Disclaimer: Todos los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi, yo sólo los he tomado prestados para entretenerme un rato. En cuanto a Yoko, Rioko, el Señor de ambos: Hiroki, Nishido y Yume, son una invención mía, así que si alguien quiere que se los preste me avisa primero.^^

Disculpas: Las dejo para el final de este capítulo, no crean que me olvido... Ç_Ç

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Extraña obsesión

Capítulo VIII

De camino al sur, Sango, Miroku y Shippo siguieron con cierta dificultad las pistas de un tal Nishido. Las historias que escuchaban conforme avanzaban se iban tornando más congruentes, y aunque la marcha era lenta, también era segura.

Llegados a cierto punto, un rumor casi les hizo perder las esperanzas, y por poco acaban creyendo que habían tomado el camino equivocado, habían escuchado que ese tal Nishido había dejado el mundo de los vivos cuanto menos una década atrás. Pero no era algo muy concreto. El caso es que en todo el trayecto habían estado esperando que Inuyasha les diera alcance, pero no había dado señales de vida.

Ya estaban a punto de desandar el camino de regreso a la aldea de Kaede, cuando por fin escucharon hablar de un extraño y petulante sujeto vestido de rojo, que andaba buscando a una muchacha cuya descripción coincidía con la de Kagome.

Sango y Miroku intercambiaron sendas miradas de inteligencia. – ¡Ese era Inuyasha! -- Exclamaron al unísono.

– ¡El cabeza de perro nos lleva la delantera! – Exclamó el kitzune.

– En ese caso debemos darnos prisa, puesto que nos lleva poco más de un día de distancia.

– Tal vez ya haya encontrado a la señorita Kagome.

– ¡Más le vale! – Berreó Shippo. – ¡Todo esto es por su culpa! Aunque diga lo contrario, yo creo que sí le hizo algo a Kagome.

– Excelencia... ¿Usted cree que un nuevo enemigo se haya llevado a Kagome para encontrar la Shikon no Tama?

– Es lo más probable. Pero no debemos desesperar, que de ser así la vida de la señorita Kagome no estará en peligro.

– Tiene razón.

Aún cuando las palabras de Miroku tenían mucho sentido, la preocupación de Sango aumentaba conforme pasaba el tiempo. El hecho de que Inuyasha les llevara alguna ventaja era algo alentador, pero no lo suficiente como para recobrar la calma.

Se alejaron de aquel último poblado aún cuando la tarde estaba ya al caer. Acamparían a un lado del camino, brevemente, no tenían tiempo para perder. Avanzaron hasta que no contaron con la luz suficiente para continuar, Shippo ya se había quedado dormido, agotado más que nada por la angustia de no dar con el paradero de su querida Kagome. Kirara lo había cargado durante todo el trayecto, y ahora lo cubría en un gesto protector con su peluda anatomía. No pasó mucho tiempo desde entonces hasta que por fin todos se quedaron dormidos.

Ya muy entrada la noche, un murmullo perturbó la paz del campamento.

Una oscura figura se aproximó con sigilo al sitio en que los compañeros dormían... como buscando algo... Estaba muy seguro y muy confiado de su habilidad para pasar inadvertido, tanto que no pudo reaccionar cuando el báculo del houshi se cernió sobre él mientras que se hallaba enfrascado en la búsqueda de quién sabe qué...

– Alto ahí, quién quiera que seas.

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El petulante e irrespetuoso hanyou se había lanzado a la carrera hacia el castillo de su amo. Tenía que detenerlo cuanto antes, como fuera, tenía que evitar lo que sería un seguro enfrentamiento, porque el tal Inuyasha era un impulsivo y era evidente que no sabía de medir consecuencias.

Lo que más le preocupaba a Yoko, era que Hiroki le fuera a dar muerte, porque él lo necesitaba para que se llevara a la humana de allí, cuanto antes mejor.

Haciendo un gran esfuerzo, pues estaba cansado del largo viaje y ya estaba viejo, le dio alcance, quedando de pie frente al hanyou.

– ¡Detente! – Exclamó con autoridad, o más bien a modo de advertencia.

– ¡Sal de mi camino, anciano! Ni sueñes con que vas a detenerme ahora.

– ¿En verdad lo crees? – Ironizó Yoko. – Pues tal vez tengas algo de razón, pero si no soy yo, te detendrá alguien más, y te aseguro que será en carácter definitivo.

– ¿Qué quieres decir? – Inquirió con impaciencia. Sabía que aquel viejo no alardeaba.

– Que mi amo se encargará de destrozarte antes de saber siquiera quien eres o a qué has venido. Si quieres recuperar a la muchacha, será mejor que vengas conmigo y que me hagas algo de caso, porque de lo contrario...

– ¡Ya déjate de amenazas! No creo nada de lo que dices, anciano. Así que apártate de mi camino.

Tomó a Yoko por sorpresa y lo arrojó lejos, con un solo movimiento. El youkai recibió tremendo golpe al caer, tanto que le costó recuperar el completo dominio de sí. Para cuando lo hubo conseguido, el irascible hanyou estaba ya muy lejos como para que le volviera a dar alcance.

El castillo de Hiroki, se percibía cada vez más tenebroso a medida que Inuyasha se acercaba. ¿Quién demonios podía haber secuestrado a Kagome? ¿Y para qué la querían?

El anciano había dicho que ella estaba bien, pero que había llegado muy lastimada. La verdad es que no creía en la palabra del sujeto, pero debía darle algún crédito después de todo, puesto que le había guiado hasta ella. Aunque estaba en poder de alguien más a quien llamaba "amo". ¿Quién demonios sería?

Llegado a las puertas del castillo, estas se abrieron como en una invitación, chirriando las bisagras de las pesadas hojas de madera maciza. Inuyasha ingresó con cautela, aminorando el ritmo de la marcha. Apenas hubo avanzado una decena de pasos cuando las puertas se cerraron a sus espaldas y luego se hizo a su alrededor la más cerrada oscuridad.

"¡Maldición! ¡Una trampa!"

¿Pero cómo no se había dado cuenta? ¿Cómo era que no lo había presentido?

Le extraño sobremanera que ningún demonio o guardia le hubiera salido al paso... todo aquello era muy extraño.

Continuó avanzando, guiado por su olfato. Cada vez el aroma de Kagome se hacía más fuerte... estaba cerca, muy cerca... y cuando menos no estaba herida, porque no podía percibir el olor de su sangre, ni el de ninguna otra.

Por fin vislumbró un tenue resplandor al final del largo corredor por el cual transitaba.

"Kagome, ahí estás."

Apresuró el paso.

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Muy tranquila estaba Kagome sentada a la cabecera de la gran mesa del comedor, había estado recorriendo el castillo por largo rato cuando la repentina oscuridad la atrapó esta vez en un lugar conocido y menos lúgubre que los estrechos pasillos. Estaba cansada de tanto andar, así que tanteó con las manos hasta dar con el borde de la mesa y luego tomó asiento y apoyó frustrada la cabeza sobre sus brazos cruzados.

No podía acostumbrarse a aquellos cambios tan bruscos e inesperados, eso de no saber cuándo la sorprendería la oscuridad total, era algo que la tenía a mal traer, pero que se empeñaba en disimular, en parte por no desairar a su anfitrión que se había comportado muy amable y considerado con ella, en parte porque a pesar de todo, ya no sentía temor. En el transcurso de aquellos días, se había perdido confrecuencia, pero ya no se detenía a llorar como una niñita asustada sino que en el peor de los casos se limitaba a permanecer a la espera, ya fuera de la luz, ya fuera de Hiroki, que por razones desconocidas siempre se daba cuenta de sus situación y acudía a socorrerla.

Por extraño que pareciera, debía admitir que la presencia de Hiroki la hacía sentir segura más allá de todo, más allá de que fuera un demonio... más allá de que al mismo tiempo su presencia la pusiera algo nerviosa, vaya uno a saber por qué.

Reflexionó en medio de la oscuridad, no teniendo nada mejor que hacer. Reflexionó acerca de su situación, trató de recordar algo de su pasado, pero no lo consiguió... Y al fin se quedó dormida, en total despreocupación.

Tan profundo y apacible era su sueño que no notó el momento en que se volvió a hacer la luz, ni tampoco oyó los pasos de alguien que se acercaba a ella a gran velocidad, derribando todo cuanto les entorpecía el camino...

– ¡Kagome!

"¿Quién podrá ser?" Se preguntó entre sueños.

– ¡Kagome! ¿Quién te hizo esto?

"Eso, Kagome, quién te hizo... ¿En dónde estás?"

– ¡Kagome, responde por lo que más quieras!

"Eso, Kagome, respóndele de una buena vez para que se calle al fin y me deje dormir."

Entonces sintió una fuerte sacudida que la jaló del mundo de los sueños a la realidad. – ¿Pero, qué...? – comenzó a quejarse ante la brusquedad con que la habían despertado.

Kagome abrió los ojos y parpadeó repetidas veces para aclarar la vista, entonces distinguió a un sujeto que nunca había visto, y que la miraba con expresión preocupada que de a poco se volvía en una de alivio a medida que ella despertaba.

– Kagome, ¿estás bien? – Preguntó el sujeto vertido de rojo que la sostenía con fuerza por los hombros.

La muchacha lo miraba perpleja y silenciosa. Trataba de digerir lo que estaba pasando, y cuando al fin lo hubo hecho, el pánico hizo presa de ella. Un Youkai desconocido la tenía entre sus manos. ¡Por Kami! – ¡AAAAAAAAAHHHHHHHH!

El grito de la joven se hizo oír en todo el castillo.

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La oscuridad se hizo una vez más y complacido notó que no se percibía el olor del temor en el ambiente. Esa era una buena señal, pensó, porque quería decir que "ella" estaba habituándose al castillo.

Por otro lado, también estaba complacido porque era evidente que ya le había perdido el miedo. Claro que aún le preocupaba lo concerniente al pasado de la joven, necesitaba saber qué era lo que le había sucedido, porqué la habían atacado en ese modo tan bestial. Al parecer, ella había sabido defenderse hasta cierto punto, de otro modo no habría sobrevivido. Por suerte era una criatura fuerte, sí fuerte y determinada, o nunca le habría aceptado como anfitrión, sino que habría tratado de escapar por todos los medios.

Mientras recorría los largos pasajes de la derruida construcción, pensaba en el pasado y lo comparaba con el presente más reciente. Sonrió involuntariamente al recordar los problemas que Yume le había dado hasta que por fin se convenciera de que no iba a hacerle daño. ¡Demonios! Esta joven desconocida era más valiente aún que Yume. Por alguna razón, eso lo hacía henchirse de orgullo, y por primera vez en mucho tiempo se sentía... ¿feliz?

¡AAAAAAAAAHHHHHHHH!

Hiroki se sobresaltó al oír el grito de la muchacha. Era un grito de terror, y era tan fuerte que había retumbado por todas partes, confundiéndolo. Así que recurrió a su aguzado sentido del olfato y detectó el olor de ella, pero detectó también el olor de alguien más, un desconocido... "¡Un demonio!"

Corrió por los pasillos a toda velocidad, maldiciéndose a sí mismo entre dientes por ser tan descuidado y no haberse percatado antes de la presencia del intruso. Ah... pero quien fuera, se la pagaría muy cara, no sólo por irrumpir en sus dominios, sino por atacar a la joven, y más le valía no haberla lastimada para cuando él llegara, porque lo desmembraría lenta y dolorosamente antes de quitarle la vida.

Abrió la puerta del comedor, casi llevándosela por delante, y entonces vio al sujeto que sostenía a "su tesoro" por los hombros. Ella estaba forcejeando con el tipo y le ordenaba que la soltara de inmediato.

Al ver la escena, Hiroki soltó un rugido que casi los dejó a todos sordos, un rugido casi tan amenazador como los llameantes ojos amatistas que casi si habían vuelto púrpuras por la furia.

Ni bien le vio, Inuyasha apenas si alcanzó a apartar a Kagome de su lado, y ya se disponía a trabar batalla con el desconocido... pero este no le dio tiempo para intentar defenderse ni mucho menos intentar algún ataque. – ¡Apártate de ella, ahora mismo! – Exclamo el Taiyoukai y acto seguido se abalanzó sobre el hanyou y de un solo golpe lo apartó de la muchacha, estampándolo contra la pared más alejada del salón.

El sujeto era tan fuerte y el ataque le había tomado tan por sorpresa, que el golpe que recibiera Inuyasha le dejó fuera de combate, perdiendo el conocimiento casi instantáneamente. Antes de hacerlo, una de sus manos se intentó alcanzar la empuñadura de su espada, y de sus labios se escuchó como en un suspiro: – Ka - go - me...

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Continuará...

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Notas de la autora:

Ante todo, les pido a todos los que siguen este fic, infinitas disculpas por la demora tan vergonzosa. No tengo palabras para disculparme, créanme, y me siento muy mal por ello, aún cuando tuve razones de peso para ausentarme tanto tiempo. Verán, mi PC estuvo fuera de servicio por más de un mes y medio, y como podía contar con las del colegio o la de mis padres para hacer los trabajos de estudio, nadie se apuró en repararla, hasta ahora... Así que las disculpas van tanto para los lectores de "Extraña obsesión", como para los escritores de los fics a quienes les debo mis saludos. Ando triste con todos estos contratiempos, y no he podido leer ningún fic en todo este tiempo, así que les anuncio que en cuanto me ponga al corriente de sus historias, les dejaré el comentario correspondiente.

En cuanto a los reviews que me habían dejado por el cap. VII:

Sheila: Veamos... A Hiroki le llama la atención el parecido de ambas mujeres, pero sólo en un principio, él está bien consciente de que son dos personas distintas, pero de ambas le atraen las mismas cualidades que van más allá del aspecto físico... Bueno, espero que se entienda la diferencia luego de esta explicación, puesto que en el relato no queda muy claro. Muchos saludos y espera mi comentario acerca de tu fic... por lo que he visto tengo bastaaante que leer para ponerme al día Ç_Ç

Carito: Bien, ya habrá más noticias de Miroku y la "pandilla", todavía no les toca intervenir directamente en el conflicto, pero no falta mucho. Espero que tu estado de ánimo haya mejorado y muchas gracias por tus comentarios. ^^

Sheyla K-Chan: Una nueva lectora, y por lo que veo, escritora también. ^_^ Ten por seguro que leeré tus fics, es una adicción para mí leer fics, y mayormente comienzo por los de mis lectores (hasta ahora nunca me he sentido decepcionada)... sólo que en todo este tiempo no he podido leer ninguno... snif... Muchas gracias por dejar tu review. ^^

Alejandra: Me alegro de que te guste mi fic, y te agradezco mucho el que hayas dejado tu comentario para hacérmelo saber. Espero que la actualización haya sido de tu agrado. Muchos saludos y gracias de nuevo. ^^

Ya he terminado por el día de hoy. Espero no haberlos decepcionado con este cap. y si no surgen nuevos contratiempos (cruzo los dedos y toco madera para que eso no pase), estaré actualizando pronto.

Me disculpo con todos una vez más.

Gracias por leer hasta aquí.

Leyla^^