50 AÑOS ATRÁS

El deseo de la perla

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Los días previos a la batalla suelen ser extremadamente calmados. InuYasha sentía la tensión en el aire, frunció su nariz molesto ante el residuo de ese asqueroso aroma a Naraku. Solo era cuestión de tiempo para que se dejara ver y entonces la batalla empezaría. Repasó con la mirada a sus amigos, Sango y Miroku estaban enfrascados en una de esas serias conversaciones que cada vez se habían vuelto más comunes los últimos meses, sentían el peligro inminente del enfrentamiento.

Nadie que los viera en ese momento podía dudar que eran una pareja, Miroku sostenía las manos de sango entre las suyas de manera afectuosa, estaba susurrando palabras de esperanza, agradecimiento y amor hacia la taijiya, sonrojado decidió concentrarse en los sonidos del bosque tratando de darles intimidad y empezó a caminar hacia las cazadoras de almas, Kikyo lo estaba llamando.

Esta vez su paso era lento, no tenía prisa por el encuentro pues sabía lo que tenía que hacer, y aunque era lo correcto, después de tantos años resistiéndose a la verdad, el sentimiento de culpa y deshonor aún permanecía ligeramente en el fondo de su consciencia. Sin embargo, cuando eso pasaba recordaba el motivo por el cual deseaba vivir…-Kagome…-

-InuYasha - lo llamó Kikyo con su usual neutralidad. Se encontraba recostada en la rama de un árbol envuelta en sus cazadoras de almas. Armándose de valor le dió la cara y cuando sus ojos se conectaron con los de ella, entendió que no necesitaría muchas palabras. - Así que has venido a despedirte -continuó segura y sin darle tiempo a responder -Sabía que este día llegaría, no soy la misma mujer que conociste hace 50 años y definitivamente ya no soy esa alma que despertó envuelta en ira, rencor y dolor. No planeo reclamar tu promesa de seguirme al infierno -terminó.

-Vengaré tu muerte Kiyo, esa promesa la cumpliré…pero no puedo seguirte a la muerte…-le dijo con pesar.

-Lo sé - le contestó con una triste sonrisa.- No soportarías dejarla…- no tenía que decir su nombre para saber qué estaban hablando de Kagome - con ella conociste el verdadero amor…-

-Kikyo yo…también…a ti…-intentó decirle que a ella también la había amado, pero las palabras no salieron porque después de experimentar lo que sentía por Kagome, no podía compararse siquiera con lo que había creído sentir por la sacerdotisa.

-InuYasha…vamos, no tienes que forzarte, sé perfectamente que lo nuestro no fue amor verdadero -a pesar de que sabía que aquello era cierto, escucharla decir esas palabras le provocó un sentimiento de pesar. - Creo que si las circunstancias hubieran sido diferentes, habríamos sido buenos amigos ¿no crees? - le preguntó casi divertida.

-Siempre tendrá un lugar en mi corazón Kikyo - la miró con una sonrisa de agradecimiento por los momentos que pasaron juntos. Ella le devolvió el quedaron unos minutos en silencio hasta que ella lo rompió.

-InuYasha, te he llamado porque Naraku está en movimiento, - la afirmación lo sorprendió - sé que puedes percibirlo.- él asintió. - Está a solo unas horas de aquí, está esparciendo su aroma en todas direcciónes para despistar a sus enemigos pero viene hacia acá por los últimos fragmentos. - Reúne a todos tus aliados y estén en el claro en los límites del bosque antes de medianoche. Sin darle tiempo a responder se elevó por los cielos y desapareció.

-¡Shikuso! -se maldijo internamente mientras salía a toda velocidad para la aldea.- aún falta un poco para la puesta, tengo tiempo suficiente- se dijo recordando que Kagome regresaba ese día de su tiempo. Su plan original había sido ir por ella a su época y confesarle sus sentimientos sin interrupciones ni presiones, pero ahora todo era diferente. Solo sabía que debía hacerlo antes de la batalla o no se lo perdonaría.

La realidad es que había tenido un mal presentimiento desde el día anterior que la había dejado ir a su tiempo a despedirse de su familia, había sentido la necesidad de quedarse con ella, pero se resistió pues sabía que necesitaba estar con ellos y en su tiempo estaba segura, pero después de lo que Kikyo le había dicho…por alguna razón aunque ahora más que nunca tenía el deseo de vivir, algo dentro de él presentía que la posibilidad de que saliera ileso de la batalla era muy mínima. Por eso debía asegurarse de hablar con Kagome antes de que fuera demasiado tarde.

Corrió a toda velocidad a la aldea, informó a Hachi, Myoga y Jaken y ellos pusieron manos a la obra para enviar los mensajes a los aliados más cercanos. Se habían asegurado de conseguir apoyo de varios demonios que deseaban ver morir a Naraku, entre ellos algunos de los soldados de Sesshomaru a los cuales el Lord no había detenido de unirse a la batalla si lo deseaban.

Sesshomaru y él habían entrado en un periodo de tregua desde la última vez que habían luchado juntos contra Naraku, e InuYasha ahora mismo agradecía cualquier ayuda extra que le permitiera erradicar al maldito.

Dejó a Koga y a sus hombres al final, pidiéndole a Shippo que fuera a entregar las noticias pues no estaban acampando muy lejos de la aldea y lo que menos deseaba era que el sarnoso intentara interrumpirlos a él y Kagome. Corrió hacia el pozo devora huesos, el sol empezaba a ponerse,fue entonces que percibió el inconfundible y embriagante aroma de la azabache. Llegó justo a tiempo para ayudarla a salir del pozo y cargar la gigantesca mochila.

InuYasha! -Le llamó sorprendida y con un ligero sonrojo en sus mejillas - No pensé que vendrías por mí - le dijo feliz.

-Kagome - la llamó mirándola a los ojos y sin dejar de sostener la manos con la que la había ayudado a salir.

-¿Qué ha pasado? - le pregunto seria, el aroma a preocupación envolviéndola.

-Kikyo vino a verme - la vio tensarse ante la mención del nombre y tratar de ocultar la decepción en su rostro - Vino a advertirnos que Naraku planea atacarnos en cuestión de horas, ya he dado aviso a los demás -la tranquilizó cuando la sintió querer dirigirse a la aldea.

-Entiendo, aún tenemos mucho que hacer, evacuar a la aldea -le dijo impaciente intentando ponerse en marcha nuevamente.

-¡Kagome, puedes quedarte quieta un momento! - le dijo exaltado- el aroma a enojo empezó a emanar de ella y supo de que debía remediarlo pronto o esto no saldría como había planeado. - Escúchame, lo siento -la cara de sorpresa ante la disculpa la dejó confundida por unos momentos y aprovechó para continuar - Todo está en orden, y en marcha, Miroku y Sango ya están en eso, necesito hablar contigo. -dejó la mochila en el suelo, cerró los ojos y respiró profundamente su fragancia. Cuando abrió los ojos la vio sonrojarse, seguramente en respuesta a su propio sonrojo el cual sentía expandiéndose por su rostro.

-Kikyo y yo no solo hablamos de Naraku -le dijo muy pendiente de su reacción. La vio tensarse, percibió el natural aroma a tristeza pero asintió - Le dije que no podía cumplir mi promesa de entregarle mi vida una vez que eliminemos a Naraku - el aroma a tristeza desapareció para empezar a envolverla el de felicidad pero paró abruptamente y la vio tensarse.

-Y ella…que…¿como reaccionó? -le preguntó temerosa.

-Lo aceptó - la vio soltar un jadeo de sorpresa y lágrimas empezaron escurrir de sus ojos.

-Oe…Kagome…espera…que por qué lloras-le preguntó entrando en pánico por la reacción. Lo siguiente que sintió fueron sus brazos alrededor de su pecho y la humedad de sus lágrimas sobre su ahori. Sorprendido pero aprovechando la oportunidad le devolvió el gesto rodeando su cintura.

-Es..estoy…tan…feliz…-le dijo entre sollozos.

-Feh…tonta y ¿por eso lloras?- le reclamó divertido. Sintió como uno de sus pequeños puños lo golpeaba en su pecho por el insulto. La abrazó por unos momentos, disfrutando de la cercanía y esperando a que se tranquilizara. Cuando percibió que su respiración estaba más estabilizada se inclinó hasta su oreja y continuó.-me libero de esa promesa porque sabía que había encontrado una poderosa razón para vivir…- su cuerpo se tensó entre sus brazos pero él solo la abrazó un poco más fuerte, tratando de transmitir sus sentimientos - una razón en forma de una joven del futuro que vino a enseñarme a aceptarme como soy, a confiar en los demás, a perdonar…y a saber lo que verdaderamente significa amar…-la sintió alejarse un poco de él hasta poder mirarle a los ojos, su sonrojado rostro mostraba grandes signos de sorpresa.

-InuYasha…estás…significa…-de pronto olía a nerviosismo. Llevo una de sus manos hacia su rostro y tomo su mejilla, la vio aceptar la caricia y presionarse sin cuidado contra sus garras -sólo ella puede confiar tan ciegamente -

-Sé que he sido un idiota, y te he hecho sufrir con mis acciones y mis palabras, pero si aún…si tu…aún…despues de la batalla…tu y yo…yo quisiera….-De repente el discurso que había repasado desde el día anterior con entera seguridad salía a balbuceos. Sentía su corazón a punto de explotar y su rostro caliente.

-InuYasha… respira - le pidió la azabache mientras le sonreía ampliamente.-Sé que es difícil para ti expresar tus sentimientos -él asintió -me estás diciendo que…¿quieres permanecer a mi lado? -él asintió, la vio tragar y el aroma a nerviosismo se intensificó -¿cómo…mi…compañero? -se sorprendió de que usara ese término y espero que realmente hablaran de la misma cosa cuando asintió fervientemente.

-Cuando dices compañero…-dejo la pregunta abierta.

-Myoga me explicó bastante acerca del clan Inu…- la vio con ojos abiertos de la sorpresa y no pudo reprimir un suspiro de alivio y una gran sonrisa.

Sintió como aquella afirmación lo llenaba de una nueva seguridad y la miró directamente a los ojos cuando preguntó - ¿serías mi compañera? -Nuevas lágrimas empezaban a salir de la ojicafé pero estaban acompañadas de una sonrisa y un asentimiento.

-Te amo InuYasha -fue su contestación y todo lo que le bastó para inclinarse y acortar la distancia entre sus labios. La beso dulce y lentamente hasta que la sintió buscar por aire.

-Kuso! debí haber hecho esto antes -le dijo tomando sus labios nuevamente. La sintió reír contra sus labios. Cuando el beso hubo terminado la admiró guardando esa imagen firmemente en su memoria. Una feliz y sonrojada Kagome, envuelta en ese aroma de felicidad.

-Lo estás haciendo ahora, que es lo que cuenta -le dijo conmovida.

-No podía…no me habría perdonado si algo pasaba en la batalla y yo…-le dijo preocupado por el futuro inmediato.

-InuYasha -lo llamó amorosamente mientras tomaba su rostro entre sus suaves manos - vamos a ganar -le dijo con seguridad y una sonrisa - ahora el objetivo no es solo recuperar la perla y destruir a Naraku, sino estar juntos, formar una familiar…-le dijo con voz quebrada de la emoción -y para eso tenemos que ganar.

Esta vez fue ella quien capturó sus labios en un beso más demandante que le sacó un honesto sonido de placer. Se separaron sonrojados y agitados.

-Te protegeré con mi vida Kagome -le dijo casi ferozmente.

-Lo sé y yo te protegeré con la mía -le contestó.

El viento resopló y trajo un aroma conocido y desagradable, de repente sintió la fuerte necesidad de dejar en claro su postura de una vez por todas.

-Kagome…Koga viene en camino- la vio rodar los ojos

-InuYasha no es momento para que se peleen- le dijo en un tono suplicante - prometo dejar todo en claro cuando acabemos con todo -

-Te prometo que no haré ningún comentario respecto a nuestra…-se sintió sonrojar nuevamente-... nueva relación si me dejas hacer algo…-le dijo serio- si me dejas -continuó removiendo su sedoso cabello hacia un lado exponiendo su cuello - no habrá necesidad de aclarar nada..

-Inu..Yasha…no puedes marcarme ahora…-le dijo sorprendiéndolo aún más al conocer el ritual. Le dedicó una sonrisa de orgullo.

-Keh, no necesitamos llegar a eso para que otros se den cuenta de que eres mía - Lo miró nerviosamente.

-¿Qué quieres decir?

-Solo necesito dejar mi aroma un poco más profundo donde llevarás mi marca -le dijo inclinándose sobre su cuello y depositando un beso casto, se sorprendió gratamente al percibir el ligero inicio del aroma a deseo provenir de la azabache.-¿puedo?-pidió permiso.

Kagome solo pudo emitir un sonido de aprobación ante la debilidad que le provocó la íntima caricia. InuYasha sonrió contra su piel y sacó su lengua pasándola por toda la extensión del sitio donde encajaría sus colmillos.-mmh-la escuchó emitir mientras continuaba con su trabajo, poco a poco el aroma a deseo se intensificaba y dificultaba su concentración. Decidió que lo mejor era parar.- con esto será suficiente - se dijo relamiendo sus labios y disfrutando del sabor de la piel de la ojicafé. Se separó de ella y la vio agitada, sonrió socarronamente, orgulloso del efecto que habían tenido sus administraciones.

-Es momento de regresar, todos se están reuniendo -le dijo olfateando hacia la aldea.

-de acuerdo, vamos -le respondió Kagome mientras se reponía del asalto a sus sentidos. Lo vio inclinarse y subió a su espalda. Juntos se dirigieron hacia la aldea.

El trayecto fue corto y aunque ambos deseaban pasar más tiempo juntos después de los recientes acontecimientos, tenían una misión que cumplir.

Kagome se sorprendió al ver la aldea prácticamente sola, Miroku y Sango habían hecho un buen trabajo. Sus amigos se encontraban listos y alertas para la batalla, Miroku afilaba su bastón y Sango su Hiraitkotsu, Sesshomaru estaba en la distancia mirando a Rin quien le estaba enseñando los dibujos a color que había hecho con Shippo, sonrió ante la llegó prácticamente mientras bajaba de la espalda de InuYasha. La vio a la distancia y se acercó velozmente.

-Mi queri…-las palabras murieron en sus labios una vez estuvo a unos metros de distancia. La miró desconcertado y después a InuYasha, una, dos veces, su nariz se movió en su dirección y supo que la estaba olfateando. Los demás impresionados de que no hubiera ninguna pelea entre él e InuYasha estaban atentos a lo que pasaba. Kagome podía ver el asombro y la dolida mirada que le dirigió mientras se acercaba sin dejar de ver de reojo a InuYasha.

-Kagome, qué gusto verte -le dijo sereno, sin adornos y sin intentar tocar su mano como de costumbre. -Veo que has tomado tu decisión -le dijo mirando a InuYasha, el cual mantenía su porte serio. Ella solo asintió con una sonrisa tímida. -Bueno, lo hecho está hecho, mas te vale estar a la altura perro -le dirigió una severa mirada a InuYasha, este solo hizo un movimiento de cabeza.

Todos a excepción de Sesshomaru se quedaron mirando la interacción con caras de asombro hasta que…

-Amo InuYasha, señorita Kagome, que alegría que haya aceptado ser la compañera del amo.-se adelantó Myoga.

Hubo un silencio sepulcral hasta que al unísono todos los presentes (A excepción de Sesshomaru) aplaudieron y los felicitaron.

-Ya era hora niños - les dijo Kaede dándoles unas palmaditas.

-Kagome, ¿significa que te quedarás aquí, InuYasha vivirá con nosotros? - todos rieron

-Oye enan…

La pequeña burbuja de felicidad se rompió al percibir el fuerte aroma de Naraku. Justo en la dirección que Kikyo había predicho una nube de demonios y miasma se acercaba.

Llegó la hora! - gritó InuYasha. -Kuso, es mucho antes de lo esperado!-

Kaede se apresuró y metió a Shippo y Rin a la cabaña mientras levantaba una barrera. Los demás se pusieron en marcha.

Llegaron velozmente al claro, no eran un ejército pero todos tenían una gran fortaleza y deseo de erradicar de una vez por todas a Naraku por lo que tenían una escaneó rápidamente a los presentes. Su prioridad era proteger a Kagome pero no podía dejar de preocuparse por el bien de Kikyo, se extraño al no percibirla, pero supuso que ella tenía un plan que no había compartido con él como de costumbre. Debía estar atento.

Apenas se habían puesto en sus posiciones de batalla cuando la primera ola de demonios salió de la enorme nube de miasma y se abalanzó sobre ellos. Utilizando el viento cortante erradicó a la mayoría pero solo tuvieron segundos de claridad antes de que otra banda de demonios atacaran, todos se concentraron en dejarle el camino libre a InuYasha y Sesshomaru pues eran los más poderosos del grupo y sus espadas infringian el mayor daño. Kagome se mantenía cerca de ambos tratando de no gastar demasiadas flechas y resguardando los últimos fragmentos. Debían acercarse lo suficiente para romper el campo de energía de naraku y atacar lo suficiente para desmembrar su cuerpo y perforar su corazón.

El tóxico miasma los rodeaba y a pesar de estar utilizando las máscaras antiveneno de sango era difícil respirar y no podía detenerlo por completo. Tenían que darse prisa. Kagome disparó varias flechas en diferentes direcciónes para purificar el aire y dar un poco de alivio a sus aliados pero solo les conseguía pocos minutos antes de que el ambiente volviera a cerrarse. Había poca luz, la enorme nube no permitía pasar la luz de la luna.

-Es inutil, ha llegado su hora - les dijo Naraku.

Un enorme temblor se sintió bajo sus pies y de la tierra empezaron a salir enormes tentáculos demoníacos llenos de afiladas espinas que cortaban lo que tocaban, varios demonios se vieron rápidamente atrapados en ellos y se desangraban, Miroky y Sango se mantenían a salvo aún luchando por esquivarlos, pero visiblemente cansados. InuYasha cargaba a Kagome esquivando las nuevas apariciones, Sesshomaru levitaba esquivando también los ataques. Naraku aprovechó el sorpresivo ataque para mandar una avalancha nueva de demonios directamente a ella y a InuYasha, Miroku en un rápido movimiento utilizó su Kazana para evitar el daño mientras Sango lo defendía de los tentáculos.

-Miroku!-gritó un preocupado InuYasha al verla la cara llena de dolor y oler la sangre derramada por el nuevo corte en su kazana, se estaba arriesgando más de lo necesario, él mismo había dicho que uno o dos cortes más podían acabar con su vida. Tenía que aprovechar esa pequeña ventana, buscó con la mirada a Sesshomaru y una vez que hubieron hecho contacto asintió, Kagome atenta a sus movimientos preparó su flecha y al verlos blandir sus espadas al unísono, lanzó la flecha hacia el campu de Naraku. El campo cayó y la flecha de Kagome aterrizó en el hombro de Naraku deshaciendolo por completo, los tentáculos dejaron de salir de la tierra, InuYasha aprovechó para dejar a Kagome y solo con la mirada le pidió que confiara en él, ella asintió y él arremetió contra Naraku junto con Sesshomaru, ambos lograron infringir suficiente daño, pero al tener la perla el poder regenerativo era demasiado veloz, Kagome vio el resplandor de la perla que colgaba del pecho de Naraku, tenía que arrebatarsela para que quedara indefenso, preparó su flecha, apuntó y puso todo su poder en ese lanzamiento, en el momento en que la flecha dejó su arco sintió la presencia de Kikyo y una de sus flechas se unió en perfecta sincronía con la de ella impactando contra el pecho de naraku, la perla salió del pecho de naraku y se elevó en el aire, InuYasha saltó para alcanzarla y esa imagen fue lo último que Kagome vió antes de sentir una ola de energía impactar contra ella mandandola por los aires…después todo fue oscuridad, frío y dolor.

Kagome despertó con una dolorosa bocanada de aire, estaba cubierta de tierra, sangre y restos de demonio, buscó rápidamente a sus amigos, Miroku y Sango yacian inconscientes a unos metros, Koga estaba cojeando y ayudando a parte de sus compañeros a pararse. Había demasiado silencio, ¿dónde estaba InuYasha? ¿dónde? su corazón cada vez latía más rápido mientras intentaba con todas sus fuerzas correr hacia donde una gran nube negra empezaba a disiparse.

-Inu..-intentó gritar tosiendo,sintió el sabor de su sangre en su lengua, ignoró el dolor - ¡InuYasha!, ¡InuYasha! - gritaba a todo pulmón mientras se acercaba al lugar, tenía un mal presentimiento, ¿por qué no le contestaba?, estaba a pocos metros, se adentró a los rastros de la espesa niebla su vista empezaba a enfocar tres figuras, preparó una flecha, luchando con el dolor de su cuerpo, si Naraku seguía vivo, no podría fallar -InuYasha, por favor. - imploraba internamente por su bienestar, solo quería verlo vivo. Una ráfaga de aire helado reveló por fin la desgarradora realidad. InuYasha y Sessomaru habían atacado ambos costados de Naraku y sus espadas se encontraban profundamente en su interior dejando su corazón al descubierto, sin embargo, el exoesqueleto de Naraku se había expandido como nunca antes y había perforado sus cuerpos al mismo tiempo- Inu..Ya..sha..-dejó salir en un ahogado llanto mientras soltaba la flecha que impactó en el visible y negro corazón de Naraku. El cuerpo empezó a desintegrarse y con él, el grotesco y duro esqueleto externo en el cual se encontraban empalados, InuYasha y Sesshomaru.

INUYASHA´S POV

Naraku se había lanzado por la perla en el momento en el que la vio dejar su pecho, solo había bastado que uno de sus asquerosos dedos tuviera el mínimo contacto para extraer poder y en un último intento por defenderse expandir su armadura y perforar su cuerpo y el de su medio hermano. -Shikuso…bastardo-pensó tratando de mantenerse consciente. Entonces escuchó su voz -Ka..go…me? -los gritos de la azabache estaban cada vez más cerca, quería responder pero no podía moverse y su voz no quería salir - tienes que alejarte…Naraku - vio al demonio debil pero buscando regenerarse. Entonces la vió, corriendo hacia ellos,lastimada, cubierta de sangre y lágrimas, la vio apuntar a Naraku y soltar la flecha decisiva, el contacto con la tibieza de su poder purificador calmo unos segundo su dolor, vio como Naraku comenzaba a desaparecer y ella corría hacia él. Aún cubierta de suciedad, sangre y lágrimas, le parecía la mujer más hermosa.

Sintió su tibio cuerpo atraparlo mientras se desvanecía -oh, InuYasha…- le llamó llena de tristeza y preocupación mientras limpiaba su rostro, lo dejó con cuidado recostado y empezó a rasgar su falda y blusa, empezando a atar trozos de tela como torniquetes por su cuerpo, la sintió abrir su ahori y empezar a rasgar su kosode para obtener más vendar improvisadas.

-Ka..go..me -la llamó tosiendo.-ven..aquí…-le pidió con dificultad. En un segundo la tenía a la altura de su rostro, con una de sus manos fuertemente entre las suyas. Intentó levantar su otra mano para tocar su rostro pero las fuerzas le fallaron. Ella al leer su intención lleva la mano que sostenía a su rostro. -gana..mos-le dijo sonriendo.

-Lo hicimos -le contestó con una sonrisa llorosa.

-Tó..ma..la-le pidió dirigiendo su mirada a la mano que descansaba en el suelo. La vio sorprenderse y tomar la perla. Con cuidado sacó los fragmentos que tenía consigo y los unió con la perla la cual empezó a brillar por el efecto purificador de su presencia. -mision..com..ple..ta.-le dijo.

-oh, InuYasha…-lo llamó intentando contener el llanto mientras veía la extensión de sus heridas.

-Nos…vol...ve...remos a en…con...trar -le dijo con dificultad, presintiendo su destino.

-No…no hables, así…vas a estar bien…-le dijo acariciando su rostro.

-sa..bes…que…no…es..ver..dad.-le sonrió con dificultad, empezaba a sentirse muy débil por la pérdida de sangre. La vio buscar con la mirada por todas partes hasta que la escuchó llamar a Kikyo.

-Ella sabrá que hacer, solo tiene que decirme que hacer, yo use mis poderes para sanarla una vez, puedo hacerlo contigo…y todo estará bien, solo tiene que decirme como- la escuchó desesperada pero aún esperanzada. Kikyo llegó a su lado y se arrodilló. Su mirada era serena pero triste.

-Cumpliste tu promesa InuYasha -le dijo con una sonrisa.

-Te dije..que…lo…haría..-contestó con dificultad.

-Kikyo por favor, tenemos que hacer algo, dime como puedo sanar sus heridas como lo hice contigo -le pidió apresurada.

-Kagome, me temo que no es posible -le contestó con pesar.

Pero qué estás diciendo!, lo hice una vez contigo, ¿por qué no funcionará con InuYasha? -casi le gritó sin poder contener el llanto. Podía sentir las gotas de sus lágrimas sobre él.

-Utilizaste dos flechas que infundiste con la mayoría de tu poder, acabas de purificar la perla, estás muy débil y el arte de la sanación necesita mucha energía vital, ni siquiera yo puedo hacer algo con este cuerpo, pues solo es huesos y barro-

-No..no..no esto no puede ser…¿Kaede? -le preguntó esperanzada.

-Kaede no cuenta con esta habilidad Kagome, es muy rara entre las sacerdotisas, incluso a mí me tomó años llegar a un nivel muy básico.

-No,no..no..InuYasha…-lo llamó amorosamente mientras sentía la suave caricia de sus manos en su rostro.

-Lo siento InuYasha - le dijo Kikyo mientras apretaba ligeramente la mano que tenía libre antes de pararse y darles privacidad. Ante sus palabras, el llanto de Kagome se intensificó y la sintió temblar.

-No..esto…no puede…no…¿por qué? ¡por qué maldición! -sonrió al escucharla maldecir, tan impropio de ella.

-Ka..go..me - la llamó -bé..sa..me-le pidió, la vio limpiar sus lágrimas y bajar sobre su rostro, tomando delicadamente sus labios, el beso sabía a sangre, a ella y a él. Se refugió en la momentánea paz que la caricia le proveía. Cuando la caricia terminó la sintió acomodarlo lo suficiente para sostenerlo en un medio abrazo. El frío era cada vez más fuerte y empezaba a entumirse. Los ojos de Kagome fijos en él.

-Utilizaré a tenseiga -la escuchó decir decidida. Él rió. -tan cabeza dura -

-Sessho…no..sabe..mos…cuánto tiempo…incon..sci..ente -intentó decirle con dificultad. La sintió tensarse, el aroma a miedo envolviendola. Ella lo sabía, que no podía pasar demasiado tiempo desde que la persona fallecía para usar tenseiga, tal vez unas horas, pero no había manera de predecir en qué momento Sesshomaru despertaría, sus heridas eran severas al igual que las de InuYasha.

-No, es justo -le dijo llorando - por fin, estamos juntos -le dijo amorosamente mientras acariciaba su rostro.

-Me..hubiera..gus..ta..do…-una fuerte tos lo sacudió y sangre brotó hasta manchar aún más su pecho -co..no..certe…entonces…-Ella la miró confundida por unos minutos y le sonrió comprendiendo.

-Pero..Kikyo…la escuchó decir y el negó.

-Ella…que..ría…a…un..humano..una…vida…nor..mal-

-Crees que te habrías enamorado de mí en aquel entonces? -le dijo sonriendo mientras intentaba contener otro sollozo. Asintió. -te habría convencido de dejar el plan de apoderarte de la perla…-la escuchó continuar mientras el sonreía - te habría dicho, lo apuesto, -acaricio su rostro ,-fuerte, increíble y maravilloso que eres como Hanyou - sintió sus lágrimas empezar a escaparse mientras veía a la hermosa mujer por última vez añorar lo que hubiera sido su vida juntos si el destino no hubiera jugado con ellos -nos habríamos casado y tendríamos una cabaña a las afueras del pueblo, llena de niños…-la vio con ojos anhelantes y asintió.

-ca..cho..rros- le dijo respirando cada vez con mayor dificultad.

-si..dos niños y una niña, con hermosas orejitas -le dijo acariciando una de las suyas.

-grac..ias..-le dijo conmovido por las bellas palabras, por la historia que debió ser suya.

-No importa cuanto tiempo pase -le dijo segura -nuestras almas se volverán a unir, porque estamos destinados a encontrarnos -le dijo con convicción. Él asintió y con la poca fuerza que le quedaba intentó apretar una de sus manos.

-Te amo InuYasha…-le dijo con voz entrecortada - y siempre lo haré - terminó depositando un corto beso en sus labios.

-T..e..am..o-le dijo apenas en un susurro.

-Lo sé.

Podía sentir su cuerpo apagándose,sus pulmones luchaban por bombear aire, el sonido de su corazón cada vez era más lento, estaba muriendo. -Por lo menos lo haré en tus brazos -pensó mirando a su hermosa compañera, podía oler el miedo y la profunda tristeza emanar de ella y sin embargo sonreía para él, de esa manera que era sola y exclusiva para él. -desearía…desearía poder haberte conocido entonces…habría derrotado a Naraku antes de que se convirtiera en un monstruo, te habría amado como te mereces…Kagome…-ese fue su último pensamiento antes de sentir una cálida luz envolverlo y llevarlo a la inconsciencia.

KAGOME´S POV

Lo vio tomar su último aliento, sintió bajo su mano el último palpitar…incapaz de frenar más su dolor, gritó a los cuatro vientos su nombre.

-¡INUYASHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- dejó salir su rabia, su tristeza, el profundo dolor de perder a su otra mitad.

Fue entonces que lo sintió, un palpitar proveniente de la mano que entrelazaba con el peliplateado.

-La perla…-fue todo lo que pudo decir antes de sentirse envuelta en la brillante y cálida luz que emanó de ella sumiéndola en un profundo sueño.

INUYASHA´S POV 50 AÑOS ATRÁS

InuYasha se encontraba realizando su patrullaje matutino. Desde que había decidido instalarse en ese bosque lo hacía sin falta para asegurarse de encargarse de los débiles Youkais que iban en búsqueda de la perla de Shikon. -A partir de mañana no podré ni tendré que hacerlo -pensó recordando el pacto con Kikyo.-me convertiré en humano -no estaré solo nunca más- se dijo dirigiéndose a toda velocidad hacia el último sector del bosque.

Estaba por terminar cuando una ráfaga de viento atrajo el distintivo aroma a sangre, y restos de youkai - olfateo nuevamente - lágrimas secas…¿un humano? - y algo más que no podía lograr distinguir. Cauteloso se puso en marcha hacia el origen de aquel aroma. Lo que sea que despedía aquel olor estaba en el claro, justo a las afueras del bosque. Con cuidado se posicionó en uno de los árboles del perímetro, se escondió hábilmente y echó un vistazo.

Estaba a unos cuantos metros pero podía notar que era un humano, una mujer. Su cabello azabache no permitía ver su rostro. Como su olfato había predicho estaba cubierta de sangre y restos de youkai. Inspeccionó los alrededores, no se veían rastros de una pelea, ni se presentía energía demoníaca cerca. No olía a muerte por lo que la mujer debería estar viva. - no es asunto mío -pensó a punto de regresar a la aldea. Su nariz se encogió en muestra de molestia -lágrimas…-dudó un momento-si la dejo y Kikyo se entera, se molestará- se dijo irritado.

Si estaba inconsciente la dejaría en las afueras de la aldea para que alguien más la encontrara y la ayudara. No era su responsabilidad,solo no quería tener problemas con Kikyo. Se acercó sigilosamente hacia el cuerpo tendido. Tenía una extraña vestimenta que nunca había visto antes. Sus brazos y piernas estaban al descubierto -¿es una prostituta? -pensó de inmediato. Ninguna mujer se atrevería a usar una vestimenta tan indecorosa. Sin embargo no pudo evitar escanear las largas piernas y sentir su rostro sonrojarse,nunca había visto tanta piel en una mujer. La imagen de una mirada severa de Kikyo lo hizo sacudir esos pensamientos. ¿qué pensaría de él si supiera lo que acababa de hacer? -estúpidas, estúpidas ideas -se reprendió. La inspeccionó más de cerca. Estaba respirando aunque agitadamente, eso era una buena señal. Acercó con extremo cuidado su mano para moverla de su hombro y esperar a que rolara de manera que pudiera inspeccionar su rostro. La mujer cedió ante el movimiento y fue entonces que se escuchó emitir un sonido de sorpresa.

Que demonios…!- La mujer era increíblemente parecida a Kikyo. Su cabello era ondulado y era un poco más joven, pero el parecido era evidente. -¿Tal vez es un familiar? -se dijo confundido. Realmente nunca le había preguntado acerca de si tenía más familiares además de Kaede. Se acercó un poco más a su rostro aprovechando que seguía inconsciente. Nuevas lágrimas salían de sus ojos aun cerrados. - ¿pesadillas? - imaginó. Aspiró más profundamente para identificar su aroma bajo toda la sangre y restos de youkai. Sintió una extraña sensación al dar con él, era sutil pues estaba cubierto de otros aromas además de dolor y tristeza que seguramente se debían a lo que sea que estuviera soñando, pero estaba ahí, era un aroma cálido,le hizo recordar los primeros días de primavera cuando las flores empiezan a florecer nuevamente, no pudo evitar compararlo con el de Kikyo, el cual era lo opuesto, más fresco, casi frío, recordándole los últimos días del otoño y la entrada del invierno.

Siguió con su inspección, tenía una herida en la cabeza, sus brazos y piernas tenían rasguños y algunos golpes que seguro dejarían unos moretones. -¿En qué clase de lío se metió? - estaba bastante golpeada. -Será mejor que me de prisa - Lo mejor sería llevarla directamente con Kikyo.

Se acercó a la espera de que no se despertara cuando intentara moverla, lo que menos deseaba era que saliera corriendo al darse cuenta de que era un hanyou y no dejará que la ayudara. Apenas había intentado pasar un brazo bajo su espalda cuando la sintió tensarse -shikuso, vaya suerte -se maldijo quedándose inmovil, implorando a los dioses porque volviera a caer inconsciente -tal vez puedo noquearla un poco -pensó como plan B. Pero en cuanto los ojos de la mujer se abrieron y se posaron sobre los suyos, lágrimas empezaron a escurrir por su rostro, seguido de un fuerte llanto que tuvo a sus orejas contra su cráneo en segundos para protegerlas del potente llanto. Lo siguiente lo dejó completamente helado. La mujer se abalanzó sobre él y lo abrazó fuertemente enterrando su rostro en su cuello. Podía responder en segundos a diferentes ataques youkais pero no podía evadir a una mujer. -maldición- estaba a punto de moverse cuando la escucho.

-Pensé..pense que estabas muerto…oh…kami…estás bien…gracias…gracias.- repetía la extraña mujer mientras se apretaba fuertemente contra él. ¿Qué estaba pasando?¿Quién era esa humana y por qué lo estaba abrazando como si su vida dependiera de ello? - después de lo que le parecieron horas pero fueron simples segundos salió de su estupor y se alejó de ella.

-Oe Mujer, no sé qué pretendes pero ¡aleja tus sucias manos de mi! -le exigió levantando la voz y aventándola suavemente hacia atrás logrando que cayera sentada. La mirada de la mujer era de completa confusión.

-¿Inu..Yasha? -lo llamó por su nombre. Sorprendiéndolo.

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Cómo llegaste aquí? ¿y por qué te me echaste encima? - le recriminó buscando una explicación y poniéndose en guardia. La vio mover su cabeza en todas direcciones buscando algo. Despedía un aroma lleno de confusión, miedo y nerviosismo. -oye…te hice una pregunta…¿cómo llegaste aquí? ¿por qué estás cubierta de restos de youkai? ¿acaso también estás detrás de la perla de shikon? -Ante la mención de la perla la vio tensarse, verse sus manos y buscar en sus bolsillos. Las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos y la situación lo estaba haciendo sentir increíblemente incómodo y molesto.

-Qu..quien…-la vio empezar a temblar mientras intentaba hablar -es…la protectora..de..la..perla? -le preguntó temerosa.

-Khe! todos saben que Kikyo es la protectora de la perla.- le dijo. Su cara hizo un gesto de dolor y se desmayó.

-Kuso!-se maldijo ante la incómoda situación. Se apresuró a tomarla en brazos antes de que despertara y se dirigió hacia la cabaña de Kikyo.

KAGOME´S POV

Su cabeza dolía demasiado, escuchaba voces a lo lejos y su cuerpo ardía en varias partes. Se llevó una mano a la cabeza.

-hermana, parece que está despertando - dijo la voz de una niña.

Empezó a abrir sus ojos, intentando enfocarse, conocía el techo de esa cabaña. Seguramente la habían trasladado tras la batalla y por eso estaba en la choza de la anciana Kaede. -InuYasha - fue su primer pensamiento. Intentó ponerse de pie solo para ser detenida por…

-No intentes esforzarte, debes descansar, hemos cuidado tus heridas -le dijo esa calmada y controlada voz que conocía perfectamente bien.

-Kikyo…- la llamó tristemente cuando puso sus ojos sobre ella. La sacerdotisa la miró pensativa unos momentos antes de continuar con uno de los vendajes de su brazo.

-Veo que me conoces, ella es Kaede mi hermana menor y asistente -le dijo dirigiéndose hacia la niña que se encontraba sentada a su lado y proveía las vendas. Entonces todo hizo click.

No había sido un sueño. InuYasha había pedido un deseo en sus últimos momentos y la perla se lo había concedido. Se encontraba 50 años más atrás en el Sengoku.

-Oh InuYasha…-pensó recordando su muerte y el anhelo que había puesto en su deseo. Se echó a llorar dejando salir el cúmulo de sentimientos contenidos. Justo en otro universo o dimensión acababa de perder a su amado y ahora lo tenía nuevamente pero ¿sería capaz de cumplir su último deseo?