Bueno este es mi primer fic, así que no seais malos conmigo.

Ocurre despues de la Orden del Fénix, así que ya sabes...

No se que calificación ponerle, no será demasiado fuerte, pero trata de la PRIMERA vez, así que mentes sensibles, abstenerse.

¡Ah!, todos los personajes que os suenen, son de J.K. Rowling, los que no, míos, aunque puede que no salgan demasiados.

Todo sin ánimo de lucro, por supuesto.

Solo la necesidad de escribir mis tonterías.

Gracias.


Capítulo 1:

A solas en el Expreso de Hogwarts.

Hacía media hora que el Expreso de Hogwarts atravesaba Inglaterra a toda velocidad.

En uno de los compartimentos iban dos jovenes, un chico de pelo negro extrañamente alborotado con gafas y una muchacha pelirroja.

Ambos evitaban mirarse, en silencio, como si acabaran de discutir.

Al cabo de un rato, la chica no pudo contenerse:

- Entonces... ¿tan horrible te pareció? – dijo mientras miraba a traves de la ventanilla del tren.

- ¡¡No me pareció nada en absoluto!! ¿De acuerdo? Será mejor para los dos hacer como si no hubiera pasado.

- Pero...

- Sin peros, Ginny, olvidalo.

- Bien, Harry, de acuerdo entonces... – susurró mientra intentaba evitar el temblor de su barbilla.

"Bien", pensó Harry, "eso tenemos que hacer, olvidarlo".

Pero mientras trataba de autoconvencerse de que era lo mejor, no pudo evitar mirar a Ginny. Tenía una expresión de profunda tristeza y no paraba de tragar saliva, como si hiciera un gran esfuerzo para no echarse a llorar.

Olvidarlo, ¡ja!, ¿a quién demonios intentaba engañar?

¿Cómo puede olvidar alguien la primera vez que hace el amor?

Él no, desde luego.

Pero lo que le parecía realmente increíble era la manera en la que se había producido.

Y sobre todo, con quién.

En primer lugar, nunca había pensado seriamente como sería, pero daba por supuesto que con alguien con quién estuviera saliendo algún tiempo.

En fin, una novia formal.

Y lo mas parecido que había tenido a una novia era la desastrosa cita que tuvo con Cho.

Lo único bueno que había sacado de aquello era el beso que ella le dio bajo el muérdago antes de las vacaciones de navidad.

También estaba lo que pasó al final del curso. Después de aquello, lo último en lo que podía pensar era en chicas o citas o lo que sea.

Estaba demasiado ocupado tratando de no morirse de remordimientos y de pena.

Y luego estaba el hecho de que era Ginny.

La menor de los Weasley, lo mas parecido que tenía a una familia.

La hermana pequeña de Ron, su mejor amigo.

Que probablemente le mataría cuando se enterara.

Solo pensar en ello le hacia sentirse un cerdo degenerado.

Pero claro, si obviaba esos incómodos lazos familiares, quedaba lo siguiente.

Ginny era una chica preciosa, inteligente y muy simpática. Había demostrado ser muy valiente y muy buena bruja. Jugaba genial al quiddich.

Y le había dicho que le quería más que a nadie en el mundo.

¿Qué demonios debería haber hecho?

En fin, para ser completamente sincero, si ambos no hubieran estado un poco bebidos, es muy probable que no se hubieran dejado llevar de esa manera. Pero no podría asegurarlo rotundamente.

- No, Ginny – susurró – no me pareció horrible. En realidad, creo que es lo mejor que me ha pasado nunca.

Antes de darse cuenta siquiera, lo había soltado.

Ginny volvió repentinamente la cara, soltó un pequeño grito y las lágrimas que había intentado contener salieron descontroladas.

"¡¡PERO QUE DEMONIOS ESTAS DICIENDO, IMBECIL!!" se dijo a si mismo.

- Lo...lo siento, no...no debería haberlo dicho, Ginny, por favor, no llores...

Se sentó a su lado sin saber que hacer exactamente. Ella se lo puso fácil, le echó los brazos al cuello mientras sollozaba.

- Ha-a-a-arry,¡hip! yo-o-o-o... ¡hip!

- Ya vale, venga, dejalo ya, no pasa nada...- dijo mientras le pasaba el brazo por la espalda.

- ¡NO! – dijo, separandose de él – es es es que-e-e-e qui-quiero de-e-ecirtelo...

¡¡Paramitambienhasidolomejorquemehapasadonunca!!

Tenia la cara completamente roja, con las lágrimas corriendo por sus mejillas mientra esbozaba una amplia sonrisa. Pensó que nunca la había visto tan guapa como en ese momento.

No pudo evitar sonreir también.

En ese momento supo lo que tenia que hacer.

Que se sintiera confuso al respecto no significaba que no supiera lo que sentía.

Levantó suavemente su barbilla, acerco sus labios a los de ella y la besó.

Al terminar, Ginny se acurrucó entre sus brazos y susurró:

- ¿Y ahora?

- Ya veremos, Ginny, ya veremos...