¡Saludos, queridos lectores!
Hoy tengo la satisfacción de anunciar, que con esta historia concluyo en tiempo y forma, la Horror Week SasuKarin del 2022
Estoy muy contenta y en general satisfecha con haberlo logrado y aunque lo estoy subiendo bastante tarde en comparación a los tiempos en los que había estado subiendo el resto de la historias, debo decir que el último tema me causó mucho conflicto para que se me ocurriera algo ¿El motivo? No lo sé, quizá sea que mi imaginación se agotó con el resto de la semana, pero pienso que lo que más me causó conflicto, es que el tema de hoy "Flores", me dificultara pensar en algo que me convenciera, pues la palabra está estrechamente relacionada con Sakura. Sin embargo, me alegra decir que encontré otra alternativa.
La historia de hoy corresponde al Día 7: Flores Palabras elegidas: Circo, Bruja
Sin más, los dejo con la historia de hoy n.n
La noche de Halloween se acercaba a Konoha y si bien esa fiesta no era precisamente originaria del continente ninja, lo cierto era que había tomado mucha popularidad desde que la paz reinaba. Es más, se había hecho tan aceptado por la gente, que el propio Hokage había decidido dejarlo como día de asueto para todos los ninjas.
Aquél año en particular, se estaba planeando la celebración de Halloween más grande que había habido en la aldea hasta ese momento y aunque apenas llevaba unos cuantos años, por lo que no había muchas referencias para compararlo, lo cierto es que su atracción estrella para ese año, era la llegada de un circo.
Los circos en aquél continente, apenas eran conocidos, por lo que la mención de la atracción en sí misma ya era toda una novedad, pero este circo, tenía una particularidad que encajaba en todos los sentidos con la celebración, pues bastaba oír el nombre de la atracción para entenderlo: "El circo del terror".
Cientos de folletos fueron repartidos en Konoha para que nadie de la aldea se quedara sin invitación a tan sorpresivo evento y la novedad de dicha atracción estaba haciendo tanto aspaviento, que los rumores se corrieron en las aldeas vecinas e incluso entre algunos países vecinos.
—¡Tenemos que ir! —Karin le mostraba a su esposo el cartel que le había quitado a Suigetsu.
Sasuke pasó la mirada del cartel a la mujer que se veía muy emocionada y él no entendía el motivo.
—¿Por qué querrías ir?
—Porque hace mucho tiempo que no tenemos un tiempo de romance para los dos. ¡Esto es perfecto! —respondió la pelirroja acomodándose los lentes.
¿Romance en un circo que prometía miedo?
De acuerdo, Sasuke era consciente que la mayor parte del tiempo en que estuvieron juntos antes de casarse, y unas cuantas de después, sus reuniones eran en circunstancias que la mayoría calificaría de aterradoras y quizá era el motivo por el que ahora ella consideraba aquello "romántico", pero Sasuke habría esperado que eso se dejara atrás gracias a la paz que ahora reinaba.
—No.
—¡Vamos! ¿Acaso no quieres pasar un tiempo romántico conmigo? —Karin insistió y se colgó de su cuello haciendo un puchero— ¿No quieres que pasemos un tiempo a solas portándonos mal?
Sasuke tomó el cartel para leer las letras pequeñas, pensando que quizá se estaba perdiendo de algo al sólo leer que se trataba de un circo de miedo para Halloween. Empero, no, toda atracción anunciada allí tenía el fin de espantar y lo más suave del evento, parecía ser una función de cuentacuentos para niños y una pequeña feria para ellos. El resto de las atracciones eran 15+ o 18+ y esa última no tenía nada que ver con lo sexual.
—¡Volvimos! —exclamó un pequeño niño de unos nueve años y detrás de él, una niña de su misma edad llegaba caminando.
—¿Ya recuerdas por qué no tenemos tiempo a solas? —comentó Sasuke y Karin se soltó de él.
—¿Qué pasa, mami? —preguntó el niño y la niña notó el cartel en la mano de la mujer.
—¿Vendrá un circo? —preguntó la niña.
—No, es un circo que habrá en Konoha —les extendió el cartel, pero antes de que el niño lo tomara, una mano arrebató el papel a la mujer.
—Esto es mío —habló Suigetsu mirando con rencor a Karin.
—Yo quería verlo —dijo el niño con tristeza.
—¡¿Qué diab… qué crees que haces?! —reclamó Karin— ¡¿Cómo puedes arrebatarle algo a un pequeño niño?!
—¡Claro que se lo voy a enseñar a Raiden-kun, pero primero tenía que recuperarlo de ti!
—¡Eres pésima influencia para mis hijos!
—¿No te has visto en un espejo?
—¡Basta! —Sasuke levantó la voz lo suficiente para que esos dos lo escucharan, pero sin ser estruendoso cómo ellos— Déjala en paz.
—No…
—¿Qué es Halloween? —se oyó la voz de la niña, quien le había quitado el cartel a albino cuando se distrajo.
Los adultos miraron a la niña interesada y su hermano se paró junto a ella para leer el cartel.
—Halloween es una fiesta extranjera que recientemente se está celebrando en el país —Karin cambió su tono de voz a uno más dulce— Cuentan que en esa fecha aparecen fantasmas, duendes, demonios y otros seres a espantar a los humanos, así que los humanos se deben disfrazar para asustarlos a ellos y que vuelvan de dónde vinieron —le limpió una mancha de tierra al niño de la mejilla— Además, si se disfrazan les dan dulces y hay eventos como ese con temática de terror.
—¿Se supone que una madre le tenga que hablar de terror a sus hijos? —señaló Suigetsu poniéndose las manos detrás de la nuca— Definitivamente eres peor influencia que yo.
—Claro que es mi deber hablarles de esas cosas —Karin trataba de controlarse pues no era sano tener exaltaciones frente a sus hijos, pero Suigetsu siempre la excedía.
—¿Y por qué los shinobis no sé deshacen de los duendes y esas cosas? —preguntó el niño sacando un kunai de su portaobjetos— Ya soy muy bueno lanzando los kunais, no necesitaría un disfraz.
—Creo que es más bien un juego o algo así —comentó la niña.
—Así es —respondió Sasuke con una sonrisa ladina.
—No es cierto. Los fantasmas, duendes, brujas y demás no se pueden matar con armas ninja —dijo Suigetsu— Si lo haces, podrías traspasarlos, te harían brujería, te maldecirían o esas cosas.
—¿Eso hacen? —preguntó Raiden asustado y agarró el pantalón de su padre.
—¡Deja de decir estupideces! —Karin reclamó.
—Son mentiras. Si realmente existieran los fantasmas, duendes y todo eso, el Halloween no sería nuevo —habló la niña devolviéndole el cartel a Suigetsu.
—Mi niña Kaori es muy inteligente. Esto es sólo una fiesta para divertirse —sonrió Karin, para luego mirar a su hijo— Ya te he dicho que no creas todo lo que Suigetsu te dice, le gusta molestar.
Sasuke miró con dureza a Suigetsu y este decidió huir antes de que el azabache le echara la bronca.
—Él sólo quería asustarte —habló Sasuke— Olvídalo y sigamos entrenando.
—¡Si, papá! —exclamó el niño más tranquilo y más animado, pero antes de retomar la actividad que habían tenido que pausar para ir al baño, a Raiden le quedó una duda— ¿Vamos a ir al circo?
—No. La mayoría de las atracciones son para adultos —respondió Karin— No los van a dejar pasar aún si los llevamos.
—Pero le estabas pidiendo a papá que fuéramos —protestó Raiden.
—Creo que mamá quería ir sola con papá.
—Pero yo también quiero ir —pidió el niño suplicante— ¡Quiero dulces!
—A mi también me gustaría ir a Halloween —habló Kaori tratando de ocultar su emoción— El cartel decía que había una pequeña feria.
Sasuke y Karin se miraron mutuamente, pues la pelirroja quería ir a modo de cita con su esposo y el azabache realmente no tenía ninguna gana de ir, empero, ninguno de los dos se atrevía a negarse a la petición de sus niños, especialmente porque en Oto, ellos dos eran los únicos habitantes jóvenes y por ese motivo, desde antes ya estaban pensando que deberían buscar la forma de que se relacionaran con otros niños de su edad.
—¿Crees que encontremos alojamiento? —preguntó Karin a Sasuke, pues la fiesta se anunciaba tan grande, que seguramente habría mucha gente de fuera— ¿O que Naruto pueda recibirnos?
—Tengo eso cubierto —declaró el azabache con un suspiro interno, a lo que el niño saltó de emoción y la niña se esforzaba por no demostrar que se sentía igual, aunque era evidente porque no podía controlar su sonrisa.
La familia Uchiha, en compañía de los dos ex miembros de Taka, se dirigieron a Konoha para llegar allí dos días antes del evento para poder buscar los disfraces para los niños y programar la salida de Halloween.
Cuando llegaron a las cercanías de la aldea, el grupo pudo notar que el circo se había instalado en uno de los campos de entrenamiento y que detrás de este, estaban los campamentos de los artistas. Además, justo detrás del campamento había un enorme campo de rosas negras y esto último llamó mucho la atención de los adultos.
—¿Por qué Konoha decidió poner un campo de rosas en un campo de entrenamiento? —preguntó Suigetsu expresando en palabras la confusión de los mayores.
—Hacía tiempo que no venía. ¿Tú sabías de esto? —Karin le preguntó a su esposo y este negó con la cabeza.
—Las veces que he venido, llego desde otras direcciones por las misiones previas, así que no había pasado por aquí.
—Quizá ya no haya tantos aspirantes a ninja por la paz y disminuyeron los campos de entrenamiento para aprovecharlos en algo más —sugirió Juugo.
—¡Pero yo si quiero ser un ninja! —exclamó Raiden como en reproche.
—No somos de Konoha, así que no importa —habló Kaori.
—Ustedes seguirán entrenando en Oto —Karin les respondió con una sonrisa para luego comentar— ¿Por qué un campo de rosas? ¿Y por qué negras?
—Tal vez las trajeron los del circo —sugirió Suigetsu encogiéndose de hombros.
—Sigamos —ordenó Sasuke, pues no le importaba demasiado y en todo caso, sería más sencillo preguntarle a Kakashi que quedarse a hacer conjeturas.
El grupo estaba dispuesto a continuar su camino, pero los niños se detuvieron dos pasos después y casi de inmediato, echaron a correr en dirección al campo de rosas.
—¡Niños! —gritó Karin confundida.
—Creo que quieren rosas o están muy emocionados con el circo —comentó el albino y quedó extrañado cuando vio a la pelirroja correr tras de ellos.
—¡Sasuke! —Karin lo llamó alarmada y en ese momento ella alcanzó a atrapar a Kaori que parecía ida.
Uchiha corrió tras su esposa y cuando ella le señaló a Raiden, él supo de inmediato que debía atraparlo.
Por supuesto, atrapar a un niño de nueve años no suponía ningún reto para Sasuke, pero justo en el momento en que lo cargó, notó a una mujer de cabello largo y negro y vestida con ropas de una aldea común. Está mujer estaba en medio del campo de rosas que estaba a diez metros de ellos, pero Sasuke no entendía cómo no la vio antes.
—¿Qué diablos les hiciste a mis hijos? —Karin llegó detrás de Sasuke abrazando a su niña, mientras intentaba sostener al niño para que su marido tuviera el brazo libre.
Los niños seguían idos.
—¿Qué pasa? —preguntó Juugo que llegaba junto a Suigetsu. Ambos estaban listos para pelear, pues notaban la reserva de sus compañeros.
—Buenas tardes. Lamento causarles inconvenientes —habló la mujer con una suave sonrisa.
—¿Quién eres tú? —preguntó Karin muy hostil.
—Soy Bara, trabajo en el circo. De verdad, lamento asustarlos —caminó lentamente hacia ellos con ligereza y elegancia— Estaba practicando mi número y por desgracia los niños estaban cerca.
—Estabas usando algún jutsu. ¿Qué les hiciste a mis hijos? —insistió Karin y Sasuke ya estaba en guardia.
—Eres muy perspicaz. ¿Eres una Kunoichi sensorial? —la mujer paró sus pasos antes de salir del jardín de rosas y la pelirroja le hizo saber que no contestaría nada hasta que ella respondiera— De verdad, lo juro, fue un accidente. Mi acto consiste en usar chakra para manipular las rosas —se explicaba la mujer— El problema es que sólo puedo controlar estas rosas y cada vez que lo hago, despiden un aroma que atrae a los niños.
—¿Eso se puede? —preguntó Suigetsu por lo bajo.
—¿Lo han reportado a Konoha? —preguntó Sasuke con hostilidad.
—Si, es una de las principales razones para restringir la edad de nuestras funciones. También es por eso que nos instalamos fuera de la aldea para evitar problemas durante los ensayos.
—¿Les hará algún daño? ¿Cómo lo revierto? —preguntó Karin desesperada, pues ya había intentado disipar el jutsu y no había funcionado.
—No habrá daño a largo plazo. Sólo estarán como zombies hasta que se alejen del aroma y se disipe de su sistema —respondió la mujer— O si me permiten acercarme a ellos, puedo disiparlo rápidamente para que despierten.
Sasuke y Karin se miraron mutuamente. Sentían desconfianza, pero la pelirroja tampoco había percibido que la mujer hubiese dicho alguna mentira.
—Te estoy observando —advirtió la pelirroja.
La joven mujer caminó con gracia hacia los niños ante la mirada vigilante de los ninjas, aunque el albino esbozó una sonrisa cuando la vio más de cerca.
Bara se acercó a los niños, puso su mano frente al rostros de Kaori y después de unos segundos, el niño pareció como si recién se despertara. Después, la mujer hizo el mismo procedimiento con Raiden.
—¡Kaori! ¡Raiden! —exclamó Karin revisando a los niños y abrazándolos con alivio.
—Oye, esa habilidad tuya es muy impresionante —Suigetsu se acercó a la mujer de unos veinticinco años— Me encantará ver tu acto. Hola, me llamo Suigetsu.
—Hola, Suigetsu. Espero que sí vayan a ver la función. No quisiera que este incidente les haya dejado una mala impresión. Fue un accidente —sonreía apenada— Les aseguro que sólo estaba ensayando y no tenía intenciones de afectar a nadie —la mujer sacó cuatro boletos y se los ofreció a Sasuke— Por favor, reciban esto como disculpa. No tengo conmigo boletos para todos, pero con los boletos amarillos los niños pueden subirse cuántas veces quieran a los juegos.
—¿Qué pasó, mamá? —preguntó Kaori que estaba tratando de entender lo que había pasado.
—¡Boletos para el circo! —exclamó Raiden, quien tampoco entendía lo que había pasado, pero la idea del circo lo tenía demasiado emocionado para ignorar que les estaban regalando los boletos.
—Por supuesto que estaremos allí. No te sientas mal, los accidentes pasan —respondió Suigetsu queriendo tomar los boletos con coquetería, pero Karin le ganó al tomarlos.
—Gracias. Aceptamos las disculpas —dijo la pelirroja muy seria— Nos vemos ese día.
Karin tomó a sus hijos y los hizo avanzar con dirección a Konoha. Juugo fue detrás de ellos y Sasuke esperó a que se alejaran un poco más para guardarles las espaldas.
—No te sientas mal por ellos. Sasuke desconfía de todos, Juugo nunca habla con nadie y Karin debió ponerse celosa de una mujer tan guapa como tú —Suigetsu se había quedado atrás— Pero yo hablaré con ellos para que vengan a la función. De todas formas, te prometo que yo estaré allí en primera fila y después de la función quizá…
—Muchas gracias. De verdad espero que no se lo hayan tomado a mal, pero no puedo culparlos. Los padres siempre protegen a sus hijos —la mujer habló en tono dulce a pesar de haberlo interrumpido— Debo marcharme, pero estaré contenta si los veo durante la función. Estoy segura que el espectáculo les gustará a ustedes y a los niños.
La joven hizo una reverencia y se fue, sin permitirle al albino decir más nada y aunque él se desanimó un poco, se fue decidido a volver y conseguir una cita. Aquella mujer era hermosa, la forma en que se movía hipnotizaba y su voz era dulce y melodiosa. Él no iba a perder una oportunidad así.
Cuando el grupo entró a Konoha, Sasuke y Karin decidieron ir directamente a la Torre Hokage para reportar el incidente y asegurarse de que sabían del tema.
—Si. El circo nos hizo el reporte desde que solicitamos sus servicios —Kakashi respondió despreocupado— La gente en la aldea también está advertida sobre ese poder.
—¿Y no se les hace extraño? Está usando chakra y podría dañar a alguien —Karin alegó.
—¿Es normal que alguien pueda controlar las plantas? Creí que sólo el hijo de esa mujer de la guerra podía hacerlo —comentó Juugo refiriéndose a Zetsu.
—Ya hemos investigado los antecedentes del circo y de esa mujer en particular —respondió el Hokage aperezado— Ella es una pariente de sangre del clan Shogutatsu. Es por eso que su poder es limitado a esas rosas negras que lleva consigo —les extendió un folder con la información— No tiene preparación ninja y sólo usa su Kekkei Genkai para los espectáculos.
—Con gusto le ayudo a proliferar sus genes si me ayuda con los míos —comentó Suigetsu con una enorme sonrisa.
—Pueden estar tranquilos y disfrutar del evento —aseguró Kakashi— Además es un espectáculo para adultos y habrá vigilancia.
El grupo terminó por aceptar irse y salió de la Torre Hokage. Empero, la pelirroja decidió llevarse la copia del informe para leerlo con calma cuando llegaran al sitio al que Sasuke los llevaría.
—¿Qué te inquieta? —Sasuke le preguntó a Karin mientras iban caminando.
—Que la dejes y te vayas con Bara que es más sexy, amable y joven que ella —habló Suigetsu para pasar su brazo sobre el hombro de la pelirroja— Pero no te preocupes, ella no se va a resistir a mi.
—¡No digas estu… tonterías! —se corrigió frente a sus hijos, pero no se resistió a empujar al albino. Cambió su tono de voz a uno más serio— Es que lo que hizo con su chakra, es muy extraño —comentó pensativa— Se parece a un experimento en el que trabajé hace años.
—¿Intentabas controlar plantas con el chakra? —preguntó Suigetsu incrédulo.
—No. Era un experimento con los aromas. ¿Acaso no percibieron el perfume de esas rosas? —preguntó Karin, pero todos los adultos negaron con la cabeza— ¿Ustedes, niños? ¿Identificaron algún aroma de esas rosas?
—No olían a rosas —respondió Kaori.
—¡No! ¡Olían a dulces y chocolate! —secundó Raiden.
—Ahora que lo mencionas, las rosas suelen ser muy fragantes, pero yo no recuerdo haber percibido ningún olor —comentó Juugo— Sin embargo, es la primera vez que veo rosas negras, así que no sé si sean diferentes de las rosas normales.
—Tampoco percibí ningún aroma —respondió el azabache.
—¿Y si son un genjutsu y las flores realmente no existieron nunca y por eso nadie percibió ningún aroma? —propuso Suigetsu— Quizá usar ilusiones de genjutsu es su acto y ustedes sólo están pensando de más para arruinarnos la diversión.
—No. Ella dijo que sólo podía controlar esas rosas y que eran parte de su acto —respondió Karin— Yo pude percibir su chakra y ella decía la verdad sobre eso.
—Kakashi también confirmó lo que ellos le reportaron —señaló Sasuke para luego dirigirse a su esposa— ¿Tú percibiste algún aroma?
—Lo mismo que los niños —aseguró la pelirroja.
—¿Verdad que olía delicioso, mami?
—¿Por qué sólo nosotros lo olimos? —preguntó Kaori después que su hermano.
—No lo sé… ella dijo que afectaba a los niños y Kaori y Raiden pudieron percibir ese aroma, pero yo también pude olfatearlo y yo no me vi afectada.
—Dijiste que hiciste un experimento sobre los aromas, tal vez tu olfato se sensibilizó y por eso pudiste percibirlo —Juugo sugirió.
—Si, eso debió ser, no todos tenemos el mismo olfato que tienen las perr… personas como tu —Suigetsu alcanzó a corregirse porque notó la mirada inquisidora de Sasuke y Karin y claro, la que lo asustaba era la del azabache— Dejen de culpar a la linda Bara. Ustedes sobreprotegen mucho a sus hijos que se ponen paranoicos.
—Será mejor leer el informe. Si no ves nada extraño, quizá no haya de qué preocuparnos —sugirió Sasuke a su esposa y ella asintió.
—Pero si iremos a la feria ¿verdad? —Raiden le haló la capa a su padre y aunque Kaori no hizo el mismo gesto, lo miraba con la misma interrogante que su gemelo.
—Ya veremos. Primero centrémonos en llegar para después ir a comer —respondió Karin para no darles un no definitivo, pero sin ilusionarlos demasiado.
—¿Y dónde vamos a dormir? —preguntó Raiden.
—Pues… no sé, tu padre dijo que haría los arreglos —la pelirroja miró a su esposo.
—Ya casi llegamos.
Sasuke los llevó al Barrio Uchiha que si, aún existía a pesar de los años. Esto, obviamente tomó por sorpresa a su esposa y sus compañeros que ya conocían la historia y porque jamás se imaginaron que él sugeriría ese lugar.
—¡Mira! ¡Toda la barda tiene el emblema de nuestro clan! —Raiden señaló emocionado.
—¿Por qué papá? —preguntó Kaori curiosa.
—Sasuke…
—El lugar es nuestro —el aludido respondió a los niños.
—¿No estará lleno de mugre y madera vieja? —preguntó Suigetsu— Quizá también haya humedad y bi…
Karin le dio una patada en la rodilla para callarlo, mientras veían que Sasuke abría la puerta.
—¡Es enorme! —decía Raiden aún más emocionado.
—¿De verdad es nuestro? —preguntó Kaori impactada.
—Si —respondió el azabache y entró caminando detrás de su familia.
—¿No habrá inconvenientes para Konoha que nos hospedemos aquí? —preguntó Juugo tratando de ser cuidadoso con las palabras que elegía— Quizá debimos decirle al Hokage cuando estábamos en la Torre.
—Avisé a Kakashi desde que decidimos venir —respondió el padre de familia y unos metros después se detuvo frente a la casa principal.
—No pienso dormir en un sitio que está por caerse —Suigetsu se cruzó de brazos, pero Karin y Juugo notaron de inmediato que la casa estaba bien cuidada.
—Arreglé la casa hace tiempo —abrió la puerta y en efecto, la casa parecía nueva. El polvo delataba que hacía algún tiempo nadie entraba, pero la cantidad de este era menor a lo que se hubiesen esperado.
—¡Es la casa más grande del lugar! —exclamó Raiden metiéndose a explorar.
—No se parece a nuestra casa —respondió Kaori y aunque estuvo a punto de entrar corriendo, quiso controlarse para no delatar su emoción, así que dio un paso atrás.
—¿Cuándo hiciste eso? —preguntó Karin confundida dándole una palmadita en la espalda a su hija para que entrara.
—Cuando decidí que iba a pedirte matrimonio —respondió Sasuke para meterse rápidamente a la casa.
—Oye.. Sasuke… —Karin entró detrás del aludido tratando de ocultar su sonrojo— Sasuke ¿estás…?
—Estos edificios sólo están pudriéndose aquí sin ningún propósito más que el de detener el tiempo —habló el azabache de repente cuando ambos se quedaron solos en el pasillo, porque los niños se habían ido a mirar otros lados— Había considerado dejar que Konoha derrumbara todo y usaran el espacio, pero…
Karin lo abrazó, pues sabía que Sasuke aún sentía tristeza por el pasado, aunque ya no le obsesionaba y quería consolarlo aunque fuera un poco.
—Hagamos que el tiempo vuelva a avanzar aquí —Karin le sonrió— Además, a los niños parece encantarles.
Sasuke le devolvió la sonrisa y ella lo besó.
Mientras tanto, Juugo y Suigetsu habían visto cómo la familia entraba a la casa y Karin se perdía por el pasillo detrás de los demás.
—Quizá debamos buscar un sitio para nosotros —comentó Juugo mientras detenía a Suigetsu que iba a entrar.
Suigetsu echó un vistazo adentro y veía cómo los niños miraban curiosos la casa y Sasuke y Karin no se veían por ningún lado.
—Te dije que un día se iban a olvidar de nosotros —bufó el albino fingiendo enojo, pero por dentro más bien estaba triste— Veamos si conseguimos asilo en algún lado.
—¿A dónde van, tío Ju, tío Sui? —Raiden los notó retroceder mientras iba de un lado a otro por la casa.
—Vamos a dejar que disfruten de su casa —respondió Juugo— Nos veremos más tarde.
—Pero papá dijo que la casa era de todos —dijo el niño confundido.
—No exactamente —respondió el albino que no sabía cómo decirle las cosas sin delatar el cómo se sentía— La casa es…
—¿Y ustedes dos qué hacen ahí afuera holgazaneando? ¡Muevan el trasero! —llegó Karin con las manos en la cintura— Vayan por una escoba y pónganse a barrer o se dormirán sobre el polvo.
La limpieza la terminaron rápidamente, pues la casa no estaba sucia ni desordenada ya que todos los muebles estaban cubiertos por sábanas o plástico para protegerlos. Sólo tuvieron que sacudir y barrer un poco para tenerla lista, aunque se limitaron a limpiar únicamente dos habitaciones, la sala y el baño porque eran los principales lugares que usarían y porque estaban demasiado cansados por el viaje como para hacer toda la casa.
—¿Y cuál va a ser mi cuarto? —preguntó Raiden cuando se habían sentado en la sala a descansar— Tendré cuarto propio ¿verdad?
La casa tenía cuatro habitaciones y se les había dicho a los niños que ellos dormirían con sus padres en la recámara principal, mientras que Juugo y Suigetsu dormirían en la habitación para huéspedes, así que el niño se preguntaba si cuando todo estuviera limpio, tendría un cuarto propio o seguiría compartiendo habitación con su hermana.
—¿Nos vamos a venir a vivir aquí? —preguntó Kaori, lo que llamó la atención de todos.
De un momento a otro, todas las miradas se dirigieron a Sasuke.
Karin miró a su esposo que parecía impasible, pero su chakra demostraba inquietud, así que era obvio que él, a pesar de lo que habían comentado cuando estaban solos, aún se sentía inquieto con la idea de estar en aquella casa. Además, no podían decir que sí, porque para ello, necesitarían permiso de la aldea y la aldea, a su vez, tendría que asegurarse que el resto de las naciones no creara conflicto por esa decisión.
—Ya lo pensaremos más tarde. Quizá sólo usemos la casa cuando vengamos de visita a Konoha —contestó la pelirroja— Así podríamos venir todos los años a la fiesta de Halloween, al Festival Deportivo o a otros eventos que hagan.
—Además, no quieren mudarse a Konoha. El resto del año, está aldea es muy aburrida —dijo Suigetsu para luego señalarse a sí mismo— Nos divertimos más en Oto y ustedes son afortunados de recibir clases particulares del mejor.
—En los libros dice que son los Kages —comentó Raiden.
—Y papá dijo que tío Naruto era más fuerte que el actual Hokage —siguió Kaori.
—Si, bueno, me refería al mejor en Oto.
—¡Ese es papá! —dijeron los niños en coro.
—Para que ustedes puedan venir a vivir aquí, el Hokage tendría que dar su permiso —comentó Juugo— Sólo piénsenlo, vayan a pedírselo y él les dará una respuesta.
—¿Y ustedes no vienen? —preguntó Raiden mirando a los que veía como tíos.
—A nosotros no nos darán permiso. Les da miedo que seamos mejores que los Hokage —respondió Suigetsu— Son las desventajas de ser geniales y poderosos. Todo el mundo nos tiene envidia.
—Mamá siempre le dice a papá que es mejor que tú en todos los aspectos —comentó Kaori que había oído algunos comentarios a escondidas.
—¡Bah! Tu madres está… ciega —se corrigió el albino ante la mirada amenazante del azabache— Por eso usa lentes ¿no?
La charla duró unos minutos más antes de que el grupo saliera a buscar un sitio donde comer y aún cuando todavía faltaban para el festival de Halloween, el lugar estaba repleto de adornos, anuncios y promociones con referencia a la fiesta, por lo que, debido a ello, el grupo decidió darse una vuelta antes de volver a la casa.
Para las ocho de la noche, los niños ya estaban dormidos en medio de la cama matrimonial, mientras Sasuke tomaba un baño y Karin estaba en la cama leyendo el folder que Kakashi les había dado.
—¿Encontraste algo sospechoso? —preguntó Sasuke, que en ese momento quería evitar hablar del asunto de la casa o la posibilidad de mudarse. Además, también le interesaba el asunto de las rosas negras porque parecían inquietar mucho a su esposa.
—Si, aunque podría ser insignificante —respondió Karin pensativa y el azabache se sentó de su lado de la cama junto a los niños, mirando a su esposa esperando por la explicación.
¿Cuál es la sospecha que tiene Karin? ¿Realmente Sasuke y Karin son sobreprotectores? ¿Irán al circo? ¿Se mudarán a Konoha?
Si, lo siento. Como mencioné al principio, el tema me resultó difícil, y aunque intenté hacer un OneShot, de nuevo tenemos una historia de más de un capítulo. Sin embargo, al igual que los demás, será de pocos capítulos y este mes estaré dedicada a terminar estas historias para poder retomar las que dejé atrás por esta actividad.
Creo que esta semana, más que hablar de terror, ha reflejado mi lado maternal, el cuál ha sido alentado por esos días del mes. Sin embargo, espero que esta visón más paternal de Sasuke y Karin esté siendo de su agrado.
Quiero agradecer a todos aquellos quienes estuvieron apoyando todas y cada una de las historias de esta semana, por supuesto, no dejo de lado a la gente que sólo miró una o dos historias. De cualquier modo, el hecho de que den apoyo a las historias con sus follows, likes y por sobretodo, los comentarios, me hace saber lo mucho o poco que les gustan mis historias, lo que me inspira a seguir escribiendo y mejorar.
Para esta historia, quiero señalar que la portada fue editada por Bri_Uchiha_Fanfic, a quien quiero agradecerle por ella, especialmente porque el tiempo que tuvo para hacerlo para poder subir la historia en tiempo, fue muy poco.
Esta actividad, también provocó que personas como frvgelee03 o Bri_Uchiha_Fanfic se acercaran a mi a ofrecerse a ayudarme con los edits de las portadas y los separadores en Wattpad, algo que quiero agradecerles infinitamente. Por supuesto, no dejo de lado a ManaKarin, que, a pesar de que fui yo quien le solicitó los edits, fue tan amable de tomarse el tiempo de hacerlos. A las tres, muchas gracias. Tener ese apoyo e incluso sus propuestas visuales ayudan a que las ideas fluyan mejor en mi cabeza para seguir escribiendo n.n Además, las tres me han sorprendido bastante porque no hay muchos fanarts SK y mis historias tenían temáticas muy particulares. Ustedes supieron usar lo que tenían a la mano para lograr hacer una portada a corde a mis historias.
Sin más, me despido por ahora y estén esperando durante noviembre la actualización a las historias que se subieron esta semana n.n
