Rurouni Kenshin y todos sus personajes no son míos son de Nobuhiro Watsuki, por si alguien no se había enterado todavía.
Aquí estoy otra vez y como sé que estáis deseando saber si Owaki vive o no, no me enrollo y vamos con las dudas:
HADA: pozi va a haber masacre, seguramente en el capitulo siguiente, que me estoy hartando de ver películas de tiros para coger ideas. La obsesión de Shissio con Kaoru viene más que nada porque ella fue la única con el coraje suficiente como para tratar de escapar de él y conseguirlo, todo su afán consiste en traerla de vuelta y castigarla por su atrevimiento. Con la familia no tiene nada que ver, sólo que cuando Kaoru le desobedeció por primera vez, su padre sufrió un accidente a modo de advertencia para ella y fue entonces cuando decidió escaparse.
Kaoru Himura14: xastamente, recuerda que estaban rodeados. Mientras Owaki se preocupaba de Kaoru y Megumi, uno de los que estaban detrás le disparó, pero él tuvo tiempo disparar también.
Kari Ishikawa: creo que sobrepasaste el espacio máximo de ff para los reviews porque ha llegado incompleto, pero aún así tu review me ha animado mucho, es como cuando pasas por una obra y los albañiles te dicen lo guapa que eres, no te lo crees pero te levanta la moral un montón. Muchas gracias y respondiendo a tu duda, siempre intento no describir demasiado ese tipo de escenas, lo dejo a la imaginación del lector pero imagina al psicópata de Shissio, a una mujer drogada y a Soujiro, pon cadenas, látigos y sexo. Pues eso que Shissio se lo pasó en grande y los demás tienen pesadillas con esa noche
Y como siempre gracias a los demás por sus ánimos: gabriela cortez, limekamiya (me pensaré lo del final feliz), Saiko Katsuka, mikomi shinomori, Y-Yukiko-Y, ella-shin, sakura, AlasseaFaelivrin, Serenity (si me matas no puedo seguir escribiendo ), kaoru himura 2, misao-chan, gaby (hyatt, mari
Antes que nada una aclaración que se me olvidó en el otro capítulo: a Tokio la están operando en otra ciudad, en un hospital especializado en ese tipo de lesiones
30. Ataque (II)
-"Es una pena, tenías agallas....Chosu" – comentó el hombre de negro mirando a Owaki. Un último disparo se escuchó y una última bala atravesó el aire. Antes de caer, y con el metálico sabor de la sangre en su boca, Owaki devolvió el disparo.
Los hombres de negro que les rodeaban se marcharon precipitadamente tras eso, dejando a sus muertos en el suelo. Ya tenían lo que habían venido a buscar y los refuerzos de los Chosu aparecerían de un momento a otro. Todavía se podía escuchar el chirrido de los neumáticos a toda velocidad cuando llegaron. Sanosuke se apartó de Megumi para informarles de todo lo que había sucedido mientras ella se arrastraba hacia Owaki. Había sentido una punzada de dolor en el vientre hacía un instante, pero lo descartó teniendo cosas más importantes, como la vida de Owaki, entre manos.
La herida tenía mal aspecto y no dejaba de sangrar, lo que animó a Megumi. Si sangraba significaba que su corazón seguía latiendo, que estaba vivo. Desgarró una manga de su propia camisa y se dispuso a limpiar la sangre que manaba de la herida. Le habían disparado por la espalda, los muy cobardes. Con mucho cuidado giró a Owaki y encontró el agujero de salida de la bala muy cerca del cuello. Taponó la herida como pudo y trató de levantarse apoyándose en un árbol. Fue entonces cuando sintió un líquido mojando sus piernas.
-"¿Está... está muerto?" – preguntó Sanosuke mientras la sujetaba por la cintura para mantenerla en pie
-"No, hemos tenido suerte, la bala le ha atravesado pero no ha dañado ningún órgano. Vivir
-"Menos mal, ya tenemos bastante con lo de Kaoru."- dijo mirando con alivio al caído –"El tipo al que disparó también esta vivo. Sólo tiene un rasguño en un hombro pero creo que está desmayado por el impacto. Es el mismo que te atrap
-"Se lo tiene merecido. Me siento culpable Sanosuke, si no me hubiera atrapado...AAAH" – gimió sujetándose el vientre
-"¿Megumi?¿Megumi qué te pasa?" – preguntó con ojos desorbitados por la preocupación–"¿Estás herida?"
-"No, no es eso Sanosuke. Sólo que.....que creo que he roto aguas"
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Kaoru tenía la mirada perdida en su regazo mientras su mente se hundía poco a poco en el caos. Todo estaba perdido para ella, le era completamente imposible escapar. La habían empujado al asiento de atrás de aquel coche justo cuando Owaki caía. Su sacrificio había sido en balde, si habían matado a Owaki seguro que Sano y Megumi habían corrido la misma suerte. Al principio había pasado por su mente abrir la puerta y saltar con el coche en marcha, pero parecían que le habían leído el pensamiento. Le habían atado las manos y tenía a un hombre de negro a cada lado, entre ella y las puertas, bloqueándole cualquier posibilidad de fuga.
Su mente trabajaba a una velocidad de vértigo buscando una última esperanza. Los Chosu..... el señor Katsura......Kenshin..... sí eso era. Sanosuke había dicho que los refuerzos estaban en camino, seguro que habrían avisado a Kenshin. La estaban llevando de vuelta a Kyoto....seguro que Katsura pondría controles en las carreteras......y.......y seguro que tendrían controlados los aviones privados de la SCorp.........la encontrarían.......Kenshin la encontraría
-"Si estás pensando en ese novio tuyo, ese Himura"- comentó el hombre a su izquierda mientras se tapaba una herida en el brazo con la mano –"Otros grupos han ido por él. ¿Ves? No somos tan malos. El señor Shissio pensó que le echarías de menos y nos ordenó capturarle a él también. Pronto estarás con él, y con el señor Shissio por supuesto"
Kaoru negó lentamente con la cabeza, resistiéndose a creerle. No podrían atrapar a Kenshin, ellos no sabían que era Battousai. Nadie podía atrapar a Battousai, era demasiado fuerte, pelearía hasta el final, como Owaki. Como Owaki. Battousai había ido en busca de Yahiko, lo utilizarían igual que habían utilizado a Megumi. Pero Battousai era demasiado fuerte, no podrían con él. Como Owaki. ¡Oh Kami! estaba desarmado, pero aún así lucharía hasta el final, no dejaría que lo atraparan. Como Owaki. .........Kenshin moriría..... como Owaki.
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Tras abandonar el cementerio, Kenshin llevó a Yahiko en su moto hasta su casa, para que el chico pudiera recoger sus cosas y abandonar cuanto antes aquella vida. Se quedó de pie, en el marco de la puerta mientras veía cómo deambulaba como un sonámbulo por el apartamento de su madre, recordando cada lágrima vertida, cada caricia ausente. Finalmente fue hacia su cuarto y salió al poco rato con una bolsa de deporte llena de ropa en una mano y otra bolsa con libros de la otra. Estaban a punto de salir cuando recordó algo, dejó las bolsas en el suelo y corrió hacia la habitación de su madre. Allí, escondida bajo la ropa en un cajón de la cómoda estaba la foto de boda de sus padres, la única prueba de que su madre fue feliz durante un corto periodo de su vida.
Bajaron las escaleras en silencio y salieron al callejón. Cuatro hombres vestidos de negro los estaban esperando a poca distancia, aunque disimulaban para no llamar demasiado la atención
-"¿Estás seguro de que es él?" – susurró uno de los hombres a su compañero mientras el pelirrojo y el chico avanzaban hacia ellos inconscientes del peligro que corrían
-"Sí, tenemos fotografías y le hemos visto con la chica. Es él, Kenshin Himura"
-"Hay algo en él que no me gusta, me pone los pelos de punta"
-"Bah, se cree un tipo duro porque sabe kendo, pero es todo fachada, no puede hacer nada contra cuatro hombres armados"
-"Si si claro, le atraparemos sin problemas" – respondió fingiendo una confianza que ya no tenía –"Pero es como mirar a la muerte a la cara"
Cuando llegaron a su altura, Battousai se detuvo frente a ellos causando que Yahiko también se detuviera extrañado. Para él aquellos hombres de negro no eran una amenaza, desentonaban un poco con aquellos trajes en aquel barrio, pero nada más.
-"¿Kenshin Himura?" – preguntó uno de los hombres adelantándose hacia ellos mientras los otros tres cerraban filas –"Tenemos una invitación para usted del Señor Makoto Shissio"
Battousai puso una mano en el hombro de Yahiko, el chico no debía ver lo que iba a pasar en unos momentos
-"Yahiko, espérame en la moto. Tengo que aclarar algo con estos caballeros"
-"Se...sensei" – Yahiko llevaba demasiado tiempo viviendo en aquel barrio para reconocer cuándo iba a empezar una pelea – "yo...puedo ayudarle..." – Battousai sonrió al chico con una pizca de orgullo en sus ojos
-"Claro que puedes, pero no necesito ayuda. Espérame junto a la moto"
-"Sí sensei" – tragó saliva y empezó a andar hacia los hombres de negro. Estos dudaron un instante pero cuatro contra uno les pareció una ventaja suficiente y dejaron pasar al chico. Todos esperaron pacientemente hasta que Yahiko desapareció tras la esquina. Entonces el hombre de negro se giró retomando la conversación con Battousai
-"Y ahora que no hay testigos molestos..."
-"Ahora moriréis"
Los ojos dorados brillaron coléricos mientras Battousai se abalanzaba sobre él " es como mirar a la muerte a la cara" pensó el hombre justo cuando las manos de Battousai se cerraron sobre su cuello y, de un brusco ademán se lo partió. Al verlo acercarse a su compañero los otros desenfundaron y abrieron fuego, con lo que Battousai utilizó el cuerpo del muerto como escudo. Mientras lo sujetaba con una mano ante él a modo de parapeto, con la otra rebuscó en la chaqueta hasta encontrar la pistola del hombre y disparó. Sólo necesito tres disparos.
El callejón volvió a estar silencioso tras eso. Lentamente, se sacudió el peso muerto de encima y se alisó la ropa. Echó un vistazo a sus otras tres víctimas: todos tenían un agujero de bala entre los ojos. Con manos expertas rebuscó entre la ropa de los cadáveres buscando alguna pista, pero sólo encontró identificaciones de la SCorp, lo que confirmaba su primera impresión. De nuevo aquel mal presentimiento se apoderó de él. Shissio había encontrado el momento perfecto para ir por Kaoru, no sólo por la ausencia de Saitou, sino por el suicidio de la madre de Yahiko. El destino había conspirado de nuevo contra él para robarle su recién recobrada felicidad, pero esta vez no se conformaría. No iba a permitir que la felicidad se le escapase como arena entre los dedos.
Cerró los ojos y trató de tranquilizarse, de mantener la sangre fría, ya tendría tiempo de cobrarse su venganza con sangre, ahora debía ser práctico. Si habían venido por él, lo más seguro es que ya tuvieran a Kaoru, él no era más que un objetivo secundario. Tan sólo le quedaba averiguar a qué precio se la habían llevado. Sacó el teléfono del bolsillo del pantalón y marcó el número de Katsura.
Cuando llegó junto a Yahiko todavía seguía escuchando a Katsura. Había confirmado sus sospechas sobre Kaoru pero al menos se tranquilizó al escuchar que el resto de sus amigos estaban a salvo, aunque estuvieran interviniendo a Owaki para cerrarle la herida y a Megumi se le hubiera adelantado el parto por el stress. Colgó el aparato sin haber dicho ni una sóla palabra, su mente trabajando a toda velocidad elaborando un plan.
-"Yahiko" – dijo mirando al asustado muchacho –"Coge un taxi y ve a esta dirección. Sano y Megumi están all
-"Pero...pero esto es un hospital"
Battousai no le respondió, arrancó la moto y se fue a toda velocidad. Tenía que intentar un imposible.
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Saitou seguía fumando y con los ojos cerrados recordaba cada uno de sus momentos con Tokio. Llevaba más de 8 horas esperando en aquel lugar y había perdido la cuenta de cuántos paquetes de cigarrillos se había fumado. Sólo sabía que a cada minuto que pasaba, con cada nueva calada al cigarrillo, la certeza de que la estaba perdiendo se apoderaba de él. Había podido sobrevivir a la muerte de Okita, pero no se veía capaz de soportar la de Tokio. Se estaba haciendo viejo, pronto sus reflejos empezarían a fallar y un día, no muy lejano, algún estúpido con suerte se vanagloriaría de matar al temido Lobo de Mibu. Sí, acabaría muerto en cualquier sucio callejón sin nadie que llorara ante su tumba, sin nadie que le echara realmente de menos.
Sintió una sombra sobre él y abrió lentamente los ojos. Era una mujer mayor, con un vestido sobrio y los cabellos grises cuidadosamente peinados hacia atrás
-"Váyase" – le dijo a la mujer poniéndose de pie –"No se le ha perdido nada por aqu
-"No sólo es tu mujer, también es mi hija" –respondió la mujer sin dejarse intimidar –"Pero no he venido por eso" – la mujer se echó hacia un lado y Saitou pudo ver a las dos figuras que estaban tras ella: un muchacho de unos 13 años y una niña de 6.
-"Padre, ¿cómo está madre?" – dijo el muchacho tratando de mantenerse rígido y serio. Tsutomo, su hijo mayor, su orgullo. Tenía el mismo carácter de Okita, como si Kami hubiera querido compensarle manteniendo a Okita de algún modo a su lado. Pero el muchacho siempre trataba de imitarle, pensar en el modo en que a él le gustaría que estuvieran las cosas, para no decepcionarle nunca con su comportamiento. El propio Saitou reconocía que era una tarea muy pesada ¿le había dicho alguna vez a su hijo lo orgulloso que estaba de él?
-"Papá...papá" – la niña corrió hacia él y se abrazó a sus piernas. Tomoyo, la viva imagen de su madre pero infinitamente más ruidosa. La niña de sus ojos. Saitou se agachó y alzó a su hija con un brazo mientras ella se abrazaba a su cuello, con el otro brazo atrajo a su hijo, que aunque un poco sorprendido por la actitud de su padre, devolvió el abrazo fuertemente. Su padre demostraba pocas veces su cariño, pero nunca había dudado de que quería inmensamente a su familia.
El peso aplastante que se había apoderado de él se alivió considerablemente mientras abrazaba a sus hijos. Sí tenía alguien que lloraría por él, no podía abandonar este mundo así como así. Toda su vida había luchado por un ideal de justicia, por un mundo mejor y sólo ahora, en ese momento, comprendía que había luchado para que sus hijos vivieran en él. Volvía a sentirse fuerte, no podía desfallecer ahora, sus hijos lo necesitaban.
Una enfermera se acercó y carraspeó, apenada por tener que romper tan bella escena
-"Emm, disculpe ¿señor Saitou?" – el lobo asintió rompiendo el abrazo y dejando a su hija de nuevo en el suelo –"La operación ha sido un éxito, no ha habido complicaciones. Su esposa está todavía bajo los efectos de la anestesia pero ya la hemos trasladado a una habitación. Pueden entrar a verla si lo desean"
Los niños rieron de felicidad y volvieron a abrazarse a su padre. El se dejó abrazar, sintiendo el cariño de sus hijos a su alrededor y por fin, dejó que las lágrimas que había estado conteniendo durante esas 8 horas, no, durante toda su vida corrieran por sus mejillas.
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Battousai atravesaba la ciudad como un loco directo al aeropuerto. Katsura había dado orden de poner controles en todas las carreteras y estaciones de tren, pero él estaba seguro de que la llevarían a Kyoto en avión. Shissio la quería de vuelta lo antes posible. Ya estaba llegando a su destino y se desvió para no seguir el camino hasta el aparcamiento. Le llevaban ventaja, seguro que estarían embarcando, no tenía tiempo para perderlo buscándolos por una atestada terminal. Se dirigió directamente a las pistas, pero una alta alambrada le impedía el paso. Battousai aceleró y en el último momento alzó la rueda delantera, derribando una parte de la verja y siguió su camino a toda velocidad entre los aviones y vehículos de transporte. Lo vio claramente, en la última pista, una avioneta con el logotipo de la SCorp recogiendo la escalerilla y preparándose para despegar. Aceleró más, arriesgándose a quemar el motor, cuando a su izquierda, un carro portamaletas apareció de detrás de un avión. No le dio tiempo de esquivarlo, perdió el equilibrio y tanto él como la moto dieron una vuelta de campana y derraparon por el suelo varios metros. El dolor por la caída era insoportable pero aún así Battousai consiguió ponerse trabajosamente en pie justo para ver cómo la avioneta finalmente, despegaba.
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¿Veis? Eran demasiadas emociones para un solo capítulo, creo que quedaba mejor en dos, así os da tiempo a digerirlo todo poco a poco.
Ya sabéis dudas, amenazas por no actualizar y demás al botoncito de reviews
