Disclaimer: Todos los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi, yo sólo los he tomado prestados para entretenerme un rato. En cuanto a Yoko, Rioko y el Señor de ambos: Hiroki, son una invención mía, así que si alguien quiere que se los preste me avisa primero.^^
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Extraña obsesión
Capítulo III
Las pesadas puertas del salón comedor se abrieron revelando una gran estancia, muy bien ventilada e iluminada, con enormes ventanales. Al centro una larga mesa de madera, se disponía cubierta por todo tipo de alimentos de magnífico aspecto. Un ligero aroma de jazmines se colaba desde el exterior y perfumaba maravillosamente el ambiente.
Rioko se hizo a un lado e indicó con un además a Kagome que ingresara al salón. - Anda, el señor te está esperando.
Kagome se limitó a obedecer, y una vez hubo cruzado el umbral, las pesadas puertas se cerraron tras de sí.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal, y por algunos instantes se limitó a permanecer de pie en su lugar. Buscó con la mirada a quien se suponía que estaría esperando por ella, pero no logró distinguir a nadie más en la estancia. Entonces, por fin se relajó un tanto y dio un paso hacia delante con intención de sentarse a la tentadora mesa. Tenía en verdad mucho hambre.
- Pensé que te quedarías ahí parada, por siempre. - Una voz gruesa y grave la sorprendió provocándole tamaño susto. - ¿A qué le temes?
De repente un sujeto alto y delgado hizo su aparición desde uno de los rincones del salón. Con paso lento y cauteloso se acercó a ella dejando ver su rostro que hasta el momento había estado cubierto por las sombras.
Kagome se quedó como de piedra, observando a aquél que se acercaba, sin responder a la pregunta que se le había formulado.
Tenía los ojos del color de las amatistas, la piel blanca pero no demasiado pálida, finas facciones y el cabello largo del color del fuego, caía a sus espaldas en cascada. Vestía un atuendo oscuro del color del olivo, con algunos vivos dorados. Inconscientemente, Kagome pensó que era en verdad atractivo, y si analizaba la situación con un poco de sangre fría... no se percibía en él hostilidad alguna.
Cuando por fin estuvo frente a ella, le tendió amablemente la diestra. - No tienes por qué temer, estás en tu casa.
La muchacha titubeó antes de tomar la mano que se le ofrecía, pero finalmente su intuición la impulsó a aceptar el gesto. Cuando extendió la propia mano, él la sujetó con firmeza, colocó su palma hacia arriba y luego depositó en ella un pequeño objeto... Un colgante. - Ten. Creo que esto te pertenece.
- ¿Esto es mío? - Preguntó Kagome sin comprender de qué se trataba todo aquello. - ¿Y qué es?
- ¿Pero, cómo es que no lo sabes? ¿Levabas contigo semejante trozo Shikon y dices que no sabes qué es? - Hizo una pausa y observó a la joven detenidamente. Realmente no tenía idea de a que se refería. - Ya veo... Seguramente quien sea que te atacara, estaba buscando esto... Lo que no me explico es de dónde lo obtuviste.
Kagome seguía mirándolo sin comprender nada, y al mismo tiempo un tanto hechizada por la belleza de su interlocutor.
- Dime. ¿No recuerdas nada, verdad?
- No... supongo que no.
- Entonces déjame conservar esto hasta que descubramos que fue lo que pasó. - Kagome asintió con un movimiento de cabeza. - Muy bien. Ahora acompáñame a la mesa, por favor. ¿Cómo te llamas?
"¿Qué cómo me llamo?" Pensó Kagome. Entonces advirtió que no recordaba absolutamente nada. Y ya no le importaron ni el lugar en donde estaba ni quien fuera su anfitrión... ¡No sabía nada de sí misma! Su cuerpo se estremeció de la cabeza a los pies, perdió el equilibrio y casi cae al suelo, de no ser porque aquel sujeto la tenía firmemente tomada de la mano.
- ¿Te sucede algo malo? ¿Es que aún no te sientes bien? - Preguntó él y Kagome percibió cierto tono de preocupación en su voz.
Hizo un esfuerzo por recobrar la compostura. - No se preocupe, estoy bien. Es sólo que... no recuerdo mi propio nombre.
- Ya veo. Tenemos un gran problema aquí. - Frunció el ceño. - Y supongo que tampoco tienes idea de quien soy.
- No, señor. - Respondió la joven al tiempo que negaba ligeramente con la cabeza.
- De acuerdo, no te preocupes por eso ahora. Tal vez sea algo temporal... De todos modos en cuanto Yoko regrese, le consultaremos. - Con un además indicó a Kagome que tomara asiento, con gentileza acercó su silla a la mesa y luego se acomodó frente a ella. - Mi nombre es Hiroki y soy el señor de este castillo, y tú, como te llames, a partir de este momento eres mi invitada y puedes quedarte en mis dominios el tiempo que quieras.
Su voz era aterciopelada, grave, seria, pero sumamente agradable y en cierto modo tranquilizadora, tanto que Kagome perdió por completo el miedo que sintiera en un primer momento. Así que comenzó a hacer preguntas.
- ¿Eres un yukai?
- Taiyukai. - Hiroki, la corrigió.
- ¿Y porqué me recibes tan amablemente, entonces?
La expresión de Hiroki se tornó más seria. - Verás... no es mi intención engañarte, si te recibo en mis dominios es porque busco algo a cambio, pero eso no es algo que puedas darme mientras no recuerdes quien eres. No sé que fue lo que te sucedió antes de llegar aquí, el sujeto que te trajo no dio a conocer su identidad, pero ya he dado orden para que le busquen, puesto que no te trajo en la mejor de las condiciones.
- Entonces... ¿tú me estabas buscando?
- Así es. Y espero que pronto el inútil de Yoco te ayude a recordar, para que tú puedas ayudarme a mí a resolver una pequeño asunto. - Hizo una breve pausa. - Pero ahora come y déjate de preguntas. - Se puso de pie y se encaminó hacia la salida. - Cualquier cosa que necesites, Rioko te la proporcionará. Puedes andar por donde te plazca, pero no vayas a salirte del castillo, es peligroso.
- ¿Porqué?
- Alguien te atacó, y hasta no saber las razones, no quiero que salgas. ¿Entendido? - Y así diciendo, dejó el salón.
"¿La invitada de un taiyukai? Eso sí que no lo habría imaginado ni en un millón de años." Suspiró, resignada. " Estoy perdida... ¿Y ahora qué...? ¡Demonios, ni sé como me llamo!"
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- ¡¿Qué?! - Berreó Shippo. - ¡¿Qué extraviaste a Kagome, cabeza de perro?!
- Ya, cálmate Shippo. - Intervino Miroku con su habitual tono conciliador. - Inuyasha no tiene la culpa de nada... al menos por esta vez.
- ¿Pueden dejar de pelear? ¿No ven que Kagome puede estar corriendo peligro? - Sango intervino a su vez. Estaba realmente preocupada.
- Tiene toda la razón. - Muy diligente, Miriku se alejó del grupo en dirección a la aldea.
Inuyasha, estaba tan preocupado que ni siquiera se detuvo a callar al pequeño kitsune. Ni bien le hubo comunicado al grupo lo acontecido con Kagome, se alejó de ellos a toda prisa. Tal vez su olfato aún fuera capaz de hallar algún rastro de la joven.
Saltando de rama en rama, se internó en el espeso bosque.
La sangre fluía en sus venas a elevadas temperaturas. Estaba furioso y preocupado... No podía sucederle nada malo a su Kagome, claro que no... Pero quien fuera que se la hubiese llevado, tendría que vérselas con él, y lo pagaría muy caro...
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Continuará...
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Notas de la autora
¡Hola a todos una vez más!
Sé que aún no se han aclarado muchas dudas, pero les garantizo a todos los que leen este fic, que a partir de la próxima entrega, nos iremos enterando de que es lo que pasa realmente...
Ahora, los agradecimientos:
AoMe - LuPiN: Muchas gracias por leer este fic, y por dejar tu review. Lamento no haberte tomado en cuenta en los agradecimientos de la actualización anterior, pero me temo que mientras estabas dejando tu review, yo me hallaba precisamente actualizando... ^_^ En fin, cuanto menos sabemos que Kagome fue atacada por alguien, y que no estaba borracha... ^^ Ojalá y te guste como avanza la historia.
Sess007: ¡Gracias por seguir leyendo esto! Y no temas, que esta no es una historia entre Sesshomaru y Kagome, es más, aún no tengo decidido si el guapo Lord de Occidente aparecerá en esta historia... He visto que eres autor de muchos fics... a ver cuando me hago un tiempo para leer algunos. ^__^
Soya: ¡No desesperes! Al menos ya sabes que "el anfitrión" de Kagome no es ninguno de los que suponías... Y las cosas comenzarás a esclarecerse pronto, no te preocupes. Gracias por seguir el fic. ^^
Sakura Kinomoto: ¿Así que crees que la trama del fic es interesante? ¡Que buena eres conmigo! Gracias. ^__^ Y gracias también por dejar tu review, me gusta muuuuucho recibirlos. ^^
Bueno, eso es todo, por el momento.
Gracias por leer hasta aquí.
Leyla^^
