Era una noche como cualquier otra: el cielo estaba despejado, la gente dormía plácidamente en sus camas, la brisa soplaba con suavidad y en el árbol frente a la ventana, una figura apenas perceptible en medio de la noche, vigilaba. O, mejor dicho, me vigilaba.
Las primeras veces sentí curiosidad y después, cuando a situación se volvió habitual, me divertía saber que él no sabía que yo sabía que me estaba observando. Pero ahora estaba empezando a desesperarme y decidí que había llegado el momento de hacer algo al respecto.
Cerré el libro que tenía entre las manos y luego fui al baño a lavarme la cara y cepillarme el cabello; después de todo, un zorro debe estar presentable a cualquier hora del día o de la noche.
Regresé al cuarto con un maravilloso plan en la cabeza. Saqué de la gaveta mi piyama de borreguitos y la puse sobre la cama, luego me quité la camisa y la arrojé sobre la silla; pero en lugar de alistarme para dormir, me dirigí a la ventana para "respirar un poco de aire fresco.
Abrí las contraventanas de par en par y crucé los brazos sobre mi cabeza, mientras cerraba los ojos e inhalaba profundamente. No pude evitar sonreír; yo sabía que me veía más que extremadamente hermoso, sexy y deseable y que seguramente Hiei estaba con la boca abierta por mí.
Era hora de la segunda parte de mi plan.
Me apoyé en el alféizar de la ventana y mirando las estrellas (para que no me descubriera antes de tiempo y huyera) grité:
- Hiei, entiendo que seas tímido, pero espiar a alguien durante 777 noches es demasiado. Así que si tienes algo que decirme, dilo de una vez!
El ruido de las ramas hizo que me volviera, mi enamorado acababa de escapar. Diablos! Mi maravilloso plan había fallado.
Las siguientes 5 noches lo esperé en vano; pero seguí esperando porque no podía creer que se hubiera ido para siempre.
El sexto día, mientras me consolaba leyendo fics de Happy Sagara sobe YuYu Hakusho en , mi madre me avisó que tenía un visitante.
Con nuevas esperanzas, bajé corriendo las escaleras.
Hiei estaba apoyado contra la pared bebiendo una taza de té (cortesía de mi madre, obviamente). En cuanto entré bajó la mirada y me dijo:
- Ya sé que 777 noches son demasiado, sólo quería decirte que yo... yo te amo.
Mi sonrisa se hizo tan grande que supe que me dolería la cara, bueno, si es que dejaba de sonreír algún día.
- Ves? No fue tan difícil.
Finalmente, Hiei volteó a verme de frente y dijo algo avergonzado:
- No era eso.
Su respuesta me dejó perplejo, eso no tenía sentido.
- Entonces?
- Tenía que ser hoy.
- Hoy? Ahhh, claro! Eso lo explica todo... No, no es cierto!! Eso no explica nada, de que estás hablando!
El Sr. Demonio-yo-nunca-le-explico-nada-a-nadie suspiró y tomó otro sorbo de té antes de responderme.
- Hoy es el aniversario del día en que nos conocimos.
Sentí que me sonrojaba. Quién hubiera dicho que mi bomboncito recordara ese tipo de cosas?
De pronto, lo tenía frente a mí y su mano en mi cuello me acercaba a él.
- Kurama?
- Sí, amor.
- No me llames "bomboncito".
- Jejeje, perdón... "panquecito.
- Sólo cierra la boca, zorro tonto.
Y diciendo eso, me besó.
Pd. Desde cuándo mi bombón puede leer la mente?? Bueno que más da!
FIN
Mi primer fic de esta serie, se aceptan comentarios. Dedicado a mi pekeña hermana Happy. Feliz 2005!! Arisu
