Actualizo por que el Traductor que tengo de vez en cuando empeoraba mi escritura. Pienso que Heisuke no le ganaría a una Chizuru más mentalizada y me gustaría que ella y él tuviesen una relación, no sé, favorable usando su juventud a su favor y que está Chizuru sea mejor que la del Anime, Ovas e Películas. Por sus Signos del Zodiaco e compatibilidad entre Virgo y Sagitario según la información del Toudou Heisuke real y la Wiki de Hakuoki son casi la pareja ideal.

Fue mi primera experiencia romántica en esté Videojuego y me fascino el personaje de Heisuke y su desarrollo.


Hakuouki: Los Capitanes del Shinsegumi

Ruta de Toudou Heisuke – ¡"Él" resulto ser "Ella"!


Mi nombre es Toudou Heisuke. Soy el Capitán de la Octava División del Shinsegumi. Yo… Nací como el hijo ilegitimo de una persona importante del Clan Toudou. Eso provoco una traición insoportable entre un amigo y yo. Diciendo desde mis espaldas cosas horribles de mi.

Me fui de aquel lugar y tuve espacio para él Shiei Kan. Pasaron muchas cosas antes de que el Romigushi fuera el Shinsegumi, mi amistad con Ibuki Ryuunosuke fue lo más preciado para mi, sus ánimos, su compañía, comprensión, la capacidad de ver una victoria contra Hijikata era imposible. Aunque estoy seguro de que Sano-san y él habían apostado, ¿me lo habré imaginado?

Lo deje marchar no sin antes cortarle el cabello y luego… Me encontré con algo que se podía llamarse como el Destino o el Hilo Rojo.

Primera impresión. Un niño inofensivo con mala suerte. Segundo impresión. Se aprecia la valentía de reunirnos para hablar y escuchar su explicación. Y la ultima. Agallas. Me miro, se acerco y me dijo enfadado su propia opinión.


‒ Tu. Antes dijiste "Si eres un hombre entonces no te queda de otra que aceptar tu destino, ¿no? Nunca te pusiste a pensar en escuchar las palabras de una persona antes de cometer un grave error. ‒

¡Ohhhhhhhhh! Que lengua. ¡Pero que descaro! Aprecio la audacia y todo, pero a Toudou Heisuke-sama no tolera que le hablen así. ‒ Y tu deberías cuidar tu lengua. ¿Sabes en que situación estas? Como hombre que eres deberías aceptar y ya. Así nos lo pondrás fácil. ‒ Había chispas en el aire. Nos miramos a los ojos y él no los aparto. Como si estuviéramos a punto de pelearnos a los golpes. Y… Cometí un error al decir y hacer…

‒ YO no soy ningún hombre. ‒

Aun mirando sude frió. Había una pequeña posibilidad, pero podría estar mintiendo. No quería, pero si, si le pregunte. ‒ ¿No me digas que eres una mujer? ‒ Pedía por favor que lo fuera mentalmente como Itou-san. Alguien de dialecto femenino. Pero…

‒ Por supuesto. ‒ ¡Alto y claro pareció que un rayo se me cayó encima! Shinpat-san y yo no lo creíamos. Pero Sano-san y Hajime-kun ya lo sabían desde el principio. ¡En mi defensa estaba vestida de hombre! ¡No había nada de femenina! Estaba de acuerdo en que las mujeres no deberían vestirse con Hakama. Pero la explicación de Hajime-kun me lo aclaro.

Las mujeres que son entrenadas para mínimo defenderse portan un Hakama para así moverse mejor. Y necesitaba protección y no podía ir sola, por eso se vestía así. Realmente fui un verdadero idiota y me disculpe con ella, no, con Chizuru.


Luego la revelación de que era la hija de Yukimura Kuodou estaba en cautiverio y bajo vigilancia. Un día ella vino y estaba con Shinpat-san y Sano-san, pero puso mala cara porque íbamos a Shimabara. Primero, no, no iba por mujeres como cierta persona narcisista de músculos. Solo quería beber.

Luego de escaparnos de Inoue-san dejando atrás a Shinpat-san fuimos a un lugar no lejos del Shinsegumi.


‒ ¡Je! Se lo merece. Eso le pasa por arrastrarme siempre a Shimabara y a sus problemas. ‒ Gracias al Karma. ‒ Si. Aunque después habrá problemas garantizados cuando volvamos. ‒ Si. No va durar mucho. Sano-san y yo conversamos, pero Chizuru estaba callada e silenciosa. ‒ Oye Chizuru. ¿Que opinas? ‒

‒ ¿De?

‒ ¿Como que "de"? Obviamente Shinpat-san se lo merece por arrastrarme a Shimabara y luego tomar mi dinero un par de veces. ‒

‒ ¿Exactamente que soy yo para decir si está bien o está mal? Yo no conozco absolutamente nada de ustedes. ‒

Tiene razón. Apenas tiene una idea de que somos. No está en posición para opinar aunque sea el tonto de Shinpat-san. ‒ Ya, pero, tampoco tienes que ser tan distante con nosotros. ‒

‒ Conozco bien mi posición. Entre ser asesinada o tirada para no servir de mucho hasta encontrar a mi padre se garantiza que no habrá confianza. Poseo cierto conocimiento que no debe salir a la luz. Aunque sea la asistente, limpie, cocine y demás no hay para mi en el Shinsegumi. ‒

Si. Tiene razón. Hacer las tareas del hogar no ganara nuestra confianza fácilmente, no garantizamos su seguridad si hace algo, tampoco se quedara durante mucho si encontramos a Koudou-san. Eso lo sabía, pero… ‒ Te protegeré. ‒ Eso salió de la nada para la cara sombría de Chizuru. ‒ ¿Qué? ‒ Parpadeaba confusa.

‒ No dijiste nada fuera de lugar y conoces bien tu lugar. Pero eres la victima, no la culpable. De echo… Deberías confiar y conocernos mejor, sino… Sino me lastimaras más si tu pones esa cara. ‒ No podía explicarlo bien. Su cara estaba sombría e solitaria. ¿Y como no? No tiene una casa al cual volver, no tiene amigos o familiares. Solo una panda de delincuentes que defienden Kyoto. ‒ ¿Cual cara? ‒

‒ ¿Cual cara? Pues… La cara de prisionera me lastima más que una apuñalada. ‒

‒ Es que soy una prisionera. ‒

‒ Ehmm, no. Más bien… Como te lo dijo… ‒ No encontraba fallas en su argumento. Me quedaba sin palabras. No podía ganarle en esto. Soy bueno con la espada, ¿pero porque no puedo ganarle a ella en una discusión o conversación?

‒ Eres la Princesa del Shinsegumi que todos queremos proteger. ‒ ¡Sano-saaaaaaamaaaaaaaaaaaaaaa! Cursi, pero cierto. Muy cursi. Bastante. Pero preciso. Yo asentí por la vergonzosa ventaja que me dio Sano-san. ‒ Chizuru. Eres linda, inteligente, independiente y atenta. Aunque hay veces que tu curiosidad e terquedad te pone más en contra.

‒ ¡Ya se! ¡Konpeito! ¡¿Que te parece si compramos Konpeito y Rakugan?! ¡Y después lo compartimos! ‒

‒ Hey, hey. Ya eso es ser infantil. Solamente a un niño se le ocurriría. ‒

‒ ¿Que tiene de malo? Es para que ella-

La cara de Chizuru estaba iluminada e deslumbrante. Se ve que le encantan las golosinas y los dulces como cualquier chica de por aquí. ‒ ¿De veras vamos? ‒ Inocente pregunta e iluminada en sus ojos destellantes obviamente la acompañe. ‒ Si. Sano-san paga. ‒

‒ ¿Porque tengo-? Bueno, no me queda de otra. Así le recupere una sonrisa en su rostro. Quizás la más bonita que allá visto. ¡Incluso saltaba de alegría que hasta me contagio!


Ella, no, Chizuru conocía bien que era ahora mismo. Sin hogar, sin amigos, sabía de los Rasetsu, sin confianza en otros, sin nada a su favor está sola. Aunque nosotros estemos ahí y nos apiademos no podemos negar la realidad.

¡Pero no tiene que ser así! No todo es lo que uno escucha puede ser cierto. Hay otra manera, por eso aquella vez la visite…


Como era mi turno en aquella noche pude ver que no dormía, bueno, si, si dormía, pero contra la pared a la defensiva con su Kodachi. Silenciosamente me acerque y la puse en el futon. ‒ ¿Porque me abandonaste…? ‒ A llanto silencioso Chizuru lloraba en su sueños. ‒ Padre. ‒ Esa era otra posibilidad. Puede que Koudou-san la haya abandona. No hay buena perspectiva de nosotros hacía él, pero para Chizuru es su única familia.

Está… Sola. Yo no se que verdad es, pero había una cosa clara. Está sola llorando en un techo e lugar que no se siente en casa.


En aquel enfrentamiento en Ikedaya fue uno a uno contra Amagiri Kyuju. Con lo oscuro que estaba y la fuerza parece que no había oportunidad.


‒ ¡Yo también luchare! ‒ Chizuru sacó su Kodachi frente a Amagiri. Si, no podía detenerme y menos en un combate. Menos a petición de ella. ‒ Puede que no sea una experta o tan fuerte como tu, pero al menos te cubriré la espalda. ‒ Esa valentía al borde de las lagrimas, sus manos tembladas y su cara pálida no me dio una sonrisa en el rostro. ‒ ¿Cubrir mi espalda? No, imposible. Estás cien años para ello. ‒


Me dio una pequeña risa. Un alivio y peso encima en una situación peligrosa. Incluso se tomo la molestia de cuidarme y no pegar ojo hasta que yo estuviese bien. Su cara poseía ojeras cuando me desperté.


Al abrir los ojos estaban Shinpat-san, Sano-san y Chizuru. ¡Joder! Como me dolía. ‒ Menos mal. Al fin despertaste. ‒ Estando boca abajo pude escuchar la risa de Sano-san. ‒ Tranquilo. Con esto no lo mata aunque hubieran mil oponentes. Era de esperarse de nuestro Peque Cabeza Caliente. ‒

‒ Si, si. Yo soy- ¡¿A quien carajos le llamas-?! ¡Ahhhhh! ‒ Ni en posición de quejarme estoy. ¡Puta vida, ya veras Shinpat-san!

Las manos de Chizuru quien no había dicho ni una sola palabra me abrazaron suavemente. Puso su cabeza y sus manos acariciándome. ‒ ¿Eh? Chizuru-

‒ Estas vivo… ‒ Una voz quebrada resonó. ‒ M-M-Me alegra… Me alegra de que estés vivo... Heisuke-kun… ‒ Llorando de alivio de que haya recuperado la consciencia. Gracias a su llanto las burlas de Shinpat-san se detuvieron, pero no era mi intención hacerle pasar un mal momento. No necesitaba mirarla para saberlo. Estaba realmente preocupada por mi. ‒ Perdona, Chizuru. Cuando me recupere te llevare a un lugar divertido. ‒

No me sentía mal cuando ese llanto tan gentil eran para mi. Se sentía reconfortante y cálido. Me sentí cerca suyo. A lo más parecido a la cercanía con Koudou-san.

Su mejillas estaban tan calientitas, sus lagrimas más que frías sentía cura ante mi irritación, sus manos gentilmente frotan con cuidado mi espalda y más que nada fue ella quien me atendió sin dormir mucho.

Me dio su meñique en mi lado derecho. ‒ ¿Me lo prometes...? *sniff* *sniff* ‒ ¡Que lindaaaaaaaaaaaaa! Acepte con mi meñique simbolizando mi promesa con ella. ‒ Te lo prometo. ‒ Ambos nos preocupamos y nos cuidamos. Saber que yo le importo me inspira a seguir adelante y me olvido de todo lo malo que me paso.


Me gusta así. Le añade cariño y me inspire en la escena de Mairimashita Iruma-kun en donde Iruma estaba aliviado de que Asmodeus Alice estuviese vivo. Lo demás es para es un tanto inventado por mi luego de irse de los Cuarteles inspirándome en una parte del juego donde Heisuke le dice que hacer los labores de los Cuarteles no le harán que les gane su confianza. Por-lo-que lo hice al revés dejando al muchacho sin habla.