TODOS LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK. ROWLING
BUENA LECTURA.
Frente a ti: Recuérdame
2° TEMPORADA
Capítulo Diecinueve
"Barreras abajo"
Observó el reflejo del espejo para comprobar el corte de cabello realizado por su hija, según ella, ahora parecía un mago decente y no un vagabundo con el cabello largo y sucio. No le importaba en demasía la imagen pero también debía reconocer que su hija tenía razón y el nuevo corte le hacía verse ligeramente más delgado pero atlético, el ligero entrenamiento en la zona sur y la poca alimentación le hacía perfilar sus músculos trabajados.
Revolvió su cabello lanzando un ligero suspiro de resignación, gustaba del corte de cabello pero seguía sosteniendo que su hija se había excedido.
-No seas vanidoso, papá – Escuchó la voz de su hija tras suyo. Dejó el espejo sobre la mesa de la cocina, balbuceando – Te ves bien, quejica.
-Parezco un niño – Expuso frunciendo el ceño mientras se sentaba - ¿En qué momento me convenciste para esto?
-Cuando te dije que podrías gustarle a Luna – Rectifico haciéndole sonrojar hasta las orejas. Rose rio con ganas – Has hablado con ella.
-He estado encerrado por tres días – Suspiro apoyándose sobre la mesa – Mi único contacto con el exterior han sido Melissa y Joshua cuando nos reunimos, ya quiero trabajar en el cuartel.
-Lo sé – Meditó sirviéndole el desayuno. Después de mucho meditarlo y luego del impacto inicial por el reintegro de Harry en el cuartel, el regreso del pelirrojo causaría más revuelo aún y no sólo en el ministerio – Vas a visitar a Eric.
Se quedó observando las tostadas sobre su plato, reflexionando las palabras de su hija pero también evadiendo la respuesta. Su ansiedad por enfrentar al sanador crecía con cada día, el acoso del hombre hacia Luna había aumentado y podía comprobarlo por los comentarios – vía patronus – que había sostenido con Mike, su única intención era poner en su lugar a ese mago y hacerle pagar por lo que hizo hace tres días.
Recordar las marcas sobre las muñecas de la mujer que amaba le ponía furioso.
-Intenciones no faltan – Suspira desayunando – Es difícil concentrarse en el ministerio con ese idiota dando vueltas.
-Descuida – Dijo Rose sonriendo – No está sola, Joshua la cuida.
-De seguro para él es difícil – Musito pensativo – Era apenas un niño.
-Tendrás tiempo para saldar cuentas – Apoyó la chica – Ahora desayuna un poco, pronto vendrá Joshua y se nos hace tarde.
-¿Y James?
-Se marchó temprano.
-De acuerdo – Musito bebiendo un sorbo de café – Supongo que Harry se marchó con él. – Inquirió alzando las cejas.
-No, está conversando con Natalie – Expuso rodando los ojos – Intenta convencerla por enésima vez sobre alejarse de los problemas.
-¿Qué problemas?
Su hija se encogió de hombros – Andan cuchilleando hace algunos días.
-No lo había notado – Musito pensativo – Crees que sea grave.
-Lo dudo – Negó bebiendo una poción y hacer una mueca de asco en el proceso – Debo pedirle el hechizo a Mike, esto sabe horrible – Confesó.
Guardó silencio para evitar comentar la ausencia del castaño y del porque el contacto con el chico se había reducido a simples patronus o lechuzas hacia Rose, después de todo, la última vez que piso esa casa había tenido con problemas con Natalie, específicamente por Joshua. El acercamiento entre los jóvenes había molestado al sanador y había optado por mantener distancia para calmar la situación.
No obstante, el alejamiento del mejor amigo de James sólo ocasiono que – lo que sea que tuviesen – se afianzará porque se les veía a altas horas de la noche platicando sobre el sofá o caminando por los jardines cuando levantaban los hechizos de protección. Su evidente atracción había resultado para él y posiblemente el ojiverde también había captado las miradas y sonrisas que se dedicaban.
-No tengo muchas opciones – Suspiró Rose con preocupación – De igual manera tengo que ir al hospital.
-¿Para qué? – Inquirió interesado
-Por mamá… - Musito pensativa – Se encuentra estabilizada y necesito decirle sobre mi embarazo, no puedo aguantar otro día más. No quiero que pierda los recuerdos y desaprovechar la oportunidad de decirle esto, es muy importante.
-Hija… - Sonrió él incorporándose de la silla para coger otra y sentarse junto a ella – Primero, no perderá sus recuerdos y segundo, nunca será tarde. Si quieres puedo acompañarte – Tanteo
-Papá, no te aproveches – Dijo riendo enviándole una mirada divertida – Sé lo que harás y no, gracias. No quiero tener problemas con James.
-De acuerdo – Rodó los ojos resignado - ¿Cuánto tiempo se tardará Harry? ¿Y Joshua?
-Debería estar aquí – Indicó observando el reloj de pared – Siempre viene temprano.
-Rayos… - Suspiró con frustración.
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-Si quieres mi opinión… - Decía Harry apoyado en el closet de su hija – Deberías decidirte con quien quieres estar, no es justo estar con Mike pero sentirse atraída por Joshua.
-¿Por qué crees que estoy confundida? – Expuso de mala gana – No puedo evitar sentir lo que siento.
-¿Qué sientes? Te importa – Inquirió alzando las cejas, la pelirroja asintió ligeramente – Haz probado tomar distancia.
-Papá… - Suspiró rodando los ojos – Prácticamente viene todos los días, trabaja con el tío Ron y tengo su magia encima de mí las veinticuatro horas…
-Pues no te molesta demasiado – Susurró entrecerrando los ojos. Natalie se sonrojo – Considerando que la distancia que tuvieron hace una semana, acrecentó la atracción que inicialmente tenían.
-Sí pero… - Dudó mordiéndose la lengua. No podía decirle a su padre que sentía algo más que atracción. – Es difícil.
-Si lo es – Sonrió ladeando la cabeza - ¿Sabes? – Indicó acercándose hacia su hija para luego arrodillarse y quedar a su altura – Posees la misma expresión de James cuando me confesó que estaba enamorado de Rose.
Natalie volvió a sonrojarse violentamente e iba a protestar la comparación de su padre pero un escalofrío recorrió su cuerpo y al parecer Harry lo notó porque frunció el ceño y se incorporó rápidamente del suelo, observando el lugar con atención y tensión plasmada sobre su rostro.
Extendió la mano hacia su hija quien pareció no objetar y la sujetó con firmeza para llevarla hacia la puerta, la abrió rápidamente encontrando del otro lado del pasillo a Draco y Gin y desde el inicio de las escaleras, Ronald y Rose les miraban con preocupación. Con estos se encontraron y bajaron las escaleras de regreso hacia el salón donde Rose salió raudamente hacia los jardines, detrás de ella, su padre le acompañó de cerca.
Sin poder aguantar más, Natalie intervino.
-¿Qué está sucediendo? – Preguntó intrigada por la preocupación de su padre y del resto.
Desvió la mirada hacia su hija quien le interrogaba con la mirada, parecía confundida y todavía no se había percatado de la situación. No quería sacar conclusiones apresuradas pero tampoco podía seguir guardando silencio y menos cuando posiblemente pudiesen estar en peligro.
-Sigue con vida… - Dijeron desde la cocina y Harry rodó los ojos ante la sutileza del pelirrojo quien lucía tan o más preocupado que él – Fue abrupto pero los hechizos siguen activos.
-No por mucho tiempo – Sopeso Draco con seriedad. - ¿Qué haremos?
-Podríamos enviar un patronus – Meditó Ronald.
-Un segundo… - Volvió a intervenir la pelirroja inquietándose - ¿De qué hablan?
-Acabas de sentir algo extraño – Indagó el rubio observándole de pies a cabeza, asintió – Recorrer tu cuerpo.
-Eh sí, pero…
-Es la magia de Joshua… - Suspiró el ojiverde con paciencia – Cuando la magia de una persona es amenazada tiende a desaparecer, su magia se encuentra protegiendo la casa y a ti – Soltó con seriedad sin ningún tono de broma como hace unos minutos.
-Y si desaparece…
-Significa que está muerto – Masculló Ronald apretando los puños – De seguro fue atacado y se encuentra grave.
-Los escudos siguen activos pero muy débiles – Confirmó Rose reuniéndose en el comedor. – Con permiso Nat – Dijo apuntándole con la varita, segundos después frunció el ceño – Es baja casi no puedo percibirla.
Casi por instinto abrazó por los hombros a su hija para reconfortarle de esa cruda realidad, podía guardar silencio y negarlo cientos de veces pero su hija se había enamorado del chico que ahora corría un grave peligro, lo sabía desde que les vio en el hospital y luego con el trascurso de los días. Sus furtivas miradas estando en una misma habitación eran evidentes y demostraban que dicha atracción era algo más.
Desvió la mirada para encontrar el semblante endurecido del pelirrojo, volvía a esconder la personalidad adquirida hace algunos días para reemplazarla por es que traía consigo hace más de cinco años. Conocía suficiente a su mejor amigo para saber cuán preocupado estaba por el chico y lo inquieto por salir de ese lugar para saber de él, después de todo, el hijo de Luna se había convertido como un segundo hijo para él.
-Necesitamos reforzar el lugar – Soltó el pelirrojo sacando su varita – No sabemos porque atacaron a Joshua pero si lo hicieron para dar con nuestro paradero, estamos en peligro.
-Estoy de acuerdo pero los escudos siguen activos – Recordó Rose a su padre – No podrás cambiarlo hasta la noche y el hechizo de desactivación sólo la conoce él.
-¿Nadie más? – Inquirió Ronald sorprendido. - ¿Por qué tomaron ese riesgo?
-No perdamos tiempo – Interrumpió el moreno – Enviemos un patronus al cuartel general y pidamos a James información, por favor.
Padre e hija asintieron.
El patronus de Rose viajó por información hacia el cuartel de aurores, si bien podían abandonar el lugar y dirigirse directamente, también debían considerar el riesgo que tomarían al desconocer la información y del porque Joshua había sido atacado.
Los segundos se hicieron eternos y los hombros de la pelirrojos permanecían tensos ante el abrazo del ojiverde, su mirada estaba perdida y se mordía el labio inferior en un gesto de preocupación. Con impaciencia esperaban por alguna respuesta para despejar las dudas con respecto al hijo de Luna, no quería pensar lo que sucedería si los escudos y la protección de su hija desaparecían por completo.
Instintivamente paseo la mirada por Natalie y Ronald, tragó saliva.
-Aquí viene… - Soltó Rose llamando la atención de todos. Un destello de luz se hizo presente en medio de ellos, el patronus de James.
-Joshua y Melissa fueron emboscados en una operación de reconocimiento – Escucharon la voz preocupada y tensa de James – Mel sufrió algunas contusiones y tiene un brazo roto pero Joshua está gravemente herido, según Luna llegó al hospital casi sin pulso… - Hubo una pausa que dejo a todos expectantes y con los pelos de punta, escucharon un suspiro – Es posible que no sobreviva.
El patronus se deshizo dejando leves destellos de magia y un silencio sepulcral en el ambiente, el último tramo del mensaje les había dejado helados y con una extraña sensación en el cuerpo: el auror que había visto recién en la noche anterior podía morir en cualquier momento y su magia disminuyendo paulatinamente en el lugar les indicaba que así sería. El ojiverde abrazo por completo a su hija, besando la coronilla de su cabeza y susurrando palabras de aliento.
-Papá yo… - Dijo solo para él, susurrando. Ocultando su rostro
-Lo sé – Suspiro cerrando los ojos por unos segundos – Sé lo que sientes…
Volvió a abrir los ojos y su mirada se dirigió hacia el pelirrojo quien seguía en la misma posición, rígido y con los puños apretados. Sintió compasión y preocupación por él, por enésima vez los mortifagos habían asestado un golpe en el corazón del hombre y apuntado hacia algo valioso, porque el ataque sencillamente nunca podía ser coincidencia y menos cuando Rafael Lyon estaba al mando.
Antes ser reconfortado por su hija, el aludido emprendió rumbo hacia la chimenea entre trompicones y llamados de la castaña. No alcanzó a pronunciar palabra porque su hija deshacía el abrazo y seguía al pelirrojo hacia la chimenea donde ambos ingresaron y desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos.
Su seguridad estaba expuesta.
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No sobreviviría.
Su memoria le llevó hacia ese pequeño y asustado niño después haber sido maltratado por su padre, recordó cuán frágil se veía tendido sobre el suelo, echo un ovillo por el temor que sentía. Sentía que todos los recuerdos que poseía sobre él comenzaban a apagarse en su memoria, a alejarse con lentitud a medida que las palabras de James cobraban sentido y poco a poco comenzaba a acercarse hacia el lugar donde era atendido el auror.
-¿Qué hacen aquí? – Preguntó el jefe de aurores apenas estuvieron cerca. – Deberían estar en casa, esperando.
-Crees que me quedaría… - Dijo él alzando las cejas – No pienso quedarme de brazos cruzados, James.
-Por el momento, es lo único que podemos hacer – Suspiró Melissa sentada, poseía el brazo inmovilizado y con varias magulladuras producto de la batalla – Hace veinte minutos que siguen trabajando.
-Luna… - Balbuceo el pelirrojo con aprensión – Ella…
-Ya sabes… - Susurro esbozando una ligera sonrisa – Es su hijo.
El pelirrojo hizo un gesto de preocupación para luego sentarse junto a su compañera y escudriñarle con la mirada, observando el brazo inmovilizado y los rasguños que poseía en el rostro, cuando escuchó su nombre su preocupación aumentó pero luego vino un ligero alivio cuando se enteró que sólo había sufrido heridas leves y había logrado escapar consciente.
-¿Cómo estás? – Preguntó frunciendo el ceño - ¿Qué ocurrió?
-Nos esperaban… - Musito bajando la mirada con frustración – Su objetivo era él… - Acusó regresando la mirada hacia su amigo – Recibió las primeras maldiciones y otros hechizos sin oponer resistencia, no pude intervenir a tiempo porque otro grupo se encargó de aislarme de él y cuando lo hice había perdido la conciencia.
-Natalie… - Escuchó la voz de James. Desvió la mirada los hermanos – No deberías estar aquí… - Repuso con molestia.
-No voy a discutir esto, James – Soltó la pelirroja enfrentando al auror – Me quedaré aquí.
-Entiende que podrían seguirlos – Bufó desviando ligeramente la mirada el pelirrojo – Con la emboscada prácticamente los escudos son ineficientes y si él llegase a… - Se detuvo evitando pronunciar la palabra pero todos conocían un posible final, suspiro. – Sé que es importante para ti.
Bajo otras circunstancias la chica se habría sonrojado pero se limitó a guardar silencio, él volvió la mirada hacia la puerta.
-Está adentro – Susurró Melissa llamando la atención de Ron – Prácticamente nadie se opuso, es su padre.
Una punzada en el corazón le hizo bajar la mirada y apretar los puños con excesiva fuerza para alivianar lo que por primera vez estaba experimentando; celos. El sanador tenía una ligera ventaja con respecto a Luna y Joshua – independiente del pasado – siempre sería el padre del chico y la ex pareja de la rubia, y en situaciones como está, él siempre sería excluido por ser el amigo o compañero.
De reojo observo a Harry y Rose llegar con las respiraciones agitadas, explicándole a James la situación y pidiendo disculpas por haber tomado la decisión de aparecerse en el hospital a pesar de todas restricciones y peligros, pudo percibir la mirada acusadora de James sobre él. Sin duda, él sería el responsable que todos le siguieran hasta allí.
-Supongo que es normal… - Susurró él esbozando una amarga sonrisa – Siempre será su padre.
-Si dependiera de Joshua, estaría lejos – Acusó la morena acariciándole la espalda con cariño – Crees que cambiará de opinión por este momento…
-No pero… - Musito con frustración – No es posible desconocer ese hecho.
-Hasta donde sé… - Meditó la mujer escuchando la discusión entre James y Harry – A quien considera como un padre es a ti. – Confesó buscando la mirada de su amigo – Eres la persona que veló por él cuando más lo necesitaba.
Apretó los labios intentando contener los deseos de llorar.
-Ronald… - Llamó Melissa encontrando su mirada – Siempre te ha elegido.
Cualquier comentario quedó atascado en su garganta debido a la puerta que se abría.
Con signos de cansancio, sanadores salían de la habitación llevando consigo pociones y plantas extrañas. Sopeso la posibilidad de pedir información pero seguía paralizado después de observar los últimos magos abandonar el lugar; el usual delantal blanco que usaban estaba embarrado con sangre.
De pronto sintió los brazos de su hija sujetar el suyo pero apenas le devolvió el gesto, porque su mirada se había quedada atrapada con la imagen de Luna abrazada Eric Owens mientras caminaban juntos. Con evidentes contradicciones optó por tragarse los estúpidos – en ese entonces – celos que sintió ante la imagen, procurando repetirse del porque estaban en ese lugar y del miedo que comenzaba a acrecentarse ante la posibilidad de perder a Joshua.
Su cuerpo se estremeció ante el sollozo de la rubia quien todavía no parecía percatarse de la presencia de todos, sintió la garganta apretada y la visión ligeramente nublada por las lágrimas y es que la peor de las situaciones comenzaba a cobrar sentido sobre su mente y corazón.
-Luna… - Carraspeo James
La mujer subió la mirada paseando la mirada por cada uno de los magos y cuando finalmente se posó sobre el pelirrojo, deshizo el abrazo con el sanadora para acercarse hacia él y refugiarse entre sus brazos. El aludido instintivamente la cobijo de manera protectora ocultando su rostro en su cuello, aspirando la fragancia de la mujer y así encontrar la fortaleza que necesitaba para enfrentar lo que sea debían enfrentar.
-Se encuentra demasiado débil – Informó Eric endureciendo su expresión. – No respira por si solo y perdió demasiada sangre, por poco y no logramos controlar la hemorragia que tenía.
-Necesita transfusiones – Inquirió Harry frunciendo el ceño.
-Así es – Asintió lanzando un suspiro – Puede recibir cualquier tipo de sangre.
-Recibió algún hechizo de cuidado – Interrogó Ronald sin soltar a la sanadora
-Ninguno – Contesto Owens secamente. Delineando el abrazo de la sanadora hacia el pelirrojo - Su transfusión será inútil sino podemos normalizar su respiración. – Acotó desviando la mirada – Conseguimos estabilizar su magia pero sigue siendo baja.
-Puede seguir bajando… - Inquirió Rose colocándose junto a su novio
-Sí, y es peligroso.
-Su varita… - Masculló Luna rompiendo el silencio para subir su mirada hacia el pelirrojo, él le miro confundido – Casi no desprende calor, está muy helada.
-Eh… no… - Balbuceo Ron intrigado – Es imposible…
-Debería estar… - Musito el moreno pensativo
-No – Dijeron desde el umbral de la puerta. Observaron a Mike colocarse junto a Eric – Su magia sigue viva porque hay otros objetos que poseen su magia – El sanador desvió la mirada hacia su novia y luego hacia Harry – Luna o Eric podrían revertir los escudos y el hechizo de rastreo de Natalie usando la varita de su hijo, podrán aumentar los niveles de magia pero tampoco nos asegura nada.
-Debemos intentarlo – Acusó el pelirrojo sujetando el rostro de Luna – No podemos darnos por vencido.
Con suavidad retiro las lágrimas de la mujer que amaba, sonrió con ánimos.
-Hay un ligero problema – Comentó James haciendo una mueca de disgusto – No sabemos el hechizo para desactivar los escudos y aunque lo supiésemos, podría haber usado algún código o mensaje para reforzar el hechizo.
-Consideremos que lo hizo un auror – Susurro Rose pensativa
El pelirrojo entrecerró los ojos intentando adivinar los trucos que usaría Joshua para proteger un lugar, el chico era inteligente y no usaría algo tan sencillo para ocultar la ubicación de Harry y el resto. Observó el mismo gesto pensativo de sus amigos tan o más confundidos que él, evito mirar hacia el sanador y poso la mirada sobre la pelirroja; mordiéndose el labio inferior y con un gesto muy parecido a cuando su difunta madre intentaba ocultar información.
De pronto, cerró los ojos y habló rápidamente.
-Sé el hechizo y la clave – Soltó Natalie sin mirar a nadie en concreto
No obstante, Ronald observó un ligero sonrojo adornar sus mejillas.
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-¿Cómo está Luna? – Preguntaba Hermione apenas su esposo tomaba asiento junto a su cama – Harry…
-Con Ronald… - Contesto mirando el gesto de sorpresa de la castaña. Había permanecido en silencio por petición de su hijo – Regresó hace algunos días pero necesitaba mantenerse oculto, hasta ahora – Soltó encogiéndose de hombros – Cuando se trata de Joshua…
-Si lo sé – Sonrió la mujer pensativa – Mike menciono la magia de Joshua…
-Son bajos, prácticamente la casa está desprotegida – Suspiró el ojiverde – Sigue bajando pero pensamos que usando su varita y deshaciendo los escudos por completo, logremos fortalecer su magia.
-Siendo así, debe ser rápido pero conocen los hechizos – Inquirió con preocupación.
-Algo así – Dijo esbozando una sonrisa – Voy con Luna y Natalie para quitar los escudos y colocar nuevos.
A la habitación ingresó Mike llamando la atención de la pareja.
-Más pociones – Susurró la castaña rodando los ojos. El moreno entrecerró los ojos con diversión – No te burles.
-No lo hago – Acotó el aludido sonriendo.
-Harry… - Dijo el muchacho acercándose hacia ellos – Luna y Natalie te esperan.
-De acuerdo – Asintió el hombre incorporándose de la silla. Besó los labios de la castaña y suspiró – Vendré pronto.
-Cuídate
Se despidió con un gesto de su esposa para después salir de la habitación donde Natalie y Luna le esperaban, ésta última bastante impaciente y con un gesto de preocupación propio de cualquier madre. Decidir sobre quién se haría cargo de la varita de Joshua paso a segundo plano, porque por inercia todos aceptaban que sería Luna y no Eric la responsable de quitar la seguridad de la casa de los Potter, después de todo, nadie confiaba en el sanador.
Con ayuda de un trasladador lograron aparecerse en los jardines de la casa, pudiendo sentir la magia del chico, ligeramente más débil de hace algunos minutos pero aferrándose a los rincones del lugar. El ojiverde observó a la rubia sacar la varita de su hijo y murmurar el hechizo que recuperaría en parte la magia de Joshua, desvió la mirada hacia su hija y sonrió ligeramente, no conocía precisamente el hechizo pero si el sutil respaldo del muchacho; roja esmeralda.
-No preguntaré cómo conseguiste la información – Dijo en apenas un susurro, sonrojando a su hija – Convencer a un auror es difícil – Aclaró.
-Lo dices por Hermione – Soltó con mejor humor – No hay nada que puedas ocultarle
-A Josh tampoco – Canturreó con burla – Cuando despierte, díselo – Animó con sinceridad – A menos que sigas teniendo dudas.
-No, ninguna – Susurró observando a Luna terminar los hechizos.
-Ya puedes reemplazar los escudos, Harry – Dijo la rubia con mayor tranquilidad, el ojiverde asintió – Se siente ligeramente más cálida – Murmuro sujetando la varita – Colocó mucha dedicación a los hechizos, no me sorprende – Sonrió – Siempre lo ha hecho con personas que son importantes para él.
-Necesita el hechizo de rastreo, es más simple – Acusó Natalie cambiando ligeramente el tema
-Cuando despierte se enojará por eso – Comentó sonriendo – Eres importante para él.
-Y él para mí – Confesó nerviosa – Con o sin órdenes volverá a hacerlo de nuevo – Suspiró.
-Sí, tienes razón – Meditó por unos segundos. Sujetó la varita de su hijo y retiró el hechizo de rastreo con facilidad – Podían sentir su magia – Inquirió preguntando a los Potter, estos asintieron – Es peor que Ronald.
Padre e hija se miraron intrigados.
-Al parecer quería mostrar a quien pertenecía el lugar – Suspiró rodando los ojos, echo un último vistazo a la varita y la guardó en el bolsillo de la túnica. – Espero que sea suficiente.
-Estoy seguro que sí – Dijo el hombre sonriendo – Regresemos al hospital, de seguro Ronald y James donaron sangre y nos esperan.
-Sí, tienes razón – Asintió la mujer ingresando a la casa.
-Si quieres puedes quedarte – Susurró a su hija cuando ingresaron a la cocina. Natalie negó de inmediato – Estarás segura.
-Quiero ayudar a Joshua, papá – Suspiró mirándole de reojo – No me quedaré aquí.
Asintió sin emitir comentario, su hija había tomado una decisión.
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Siente la presión sobre el brazo mientras la sangre circula graciosamente por los tubos que van directamente hacia el brazo del auror, el proceso era mágico y limpio a juicio del pelirrojo, cronometrado para extraer lo necesario y así evitar algún malestar sobre su cuerpo. No obstante, el semblante del chico no mejoraba y la mueca de Mike indicaba que la magia de Joshua seguía débil, el ataque que había recibido prácticamente le dejó moribundo, bordeando peligrosamente la muerte y de paso trayendo consigo inseguridad hacia el cuartel de aurores.
De reojo observa la puerta abrirse para dejar pasar a sanadores, vigilan los signos vitales y mágicos del auror, escriben sobre pergaminos y lanzan encantamientos para mejorar el estado de Joshua. Uno de ellos le indica que en dos minutos podrá retirarse y le ofrece una tableta de chocolate para amortiguar los signos de fatiga después de haber perdido sangre, asiente y vuelve a posar la mirada sobre el chico pero reconoce el perfil de uno de los medimagos.
Recuerda la orden explicita de Luna antes de marcharse; ninguna gota de sangre será donada por Eric Owens.
-Sientes orgullo – Escuchó él desde el otro costado de la cama. El sanador le devolvía la mirada con suficiencia – Donando sangre para él.
-Al menos puedo hacerlo – Soltó alzando las cejas con arrogancia
-Ni siquiera donando toda la sangre de tus venas… - Acusó desviando la mirada hacia Joshua – Podrás conseguir que él sea tu hijo
Apretó la mandíbula para contener el impulso de lanzarse sobre el sanador y saldar cuentas pendientes, y porque no, cobrar por su orgullo herido. Seguía sin poder quitar de su mente la imagen de él abrazando a Luna tal y como si fuesen una pareja normal preocupados por su hijo, sentía el miedo recorrer su cuerpo de perder a la rubia y que nuevamente cayera en manos de ese sujeto, porque a pesar de todo lo sucedido hace algunos años, muchas veces la rubia se arrepentía de dejar su casa y regresaba con él.
Aunque todo cambió cuando golpeó al pequeño niño, hoy tendido sobre la cama.
-Si realmente me odiará – Volvió a decir ladeando la cabeza – Nunca me habría llamado para ayudar a Josh – Movió la cabeza en un gesto gracioso – Ni habría buscado mis brazos…
Su brazo quedó libre de los tubos, cogió la barra de chocolate y la tragó.
-Dime Ronald – Habló de nuevo mientras él cogía su túnica - ¿Cuántas veces regresó a mis brazos? ¿Cuántas noches volvió a mi cama?
-Sólo sé que siente repugnancia hacia ti – Suelta sin mirar hacia él, perder el control era lo último que deseaba – Con permiso…
-Somos sanadores, Ron – Escucha cerca de la puerta – Con un círculo profesional pequeño y cada cierto tiempo nos hemos encontrado en ciudades del mundo – Se explicó haciéndole detener el paso – Hemos tenido cientos de reencuentros y no creo que sienta precisamente repugnancia.
Había empuñado las manos para apaciguar los celos que sentía pero la retorcida imagen de la pareja de sanadores nubló su razón y le obligó a girarse hacia el hombre quien seguía sonriendo, triunfante por ocasionar los celos en él. Daba el primer paso cuando la puerta volvió a abrirse y dejó pasar a Harry, Luna y Natalie con mejor ánimo del que tenían cuando salieron del hospital.
No obstante, el tenso ambiente y la posición rígida de su cuerpo les indicó inmediatamente lo que estaba – o estuvo – apunto de suceder entre ambos hombres. Su mejor amigo le abrazó por los hombros, apartándole del camino de Eric quien se retiraba del lugar por órdenes de Luna, opuso cierta resistencia pero finalmente se dejó guiar por el moreno.
-¿Qué sucedió? – Preguntó en susurros el moreno
-Nada… - Suelta zafándose del agarre de su amigo, sin apartar la mirada de los encantamientos de la rubia
-No caigas en su juego – Comenta sin mirarlo – Seguirá provocándote para ocasionar una pelea, no eres un adolescente.
Guarda silencio observando como el rostro de Joshua retoma color y las máquinas que regulaban su respiración se detienen lentamente, camina con preocupación para acompañar a Natalie y no perder detalle de lo que ocurre con el auror. Aguardan por eternos segundos hasta percibir el ligero movimiento de pecho de Joshua, subiendo y bajando lentamente.
-Funciono – Suspira Harry apoyándose al borde de la cama – O no…
-Sí lo hizo – Sonrió la rubia dejando la varita de su hijo sobre la mesilla de noche – Recuperó energías y respira por sí mismo, esperemos que las transfusiones también ayuden.
-Siendo así – Comentó el hombre subiendo los puños de la camisa hasta los codos – Sigo yo.
-Su magia está fuerte – Murmuro Luna colocando una mano sobre el rostro de su hijo – Su temperatura es normal.
-Despertará pronto – Inquirió Natalie observando a su padre hacer un gesto de dolor producto del primer pinchazo
-Debemos esperar – Dijo con un gesto tranquilo – Recién recuperó sus fuerzas y todavía debe recuperarse de los golpes que recibió.
-Comprendo – Musito la pelirroja desviando la mirada de su padre hacia su tío; seguía con la camisa mal puesta y pequeñas gotas de sangre la manchaban - ¿Por qué estás sangrando? – Preguntó llamando la atención de todos.
El aludido despertó de sus pensamientos, observándose.
-Eh… - Balbuceo revisando su brazo izquierdo – Olvide colocar un parche…
-Jalaste la aguja – Expuso Luna frunciendo el ceño – Podrías haberte hecho daño
-Estoy bien – Dijo evitando la mirada de su amiga, sólo pensaba en las palabras del sanador – No debes preocuparte… - Susurra observándola hacer un hechizo para cerrar la herida – Gracias.
-Gracias a ti – Murmuro encontrando su mirada – Comienza a recuperarse de la batalla – Complementa mirando de reojo hacia Joshua.
-Esto comienza a mejorar – Suspira Harry recostado en la silla – Sea cual sea la intención de Rafael, fracaso.
-Seguimos expuestos – Indica Ronald seriamente – Ha demostrado que puede ser superior a nosotros, sin importar la seguridad o cuán sigilosos seamos.
-¿Qué sugieres? Volver a la zona – Dice alzando las cejas. Su amiga le envía una dura mirada
-Pueden discutirlo en otro momento – Menciono la mujer haciendo un gesto de impaciencia – Voy a buscar algunas pociones, pueden quedarse. – Resopló caminando hacia la puerta.
El moreno movió la cabeza para luego incorporarse de la silla y dejar lugar a su hija quien se dispuso a donar sangre.
-Sea lo que sea que dijo ese imbécil – Dijo Harry entre susurros – Debes seguir confiando en ella. – Añadió señalando la puerta por donde Luna había desaparecido
El aludido cerró los ojos para aferrarse a las palabras de su amigo.
-O crees que podría fijarse en él – Volvió a escuchar haciéndole girar bruscamente – Después de tantos años sin verse…
Volvió a desviar la mirada para apretar los puños.
Hemos tenido cientos de reencuentros.
Continuará…
Hola a todos, disculpen la demora con este capítulo… mucho trabajo y poco tiempo para dedicarme a revisar y subir este capítulo.
Espero retomar la ritmo de actualización puesto que quedan pocos capítulos para el final. Estoy escribiendo los últimos capítulos y aunque ha sido difícil por el tiempo que dispongo trato de avanzar lo más posible.
Sin más, nos vemos está misma semana, pienso traer otra actualización próximamente.
Saludos
