SNAKE RIVER

Capítulo 1

10 Enero 2007

Consulta del Dr. Gupton

Weiser, Idaho

Kath llamó a la puerta y entró en cuanto la alegre voz del Dr. le dio permiso.

– Buenos días, Dr.

– ¡Hola Kath! – saludó alegre – Llegas tan puntual como siempre

Kath sonrió tímidamente mientras se sentaba en uno de los cómodos sillones de la consulta.

– ¿Quieres tomar algo? ¿Agua, café, té…? – este era el ritual con el que el Dr. comenzaba siempre sus sesiones.

Kath también se mantuvo en su respuesta habitual

– Agua, por favor.

Tras servirle un vaso, Gupton se sentó junto a ella con su taza de café.

– ¿Qué tal está el pequeño Danny?

Kath sonrió a la vez que suspiraba.

– Los terribles dos años ¿eh? – respondió en su lugar el propio Dr. con una carcajada – Aun recuerdo cuando Emily cumplió los dos años… le juré a mi esposa que si teníamos otro hijo me ocultaría en alguna cueva hasta que hubiese cumplido los 18. Bueno – cambió de tema con una ligera palmada – Cuéntame… ¿Qué tal has pasado las navidades?

– Bien – contestó Kath encogiéndose ligeramente de hombros. Si pretendía sonar convincente no había hecho un gran trabajo.

– ¡Genial! – repuso sarcástico el Dr. – Entonces podemos dar por finalizada la sesión de hoy… soy 500 dólares – finalizó riendo mientras extendía su mano teatralmente.

Kath rió ligeramente y bajó la mirada hacia sus manos que reposaban entrelazadas sobre el regazo.

– Vamos Kath – la animó con dulzura el Dr. – Sabes que estoy aquí para ayudarte. Es normal que estos días te hayan resultado algo más duros. En los últimos meses has hecho grandes progresos pero ya te advertí que era muy probable que a causa de estas fechas volvieses a tener algunas pesadillas.

Kath respiró profundamente mientras Gupton la observaba.

– He pasado las navidades bien… hasta hace una semana.

– ¿Pesadilla? – preguntó despacio mientras daba un pequeño trago al café

– Ahá – confirmó Kath con un rápido movimiento de cabeza – Pero nada fuera de lo habitual… Ya sabe – sonrió nerviosa mientras tragaba con dificultad – Yo… yo le disparo…

– ¿Al hombre del uniforme? – el Dr. conocía perfectamente los detalles de esa pesadilla que tantas noches había despertado a Kath.

– Sí… – Kath permaneció en silencio unos segundos. Sabía que el Dr. estaba esperando a que continuase relatando el sueño, pero como siempre, ella trataba de ganar tiempo, con la esperanza de que algo o alguien les interrumpiese. Esta vez tampoco hubo suerte – …luego el hombre junto a mi saca su arma y le dispara dos veces más y a continuación se acerca a mi y me besa.

– ¿Y tus sensaciones?

Kath suspiró profundamente y cerró los ojos para tratar de concentrarse. La primera vez que el Dr. Gupton le había hecho esa pregunta le había pedido que se centrase en las sensaciones que le provocaban cada una de las acciones del sueño. Tras haber hecho este ejercicio cantidad de veces, sabía de memoria lo que le hacía sentir, pero siempre probaba otra vez con la esperanza de encontrar algo nuevo.

– Al principio… al… al dispararle las 3 veces… no… no siento nada… tal vez un poco de miedo.

– ¿Qué es lo que te da miedo?

– No… no lo sé

– ¿Te molesta estar matando a alguien a sangre fría?

– No… no – la voz de Kath siempre se quebraba en ese momento. ¿Cómo era posible no sentir prácticamente nada cuando se le estaba arrebatando la vida a alguien?

Conocedor de los conflictos que tenía Kath con sus propios sentimientos en ese punto, el Dr. la animó a continuar

– ¿Y luego?

– No tengo tiempo de reaccionar. Antes de que pueda evitarlo el otro hombre ha sacado su arma y está disparando.

– ¡Ep! – exclamó el Dr. sin darse cuenta y Kath abrió los ojos rápidamente. – Eso es nuevo – si su rostro era alguna indicación esto había sido tan sorprendente para Kath como para él mismo. - ¿Qué es lo que no puedes evitar? Tu ya has disparado 3 veces al hombre del uniforme. ¿Qué importancia tienen otros dos disparos después de eso?

Kath sacudió la cabeza aun con rostro sorprendido.

– No sé… No sé por qué he dicho eso.

Gupton la observó en silencio durante unos segundos.

– Bueno – decidió sonriendo – ya volveremos a eso. ¿Qué sientes a continuación de que el hombre dispare?

Kath cerró los ojos de nuevo y volvió a respirar profundamente.

– De pronto siento terror… y un vacío… como una pena profunda. Luego el vacío se hace más intenso… ya no siento nada. El hombre me besa y yo no siento nada.

Por más que la recordara una y otra vez, la pesadilla siempre le hacia estremecerse así que abrió los ojos despacio buscando la mirada tranquilizadora del Dr.

Gupton carraspeó.

– Kath – con el tono con el que había pronunciado su nombre ella ya sabía lo que venía a continuación – sé que es una posibilidad que no te gusta contemplar, pero deberíamos tratar este sueño como lo que creo que es. - ella bajó la mirada mientras apretaba sus manos con fuerza – Aunque fuese un recuerdo que tratase de salir a la luz no cambiaría nada…

– Me convertiría en una asesina. – murmuró con voz triste

– No. Kath – el Dr. repitió su nombre buscando su mirada – tienes un gran corazón. Si en el pasado tuviste que matar seguro que fue por alguna razón… Si tratas de recordar y dejas de luchar por mantener bloqueada tu memoria, tal vez descubras que no es lo que parece.

– ¿Y si resulta ser peor de lo que parece? – el tono de Kath había adquirido un tono frío y duro muy poco habitual en ella que sorprendió enormemente a Gupton aunque este trató de ocultar su asombro.

Suspiró despacio antes de contestar.

– Si es así tendrás que enfrentarte a ello.

Continuará…