Un año diferente
Summary: Severus Snape y Harry Potter por esas cosas normales de la vida, viajan en el tiempo donde se encuentran con los merodeadores y Snape en su sexto curso. ¿Con cuántas sorpresas más se podrán encontrar?.
Disclaimer: Todos los personajes son de Rowling, para variar los tome prestados. Pero conforme mi imaginación valla avanzando podría inventar uno que otro personaje .
Autora: Anita Puelma, alias Maniática Lovegood
Título del capitulo: Castigo
----------------------------------------------------------------------
"- Vámos tú sabes hacerlo mejor- Le gritó Sirius a Bellatrix, su voz resonó por la enorme y tenebrosa habitación.
El segundo haz le acertó de lleno en el pecho.
No podía ser, no de nuevo- pensó Harry con desesperación mientras veía a su padrino caer por el raído velo, de nuevo- ¡quiero salir ya de esta pesadilla!.
Todo se volvió
borroso, podía contemplar con dolor como el rostro de su
padrino se contorcionaba en una mueca de sorpresa y espanto, se
preguntaba cuántas veces habría visto ya esa mueca, y
se preguntaba cuántas veces más tendría que
soportar verla.
Y
lo último que vio antes de despertar sobresaltado fue a su
padrino cayendo por el velo de la muerte...
- Odio soñar con esto todas las noches- se reprochó Harry en un murmullo para no despertar a sus demás compañeros de cuarto que no habían sido molestados por ninguna clase de pesadilla, al menos eso le parecia a él. Miro con aire ausente a la ventana.
La
noche se presentaba tranquila, con una luna llena como único
sustento de luz, acompañada como siempre de las aparentemente
pequeñas estrellas, sería agradable salir y tomar un
poco de aire fresco- pensó Harry. Se preguntaba cómo la
estaría pasando Remus, probablemente peor que él mismo,
pues ya no tenía a Sirius para hacerle compañia en las
lunas llenas. Pero, ¿que ganaba pensando en eso?.
Se puso
una capa arriba del pillama, tomó su capa de invisibilidad y
como a primera vista no encontró el mapa del merodeador, no se
dio la molestia de buscarlo, ya se encargaría de eso
después.
(Severus)
Caminaba
por los pasillos tranquilamente, como si fueran de su propiedad. Lo
único que quería era encontrar a algún alumno
fuera de la cama para descargar su enojo por el comienzo de un nuevo
curso, esperaba que fuera a Potter quién encontrara
vagabundeando por los pasillos, le importaba tanto la muerte de
Black, como le importaba aprender a cocinar. Por culpa del mocoso
Potter, Albus se había demostrado desilucionado de él,
y tuvo que soportar 2 horas, ¡dos horas! de regañadas
sin sentidos de toda la maldita Orden, en especial de Molly Weasley.
¡Já! ya quería él que un mocoso
impertinente se pusiera a ver en sus recuerdos más vergonzos,
de hecho se alegraba de la muerte de Sirius, pues así Potter
no tendría el humor suficiente para usar la información
en su contra y no tedría ánimos de pavonearse por el
castillo...tan parecido a su padre el maldito infeliz.
Escuchó pasos que al parecer no intentaban ser sigilosos en el pasillo, una sonrisa de victoria se extendió por su rostro, pero desapareció al pensar que probablemente se tratara de Filch o de algún profesor, un alumno intentaría ser más siguiloso. Pero mejor satisfacer la curiosad que quedarse con la duda, e intentó buscar a la persona que hacía los ruidos.
(Harry)
No llevaba mucho caminando, pero al menos el paseo lo había calmado un poco, de hecho empezaba a tener sueño de nuevo, pero unos pasos que se dirigian hacía donde estaba él lo alarmaron, y lo obligaron a cubrirse más con la capa de invisibilidad y a intentar refugiarse más cerca de la pared del pasillo, para evitar rozes. No se sorprendió mucho al ver a Severus Snape, se preguntaba si habría escuchado sus pasos, pues a dedcir verdad no había puesto mucho esmero en andar sin hacer ruido. Contuvo la respiración al ver que Severus se había quedado quieto muy cerca de donde estaba él y entrecerraba los ojos en busca de algo o de alguien. Rogaba por que no lo descubriera.
(Severus)
¡Estaba
seguro de que había escuchado pasos!, y que él supiera
en ese pasillo en particular no habian salas ocultas ni pasillos
secretos como lo que suele usar el celador para atrapar a los
revoltosos. Y estaba lo suficientemente despierto como para no estar
alucinando cosas.
A menos que...
- Accio capa de invisibilidad- dijo con vos segura y casi se pone a dar saltitos cuando visualizó que a su lado izquierdo alguien murmuraba algo como "demonios" y a continuación a sus manos llegaba la susodicha capa.
- ¡Lo descubrí!- pensó triunfante Snape.
- ¡Me descubrió!- pensó nervioso Harry, que ni si quiera se había movido de su "escondite".
- A si que...merodeando por los pasillos, señor Potter- dijo degustando cada una de sus palabras, mientras se ponía a pensar en un castigo espeluznante y macabro.
Harry no respondió, no quería admitir su derrota.
- Se me olvidaba que usted cree que las reglas no se aplican al gran Harry Potter- susurró Snape con malicia.
- Estoy consiente que todas las normas de aplican a mi como al resto del alumnado, señor- Harry se sorprendió por la respuesta tan...formal que había dado.
- 30 puntos menos para Gryffindor- informó Snape, haciendo caso omiso del comentario de Harry.
- De acuerdo- aceptó Harry derrotado.
- Y tiene usted una detención conmigo mañana a las cinco- agregó
- Como usted diga...-casi gruñó Harry, aprentando los puntos e intentando evitar pensar en el castigo que le esperaba mañana.
- Y su capa de invisibilidad será confiscada...
- ¡No!- saltó Harry, horrorizado
-...hasta que termine Hogwarts no le será devuelta...- continuó Snape, como si nunca hubiera escuchado la protesta de Harry.
- ¡Eso es muy injusto!- casi gritó Harry, enfurecido. Nadie le iba a quitar algo que había heredado de SU padre.
- Pues piense alguna ves en las consecuencias que podrían ocacionar sus actos- recomendó Snape, sin pensar que esa frase tenía doble sentido para Harry. Por el rostro de Harry, Snape supo que Harry había tomado muy mal su "consejo", pero no se arrepintió ¿quién lo manda a salir fuera de su torre y pasear por el castillo?.
- ¿Que hacía afuera de su cama, Potter?- preguntó de pronto Snape, incomodando a Harry
- Paseaba- fue la sencilla respuesta, que en parte era la verdad.
- ¿Y para qué queria pasear?
-Para despejar mi mente...
- Claro se me olvidaba que usted tiene muchos problemas, pues hágame y hágase un favor y cómprese un pensadero.
- ¿Para qué?, si podría usar el suyo...- Y a penas había terminado de decir esto, había salido corriendo como alma llevada por el diablo, sabía que pagaría por su descaro, pero Snape se lo merecía ¿quién lo manda confiscarle su valiosa capa de invisibilidad?.
- Odio mi vida...- murmuró monótonamente Harry al día siguiente, en clases de Encantamientos mientras intentaba inútilmente encantar a un libro para que hablara lo que tenía escrito- ¡y no me sale el hechizo!- exclamó desesperado mientras hacía un movimiento con la varita y pronunciaba; "Pronuncius"
- Bueno Harry, haz estado millones de veces castigado con Snape ¿por qué estás tan nervioso esta ves?- preguntó Hermione por arriba del parloteo de su libro, extrañamente la voz del objeto tenía cierto parecido con la persona que lo había encantado ¿por qué sería?, lo averiguaría otro día.
Harry le había contando en el desayuno a Ron y a Hermione, mientras revolvía más sus huevos revueltos, que había salido en la noche a dar un inocente paseo (Ron quizo preguntar por que había querido salir pero el codazo de Hermione fue más que suficiente para callarlo, al menos por unos minutos), cuando "el profesor murciélago", como lo denominó amablemente Harry, lo descubrió; quitandole su capa de invisibilidad, puntos a Gryffindor (no habían sido tantos a si que solo algunos lo miraban mal) y a demás, le había impuesto un castigo. Pero claro que había olvidado contarle a sus amigos (al menos a Hermione) la pequeña observación que había hecho antes de marcharse, o como lo describiría otro, huir despavoridamente antes de que explotara la bomba que él mismo lo había encendido.
- Pues, porque...- le lanzó una mirada a Ron, como pidiéndole ayuda ya que no quería oír la regañiza de Hermione si le decía porque estaba tan nervioso- es que...
- Haaaa!- gritó Ron, atrayendo la atención de todos- hemm...¿Qué miran?- preguntó cohivido al ser el centro de atención.
Todos al ver que no pasaba nada interesante volvieron a lo que estaban haciendo anteriormente.
- ¿Qué pasó?- cuestionó Hermione, extrañada al no ver nada fuera de lo común.
- ¿Qué pasó donde?- dijo como respuesta Ron, volviendo su atención a su silencioso libro, aunque él optimista, había dicho que lo había oído susurrar palabras.
- ¿Por qué gritaste?- se impacientó Hermione, pensando que Ron o era un deficiente mental o le estaba ocultando algo
-
Ha, eso- miro de sosayo a Harry- pues...estaba cantando- mintió
descaradamente.
Harry se preguntó en que estaba pensando
cuando le pidió ayuda a su amigo, ¿cantando?, ¡por
Dios! hubiera sido más creíble que hubiera dicho que
había visto a un dragón volando por los jardines,
aunque, con Hadrig como guardabosque y profesor de Cuidado de
Criaturas Magicas, incluso eso parecía más
verosímil.
- Muy bien, Harry que hiciste verdaderamente para merecer el castigo- dijo Hermione,volviendose hacia Harry, despúes de unos momentos en los que había estado mirando a Ron, perpleja.
- Nunca se te escapa nada ¿verdad?- Hermione sólo sonrió y Harry, derrotado, prosiguió a contarle el "pequeño" detalle que no había mencionado.
- Adelante- la macabra y tenebrosa vos de Snape sonó al otro lado de la puerta, por desgracia de Harry quién había pasado todo el día pensando en que tortuoso castigo le esperaba a manos de ese siniestro hombre y buscando formas para poder escabullirse, lástima que aunque se rompiera una pierna, Madame Pomfrey se la curaría en un segundo- Ha, Potter- dijo fingiendo sorpresa, mientras una curel sonrisa se dibujaba en su rostro, haciendo más acentuadas las arrugas de su piel- Buenas Tardes
-Buenas Tardes, profesor Snape- saludó Harry, casi inaudiblemente, si pudiera retroceder el tiempo y evitar...
- ¿Está preparado para su castigo?
Harry no se dio la molestia de contestar "como si considerara eso.." pensó.
- ¿Estás o no, Potter?- repitió, levantando el tono de vos.
- Sí, señor- contestó Harry, molesto por la imprudente pregunta, y preguntándose si al responder "sí, señor" acarrearía muchos problemas, pero supuso que eso era mejor que contestar "no, señor".
-Perfecto, acompáñeme- Snape se levantó y caminó con paso tranquilo, como si quiziera alargar lo más posible el momento de decirle a Harry en qué consistiría su castigo, probablemente para deleitarse con los nervios del chico, cosa que era cierta por cierto, pero también tenía otro motivo.
- Muy bien, Potter, abra la puerta- ordenó Snape, despues de haber caminado por unos pasillos que Harry jamás había visto en su estadía en hogwarts y que milagrosamente, no salían en el mapa del merodeador, era primera vez que se interesaba por un castgio ¿que habría tras la puerta que debía abrir?, la curiosidad era más fuerte que el temor, no por nada era de Gryffindor.
La abrió.
No alcanzó ni a acomodar su vista al nuevo lugar, cuando fue empujado hacia dentro. Todo estaba oscuro, pero se olía un pesado olor a polvo y descomposición, hacía un calor sofocante, lo cual daba como resultado un lugar nada muy apto para personas con problemas asmáticos, Harry sospechaba que si estaba mucho tiempo allí, empezaría a toser, pero la pregunta que ahora importaba era ¿por qué Snape lo había empujado hacía el interior de ese lugar?..
- Su castigo...- la vos de ultratumba sobresaltó a Harry, quién creía que Snape no había entrado con él en la habiatación, lo sobresaltó tanto que sin querer pisó a Snape, el cual murmuró unas maldiciones contra Harry y luego pudo contemplar el encolerizado rostro de Snape ya que este último había hecho un "lumos", para evitar más accidentes.
- ¿ y donde quedó su valor Gryffindor?- se burló Snape, todavía enfurecido por haber sido pisado.
Harry no quizo contestar a eso pero se contento con murmurar un: "ni si quiera los Gryffindor son tan valientes como para soportar ver su rostro y escuchar su vos en la oscuridad", cosa que contraria a lo que pensaba Harry, Snape oyó perfectamente y se encolerizó más.
- Como iba diciendo antes de que se pusiera a gritar- retomó Snape hechándole a Harry una mirada acusadora- su castigo consiste en dejar impecable este lugar ¿de acuerdo?.
¿Limpiar un lugar?, ¿eso era todo su castigo?, no está tan mal, pensó satisfecho... podría usar su varita y unos cuantos hechizos...
- Sin varita- informó el profesor de pociones, contento al ver la mueca de decepción que hizo Potter.
Bueno,
eso lo hacía un poco más cansador el trabajo, pero
seguia siendo poca cosa proviniendo de Snape ¿Qué tan
sucio podría estar...?
Sus pensamientos quedaron volando
por algún sector muy olvidado de la mente, cuando Snape
encendió una luz de quien sabía donde.
La habitación, más bien parecía el gran comedor ¡era gigante!
- ¿Qué son esas cosas que salen de las paredes?- preguntó Harry, asqueado al ver una cosa biscoza de color café claro, daba la impresión de que alguien con problemas al estómago había usado las paredes como papel higénico.
- ¿Qué importa?- contestó Snape, contrayendo la cara en una evidente mueca de asco.
- ¿Cuánto tiempo lleva esa habitación sin ser limpiada?- quizo saber Harry, pues realmente no sabía como los elfos podían permitir que una sala tan amplia pudiera estar en ese deplorable estado.
- Pues, no se con exactitud, pero creo que aproximando unos cuántos miles de años- concluyó Severus, bastante satisfecho con su idea de darle ese castigo a Potter, se moría de ganas por ver su cara cuando "terminara" (dudaba que lo hiciera ese año) de limpiar la habiatación, o más bien dicho el salón.
- ¿Y los elfos nunca se han preocupado?- Harry suponía que Snape le estaba constestando sus preguntas para hacer mas desagradable (cosa que casí ni se podía) el trabajo que le esperaba.
- Los elfos no se atreven a entrar en este lugar- respondió con vos tranquila, anticipando la pregunta que estaba seguro saldría de un momento a otro de la boca de Potter.
- ¿Por qué?
Sus suposiciones nunca se equivocaban
- No lo se, nunca había entrado en esta habitación- reconoció divertido al ver la expreción de incredulidad de Harry.
- ¿Me va a hacer limpiar este lugar que lleva miles de años desabitado, sin varita mágica? ¿Y cómo sabe usted si no hay alguna clase de animal con instintos asesinos, he?- francamente la idea de que de repente le saltara un escreguto de cola explosiva no le sonaba muy tentadora.
- ¿Miedo, Potter?- Severus solto una risa triunfante, bueno definitivamente ese era el mejor castigo que le hubiera podido proporcionar, con suerte y se quedaba encerrado en ese salón por siempre, o quizás y se perdiera...y habiendo tantas cosas, alguna le podría caer por accidente...
- Claro que no- mintió pues la verdad preferiria mil veces estar limpiando el pantano que habían hecho los Weasley el año pasado antes de volver a entrar a ese asqueroso y peligroso lugar- ¿Cuánto tiempo tengo que limpiar?- claro que no podía limpiarlo en su totalidad (con suerte y limpiaba unos 5 metros cuadrados en 1 mes), y un castigo no podía durar todo lo que quedaba de su estadia en Hogwarts ¿verdad?.
Una amplia y desagradable sonrisa se extendió por el rostro de Severus Snape :D, profesor de pociones del colegio Hogwarts de Magia y hechizería. A Harry esa sonrisa dacia más de mil palabras, ¿como esperaba que limpiara todo eso el sólo? ¡no podía creer que ese hombre fuera tan cruel!, a demás solo fueron unas palabritas lo que le había dicho ayer, esta bien un castigo de dos días y eso, pero ¿¡Hasta que terminara!?.
- Buena suerte, Potter- le deseó antes de cerrar la puerta con un portazo, haciendo que a Harry le cayeran unas arañas que habían estado revoloteando en el techo, se las retiró rápidamente, agradeciendo mentalmente no tener aracnofóbia como Ron, porque de otra manera, estaría perdido.
Empezó a caminar por el lugar, verdaderamente estaba hecho un completo desastre, habían millones de cajas casi todas comidas por polillas, o por algún otro bicho de carcarteristicas mágicas que probablemente él no conociera, pero que su función sería la misma que la de las polillas. El olor se estaba haciendo insoportable, era tanto el olor a putrefacción que empezaba a hacer una clase de amnesteciante, se sentía atontado.
Las arañas eran como la alfombra, estaban por todas partes, podía ver los nidos con huevos adentro y si él fuera una especie de coleccionista estaba seguro de que encontraría todas las clases de arañas que existían en el mundo, verdaderamente repugante, tal ves despues de ese castigo terminaría con fóbia a las arañas.
Hubo un momento mientras caminaba, que el olor se hizo tan fuerte que tapándose la nariz se diriguió hacía donde, supuestamente, provenía el olor. ¿Era su ilusión o había una gran mancha de sangre que había generado moho ¿la sangre podía gererar moho?.Un ruido a sus espaldas lo hizo voltear rápidamente.
Una cosa, gigante y peluda estaba volando en los aires y se lanzaba en picada hacia él, con uno agijón nada saludable, se agachó y la cosa voladora pasó de largo, pero la sintió zumbar a sus espladas de nuevo. ¡La maldita cosa lo perseguía! ¡Merlín lo salve!, corrió saltando algunas cajas e intentando no derribar ninguna, no quería que nada más se despertara, y llego al final del lugar, la cosa voladora se acercaba con decición hacia él y justo cuando estaba a punto de llegar a su cara...
¡ZAS!
Harry, con esa suerte que se presenta en los momentos más oportunos había visto un libro muy grueso y polvoriento arriba de una caja y le había dado en la "cabeza" a la cosa rara que lo habia querído agujonear. Esa cosa que identificó como una especie de abeja y mosca, estaba inconsciente o muerta, en el mejor de los caso, pero para su desesperación vio como estaba empezando a emprender vuelo de nuevo cuándo por arte de reflejo o desesperación grito;
- ¡¡TOMA!!- y le planto el pie en la "cara"- ¡¡¡TOMA!!! ¡¡¡TOMA!!! ¡¡¡TOMA!!!- y así sucesivamente hasta que no quedó más que una mezcla de cuerpo con una sustancia morada que supuso, era la sangre la mosca-abeja. Bueno al menos se había desecho de eso.
Pero al haber terminado de matar al bicho, sintió como artos pasitos venían en dirección a él, aunque no podía ver nada. Se apartó del lugar donde yacía lo que quedaba del bicho y se instaló unos 5 pasos más lejos, con el libro agarrado con las dos manos, preparado para dar más batalla.
Lo que ocurrió, quizás le dejaría varias secuelas. Unos cien o más ratones, todos negros, grandes y peludos habían aparecido correteando por debajo de sus pies y se dirigian como una estampida hacia el bicho que recién había matado. No lograba ver lo que estaban haciendo, pero supuso que se estaban comiendo los restos de la mosca-abeja. Pasado unos minutos comprobó que su teoría era verdad ya que no había quedado rastros de que ahí se hubiera muerto algún ser.
Se quedo quieto, impresionado, por unos minutos. ¡Perfecto! Ahora no podría ver a Petegrew sin subierse a una silla y gritar como marica.
Llevaba un par de horas revisando y sacudiendo polvo por aquí y por allá, ya se había preparado mentalmente para las maldiciones que le propinaría Snape al ver que no había avanzado nada. ¡Pero es que de verdad había quedado con secuelas!, a nadie le gustaría estar caminando sin molestar a nadie y que alguna cosa mutante se le lanzara encima para matarlo o comerselo. A demás no hay que olvidar el importante hecho de que estaba sin varita ¿y si aparecía algún mortifago en ese mismo momento?, no dudaba que podría haber uno en ese lugar. La pregunta sería que cosa no habría allí.
Despues de otra hora se decidió a abrir una caja de aspecto inofensivo, pero eso no evitó que agarrara fuertemente el libro bajo su brazo.
La abrió.
A primera vista no había nada peligroso, de hecho daba la impresión de que no había nada vivo dentro. Habían libros y una cajita que le llamó fuertemente la atención por el color que tenía. Era de un morado fosforecente, demaciado llamativa para su propio bien. La tomó y como no pasó nada decidió arriesgarse a abrirla. Dejó el libro a un lado, sabiendo que lo que estaba haciendo era practicamente un suicidio y con cuidado comenzó a abrirla. A dentro había una especie de cadenita que le parecía muy familiar, demaciado familiar de hecho. ¡El la había visto antes!, incluso la había utilizando. Si su memoria no le fallaba lo que ahora tenía entre manos, era nada más ni nada menos que un:
Giratiempo.
¿Pero, que demonios hacía un objeto tan valioso y peligroso en un lugar como ése?, claro que si lo mirabas por un lado, era muy difícil descubrirlo, ya que ¿quién en su sano juicio entraría en un lugar como ese por su propia voluntad?. Él no claro está.
¿Debía entregarselo a Dumbledore?, sí, eso debería hacer...pero por otro lado ¿que clase de estúpido entrega un giratiempo?, bueno si el ministerio descubría que tenía uno, probablemente se metería en graves problemas. Y eso era lo que menos necesitaba,más castigo.
No pudo seguir pensando en que iba a hacer cuando el conocido olor a putrefacción perforó su sentido del olfato, que por sorprendente que pareciera, se estaba acostumbrando al desagradable olor. Se tapó la nariz con la mano que tenía libre, pues en la derecha tenía el giratempo tomado de la cadena y se empezó a acercar, cautelosamente y muy lentamente, todavía no se olvidaba de la mosca-abeja.
Hay estaba la mancha de sangre, era un mancha muy grande, por lo cual ese lugar parecía un criadero de mohoo. No sabía cuanto se expandía la mancha porque muchas cajas le tapan la vista, a si que con sumo cuidado levantó una y la puso en el suelo.
No podía ver bien lo que había a continuación, pues era como algo verde, demasiado podrido y arrugado, era como un palo deforme que continuaba y...¡Santas gárgolas galopantes! ¡¿Era eso un cadáver?!.
Retrocedió espantadísimo, no dandole crédito a lo que había visto. Su corazón palpitaba furiosamente y se había puesto pálido. Intentó controlar su respiración que se había puesto muy acelerada y se ordenó a si mismo autocontrolar las reacciones de su cuerpo. Le tomó varios minutos calmarse, y aunquen no lo logró completamente su mente le decía que tenía que volver a ver al "cadáver" para convencerse un 100. Volvió a acercase, pero con pasos torpes. Y lo vio.
Eso sin duda era un cadáver. Era una mezcla de huesos y carne putrefacta, lo cual le indicaba que no llevaba miles de años allí ¿hace cuándo tiempo estaría allí?. Era horrible. Y había un asqueroso ratón en lo que habría sido el ojo. Tenía que salir de allí y avisarle a alguien que Hogwarts tenía guardado a un muerto. Menos mal que Hogwarts es el lugar más seguro que hay en el mundo-pensó con ironía.
Sintió como sus piernas empezaban a flaquear, y se tuvo que afirmar de la caja más cercana que tenía, pero para su mala suerte la caja se cayó y se abrió revelando un monton de...¿calcetines?, bueno, supuso que en algún tiempo fueron calcetienes. Volvió su atención al cadáver.
Casi le da un infarto al corazón al ver que había desaparecido, escuchó un ruido como de otra caja cayéndose a su derecha y vio, para su horror ¡que el cadáver estaba caminado!, el pánico lo poseyó y gritó con todo lo que dieron sus pulmones. Podía sentir como algunas cosas despertaban, pero eso no le importó...¡el cadáver se acercaba a él!
- Ayuda!!!!- atinó a gritar, aunque sin muchas esperanzas, sus pies no le respondian no se podía mover. No podía creer que esto le estuviera pasando a él, no queria creer que esto le estaba pasando...esto era tan inverosímil. En el mundo de la mágia son posibles muchas cosas pero ¡¿esto?!...ya es demasiado.
La puerta por la que había entrado se abrió de un golpe y sintió como todas las cosas que habían despertado se dirigian a ella a toda velocidad, pues estaba de espladas a la puerta y unos metros de distancia, toda su anteción fija en el muerto-viviente que se acercaba a el, no tenía ojos...el monstruo alargó una mano hacía él y...
- Ridikulus!!!- gritó una vos que Harry no pudo reconocer en ese momento. Temblaba incontrolablemente y tenía unas ganas incontrolables de hecharse a llorar. Había sido un boggart...un boggart...sólo eso...un boggart...
- Veo que no ha avanzado mucho, señor Potter- la vos de su profesor lo sacó de su horroroso letargo.
- No quiero estar aquí- fue lo primero que atinó a decir, y comprobando que sus pies volvian a obedecerle, se dirigió a la salida.
- Es su castigo- le recordó cruelmente Snape, gozando de su momento de completa victoria.
- No me importa, yo no voy a estar aquí- declaró Harry, queriendo llegar a su sala común y lanzarse a la cama, superar lo que acababa de presenciar.
- Entonces hablaré con el director para que lo expulse- amenazó Severus, ya no tan contento.
- No me va expulsar por esto- contradijo Harry, sabiendo que Dumbledore no pensaría en expulsarlo solo por no cumplir con un castigo tan inhumano. Si Snape lo acusaba, el hablaría con el director, incluso era capaz de sacarse ese recuerdo y dárselo a Dumbledore para que lo viera.
- ¿Que tráe en la mano derecha?- preguntó Snape, al ver el parecido que tenía ese objeto con un giratiempo, pero no creía que Potter tuviera uno...¿verdad?
- No le importa- respondió fríamente Harry, maldiciendo porque lo más probable es que Snape supiera que era y si no lo entregaba le iba a decir al director y se lo quitaría, pero ya no importaba porque el mismo le iba a dar el objeto al director.
- Es un giratiempo- concluyó Severus, mirando fijamente el objeto que tenía Harry entre sus dedos. Se acerco lentamente a Harry- pásamelo- ordenó
- No- dijo mientras retrocedía un paso- YO se lo entregaré al director- anunció
- Pásamelo- volvió a ordenar Snape, y con un movimiento intentó arrebatarle el giratiempo a Harry logrando solo rozarlo, y con otro casi se lo arrebata, pero sólo consiguió para espanto de los dos, girar el giratiempo y botarlo al suelo. Ninguno se movió.
Harry se agachó y lo tomó, se había roto, miró con reproche a Snape el cual tenía una evidente cara de alivio al ver que no había retrocedido en el tiempo, o eso le pareció a él.
- Vamos a ver al director- y a continuación salió por la puerta, Harry lo siguió, preguntandole si iría a proponerle a Dumbledore que lo expulsara. Caminaron unos minutos y cuando salieron del extraño pasillo que no salía ni en el mapa del merodeador, continuaron caminando. Harry supuso que era de noche y que serían más de la nueve por lo cual no habían alumnos paseando por los pasillos.
- Cajita sorpresa- dijo Snape, dejando en evidente que encontraba ridícula la contraseña nueva. Pero la gárgola no se movió.- ¡cajita sorpresa!- repitió con el mismo resultado.
- ¿Dumbledore no habrá cambiando la contraseña sin informale?- propusó Harry como diciendo: "usted le importa tan poco al director que no se molesta en decirle la contraseña". Pero Snape estaba pensando en otra cosa al parecer, porque no captó el doble sentido del mensaje de Harry.
- Imposible, me la acaba de decir esta mañana....
- Disculpen, ¿puedo ayudarlos?- una vos femenina, entre niña y mujer hizo que los dos voltearan al mismo tiempo.
Lily Evans los miraba entre curiosa y formal.
------------------------------------------------------------------
Al fin voy a poder escribir sobre los merodeadores . Jojojojo, como me voy a divertir. Perdonen si tengo muchas faltas de ortogrfía pero es que tuve escribir en WordPad ya que todavía no me instalan el Office y esto no tiene para corregir mi ortografía xD. ¡Salí de vacaciones a si que tengo más tiempo para escribir!. Intentaré actualizar pronto Lazos Irrompibles :D, a si que paciencia...que todo con amor se puede.
¡Reviews porfavor!
