Listo!
Alexitimia
Capítulo 30
¡Hay que verlo, hay que conocerlo,
el verdadero rostro del sujeto de la semillas!
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Las semanas habían pasado, casi en un abrir y cerrar de ojos. Faltaban pocos días para que el invierno terminara y comenzara la primavera; sin embargo, el clima seguía tal cual como si acabara de empezar el invierno, o al menos así lo percibía el Uchiha, quien lentamente bebía té verde de la taza humeante que sostenía, mientras contemplaba atento a la chica que estaba en la cocina con un delantal prestado color amarillo y la cual revolvía lentamente unas mezclas que había puesto en una vasija; era su amiga Sakura, la llamada reliquia, la persona que tenía el poder para restaurar el clima, pero que por el momento se encontraba "fuera de servicio".
Sasuke comenzó a reflexionar sobre los días pasados.
Después de que llegaron a la aldea, Kakashi se volvió a reunir con los kages de la alianza vía remota, y como se esperaba ya todos estaban enterados de lo que había sucedido con Sakura.
Por dicha indiscreción hecha por las sacerdotisas (que revelaron detalles de más) el Hokage se atrevió a pedir unos cuantos días para Sakura, aludiendo que era lo mejor para su salud mental. Después de discutir por varias horas, la petición fue entonces puesta a votación y el resultado fue: 3 a favor y 2 en contra.
Los que estuvieron a favor fueron Kakashi, Gaara e increíblemente Mei Terumi, quien, aún con dudas, terminó por ceder al empatizar de cierto modo con la situación por la que pasó Sakura, a diferencia del Raikage que votó con un rotundo "NO", pues su país seguía siendo afectado por una tormenta que al parecer no tenía fin, y el Tsuchikage que, aunque comprendía la situación, no podía dejar de lado lo que pasaba en su aldea y país.
Sin embargo, con la mayoría a favor, se le concedió a la reliquia unos días de descanso, e increíblemente cuando sucedió eso, el pésimo clima para quienes lo sufrían se detuvo, quedándose solamente con un ambiente gélido como el que ahora se presentaba en Konoha.
¿Había sido Sakura o Yuki?
Se cuestionaron todos aquellos que conocían el secreto de Sakura, lo cierto es que Sakura negó que ella estuviera afectando de mala voluntad a las demás aldeas, por lo que concluyeron que había sido por causa de la otra parte de Yuki que aún vagaba por el mundo en forma de espíritu, o en todo caso la organización flor de Loto.
Sasuke lo reflexionó en su momento y se inclinó más por hacer responsable a ese espíritu que atormentaba a su amiga y cuya parte encerrada también estaba extrañamente muy calmada. ¿Por buena voluntad? Lo dudaba, más bien creía que ambas partes planeaban algo, pero aún no lograba figurar qué era, solamente se podía imaginar que estaban manipulando todo para perjudicar, culpar o engañar a Sakura.
Aunque pensando en su amiga, la verdad es que esta se encontraba bastante tranquila desde que la dejaron de presionar, lo que ayudó a que los problemas personales que tenía se aligeraran de cierta manera.
Como era de esperarse, Sakura le tuvo que contar a otras personas sobre lo que le había sucedido, médicos con los que colaboraba y los cuales al saberlo le ofrecieron su apoyo incondicional.
Sakura también se armó de valor y se lo contó a sus padres, quienes no pudieron hacer más que llorar por el infortunio de su hija. Fue un momento emotivo entre la familia Haruno, creyó Sasuke, quien estuvo de cerca, acompañándola el día que les reveló todo; sin embargo, sólo notó un desacertado comentario por parte de sus padres, quienes en su dolor y consuelo le dijeron a su hija que no importaba que nadie más la quisiera, ellos siempre la iban a querer; para Sasuke fue como si de cierta forma los padres de ella, incluso otras personas como esas sacerdotisas, la estuvieran estigmatizando por lo sucedido, haciéndole creer que por lo que pasó ya no era digna de estar con alguien más.
Por supuesto Sakura no creía eso, sólo tomó lo bueno de todo el consuelo recibido y lo innecesario lo dejó de lado. Era demasiado inteligente y ella conocía perfectamente lo que valía.
—Ya pronto estará, dame 10 minutos más. —avisó ella con una sonrisa.
Sasuke no respondió, sólo bajó un poco la mirada ya que nuevamente, como últimamente solía pasar, se le había quedado viendo quien sabe por cuanto tiempo y pronto comenzó a sentirse incómodamente estúpido al proyectar una imagen mental de ese sitio como un hogar propio y el cual compartía con ella.
Pero ese lugar no era su hogar, reflexionó volviendo a la realidad, era solo la casa de Naruto y su esposa, y pensando justo en el tercio faltante de su equipo, Naruto llegó con ellos casi a rastras y somnoliento, mientras rascaba perezosamente por debajo de su camisa blanca.
—Buenos días. —saludó con aburrimiento y algo desanimado.
—Buenos días, Naruto. En unos minutos más sirvo el desayuno.
El rubio tragó saliva al escuchar aquella voz en la cocina.
—Sí, Sakura-chan. —respondió nervioso.
Sasuke sólo miró a su amigo con una ceja arqueada, pensando que era un exagerado y también un mimado de primera; porque entre una de las cosas que había pasado es que Hinata Hyuga de Uzumaki no se encontraba en ese momento con ellos ya que fue solicitada por Shikamaru para realizar una misión en el país de la primavera.
Motivo. Algo que en su momento le sacó de sus casillas pues el Nara les confió tanto a ellos como al Hokage sus sospechas de que algo les habían hecho a ellos también, es decir a los que acompañaron a Sakura durante la misión en el país de la primavera, pues al ninja aún se le hacía inconcebible que no se hubieran dado cuenta de que su compañera hubiera sido violada en su habitación mientras ellos dormían.
Cuando Yamanaka y la esposa de Naruto también reflexionaron sobre aquello, también comenzaron a sospechar, pues no importaba qué tan cansados estuvieran, creyeron que al menos algo habrían percibido y no lo hicieron.
Así que Hinata Uzumaki se fue, desde hacía casi 6 días, dejando al desahuciado Naruto que, aunque no quería que fuera y tampoco le permitieron acompañarlos, finalmente cumplió con su palabra de respetar a su esposa como la shinobi que era. De cualquier manera, Chouji también los acompañaría y Shikamaru se comprometió a que no perdería de vista a sus compañeras y eso lo hizo sentirse más calmado.
La responsabilidad de cuidar y hacer los deberes de la casa entonces recayó en el equipo 7, y no es que la esposa de Naruto hiciera todo en el hogar, pero al menos si se encargaba de la tarea más importante: la comida; pues Naruto era un desastre para ello, Sasuke sólo se limitaba a hacer bolas de arroz y Sakura, según Naruto, la cocina no era su fuerte, además de que a veces ella se tenía que retirar muy temprano para trabajar en el hospital y llegaba muy tarde.
Porque sí, esa era otra de las cosas que habían sucedido, Sakura había vuelto rotativamente a sus labores, y Sasuke, acompañándola, pudo ver con más claridad la dedicación y entrega de su compañera para con su trabajo.
Después de liberarse de sus pesares, pareció que a Sakura le fue más fácil tratar con las personas, eso sí, con los niños, Sasuke consideraba que Sakura era como todo un rayo de luz que los iluminaba y hacia sonreír con su sola presencia.
De cierto modo, le encantó verla trabajar y dando su mejor esfuerzo en todo lo que hacía. Incluso en su tiempo libre Sakura trató de enseñarle los principios del ninjutsu médico y lo retó a que reviviera a un pez usando su chakra, él lo intentó y terminaron comiendo pescado asado ese día.
—Bien, la comida está lista. —avisó Sakura, llevando consigo unas bandejas que cargaban varios platos con comida.
Un tazón de arroz, un tazón con sopa miso, un platillo que tenía una porción de pescado, y otro que tenía una ensalada de lechuga y tomate.
—¡Wow! Sakura-chan, ahora si te luciste… todo se ve espectacular. —halagó Naruto, cuya baba empezó a escurrir de su boca.
—Gracias, antes de ponerme a cocinar estudié un poco del libro: "comidas sanas para una vida saludable"
—Ni idea de cuál sea, en fin, buen provecho. —agradeció el rubio comenzando con el arroz, sin embargo, al comer un bocado el sabor no le resultó tan satisfactorio.
Sakura y Sasuke notaron de inmediato el cambio de ánimo en su amigo.
—¿Qué? ¿No sabe bien? —cuestionó Sakura con el entrecejo fruncido.
Naruto tragó lo que tenía en la boca.
—No, no es eso…—respondió nervioso. —Es que… cómo decirlo…
—¿Decir qué?
—Sabe a… sabe a nutritivo…
—¿Nutritivo? ¡Es arroz casero! ¡No un tazón de ramen instantáneo!
—¿Le echaste sal?
—Sólo la necesaria, no quieres retener líquidos ¿verdad? —amenazó Sakura chocando sus puños.
—No, no quiero. —siguió Naruto comiendo nerviosamente. —¿Puedo echarle salsa de soya por lo menos?
—Ush… pues si quieres, shannaro, esto me pasa por querer hacer que coman más saludable. —se rindió ella, comenzando a comer.
—Ah, Sakura-chan cocinas muy bien, pero muy saludable, dattebayo —siguió halagando Naruto mientras iba por la salsa.
Sasuke, quien había comenzado por comerse los tomates de la ensalada, probó el arroz para comprobar si lo que decía Naruto era verdad, y… no le pareció malo, al contrario, era rico y el arroz se sentía ligero al masticar, no como el arroz que él preparaba o la esposa de Naruto que era demasiado pesado para su gusto.
—Eh…Teme … ¿a ti si te gustó?
Con una segunda porción de arroz en su boca, Sasuke dirigió la mirada hacia su amigo, que con una sonrisita burlona parecía querer incomodarlo.
—No está mal. —se limitó a responder con la verdad, y sólo pudo ver de reojo que Sakura discretamente sonrió, un efecto que también causó algo en él.
—Ush… es el colmo, ustedes dos son demasiado raros. —dictaminó Naruto, comiendo del arroz que se había vuelto café por la salsa.
—Tú estás mimado, Usuratonkachi. —contradijo Sasuke con tranquilidad.
Naruto rabió instantáneamente y se disponía a protestar escandalosamente cuando en eso el sonido del timbre resonó por toda la casa Uzumaki.
—¿Una visita? ¿Quién será tan temprano?
Naruto se alejó para atender a la puerta, mientras Sakura y Sasuke se mantuvieron al tanto y a la expectativa de quien podría ser.
—¿Sí?
—Ah, Uzumaki-san, buenos días, perdón por molestar.
Era la voz de una anciana, reconoció Sasuke, a Sakura se le hizo familiar.
—Me dijeron que la doctora Haruno se encuentra viviendo aquí.
—¿Eh? ¿Sakura-chan?… sí.
—¿Se encuentra aquí?
—Ah… ya sé quién es. —reconoció finalmente Sakura poniéndose de pie.
Al hacerlo, Naruto entró al comedor en compañía de una ancianita de baja estatura que iba vestida con un kimono de estampado floral muy elegante y un gran abrigo afelpado, llevaba con ella un bolso pequeño en forma de morral. Se notaba que era de dinero.
—Sakura-chan… Etto…
—Sra. Tanaka, buenos días. —saludó inclinando la cabeza. —Naruto, Sasuke-kun… ella es la Sra. Tanaka, mi antigua casera. —presentó a los confundidos varones.
La sonriente anciana asintió.
— Doctora, cuanto tiempo sin verla.
—Sí, lo sé… ¿se encuentra bien de salud? ¿hay algo en lo que la pueda ayudar?
—Que amable, yo me encuentro perfectamente; el motivo de mi visita no es de índole médica, sino otro —comenzó a esculcar en el elegante bolso que llevaba, de donde sacó un sobre de color verde muy bonito. —Vine a traerle esto, lo dejaron en el apartado postal que tenía, parece ser que alguien no sabe que ya se mudó a otro sitio, no tiene información de quién lo envía ni siquiera la dirección escrita, solo viene su nombre, doctora.
—¿Una carta para mí?
Sakura al tomarlo, de inmediato sintió que había algo más que papel en el interior del sobre, y rápidamente procedió a abrirlo ante las atentas e intrigadas miradas de sus amigos.
—Semillas para plantar. —un sonrojo se apoderó de sus mejillas al ver el detalle y la nota que la acompañaba y la cual solo decía "plántalas".
—Oh… que bonito detalle. —admiró la ancianita, atenta al regalo.
—Así que tu admirador secreto está al acecho de nuevo. ¿Eh?… Sakura- chan. —insinuó Naruto con una sonrisita picarona.
—Hmph… —fue lo único que pronunció el enseriado Sasuke, quien se limitó a seguir comiendo.
—¿Cuál admirador? Tal vez sólo se trate de…
—¡Ya no lo niegues Sakura-chan! ¡Alguien anda detrás de tus huesitos y es hora de que descubramos de quién se trata!
—¿Eh?¡Qué! —replicó la médico abochornada.
A Sasuke se le atoró la comida en la garganta ante semejante idea.
—¡Señora! ¡usted es la clave! —señaló Naruto a la invitada.
—¡Oooooh! —pronunció la dama sintiéndose como si hubiera ganado un premio.
—Díganos, fina dama ¿en qué condiciones encontró este hermoso detalle?
—¿Qué clase de pregunta es esa, Naruto? ¿No escuchaste que lo encontró en mi antiguo apartado postal?
—Sí, Sakura-chan… pero me refiero a si el sobre llevaba días ahí, lo encontró hoy o fue antes… ¡detalles, dattebayo!
—Pues ahora que lo dices, jovencito. —respondió la ancianita pensante. —Lo encontré el día de hoy, cuando regresaba de mi almuerzo, cuando salí no estaba y de hecho creo que…
—¡¿Qué?! —cuestionaron Naruto y Sakura curiosos.
Detrás de ellos, Sasuke estaba que devoraba malhumorado sus alimentos.
—Vi a un muchacho que salió corriendo del lugar en donde se encuentran los apartados postales.
Naruto pegó un grito en el cielo. —¡¿Entonces si es un hombre?!
Sakura se sonrojó más.
—Y uno al parecer muy guapo. —dijo la ensoñada anciana a la cual de repente le salieron brillitos de los ojos.
—¿Cómo lo sabe?
—Pues sólo lo vi de espaldas, pero no se crean, aún tengo muy buena vista, y pude apreciar que tenía un espalda ancha, muy varonil, era alto, tal y como me gustan… —suspiró enamorada.
—No invente ¿todo eso le vio? Ttebayo… pero ¿le vio el rostro? ¿Es alguien que conozca?
La anciana negó con la cabeza.
—No creo, porque no hay ningún shinobi que se hospede actualmente en mi complejo departamental.
—¡Un momento! ¿Un shinobi? —interrumpió Sakura. —¿Cómo sabe que era un shinobi?
—Traía puesto uno de esos chalecos verdes que ustedes los shinobis usan.
Naruto y Sakura se vieron entre sí.
—¡¿Y si es Kakashi-sensei?! —Naruto se espantó. —¡Es el único que se me ocurre! ¡¿Y si quiere algo con Sakura-chan?! ¡Es un pervertido asaltacunas!
El irritado Sasuke por detrás golpeó la taza de té, pero nadie le prestó atención.
—Ay, ¿cómo crees, Naruto? —contradijo Sakura nerviosa. —Kakashi sensei es como mi papá.
—No, no es el Hokage. —difirió igualmente la anciana.
—¿Cómo puede estar tan segura?
La anciana rio como tal una testigo que tenía un as bajo la manga.
—¡Ese muchacho tenía el cabello castaño y una bandana ninja color rojo!
La revelación impacto a Naruto y compañía, en realidad a Sasuke no, quien sólo veía que todo aquello era ridículo.
—Shinobi de rango chunnin o jounin, bandana roja, cabello castaño, espalda ancha, varonil y guapo… —comenzó a enumerar Naruto enseriado. —Creo que tenemos información suficiente para atraparlo.
—¿Qué tanto balbuceas Naruto? —preguntó Sakura sin entender nada.
—¡Sakura-chan! ¡iremos tras el sujeto de las semillas! —reveló decidido.
—Eh… pero yo no quiero.
—Sakura-chan… ¿qué tal si es él el elegido? —replicó su amigo, tomándola dramáticamente de las manos. —¿Y si es tu alma gemela, con quien estás destinada a casarte y a tener una familia?
Sakura se sonrojó y se puso más nerviosa con cada palabra que su amigo decía.
—Bueno yo no creo en eso, pero…—volvió a reír nerviosa. — ¿a quién engaño? Suena divertido ¡averigüemos quién es ese tipo!
—Hmph…—otro bufido por parte de Sasuke se hizo notar. —Que tontería… no cuenten conmigo.
—¿Y si en realidad está feo? —musitó Naruto instigadoramente.
A Sasuke se le sacudió la espina dorsal, imaginándose que el tipo de la espalda ancha y cabello castaño se giraba mostrando unos horribles dientes de caballo, labios anchos y granos en la cara.
—¿O si es más guapo que tú y yo juntos? —siguió instigando Naruto.
Sasuke casi se vomita con lo que proyectó en su imaginación.
—"Ya cayó" —pensó el sonriente Naruto, viendo que de nuevo su amigo había caído tal como en el pasado.
—¡Por supuesto que no! —replicó Sasuke de repente, recobrando la compostura.
—¡¿EEH?! ¡¿Cómo?
—Ya no tengo 12 años.
—Bueno, Sasuke-kun… entonces te quedas aquí, mientras Naruto y yo buscamos al tipo de las semillas. —decidió Sakura con una sonrisa, alejándose escaleras arriba —Iré a cambiarme… ¡Naruto, abrígate bien, hace frío afuera!
—¡Lo que digas Sakura-chan! ¡Igual tú ponte bonita por si encontramos a ese sujeto… ¡Recuerda que puede ser tu alma gemela!
—¡Está bien! ¡Iré! —aceptó Sasuke entre gruñidos. —Pero solamente porque tengo que cuidar de Sakura, no confío en ti, Naruto.
—Ay sí, como no… para mí que también quieres saber quién es ese tipo. —se burló este, haciendo rabiar al Uchiha que malhumorado fue a ponerse su capa.
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El equipo 7 junto a la casera de los departamentos, llegaron a la "escena del crimen", según Naruto, que se puso en modo shinobi espía.
Apenas llegando, entrevistó a algunos de los residentes, a quienes cuestionó si habían visto a un shinobi con sus respectivas características.
Uno de los residentes entrevistados, testificó que, en efecto, vio a un shinobi desconocido bajando por las escaleras, y a sus propias palabras dijo que le pareció ver que venía del cuarto piso, piso en donde estaba el departamento que Sakura ocupaba.
Con dicho testimonio, Naruto y su equipo fueron posteriormente a analizar el lugar donde estaban los apartados postales y que, a simple vista, sólo eran eso: unos comunes y normales apartados postales.
—Sí, al parecer no hay rastro alguno del sospechoso. —dedujo Naruto al terminar su "análisis".
—Vaya, que perceptivo, no se te vaya a deshacer el cerebro de tanto pensar. —insultó el malhumorado Sasuke.
—Naruto… ¿qué estamos haciendo aquí? Es evidente que aquí no hay nada. —dijo Sakura, tomándolo también por tonto.
—Jeje… creo que me estoy dejando llevar. Anciana… ¿nos podría decir qué rumbo tomó ese sujeto?
La ancianita que aún los acompañaba en el proceso, señaló hacia un punto.
—Hacia ese lado. En dirección al distrito comercial, como hace 2 horas aproximadamente.
—¡¿El distrito comercial!? ¡Excelente! ¡Vayamos a averiguar!
Los tres shinobis se despidieron de la anciana y prosiguieron a caminar hacia el distrito comercial.
—¿No sería más fácil ir a la torre Hokage y pedirle permiso a Kakashi sensei para que nos deje ver todos los registros de los shinobis que hay en la aldea?
—ay, no… que aburrido Sakura-chan… ¿dónde está tu espíritu de aventura?
—Bueno, yo sólo decía…
—Además, está misión también es de reconocimiento, ¿qué tal si ese tipo es muy carita y todo eso pero tiene fetiches raros?
Sakura sudó en frío, imaginándose que podría ser uno de esos hombres obsesivos con los pies o con las manos, incluso de los enfermos mentales de los que sus colegas le contaban, que gustaban maltratar animales por placer.
—Por eso, es necesario que investiguemos no sólo al tipo sino a los posibles lugares a los que va, y que mejor que el distrito comercial para averiguarlo.
—Vaya, realmente te lo estás tomando en serio, Naruto.
—Por supuesto, se trata de tu felicidad, Sakura-chan —sinceró este con una enorme sonrisa.
La médico sólo sonrió negando con la cabeza.
—Lo estás dando por hecho.
—Tengo un buen presentimiento.
—Hmph…
—Ay… ¿ahora qué Sasuke?
—Nada que te importe, Usuratonkachi.
—¡¿A quién le dices Usuratonkachi?!
—Ay ya, no empiecen con sus tonterías. —reprendió Sakura. — más bien, atentos… ya llegamos.
Los tres shinobis se detuvieron en el punto exacto donde comenzaba el distrito comercial y el cual resaltaba por los múltiples comercios y anuncios que había por doquier.
El método de recolección de información de Naruto no cambió y junto con su equipo fue a cada uno de los comercios habidos y por haber, preguntando por el susodicho sujeto, la pregunta que exactamente hacía para no perder detalles era: ¿Ha visto a un shinobi chunnin o jounin de cabello castaño bandana roja, espalda ancha, alto, varonil y apuesto?
Y al cabo de entrevistar unas cuantas locaciones, todas las respuestas que recibió fue un rotundo NO por parte de los dueños de establecimientos o empleados.
—¡Ya es medio día! ¡Y aún faltan muchos establecimientos! ¡¿cuándo se volvió Konoha tan grande?! —gritó Naruto en medio de la calle.
—¿No quieres reconsiderar lo de ir a revisar los registros de los shinobis que tiene Kakashi sensei? —volvió a sugerir Sakura.
—¡No! Estoy seguro de que alguien ha visto a un sujeto con esas características, no pierdas la fe Sakura-chan
—Yo no estoy perdiendo nada, sólo quiero ser práctica.
Sasuke sólo resopló, comenzaba a cansarse de tan patética situación.
—Pst, pts… —escucharon de repente en un rincón oscuro.
—Sujeto raro a las 3. —indicó el Uchiha, viéndolo de reojo.
—¿Cuál sujeto raro? Es Shino. —reconoció Sakura al ninja que llevaba algunos días de haber regresado del país del agua, y el cual ahora estaba misteriosamente oculto en un callejón, cubierto de pies a cabeza con una chaqueta gruesa, sólo con sus características gafas era que se podía distinguir que era él.
—Shino… ¿tienes información? —cuestionó Naruto acudiendo con él...
—Me enteré de que están buscando a un tipo con ciertas características. Creo que lo vi. —susurró este intrigante.
—Ah ¿sí? ¡Pues habla? ¿Quién es?
—No sé, no lo conozco… pero con gusto les puedo dar la dirección hacia donde se fue y donde lo vi entrar.
—¿Qué raro eres? ¿Por qué lo estabas espiando?
—¿Quieres la información o no? —cuestionó Aburame con tono negociante.
—Mmm di tu precio… siempre quise decir eso. —se extasió Naruto, sintiéndose como esos sujetos que aparecían en las películas y rápidamente sacó su monedero de ranita.
—No quiero dinero, sólo quiero reconocimiento… de tu parte.
—Ah… ¿sigues con eso? Mejor ya dime cuánto quieres por la información.
El shinobi se dejó caer rendido, pero finalmente estiró la mano.
—10,000 ryos y quedas perdonado.
Naruto de mala gana le entregó el dinero.
—400 metros al sur, un sujeto con las características que buscas entró en la locación 4B de la calle 11. —respondió Aburame, mientras contaba minuciosamente el dinero.
—Excelente… ¡Sasuke, Sakura-chan! Vayamos para allá.
Como si fuera una misión de rango S, Naruto corrió como si la vida se le fuera en ello hacia la dirección indicada, siendo seguido por Sasuke y Sakura que pensaron que estaba exagerando un poquito.
Al llegar a su destino, el equipo quedó boquiabierto pues el lugar indicado por Shino era nada más ni nada menos que el establecimiento del Karaoke.
—Mmm ¿qué te parece Sakura-chan? Parece que ese sujeto y tú tienen algo en común. A ambos les gusta el karaoke.
—¿Qué tanto dices? —respingó esta, viéndolo como si fuera un bicho raro.
—Eh… que importa, entremos. —indicó Naruto a su equipo.
Sasuke por su parte no sabía en dónde demonios estaba ni qué era ese lugar.
En el interior, el ambiente era totalmente oscuro, solamente era adornado por unas luces color azul neón que le daba aspecto retro al sitio.
—¿Cabina para tres? —preguntó el encargado en la recepción, pero Naruto, poniéndose en su modo ninja comenzó a hostigar al recepcionista.
—Oye amigo, no venimos a rentar ninguna cabina, venimos en busca de información.
El muchacho que, a leguas se veía que era más joven que los tres shinobis, comenzó a sudar en frio, en especial al reconocer a Naruto Uzumaki, héroe de guerra.
—¿Qué… qué es lo que quiere saber, señor? —preguntó con todo el respeto posible.
—Estamos en busca de un sujeto, un posible chunnin o jounin, con cabello castaño y bandana roja, espalda ancha, alto, varonil y guapo… ¿has visto a un sujeto con esas características?
—Eh… ah… no sabría decirle, han entrado muchas personas en la última hora y la verdad es que no les pongo mucha atención, me quedé dormido ¡perdón!
—¿Tan temprano muchas personas en el karaoke? —indagó Sakura
—Hay un evento privado, señorita.
—¡¿Dónde?! —preguntó Naruto.
—En el tercer piso, pero es privado, por favor, no interrumpan, me pidieron estrictamente que nadie los molestara.
—Ay, como si te fuera a hacer caso. ¡Sasuke, Sakura-chan! ¡Vayamos al tercer piso!
—¡No! ¡Se los ruego! —se inclinó el muchacho en el suelo. —¡Me pueden despedir si lo hacen! —se aferró dramáticamente a la pierna de Naruto.
—¡Ah, ya suéltame!
—¿Cuánto dura el evento? —cuestionó Sasuke harto.
—3 horas, señor, acaba de empezar alrededor de 20 minutos. —respondió el muchacho aún en el suelo.
—Ya escucharon, vayámonos, después volvemos. —decidió Sasuke, a punto de retirarse.
—Ay que flojera ¿y qué vamos a hacer todo este tiempo?
—Mmm… ¿y si nos quedamos? —sugirió Sakura con una sonrisita.
Ambos varones se desconcertaron.
—Muchacho… una cabina para tres personas. —pidió Sakura.
—¡Ah, sí! —exclamó Naruto entusiasmado. —Buena idea Sakura-chan, pero te toca pagar a ti.
—claro, pero tú pagas las bebidas
—¡¿Qué?!
—¿Qué están haciendo? —preguntó Sasuke confundido.
—Esperaremos aquí, dentro de una de las cabinas, es divertido… nunca has venido al karaoke ¿verdad?
El Uchiha no tenía ni la más remota idea de lo que Sakura hablaba.
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Una hora más tarde; Sasuke, mientras tomaba tranquilamente un té helado, trataba por todos los medios de no mandar todo a la mierda, incluido a sus amigos.
Estaba harto y más de escuchar la horripilante voz de su amigo amplificado por el micrófono.
Hinata no está.
Hinata se fue
Hinata me dejó solito.
Y Sasuke que si está, se pregunta por qué
Tiene que escucharme.
Sakura-chan ya no me aguanta…
—Ah… ya Naruto, canta bien. —alentó Sakura desde su lugar, tomando el segundo micrófono para ayudar a su amigo en el coro como se suponía debía ser.
Era ridículo, era lo único que podía pensar Sasuke, pero ni modo, eso le pasaba por seguirle la corriente a sus amigos, los cuales, aparentemente muy inspirados cantaban a dúo y a todo pulmón.
Al menos Sakura cantaba bien, se conformó con eso y con verla bailando, cuando finalmente Naruto la dejó cantar sola, mientras él se notaba que comenzaba a pasarse con las bebidas alcohólicas que ya se podían vender en dicho establecimiento y que, por supuesto, ellos ya tenían edad para comprar.
—Oye… ¿no crees que es muy temprano? —reprendió al ver como Naruto se tomaba de casi un solo sorbo una de las botellitas de licor.
—Ay, no seas amargado, la estamos pasando bien. ¿a poco no?
—Habla por ti, Usuratonkachi. —replicó Sasuke, volviendo su vista a Sakura, quien después de buscar una canción (evadiendo las canciones de cierta persona) comenzó a moverse y a cantar acorde al ritmo de la música.
Sus "inusuales" movimientos, captaron por completo la atención del Uchiha, que nuevamente quedó prendado a ella, deleitándose a la vez con la bonita voz que ella tenía.
Le gustaba pensar que de alguna manera Sakura se estaba recuperando y que se estaba permitiendo el vivir de nuevo, pese a que aún tenía un demonio/espíritu invasor dentro de ella.
—Oie… oieee Sasuke— la voz de Naruto comenzaba a sonar rara.
—¿Qué quieres tonto? —renegó este, bajando la mirada y cayendo en cuenta de lo que había hecho de nuevo.
—Cuidado con esas miraditas a Sakura-chan. —amenazó alzando un dedo.
—¿Qué? ¿Otra vez la veo como si la estuviera asesinando? — se burló este, tomando de su bebida.
—No, tarado… la estás viendo como si te la quisieras comer.
Sasuke escupió la bebida.
—¿Qué idioteces dices? —bramó este con voz bajita, para su fortuna, Sakura andaba en su propio mundo, y seguía cantando y bailando sin tomarlos en cuenta ni un poco.
—Es la verdad. —susurró Naruto. —La miras con mucho deseo.
—¿Y a ti qué?
—Sólo digo que tengas cuidado, trata de no tener algún pensamiento impuro con ella. —amenazó sombrío.
Sasuke sintió repelús ante semejante insinuación.
—¡Ah! Sakura-chan… ¡Yo sigo! —se levantó Naruto entusiasmado cuando finalmente la canción de ella terminó.
Sasuke resopló, lo único que quería era ya largarse de ahí, pero como todo en la vida, al Uchiha le tocó sentir nuevamente la decepción al ver que tenían todavía una hora y media que quedarse en ese sitio.
Una insufrible hora y media en la que finalmente Sakura y Naruto consiguieron que los acompañara a cantar, o al menos eso aparentó, ya que para que no lo fastidiaran con sus tonterías, sólo se puso de pie con el micrófono en mano, mientras observaba de reojo como Sakura y Naruto (un poco más alcoholizado) no dejaban de cantar a dúo canciones totalmente ridículas e inentendibles, aunque había pocas cuyas letras se salvaban por el mensaje que daban, gracias al dios que Sakura cantaba esas porque se las podía tomar en serio y no como a Naruto que ya ni siquiera se le entendía lo que decía.
— TIRIRIRI, TIRIRIRI ¡TEQUILA! ¡OUUUUUUUU! — finalizaron Sakura y Naruto agotados, con una canción que realmente no era como tal una canción, sino una simple melodía.
— "ridículos, fastidiosos" — pensó Uchiha irritado, aun de pie con el micrófono en mano.
—¡Ay! Ya no puedo… ya me cansé. —se echó Sakura sobre el sofá que había en la cabina, su voz ya se escuchaba ronca por tanto cantar y gritar. —Ustedes canten la última y nos vamos.
—¿Por qué no nos vamos y ya?
—¡Oieee Sasuke! ¡No seas amargado! Sakura-chan, 3 horas la cabina pagó. —habló Naruto con poca coherencia, colgándose a su hombro. —Dedícale una canción al menos. —susurró. —¡Y deléitanos con tu voz que Uff! No inventes… que bien cantas, casi me haces llorar de lo participativo que eres…
—¿De qué hablas, tonto? Y quítate de encima.
Naruto se sacudió y fue a la máquina para escoger una canción.
—¡Ándale, ándale! No seas amargado y canta conmigo esta. ¡Sakura-chan ¡Esta canción es para ti, del Teme para ti!
La que estaba casi acostada en el sofá, sólo asintió como diciéndole: "Sí, ajá lo que tú digas" ya tenía por conocido que a Naruto en su modo borracho se le tenía que hacer creer que todo lo que hacía o decía estaba bien.
Mientras que Sasuke, no sabía como Sakura podía soportarlo, peor aún. ¿Cómo lo soportaba la esposa de Naruto?
—Ándale Sasuke, comienza a cantar. —ordenó Naruto, tratando de mantenerse en pie. —Yo empiezo, yo empiezo…
—Síguele la corriente, Sasuke-kun, ya nos vamos como quiera…—le pidió Sakura desde su lugar.
El Uchiha gruñó, así que se aferró al micrófono como si realmente lo fuera hacer.
¿Recuerdas el día que nos conocimos?
—Conocimos…—pronunció Sasuke desganado y desentonado.
"Una tímida sonrisa y la luz del sol cayendo"
—Cayendo….
—¡No te escucho Sasuke! —renegó Naruto.
"Puedo decirlo con sólo mirarte a los ojos"
—Mirarte a los ojos. —pronunció el abochornado Uchiha, cuya vena resaltada en su frente parecía que explotaría.
"Somos uno"
—Somos uno
"Tú eres yo…"
—Eres yo…
"Cuando sonrías o cuando estés cansada"
"Te protegeré"
—Te protegeré…- "Bueno al menos no es tan mala la letra" —pensó Sasuke conforme la canción avanzaba y Naruto se desbocaba en pasión como si fuera el mismismo artista que la interpretaba.
Él ya ni siquiera se molestó en decir nada, salvo una que otra palabra cuando Naruto comenzaba a fastidiar, pero sí que notó de reojo a Sakura quien sonreía (o se burlaba de ellos), y que definitivamente se estaba divirtiendo. Estaba feliz, y si ella era feliz lo demás no importaba.
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El tiempo de la renta finalizó, Sasuke y Sakura salieron de la cabina cargando entre sus brazos a un alcoholizado Naruto, que con sus mejillas enrojecidas seguía pronunciando algunas palabras de la última canción que había interpretado.
—Disculpa, muchacho… ¿ya salieron las personas del evento? —preguntó Sakura al encargado.
—Sí, como hace 20 minutos, ya se fueron todos.
La respuesta del chico trajo de nuevo a la vida a Naruto.
—¡¿Cómo que se fueron?!
—Sí, les dije que su evento había empezado antes de que ustedes entraran.
—Ay, entonces creo que calculé mal el tiempo de la renta. —dijo Sakura dando una risita nerviosa.
Sasuke gruñó, pensando que bien pudo haberse librado media hora de la tortura a la que se sometió.
—¡No, no, no! ¡perdimos el rastro de nuevo! —dramatizó Naruto, aun enrojecido.
—Pero señor. —interrumpió el dependiente. —Vi a las personas que salieron del evento, y ninguno era un shinobi con las características que mencionó, sí había un señor con un chaleco verde de vestir, pero a mi no se me hizo ni guapo, ni varonil, ni alto…
—¡Entonces ese Shino nos engañó! —gruñó Naruto furibundo. —¡Sasuke, Sakura chan! ¡Sigamos investigando!
Pero antes de dar un paso, Naruto sintió un malestar que lo hizo correr rápidamente al baño, desde su sitio Sasuke y Sakura escucharon como este al parecer estaba devolviendo todo el alcohol que había ingerido.
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Minutos después, llevando con él una botella de agua en mano, Naruto sentía como si la cabeza fuera a explotarle en cualquier momento.
—Me debieron detener para que no tomara tanto. —se quejó adolorido y aun sintiendo algunos efectos del alcohol en su organismo.
—Sí lo hicimos. No nos hiciste caso. —respondió Sakura.
—Muero de hambre.
—Es normal, sólo tomaste como loco y no comiste nada, así que lo mejor es que comas algo ahora. Ahhh ¡mira! ¡Ahí venden Taiyaki! ¿No quieres uno?
—De crema batida, por favor, Sakura-chan. —pidió Naruto, recuperándose instantáneamente.
—En serio que eres raro. —susurró el fastidiado Sasuke, desviándose por el camino que tomó su amiga.
Estando frente al local que vendían esos peculiares postres en forma de pez y rellenos de diferentes natillas, Sakura se formó detrás de unos pequeños niños que también estaban comprando unos, cuando los niños se retiraron, Sakura ordenó Taiyakis tanto para Naruto como para ella.
—Sasuke-kun ¿Tú quieres algo?
—No gracias. —respondió este con su típica amargura, pues el lugar no vendía nada que le fuera apetecible. Todo era dulce.
—Bien, toma Naruto…
Naruto con una sonrisita estaba a punto de darle el primer bocado al postre en forma de pez, cuando de repente los chillidos de un niño resonaron escandalosa y fuertemente frente a ellos.
Al reparar en lo que pasaba, el equipo vio que uno de los pequeños que habían estado delante de ellos en la fila (por estar aparentemente jugando) terminó en el suelo, así como su Taiyaki.
—Jajaja… que niño tan bobo. —se burló Naruto.
—Ay, Naruto como eres…
Sakura, acudió con el escandaloso niño que lloraba a chorros mientras sostenía su herida rodilla.
Al ponerse a su altura, la médico lo reprendió por el escándalo, aunque luego le aseguró con una sonrisa que todo estaría bien y enseguida procedió a curarlo. El pequeño, aparentemente fascinado, se levantó dando de saltos, aunque luego se volvió a entristecer al ver que su Taiyaki había quedado arruinado.
—Anda, no llores… te doy el mío. —le ofreció la sonriente Sakura el suyo.
El pequeño lo tomó sin más, agradeció el gesto y con más cuidado se retiró junto con sus demás amiguitos.
Sakura, apenas girándose para volver con sus compañeros, vio espantada que frente a ella, apareció un pan en forma de pez, pero eso no era todo, quien se lo ofrecía era el silencioso Uchiha que con su usual expresión de "nada me importa", esperaba a que tomara el Taiyaki que le había comprado, sí, porque dudaba que Naruto que, seguía comiéndose el suyo y estaba aún medio borracho, se le hubiera ocurrido comprarle otro.
—Gracias, Sasuke-kun…
Sakura con una sonrisita tímida, lo tomó agradecida, tratando de no dejarse llevar por los resaltantes colores rosas que había dentro de ella.
—Ah…—respondió este indiferente y procedió a seguir con su camino, cualquiera que este fuera.
—¡Ah, Sakura-chan! Ya terminaste con el mocoso ese, continuemos… —exclamó Naruto que, corriendo con la mitad del Taiyaki en mano, de repente tropezó con una roca que sobresalía peligrosamente del suelo.
—Al parecer el niño ese no es el único bobo. Mira bien por donde vas, Usuratonkachi. —se burló Sasuke, viendo como su amigo chillaba por el fatídico final de su comida.
Al final Sakura tuvo que comprarle otro para que se callara.
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Ya con algo de comida en el estómago y Naruto medio sobrio, el equipo continuó con las averiguaciones sobre quién era el tipo de las semillas, acudieron a otros comercios preguntando por él, pero nadie, absolutamente nadie pudo dar fe de que lo había visto.
—Es imposible, Naruto, ¿por qué no regresamos a la casa y mañana vamos con Kakashi sensei y pedimos los registros? —pidió Sakura rendida.
—No, Sakura-chan… De veras, siento que este tipo está cerca, es como si pudiera olerlo también
—¿Olerlo? —pronunciaron Sasuke y Sakura al mismo tiempo, definitivamente Naruto ya desvariaba.
—¡Síííí! ¡Es que siento que si nos vamos, este tipo de repente aparecerá frente a nosotros y no nos daremos cuenta! ¡Por ejemplo, ahí!
Señaló hacia lo que tenía enfrente, y lo que apareció frente a ellos, dejó al rubio y compañía boquiabierto, pues justamente en ese momento estaba pasando un shinobi que parecía ser de rango chunnin o jounin, tenía cabello castaño y una bandana roja, era alto, de espalda ancha y aparentemente varonil y guapo.
—¡¿QUÉ?! ¡ES ÉL!
—Cállate Usuratonkachi. —murmuró Sasuke, tapando la boca de su amigo, al cual hizo retroceder junto con Sakura, para que el tipo ese no notara su presencia.
Sin embargo, Naruto estaba tan eufórico que de un empujón se apartó de su amigo.
—¡¿Qué les pasa?! Es nuestra oportunidad de averiguar quién es… ¡Sakura-chan, Sasuke! ¡Sigámoslo! —ordenó Naruto, quien se movió escurridizamente por los callejones.
Viendo que era imposible con Naruto, tanto Sasuke como Sakura lo siguieron minuciosamente, cuidando que el mismo Naruto no se pusiera en evidencia con su usual escándalo; sin embargo, tal como se esperaba de shinobis expertos, los tres le siguieron la pista a ese tipo sin ser notados, hasta que el hombre misterioso finalmente se detuvo en un parque y solitariamente se recargó pensativamente en el tronco de un árbol.
El equipo 7 se escondió entre unos arbustos, y por primera vez observaron por completo al tipo que, en efecto era un Chunnin o Jounin, se veía un poco mayor a ellos tal vez por 3 años, era alto, delgado, pero con espalda ancha, tenía una cara de seriedad que lo hacía ver varonil y guapo.
Naruto lo calificó con un: "No está tan mal, pero no es tan guapo como yo"
—Bueno, ¿y ahora qué? ¿Ya estás satisfecho Naruto, ya nos podemos ir? —sugirió Sakura apenada.
—Pero ¿qué dices Sakura-chan? Es hora de que salgas, vayas con él y te le confieses.
—¿Qué basura dices Usuratonkachi? —replicó Sasuke furioso. —No puedes obligarla.
—Tú cállate, Sasuke… Sakura-chan yo te recomiendo que tomes la iniciativa, el tipo se ve que es muy tímido y nunca se te acercará, pero tal vez si tú…
—Sólo dices tonterías. —interrumpió Sakura molesta.
—¡Anda, Sakura-chan! ¡Al menos ve y agradécele lo de las semillas! ¿No te gustaría darle las gracias por la felicidad que te trajo?
Sakura lo meditó.
—Bueno… siempre pensé que… cuando descubriera al tipo de las semillas, y en todo caso fuera hombre, yo…
Naruto y Sasuke se quedaron a la expectativa de lo que diría.
—¡¿Qué Sakura-chan?! ¿Tú qué? ¿Te ibas a casar con él?
Sakura se abochornó.
—¡NOO! ¡o no sé! Digo… sólo pensé en que le daría un abrazo y… tal vez un beso.
—¡¿Qué?! —gritó internamente Naruto enrojeciéndose.
Sasuke estaba que rechinaba los dientes.
—¡Está bien, lo haré! —se levantó Sakura decidida. —¡Iré con él!
—Tienes que estar bromeando. —replicó Sasuke.
—No, lo digo en serio… por favor, espérenme aquí.
Y sin dar tiempo de réplica, Sakura se alejó del escondite, en dirección hacia donde estaba el pensativo hombre.
—No, no, no puede ser que Sakura-chan se esté atreviendo. —musitaba Naruto entre emocionado y angustiado por los posibles resultados.
—¡Ya cállate Usuratonkachi! —gruñó Sasuke.
—¿Qué? ¿Celoso? Es tú culpa Teme, pero si Sakura-chan va a ser feliz con ese tipo, debes dejarla ir.
El Uchiha volvió a gruñir y no le quedó de otra más que bajar la cabeza, mientras veía como Sakura se iba a reunir con un tipo que ni siquiera conocía, pero volvió a levantar la mirada cuando Naruto señaló que Sakura y ese tipo comenzaron a hablar.
Sasuke observó atento, no tenía idea de lo que le había dicho Sakura a ese sujeto, pero este se mostró tímido y sorprendido. Sakura rio, él rio, hablaron un poco más y después Sakura sacó de su bolso una pequeña libreta en donde comenzó a apuntar algo.
—¿Le estará dando su teléfono?
—¿Cuál teléfono? si vivimos contigo, idiota.
—ah, es cierto…
Después de que Sakura le entregó la nota al hombre, este le agradeció con una pequeña reverencia y se marchó.
Sakura volvió al escondite de sus amigos.
—¡¿Qué pasó Sakura-chan?! ¡¿Ya es tu novio?! ¿Qué le dijiste? ¿Qué te dijo?
—Que tonterías dices, Naruto, pero en fin… —resopló. —Ese hombre se llama Hiro Takeuchi, es un chunnin y es casado.
—¡¿Quééééé´?! ¡Ese infiel, maldito!
—Calma Naruto, él no es el sujeto de las semillas.
—¿Eh?… ah… ¿no?
—No, al parecer nos confundimos, si admitió que fue a buscarme al departamento, o más bien fue a buscar a "la doctora que vivía ahí", me contó que unas personas que viven en el complejo departamental vecino le habían dicho que una doctora vivía en los departamentos de la Sra. Tanaka, como su esposa está embarazada y se puso mal, estaba buscando quien la atendiera, pero al no encontrarme corrió directo al hospital a buscar asistencia.
—Y para llegar al hospital tuvo que pasar por el distrito comercial. —teorizó Sasuke, armando una pequeña historia en su mente.
—Así es, parece que a mitad del camino uno de sus conocidos, sin saber lo que ocurría, quiso incitarlo a entrar en el karaoke, pero tan pronto como lo metió en dicho lugar él se salió y siguió su recorrido, probablemente fue lo que vio Shino.
—Mmm… ya veo. —Naruto se cruzó de brazos —¡pero! ¿qué le diste entonces?!
—Le pasé los datos de los médicos especializados, para que su esposa comience a acudir a los chequeos correspondientes, al parecer son padres primerizos y no tienen ni la menor idea de qué hacer.
—¡Ahhh! Pero entonces ¿quién puso el sobre con las semillas en tu antiguo apartado postal?!
—Ni idea, le pregunté a Takeuchi que si había visto algo o a alguien cuando pasó por la zona de los apartados postales, pero me dijo que estaba tan ensimismado y preocupado por su esposa que no le prestó atención a su alrededor.
—Dattebayo…. No puedo con este tipo, me rindo…
—Creo que ya fue mucho por hoy… ¿no crees Naruto? Mejor volvamos a casa.
—Como tú digas Sakura-chan… me está empezando a dar sueño. —musitó el somnoliento Naruto, dando un bostezo.
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Sin más pistas que les dijeran quién era el sujeto de las semillas, el equipo 7 volvió a la casa Uzumaki casi al punto del atardecer.
Apenas llegando a la sala, Naruto se dejó caer sobre el sofá, completamente exhausto y fue cuestión de segundos para que se quedara dormido. Sakura al verlo tan cómodo, solamente le colocó una cobija encima para que no tuviera frío.
Y mientras Sakura atendía a Naruto, Sasuke se alejó hacia el comedor en donde lo primero que vio fue al susodicho sobre con semillas que habían dejado sobre la mesa, y el cual había sido el causante de tan exhaustivo día.
—Sasuke-kun…
Se sobresaltó al escuchar la voz de Sakura detrás de él. Nuevamente había sido atrapado desconcentrado.
—¿Qué pasa? —preguntó, inquieto al ver como Sakura entraba al comedor para tomar el regalo que había recibido.
—¿Quisiera ir a patinar y a plantar estás semillas? ¿Me acompañas? —pidió ella, sin dirigirle la mirada.
El Uchiha frunció el entrecejo.
—¿Quieres ir a…? —cuestionó sin terminar, intuyendo cuál era el lugar al que ella quería ir.
Entonces Sakura sólo se giró desde su sitio y con un asentamiento de cabeza le dio la razón.
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Con los colores del atardecer y la noche mezclados en el cielo, Sakura y Sasuke llegaron al lago Uchiha, el cual después de algunas semanas volvió a su estado normal; los recuerdos de una batalla pasada quedaron en el olvido y ahora el lago estaba en su mayor parte en estado líquido, solamente una fina capa de hielo cubría partes de la superficie.
Como no estaba del todo sólido, Sakura se deslizó sobre el poco hielo que había, utilizando su chakra, mientras era observada atentamente por Sasuke, quien notó que su amiga ya se había acostumbrado al par de patines de color negro que recién había comprado, pues los otros que tenía se habían perdido en el país del agua.
La exquisites de los movimientos de Sakura hipnotizaron nuevamente al Uchiha que de un momento a otro volvió a ver esa luz en ella que tanto le gustaba y que era acompañada por la lucecitas que la energía natural emanaba y que la ayudaban a congelar cada tramo del lago por donde ella pasaba.
Raramente, deseó que esos momentos que tenían de paz pudieran ser así siempre, pero sabía que la armonía en sus vidas no podía ser constante y menos para unos shinobis como ellos, por eso Sasuke se mantenía prevenido ante cualquier cosa que le fuera a preparar el destino. Sólo esperaba que ese destino, tardara un poco más en llegar, para al menos disfrutar de esos buenos momentos con los seres que quería, por más ridículos o fastidiosos que fueran.
—Sasuke-kun… ¡Por aquí! —llamó Sakura, saliendo por el otro extremo del lago,
El Uchiha intuyó que su amiga había encontrado un sitio en donde plantar las semillas así que acudió con ella. Para cuando la alcanzó en el otro extremo, Sakura ya tenía hecho un pequeño pozo en la tierra, y procedió a colocar y cubrir cuidadosamente las semillas recibidas, para luego regar aquel espacio con agua, utilizando para ello sus nuevas habilidades.
—¿Sabes, Sasuke-kun? algo curioso del sujeto de las semillas, es que en cada sobre que envía agrega una tarjeta que tiene la imagen de la flor a la que corresponde las semillas.
—um… ya veo… ¿Qué flor te dio esta vez?
—Una camelia, creo que será de color rosa y ¿sabes? según lo que me ha enseñado Ino, una camelia rosa simbolizan el deseo de tener cerca a la persona a la que se les da, pero también es una flor que significa perseverancia
—Umm… no… no lo sabía.
Sakura volvió a sonreír contenta.
—¿Sabes? otra curiosidad del sujeto de las semillas… es que siempre pone la instrucción de "plántalas" pero nunca me da las instrucciones completas, cuando se compran semillas generalmente tiene que venir con una hoja de instrucciones y cuidados, y esta persona siempre las omite. —se burló.
—Umm… ¿y son necesarias?
—Por supuesto, hay flores que necesitan determinado tipo de cuidados, no es sólo meter la semillas en la tierra y ya.
Dicho aquello, Sakura colocó sus manos sobre la tierra en donde había enterrado las semillas y pidiendo un poco de ayuda a aquella energía que la rodeaba, pronto brotaron un par de hojitas a la superficie.
—Hiciste trampa. —reaccionó Sasuke con lo que había hecho.
Le contenta Sakura sólo se puso de pie y se sacudió la tierra que le había quedado en la ropa.
—Es que no quiero esperar tanto para ver cómo florecen, aquí es donde formaré mi nuevo jardín. —señaló a su alrededor. — claro que todo dependerá si el sujeto de las semillas me sigue enviando. —insinuó sonriente.
—Hmph… tal vez eso no pase. —dijo este desviando su mirada.
—¡Ja!… que malo. Por cierto Sasuke-kun… hay algo que te quiero decir, ¿puedo?
—Creo que lo dirás de cualquier forma ¿no?
—Sí, así es… —sonrió esta, acercándose un poco a él. —Sólo quiero decirte… gracias. —inclinó un poco la cabeza.
—¿?
—Por acceder a acompañarnos a Naruto y a mí el día de hoy, estoy seguro de que él estuvo feliz por revivir las tonterías de cuando éramos niños, perdón si te fastidiamos.
El Uchiha cerrando los ojos, sonrió levemente. No respondió nada, pero con ese gesto suyo dio a entender todo lo que sentía; sin embargo, pronto volvió a abrir los ojos y su corazón se sacudió inquieto al momento que unos fríos brazos rodearon parte de su cuerpo.
Sakura lo estaba abrazando.
—También, Sasuke-kun…—musitó Sakura. — quería agradecerte… por todas las semillas que me has enviado en todo este tiempo.
Sasuke se sobresaltó entre sus brazos, dejándose así al descubierto.
—¿Lo… lo sabías? —preguntó confundido.
Sakura, sin deshacer el abrazo, levantó la cabeza y sonrió burlonamente.
—Claro, ¿Qué tipo de persona envía semillas con una tarjeta que sólo dice "plántalas"? Eso es muy Sasuke-kun.
El Uchiha enrojeció ante semejante lógica, y no pudo evitar gruñir por sus adentros al recordar que cada vez que compraba en los distintos lugares a donde iba, siempre le preguntaban si no iba a anexar la hoja de cuidado de las flores, a lo que él siempre respondió con un rotundo No.
—¿Cómo le hacías para enviarlas? ¿Tu halcón te ayudaba? Es un ave bastante inteligente.
—Parece que ya lo descubriste todo tú sola. —admitió este finalmente, completamente abochornado.
Sakura sólo sonrió satisfecha y se apoyó en él, sin intención de soltarlo aún, pese a que algo en su ser le decía que debía hacerlo, así como cierto espíritu que le seguía diciendo que era una tonta y patética, pero esta vez ella no hizo caso y sólo se concentró en esa cálida luz rosa que en ese momento había en su interior.
—¿Por qué Sasuke-kun?
—¿todavía preguntas? —respondió este melancólico. —Te hice mucho daño, supongo que… solo buscaba la forma de regresarte algo de lo que te quité.
Con tal respuesta, Sakura no respondió, pero Sasuke si sintió un ligero apretón en su cuerpo. Su amiga abrazaba bastante fuerte.
—Puedo preguntar… ¿de dónde nació la idea?
—La… la idea nació gracias al consejo que me dio una anciana. —contó Sasuke abochornado. —Maneja con su esposo una tienda de cerámica, hacen macetas de un material raro, ella… ella me dijo… Todo lo que se rompe se puede reparar e incluso reforzar para sacar una mejor versión, esa es la filosofía del Kintsugi.
Sakura sonrió, sin apartarse ni un poco de él.
— Cuando me lo dijo, pensé en ti porque de alguna manera, sabía que tú ibas a superar con tus propios métodos lo que te hice, y buscarías ser la que eras antes, incluso ser una mejor versión de ti misma, aún así… yo quería ayudarte en el proceso, aunque fuera con algo tan tonto como mandarte semillas para plantar.
—No fue tonto, realmente te lo agradezco.
—También fue idea de esa anciana. —recordó Sasuke esbozando una pequeña sonrisa —Cuando le conté sobre ti, me sugirió que te enviara flores, pero se me hizo tonto, porque estas mueren rápidamente, entonces ella sólo dijo: "Pues plántalas" y…de ahí la idea.
—Suena a que es una señora muy interesante.
Levantando el rostro, Sakura se separó un poco de Sasuke, quien aún apenado (aunque no lo pareciera) sintió el rompimiento del abrazo mucho más frío a como se sentía el cuerpo helado de su compañera; sin embargo, Sakura no se retiró del todo de él, y colocó su helada mano sobre su cálida mejilla lo que le causó un tremendo escalofrío pero no precisamente por el frío.
Parecía que Sakura aun no terminaba con lo que quería decirle, o más bien hacer, pues cuando finalmente se decidió se puso de puntillas y le dio un rápido beso en la mejilla, para después juntar su mejilla contra la suya, claramente apenada por lo que había hecho, mientras que Sasuke estaba conmovido, y a su mente regresó el recuerdo de lo que Sakura había dicho sobre lo que haría si encontraba al sujeto de las semillas.
—Realmente… te lo agradezco. —repitió ella, sin encontrar el momento adecuado para separarse de él o realmente sin saber si quería hacerlo.
Su corazón rosa por dentro brillaba, pero también dolía. Era demasiado confuso.
En tanto Sasuke, también le resultaba de cierta forma torturante tenerla cerca pero a la vez tan lejos, y su único modo de reaccionar fue moviendo levemente su cabeza, haciendo que sus labios ahora chocaran con la mejilla de ella.
Sakura se estremeció con el contacto y finalmente optó por separarse de él, pero al hacerlo y clavar los ojos en su amigo, este reaccionó acercándose a ella para darle un pequeño y suave beso en la boca, tal cual esa noche, cuando él le contó todo sobre su vida y familia.
Como respuesta, ella le respondió de igual manera y se acercó a él para darle otro pequeño beso que fue un poquito más largo y profundo al anterior y el cual le fue correspondido de todo corazón; sin embargo, al reparar en lo que estaban haciendo, Sakura se separó rápidamente de su amigo, antes de que sus emociones la traicionaran con malos recuerdos y también lo menos que quería era lastimar a Sasuke por su falta de decisión, pues se suponía que entre ellos sólo habría una amistad de por medio.
No dijo nada, no pronunció nada al respecto, sólo le sonrió dándole a entender a Sasuke que todo seguía bien entre ellos.
—Mm… ¿nos vamos, Sasuke-kun? —fue su manera de hacerse la desentendida y apartándose del Uchiha caminó de vuelta a la aldea.
Sasuke la siguió y por supuesto captó con sólo mirar a Sakura lo que le quiso decir, y lejos de decirle algo, se limitó a seguir respetando su decisión, sabía que ella seguía confundida y que estaba pasando por muchas cosas, él no quería presionar ni insistir, y solamente esperaba seguir teniendo la fuerza de voluntad para cumplir con su palabra de no volver a tocarla, porque definitivamente esa noche había incumplido y para nada se arrepentía.
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País de la primavera.
—El objetivo se está acercando, en aproximadamente 20 segundos podrán verlo.
Avisó Hinata por el intercomunicador que tenía colocado en su cuello, mientras perseguía acechantemente junto con Chouji a un hombre que huía de ellos, y que pronto se vio acorralado por otros dos shinobis que ya lo esperaban.
—No te escaparás esta vez, maldito. ¡JUTSU, TRANSFERENCIA DE MENTE!
Acto seguido, el hombre cayó al control de Ino Yamanaka.
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Al recuperar el sentido, el hombre que había estado huyendo se vio de un momento a otro sentado sobre una silla, amarrado con cuerdas y aparentemente atrapado en una vieja cabaña que dudaba estuviera ubicada en la capital del país de la primavera.
Sus "secuestradores" si es que se le podían decir así, estaban frente a ellos y no tuvieron reparos en ocultar sus identidades, él los conocía.
—Muy bien Sr. Iwamura, es hora de que nos responda algunas dudas. —amenazó Shikamaru, levantándose del asiento que ocupaba, llevando consigo unas cuchillas en sus dedos como las que usaba su difunto maestro.
El ex manager de Yuki Nohana, al ver a aquellas armas comenzó a sudar a chorros, y antes de que el Nara pudiera acercarse a él, hizo la primera confesión de los tantos secretos que guardaba.
—¡No me maten, por favor! ¡Yo no quería que le pasara nada a la Srta. Yuki o a la doctora Sakura!
—¿Así que sí tuviste algo que ver, maldito? Deja de llorar y cuéntanos, ¿qué es lo que hiciste?
No había alternativa, pensó el sudoroso hombre que se vio acorralado y sin escapatoria. Bajo esas terribles condiciones que amenazaban su vida, soltó por completo la lengua, empezando por revelar que él fue quien le dio la ubicación de Yuki a la organización flor de loto.
En pocas palabras, confesando que él fue quien había entregado a Yuki a sus asesinos.
Continuará.
N/A: este capítulo me resultó muy divertido de escribir, espero les haya gustado este especial.
Aunque me temo que los buenos tiempo no duran.
¿Quién le atinó al tipo de las semillas XD? Muchos sí le atinaron. Creo que era obvio, o eso creo.
Canciones del karaoke:
no está (pero versión Naruto)
3. Y una coreana que se llama a Never ending story de stray kids, (gracias amiguis por la recomendación)
Agradecimientos especiales a: Susana, Sara1407, Margaces, Guest y BlossomMarie de fanfiction, a todos los lectores de wattpad y también de Facebook.
13 de noviembre de 2022
