6: ¿PERO SON NOVIOS, O SOLO SE DAN BESOS?

Sus manos bajaron mis pantalones, con algo de dificultad, ya que estaba encima mío. Sonrió ante la erección que deformaba los boxers que me había regalado Luke. Suspiré cuando con sus dedos me rozó…. No me iba a quedar atrás, alargué las manos para quitarle los pantalones, arrastrando a la vez sus calzoncillos, viendo por primera vez, y en todo su apogeo, aquello que tantas veces había imaginado en mis sueños. Sin poder evitarlo, lo acaricié con un dedo de arriba abajo. Sonrió al tiempo que dejaba escapar un gemido. Se inclinó sobre mí para besarme mientras su pene erecto rozaba mi estómago. Con una mano me arrancó fácilmente los boxers, dejando al descubierto mi propia erección. Lamió mi cuerpo desde el cuello hasta el comienzo del pubis y besó la base de mis genitales. Gemí con fuerza, y aquello no había hecho más que empezar.

Subió de nuevo por mi torso, hasta que nuestros penes se juntaron. Como un latigazo, algo recorrió mi cuerpo, mezclándose dolor y placer. Haciendo vibrar todas y cada una de mis células. Mis manos parecían querer recuperar el tiempo perdido, viajando por su cuerpo, explorando, descubriendo lugares que notaba lo hacían temblar. Archivándolos en mi mente, por si había una próxima vez. El estómago se me retorció pensado que quizá no la hubiese, que quizá esto no fuese más que un juego para él. Y no podía culparlo. Yo sabía lo que había y aún así había decidido arriesgarme, si me pegaba la torta, yo sería el único culpable.

Cuando su boca se cerró en torno a mi pene, todos los nefastos pensamientos abandonaron mi mente. Sus manos expertas recorrían mi cuerpo, enviando calambres placenteros cuyo destino se concentraba en la entrepierna, manteniendo mi miembro pulsante. La sangre latía en mis oídos. No podía escuchar si me decía algo, o si emitía algún ruido, solo podía escuchar los latidos de mi corazón. Cuando estaba a punto de llegar al clímax, me abandonó, para alejarse un poco. Dejé de sentir su cuerpo cálido sobre el mío.

Abrí los ojos para verlo de rodillas a un lado, rebuscando en sus bolsillos y mascullando. La arena comenzaba a clavárseme en el trasero. Por la experiencia que tenía en sueños, podía imaginar lo que vendría después. Y con tanta arena, no sería cómodo. Alcancé mi varita y aparecí una toalla enorme y mullida bajo mi cuerpo. Él continuaba rebuscando en sus bolsillos, posiblemente encantados con magia para guardar toda clase de objetos.

- ¿Qué haces?- pregunté intrigado, la voz me salió aguda, la excitación me adormecía las cuerdas vocales.

- Buscando el lubricante- me miró y sonrió de medio lado, travieso- no quiero abrirte en canal- continuó buscando hasta que con un triunfal- ¡AJÁ!- volvió a mi lado sosteniendo el tubo entre los dientes, se tumbó en la toalla boca abajo, apoyándose en mi estómago- Buena idea lo de la toalla- abrió el paquetito, dentro había como un cilindro de goma muy fina, aceitoso, enrollado sobre si mismo. Cogió mi mano, y sonriendo, me fue guiando para ponerle el "condón". Era resbaladizo y pringoso, no entendía cómo podía preferir hacerlo con aquello…. Apretando la punta, desenrollé el tubo hasta la base de su pene, notando como el miembro palpitaba, escuchando a Harry gemir.

Me instó a darme la vuelta mientras mordía suavemente mis hombros. Estaba nervioso, Luke me había hablado de todo aquello, lo había soñado un montón de veces, pero vivirlo no era lo mismo. Tenía un poco de miedo, de que me doliese, de no estar a la altura. Debió notarlo, porque empezó a masajearme la espalda, de los hombros a las lumbares, de las lumbares a los hombros, consiguiendo relajarme. Noté como, tras un breve parón, abría mis nalgas con sus dedos empastrados de lubricante. Cuando introdujo uno en mi abertura, sentí un pinchazo mucho más dentro de mi que el corazón. Lo dejó quieto, mientras me ponía de lado, y con su otra mano cogía mi pene, para acariciarlo suavemente, con una cadencia hipnotizadora. Sus labios recorrían la parte superior de mi espalda y mi cuello, provocando suspiros y gemidos incontrolables.

No sabía si estaba jugando conmigo, si le importaba, pero se estaba esforzando en que fuese especial, acariciando una y otra vez mi perineo, para excitarme hasta límites que jamás había creído posibles. Mi instinto me obligó a separar las piernas y sacó el dedo, para colocar algo mucho mayor, que fue abriéndose camino dolorosamente. No podía imaginar que alguien fuese tan despacio cómo estaba intentando ir Harry. Se lo agradeceré siempre, haberme brindado una noche tan especial. Haber hecho realidad mis más turbios deseos. Su pene parecía mucho más grande y largo que antes, entrando a la fuerza en mí. Con una pequeña embestida, lo enterró por completo en mi cuerpo, presionando algo que me hizo gritar de placer, que me estremeció hasta el punto de dejarme tembloroso y desmadejado. Ingrávido, solo sujeto al mundo por otra tensión que se acumulaba en mi pene. Se retiró de nuevo, y con un gruñido, embistió de nuevo, llevándome otra vez al límite. No recuerdo cuantas veces fueron, pero al final, me derramé sobre su mano, incapaz de controlar nada de mi cuerpo, apenas consciente de la realidad. No se si él llegó. Porque no recuerdo cuanto tiempo pasó entre que me derrumbé sobre la arena, y su cuerpo lo hizo sobre el mío con un jadeo suspendido en el aire.

Pudieron pasar horas, aunque no demasiadas, ya que la noche aún era cerrada y las estrellas brillaban con fuerza allí arriba, iluminando nuestros cuerpos desnudos, sudorosos. De pronto me daba una vergüenza terrible mirarlo a la cara. Contemplé las constelaciones, iba a comentarle lo clara que se veía "Draco" cuando él habló:

- Las estrellas son diferentes a las de Hogwarts- su voz era tranquila, grave.

- Las estrellas son siempre las mismas- contesté. ¿Sería posible que en siete años de dar Astronomía, no se hubiese enterado de nada?

- Si, ya lo se, quiero decir que parecen diferentes, que brillan de forma distinta- suspiró- son más alegres.

- Esto es el Mediterráneo, todo es más alegre- levantó el brazo y señaló "Casiopea"

- Casiopea…¿es una W? ¿Le pondría el nombre un Weasley?- preguntó divertido.

- No es una W, es una M vista del revés- protesté, fingiendo enfadarme- una M de Malfoy- nos reímos.

- Y esa es Escorpio- señaló la constelación en forma de alacrán- Y la estrella más brillante…

- Antares- murmuré- o Al-acrab. Mira, Draco- le dije señalando un poco más allá de la Osa Mayor.

- ¿Dónde?- preguntó siguiendo mi mano- No lo veo.

- ¿Ves esas tres estrellas que forman un triángulo?- asintió- pues esa el cabeza del dragón- seguí con el dedo la hilera curva de estrellas que representaban el cuerpo del animal que me había dado nombre- esa ristra es el cuerpo, y al final se enrosca un poco, ¿lo ves?

- Si- murmuró, atento.

- Es la cola- lo miré, observaba atento la constelación, con cara de estar grabándola en su mente. Cómo si quisiese recordarla para siempre. Se giró hacia mí, y comenzó a acariciarme el brazo. La incertidumbre de saber si me amaba, si solo había sido un polvo de una noche, si no me amaba pero era importante para él, si…

- ¿Te importo?- pregunté, necesitaba saberlo, la certeza de que era para él algo similar a lo que él era para mi.

- ¿Cómo no ibas a importarme, Draco?- su voz sonaba distinta a como la había escuchado otras veces, ni despreciativa, ni socarrona, ni sensual. Era distinta, con un timbre diferente, que me retumbaba en el corazón- Me salvaste la vida el año pasado, sin ti no estaría aquí. Nadie ha hecho por mi lo que hiciste tú el año pasado. Gracias. Es vergonzoso, pero aún no te las había dado.

- No sabía que lo supieras, que fui yo- sonrió mientras intentaba besarme de nuevo en los labios- pero no era eso lo que quería decir, mi pregunta es realmente ¿cómo te importo? Necesito saberlo- se deslizó a mi lado con un suspiro y mi estómago se encogió de miedo. Me iba a mandar a la mierda por preguntón. Pero entonces me miró a los ojos. Las palabras se me atragantaron en la garganta. Nadie tenía una mirada tan intensa, tan sincera. Nadie había sido capaz nunca de provocarme una turbación tal, como la que él provocó en mí en esos momentos. Me puso los dedos en los labios, haciéndome callar, aunque aún no había dicho nada, pero él supo que iba a pedirle disculpas por haberle hecho esa pregunta.

- No digas nada, por favor- susurró- ¿Cómo me importas?- apartó la mirada y contempló el firmamento, que momentos antes alabábamos- Creo que nunca me lo había planteado hasta que sentí que me levantabas del suelo y me sacabas de allí- cerró los ojos recordando y tardó bastante rato en volver a hablar- Recuerdo que durante todos aquellos meses previos a la guerra, pasamos un montón de horas juntos discutiendo estrategias, hechizos de ataque… pero nunca me planteé hasta que punto eras importante para mi, o yo era importante para ti. Eras Draco Malfoy, y si ahora estabas de nuestra parte, pues mejor para todos, y bienvenido, pero nada más- abrió los ojos y se rascó la cara- Pero me sacaste de allí. Y supe que te importaba, que te importaba mucho más allá de lo que era capaz de comprender, de lo que era capaz de sentir. Ni por ti, ni por nadie- se me encogió el estómago- Y no volví a verte. Durante todo un año, estuve metido en el mundo muggle, dándole vueltas a la cabeza, tu imagen persiguiéndome a donde quiera que fuese. Salí, hice todas las burradas que un joven de dieciocho años puede hacer…

- Harry- lo interrumpí- no hace falta que me des explicaciones, de verdad- puse la mano en su brazo- Siento habértelo preguntado…

- Quiero contestarte, Draco- dijo, sin mirarme aún- déjame hacerlo a mi modo- asentí en silencio, y lo escuché tomar aire para continuar- me he acostado con todo lo que se meneaba por ahí, tíos, tías, y algún que otro confuso. A veces por separado, a veces a la vez. Y siempre, siempre, todas y cada una de las veces, tu cara se imponía en mi mente cada vez que llegaba al orgasmo- aquello significaba que… ¿si le importaba?- Estoy obsesionado contigo, con tu cuerpo, con tu cara, con tu olor. Por más que quiera, no puedo alejarte de mi mente. Ha sido horrible tenerte todo el año tan cerca y no poder tocarte, no hablar contigo. Verte todos los días y saber que era imposible- las lágrimas se acumulaban en mis ojos, la garganta me dolía de aguantarme el llanto. Había sentido lo mismo que yo, todo el curso muriéndome por él, aguantándome las ganas, y él sentía lo mismo que yo…- lo he intentado, de muchas formas-rió amargamente- cada una peor que la anterior, pero no puedo. Estás clavado en mi cabeza. Pensaba que si me acostaba contigo se me pasaría, que mi obsesión era el anhelo de conseguir algo imposible…así que esta noche lo he intentado, me he arriesgado, y lo hemos hecho…

- ¿Así que solo te has acostado conmigo, para aclararte las dudas y pasar un buen rato?- la voz me salió rabiosa, me estaban entrando ganas de vomitar. Me sentía sucio, asqueado, utilizado.

- No- dijo sin pensarlo- No me he acostado contigo para aclarar mis dudas. Nunca pienses eso. Yo no soy así- por primera vez me miró, le sostuve la mirada desafiante- Me he acostado contigo porque me moría por hacerlo, porque quería compartir un momento así contigo. Si de paso se aclaraban mis dudas o no…eso es otro cantar- suspiró volviendo a mirar al cielo- Pero bueno, el caso es que…no te has marchado de mi cabeza, no te has marchado de mis dedos. Me has atrapado aún más. Y para contestar a tu pregunta de: ¿cómo me importas? No lo se- me miró de nuevo mientras cogía mi mano- solo se que me importas más de lo que nadie me ha importado nunca, que contigo me he sentido lleno por primera vez en mi vida. Y que no pienso dejarte escapar. Eso es lo único que se.

- ¿Amor?- pregunté vacilante, rogando por la que respuesta fuese "si".

- No lo se- apretó con fuerza mi mano, para después dejarla sobre la arena fresca de la playa- ¿Qué es para ti el Amor? ¿Un sentimiento agradable, que te llena de calor, que hace que sonrías a todas horas, que te impide pensar que algo vaya a salir mal, o que todo es posible? Entonces, no, de ninguna manera. Si para ti el Amor es un acto de rendición sin condiciones, de asumir un riesgo, a pesar de saber que puede salir mal, a costa de hacer daño a la gente que te quiere, si es jugártelo todo a una carta siendo consciente de que hagas lo que hagas pierdes algo importante, si es aguantarte el dolor y continuar hacia delante, caiga quien caiga. Si, entonces es Amor- se levantó de un salto y comenzó a ponerse los boxers- yo no se lo que es el Amor, Draco, pero se que quiero estar contigo le pese a quien le pese- me tendió una mano para que me levantase, la cogí mientras tiraba de mi y me acercaba a él, hasta quedar a apenas dos centímetros- Y no me importa nada más. Aunque suene cruel. ¿Te he contestado?

- No lo se- repetí estúpidamente, sintiendo una opresión en el pecho- ¿Me has dicho que quieres estar conmigo? Es que entre tantas cosas, creo que me he perdido algunas- intenté bromear, pero no me contestó. Cerró la distancia que nos separaba, y volvió a besarme. Cerrando los brazos en torno a mí. Intentando fundirse conmigo.

- Si, más o menos venía a ser eso- murmuró dentro del beso.

- Va a ser muy difícil- me aparté de él.

- Lo se, pero me da igual. Solo estás tú. Sin ti, no hay nada.

TRAVESURA REALIZADA

N/A: Bueno, se acabó lo que se daba. He terminado mi primer fic…ufff! Al fin, aunque ahora me da un poco de pena, jejeje. Espero que hayáis disfrutado tanto con esta corta historia, como yo he disfrutado escribiéndola. ¡¡¡La de fiestas que me he pegao con la excusa de que me servían de inspiración para el fic!!! Juas!!!. Solo me queda darle las gracias a todas las personas que me has seguido a lo largo de estos 6 capítulos, que con sus reviews me han dado ánimos para seguir adelante. Muchas gracias a LAIA, en primer lugar, por ser más fan que nadie de este fic, y tener la paciencia que ha tenido. En segundo lugar, pero no menos importante, a DUARE, porque siempre ha estado ahí, y no ha permitido que me diera el bajón cuando las cosas no habían salido como había planeado, o no me parecían justas…ella me entiende!!!! Y a DARKMOONA88, por darme las ideas que nadie me da, y aguantarme las mil horas que hablamos dudas, rollos patateros y elucubraciones varias. Gracias a todos y perdonad por no haber cumplido mi promesa de actualizar antes de Navidad. Pero ya sabéis, las promesas…fáciles de hacer, fáciles de romper. Besos a todos/as.