2: DISCURSO DE CIERRE Y CEREMONIA DE GRADUACI"N

-Mis muy queridos alumnos, ha llegado el duro momento de deciros adiós, un momento que fue desgraciadamente retrasado, por las tristes consecuencias de la batalla del pasado curso. Quiero pediros, al igual que al comienzo del curso, un minuto de silencio como señal de respeto hacia los compañeros caídos, tanto alumnos, como profesores- todo el mundo guardó el silencio requerido, pude ver a Harry con la cabeza baja, había perdido a muchas personas queridas a lo largo de su vida, y la muerte de Hagrid, el año anterior, le había afectado mucho, cuando concluyó el minuto, fue él quien se levantó y comenzó a aplaudir, en homenaje a aquellos que ya no estaban y deberían estar, todos sus compañeros le siguieron, al igual que Hufflepuff y Ravenclaw al completo, me levanté junto a toda mi mesa, y Harry, que miraba en ese momento hacia allí, me sonrió en agradecimiento, Blaise también vio la sonrisa porque me dio un codazo, igual si tendría alguna posibilidad, esa noche lo tendría para mi solo, sus amigos no venían, y poca gente de las otras casas se había apuntado, confirmados, éramos unos veinte.

-Muchas gracias- continuó el director- Habéis trabajado muy duro a lo largo de estos años en la escuela, y no se si habremos conseguido enseñaros todo lo que vais a necesitar a lo largo de vuestra vida, pero, y hablo en nombre de todos los profesores, estamos muy orgullosos de vuestro trabajo, os merecéis el diploma del que os haremos entrega esta noche- la gente interrumpió al anciano con aplausos entusiasmados.

-Habéis aprendido, de la forma más dura y cruel que existe que vivir es un accidente, un ejercicio de gozo y dolor, un tortuoso camino que hay que recorrer, en el que de vez en cuando nos encontramos una bella flor, un buen amigo para acompañarnos en nuestro caminar, o una fuente que calma nuestra sed. Vivir es un vértigo, es búsqueda, arriesgar, y perder. Aprender, luchar, equivocarse, rectificar, no os puedo decir que a partir de ahora todo va a ser fácil, pero si os puedo decir que si apostáis por cada día en el que podáis ver la luz, será muy interesante, y valdrá la pena. Mucha suerte a todos.

El discurso me había emocionado hasta a mi, decidí hacerle caso y apostar, aquella noche me lo jugaba todo, y a una sola carta, si tenía suerte, sería el hombre más afortunado del mundo. Él valía la pena el riesgo, creyó en mi cuando me presenté en la Sala de Menesteres para decir que quería unirme a ellos, cuando nadie más lo hizo, y me ayudó a convencer a mis amigos, que no querían apoyar a Voldemort, pero tampoco querían enfrentarse a sus familias. No nos hicimos amigos, es más, discutíamos todo el tiempo, pero estábamos en el mismo lado y hablamos muchas horas, de estrategias, de cuales serían los mejores hechizos de defensa, y poco a poco me fui enamorando de él, de ver como se preocupaba por todos los chicos del ED, como si fuera su padre, con el cariño y respeto con el que se dirigía a todo el mundo. No supe que lo amaba hasta que lo vi caer a tierra después de la muerte de Voldemort. Estaba blanco, con los ojos abiertos y apenas respiraba, creí que había muerto, pero cuando lo alcé en brazos, noté que el pulso seguía latiendo, lento, pero seguro, y lo saqué de allí lo más deprisa que pude. Sólo cuando pensé que nunca más lo volvería a ver, me di cuenta de que era toda mi vida. Lo daría todo por él.

Nos fueron llamando uno a uno, por orden alfabético, para darnos un diploma de graduación, nos hacían una foto junto al director y el jefe de nuestra casa y volvíamos al sitio. Yo ya estaba sentado de nuevo cuando lo llamaron a él. Lo vi levantarse, caminar hacia la mesa principal y recibir el diploma de manos de Dumbledore, la túnica le quedaba simplemente genial, el pelo despeinado, como siempre, le enmarcaba el rostro. Aquella noche sería mío, estaba decidido.

-¿Tu presa?- me preguntó Luke- Es mono.

-¡Cállate!- le di una palmada en el brazo, y sonreí- pero si, es él. Y no es solamente mono.

- ¡Oh! Perdona, "no es solamente mono"- se burló- ¿es gay?

- No lo se. Nunca hemos hablado de eso- ¿y si no era gay?, mierda, no lo había pensado.

- ¿No te estarás colgando por un tío, que no sabes si va a corresponderte, verdad?

- ¡No!-¡Si!- No me estoy colgando- Apenas, Draco, apenas- solo me parece muy atractivo- si, ja, solo eso- es bastante especial…- se me escapó.

- ¡Peligro, peligro!- Luke me miró un poco más serio- No metas la pata esta noche, Draco- me advirtió- tantea el terreno primero, báilale un poco el agua, juega con él, pero no des el primer paso hacia algo más divertido, o romántico. No la cagues.

- No lo pensaba hacer- mentira cochina- tranquilo- estuve bastante distraído el resto de la velada, dándole vueltas a las palabras de Luke, no había pensado en como me lanzaría sobre él, o en que quizá él no se sintiera atraído por mí, tenía razón, debía actuar con cautela, me estaba jugando mucho. Nos llamaron para hacernos una foto todos los de la casa, con el Profesor Snape, luego nos hicimos una todos los chicos solos, una con el resto de casas. Y por fin, pudo dar comienzo el banquete.

De cenar, como siempre, los mismos platos durante seis años, estaba harto ya del pastel de riñones, que odio. La conversación con Blaise y su familia fue agradable, Luke nos estuvo contando de su trabajo en el Ministerio, en directa relación con el Ministerio muggle. Nos reímos mucho. De vez en cuando no podía evitar desviar mi mirada hacia la mesa que ocupaban Harry y sus amigos, charlaba animadamente con ellos, de repente, Weasel hizo alguna cosa, porque empezaron a reírse de forma exagerada todos y se quitó las gafas para limpiarse las lágrimas de risa. Pude leer sus labios "no seas guarro, Ron".

La cena acabó sin incidentes y con una palabra del director, las mesas se retiraron y se oscureció el ambiente. Sonaba música suave, lenta, la verdad es que la cosa empezaba bastante sugerente, esta vez no había grupo, solo un tocadiscos mágico. Me quedé sentado en la mesa, no me iba a cansar con tonterías, ya podría bailar bastante luego. No obstante, tenía sed, así que me levanté y con una disculpa, me acerqué a la mesa larga donde había unas cubas con ponche, cerveza de mantequilla, y otras cosas. Junto a una de las cubas de ponche estaba él. Con Hermione. Hablando. Me oculté detrás de la columna, si, ya se que está mal, pero quería un poquito de información:

- ¿No te has pasado un poco?- le espetó ella en tono de madre.

- No, Hermione por favor, solo son unos pantalones y una camiseta. Y me encanta como me quedan, me pongo hasta a mi mismo.

-Precisamente por eso, Harry, no me hace gracia que vayas a esa fiesta.

- Ya estamos otra vez, con la misma historia, llevas todo el día dándome el coñazo con lo de la fiesta- ella lo miró alzando una ceja, y él se sirvió un vaso de ponche- Me da igual lo que me digáis, me han invitado, y pienso ir. Quiero bailar, sudar, pasármelo en grande, destrozarme los pies, beber, y si, puede que fumarme un porro también, no me mires así, Herm, no eres mi madre, nadie lo es- se dio media vuelta, la música era ahora más movida, pero ella lo cogió del hombro y lo hizo girarse.

- Lo siento, vale, Harry, lo siento, tienes razón, ya eres mayorcito para hacer lo que quieras, y sabes cuidarte solo, pero ten cuidado, por favor, con…

- ¿Con quien? ¿Con Malfoy?- le dijo en tono sarcástico- ¿Con quien me sacó del campo de batalla, y gracias al que salvé la vida?- lo sabía, no tenía di idea de que lo supiera-¿De veras debo tener cuidado con él? Me fío de él, Hermione, os guste o no, confío en él- ahora si que se dio media vuelta y se dirigió a la pista de baile, le salí al paso y me hice el casual.

- ¡Hey Potter!- lo saludé, intentando que no se notaran los desbocados latidos de mi corazón- ¿Preparado para la fiesta?

- Más te vale que sea salvaje, Malfoy, porque realmente, necesito algo bestial.

- No lo dudes- le sonreí, por primera vez sin cinismo, sabía que fui yo, lo sabía.

- Eso espero, nos vemos luego, tío- me dio un golpe en el hombro a modo de saludo y caminó hasta el centro del comedor, donde estuvo hablando con Susan Bones, la cogió cariñosamente de la cintura y bailaron el resto de la canción. Los celos se me comían, me llené un vaso de ponche y me lo bebí de un trago sin perderlo de vista. ¿Qué haría para lanzarme? Ohhh!!! La canción terminó, y despidió a la Hufflepuff con un beso en la mejilla, un peso imaginario desapareció de mi cabeza, no tenía nada con ella, y al ver que se volteaba hacia mí, aparté la vista, disimulando sirviéndome un vaso de ponche.

- Malfoy- su voz sonó a mi espalda, me giré despacio, hoy se había acercado a mi voluntariamente dos veces, quizá lo hiciera una tercera- ¿tengo que llevarme dinero?

- ¿Eh?- soné tonto, se que soné tonto- Si, llévate unos veinte galeones, para la entrada, que son cinco, y por si quieres beber en Cabeza de Puerco, o…por si lo necesitas.

- Vale, pues, hasta luego, y desapareció entre la multitud, unas manos me abrazaron la cintura, y me soplaron en la oreja, con un chillido, me deshice de la tenaza y me giré, era Luke.

- ¿Qué? ¿Habrá temita?- sonrió- No tienes ni puta idea, ¿verdad? Baila conmigo- negué- solo una- volví a negar, mirando a toda la gente- Manda a la mierda a la gente, Draco, que piensen lo que les salga del culo, solo así vas a ser feliz. Concédeme este baile, muñeca- le sonreí y cogía la mano que me tendía.

Estuve bailando con él hasta que faltaron veinte minutos para las doce, la gente nos miraba, pero por primera vez en mi vida, me dio igual. Que disfrutaran. Cuando llegó la hora, bajé con Blaise, y los chicos a nuestro cuarto, para quitarnos las túnicas, coger el dinero y hacerme los últimos apaños. Mojarme un poco el pelo, arreglar la camisa, lavarme los dientes. Y subimos de nuevo al vestíbulo, allí esperaban las chicas Slytherin, Zacharias Smith, Lisa Turpin, Anthony Goldstein, Brianna Moon, Daphne Greengrass, Padma Patil, Michael Corner, Mandy Brocklehurst, Sally- Anne Perks, que hablaba con una maravilla de espaldas con una camiseta ajustadísima negra de manga corta que marcaba bíceps, unos vaqueros de infarto de esos que, como dijo Pansy una vez, te ponen el culo encima de las piernas, ¡y qué culo!, el pelo por los hombros húmedo, en las muñecas pulseras de cuero con tachuelas plateadas. Era casi mejor que… comenzaba a girarse, no, no era mejor, ¡¡ERA POTTER!! Blaise me dio un empujoncito en la espalda, pero yo no podía apartar los ojos de él, se había quitado las gafas. Necesitaría mucha fuerza de voluntad para no abalanzarme sobre él.

Todos los ojos estaban puestos en mí, ¿tenía que hablar? No podía, había olvidado cómo se hacía, el codazo de Blaise en mi costado me devolvió a la realidad. Carraspeé para obligar a mis cuerdas vocales a reaccionar.

- Bueno, ¿estamos todos?- miré directamente a Harry a los ojos, le mandaría señales toda la noche, el me sostuvo la mirada divertido- Si, ¿no?, pues ala, vámonos.

Vince abrió la puerta del vestíbulo y fuimos saliendo, caminamos por los terrenos del colegio hasta Hogsmeade, los que no eran de nuestra casa, se agruparon, charlando animadamente todo el camino. Era sorprendente el cambio de Harry en el año que habíamos pasado todos fuera del colegio, no sólo había crecido físicamente, había pasado de ser un chico más bien tímido a tener una personalidad arrolladora, en cinco minutos se hacía con cualquiera, hablaba con todo el mundo, se convertía en el centro de atención de todas las celebraciones, todo el mundo lo adoraba, se reían con él, y levantaba suspiros de cada chica a la que hablaba en su tono de voz grave y cariñoso, y todo eso lo conseguía sin proponérselo. Casi me derretí cuando, por el camino, nuestra mirada se cruzó, él hablaba con Sally-Anne Perks, a la que inmediatamente odié, y me sonrió. Sólo a mí.

Entramos en Cabeza de Puerco y pedimos una ronda de licor de mandrágora para todos, bebimos y comenzamos a desinhibirnos un poco más. Todo el mundo reía, y la cosa comenzó a calentarse. A los veinte minutos, comenzamos a liarnos un porro con la marihuana que estos acababan de pillar, y el primer calo fue para mí, como gloria, aquello era de lo mejor que había probado, sólo los labios de él podrían tener un efecto semejante. Y entonces escuché su voz preguntando si se podía unir y cuanto tenía que pagar.

- ¿Tú fumas Potter?- preguntó incrédulo Theodore- El Niño de Oro es un fumeta, jajajaj- todos reímos con él.

- Bueno, no demasiado, pero de vez en cuando…- me miró- Podrías haberme dicho que ibais a pillar, te hubiera dado dinero.

- No importa, yo puse un galeón y medio más por si alguien más quería- te puedes unir, si quieres, hay de sobra- y allí estábamos, Slytherin con el más Gryffindor de la historia, pasándonos un porro, charlando tan tranquilamente y bebiendo un cubata, el mío de ron con cola, el suyo de tequila con kiwi.

- Hey, vamos a jugar a algo- propuso de pronto- ¿Habéis jugado alguna vez a la botella?