma de Kenshin a su alrededor. Y como todas las mañanas no pudo evitar pensar en la extraña relación que habían construido. Oficialmente eran sólo amigos. Oficialmente vivían en casas separadas. Oficialmente Kenshin era sólo un vecino muy amable que la acompañaba a todas partes para ayudarla con las bolsas de la compra y ella, en agradecimiento, le invitaba a ver la tele por las noches, porque él no tenía en casa. Kaoru suspiró. Oficialmente, pero la realidad era muy distinta. La realidad era que todos los días Kenshin y ella desayunaban y cenaban a solas. La realidad era que cada día ella se dormía en el sofá con la cabeza en el regazo del pelirrojo o apoyada en su hombro. La realidad era que cada mañana despertaba en su cama, sola, pero con el aroma de Kenshin por toda la habitación y más concretamente en una zona tibia a su lado, como prueba invisible de que pasaba todas las noches con ella, en su cama. La realidad era que, salvo para ducharse y cambiarse de ropa, Kenshin no pisaba apenas su propia casa. La realidad era que, prácticamente vivían juntos como una pareja. Y eso era lo que atormentaba a Kaoru, el 'prácticamente'.

Eran casi una pareja, salvo por un pequeño detalle y ella no estaba muy segura de qué era lo que esperaban el uno del otro. Había momentos, cuando la miraba que sus ojos brillaban dorados y casi podía sentir sobre su piel el ansia, el deseo que mostraban aquellos ojos para que, al instante siguiente, Kenshin bajara los párpados haciendo desaparecer la tonalidad dorada y volver de nuevo a su pose de sincera amistad, haciéndola dudar de si su mente le estaba jugando malas pasadas. Poco a poco llegó a la conclusión de que el primer paso tendría que darlo ella, pero no estaba segura. ¿Y si lo había entendido todo mal?¿Y si sólo la quería como una hermana pequeña?¿Y si ella misma había confundido amistad con amor? Después de todo lo que había pasado en los últimos meses, no era de extrañar que se hubiera aferrado de esa forma a Kenshin, dejando que él se transformara en su armadura contra los peligros del mundo. Le estaba inmensamente agradecida por todo lo que había hecho por ella y por todo lo que seguía haciendo. Además era su único contacto real con el mundo exterior, porque su relación con los demás vecinos era más bien de saludos breves por la calle. Kaoru frunció un poco el ceño, la señora Futwoka había conseguido destruir su reputación con sus chismes y casi todos los vecinos la miraban por encima del hombro, pero a ella esas minucias ya no le afectaban. Además el lunes comenzarían por fin sus clases en la Universidad y conocería gente nueva. Nuevos amigos, ¿cómo afectaría eso a su relación con Kenshin? Eran demasiados pensamientos serios para un sábado por la mañana.

De un salto Kaoru salió de la comodidad de su cama y se dirigió al cuarto de baño. Instantes después, ya lavada y peinada pero aún con su pijama puesto se dirigió a la cocina para ver qué apetitoso desayuno le estaba preparando su pelirrojo favorito. No encontró a Kenshin pero sí una nota diciendo que había ido a la panadería a por bollos recién hechos. La boca se le estaba empezando a hacer agua al pensar en los bollos cuando el timbre son

-"Vaya Kenshin, ¿no me digas que te has olvidado la llave?" – dijo abriendo la puerta con una gran sonrisa en la cara

-"No, afortunadamente no vivo en semejante lata de sardinas. Pero si vienes incluida en la casa, no tendría ningún problema en que me dieras una llave" – desde el otro lado de la puerta un hombre maduro le sonreía divertido. Tenía el pelo largo y negro hasta los hombros, vestía ropa cara de sport y un pendiente con un diamante en su oreja izquierda. Era el hombre más atractivo que Kaoru había visto en toda su vida pero sus palabras y el aire de superioridad que irradiaba estropeaban el efecto. Kaoru suspiró y se alegró de haber dejado la cadenita de la puerta puesta, así sería más fácil cerrarla. El hombre entendió su gesto de querer cerrar la puerta y la detuvo atravesando su pie en el marco.

-"Espera, espera, muchacha. Antes me confundiste con un tal Kenshin. Lo estoy buscando, pero creí que vivía en la puerta de al lado"

-"Si sabe que vive en la puerta de al lado, ¿qué hace tocando en ésta?" – preguntó ella recelosa

-"Ajá una chica lista, justo lo que mi baka deshi necesitaba. He llamado allí antes, pero como no abría se me ocurrió que tal vez tú supieras dónde está. Y es evidente que sí" – la sonrisa del hombre aumentó de forma pícara –"Como también es evidente que si le estabas esperando en semejante atuendo ya se porque no he podido localizarle en su casa"

-"MOU" – aquello era demasiado, Kaoru cerró la puerta de un golpe en las narices de semejante tipo, haciéndole de paso bastante daño en el pie. El timbre volvió a sonar, y a su pesar, Kaoru volvió a abrir la puerta

-"Vale, lo he captado, no volveré a tocar el tema. Pero mira, soy amigo de tu Kenshin y está a punto de llover, así que déjame pasar de una vez"

-"Mi Kenshin como usted dice, no está así que ESPERELO EN LA CALLE"- dijo ella antes de cerrar de nuevo la puerta. Instantes después el timbre volvió a sonar ¿Pero es que este tipo no se cansa nunca? pensó Kaoru al borde de un ataque de nervios. Esta vez se encontró con una vieja fotografía en su cara al abrir la puerta

-"Mira ¿ves? Esta es mi amada Nadesico, con mi hija Tomoe, baka Shinta y mi baka deshi"- dijo el hombre señalando con su dedo a las personas de la foto. La misma foto que Kenshin tenía en su casa, pero en mejores condiciones

-"¿Su hija Tomoe?, ¿entonces es usted el padre de Kenshin?" –preguntó ella confundida

-"Ni hablar chiquilla, no me insultes ¿de dónde habría sacado semejante pelo? Pero mejor me abres y te lo explico dentro, está empezando a llover"

Kaoru dudó un instante, pero el sujeto, aunque bastante irritante no parecía peligroso y además conocía a Kenshin sin duda. La curiosidad pudo con ella y minutos después estaban los dos instalados en la salita, reanudando su conversación

-"Nadesico y yo estuvimos casados unos tres años, los suficientes para tener a Tomoe. Pero después incomprensiblemente me pidió el divorcio, solo por un par de infidelidades"

-"¿No me diga?¿sólo por un par"- dijo Kaoru irónicamente

-"Sigo sin comprender por qué me dejó. Después de todo sabía que yo la quería. Es la única mujer a la que he amado realmente en toda mi vida, y ella me dej

-"Quizá si le hubiera sido fiel"

-"Mi amor es totalmente fiel, fue mi cuerpo"

-"Ya. ¿Entonces ella le dejó y se casó con el padre de Kenshin?"

-"Hai. Shinta Himura, no sé que pudo ver en él. Era simpático, la hacía feliz y todo eso, pero un completo idiota"

-"Si la hacía feliz es suficiente"- dijo ella mirando de nuevo la foto. Se podía percibir que eran una familia muy feliz

-"Lo que sea. El caso es que el baka crió bien a mi Tomoe, eso se lo tengo que agradecer, y tuvieron a mi baka deshi"

-"¿su baka deshi?"

-"Mi baka deshi, tu Kenshin ¿qué importa? Era el hijo de mi mujer, tenía que ser mi heredero, así que le entren

-"El hijo de su mujer tenía que ser su heredero, aunque usted no fuera el padre"- Kaoru estaba perdida ante la extraña lógica del maestro de Kenshin –"¿Y qué le enseñó?"

-"¿No lo sabes? Soy Seijuro Hiko XXXI, maestro del Hitten Mysurugi Ryu. A mi muerte, el baka deshi heredará el título. Es una lástima lo del nombre, se perderá la tradición, el nombre de Seijuro Hiko ha pasado de padres a hijos junto con el título desde antes de la era Meiji. Intenté convencer a Nadesico para que respetara la tradición, pero se neg

-"¿Quería que Kenshin se llamara como usted?"

-"Por supuesto, Seijuro Hiko XXXII pero el baka Shinta no lo permitió. Me dijo que si quería entrenarlo estaba bien, pero que era su hijo no el mío"

-"¿Y por qué no entrenó a Tomoe? Después de todo ella si era su hija"

-"UNA MUJER, UNA MUJER MAESTRA DEL HITTEN, TODOS MIS ANTEPASADOS SE REMOVERÍAN EN SUS TUMBAS"- dijo Hiko poniéndose de pie. Kaoru se apresuró a cambiar de tema

-"Entonces usted se encargó de Kenshin después de la muerte de sus padres"

-"¿Nani?"- Hiko todavía estaba de pie con el puño en alto pensando en la afrenta contra sus antepasados así que tardó en responder –"Ah, no. Tomoe se quedó con él, acababa de cumplir los 18 así que los asistentes sociales se lo permitieron"

-"Creí que Tomoe había muerto con sus padres"

-"No. Ni ella ni mi baka deshi iban en el coche. Pero Tomoe no tardó mucho en reunirse con ellos"- por primera vez en toda su conversación, Hiko parecía tomarse algo en serio –"6 meses después. Cuando todos creímos que ya habíamos superado el dolor nos volvieron a golpear. Kenshin tenía 13 años y me lo traje a casa. No podía permitir que lo metieran en un orfanato. No al hijo de mi Nadesico. No volvió nunca a ser el mismo. Hasta entonces se había tomado su entrenamiento como una diversión con el loco de su sensei, pero después se lo tomó muy en serio. Dominó el Hitten completamente con apenas 15 años, como en los tiempos de los samuráis."

-"Usted...¿usted sabe qué le pasó a Tomoe?"

-"Si lo que me estás preguntando es cómo murió mi hija, así es. Fui el único al que quiso contárselo. Ni siquiera ese loquero de Katsura, Gensai, pudo sacárselo"

-"¿qué?"- esos nombres eran desconocidos para ella

-"Pregúntaselo. Si necesitas saberlo, él te responderá"- la voz de Hiko era triste, hasta que dio por zanjado el tema y volvió a ser él mismo –"y ahora muchachita, ya que has probado al alumno ¿quieres probar al maestro?"- dijo guiñándole un ojo

-"¿qué?...¡QUE! HENTAI!!!!! VIEJO PERVERTIDO PERO QUÉ SE HA CREÍDO"

-"Vamos reconócelo, me has estado comiendo con los ojos todo el rato"

-"Yo no he hecho tal cosa"

-"Pues claro que sí ¿verdad baka deshi?"- un empapado Kenshin había entrado con una bolsa de la panadería y se había quedado helado al ver a su maestro y a Kaoru discutiendo en la salita

-"ORO Hiko sensei, ¿qué hace aquí?"

-"No me iba a quedar esperándote en la puerta con semejante tormenta. Y tu mujer me ha dejado pasar para seducirme"

-"¿¿seducirle?? Tienes un ego del tamaño de un rascacielos" – Kaoru estaba realmente enfadada y buscaba desesperadamente algo con qué golpearle

-"¡¡¡mi mujer!!!"- Kenshin había dejado caer la bolsa de la impresión, pero volvió en sí –"Kaoru-dono podrías llevar esto a la cocina y preparar café. Muy cargado. Lo vamos a necesitar" – ella asintió y recogió la bolsa, deseando perder de vista al maestro. Ambos la siguieron con la mirada hasta que se perdió en la cocina

-"Sensei por favor, le agradecería que dejara a Kaoru-dono tranquila. Ella no es como las mujeres a las que está acostumbrado"

-"Sí, sí, ya lo sé, sé reconocer una buena chica cuando la veo. Pero si no te acuestas con ella no veo por qué no debiera intentarlo yo"- las palabras murieron en la boca de Hiko cuando Kenshin se volvió con sus ojos dorados brillando amenazadores. Hiko le sostuvo la mirada un rato y sonrió –"de modo que mi baka deshi sigue siendo un completo idiota con las mujeres. No permitirás que nadie le ponga un dedo encima, pero por supuesto, tú tampoco lo harás. Es una idea bastante retorcida ¿no te parece?"

-"Es ella quién debe decidir con quién quiere estar"

-"Oh sí, por supuesto, un bonito ideal. Y tú te quedarás al margen si no te elige"

-"Exacto"

-"BAKA. ¿Tienes idea de cuánto duele eso? ¿De ver cómo día tras día vas perdiendo gota a gota lo que más quieres en este mundo? ¿Cómo te hierve la sangre al ver que otro la toca?¿al imaginar lo que hacen juntos?¿Por qué crees que bebo tanto?"

-"Yo no soy como usted sensei"

-"Claro que no eres como yo. Sé como eres, yo mejor que nadie lo sé. Y te digo que si dejas que se vaya con otro le matarás. Le matarás por tocar lo que te pertenece, igual que matarías a un ladrón que ha entrado en tu casa. Le matarás y te alegrarás de haberlo hecho"

-"También puede quedarse conmigo"- sus ojos habían ido perdiendo el tono dorado por el violeta

-"Seguro. Adorándola a escondidas y poniendo distancia entre vosotros con eso del 'dono' ¿crees que no me he dado cuenta?¿a quién pretendes engañar? Seguro que sueñas con ella cada noche. Tienes tan poco espíritu como tu padre. No sabes cómo tratar a las mujeres"

-"Pero mi madre lo eligió a él, en vez de a ti"- a pesar de ser violetas, los ojos de Kenshin volvieron a brillar dorados, sabiendo que había dado en el blanco.

-"Como sea. ¡Ah, aquí estás de nuevo! Mira que has tardado, ¿es que ni siquiera sabes hacer café?" – Kaoru rodó los ojos y recitó internamente algún mantra para evitar tirarle la bandeja con el café y los bollos a la cabeza. Kenshin le quitó la bandeja de las manos y la dejó en la mesa a una distancia segura

-"Y bien, sensei ¿qué está haciendo aquí?"

-"Tenía un asunto en Tokyo y decidí hacerte el honor de hospedarme en tu casa, baka deshi"

-"¿Y por qué no le hace el honor a un hotel?"- murmuró Kaoru entre dientes

-"¿Qué asunto sensei?" – Kenshin prefirió pasar por alto el comentario de Kaoru, por muy de acuerdo que estuviera con él

-"Durante el fin de semana hay un campeonato de artes marciales y quieren que haga una exhibición del Hitten mañana, en la ceremonia de clausura. Había pensado que podíamos luchar los dos. Dar un buen espectáculo y demostrar una vez más al mundo que el Hitten es insuperable. Seguro que a tus alumnos les encantaría verte en acción"

-"¿Quiere que yo pelee contra usted en la exhibición?"- sus ojos brillaron de nuevo por la excitación de semejante combate. Hacía mucho tiempo que no peleaba con alguien digno de sus habilidades

-"Hai, como cuando eras un muchacho. No es la primera vez, ni siquiera tendríamos que ensayar ¿o es que has olvidado todo lo que te enseñé?"- tomó el brillo de los ojos de su alumno como una respuesta afirmativa –"De todas formas contéstame luego. Ha sido un largo viaje desde Kyoto y quiero dormir, ¿todavía dejas las puerta del patio abierta verdad? Me quedo con tu casa baka deshi, total no la usas"- sus últimas palabras vinieron del patio porque sin esperar ninguna aprobación, Hiko y su equipaje se fueron hacia la casa de Kenshin.

-"De modo que este es tu sensei, el hombre que te lo enseñó todo"

-"Hai Kaoru-dono"- dijo Kenshin bajando la cabeza un poco avergonzado

-"Eso explica muchas cosas"

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Kaoru giró de nuevo en la cama, incapaz de conciliar el sueño. Las dos de la madrugada y sin dormir. Le faltaba algo. Faltaba el calor de Kenshin a su lado y su olor en la habitación. Por un momento se arrepintió de no haber accedido a las desesperadas súplicas de los ojos violetas de Kenshin, cuando amablemente sugirió que ella les acompañara, pero una noche de parranda con Hiko era algo en lo que no tenía ninguna gana de participar. Así que se había quedado sola en su casa, mientras veía como un muy sonriente Hiko arrastraba literalmente a su alumno dentro del taxi.

En el silencio de la noche escuchó ruidos procedente de la casa de al lado. Kaoru se sentó en la cama para tener mejor acústica. Ahora podía escuchar mejor las voces pero no lo que decían, aunque tampoco era necesario. Sin ninguna dificultad distinguió la ronca risa de Hiko y unas palabras pronunciadas con voz pastosa, a las que rápidamente respondió no una sino dos risitas femeninas. Estaba claro que la fiesta aún no había acabado y Kaoru por un momento, se sintió traicionada. Traicionada de que Kenshin estuviera allí, en aquella habitación disfrutando de la compañía de dos mujeres que seguramente acababa de conocer en vez de estar aquí con ella. Eso fue hasta que la puerta de su habitación se abrió silenciosamente y la figura de Kenshin se dibujó en la penumbra. Kaoru tragó saliva y se ruborizó al máximo mientras él se quedaba helado en el marco de la puerta, los ojos fijos en los de ella, sabiéndose descubierto y esperando su reacción. El corazón de Kaoru latía a máxima velocidad, una cosa era creer que dormía con ella y otra muy distinta es saberlo. Podía aceptar el hecho de que Kenshin permaneciera a su lado cuando la llevaba a la cama desde el sofá, dormida, pero ver cómo él mismo se metía en su cama ¡era completamente diferente! Kenshin pareció leer su mente porque sin dejar a mirarla a los ojos, comenzó a retroceder. Sintiendo renacer en su interior esa sensación de vacío que le había acompañado toda la noche, Kaoru se movió lentamente hacia un lado de la cama, dejándole su sitio habitual junto a ella. Muy mortificada, apartó la vista y se mordió el labio hasta que notó cómo el colchón cedía ante el nuevo peso y las sábanas eran adaptadas a la nueva situación.

-"No te has quedado con ellos"- era tanto una afirmación como una pregunta

-"Mi sitio está a tu lado Kaoru-dono, ya te lo dije"- susurró en la oscuridad

-"Encontrasteis compañía"

-"Hiko suele encontrar ese tipo de compañía fácilmente, pero a mí..."

-"..te dan dolor de cabeza"- completó la frase Kaoru, recordando su primera conversación –"¿Tomoe también te daba dolor de cabeza?"- Kaoru seguía sin mirarle, sentada en la cama mirando hacia la pared, en la oscuridad, preguntándose por qué había hecho semejante pregunta. Kenshin tardó en contestar

-"El dolor de Tomoe es distinto Kaoru-dono"

-"Tu conoces mis fantasmas Kenshin, deja que yo conozca los tuyos y pueda ayudarte" – Kaoru se giró para mirarle a los ojos. Aquellos ojos eran un torbellino de colores aún en la penumbra de la habitación. Lo escuchó suspirar profundamente y cerrando los párpados, como evocando las imágenes en su mente empezó a hablar

-"Mis padres murieron en un accidente de coche. Yo tenía 13 años y Tomoe 18. Una noche, no mucho después, estábamos en casa cuando tres tipos entraron por la puerta trasera. Estaban armados con pistolas y parecían muy drogados. Parece ser que acababan de robar en una joyería cercana y se querían esconder en nuestra casa hasta que la policía despejara la zona. Entonces se dieron cuenta de que estábamos nosotros solos, y de que Tomoe era muy bonita." – su voz era apenas un susurro y mantenía los ojos cerrados –"Yo traté por todos los medios de protegerla así que cogí la katana que me había regalado Hiko, creí que lo conseguiría, pero me desarmaron fácilmente. El que parecía el jefe me arrebató la espada y tuvo una ideal genial: dos tajos en forma de cruz en mi mejilla, para que nunca pudiera olvidar mi acto tan heroico."- Kenshin sintió el respingo de Kaoru a su lado –" Ni siquiera sentí dolor, solo podía pensar que había fallado. Mi padre me dijo que cuidara de ella y no pude"- las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos cerrados, lenta y dolorosamente -" Después de firmar en mi cara se la llevó arriba, al dormitorio, mientras los otros dos me vigilaban. La escuché gritar de miedo y de dolor, mientras los otros se reían y hacían comentarios sobre lo bien que lo iban a pasar cuando les llegara el turno de irse con ella. De repente el hombre gritó de dolor y al instante siguiente Tomoe caía rodando por las escaleras. Estaba toda magullada y la ropa rota con manchas de sangre, yo corrí hacia ella pero me sujetaron. Nos sujetaron a los dos manteniéndonos separados" – la voz de Kenshin se estaba volviendo más fría y dura a cada palabra que pronunciaba, aunque las lágrimas seguían brotando de sus ojos – "El hombre también bajo, tenía mucha sangre en el vientre. Se había llevado la espada para amenazarla y ella le había cortado, estaba muy enfadado y se le ocurrió un último juego con nosotros. Me puso la espada entre las manos con el filo en el pecho de Tomoe, que estaba de rodillas ante mí, y apoyó su pistola en mi sien" – su dedo índice subió hasta la sien derecha a modo de explicación –" Me dijo que o yo la mataba o él me disparaba. Yo me quedé quieto, no podía fallarle otra vez. Escuché como amartillaba el arma, estaba seguro de que iba a morir entonces....entonces Tomoe... Tomoe se echó hacia delante y ella misma se clavó la espada. Salieron corriendo en cuanto cayó muerta. Creo que la policía los localizó en una esquina y los acribillaron" – Kenshin se quedó callado un momento más y después lentamente abrió los ojos. Todavía tenía que contarle más, de cómo seguía soñando con aquella escena noche tras noche, de cómo se había convertido en un asesino de asesinos, en Battousai, pero no era el momento.

Frente a él Kaoru le miraba con los ojos llenos de lágrimas y compresión. Muy lentamente, acercó sus blancas manos a su rostro, sus dedos acariciaron suavemente su cicatriz y después acercó sus labios para besar la mejilla herida. Al separarse, Kenshin no lo soportó más y la abrazó desesperadamente, dejando que fuera ella quien lo sostuviera, que fuera quien susurrara palabras en su oído, que fuera ella quien le acariciase dulcemente la cabeza hasta quedar dormido. Y por primera vez en 15 años no soñó.

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Ya sabéis, sugerencias, ánimos, críticas y demás en los reviews. Intentaré actualizar más rápido esta vez