Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
~Cielos Distantes.~
(Día 1. Cambio de Roles.)
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—No estás descansando.
A Senku no le sorprende la presencia de la intrusa, ni tampoco la acusación implícita en su tono de voz. Directamente, ella no está cuestionando el rechazo de Senku a dormir cuando menos unas dos horas, sino que en la medida de lo posible, la aseveración se convierte en una certera reprimenda por semejante insensatez.
—Los cálculos ¿Cómo van Chrome y Sai con eso? —Senku patenta una ladina sonrisa cuando se vuelve hacia la chica, tratando de cambiar el tema y el foco de atención.
Kohaku suspira con resignación ante la actitud evasiva de su compañero. A pesar de esa estúpida sonrisa en su rostro, la preocupación y el estrés por la situación siguen presentes en la superficie.
—Los cálculos van bien, aunque tardarán un poco más de lo esperado ya que nos faltan algunos datos sobre las condiciones atmosféricas de la Tierra. —o al menos eso es lo que Chrome y Chelsea discutían cuando ella decidió verificar a Senku.
Después de la disputa con Ryusui sobre el destino de aterrizaje de la nave Soyuz, y a pesar de la extraña calma aparente, Senku simplemente desapareció de la vista de los demás.
—Tenemos al menos unas horas para obtener toda la información que necesitamos antes de que los satélites se alejen por la curvatura de la Tierra.
—¿Por qué no vamos a la base del cosmódromo? —Kohaku gravita lentamente hacia Senku para poder situarse a su lado, frente a la enorme ventana que mira directamente hacia la Tierra—. Si tenemos el equipo adecuado, quizá podamos encontrar una manera de despetrificar a todo el mundo.
De hecho, el plan de Ryusui sobre aterrizar en la base de lanzamiento Rusa no es del todo descabellado. Sin embargo…
—Esa base fue fundada originalmente por la nación soviética, dando inicio a la carrera espacial… Si bien las instalaciones siguen en pie hasta nuestros días y la tecnología de la base ha sido actualizada, tendremos mayor ventaja si utilizamos la que tiene JAXA.
Ella no puede saberlo con seguridad, Kohaku no tiene idea de en dónde radica la diferencia que podría darles una oportunidad para sobrevivir a su descenso a la Tierra.
—Entonces ¿por qué no ir a Estados Unidos? En la sede de California, a SPACEX.
Si era cuestión de tecnología, entonces Estados Unidos era la mejor opción ¿Verdad?
—Leona, nuestra posición nos da sólo dos opciones. Podríamos lograr que la estación espacial cambie de dirección, pero nos llevará varias horas más tener una posición favorable para aterrizar o en el peor de los casos, acuatizar cerca de California.
Valioso tiempo que no tienen.
Senku se cruza de brazos, totalmente frustrado por su situación actual. Pero de igual manera, intrigado por el extraño halo de Luz verde que cubrió al planeta y petrificó a la humanidad. La suerte nunca ha estado de su lado durante toda su vida, sin embargo, esta fue la excepción a la regla.
De no haber estado a miles de kilómetros, flotando en el espacio en ese enorme e impresionante complejo de tecnología, quizá ahora estaría petrificado con el resto de la humanidad. ¿Por una vez en su vida, eso fue suerte?
Quizá.
—¿Es por tu padre, cierto? ¿Estás preocupado por él? —ella lo mira expectante, buscando la verdad en los ojos de Senku.
Con el tiempo (en realidad el poco tiempo desde que se conocieron durante los entrenamientos del programa espacial) Kohaku ha aprendido a leer entre líneas la expresión en la mirada y acciones de Senku. Basta un simple gesto en sus expresivos ojos o una palabra para saber cómo se siente.
Y ella puede ver el reflejo de su preocupación en sus acciones.
Pero cualquier atisbo de emoción se esfuma cuando una cínica sonrisa se forma en los labios de Senku antes de hablar:
—¿El viejo? Ni siquiera lo recordé hasta que tú lo mencionaste —suelta sarcásticamente mientras hurga en el interior de su oreja con el meñique—. Sólo quiero las mejores herramientas para llegar al fondo de este absurdo acontecimiento… de este misterio para la ciencia. Es emocionante.
Era una mentira y Kohaku lo sabe casi de inmediato. Senku es una persona cerrada en cuanto a sus sentimientos y a la capacidad de expresarlos. Sí, es alguien inteligente, pero con ineptitud emocional.
Podría engañar a cualquiera con ese absurdo acto de superioridad jactanciosa por el misterio de la petrificación, pero en el fondo, al igual que ella con su hermana, Senku está preocupado por la única familia que tiene: Su padre.
Quien se encuentra a miles de kilómetros petrificado con el resto de la humanidad.
—Deja ya esa estúpida despreocupación Senku, sé que quieres ir a Japón porque es la única manera de ayudar a tu padre —Kohaku le toca el hombro con sutileza para transmitirle algo de apoyo y comprensión—. Y sé que lo harás, que no sólo vas a salvar a tu padre, sino a toda la humanidad. —está segura.
Ella tiene toda su fe puesta en él.
—Pones demasiada confianza en mí, Leona. —él la mira de soslayo con un toque de picardía que está fuera de lugar, pero no se aparta del toque de Kohaku.
La mano de la chica nunca deja el hombro de Senku, ni siquiera cuando ella le da un pequeño golpe a un costado de su cuerpo para denotar su molestia ante el apodo con el que comenzó a llamarla desde que se conocieron.
A pesar de ello, Senku ni siquiera se inmuta ante tal agresión. La ausencia de gravedad en la estación espacial reduce considerablemente la fuerza del impacto.
—Bueno, confío en que esa estúpida determinación y arrogancia podrán servirnos de algo.
—Qué manera de matar el momento —se queja Senku—. Pensé que recibiría al menos otro elogio de tu parte.
Espera al menos otra réplica sarcástica como respuesta de Kohaku, pero no obtiene más que el silencio parcial interrumpido únicamente por el constante zumbido analógico de las paredes del complejo.
Kohaku se pierde mirando la inmensidad del vacío en la oscuridad de lo que ahora se ha convertido la Tierra. Si antes la vista de la grandiosidad del planeta fue digna de admirar por más de un par de minutos, ahora, el tétrico panorama sólo la hace querer cerrar los ojos y comprobar que todo esto no es más que una cruel pesadilla.
—¿Puedes prometerme algo Senku? —ella habla después de lo que parece una eternidad.
—Siempre y cuando sea algo que esté a mi alcance.
Es justo, después de todo.
—Prométeme que encontrarás la manera de salvar a todos. —Kohaku aparta la mirada de la oscuridad, sintiendo el peso de la impotencia a cuestas.
"Salva a mi hermana"
Ella no podría hacer mucho, pero confía en Senku ciegamente.
—Si tenemos a la Ciencia de nuestro lado, es seguro que lo haremos. Venceremos a esta absurda fantasía de la petrificación.
Kohaku puede ver la sinceridad y el brillo en su mirada, con la promesa explícita de que así será.
Y sólo por esa fracción de segundo, mientras contempla la genuina sonrisa de Senku, se permite devolver el gesto olvidándose momentáneamente de todo lo demás.
Todo saldrá bien, él se lo ha asegurado.
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Fin.
N/A:
Me uní al Fandom hace apenas unos meses y es la primera vez que participo en la Week… honestamente no estaba segura sobre qué hacer para el primer tema así que improvisé un poco con la temática de cambio de roles.
Quise poner a Senku y Kohaku como Byakuya y Lillian, al menos lo intenté XD y esto fue lo que salió…
En fin… espero disfruten de la Semana Senhaku y de todo el material que los artistas y fickers prepararon 7u7
Hay que darle mucho amor a la OTP :3
