CAPÍTULO 5

INUYASHA´S POV

Fue un poco extraño al principio - ¿qué clase de humana…mujer…se queda dormida al lado de un hanyou? - pensó inspeccionando su rostro, los indicios de un moretón donde había golpeado su cabeza aparecían levemente sobre en uno de los costados de su rostro - debió doler…tiene buena resistencia - solo una vez había visto herida a Kikyo y ella no había permitido que le ayudara, le había mentido diciendo que no era nada grave, pero él había olido la sangre y después había escuchado sus quejidos cuando Kaede la había curado dentro de su choza. Kikyo no le permitía tocarla libremente y Kagome…esa mujer apenas lo conocía e intentaba curar su mano, se apoyaba libremente en él y ahora dormía plácida y relajadamente a su lado. -¿el futuro es realmente tan diferente? ¿Esta aldea puede cambiar? - pensó recordando cómo intentaban cazarlo cuando recién ingresó al bosque. No fue hasta que Kikyo informó a todos que apoyaría con la exterminación de demonios que le habían dejado de intentar hacer daño, pero no le hablaban y lo ignoraban las pocas veces que sus caminos se cruzaban. ¿realmente cambiaría eso si se convirtiera en humano?

-Vamos…- la escuchó hablar nuevamente en sueños -si que es parlanchina, ni siquiera puede dormir en paz - se dijo divertido. Lo siguiente lo dejó petrificado, la chica había buscado la mano que descansaba en su muslo y ahora había enlazado sus dedos entre sus garras -¡qué demonios! -pensó azorado. -jijijiji-la escuchó reír dulcemente mientras un delicado aroma a felicidad la envolvía. -¿estará soñando con "esa" persona? -pensó intrigado y ligeramente molesto. Kikyo nunca había mostrado la mitad de la felicidad que esa mujer estaba expresando en sus sueños. De repente el aroma a miedo se hizo presente, se sobresaltó, era pesado y provenía en abundancia de la mujer. La empezó a escuchar quejarse, sus lágrimas no se hicieron esperar -no..no me dejes…no…por favor…no mueras…- ¡está claro que está soñando con "él" -

-Oe…despierta -la llamó sin éxito pues la chica no parecía reaccionar, el terror y tristeza empezaba a envolverla. - ¡Oe..mujer!- la llamó una vez más intentando despertarla sin lastimarla pero sus ojos se mantenían cerrados y más lágrimas escurrían sobre su rostro.

Kagome! - la llamó más fuertemente y por su nombre logrando por fin que despertara.

-¡InuYasha! -dijo su nombre en un claro tono de alivio, apenas le dió tiempo de reaccionar pues la chica se había lanzado a sus brazos como la primer vez que la había encontrado, tuvo que tomarla de la cintura pues si no habría caído del árbol, pero se quedó petrificado nuevamente mientras la sentía llorar sobre su ahori, paso todo un minuto para que la chica reaccionara.

-oh..ouch -se quejó tocando el costado de su torso - lo siento InuYasha…estaba soñando y…perdóname -volvió a disculparse intentando regresar a su posición inicial con dificultad. La ayudó para asegurarse que estuviera estable sobre el tronco. Su rostro se sentía arder ante el reciente comportamiento.

-¡cómo sea!…¿qué demonios estabas soñando? apestabas a terror. -le dijo frunciendo su nariz.

-Estaba soñando con la última pelea…la muerte de…-sacudió la cabeza tratando de deshacerse de una imagen o pensamiento -no quiero hablar de eso, gracias por no dejar que cayera - le dijo sonrojada.

-si…bueno…fhe!-fue su nerviosa respuesta.

-Será mejor que volvamos, ¿no debías reunirte con Kikyo? ¿Cuánto tiempo estuve dormida? -le preguntó preocupada.

-¡Kuso, lo olvidé!-maldijo al recordar el acuerdo con la sacerdotisa. -¡Regresemos! - la tomó en brazos y se dirigió rápidamente a la choza, Kaede los recibió y le dijo que su hermana había salido ya hacía tiempo hacia el río. Rápidamente se dirigió hacia allá. - ¿cómo pude olvidarlo? - se reprendió. El tiempo había pasado demasiado rápido. La mujer del futuro tenía un extraño efecto en él.

Corrió apresurado hasta el pequeño muelle al lado del río, esa área era poco usada por los aldeanos, pues suponía atravesar un camino por el espeso bosque dejándolos más expuestos a ataques de youkai. Ese espacio se había convertido en el lugar de sus encuentros ya que proveía cierta privacidad y Kikyo gustaba de pasear en la vieja lancha.

No pasó mucho para que viera su silueta, se encontraba mirando hacia el río,su largo y lacio cabello se movía al compás del viento haciendo que su distintivo aroma llegara a su nariz, distinguió un leve dejo de molestia, sabía que posiblemente estaría inconforme con su tardanza.

-Kikyo - la llamó esperando a que se volteara mientras se acercaba, la familiar tensión en sus hombros se hizo notar mientras más cerca se encontraba, paró a una prudente distancia de ella.

-InuYasha, llegas tarde…- le dijo claramente intentando controlar su verdadera molestia. - ¿por qué no puedes simplemente dejarme ver lo mucho que te molesta? - Kagome necesitaba ayuda, perdí la noción del tiempo - le dijo mostrando su propia molestía más de lo que normalmente se permitía. La vio encararlo y mirarlo fijamente a los ojos, cosa que no era muy común proviniendo de ella. -Kagome…es una extraña mujer ¿no te parece? - se limitó a mirarle interrogante - ¡viene del futuro, cómo diablos no va a ser extraña! - ¿Qué piensas de lo que nos compartió, crees que la aldea realmente cambiará tan radicalmente?

-No lo sé Kikyo…suena demasiado…increíble.- La vio caminar pensativa sobre las tablas.

-Un mundo donde youkai, hanyous y humanos coexisten ... Me pregunto si llegaré a ver algo así. -Su tono no parecía demasiado esperanzado. - Me hizo pensar…¿deberíamos intervenir en esta lucha? - eso sí que lo sorprendió, Kikyo nunca era de las que negaba la ayuda al necesitado…ahí estaba el claro ejemplo de onigumo…

-No me mirés así…-le dijo casi divertida- si hacemos algo ahora…claramente impactaremos el futuro de cientos de personas…nuestro futuro -le dijo oliendo a preocupación. - si Kagome no hubiera llegado a este momento, en tres lunas habríamos empezado nuestras vidas…tres días…- lo miró anhelante.

-No podemos ignorar una amenaza como esta Kikyo, debemos eliminarlo, ahora que aún no cuenta con todo su poder -

-InuYasha…nunca te has interesado demasiado por salvar a la raza humana…por lo menos hasta que nos conocimos… - le dijo ligeramente sorprendida.

-Kagome sabe qué pasó con nosotros -le dijo sintiendo el sonrojo teñir sus mejillas al referirse a su relación - …lo presiento…y creo que no es nada bueno Kikyo…si…si podemos hacer algo ahora…tenemos que hacerlo, antes de que sea demasiado tarde.

-Lo sé - fue su resignada respuesta.

Se quedaron en silencio como cada vez que compartían un momento a solas, esta vez no intentó tomar su mano o reducir la distancia entre sus cuerpos, el momento no se sentía bien, y la molesta chica del futuro no parecía querer salir de sus pensamientos.

Estaba molesto, con él, con Kikyo y con Ka..go..me, esa mujer solo había llegado a revolver la poca estabilidad que había conseguido estos últimos meses. Su cabeza dolía de tantos pensamientos, dudas, -¡maldita luna nueva! - ¿cómo planeaba lidiar con su forma humana si cada vez que se acercaban esos días su cabeza no lo dejaba en paz? ¿Así sería siempre? -Naraku…-pensó en la imagen del bandido, completamente vendado oliendo asquerosamente a deseo cada vez que Kikyo le atendía, había llegado demasiado lejos por su obsesión. Kikyo no se había comportado en lo más mínimo diferente que con otros de sus enfermos ¿por qué? ¿por qué la quería a ella? - ¿por qué la quiero yo? -se sorprendió ante el repentino pensamiento. Ella era la única mujer que le había permitido estar a su lado o mostrado un interés por conocerle, ni en sus más locos sueños había pensado que tomaría a una hembra. En todos sus años de vida no era conocido que un Hanyou engendrara descendencia. Bueno…ya no era la única mujer…ahora estaba Kagome…-Kagome…

-¡InuYasha! - escuchó a Kikyo llamarle con más fuerza de lo normal. Se giró para verla.

-Lo siento, ¿qué sucede Kikyo?

-Estabas completamente distraído - le dijo aquello casi en reprimenda. -Es momento de que regrese.-le comentó incorporándose para irse. -Será mejor que vengas esta noche, Kagome parece compartir más cuando está cerca, y debemos organizarnos -El solo asintió y la vio partir hasta que se perdió en el bosque.

Con un largo suspiro se levantó y decidió iniciar su patrullaje, no deseaba pensar, su cabeza dolía de tanta información. En el bosque podía perderse y concentrarse solo en los aromas y sonidos familiares.

KAGOME´S POV

Se sentía un poco más descansada, aunque corta, la siesta al lado de InuYasha había sido bastante reparadora, le había dejado dormir nada más y nada menos que recargada en él, bueno seguramente solo se había resignado al caerle encima, pero aún así no parecía molesto, más bien azorado, hermosamente avergonzado cuando le había abrazado después de tan horrible pesadilla. Suspiró, sabía que pasarían unos días si no es que semanas para que su cerebro dejara de recordar la batalla con tanto detalle. Acarició su pecho sintiendo la pesadez de sus emociones. Estaba feliz de poder ver una vez más a su amado InuYasha, estaba triste de verle enamorado de Kikyo y presenciar como esta última lo mantenía a ralla de su relación, y sentía aún demasiado fresco el dolor de su pérdida. Aunado a esto, había un dejo de culpa que no parecía querer dejarla desde que había llegado, si; estaba cumpliendo el deseo de su amado pero…¿realmente se podía permitir ser feliz una vez más a su lado? ¿sin saber si sus amigos estaban bien, a raíz de la infelicidad de Kikyo?

Sacudió su cabeza intentando permanecer en el presente. Tenía una misión que cumplir.

-Kagome…¿esto servirá? - la pequeña Kaede la trajo de vuelta a la realidad mientras le presentaba un largo palo de madera. Le sonrió por su arduo trabajo.

-Luce perfecto Kaede-Chan, no pudiste encontrar uno más perfecto - la halaga logrando un adorable sonrojo de la niña. -Ahora solo necesito unas vendas…¿me podrías alcanzar algunas? - Kaede se movió rápidamente para asistirla. Una vez que le presentó el material tomó asiento para verla trabajar.

-¿segura que no quieres que te ayude? -le preguntó preocupada. Ella solo negó.

-No puedo depender siempre de su amabilidad, y necesito moverme para seguir sanando -le dijo guiñandole el ojo - aunque duela un poco - le comentó frunciendo el ceño ante un pinchazo de dolor por el nuevo movimiento.

-No había pensado en eso antes -le dijo mirando como empezaba a cubrir el inusual palo en forma de Y que serviría como su muleta.

-¿no te parece que es más fácil sostenerse? -La niña asintió.

-Tendrán mejor equilibrio - Kagome asintió orgullosa.

-Si se necesita, la próxima vez sabrás como hacerlo - le dijo terminando de forrar la parte superior con las vendas para que la superficie no fuera tan dura al contacto.

-Hoy me siento con mayor energía, creo que puedo ayudar a preparar la cena ya que me perdí la comida -le dijo divertida.-Además aprovecharé para enseñarte a hacer una infusión muy buena para la cicatrización y fiebre - En un santiamén, tenía a la pequeña siguiendo sus órdenes, trayendo especias y verduras.

Decidió preparar una sopa de alga que sabía InuYasha disfrutaba y la receta de estofado de conejo que su madre le había enseñado, dos de sus comidas favoritas. No sin un poco de dolor se las ingenió para ayudar a Kaede a preparar la comida tratando de escuchar a su cuerpo y no sobre estresarse. Se aseguró de beber hasta el último amargo trago de la infusión que aceleraría su proceso de cicatrización y prevendría que tuviera fiebre esa noche.

El tiempo pasó volando en medio del trabajo, Kaede le ayudó a relajar su mente y reír un poco con sus graciosas anécdotas de su entrenamiento.

Kikyo no se dejó ver nuevamente hasta que cayó la noche y la cena estaba a punto de ser terminada.

-Buenas noches, veo que han preparado la cena, ¿es algo nuevo? -le preguntó a Kaede. La niña asintió con una sonrisa.

-Kagome me ayudó y enseñó a hacerla.- La volteó a ver con su apacible rostro.

-Gracias Kagome - le dijo en un tono neutral.

-De nada, espero pagarles lo antes posible por su hospitalidad.-Kikyo solo asintió mientras se dirigía a lavar sus manos y rostro.

Tenía deseos de preguntar por InuYasha, pero no quería verse entrometida. Si ese día había sido el primero que le habían invitado a desayunar…tal vez sería demasiado esperar que él se presentara a cenar…- arggg por qué no pensé en eso…tal vez pueda guardarle un poco…pero es mejor recién hecho…

-Kaede, puedes preparar un juego más -la escuchó pedirle a la pequeña mientras sacaba los bowls- eso significa…-InuYasha cenará con nosotros esta noche. - ¡Podré verlo una vez más! - festejó internamente tratando de controlar su expresión.

No tuvo que esperar demasiado pues a los minutos sintió su presencia y lo vio ingresar a la choza.

-Buenas noches InuYasha - lo saludó obteniendo un asentimiento, sus ojos dejaron su rostro tan rápido como pudieron. Las dos mujeres le dieron la bienvenida a la mesa después de ella y lo vio tomar su puesto en el lugar más alejado de Kikyo y que para su deleite era a su costado derecho.

Lo vio mover su nariz de esa distintiva manera de cuando olía algo delicioso. Su corazón se infló de felicidad al saber que disfrutaría de la comida que había preparado con esmero para él.

Kaede terminó de servir mientras le platicaba como ella le había ayudado con la cena. Lo vio tomar una cucharada de comida y mirarle ligeramente sorprendido.

-¿Tú preparaste esto? - le preguntó, tomando inmediatamente otra gran cucharada. Ella asintió ligeramente sonrojada -bueno Kaede me ayudó mucho. Quería mostrarles un poco de mi agradecimiento.

-Es bueno - le dijo muy concentrado en engullir la comida. Aquello le puso una gran sonrisa.

-Me alegro que te guste.- Miró a Kikyo quien portaba una ligera sonrisa que no llegaba a sus ojos y asentía.

Kikyo empezó a repasar con Kaede las actividades que había realizado pues no había estado mucho en la choza debido a sus pendientes. Aprovechó esto para intentar platicar un poco con el peliplateado.

-¿Cómo estuvo tu día InuYasha? - él la miró entre extrañado y sorprendido.

-No hubo nada interesante…-le dijo bajo sin mirarla mientras continuaba comiendo.

Estaba claro que algo había pasado, por lo menos para ella que lo tenía más cerca. Su ahori estaba ligeramente húmedo, señal de que lo había lavado o tomado un baño, pero si era lo segundo su cabello y hakama debían estar en la misma condición y no era el caso. Cuando lavaba solo una parte de su atuendo es porque la había manchado, lo inspeccionó más de cerca hasta que lo notó cuando su cabello se movió ligeramente de su hombro. Había una pequeña mancha de sangre. -¡Está herido! ¿por qué? -claramente no era nada grave,si no no se hubiera presentado esa noche - ¿qué habrá pasado? - sintió su corazón acelerarse, en el mismo instante sintió la mirada interrogante de InuYasha sobre ella. -¡super sentidos baka, contrólate! -se reprendió antes de intentar calmarse.

-Kagome, he estado pensando y creo que InuYasha y yo deberíamos salir a inspeccionar los alrededores en busca de pistas de Naraku - Kikyo llamó su atención.

-Separarnos ahora es lo último que deberíamos hacer, de los tres soy la única que ha visto las formas que toma, como habla y la presencia que despide, no creo que sea prudente - le contestó decidida.

-No podemos esperar demasiado Kagome, y en tu estado no estás lista para viajar o luchar. -

-Dame tres días, en tres días estaré lista para viajar y emprenderemos el viaje juntos.- le pidió.

-Kagome, tus heridas necesitan por lo menos dos semanas más- insistió.

-Tengo un talento natural para la sanación a través de mis poderes espirituales - la escuchó emitir un pequeño sonido de sorpresa - lo he hecho en otros una veces, no involuntariamente, pero creo que puedo aplicarlo a mi misma, solo necesito estudiar el procedimiento, imagino que debes de contar con los papiros - le pidió.

-Es…es conocimiento avanzado, no creo…

-Lo lograré, en tres días - le volvió a repetir.

-Kagome, pero…hermana aún no ha podido dominarlo y lleva años practicando- le dijo una preocupada Kaede.

-No te preocupes Kaede-Chan, todo saldrá bien, siento mi fuerza regresar con cada hora que pasa. - la tranquilizó. - ¿te gustaría ayudarme?

-¿de verdad? ¿puedo? - le preguntó a su hermana.

-Solo necesito que me guié a través de los textos, estoy segura que tienes demasiados compromisos que atender - le contestó a Kikyo antes de que esta pudiera debatir su decisión.

-Si estás segura, adelante - fue su única respuesta.

-Muy bien, en tres días, iniciaremos nuestro viaje. ¿Te parece bien InuYasha? - le preguntó.

-Estaré listo - le respondió.

Los cuatro terminaron de comer en silencio. InuYasha agradeció la comida y se despidió saliendo de la choza.

Kaede se encargó de limpiar la mesa y pronto se encontraban listas para dormir. La pequeña, le ayudó a desvestirse y dejarla solo con el nagajuban blanco.

Esperó casi una hora hasta que escuchó las acompasadas respiraciones que confirmaban que se encontraban por fin dormidas.

Con el mayor de los cuidados y no sin dificultad, se deslizó de su futón. Sin su improvisada muleta le sería más difícil salir de la choza pero no podía arriesgarse a despertarlas. Se mordió su labio aguantando el dolor de su peso sobre su pierna más lesionada. Con paso suave se dirigió hacia el área donde mantenían los materiales de curación, tomó unas vendas y hierbas y las metió en su obi, agradeció que Kaede le hubiera dejado listo un recipiente de bambú con más de su infusión por si la fiebre se hacía presente. Lo tomó también y salió de la choza lo más sigilosa que pudo.

Una vez fuera, se apoyó en su muleta y empezó a caminar en dirección a la presencia que conocía tan bien. Estaba cerca, podía sentirlo.

Tras unos minutos y calculando que estaba lo suficiente alejada de la choza para que la escucharan abrió la boca para llamarlo…

InuYasha!- se sorprendió al verlo aparecer frente a ella, la repentina aparición le hizo perder el equilibrio, afortunadamente sus rápidos reflejos la salvaron de una caída al tomarla de la cintura.

INUYASHA´S POV

No había pasado la tranquila tarde que esperaba después de iniciar su patrullaje. Se había topado con un demonio Oso que lo había atacado en búsqueda de hacerse con la perla. Los rumores habían corrido y ahora sabían que él era lo único que protegía a Kikyo.

Había estado demasiado distraído y aunque lo había derrotado, el youkai había alcanzado a herirlo con una de sus garras en el hombro y ahora tenía que lidiar con el escozor de una herida que habría sanado en unas horas de no ser por la proximidad de la luna nueva.

Paró en un árbol con gigantescas ramas, en el lago se aseguró de limpiarlas adecuadamente y usarlas como vendaje para la herida, lavó la sangre de su ahori y kosode y se dirigió a la choza de Kikyo. Por lo menos tendría una cena decente.

Se sorprendió del delicioso aroma y el cálido recibimiento por la ojicafé con el que fue recibido. Pronto se enteró que la mujer del futuro había cocinado. La comida era realmente deliciosa. Casi se atrevía a decir que no había probado algo tan bueno desde que su madre le cocinaba de pequeño, no era conocido que una princesa cocinara pero el palacio se rehusaba a preparar su comida, por lo que su madre había aprendido a alimentarlo.

Todo había ido bien hasta que sintió el corazón de la mujer empezar a latir con mayor rapidez y su aroma a teñirse de preocupación. Después las tensiones entre ella y Kikyo se habían presentado, manteniéndolo completamente incómodo.

Admiraba la seguridad de la chica, era impresionante saber que podía usar su poder no solo para sanar a otros sino a ella misma. Él nunca había visto a Kikyo hacer algo similar. ¿realmente podría hacerlo en 3 días? esperaba que no, no porque no deseara que mejorará, cuando antes mejor pero en 3 días sería su noche humana y no deseaba viajar.

Esa noche había presenciado otra gran diferencia entre las dos sacerdotisas. Kikyo le había incluido en sus planes de búsqueda de Naraku sin antes consultarlo, es cierto que nunca se oponía a sus deseos pero Kagome le había pedido su aprobación tan naturalmente que le había dejado pensando que algunas veces, sí que quería ser tomado en cuenta para ciertas decisiones.

En general la cena fue un poco tensa pero no por eso menos deliciosa. Esperaba poder volver a comer esos platillos.

A la salida y tras evaluar que estaba ligeramente herido, consideró lo más prudente quedarse cerca para vigilar a las mujeres. Su sangre estaba derramada en el bosque por lo que otros podían tomarlo como una invitación a atacar al saberlo herido. Pero cerca de Kikyo, lo pensarían dos veces.

Estaba recargado sobre un árbol, atento a los sonidos de la noche, cuando la escuchó agitada. El inconfundible y suave aroma le dijo que venía en su dirección - ¿qué hace a estas horas? -se dirigió a su encuentro para llevarla de vuelta.

Mujer loca, que haces caminando en medio de la noche y en tu condición! - le regañó mientras la tomaba en brazos al verla perder el equilibrio.

-¡Gracias y…lo siento! pero no podía dormir sabiendo que estabas herido - sintió su cuerpo tensarse - ¿cómo demonios sabe que estoy herido?

-¿cómo sabes…- la chica le contestó antes de que pudiera terminar su pregunta.

-Noté que tu ahori estaba húmedo y tienes una mancha de sangre en tu hombro- le dijo acercándose peligrosamente a su rostro mientras movía su cabello, dejando expuesta la tela que cubría su herida - era más pequeña hace una hora - el aroma a preocupación que expedía lo descolocó un poco - ¿estaba preocupada por él? ¿por sus heridas? ¿cómo había podido deducir tanto con tan poco ? - Será mejor que la vendemos, ¿podrías acompañarme al riachuelo? así el aroma de tu sangre no atraerá a nadie - se sorprendió del inteligente comentario al conocer el poder del aroma a sangre. Pero lo que lo tenía más que shock era su interés en curar su herida. Era la primera vez que alguien se ofrecía a ayudarle o se preocupaba por su bienestar de esa manera. ¡Ella era una sacerdotisa! - ¡Con un demonio! -se enojó- Kikyo nunca había tratado sus heridas aunque sabía que las tenía cuando lidiaban con un demonio particularmente peligroso, le importaba más manchar su aura con tu youki que con el de deplorables humanos y bandidos, a ellos los atendía con el mayor de los cuidados y no realizaba un ritual de purificación cada vez que los tocaba…porque eran…humanos. Y esta extraña mujer…Kagome, deseaba curarlo, se preocupaba por él un hanyou, que acababa de conocer.- Su cuerpo nuevamente se movió en automático y la tomó en brazos dirigiéndose al riachuelo.

-¡InuYasha, puedo caminar, no lo decía para que me cargaras, no deberías poner peso en la herida….- La ignoró aún tratando de asimilar lo que estaba pasando. Él había pasado por peores cosas, si, escocía y le dolía un poco pero no se comparaba con las heridas de ella, y aún así, le había buscado, para ayudarlo. -InuYasha, bájame por favor - seguía pidiéndole con menos fuerza - argh eres tan terco - le dijo resignada soltando un hondo suspiro y dejando por fin que su cuerpo se recargara en él.

En cortos minutos estuvieron en el riachuelo. Buscó una roca cómoda para poder dejarla sentada.

-Gracias…podrías traerme un poco de agua y lavar una roca pequeña -le pidió sacando las vendas de su obi y un pequeño recipiente plano, había visto a Kaede moler hierbas en él. Regresó con un cuenco lleno de agua y la roca que le había pedido.

-Bebe un poco, -le ofreció el bambú, te ayudará a sanar más rápido. Bebió sin hacer preguntas. El líquido era asqueroso -Lo sé, no es muy sabroso, pero es muy efectivo -le dijo divertida.

-Ahora, ¿me puedes mostrar la herida para ver cuanta pasta necesito?- se tensó y sintió el sonrojo apoderarse de su rostro sin poder evitarlo. Ella le sonrío y rehuyó su mirada tratando de desaparecerlo sin mucho éxito. -¿no puedes curar una herida sobre la ropa Baka? ¿Qué esperabas? - podía sentir el nerviosismo apoderarse de su cuerpo.

-No debes preocuparte, no me desmayaré al ver sangre, si de algo estoy orgullosa es de mi habilidad para curar heridas -le dijo segura.

Si tan solo supiera que no es eso lo que lo tenía nervioso. Nunca había mostrado su cuerpo desde que los niños del palacio le llamaban anormal y aventaban piedras cada vez que deseaba bañarse en el lago.

Se movió lentamente y se sentó de espaldas a ella de esa manera podía tener acceso a la herida sin ver demasiado. Llevó sus manos hacia el nudo de su ahori.

-¿Voy a atar tu cabello para que no esté en el camino de acuerdo?- asintió incapaz de decir nada más aún abrumado por toda la situación -¿qué estoy haciendo? ¿por qué no puedo solo…negarme? - En el fondo sabía que anhelaba esa clase de cuidado. Se estremeció al sentir las pequeñas manos de Kagome tomar su cabello con cuidado. Sintió sus dedos peinarle ligeramente ocasionando una deliciosa y hasta ese momento desconocida sensación. La caricia terminó demasiado rápido para su gusto. Deshanudo valientemente el nudo de su ahori y lo dejó caer a su cintura. Le siguió su blanco kosode.

-Fue muy listo de tu parte cubrir la herida con una hoja limpia. -le comentó al ver su improvisado vendaje.

-Voy a retirarla y limpiar un poco - asintió, agradeciendo que le avisara antes de tocarlo.

-Lamento si mis manos están un poco frías por el agua - se disculpó antes de retirar la hoja. Exhaló el aire que no sabía estaba conteniendo cuando sintió las suaves manos de Kagome inspeccionar los bordes de su herida. - ¿Qué tipo de youkai fue? - le preguntó curiosa.

-Oso -

-Ya veo, entonces no hay que preocuparse por veneno, excelente - la escuchó respirar aliviada. Con extremo cuidado, la sintió limpiar su herida, en ningún momento el aroma a repulsión o asco provino de ella.

-¿por qué no te doy asco? -la pregunta salió antes de que pudiera contenerla. La sintió parar por un segundo para resumir su limpieza.

-¿Por qué habría de sentir asco? te he dicho que vi heridas peores, he tenido que coser literalmente piel y músculo, - Por alguna razón podía imaginarla haciendo aquello - ¿porque eres mitad demonio, mitad youkai? - se tensó al escucharle mencionar su origen - te he dicho ya varias veces que eso a mi no me importa - la calidez de su toque se fué y se sintió molesto por querer que siguiera atendiéndolo. La escuchó machacar algunas hierbas - entiendo que has recibido toda clase de comentarios por tu origen, por como luces - se sintió tensar nuevamente - le gente le teme a lo desconocido y a lo que envidian, espero que no creas que tus orejas, tus garras, ojos o colmillos te hacen poco atractivo, ya quisieran miles de hombres tener tu físico, - ¿atractivo? ¿él? - si critican tus rasgos distintivos es porque no les parece justo, que seas más poderoso que ellos y además luzcas como lo haces, ¿gracioso cierto?, creo que lo sabes pero los humanos somos, celosos y egoístas por naturaleza - le dijo divertida mientras retomaba sus cuidados poniendo una pasta de hierbas sobre su herida.-arderá un poco pero en unos minutos sentirás el alivio - le indicó empezando a vendarle. -no creo que youkais o humanos sean mejor unos que otros, cada quien tiene sus fortalezas y sus debilidades. Todos cometemos errores, Todos tenemos la capacidad de odiar, de amar y perdonar. De hacer el bien o el mal.

Comentarios Finales:

Muchas gracias por sus reviews. Son los que me motivan y me dan energía para desvelarme cada fin de semana después de una agotadora semana. Le recuerdo que ya está disponible el capítulo 6 de esta historia en mi página principal la cual pueden encontrar en mi facebook Taisho Fanfics.

En mi página está publicado también la continuación de 11:11

Les agradezco infinitamente el amor que le han dado a mis historias.

Espero que disfruten el nuevo capítulo.

Nos leemos.

Mata ne!