Rurouni Kenshin y todos sus personajes no son míos son de Nobuhiro Watsuki, por si alguien no se había enterado todavía

Unas cuantas aclaraciones en general. Realmente existe ese concurso. Lo vi hace unos años y no recuerdo el nombre pero era más o menos así: encontraban a tres concursantes y les daban un plazo para tomar el avión, el que llegara primero se iba de vacaciones, pero antes tenía que hacer las maletas, conseguir que en el trabajo le diesen días libres, localizar al acompañante, etc. Yo lo he modificado un poco, pero básicamente es lo mismo. También quería avisar de que en este capítulo hay de todo lo que me habéis estado pidiendo últimamente : SEXO Y SANGRE, así que como siempre, si no tienes edad o te molestan esas escenas, te las saltas y no las leas.

Y-Yukiko-Y: me encanta la pareja Tokio/Saitou, pero siempre les pongo mucho sufrimiento, supongo que para que quede claro que Saitou es capaz de sentir un amor muy grande. Lo del viaje, vas muy desencaminada

Hitokiri Battousai 26: muy bien, una chica que lee atentamente lo que dice Katsura. Es muy buen sistema, porque Katsura SIEMPRE lo sabe todo y va un paso por delante. Siento decirte que no hay escena hentai en el baño, tengo preparada otra bastante mejor, y trataré de torturar a la señora Futwoka cada vez que me acuerde

ella-shin: la parte feliz se acaba en este capitulo, así que el fic vuelve a ponerse oscuro y tortuoso como al principio. Espero que te guste. Quería hacer unos capítulos de amor, felicidad y humor, para que contrastara más con el sufrimiento que viene ahora y quedara más doloroso. A fin de cuentas, hasta ahora Kenshin no había sido feliz y le va a causar mucho daño volver a lo de antes, así que creo que he puesto tantos capítulos felices para que ahora doliera más, que retorcida soy ¿no?

Kimmy Angy: la verdad es que lo del concurso fue un recurso de última hora que me saqué de la manga. Todo lo que ocurre en este capítulo debería de ser en el 'estreno de la casa', pero el fin de semana pasado me fui de vacaciones con mi novio y se me ocurrieron un par de cosillas, así que modifiqué un poco el planning del fic y creo que queda bastante mejor

gaby (hyatt: Katsura como siempre maquinando planes, y ese viajecito es su forma de presionar a Kenshin para que se lo cuente a Kaoru, pero esta vez, le sale el tiro por la culata como vas a ver. Lo del nieto, todavía no lo tengo muy atado así que no te puedo responder, es que no se me ocurría nada por lo que Katsura estuviese tan feliz

limekamiya: te prometo que salvo causa mayor, no volveré a tardar tanto en actualizar

Blankaoru: a reviews largos, respuestas largas. Vamos a ver, creo que en España tenemos una mentalidad más abierta que en Latinoamérica (aunque creo que eso también tiene que ver con la persona) y supongo que eso influye a la hora de describir, seguramente soy demasiado gráfica, pero también intento describir las emociones y me queda casi como una novela rosa, pero lo prefiero, si es todo físico le quita el romanticismo ¿no crees?

Tienes razón, Megumi no ve a Sano como papi por ahora, sería como tener a dos bebes en vez de uno, pero ya cambiará de opinión, no vamos a dejar al bebé sin papi. Y lo del fallo, es que los accidentes pasan y ningún método es 100% seguro, (salvo la abstinencia claro) además, es una muestra más de que aquella noche los dos estaban centrados en lo que estaban sintiendo y lo demás no les importaba mucho, porque a Sano también se le olvidó tomar precauciones que eso es cosa de dos. El tubito, es lo que aquí conocemos como Predictor. Afortunadamente, yo todavía no he tenido que comprar ninguno así que lo he descrito según el anuncio de la tele, aunque ahora que lo pienso se parece más a un bolígrafo que a un tubo, pero bueno, más o menos al leer el capítulo se deduce que es una prueba de embarazo positiva

Y gracias también a hcz, kaorusanz, sakura y a todos los demás, por sus ánimos, y sobre todo por no tratar de matarme por haber tardado en actualizar

En cursiva van los pensamientos de Kenshin, como siempre

19. La última noche

-------------------   WARNING      LEMON      WARNING   --------------------

La portezuela del avión se cerró y Kenshin cerró los ojos para no ver de nuevo a la azafata. Trató de pensar en otra cosa para distraer su mente de la bella rubia con uniforme, como por ejemplo ... en cómo iba a retorcerle el cuello poco a poco a Katsura. Había estado a punto de telefonear a su superior para que evitase que aquel maldito programa saliera al aire, cuando reconoció a Owaki tras el micrófono del supuesto presentador que les esperaba en el aeropuerto. Eso estaba mucho mejor, Kaoru parecía no darse cuenta, pero si todo este montaje resultara cierto, estaría en grave peligro. Cualquiera que viera el concurso la habría reconocido y localizado al instante sin mayor problema. Y, aunque eso serviría para tranquilizar inmensamente a los padres de Kaoru, también daría a la SCorp una oportunidad de oro para atraparla, porque con tanto trajín no había traído ningún arma, ni una mísera navaja suiza. Kenshin suspiró en el asiento, seguramente a su llegada le estarían esperando instrucciones o al menos el por qué de esta pantomima. No tenía de qué preocuparse, todo seguía bajo control y él probablemente disfrutaría de un romántico fin de semana con su Kaoru en un hotel, aunque tampoco tenía idea de qué entendía Katsura por romántico. Kenshin abrió los ojos visiblemente más calmado para encontrarse con la azafata rubia inclinada sobre él

-"¿Le apetece algo de beber, señor?"

-"Oro" – Kenshin negó como pudo con la cabeza y enrojeció de tal modo que su cara rivalizaba con su cabello. La azafata rió un poco extrañada y se alej

-"¿Kenshin?¿Te encuentras bien?"

-"No, digo sí."- dijo tratando de controlar su pulso mirando por la ventanilla

-"Kenshin" – Kaoru le obligó a mirarla – "No te dará miedo volar ¿verdad?" – él negó y suspiró derrotado. Tendría que contarle la verdad a Kaoru o no le dejaría en paz

-"Es por culpa de Hiko" – susurró en su oído volviendo a ruborizarse

-"Kami-sama"- rezó ella preparada para lo peor

-"Kaoru-dono prométeme que no te vas a reír. Es algo muy serio"

-"Esta bien, te lo prometo"

-"Verás, cuando tenía unos 14 años, el sensei llegó diciendo que iba a hacer de mí un hombre de una vez por todas"- empezó Kenshin mientras notaba cómo empezaba a sudar por la vergüenza de tener un maestro semejante –"Así que pese a mis protestas y para empezar me llevó a un cine X. Era la primera vez que veía a una mujer y más aún haciendo esas cosas. Incluso ahora algunas me siguen pareciendo anatómicamente imposibles..."

-"Kenshin, estoy de acuerdo en que Hiko es un pervertido sin remedio pero qué tiene que ver..."

-"La película se llamaba 'Las azafatas del Jumbo'" – Kaoru se llevó la mano a la boca para reprimir una carcajada

-"Y al ver a la azafata..."

-"Por eso no suelo viajar en avión"

-"Entonces... quieres decir.... que ahora...estás..."- dijo ella mirando de reojo a su pantalón

-"Como una estaca" – corroboró avergonzado

-"Bueno, es bueno saberlo. Supongo que debería comprarme un disfraz de azafata por tu cumpleaños" – Kenshin gimió y cerró los ojos. Lo último que necesitaba era imaginarse a Kaoru vestida de azafata. Imágenes de la película volaron por su mente en un abrir y cerrar de ojos, con Kaoru y él mismo como protagonistas. Maldito Katsura, se las iba a hacer pagar todas juntas. Eso es, piensa en Katsura vestido de azafata, y en Gensai, no puede haber nada menos erótico que eso. Volvió a abrir los ojos, parece que funcionaba. Pero todo se vino abajo cuando en ese momento la azafata volvió a pasar por su lado empujando el carrito de las bebidas, con lo que su mente volvió a fantasear con lo que en aquella película hacían sobre aquel carrito. Kami-sama y todavía quedaban 20 minutos para aterrizar. Tan perdido estaba en su delirio que no se fijó en que a su lado, Kaoru se levantaba y le tomaba de la mano. Como un autómata la siguió intrigado rezando para que nadie los mirase detenidamente y se diera cuenta de su lamentable estado. Dócilmente se dejó conducir por ella hasta que se encontró en el baño del avión.

Kenshin sintió deseos de golpearse la cabeza contra la pared ¿cómo no se le había ocurrido antes? Sin más pérdida de tiempo aflojó el cinturón y empezó a bajarse los pantalones para liberar su dolorosa erección. Fue entonces cuando sintió una mano que no era la suya cerrarse sobre su estaca y empezar a acariciarla suavemente. A través del espejo, pudo ver cómo Kaoru se había encerrado en el baño con él y le miraba fijamente con los ojos brillantes

-"Ka...Kaoru-dono"

-"Ssssshhhh, nos pueden oír"

Kenshin apoyó un brazo frente a él, en la pared, para que sujetara su cuerpo mientras cerraba los ojos. Ya no le importaba Katsura, ni todo aquel lío en el que iban a meterse, ni siquiera Hiko y su maldita película. Sólo le importaba aquella mano subiendo y bajando, acariciando y apretando y el intenso aroma a jazmines que flotaba a su alrededor. Por primera vez en mucho tiempo se sintió totalmente desprotegido, estaba literalmente en manos de ella, y lo estaba disfrutando con una salvaje agonía que lo estaba llevando al borde del abismo. Kaoru retiró su mano justo a tiempo para evitarlo y Kenshin aprovechó para girarse. Sumisamente dejó que le sentara sobre el WC y vió cómo ella rápidamente se deshacía de sus propios pantalones y ropa interior y se sentaba en sus rodillas.

Las manos del pelirrojo volaron a las caderas de la chica mientras la besaba con ansía. Kaoru gimió cuando él la besó y su lengua se deslizó hambrienta en su boca. Se reclinó aún más sobre él, dejando un húmedo rastro por las piernas de Kenshin. Él sonrió al notar que ella estaba tan excitada como él y no quiso alargar más lo inevitable. Con una mano la alzó de modo que sólo la punta de su erección entrara en ella y la mantuvo así, saboreando su calor y cómo su exquisita humedad se deslizaba gota a gota sobre su miembro. Ese último movimiento estaba volviendo loca a Kaoru, estaba provocándola igual que ella le había provocado al principio, manteniéndola al borde del orgasmo pero negándoselo al mismo tiempo. Kaoru lo quería todo y lo quería ahora, así que poco a poco fue moviendo las caderas en círculos, permitiendo que la gravedad hiciera su trabajo, bajando un poco más con cada giro. Kenshin gemía y temblaba sin dejar de besarla, prefería morir asfixiado a separarse de aquellos labios pero tuvo que hacerlo cuando ella dejó de resbalar sobre él.

Se quedaron por un instante los dos mirándose fijamente, ambos jadeando por la falta de oxígeno y sumergidos en la conocida y placentera sensación de estar unidos, del placer de tener sus cuerpos entrelazados de la misma forma que sus almas

-"Te quiero, Kaoru-dono" – dijo antes de que en sus ojos ardiera una chispa dorada y sus manos se afianzaran de nuevo en sus caderas, empujándola hacia abajo llenándola por completo mientras la atraía de nuevo hacia él, hacia su boca, para que la desenfrenada danza de lenguas y caderas volviera a comenzar con más pasión si era posible. Kaoru quería gritar en su orgasmo pero la boca de Kenshin sobre la suya silenciaba cualquier ruido, así que se contentó con abrazarse a él más fuerte mientras el mundo a su alrededor se sacudía, temblaba y giraba como un torbellino mientras sentía cómo su amante se vaciaba en su interior. Poco a poco sus besos fueron menos hambrientos y más considerados, la pasión dado paso una vez más al cariño. Aunque todo había acabado Kenshin todavía no quería dejarla ir. A su pesar, le dio un último beso y permitió que sus cuerpos se separaran por fin

-"Kaoru-dono, creo que ya hemos aterrizado"

--------------------------------  FIN DEL LEMON --------------

Kaoru enrojeció a más no poder a la salida del baño. Todos los demás pasajeros ya habían desembarcado y casi toda la tripulación les estaba esperando. Era consciente de más de una mirada a su ropa arrugada y alguna que otra sonrisita de conocimiento. Nunca en su vida había estado tan avergonzada como en ese momento y de nuevo se preguntaba qué demonios se había apoderado de ella para meterse en aquel estrecho baño de avión, para 'ayudar' a Kenshin con su 'problema'. Por su parte, el pelirrojo estaba completamente relajado. Estaba seguro que había superado por completo su 'miedo' a los aviones, y para confirmarlo se dedicó a mirar sonriente a cada una de las azafatas para ver que, en efecto, la única mujer capaz de excitarle con o sin uniforme era sin lugar a dudas Kaoru. Del mismo modo también fue una variedad interesante pasar por un detector de metales sin preocuparse por una vez de la katana escondida en el doble fondo de su equipaje.

Sin embargo, el 'Hotel Balneario Aguas Tranquilas' no estaba haciendo honor a su nombre. A la salida del aeropuerto, les informaron que llevaban dos días de tormenta y que el pronóstico era a peor, así que se apresuraron a llegar al hotel en un taxi. También se enteraron por fin, de que no estaban lejos de Kyoto, y que el hotel estaba cerca de una estación de trenes desde la que podían regresar a Tokyo en un par de horas, si es que no querían volver en avión. Al oír hablar de aviones, Kaoru no pudo evitar sonrojarse, dejando a Kenshin preguntándose si su drástica solución no habría creado un problema en Kaoru, ¿quién sabe? A lo mejor sería el quién tendría que buscar un traje de piloto para su cumpleaños. Sonriendo diabólicamente y tomando la mano de Kaoru, Kenshin se dispuso a seguir al botones hasta su habitación, pero el recepcionista lo detuvo

-"Señor Himura, hemos recibido una llamada de un servicio de mensajería. Parece ser que tienen un paquete para usted. ¿Quiere que se lo llevemos a la habitación cuando llegue?"

-"¿Un paquete?"- preguntó Kaoru. Él se encogió de hombros

-"Supongo que algo de la organización del concurso"- contestó antes de dirigirse al recepcionista –"No hace falta. Cuando llegue el paquete, avíseme. Yo mismo bajaré a recogerlo" – respondió al recepcionista. Si era un paquete de Katsura, lo cual era más que probable, por cuantas menos manos pasase mejor para todos.

-"Como quiera señor. Le avisaremos cuando llegue el paquete"

El hotel en sí se distribuía en varios edificios de uno tres pisos, dispuestos en semicírculo sobre uno central. En este central era donde se encontraban las aguas termales y las sales de masaje y tratamiento. Los demás edificios eran todos iguales y estaban destinados a acomodar a los clientes. Siguieron al botones hasta la última planta de uno de ellos y llegaron a su habitación. El botones les explicó que a causa del mal tiempo, la mayoría de los clientes habían retrasado sus reservas así que eran los únicos habitantes de aquella planta. El botones seguía explicándoles el manejo de las instalaciones del hotel mientras les iba enseñando la habitación, una puerta de cristal al fondo que daba a una amplia terraza comunitaria, en la que a través de la tormenta se podían distinguir varias hamacas para tomar el sol, un baño de mármol con una fantástica bañera redonda de hidromasaje, y una enorme cama de matrimonio con sábanas de seda y una rosa roja sobre la almohada. El botones se despidió agradecido con la propina en la mano y se apresuró a dejarlos solos.

Kaoru cogió delicadamente la rosa y se dirigió a la cristalera para ver la tormenta en todo su esplendor. Casi en penumbra, iluminada periódicamente por los relámpagos, y una melancólica mirada en los ojos, a Kenshin le pareció más hermosa y más triste que nunca. Entonces la certeza de que algo iba a ocurrir llegó hasta él, su bello sueño de amor y felicidad se haría añicos como el cristal, y aquella tormenta no era más que una parte de las lágrimas que ambos iban a derramar. Tratando de alejar los malos pensamientos, se acercó a ella y la abrazó casi con desesperación por la espalda, sacándola de sus pensamientos para buscar la seguridad y el calor que siempre le proporcionaban aquellos brazos

-"¿Estás bien, Kaoru-dono?"

-"Hai, Kenshin. Siempre estaré bien mientras me abraces así. Es sólo que las tormentas me ponen triste"- Kenshin la abrazó más fuerte y ella siguió hablando –"Estaba pensando en mis padres. En lo mucho que quiero volver a verlos. En lo mucho que me gustaría que te conocieran. Yo nunca antes me había preocupado por el futuro, y con todo lo de Shissio aún menos. Pero ahora, ahora que vuelvo a ser yo, a sentirme segura, me gustaría hacer planes. Nunca antes había necesitado hacer planes, supongo que me estoy haciendo mayor" – rió ella

-"El futuro y el destino de cada persona tienen sus propios planes. No somos más que juguetes en sus manos. Estos no eran los planes que tenía cuando era niño"

-"Yo tampoco tenía en mente ser perseguida por un psicópata, pero el caso es que, de alguna forma, tú y yo nos hemos encontrado. Y aquí dentro, en mi corazón, en mi alma, sé que eso es bueno. Que así es cómo debía de ser. Quiero recuperar mi vida, Kenshin, ¿qué ocurrirá cuando él vuelva?¿No podré volver a salir a la calle nunca más?"

-"Yo estaré allí para protegerte, Kaoru-dono. Siempre estaré ahí para protegerte"

-"Lo sé, Kenshin, pero ¿qué puedes hacer tú contra hombres armados?¿qué puede hacer una espada contra un ejército?" – Kaoru se había girado en sus brazos y ahora sollozaba silenciosamente contra su pecho. Kenshin la acunó entre sus brazos ¿qué puede hacer una espada? Verter la sangre de todo aquel que ose tocarte. Cortar cualquier mano que se alce amenazadora contra ti. Matar a todo aquel que intente separarte de mi lado. Kaoru se separó un poco de él y continuó mirándolo a los ojos. –"Todo eso que dijo Sanosuke de los Saitou. Creo que debería ir a la policía y denunciar a Shissio, ellos podrán protegerte y así tú estarás a salvo. No soportaría que te pasase algo a ti por mi culpa, Kenshin" –Ahora o nunca, este es el momento, debo decírselo de una vez por todas

-"Si vas a la policía, lo más probable es que sea yo quién te proteja" – Kaoru volvió a mirarlo, sorprendida de ver sus ojos completamente dorados

-"¿Qué quieres decir, que la SCorp también tiene comprada a la policía?"

-"No, no es eso. Yo.... a veces, ...tengo...... otro trabajo.....cosas...que sólo yo puedo hacer"

-"¿Otro trabajo? ¿es algo secreto?¿Cómo Saitou?"

-"Como Saitou, sí. Yo protejo a las personas"

-"¿Por eso te ibas algunas noches  y me dabas excusas tontas cuando te pillaba?"

-"Hai, tenía que trabajar"

-"Proteger a los demás, igual que me proteges a m

-"Eso es Kaoru-dono. Proteger a los demás" – Kenshin se esforzaba en dejar esa ida clara en la mente de Kaoru. Ella tenía que entenderlo así, era su única esperanza.

-"Pero ...¿cómo?...  ¿por qué?"-Kenshin suspiró profundamente e iba a responderle cuando el botones llamó suavemente a la puerta, para anunciar que el paquete ya había llegado.

-"Supongo que deberías ver el contenido de ese paquete. Así podrás creer lo que voy a revelarte"

Kenshin llegó al hall del hotel y buscó con la mirada a un mensajero y al esperado paquete. En vez de eso, descubrió a Owaki caminando despreocupadamente hacia el mostrador. Desde luego Katsura no corría riesgos de ningún tipo, pero al menos sacaría algunas respuestas de Owaki

-"Supongo que toda esta payasada os parece muy graciosa" – Owaki se giró hacia él y sacudió la cabeza a modo de saludo mientras ambos caminaban hacia una esquina discreta del salón

-"Tienes que reconocer, que ha sido divertido para variar: las cámaras, micrófonos,....tenemos que entrenarnos de alguna forma"

-"Ya. ¿y todo esto sólo para qué? Creía que todavía estábamos en alerta buscando a Jine"

-"De eso se trata. Ha cambiado de aspecto, por eso nos ha costado tanto, pero al fin lo hemos localizado. Esta aquí. Por eso el buen humor del jefe y la prisa por traerte hasta aquí. Supongo que necesitarás esto"- dijo tendiéndole disimuladamente un wakizaki y una pistola

-"¿Quién te crees que soy, Harry el sucio?"- comentó Kenshin tras examinar el tamaño del arma

-"Terminator más bien. Cada día me sorprendes más. No sé cómo sabías que estaba aquí, ¿me estabas esperando o me viste desde la ventana?"

-"Me avisaron que había llegado mi paquete"

-"Pero si acabo de entrar, no había llegado siquiera al mostrador cuando apareciste"

¡¡¡¡¡¡¡KAORU!!!!!!!

----------------- debería ser mala y dejarlo aquí pero......... tendré compasión -------------------------

Con toda la rapidez que da la desesperación, Battousai subió hasta el tercer piso por las escaleras. No tenía tiempo de esperar por el maldito ascensor. Corrió hacia su habitación y la abrió de una patada. La habitación estaba vacía. Sobre el suelo, la rosa que minutos antes sostuviera Kaoru entre sus blancas manos estaba en el suelo, pisoteada, y la cristalera estaba abierta, permitiendo que la lluvia entrara por ella en la desierta habitación. Battousai no lo pensó dos veces y salió a la terraza. La tormenta arreciaba y todo a su alrededor estaba oscuro. El hotel había apagado las luces de las terrazas ya que ningún cliente querría salir con ese tiempo, así que tan sólo los relámpagos y la luz de la luna ofrecían algo de claridad. Ya que no podía fiarse de sus ojos, Battousai se concentró buscando el ki de su amada y su recién descubierto enemigo. No tuvo que esforzarse mucho.

Estaban a unos 10 metros de él, cerca de la barandilla que aseguraba la terraza. Un nuevo relámpago recortó las dos figuras y Battousai sintió cómo la sangre hervía en sus venas de cólera. Jine, el hasta ahora amable botones del hotel, sujetaba a Kaoru justo delante de él a modo de escudo humano, que se debatía aterrorizada. La mantenía en silencio con una mano sobre su boca, mientras con la otra apretaba una pistola contra el vientre de Kaoru.

-"Suéltala Jine" – Battousai trataba de mantener la calma, su fría máscara de asesino insensible

-"Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? el asesino del pelo rojo. Battousai en persona, qué honor" – se rió Jine.

Kaoru abrió mucho los ojos al escuchar esas palabras y dejó de debatirse contra él, no entendía qué estaba pasando. Al principio había creído que aquel era otro de los hombres de Shissio, que había venido por ella al verla en el concurso. Pero ahora comprendía que esto no tenía nada que ver con ella. Iba con Kenshin. No, con Battousai. Battousai. Conocía ese nombre de las noticias, toda la ciudad, todo el país había oído hablar de él, de lo que hacía. Battousai. Battousai el destajador. Battousai el asesino. Battousai. El hombre que hasta ese momento era la razón misma de su existencia, el que la habia devuelto a la vida. Battousai su amante. Quería morir. El capullo de confianza y protección que Kenshin había construido para ella con su paciencia y su amor infinito se hizo pedazos en aquel instante. Battousai lo notó. Notó cómo la verdad la golpeaba cruelmente y convertía a lo único que era capaz de amar en este mundo en una concha vacía. Jine también pareció notarlo

-"Oh, no me digas que la chica no sabía nada" – volvió a burlarse Jine –"No es agradable saber que has estado compartiendo la cama con un asesino ¿verdad preciosa? A ver déjame adivinar, te dijo que tú eras la única que podía salvarle de la oscuridad" – su risa era hiriente –"el viejo truco nunca falla ¿eh? Battousai"

-"Suéltala" – repitió Battousai evitando mirarla. Tenía que centrarse en Jine. Cuando ella estuviera a salvo habría tiempo para las explicaciones

-"¿Qué la suelte? ¿Pero qué clase de idiota crees que soy? Es mi billete para salir de aquí con vida"

-"Te equivocas" – la voz era tan mortífera que por primera vez la sonrisa desapareció de la cara de Jine –"No vas a salir vivo de aquí. Sólo que, si la sueltas ahora, tu muerte será rápida"

-"Katsura no puede matarme. Conozco demasiado de su maldita organización"- estaba empezando a sudar

-"Más a mi favor, no le importara que mueras" – dijo avanzando amenazadoramente aunque aún iba aparentemente desarmado

-"No des ni un paso más Battousai. Sé que eres rápido, pero tu novia tendrá una bala en el estómago antes de que llegues hasta aquí" – amenazó Jine moviendo la mano de la pistola contra el pecho inanimado de Kaoru

¡¡¡¡¡BANG!!!!!   ¡¡¡¡¡¡JINE!!!!

Owaki acababa de revelar su posición en la terraza. Apenas veía nada pero había podido seguir más o menos la conversación. Battousai necesitaba una distracción para salvar a la chica y él podía dársela. Disparó hacia el cielo mientras gritaba el nombre del traidor. Fue todo lo que Battousai necesitaba. El disparo y el grito distrajeron a Jine el tiempo justo para que llegara hasta ellos y golpeándole en el pecho soltara a Kaoru de una vez por todas. Ella cayó al suelo como una roca inerte mientras Battousai desenfundaba el wakisaki que llevaba oculto en la espalda y lo hundía hasta la empuñadora en el vientre de aquel hombre que, en sólo unos minutos, había conseguido destruir su presente y su futuro en aquella maldita noche de tormenta.

Jine estaba de rodillas en el suelo, con ambas manos en la empuñadura del wakisaki, mientras veía cómo su propia sangre se diluía con la lluvia sobre sus piernas

-"Tienes el intestino destrozado Jine. Vas a morir lentamente desangrado en unas horas. Ni aunque llegaras ahora mismo a un hospital podrían hacer nada por salvar tu miserable vida." – las manos se crisparon más sobre la empuñadora y Battousai continuó con su tortura –"Sacar el wakisaki sólo aceleraría el proceso .....unos minutos"

-"Dijiste que sería una muerte rápida"

-"Lo hubiera sido si la hubieras soltado, si la hubieras dejado al margen de todo esto. Pero tenías que provocarme, tenías que jugar conmigo y reírte de mí ¿no es así? Has aprendido demasiado tarde que nadie toca a la mujer de Battousai" – aquella voz escupía veneno y odio con cada palabra mientras cogía al herido por el cuello y lo obligaba a sostenerse en pie – "Pero si crees que no tienes el coraje suficiente para esperar sentado a la muerte, siempre puedes saltar, Jine. Son tres pisos, con un poco de suerte morirás al llegar al suelo. Sin ella, será una muerte más dolorosa pero definitivamente más rápida que ésta. Tú eliges" – Battousai lo soltó con desprecio y Jine se tambaleó hasta la barandilla. Recorrió con la mirada la terraza mientras trataba de tomar su decisión

-"Puede que tú te hayas llevado mi vida, pero yo te he quitado el alma Battousai" – dijo mirando a la empapada muchacha en estado de shock y recobrando su maligna sonrisa.-"Te he quitado lo que quedaba de tu alma"- Soltó un par de carcajadas más y se dejó caer al vacío con un grito de triunfo que la tormenta ahogó.

Battousai esperó unos minutos, y sin asomarse siquiera para comprobar si Jine aún vivía o no, se acercó muy despacio a su amada y se arrodilló ante ella

-"Kaoru-dono. ¿Kaoru-dono estás bien? Todo ha terminado" – dijo acariciando su rostro y haciendo que lo mirara. A través de la lluvia y la locura de aquella noche, Kaoru reaccionó por fin ante el contacto de Kenshin. Sus ojos vacíos parecieron volver en sí por un instante mientras se clavaban en los suyos. Ojos dorados. Battousai. Los ojos de un asesino.

-"No me toques" – dijo sacudiendo la cabeza y tratando de poner distancia entre ellos –"No me toques Battousai. Tienes las manos manchadas de sangre"

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Ejem, los comentarios los ponéis vosotros en el botoncito de los reviews, que seguro que este capítulo no os ha dejado indiferentes