Capítulo 1

Uniendo Dimensiones (parte 1)

Hola lector, posiblemente conozcas de sobras los personajes de esta historia, sepas sus aventuras al derecho y al revés, te aviso que hay infinidad de universos, los que conoces son uno de tantos; hay algunos, en donde los buenos gana sobre el mal sin problemas, otros donde la victoria tiene un precio muy alto, grandes pérdidas para ellos. Incluso los hay donde la maldad gana y cumple todos sus planes, algunos otros donde se eliminan mutuamente y esto que sabrás, es de esas joyas cuando los universos te soprenden.

Una habitación tétrica, en la que la leve luz de una vela evitaba que estuviera en penumbra, no se observaba casi nada, casi, a la orilla de la habitación, una cortina se movía con el soplar del viento, la silueta de un hombre sentado a la orilla; con la mano apoyada en la rodilla de su pierna doblada casi contra su pecho y la otra pierna estaba extendida a lo largo de la ventana. Entre la luz de aquella vela y la luz de la luna, apenas eran visibles sus facciones; pelo negro, largo y ondulado, sus ojos rojos combinaban con la sombra morada de sus parpados.

Antes dije que la silueta era de un hombre, pero de hombre no tenía nada, aquello era un demonio: armadura de hueso, atuendo azul en su mayoría y tentáculos saliendo de su espalda, no se dudaba el terror que podía dar. Observaba el exterior por la ventana, en su rostro resaltaba la molestia, pronto expresaría el porqué.

— ¡Kagura, Kana, vengan de inmediato! –no se supo si grito o si su voz retumbo en el castillo de forma sobrenatural. La puerta de la habitación se abrió y a quien llamo, aparecieron, dio la impresión de que siempre estuvieron detrás de la puerta. Kagura la representante de los vientos y Kana la representante de la nada.

— ¿Hablaste? Y Ahora ¿qué quieres? –pregunto Kagura con su impertinencia habitual.

—Se me agota la paciencia –volteo y poso su mirada sobre Kagura, impuso su autoridad con esa acción—, el ultimo fragmento aun no es mío.

— ¿Ultimo? Señor, también falta los dos fragmentos de Koga. –inexpresiva, Kana hizo notar ese detalle.

En aquellas sombras, una sonrisa apareció en el rostro del demonio– Ese lobo, puedo quitarle los fragmentos cuando quiera, él no es ningún inconveniente —Su rostro cambio de una sonrisa leve, a un gesto de molestia–, no puedo decir lo mismo de Inuyasha y su grupo.

—Ya veo que son tu dolor de cabeza, quien diría que es hibrido a quien no prestabas tanta atención, te traería estos problemas –Kagura en un intento de ocultar su sonrisa, tapo sus rostro con su abanico de mano.

—Creo es tiempo de tomar medidas –Naraku ignoro el cometario de su subordinada– Kana, muéstrame donde se localiza –En el espejo de Kana lentamente se formó una imagen, Inuyasha y sus amigos eran observados, se encontraban conversando con una anciana en una cabaña, en esa aldea que para todos tenía una larga trayectoria de eventos— es tiempo de visitarlo y solicitar mi fragmento. –la vela se apagó con un viento fuerte, el cielo se nublo y la luz de luna se esfumo. En la obscuridad; los demonios, la habitación y el castillo entero, desaparecieron.

En esos momentos, en la aldea de la anciana Kaede, la historia que comenzó en el espejo de Kana continuaba. Inuyasha y sus compañeros conversaban. Kaede era la que tenía la palabra –pero, lo que más me preocupa, es que desde hace días he tenido la misma pesadilla, de como el mundo es hundido en la obscuridad y tengo un mal presentimiento.

—Se trata de Naraku, debido a que tiene casi toda la perla; su presencia se incremente y esos es lo que debe estar ocasionando tus pesadillas —Explicaba Inuyasha. Se encontraba recostado, apoyaba su rostro contra su mano, aunque parecía relajado, hablaba con la misma seriedad que Kaede.

— ¿A qué te refieres con mal presentimiento? Anciana Kaede —Pregunto Kagome, prestaba mucha atención a la conversación, todo lo que aquí se hablaba era de suma importancia, más si se trataba de Naraku.

—No lo sé con exactitud, pero siento que algo terrible esta por ocurrir —su mirada se movió de un lado de la habitación a otro y con esto, se permitió sostener un breve contacto visual con todos. Esto lo hizo para pensar bien lo que estaba a punto de decir—, algo más grande que el demonio Naraku. —El silencio se hizo presente; incluso el viento, los insectos y cualquier cosa que emitiera sonido, dejo de hacerlo por unos instantes.

Miroku fue quien rompió ese insonoro ambiente— ¿Algo más grande que Naraku? Entonces, debemos estar alerta —Trato de imaginar algo que cubriera esas expectativas, pero no lo logro. Sango volteo a ver a Miroku, sabía que el monje estaba pensando, no en otra cosa, si no en lo que podría ser—. Por más que lo pienso, no logro imaginarlo. No, solo no quiero hacerlo —Miroku mintió, seguía tratando de imaginarlo, nada daba con esa magnitud. Coloco su mano en posición de rezo, frete a su rostro. Shippo quien se ausentaba de la conversación, temblaba y sus pensamientos se limitaban a "realmente existirá alguien más fuerte que Naraku". Como ausentándose de la realidad fue a una pesadilla en donde Naraku lo perseguí por un cambo de pastizal, Shippo corría a esconderse al bosque, pero nunca llegada, el bosque se alejaba y Naraku se acercaba más y más. Finalmente lo atrapo y cuando estaba a punto de hacer algo con el pequeño zorrito, alguien lo destruyo, el pequeño le agradecía por salvarlo, pero esta silueta que permanecía en sombra, se llenó de una aura oscura y se convertía en su nuevo perseguidor. El pequeño zorro volvió a la realidad; un escalofrió recorrió su cuerpo dejando erizado el pelo de su cola. Rápidamente se desplazó y abrazo a Kagome.

—Esas son tonterías —Inuyasha se levantó de su lugar— Naraku tiene casi toda la perla, no creen que si hubiera algo más poderoso, ya lo hubiésemos detectado —con cada palabra aumentaba ligeramente la voz. Volteo a ver a Kaede— deben ser delirios de esta anciana a causa de su edad –señalando a la anciana y molesto de considerar, que lo que ella mencionaba pudiera existir.

Kagome expreso en una mueca su molestia, no le interesaba ocultarlo, se levantó— Inuyasha, no seas grosero.

—Pero es cierto, ya ha vivido demasiado —observo de nuevo a la anciana— me sorprende que siga en pie.

La expresión de Kagome aumentaba de intensidad. Miroku, Sango y Shippo, alejados de la pareja y cercanos entre sí, comenzaron a susurrar, a su vez la discusión aumentaba de volumen, "esto terminara mal para el pobre de Inuyasha" eran los pensamientos de Miroku. Los de Shippo se limitaban a "es un idiota", palabras que nunca decía, pero en su mente era libre de hacerlo.

—Inuyasha, Kagome tiene razón, deberías tenerme algún respeto —argumento la anciana, sin moverse de su lugar y siendo ignorada por la pareja en discusión.

Inuyasha, escuchando que la anciana emitía sonido, pero sin poner atención, comenzó con sus bromas, dirigiéndose a la estudiante y no a la anciana— mira —señalo a Kaede— es tan vieja que ya está balbuceando sola.

—Inuyasha —Grito Kagome. Su volumen fue el más alto que se había escuchado en lo que iba de esa noche, el silencio después de esto se notó más: Sango se cubrió un poco detrás del monje, Shippo si lo hizo por completo, el rostro de Inuyasha se inundó de terror, el sudor rápidamente se vio en su rostro, sabía lo que pasaría— ¡osuwari! —el hibrido fue a dar al suelo.

Inuyasha se levantó de manera inmediata— ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué defiendes a esta anciana?

—Tienes que tener respeto por… Cambio su expresión de enojo a sorpresa y preocupación, al verla todos cambiaron a la misma expresión, sabían que estaba pasando— Siento la presencia de un enorme fragmento —observo a todos— se aproxima a toda velocidad.

—Es Naraku, percibo su asqueroso olor —Inuyasha volteaba a una dirección en especifica— no solo es él, percibo el olor de esas dos mujeres.

—Vienen por el fragmento, lo mejor será alejarnos de la aldea, de lo contrario pondremos en peligro a toda esta gente —expreso el moje la acción que ya todos comprendían. Sin perder el tiempo todos lo hicieron, se dirigieron al bosque cercano, recorrieron la distancia más larga posible, alejándose de las personas de la aldea. Estando en medio del bosque, rodeados por árboles, una risa leve se escuchó de todas direcciones— ya está aquí.

—Así que me esperaban —la voz no tenía una ubicación en específico, parecía como si el mismo bosque hablara.

—Sal de una vez, sabemos que no vienes solo —desenfundaba a tessaiga.

—Que perspicaces son —comenzó a reír aquella voz del bosque. Frente a Inuyasha y sus amigos, con una ráfaga de viento, aparecieron los tres demonios —es tiempo de que me den el fragmento —Naraku extendió la mano, esperaba la entrega sin resistencia.

— ¡Ven por el si puedes, Kaze no Kizu! —ataco con sus espada. La ráfaga al alcanzar al demonio, creo una explosión, levantando humo y mucho polvo, se dispersó lentamente. Naraku y sus subordinadas estaba en el mismo lugar, rodeados por un campo de fuerza, no hubo necesidad de moverse.

—Inuyasha, tan ansioso e insolente como siempre —el demonio señalo a Inuyasha— Kagura.

—Fuujin no mai —Kagura lanzo su ataque múltiple a todos sus enemigos. Varias cuchillas hechas de viento, se formaron con un movimiento de su abanico. Inuyasha coloco su espada por delante, sango hizo lo mismo con su boomerang gigante y Miroku rechazo los ataques desviándolos con su bastón. Kagome y Shippo se encontraba detrás de ellos, por lo que no corrieron ningún peligro. Naraku lanzo una nube de humo venenoso, obligando a sus adversarios a dispersarse. Inuyasha tomo a Kagome, la montó en su espalda y salto, Sango se montó en kirara y alzo vuelo.

—Ayúdenme, soy muy joven para morir —gritaba Shippo. Corría frenético de la nube que tenía detrás y que cada vez acortaba su distancia, recordó su pesadilla en la cabaña de Kaede. Miroku apareció, tomo al zorrito y lo alejo del peligro. Sango desde las alturas ubico a Naraku, sin dudarlo ataco lanzando su hiraikotsu. El boomerang gigante se detuvo fácil, no represento problema para el campo de fuerza del demonio. Kagura se ubicó al lado de Sango y kirara, en el aire y sin ser percibida.

—Ryuuha no mai —realizo un movimiento con su abanico. Tornado se comenzaron a formar delante, impactaron a la exterminadora y su felino. Cayeron al suelo desde las alturas, ahora estaban mal heridas y sin poder moverse a causa del dolor. Miroku distanciado de ahí, se percató del suceso, una expresión de impotencia invadió su rostro, observo su mano

—Miroku, no —reacciono rápidamente Inuyasha y señalo una dirección— observa —.El monje volteo y se observó a los insectos venenosos, decidió no usar el agujero de su mano, corrió lo más rápido que puedo y se interpuso entre Sango y Kagura; estaba dispuesto a defender a la chica con su vida. Cegado por la adrenalina de defender a la exterminadora, dejo que Naraku se colocara detrás. El demonio trasformo sus dedos en cuchillas largas y ataco. Miroku no pudo esquivar, pero si moverse un poco, ese movimiento basto para que su hombro fuera atravesado, en lugar de su corazón, cayó mal herido y sangrando.

Naraku alargo sus dedos en ambas manos, se deslizaron por el suelo como tentáculos, se enrollaron en los cuellos de Miroku y Sango, poco a poco fueron arrastrados hasta las manos del demonio, cuando sus manos volvieron a la normalidad, tenía a los dos humanos levantados de sus cuellos y con intensión de estrangularlos lento— mueran, basuras insignificantes —el demonio fue alcanzado por una flecha que corto sus brazos. Sango y Miroku cayeron al suelo. Los brazos del demonio se regeneraron, de un salto se alejó y después rio, se introdujo en otra zona del bosque, la intensión era clara, que lo siguieran. Inuyasha y Kagome correspondieron y lo siguieron, dejaron a sus compañeros al cuidado de Shippo. El viento que pasaba entre el bosque anunciaba lo que al parecer seria el fin de la batalla. Naraku, Kagura y Kana, frente a Inuyasha y Kagome, las mayor casualidad de esta batalla es que había llegado a una ubicación conocida, se observaba el pozo del tiempo por el que Kagome viajaba. Kagura comenzó el ataque "ryuuha no mai" un torbellino se formó de su abanico. Inuyasha agito su espada "Kaze no Kizu" la ráfaga de su espada disperso los torbellinos de Kagura, impacto contra el campo de fuerza de Naraku. El demonio comenzó a reír y sin decir nada, extendió el brazo frente a sus adversarios, abrió la mano y ahí estaba; brillante, un resplandor obscuro y casi completo, la perla de Shikon. Esta acción lo hizo solo para mostrarles que le faltaba poco, solo tres fragmentos— Como pueden ver, se acabó, yo gane —puntualizo seguro de si. Inuyasha y Kagome lo observaban, sin interés de darse por vencido.

—No te confíes tanto, Naraku —proclamo una voz. Naraku volteo para ver de quien se trataba, aunque ya sabía la respuesta, al igual que sabía, que era demasiado tarde para evitar lo que vendría. Lo único que observo al voltear, fue una flecha sagrada que ya le había impactado; la flecha atravesó el campo de fuerza del demonio, destruyo los brazos del mismo y la perla cayó al suelo, rodando hasta los pies de Inuyasha.

— ¿Quién fue capaz de atravesar mi campo? —no podía evitar preguntarse en sus pensamientos, a pesar de que ya sabía la respuesta, no quería aceptarlo.

Como si continuara los pensamientos de su amo— es esa sacerdotisa —Kana era inexpresiva como siempre.

—Ki… kio —tartamudeo Inuyasha. Observaba como Kikio salía de las sombras, tanto Naraku como el hibrido, en ese momento compartieron un pensamiento. "no era posible la aparición de Kikio en tan inoportuno y afortunado momento"

—Kikio, ¿Qué haces aquí? —pensaba Kagome, tan sorprendida como los presentes.