Rurouni Kenshin y todos sus personajes no son míos son de Nobuhiro Watsuki, por si alguien no se había enterado todavía
Ya sé que he tardado más de lo normal en actualizar, pero en mi defensa he de decir que vivo en Sevilla y aunque ha pasado la Semana Santa, ahora viene la feria. Seguramente os suene a chino esta explicación, pero si alguna conoce Sevilla, o es española como yo, me entender
Kaoru-dono18: pozi 200 reviews no me lo creo, y con todo lo que falta ¿quién sabe? A lo mejor llego a los 300, 400, 500 (varng sigue soñando y contando). No puedo enviarte a Gensai por ahora, lo siento, toda la unidad esta buscando a Jine y lo necesitan para el perfil psicológico ^_^ En cuanto a mis lemon, gracias gracias y gracias.
Y-Yukiko-Y: creo q nadie se esperaba lo del bebé de Megumi y sobre quién es el padre, bueno, Megumi no quiere q nadie lo sepa todavía así que lo sabrás cuando llegue el momento, que no será muy tarde. Por ahora vamos a tener bastante jaleo con esto, así que habrá algo de Sano/Meg
Angy: sobre la decisión de Megumi de tener el niño sola: está desencantada con los hombres, porque siente que todos los que han pasado por su vida tan sólo la han utilizado y no la han querido (incluyendo a Sano) así que ha decidido aplicar lo de 'mejor sola q mal acompañada'
gaby (hyatt: como siempre, adivinas lo que va a pasar. ¿Tan previsible soy o es q tienes una loca cabecita como la mía?
Dark Kikyo(): lo de q Kenshin fuera el primero y no Shissio lo estuve dudando hasta el último momento, pq aunque Shissio no la violó si la 'tocaba con instrumentos' así que muy bien podía haberle roto la virginidad así, pero luego lo pensé mejor y q la pobre ya había sufrido bastante así q decidí darle esa alegría a Ken
Rosalynn: pues sí, Kenshin está aprovechando todo lo que puede porque sabe que su felicidad no va a durarle mucho, así que está aplicando el 'carpe díem' y disfrutando todo lo que puede de su Kaoru
naoko lizi kinomoto: es que estaba pensando ¿cómo puedo sacar más a Sano y Megumi sin volver una y otra vez a las peleas tontas? y se me ocurrió lo del embarazo. El lemon no estaba planeado, Kenshin debía olvidarse del calentón y ayudarla a estudiar, pero de pronto no pude parar de escribir
kaoru kendoka: todavía no he decidido si será niño, niña, gemelos,... hay una gran variedad donde escoger ¿tú q opinas?
ella-shin: vamos a hacer números y te explico: Kenshin tiene 28 años, y Tomoe murió cuando él tenía 13. Hasta los 13 años Kenshin fue un niño normal y feliz, pero los últimos 15 han sido su pesadilla hasta que llegó Kaoru 13+15=28. Por otro lado Shissio se quedará en Alemania hasta que yo me aburra y decida traerlo de nuevo, porque en principio eran unos meses, es decir de 2 al infinito
Amaterasu Mizuhame: para que Kaoru descubra a Battousai ya va quedando menos, así que paciencia, que como dije quería darles un poco de felicidad, porque Kaoru se lo va a tomar bastante mal
Eso eran las dudas, ha todos los demás gracias por vuestros ánimos y apoyos una vez más. Y gracias a todos en general de nuevo porque llevo 200 reviews!!!!!!
17. El antecedente
Battousai estaba empezando a impacientarse, dentro de media hora Kaoru terminaría con las clases de los niños y lo buscaría para volver a casa y él todavía estaba en aquella estúpida habitación, repasando una y otra vez la misma estúpida información.¡Cómo si las palabras de los informes que llenaban la mesa de reuniones hubiesen cambiado por arte de magia durante los últimos 10 minutos! Chasqueó la lengua con disgusto y apoyó la espalda contra la pared. Él no debería estar aquí, esto no era parte de su trabajo, sino de Owaki y del servicio de Información. Su trabajo empezaba justo después de todo esto. Una vez que el blanco estaba localizado, él lo eliminaba. Tan fácil como eso. Battousai no tenía contactos en los bajos fondos a quienes interrogar sobre Jine, ni podía interrogar a los antiguos compinches ni nada que fuera de ayuda en esos momentos. Él era todo lo contrario a lo que se necesitaba ahora, era una sombra anónima, un mito, el asesino de asesinos como lo llamaba la prensa y así debía de ser, su supervivencia residía en que nadie ajeno a la unidad lo había visto. Entre sus compañeros era simplemente Battousai, algunos podían reconocerle físicamente, pero sólo Katsura y Gensai sabían que su nombre real era Kenshin Himura.
Visiblemente aburrido, sus ojos dorados empezaron a vagabundear por las penumbras de la habitación. Allí, en una posición casi simétrica a la suya, estaba un hombre. Battousai lo estudió detenidamente. Era como si el humo de los cigarrillos que abarrotaba la habitación se hubiera convertido en un fantasmal espejo: la misma expresión de aburrimiento y urgencia en su rostro, la misma posición de aparente relajación contra la pared que escondía sin embargo una tanto de ataque como de defensa. El hombre pareció presentir su escrutinio tal y como él mismo lo haría y paseó su mirada por la habitación hasta dar con su observador. Battousai sintió como la mano del destino recorría su espalda con un escalofrío al reconocer al hombre. Desde el otro lado del espejo de humo, ojos dorados como los suyos le devolvían fríamente la mirada.
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-"No, para resolver esto tienes que igualar denominadores, no los numeradores" – Kaoru llevaba ya quince días haciendo aquello. Un par de horas después de comer y cuando daba por terminada su propia sesión de estudios, Yahiko y sus amigos se reunían con ella en la desierta biblioteca y ella les ayudaba con los deberes: desde matemáticas a inglés, todas las materias que daban en la escuela, y ella se sentía bien haciendo aquello. Es más, durante los últimos días había llegado a pensar que esto sería lo más cerca que estaría de ser profesora. A finales de mes se quedaría definitivamente sin un céntimo y si tenía que buscar un trabajo dudaba mucho de que fuera capaz de seguir estudiando. Al fin y al cabo, ella no era Enishi, capaz de memorizar todo el libro de texto en una tarde, ni tampoco Tae, que casi no dormía por las noches para llevar sus estudios al día. Nunca había sido capaz de estudiar de esa manera y dudaba mucho que fuera a ser capaz de hacerlo ahora. Ella siempre había estudiado por las tardes, un poquito cada día porque le costaba mucho trabajo aprenderse las cosas de memoria, y desde luego estaba segura de que si estudiaba por las noches, su cerebro no estaría en condiciones de asimilar las clases del día siguiente, así que por mucho que le pesara, tendría que dejar de estudiar y buscar un trabajo lo más rápidamente posible, además de un nuevo lugar donde vivir.
Sin duda eso sería lo más duro, vivir lejos de Kenshin. Sabía que aunque fuera a buscarla a su nueva casa y se vieran en el Wellington no sería lo mismo, pero qué se le iba a hacer, quizá con el tiempo, más adelante, cuando tuviera más dinero ahorrado, podría tratar de nuevo de alquilar su casita actual y volver a retomar sus estudios. No sería lo mismo sin Tae ni Enishi pero encontraría nuevos amigos. Aunque en estos momentos debería dejar de pensar tanto en el futuro y centrarse más en el presente. Todavía no le había contado nada a Kenshin sobre su situación económica ni sobre su inminente mudanza. Seguramente él querría prestarle dinero o incluso le pediría que viviera con él y ella no quería algo así. Siempre había sido muy consciente de lo que representaba ser económicamente independiente y aunque sabía que era una tontería, su mentalidad de mujer liberada del siglo XXI le impedía aceptar de buen grado una situación en la que un hombre la mantuviera, aunque ese hombre fuera su novio. Y por otra parte, vivir juntos era un paso muy importante en una relación de pareja y aunque prácticamente vivían juntos, no era lo mismo. Kaoru suspiró. Su vida parecía depender una y otra vez de los 'prácticamente'. Prácticamente había tenido una relación con Kenshin sin haberla tenido y eso les había traído muchos quebraderos de cabeza a ambos y ahora se encontraba ante otro 'prácticamente', otro 'casi' en su vida. Pero sobre todo, lo más importante es que no quería apresurar las cosas más de lo necesario. Desde que había llegado a Tokyo y conocido a Kenshin su vida estaba transcurriendo a toda velocidad y necesitaba un poco de calma, le gustaban las cosas tal y como estaban ahora, y aunque quería vivir con Kenshin, sentía que ese era un paso que debían dar porque ambos lo desearan, no por ahorrar algo de dinero.
-"Ups, Kaoru, creo que alguien quiere hablar contigo" – susurró Yahiko, señalando la puerta de la biblioteca con la cabeza. Kaoru se sintió palidecer cuando descubrió en ella al director del Centro, mirándola fijamente con el semblante muy serio y aclarándose la garganta.
-"Señorita, cuando haya terminado con lo que está haciendo y tenga un momento, me gustaría que se pasara por mi despacho. Tengo que hablar con usted" – Kaoru asintió con la cabeza un poco asustada y el hombre se fue. Genial, por si no tuviera suficientes problemas pensó Kaoru.
Media hora después, Kaoru caminaba un poco tambaleante hacia la oficina del director. Se sentía como si estuviera en el colegio y estuvieran a punto de regañarle. No se había parado a pensarlo hasta ahora, pero estaba haciendo uso de unas instalaciones que no le correspondían. Aquello era un Centro para Jóvenes y ella era universitaria. Comía todo los días en la cafetería con el resto del personal del Centro como si fuera una más y usaba la biblioteca para estudiar. Si quería estudiar podía ir a una biblioteca pública, o usar la de la facultad, además no tenía ningún derecho a estar allí más que el que dedicaba a esperar a que Kenshin terminara su jornada laboral para ir a casa. Kami-sama, después de esto, ni siquiera me dejarán quedarme en el patio a esperar a Kenshin. Sus pensamientos y sus pasos la habían llevado ya a su destino, y no podía postergar el enfrentamiento por más tiempo. Reuniendo un poco de valor, Kaoru golpeó la puerta con los nudillos, esperó la autorización desde dentro y abrió la puerta.
-"Siéntese por favor, señorita" –el director seguía mirándola de la misma forma, pero Kaoru se sintió bastante aliviada al comprobar que había alguien más en el despacho. Sentada en un cómodo sofá al lado del director, una hermosa mujer la miraba con curiosidad y le sonreía levemente. El director señaló con un gesto de su mano un asiento vacío próximo a ellos y Kaoru se sentó. –"Esta es Tokio Saitou, del Consejo de Administración de la Fundación Wellington en Japón. Está aquí por una inspección rutinaria, y aprovechando su visita, tengo algo que proponerle señorita...." – el hombre dejó la voz en alto, esperando que Kaoru tomase la palabra
-"Kamiya, Kaoru Kamiya"
-"Pues bien, señorita Kamiya. La he estado observando durante los últimos días, y la señora Saitou y yo, hemos llegado a la conclusión de que puede sernos de utilidad"
-"¿Yo? No se cómo podría ayudarles señor"
-"Verás Kaoru"- la mujer tomó la palabra por primera vez, su voz era cristalina, y Kaoru tuvo la sensación de volver a estar con su madre –" Todos los Centros de la fundación Wellington tienen como objetivo primordial ayudar a los jóvenes que lo necesiten. No tengo que decirte que la mayoría de los chicos que acuden aquí son delincuentes juveniles en fase de rehabilitación, o chicos maltratados. Esto es un centro cultural y, aunque parece que sólo existen actividades deportivas, en principio no era así. En todos los Centros se dan clases de apoyo a los estudios además de las clases deportivas, pero por alguna razón, no conseguimos encontrar un profesor con la suficiente..."- dudó un momento buscando la palabra adecuada –" paciencia, para tratar con los chicos. De ese modo, al final nos vimos obligados a suspender las clases de apoyo en este Centro. Hasta ahora"
-"Como ya te he dicho, llevo varios días observándola, señorita Kamiya"- de nuevo el director tomó la palabra –" y he de reconocer que estoy gratamente sorprendido de que usted haya conseguido sin ningún esfuerzo lo que para otros fue una tarea imposible"
-"Bueno, yo.... fueron ellos los que me pidieron ayuda"
-"Mucho mejor, eso significa que confían en ti. La confianza de estos chicos no es una cosa fácil de conseguir" – dijo la mujer sonriéndole. Kaoru se ruborizó un poco por el cumplido
-"Por eso quisiéramos ofrecerle a usted, el puesto de profesora de apoyo" – anunció el director
-"¿Nani? Me encantaría...pero yo.....no creo que esté cualificada.....todavía estoy estudiando...."
-"Estamos al corriente de su situación señorita Kamiya" –prosiguió el director casi con una sonrisa en su rostro severo –"Tenemos que investigar a todos los adultos que pasan tiempo aquí, por razones de seguridad" – Kaoru asintió recordando cuánto pervertido había suelto por el mundo –"Sabemos que estudia Pedagogía y que vive con nuestro instructor de kendo" – Kaoru se ruborizó a más no poder y bajó la cabeza avergonzada
-"No tenías que haber dicho eso, se trata de su vida privada al fin y al cabo" – la defendió la mujer. El director se encogió de hombros
-"Pondremos carteles anunciando que se retoman las clases de apoyo, por si alguien más quiere apuntarse. No creo que vayan a tomarle más tiempo que el que les está dedicando ahora y así no interferirán demasiado con sus estudios. Como aún es estudiante, le haremos el contrato como si fuera una beca y cuando termine sus estudios renegociaremos su contrato en profundidad"
-"Ni siquiera le has dado la oportunidad de aceptar" – rió la mujer
-"Oh, sí, por supuesto que acepto" – Kaoru estaba que estallaba de alegría, nunca se le hubiera ocurrido semejante solución a sus problemas. Podría afrontar los pagos del alquiler de su casa y tendría tiempo para estudiar e ir a clase. Tendría que comprarle a Yahiko una tableta de chocolate gigante en agradecimiento.
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Megumi estaba sola en su consultorio. Había intentado llamar a alguna de sus amigas para contarles sobre su situación, en busca de apoyo, pero se quedó con el teléfono en la mano. Seguramente la mayoría actuaría muy educadamente con ella pero estaría pensando que se lo merecía. ¿Te has enterado? Megumi está embarazada. Se lo tiene merecido, ahora tendrá que criar sola a un hijo con el cartel de madre soltera para el resto de su vida. Megumi no podía soportar semejante hipocresía. Se lo había dicho a la única persona que sabía que no la juzgaría, sino que la apoyaría, es decir a Kaoru. No le había importado que ella se lo dijera a Kenshin, era lógico después de todo, y desde luego Kenshin seguro que no se lo diría a nadie, nadie guardaba mejor un secreto que Himura. También lo sabía Sanosuke. Kaoru había insistido mucho en que ella misma se lo dijera y eso había hecho. Pero tenía que reconocer que lo había hecho porque se sintió acorralada. Y al menos no le había dicho quién era el padre.
Después de 'esa noche tonta que no volverá a repetirse' Megumi le había hecho creer a todo el mundo que había vuelto a su frenética vida, pero no había sido así. Había salido con un par de tipos pero en el momento de la verdad los había dejado con las ganas. Sólo querían sexo y, aunque hasta ese momento esa certeza no le había importado mucho, desde aquella maldita noche ya no podía soportarlo. Por primera vez en su vida había hecho el amor con un hombre, por primera vez había experimentado el amor y ahora el sexo no era suficiente. Pero Sanosuke la había engañado, ella le había ofrecido su amor y él no se había dado cuenta porque sólo buscaba lo que todos, llevársela a la cama. Había estado tan feliz que ni siquiera había recordado tomar precauciones y claro, ahora tenía que afrontar las consecuencias.
Un hijo. Iba a tener un hijo y estaba decidida y mentalizada. Sabia que sería difícil, que la sociedad aún no aceptaba totalmente a las madres solteras, que su vida iba a dar un giro de 180º pero lo quería. Sentada en su silla se acarició un poco el vientre y sonrió. Si hubiera sido de cualquier otro, probablemente hubiera pensado en el aborto o meditado más profundamente sobre su situación. Pero aquel bebé era el fruto de su amor, sería el recuerdo constante de que una vez, se entregó por completo a un hombre, en cuerpo y alma. Megumi se levantó y se miró en el espejo, todavía no se le notaba nada, pero juraría que se veía más gorda. Sonrió pensando en el aspecto que tendría su hijo ¿o quizá fuera una niña? Le gustaría que fuera una niña, estaría siempre con ella y no le dejaría comer los mismos errores que ella. Sí, su hija sería mucho más juiciosa que ella y tendría un brillante futuro. Irían juntas de compras, hablarían de chicos y la gente creería que eran hermanas porque ella iba a ser una madre joven y bella. La sonrisa de Megumi se desvaneció de pronto de su cara y se dejó caer al suelo entre lágrimas ¡Cómo iba a ser capaz de cuidar de un hijo si ni siquiera era capaz de cuidar de ella misma! Fue así como la encontró Sanosuke, sollozando en el suelo y se le rompió el corazón, otra vez.
-" Por favor Megumi no llores, no vale la pena" – susurró mientras la abrazaba cuidadosamente
-"Vete cabeza de gallo. No quiero hablar contigo" – protestó ella, pero al mismo tiempo se aferró con fuerza a su camisa
-"¿Por qué lloras esta vez? ¿Se te ha roto una uña?" – Sanosuke trataba de molestarla, pero sin mucho éxito. Prefería mil veces verla gritándole e insultándole con los ojos brillantes por la ira, que verla así, tan sola y derrotada. Megumi sabía eso, por eso sonrió sin alegría y trató de dejar de llorar, pero sin soltarle del todo. Sanosuke se quedó abrazándola, esperando a que se calmase y volviera a ser ella misma
-"No creo ser capaz de hacerlo sola" – dijo en un susurro contra su pecho. Sanosuke la abrazó con fuerza y la acunó un poco
-"Podrías casarte conmigo kitsune" – dijo sin pensar, llevado por un impulso
-"No es tuyo"
-"No me importa"
-"¡Maldita sea Sanosuke!, ¡No voy a casarme contigo sólo porque te doy lástima o porque creas que soy una inútil!" – dijo muy enfadada soltándose de él de muy malos modos y echándole de su consultorio casi de una patada. Sanosuke se quedó shockeado en el pasillo mientras la puerta se cerraba tras él de un fuerte portazo. Lo que había oído sobre la montaña rusa emocional que sufrían las mujeres embarazadas era cierto sin duda alguna. Bueno, al fin y al cabo la había hecho reaccionar, eso es lo que quería. Había conseguido enfadarla con su falsa proposición de matrimonio. Porque era falsa ¿verdad?¿VERDAD?
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Kaoru salió del edificio casi dando saltitos de felicidad y corrió por el patio hasta los brazos de Kenshin, que se abrieron para recibirla. Todo esta bien, Kaoru era feliz a su lado y se acaba de enterar que Shissio había alargado su viaje europeo por tiempo indefinido, dado el buen resultado que sus gestiones para la SCorp habían tenido, así que por ahora podía bajar un poco la guardia, respirar tranquilo y concentrarse en lo que realmente importaba: hacer feliz a su Kaoru.
-"Estás mucho más contenta que esta mañana Kaoru-dono"
-"Y tengo una buena razón. Me han ofrecido un trabajo aquí, en el Wellington como profesora de apoyo" – Kenshin la alzó en el aire tomándola por la cintura y la hizo girar mientras ella reía
-"Eso es estupendo, así no tendrás que preocuparte por no poder pagar el alquiler y no tendrás que dejar tus clases" – Kaoru dejó de reír al instante
-"¿Lo sabías? ¿Cómo?"
-"Debo saber todo lo que te ocurre Kaoru-dono, para poder protegerte mejor. Lo que te hace feliz, me hace feliz. Lo que te pueda causar daño, yo lo destruyo" – por un momento su mirada se tornó dorada y su abrazo más posesivo, pero Kaoru no le dio importancia. A veces Kenshin hacía esas cosas
-"No tendrás nada que ver en que me hayan contratado aquí ¿verdad, Kenshin?" –dijo un poco suspicaz tras sus palabras
-"No Kaoru-dono. Te has ganado ese trabajo tu solita, con tu esfuerzo y dedicación a Yahiko y sus amigos" – Kaoru volvió a sonreírle muy feliz de nuevo. Quería conseguir su trabajo por sus propios méritos y valor, no por ayudas de conocidos ni por influencias – "Y ahora que ya no hay problemas de dinero, quería decirte una cosa"
-"¿Qué me vas a llevar a cenar a un sitio caro?"
-"No Kaoru-dono, que quiero que durmamos juntos"
-"Ya dormimos juntos baka"- dijo ruborizándose un poco
-"Quiero decir que quiero dormir en nuestra cama, no en 'tu' cama o en la mía. Quiero encontrarme tu cepillo de dientes al lado del mío y tu ropa mezclada con la mía en el armario"
-"¿Me estás diciendo que quieres que vivamos juntos?"
-"Hai, quiero que estemos juntos porque queramos estarlo, por eso he esperado hasta ahora. Sabía que si te lo proponía antes me dirías que no por alguna tonta razón feminista"
-"¿Y cómo sabes que no te voy a decir que no?"
-"Porque me quieres y quieres que estemos juntos tanto como yo" –dijo besándola cariñosamente en la nariz
-"¿Sabes Kenshin? A veces me das miedo, creo que puedes leer mi mente" – Kenshin no respondió sino que la besó en los labios con ternura –"¿Ves? Eso es justo lo que quería que hicieras"
-"¿Y qué más voy a hacer ahora Kaoru-dono?"- dijo con una atractiva sonrisa adornando sus labios
-"Pues...llevarme a cenar a un sitio bonito para festejar nuestra nueva vida juntos"
-"Eres de ideas fijas"
Kaoru sonrió y tomados de la mano fueron hacia la moto de Kenshin. Estaban a punto de arrancarla cuando vieron algo curioso. Un hombre alto y muy delgado, salía del edificio principal del Centro con una mujer en sus brazos. Tenía un brazo sujetándola por la cintura y el otro por debajo de las rodillas, la mujer apoyaba la cabeza en su hombro, de forma cariñosa mientras le hablaba suavemente. El hombre alto se dirigió hacia un coche aparcado cerca y esperó a que el director que había salido un poco después que ellos abriera la puerta trasera. Mientras esperaba, el hombre alto miró a su alrededor. Su mirada se fijó en la pareja sentada en la moto y les sonrió con una sonrisa torcida que a Kaoru le dio escalofríos. Entonces se fijó en sus ojos. Eran dorados, del mismo tono ámbar que tenían los ojos de Kenshin cuando ella lo conoció. El tenebroso pensamiento de que aquel hombre se parecía demasiado a Kenshin se abrió camino en su mente y casi se asustó cuando vió que el hombre saludaba con la cabeza y Kenshin devolvía el saludo de la misma forma y con la misma mirada.
-"¿Le ...le conoces Kenshin?¿Quién es?" – Kenshin seguía con los ojos fijos en el pareja mientras el hombre dejaba cuidadosamente a la mujer en el asiento y ocupaba su lugar tras el volante. Un antecedente respondió en su mente a la pregunta de Kaoru
-"Hajime Saitou y su esposa Tokio. El era algún tipo de policía secreta, descubrieron su identidad y le tendieron una trampa" – su voz era monótona y fría y si Kaoru pudiera ver sus ojos, no le cabría duda alguna de que eran iguales a los del desconocido –"Iban juntos. Creo que ella todavía tiene la bala alojada en la columna, no puede andar" – Kaoru abrió los ojos con espanto, aquella mujer tan agradable que acaba de conocer escondía una trágica historia. No pudo evitar pensar que aquel hombre la protegía igual que Kenshin la protegía a ella
-"Es un historia terrible. Pero ¿de qué los conoces?"
-"Tenemos el mismo psiquiatra" – dijo él dando por zanjado el tema y arrancando la moto por fin
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Otro capitulo terminado. Ya sabéis dudas, sugerencias y demás al botoncito de reviews
