Disclaimer: Estoy echando la lotería todas las semanas para ver si me toca un premio gordo y comprar todos los derechos de Naruto... Hasta que eso ocurra... Tristemente Naruto y todos sus personajes siguen siendo propiedad de Masashi Kishimoto v_v
Beta: aazwj2
Advertencias: Yaoi (chicoxchico), POV Sasuke
Añadir que estoy en completa rebeldía contra la RAE, así que no os extrañéis de que ponga acentos donde en teoría (ahora) no tocan, o palabras y expresiones que están cayendo/han caído en desuso, o que sólo se usan en la zona donde vivo (que no en toda España)… Si necesitáis aclaración de cualquier cosa, me lo decís en los comentarios y lo explico en la siguiente actualización ^^
Empezando a sentirse algo sofocado, Sasuke se abrió paso entre el gentío que había cerca de la puerta, y dio una profunda bocanada de aire fresco en cuanto puso un pie en la calle. Se había tomado un par de copas y estaba un poco mareado, pero al parecer no se había intoxicado lo suficiente como para que le diera igual encontrarse en el medio de una discoteca, con la música demasiado alta para su gusto, y rodeado de idiotas dando saltos y empujones por doquier, sin importarles a quien estuvieran molestando.
Con paso calmo se acercó hasta la pared de enfrente, y se apoyó en ella, dando otro largo suspiro, tras el que se sacó del bolsillo trasero su paquete de tabaco.
"Tengo que dejar de fumar…", se dijo por cien milésima vez, protegiendo la llama del mechero con su mano zurda para que no se extinguiera por el aire.
Y aunque no sentía frío realmente, se abrochó la chaqueta porque sino, sabía que se pondría malo de la garganta con el contraste de temperatura de dentro de la discoteca a la que hacía fuera en la calle.
Tras unos cuantos minutos ahí, disfrutando de la tranquilidad de estar en un sitio ventilado sin nadie empujándole, dio una calada y dejó salir el humo lentamente al tanto que cerraba los ojos. De joven había incluso disfrutado de salidas como esta, pero fuese la edad, o que simplemente no le gustaba el lugar, hoy estaba siendo todo un fastidio. Si no fuera porque no veía a sus amigos a menudo, y se habían empeñado en ir de fiesta, ni se habría molestado en venir.
—Perdona, ¿tienes fuego? —le sacó de sus pensamientos una voz grave.
—Sí, claro —contestó de forma automática.
Cosas de fumadores, o quizá convicción personal: nunca le niegues el fuego a nadie. Quizá era una norma algo egoísta porque de veras pensaba que se lo recompensaría el karma, algún día, si se veía en la tesitura de tener que pedirle fuego o un cigarro a alguien. Conocía perfectamente la desesperación de necesitar dar aunque fuera una calada para calmar los nervios, y darte cuenta en el peor de los momentos que no tienes tabaco, o no tienes fuego. Pero precisamente por esa desesperación que conocía bien, también sabía que era mejor atender a quien se lo pidiera, porque no conocía bajo qué circunstancias estaba la otra persona y quizá pudiera ponerse agresiva por el mono.
De cualquier modo, era algo que hacía sin pensar ya: se metió la mano en el bolsillo del pantalón para coger el encendedor… Y, durante no supo cuánto tiempo, se quedó congelado cuando levantó la vista para entregárselo al chico que se lo había pedido: rubio, de ojos azules… Unos ojos que parecían estar observándole de la misma manera que lo hacía él, clavados los unos en los otros. Era una sensación que difícilmente podría explicar, como un vuelco al corazón, o como cuando caes al vacío en una atracción de feria.
El caso es que sintió como si algo se removiera dentro de su ser. Aún así, cuando fue consciente de que estaba con la boca abierta, le entregó el mechero y rompió el contacto visual con él por pura vergüenza de haberse quedado embobado mirándole, esperando que se encendiera el cigarro para sentirse de nuevo seguro de levantar la cabeza, y observarle por detrás cuando se marchara, aunque fuera de refilón. El tío era bastante atractivo.
No obstante, para su suerte o su desgracia —no sabría decir—, no sólo no le devolvió el mechero, sino que se quedó a su lado, apoyando él también la espalda en la pared.
—No sé cómo me he dejado arrastrar hasta aquí, te lo juro —dijo tras darle una calada a su cigarro.
—Ya somos dos —no pudo evitar contestar.
—Tienes que distraerte un poco y hacer cosas diferentes —dijo con voz burlona, imitando a quienquiera que se lo hubiera dicho.
Antes de ser consciente, se giró a mirar al que tenía al lado, y no pudo evitar que se le dibujara media sonrisa al ver las muecas que estaba haciendo. ¿Cuántos años tenía?
—A ver si cambias de aires —continuó recitando la charla que le hubieran dado. —Bailar desestresa… Mi mi mi mi mi.
—Pfff… —intentó contener una carcajada.
Pero en contra de su voluntad, se le escapó. Tan fuerte y tan de improvisto, que hubo de echar una mano a la pared para mantenerse de pie.
—No tiene gracia —le dijo el otro con fastidio.
—Sí que la tiene —respondió sin poder dejar de reír.
—Unng —gruñó por lo bajo.
A pesar de su aparente irritación por el tema, cuando Sasuke se volvió a enderezar y apoyar la espalda contra la pared, aquel se le quedó de nuevo observando, esta vez con un gesto más relajado.
Dios… si no fuera porque parecía hetero, intentaría besarle en ese momento.
—¿Cómo te llamas?
Y se quedó sin palabras de nuevo. ¿Le estaba entrando? ¿O era su imaginación? ¿No habría hecho una apuesta con sus amigos… verdad?
—Sasuke —contestó sin poder apartar la mirada de esos ojos que no paraban de buscar algo en él. —¿Tú?
—Nagato —respondió de inmediato. —Un placer conocerte.
Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en la cara de aquel bobo. Porque tenía pinta de ser bobo. Sin embargo, por alguna razón, el corazón no dejaba de palpitarle en el pecho. Y con la poca distancia que los separaba, cada vez tenía más ganas de inclinarse y besarle.
—Unn… —asintió levemente.
Acto seguido dio la que iba a ser la última calada al cigarro, se agachó para apagar la colilla, y la metió dentro de un cenicero portátil que llevaba.
Aunque no volvió dentro, a la discoteca.
Sentía que empezaba a acalorarse, debía tener las mejillas encendidas. Pero aunque sólo durase unos pocos minutos más, quería quedarse ahí en compañía de Nagato. No sabía qué era lo que tenía… pero la atracción que sentía hacia él era demasiado fuerte como para cercenarla voluntariamente.
—¿Y tú? ¿Qué haces aquí? —preguntó aquel.
—Mis amigos tenían ganas de fiesta —se encogió levemente de hombros—, y no me apetecía quedarme solo hoy.
Eso último se le escapó, mierda. Culparía a la bebida por su desliz. No es que no quisiera seguir alargando la conversación, cualquier cosa con tal de que no se marchase, pero tampoco quería dejarle ver al otro que realmente se sentía un poco desesperado de encontrarse a solas. No es que fuera de esas personas que necesitan tener pareja continuamente, sin siquiera darse el tiempo de sanar de una relación anterior. Más bien lo contrario: llevaba tanto tiempo sin compartir tiempo y espacio con nadie, que ya no recordaba qué era la convivencia con otra persona. Y aunque firmemente creía que estaba bien solo, había días como hoy que prefería estar acompañado.
—¿Vives solo? —preguntó aquel tras dar otra calada.
—Sí.
—Hmmm…
Lentamente, se giró para mirarle a la cara e intentar descifrar qué significaba ese sonido gutural que acababa de hacer.
Si bien aquel no se la devolvió, más interesado en no apartar la vista de la fachada de enfrente.
¿En qué estaba pensando…?
En un casi imperceptible gesto, Nagato dejó escapar el humo por la boca, quizá perdido en sus propios pensamientos por un momento…
Y tiró el cigarro al suelo, lo pisó para apagarlo. ¡Y lo dejó ahí!
—No ensucies —dijo al tiempo que sacaba su cenicero portátil y alargaba la mano. —Échalo aquí.
Aquel le miró irritado y podía leer perfectamente "no me fastidies" en su mirada. Pero no estaba dispuesto a ceder.
Tras unos cuantos segundos así, Nagato finalmente se dio por vencido, lo recogió y lo echó dentro, para luego cruzarse de brazos y quedarse apoyado con un hombro en la pared, la irritación de nuevo reflejada en su rostro.
—Piensa en los pájaros, melón —trató de hacerle entrar en razón. —Si dejas las colillas por ahí tiradas, las querrán usar para hacer los nidos, y se pueden ahogar con el filtro.
Al menos el chaval pareció entenderlo. O más bien, a Sasuke le dio la impresión que desconocía esa información porque de repente su gesto pasó de ser uno de fastidio, a otro de sorpresa… Y cuando pareció interiorizar sus palabras, pasó a ser uno de preocupación.
Vale, al menos se podía razonar con él.
—No lo sabía… —agachó la vista avergonzado.
—Ahora ya lo sabes —respondió restándole importancia.
De nuevo, apoyó la espalda en la pared sin poder apartarle la mirada, y metió las manos en los bolsillos para cerciorarse de que se quedaban ahí quietecitas. Si bien tras un silencio que consideró demasiado largo para su gusto, sacó una mano y con un dedo le pinchó levemente por el brazo, intentando sacarle del estado de conmoción en el que se había sumido.
—¿Te encuentras bien? —le preguntó para cerciorarse de que no fuera el alcohol lo que le hubiera hecho esparcirse.
—¿Sinceramente? —le preguntó de vuelta. —¿O preguntas por ser amable y ya?
—Sinceramente —respondió algo descolocado.
Si no quisiera saberlo, ¿para qué le iba a preguntar?
—Hmmm… —gruñó agachando la cabeza, y se inclinó un tanto más. —No sé decir si me siento mal, la verdad sea dicha —finalmente contestó tras un rato. —Siento como si me doliera por aquí —se llevó una mano al pecho para masajearse—, y llevo un rato bastante acalorado y no se me pasa.
Y cuando alzó la mirada de nuevo, otra vez sintió ese 'pang' que le había dado antes, le recorrió una corriente por todo el cuerpo, y sintió que de nuevo le subiera el rubor a las mejillas, cuando tras unos cuantos segundos… Empezó a pensar seriamente que, sí, aquel estaba intentando ligar con él.
—¿Estás…? —comenzó a preguntarle.
Sin embargo, aquel le ganó.
—¿Eres gay?
Sasuke apretó los labios muy fuertemente para no dejar escapar nada por impulso, cerciorándose mirando de reojo que no hubiera nadie lo suficientemente cerca que pudiera haberle escuchado. ¿No sabía que eso no se pregunta tan directamente? ¿Y si lo fuera… y no se lo hubiera contado a nadie? ¿Y si no quería contárselo a él? ¿Y si no quería contestarle ahí, en medio de la calle, con gente pasando a su lado, en caso de que saltara algún ofendidito y tuvieran problemas? ¿No se daba cuenta de la que se podía montar? No estaban precisamente frente a una discoteca para el colectivo… Una de dos, o era idiota, o era…
—Pan —contestó escueto en un murmullo para que nadie le oyera—, ¿tú?
Sasuke comenzó a ponerse nervioso cuando aquel se le quedó mirando, sin parpadear, y dejó caer la cabeza hacia la pared. ¿Qué tripa se le había roto?
—No sé qué es eso pero creo que yo también —dijo aún aturdido.
—¿Qué quieres decir?
¿Se estaba burlando de él?
Quizá se reflejó en su rostro que empezaba a incomodarle aquella conversación, porque de repente aquel se irguió… Y su cara comenzó a tornarse de un color carmín.
—Lo que quiero decir… —se rascó la nuca, desviando la mirada al suelo—, es que… N-no he tenido nunca una relación más que con mujeres.
—Ya…
Sasuke sintió como si un enorme peso cayera sobre su cuerpo. Debía ser alguna apuesta, no le encontraba ninguna otra explicación. Así que, con la sospecha creciente, comenzó a mirar por encima del hombro de Nagato, más allá, para ver si encontraba a alguien que los estuviera observando, partiéndose el culo. Sin embargo, comenzó a hacer un recorrido visual por allá por donde había gente, y no encontraba a nadie.
Aún así, no podía quitarse de encima la abrupta sensación de que, o bien se estaba burlando de él, o bien quería aprovecharse.
—Pues nada, que vaya bien.
Sin más, se irguió para encaminarse hacia la entrada de la discoteca e ir a buscar a Karin y los demás. No le apetecía nada lidiar con idiotas que se pensaban que por el simple hecho de ser gay, se iba a acostar con cualquiera.
—¡Espera! —lo cogió del brazo.
De un tirón se deshizo del agarre y se dio media vuelta para enfrentarle.
—No me toques —le advirtió por lo bajo.
—De verdad, perdona, no sé cómo explicarlo, ¿vale? No es que quiera acosta-
Ya. Definitivamente era idiota.
Le tapó la boca con la mano para impedir que terminara esa frase y aprovechando el momento de confusión, le cogió del brazo y le hizo caminar hasta la siguiente calle para que nadie pudiera escucharle.
—Primero —le dijo cuando sintió que estaba a salvo de oídos no deseados—, no hables tan alto. Creo que aunque fuese una tía, sería un poco bastante descortés de tu parte que se enterase media calle de lo que quieras o no hacer conmigo.
—Lo siento, no quer-
—Segundo —le cortó de nuevo, levantando un dedo en advertencia—, no sé en qué mundo vives, pero hablar de estos temas abiertamente en la calle puede traernos problemas. Exponencialmente mucho más delante de una discoteca que no es expresamente para el colectivo LGTB, con un montón de neandertales borrachos —le siguió explicando.
Y aunque parecía que lo estaba entendiendo, si el color pálido de su cara era algún tipo de indicación, al verle abrir la boca de nuevo quiso que de verdad le pusiera un pensamiento por si otra vez se le ocurría hacer algo semejante.
—No sé si lo sabes, pero los hay tan retrasados mentales que han matado a otros chicos sólo por el hecho de ser gays. Y no te estoy hablando de ningún país lejano en dictadura, ni de hace cincuenta años. Te hablo de ahora, aquí, en este país.
Sí, pareció interiorizarlo. O eso pensó Sasuke al verlo tragar con fuerza, y no tratar de volver a interrumpirle.
—Tercero —suspiró profundamente algo más relajado—, que alguien sea gay no quiere decir que se vaya a ir con el primer tío que se le cruce. No vuelvas a preguntar algo así, por favor. Es insultante.
Aquel simplemente asintió, incapaz al parecer de vocalizar nada, ni de levantar la cabeza.
Y ahora Sasuke se sentía como una mierda. El chaval tenía que entender todo lo que le había dicho si quería mantener una conversación con él… Pero tampoco quería hacerle sentir mal.
Ahora se daba cuenta de que quizá le había juzgado mal al principio.
—¿Y bien? —se acercó a él con las manos en los bolsillos, y se apoyó en la pared. —¿Qué querías decir antes?
Nagato no le contestó enseguida. Parecía estar buscando las palabras con las que expresarse. Mientras, no paraba de pasarse una mano por el pecho, como dándose un masaje, con la mirada perdida en algún lugar del suelo.
¿Y si él también…?
—¡Naruto! —escuchó la voz de una chica como viniendo por la otra calle.
Ambos se giraron a mirar cuando por la esquina apareció una chica con paso apresurado.
—Ostras, ya pensaba que te habías ido a casa.
Y tenía la misma voz que había escuchado hacía un momento…
—¿Naruto…? —no pudo evitar que se le levantara una ceja.
—Sí, bueno… —rio de forma nerviosa, rascándose la cabeza.
—¿Qué pasa? —inquirió la chica.
No sería su novia…¿verdad?
Aquella se quedó ahí parada, mirando a uno y a otro mientras aquel ¡idiota! empezó a rascarse por el cuello.
De nuevo, sintió cómo el mal humor le subía desde las entrañas…
—Sasuke, ésta es Sakura, una amiga.
—Encantada —sonrió ampliamente alargando la mano.
—Sakura, estaba sin mechero y Sasuke estaba ahí fumando en la puerta… —comenzó a explicarle a su amiga.
Entretanto, Sasuke extendió la mano y estrechó la de la chica por no ser maleducado. Aunque de veras le estaban dando unas ganas terribles de darle un guantazo a ese…
—Y pues, hemos estado hablando un poco… —siguió contando el rubio—, y no entiendo muy bien cómo, pero creo que me he enamorado de él.
Tanto Sasuke como la chica se quedaron congelados, aún dándose la mano, y sin poder apartar la mirada de ese ¡idiota!
De repente, aquella comenzó a reír a carcajadas, golpeando en el hombro a… ¿Haruto era?
—¡Qué bromista es! —comentó.
Pero al ver que ninguno se rio con ella… poco a poco se le fue cortando la risa. Incluso parecía que el chico estaba empezando a molestarse por la reacción de su amiga.
—¿Va en serio? —preguntó ella.
—Unn… —agachó la cabeza de nuevo, esquivando su mirada.
Y al ver regresar otra vez ese rubor intenso a su cara… De nuevo sintió como si algo dentro de él se removiera, y no pudo sino dar un profundo suspiro para intentar deshacerse de la molesta sensación que tenía en el pecho, como si le faltase el aire.
"Tengo que dejar de fumar…", volvió a repetirse.
—Entonces… Hmmm…
La chica comenzó a dar cortos pasos hacia atrás, como si pensara que había interrumpido algo. Y aunque, sí, quería que se marchara para poder terminar de hablar con el pedazo de tonto que tenía al frente, empezaba a pensar que quizá de verdad era su amiga, y que habían venido juntos…
—¿Quieres irte ya? —preguntó el rubio.
—Nah, me pillo un taxi, no te preocupes —dijo como si no tuviera importancia.
Le dio la sensación a Sasuke como si aquella hubiera estado esperando que Nagato le dijera lo contrario, como si fuera a dejarle a él de lado para irse con ella.
"Nagato no, Naruto", se corrigió a sí mismo.
¿¡Por qué le había mentido!?
—Podemos acompañarte —sugirió—, si a Sasuke no le importa…
Se giró a interrogarle con la mirada, de verdad. O sea, ¿quería llevarla a casa y quedarse con él? Este chico no estaba bien de la cabeza si, como él mismo había dicho, era hetero y su "amiga" estaba intentando alejarle descaradamente de Sasuke, y empezaba a sospechar con qué intenciones. O quizá la estaba juzgando mal a ella también. Ya no sabía qué pensar. Le echaría la culpa al alcohol por esto.
—No, de verdad, me cojo un taxi —rebatió con una sonrisa.
Aunque para Sasuke, esa sonrisa de 'queda bien' no se la creía ni ella. Naruto, en cambio, pareció no percibir la incomodidad de la chica. Estaba claro que, de una manera u otra, Nagato iba a tener que hablar con ella… Si es que de verdad ella quería ser su amiga.
"Naruto…", suspiró para sus adentros.
—Como quieras —concedió finalmente. —¿Vamos a la avenida?
Encogiéndose de hombros, Sasuke inició el paso para hacerlos andar.
No sabía nada de ellos… y tenía la impresión de que acababa de meterse en medio de algo que se estaba cocinando sin que Naruto se hubiera dado cuenta. Y sentía la incertidumbre con cada paso que daba, hacia el lugar donde se despedirían de la chica, de si hacía lo correcto queriendo quedarse con ese chico. Tenía el presentimiento de que, fuera lo que fuera que surgiera entre ellos, iba a ser algo intenso en más de un sentido.
Pero por otro lado, una vocecita en el fondo de su mente le estaba diciendo que no se involucrara en ningún tipo de relación con un hombre hetero. Las cosas no solían salir bien, y el que más lo iba a sufrir, iba a ser él. Si bien, ya de por sí había ocurrido algo que como norma no ocurría con los heteros… y es que no parecía estar avergonzado lo más mínimo, y se lo había contado a su amiga sin ningún tipo de tapujos. ¿Quizá no era hetero realmente… y no se había dado cuenta hasta ahora? ¿Podía ocurrir? No le echaba más de veinticinco años… veintisiete a lo sumo. ¿De verdad podía haber vivido tantos años sin darse cuenta?
Cuando llegó a la avenida colindante, cogió otro cigarro y se lo encendió, quedándose a un lado para dejarlos hablar en lo que llegaba el taxi, y así de paso que no les fuera el humo a la cara. Era un incordio que siempre el aire parecía girarse hacia donde había gente cada vez que fumaba cerca de alguien.
Apenas le había dado un par de caladas, apoyado contra una farola, cuando otra chica apareció desde la calle de la discoteca, y fue directamente hacia donde estaban los otros dos.
—¿¡Por qué tanta prisa!? —exclamó.
Y pensaba que Naruto era indiscreto…
—¿¡Qué ha pasado con vuestro espíritu festero!? —preguntó abrazándose de Naruto. —¡Vaaa, no os vayáis! ¡Un rato más!
—Naruto se tiene que ir ya, Ino —le explicó la otra chica.
Con cara de no saber qué hacer, Naruto se le quedó mirando como suplicándole que le sacara de ahí. Sasuke, sin embargo, se giró a mirar al otro lado de la avenida. Si le molestaba tener a la chica sobándole… Le estaba bien empleado, ¡por mentiroso!
—¡Va, Ino! Otro día salimos un rato, pero hoy ya es tarde. Y mañana tengo cosas que hacer.
—¡Jooo!
Viendo cómo la chica nueva, se apretaba más aún a Naruto —y cómo a cada segundo que pasaba aquel parecía más incómodo—, Sasuke decidió apiadarse de él, y volvió a sacar su paquete de tabaco.
—¿Quieres uno? —extendió la mano hacia él.
—¡Ah, sí!
Y sin más pensamiento, se acercó a él, la chica deshaciendo su agarre al percatarse que quería moverse.
—Gracias —le dijo en un murmullo cuando le dio fuego.
Y dudaba que fuera por el cigarro.
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.
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Continuará
29/10/22
Holiwis! ≧w≦
¡Madre mía cuánto tiempo!
Siento que esto no sea la actualización que algunxs estaban esperando... Pero me saltó la chispa hace poco con esta historia, y estoy bastante emocionada xD Así que quería compartirla, a ver si así me estrujo un poco más el cerebro y la termino pronto ≧ω≦
Mención especial a aazwj2 por ayudarme a corregir faltas y por leer todo lo que escribo xD Santa paciencia...
¡Contadme que os parece!
¡Nos seguimos leyendo!
