Un nuevo comienzo
Por Luz de luna82
Capítulo 6
Había pasado una semana desde que Candy llego a la vida de los Ardlay, Stear y Archie habían tenido que salir de la ciudad por negocios, a James lo había visto poco, ahora estaba apoyando a André con sus deberes.
-Sally ¿esto está bien? Preguntaba André mientras sacaba la lengua al terminar de redactar unos enunciados simples.
-Muy bien cariño ahora platícame ¿Cómo se llama tu maestra?, Candy quería averiguar algo que causara que todos los días llegara con dudas con respecto a la tarea.
-Todos le decimos señorita Stevens, pero con la que me llevo mejor es con la señorita Ana.
- ¿Ella también es tu maestra?
-Si ella casi siempre nos da clase, pero no le entiendo mucho.
-Entiendo, ¿y que me cuentas de tus amigos?
-Mi mejor amigo es Joan, jugamos en el recreo, pero nos escondemos de Max, es un niño muy malo, contestaba André sin dejar de colorear.
- ¿Ah sí? ¿y que les hace? ¿Por qué se esconden de él?, A Candy todo eso no le dio buena espina.
- ¿Te lo puedo mostrar? Pregunto André indeciso.
-Si, hazlo por favor.
-Bueno, pero duele heee… entonces André se levantó de su silla y se dirigió al piso donde Candy estaba cuidando a Dilan, de pronto le jalo el cabello y la empujo, sorprendiéndola por la agresión del niño, confirmando lo que sucedía, trato de no hacer escándalo, sin embargo, salió un pequeño grito cuando André le jalo el cabello.
-Te lo dije, entonces es cuando Joan y yo nos ocultamos a la hora del recreo que es cuando nos busca para molestarnos.
- ¿Es más grande que tú?
-Siii mucho más grande.
- ¿Le has contado a tu maestra acerca de lo que les hace Max?
-No, porque Max nos dijo que si le decíamos nos iba a pegar más fuerte.
-Muy bien cariño, ¿tu papá lo sabe? ¿sabes le puedes contar cualquier cosa ¿cierto?
-Si, creo que sí, pero no se lo he dicho, Candy decidió dejar el tema hasta ahí, tenía que hablarlo con la maestra y principalmente con Albert. Ahora era la nana de André y si era necesario lo arreglaría ella misma en la escuela.
Mas tarde Albert entro a la habitación de André buscando a Dilan, ya era hora de su baño y él acostumbraba bañar a sus hijos cuando eran bebes, después dormirlos, eran de las cosas que le daban la tranquilidad a su loco y ajetreado día.
-Señorita Sally, me llevare a Dilan, es hora de su baño, le decía mientras lo levantaba del suelo donde se encontraba jugando con los dos pequeños.
-Si señor Ardlay, yo prepararé entonces a André para dormir, me gustaría hablar más tarde con usted por favor.
-Tengo que salir después de dormir a Dilan, ¿le parece si lo vemos por la mañana en el desayuno?
-Creo que lo que necesito hablar con usted tiene que hablarse en privado y me gustaría que fuera esta misma noche por favor.
-Bien en cuanto termine de bañar a André la veo en la despacho, termino de tomar al niño en brazos y salió de la habitación dirigiéndose al cuarto de Dilan.
-Señorita Sally, tengo una cena de negocios, dígame ¿en qué puedo ayudarla? Le decía mientras se arreglaba las mancuernillas en el despacho.
-Señor Ardlay, hable con André y creo que uno de los niños le está agrediendo físicamente en la escuela, me gustaría ver también a que se debe que el niño no entienda lo que se le está enseñando en clase, si me permite hablar con la maestra o quiere hacerlo usted mismo, me gustaría hacerlo a la brevedad posible.
-Me parece muy aventurado de su parte asegurar eso, creo que si algo pasara con mi hijo ya me hubiera enterado ¿no cree? Hablare con él mañana y luego tomare medidas.
-Señor Ardlay creo que usted no me entendió, esto tiene que solucionarse mañana mismo, así que le pido su autorización para ir a la escuela y hablar con la maestra o la trabajadora social, con quien haga falta para solucionar esto, ¿no le parece raro que su hijo deba de tener apoyo todos los días para la tarea? Algo sucede en la escuela y quiero ir a averiguar qué pasa.
-Ya le dije que hare, si ya ha pasado todos estos días como usted asegura, que esperemos un día mas no pasara nada, así que, con su permiso, tengo un inversionista esperándome en el restaurante. Cerró la puerta en la nariz de Candy y se fue.
Candy trinaba de coraje, pero era su responsabilidad la estabilidad emocional de esos pequeños y haría todo lo que estuviera en sus manos.
Al día siguiente los chicos tomaron el autobús escolar como siempre, Candy fue con Esther e investigo lo que necesitaba saber, el nombre de la escuela y donde se ubicaba, encargo a Dilan con la regordeta y amable mujer, Albert también se había ido a la oficina, era momento de irse.
Un taxi la dejo frente a la escuela, entro a la recepción y afortunadamente era la hora de desayuno de los maestros Candy preguntaba por la maestra, la señorita Stevens.
-Si dígame, ¿en qué le puedo servir?
Candy la observo, era una mujer de unos 32 años, cabello rubio y largo, largas piernas y delgada, era atractiva.
-Señorita Stevens, mi nombre es Sally Johnson, soy la nueva niñera de André, el señor Ardlay me ha autorizado para tratar un asunto delicado del niño, ¿tiene tiempo de atenderme? Le decía mientras le extendía la mano para saludarla.
-Claro, el señor Ardlay y yo somos buenos amigos, nos gustaría verlo más seguido por aquí, pero entiendo que su trabajo es sumamente absorbente, pasemos a mi privado, la asistente podrá hacerse cargo de ellos un momento. Contestaba la mujer, al ser un colegio de gran prestigio los padres de familia eran prioridad.
-Sabe he hablado con André, me ha expresado la forma en que se comporta Max, otro de sus alumnos, me mostro ayer como le jala el cabello y lo empuja, su compañero Joan y André tratan de huir del niño la mayor parte del tiempo, sin embargo, algunas veces ya los ha agredido, ¿tenía conocimiento de esta situación?
La maestra se tocaba el mentón -No, no estaba enterada, por lo regular a la hora de los recreos la que los cuida es la asistente, sin embargo, le prometo que hablaremos con los padres de Max para hacer los correctivos necesarios.
-Una cosa más, nos hemos dado cuenta de que André tiene desafíos con los deberes en casa, no aprende lo esperado y por lo tanto no sabe cómo realizar lo que lleva de tarea, es comprensible que algunas veces no entienda algo, pero esto ha sido una constante por un tiempo, ¿sabe por qué pasa esto?
La maestra se puso roja, no esperaba que una simple nana la cuestionara, pero a decir verdad no estaba enterada de lo que sucedía con André, era cierto, la asistente le reportaba que en clase tampoco terminaba las asignaciones, pero ella asumía que era porque se la pasaba jugando, ella usualmente dejaba a la asistente sola, mientras ella iba a platicar con el maestro de educación física, tenía dos meses que no estaba al pendiente de sus alumnos, usualmente la asistente era la que se encargaba sola, pero eso no se lo diría a Candy.
-Necesitaría hablar con André para saber qué es lo que sucede, me gustaría tratar este tema directamente con su padre si no le importa.
-Señorita soy una mujer calificada para atender a André, le pido por favor que lo arreglemos esto entre usted y yo, creo que podríamos llegar a un acuerdo con respecto a esto.
-Maestra tiene en mí, un apoyo, créame, soy psicóloga de profesión y he trabajado con niños hace años, le voy a sugerir algo, aunque sé que no me ha pedido consejo, puede pedir diagnostico por escrito de la situación psicológica de Max, con eso puede partir, desgraciadamente no creo que sea a los únicos niños que este molestando, Max los amenaza con que no le cuente nada ni a usted o a sus padres, necesitamos saber qué cosa hay detrás de esa agresividad, con respecto a la situación cognitiva de André, le pido que lo siente hasta adelante, tal vez no estamos detectando algo, a veces el problema tiene una solución más simple de lo que parece.
- ¿Es psicóloga? Eso es muy interesante, nunca me la hubiera imaginado de nana, decía en un tono de burla. -Y ¿Qué hace una prestigiosa psicóloga haciéndola de niñera?
-Me he encariñado mucho de los hijos del señor Ardlay, espero que esta situación pueda mejorar y créame que estoy en la disposición de ayudarle, y que los niños sean los principales beneficiados.
-Entenderé si esta situación se sale de sus manos, seguramente la trabajadora social, la psicóloga o incluso el director podrían darme una pronta solución del problema, usted dígame, ¿puedo confiar en usted?
La maestra trago seco, si el problema era llevado con alguien más, estaría en problemas.
-Deme una semana para hacer lo necesario.
-Maestra dos días son suficientes para tener el diagnóstico de Max, tal vez no sea el suficiente para determinar porque es agresivo, pero si para obligar a los padres a hacer algo, en dos días más aquí nos vemos, le agradezco su tiempo. Se dio la vuelta y se giró, haciendo sus largos rizos hacia atrás, dejando a una furiosa maestra porque alguien le cuestiono su trabajo.
Candy salió de la escuela, ya todos los alumnos estaban en sus salones, tomo un taxi de regreso a casa, había tomado solo una hora, estaba muy contenta con lo que había obtenido de la maestra, en dos días iría a darle seguimiento, cuando paso por el pasillo, se dirigió al cuarto de Dilan, cuando abrió la puerta pego un grito de susto al ver quien estaba ahí.
-Señorita Sally, ¿Dónde estaba? Pese en todo lo que me dijo ayer y acabo de organizar todas mis citas para venir por usted e ir a la escuela de André y no la encuentro aquí, dígame ¿Dónde estaba y porque Dilan estaba con Esther?
Candy apretaba los dientes y trataba de idear una excusa para que Albert no la descubriera, pero odiaba las mentiras, se lo iba a contar al hombre, pero no planeaba hacerlo hoy, si no hasta que lo hubiera solucionado, "atrapada" resonó en sus oídos.
-Bueno yooo, yooo, tuve que hacer una diligencia.
-Bien, si ya está lista, saldremos a la escuela de André en este momento.
Candy tomo aire, estaba en problemas, tanto que tardo en encontrar un trabajo que le gustara y ahora pasaba esto por sus impulsos, ¿Por qué no podía analizar las cosas antes de hacerlas? No era la primera vez que se metía en problemas por esto.
-Señor Ardlay, yo tengo que decirle a donde fui.
Albert la veía expectante, ella solo le estaba dando vueltas y él no tenía mucho tiempo y menos paciencia.
-La escucho.
-Fui a la escuela de André...
Albert se pasaba los dedos por el cabello, - "¿Cómo que fui?" Le di una instrucción y me dice que usted paso sobre mi autoridad. Decía el rubio levantando un poco la voz.
-Señor Ardlay por favor, no se moleste, es que era necesario, yo hable con la maestra, déjeme explicarle…
-No, no lo permito nada, es mi hijo señorita Johnson, no debe sobre pasar mis órdenes.
-Señor Ardlay entiéndame usted a mí, su hijo necesita atención inmediata, ese tipo de abuso se tiene que atenderse en cuanto se detecta, era necesario hacer algo de inmediato.
Albert se dio vuelta furioso dejándola parada mientras se dirigía hacia la puerta, Candy lo seguía por el pasillo.
- ¿A dónde va señor Ardlay?, pero que hombre tan obstinado pensaba para si Candy.
-A la escuela, ¿A dónde más?, tengo que ver qué fue lo que hizo, le decía volteándose a verla a centímetros de la cara, quería intimidarla, pero al profundizar en sus ojos le dijo más que mil palabras, pudo notar en esos breves segundos que usaba lentes de contacto, tenía unos ojos que emanaban ternura, fuerza y a la vez vulnerabilidad, ella no le mostraba miedo solo vio un sonrojo en sus mejillas, supo que la ponía nerviosa, al igual que ella lo ponía nervioso a él, estaba furioso sí, pero eso no evitaba que leyera su mirada, ¿Qué color de ojos tendría de verdad? ¿Qué ocultaba? Pudo ver una leve sombra verde en la orilla del color miel. Sin embargo, regreso a su realidad después de esos microsegundos que se dio la libertad de escrutarla más profundamente, que lo dejo con ganas de seguirla contemplando más a fondo.
Se dio cuenta que ella solo le llegaba a los hombros, pero una resuelta Candy se encajó en el suelo y cerro los puños a los lados de su costado, como queriendo controlar las palabras que iba a decir, -Señor Ardlay ¿acaso no me dijo que me considerara parte de la familia? ¡Déjeme por favor cuidar de sus hijos, de ustedes!, no es necesario que lleve la carga de la familia solo, déjeme ayudarle, confíe en mi por favor.
Los ojos de Albert se abrieron, ¿Quién era esa muchacha que le hablaba de esa manera? ¿Cómo era que sabía de la carga que llevaba a cuestas? Se giro dándole la espalda, sabía que sus ojos delataban la confusión que había en su corazón.
-No era mi intención sobre pasar su autoridad, mi único objetivo aquí es ayudar a sus hijos a vivir felices, si me deja contarle lo que vi y hablé con la maestra tal vez podamos llegar a un acuerdo.
La furia de Albert se esfumo, -A mi despacho, dijo con voz firme, Esther veía todo a la distancia tenia a Dilan en los brazos, los gritos se escuchaban en toda la mansión, pensaba que jamás había visto a ninguna mujer contestarle con tanta pasión como la nana.
Albert decidió tratar el asunto como padre y no como el jefe de Candy, se sentó en el sillón y le pidió a Candy que se sentara frente a él, le hizo una señal con los ojos para que comenzara a relatar.
-Señor Ardlay creo que la maestra se ausenta mucho del salón de clase, no estaba enterada de la situación entre Max, André y su mejor amigo Joan, no estaba enterada sobre que André tiene dificultades para comprender lo que se enseña en clase y eso solo se debe a que ella pasa mucho tiempo fuera del aula, por lo que pude ver y me dijo André, la asistente es la que se hace cargo.
-Le pedí a la maestra un diagnóstico por un profesional de Max, es necesario que sepamos el porqué de su comportamiento, muchas veces el problema es el entorno familiar o algo, es importante poder ayudar a Max también de ser necesario y así las personas de su alrededor estarán bien también y eso incluye a sus compañeros de salón, la maestra me pidió una semana para arreglar esta situación y yo le di solo dos días, iré a revisar personalmente el diagnóstico y si no me puede dar una solución podríamos verlo con psicología o con trabajo social, incluso con el director.
Albert la escuchaba atentamente, conocía a la señorita Stevens algunas veces había hablado con ella en reuniones de padres, ella le había sugerido salir a tomar un café juntos, pero, aunque era atractiva la maestra, a él simplemente no le atraía y prefirió dejarlo así. Tenía poco que había comenzado el ciclo escolar y fue hasta el momento en que André comenzó a pedir ayuda con su tarea, pensó que era normal ya que había salido del preescolar a la primaria, pero ya habían pasado tres meses y André seguía con los mismos desafíos.
-Entiendo, Albert se paró del sillón y comenzó a caminar por la sala, esperemos esos dos días y tomaremos decisiones, pero ¿Qué hacemos con la falta de atención de André?
-Tengo una teoría, bueno dos, tal vez todo lo que necesita es: número uno que lo pongan hasta enfrente para que no tenga oportunidad de distraerse y numero dos tal vez le hagan falta lentes, tendremos que darnos a la tarea de llevarlo al médico para descartar esa posibilidad.
Jamás se le hubiera ocurrido a Albert que André necesitara lentes, tendrían que descartar esa opción.
-Bien, haremos el examen de la vista Señorita Johnson, solo le pido una sola cosa, siempre manténgame enterado de todo lo que suceda o haga con mis hijos, ha actuado de una forma correcta, pero no estoy de acuerdo con que lo haya hecho a mis espaldas, siempre estoy enterado de todo lo que pasa con mis hijos. Se que está perfectamente capacitada para tratar con ellos, pero para la próxima manténgame informado.
Candy suspiro, esta era la primera vez que se enfrentaban y seguramente no sería la última, tenían puntos de vista parecidos, lo malo es que tendría que ser prudente con sus impulsos que muchas veces la habían metido en problemas.
Continuara…
Hola chicas, ahora si estuvo larguito el cap, créanme que fue un poco complicado plasmar todos los sentimientos e ideas que tenía para los personajes, me encanta la pasión con que cada uno defiende sus puntos de vista, y algunas veces será así, pero en este caso le toca a Albert aprender a vivir con una mujer que lejos de darle problemas le dará soluciones, bueno ya no les adelanto más de lo que tendrán que ir descubriendo, les mando un gran abrazo y nos vemos el siguiente miércoles, ya tengo adelantado el prox cap, abrazos grandes y muchas muchas bendiciones, que si deseamos el bien a los demás por ende nos ira bien a nosotros, besos :D
