Capítulo 3
19 Enero 2007
Oficina del Sheriff
Weiser, Idaho
Josh alzó la vista de la pantalla de su ordenador en cuanto oyó la puerta y una amplia sonrisa se instaló de inmediato en su rostro al reconocer a la visitante.
Kath levantó la mano despacio en forma de saludo mientras sonreía.
– Hola Josh
– Hola – respondió él suavemente. Muchos se lo habían advertido… parecía estúpido cuando Kath estaba cerca. Pero no podía remediarlo. Le parecía la mujer más hermosa del mundo y sus neuronas se convertían en un puré gelatinoso solo con que ella le mirase. Carraspeó tratando de recuperarse – Que… ¿Qué te trae por aquí? – preguntó señalado una de las sillas frente a su escritorio.
Ella se sentó y durante un instante permaneció en silencio desviando ligeramente la mirada.
– Yo… dijiste que podrías ayudarme con… con… el asunto de los papeles y…
– Tus documentos personales – finalizó Josh en su lugar y ella asintió. – Por supuesto. Hay que rellenar un par de hojas – abrió el archivador de su derecha y comenzó a rebuscar entre las carpetas - … se adjuntan con una muestra de sangre y tus huellas dactilares y las enviamos a Boise. - alzó la cabeza de nuevo observando los papeles que había cogido – Aquí están – seleccionando 3 hojas volvió a dejar el resto en una de las carpetas y cerró el archivador – No sé lo que tardaran en responder… nunca… esto es… - dudó mientras trataba de escoger las palabras adecuadas. Por nada del mundo quería que Kath se sintiera incómoda.
– Ya – le interrumpió ella mostrando una pequeña sonrisa – Es una situación poco habitual
Josh asintió y permaneció observándola durante unos segundos.
– ¿Qué te ha hecho decidirte? – preguntó finalmente.
Kath suspiró despacio.
– No sé… quiero tener una vida normal y supongo… supongo que el tener una identidad es el primer paso.
– Bueno – rió Josh tratando de romper la tensión – Pues vamos a darte una vida. Tienes que rellenar estos tres formularios – explicó mientras se los daba y empezaba a rebuscar el tampón de tinta para tomarle las huellas - ¿Ya sabes que apellido vas a coger? – preguntó tratando de sacar un tema de conversación ligero.
Kath alzó la vista con gesto sorprendido.
– ¿Apellido? – preguntó perpleja, como si fuese una palabra desconocida para ella.
– Si… – Josh respondió despacio, dándose una patada metal en el proceso. "Eres un chico muy listo. Has metido la pata hasta el fondo" se recriminó en silencio.
Kath bajó la mirada hacia las hojas que estaba sosteniendo y uno de los apartados a rellenar llamó su atención como si estuviese escrito con letras incandescentes.
"Apellido"
La vista se le nubló durante unos segundos y la cabeza empezó a dolerle como si se la hubiesen golpeado con un bate… desde el interior. Exactamente eso. Algo golpeaba su cerebro tratando de salir.
Y tal cual vino, se fue dejando a Kath ligeramente mareada. Ella alzó la vista rápidamente y se encontró con la mirada preocupada de Josh.
– Kath, ¿te encuentras bien?
– Ahá – logró articular mientras luchaba por volver a la realidad.
– Parecía que… que estuvieses a punto de desmayarte o…
Ella, algo mas repuesta, trató de alejar sus preocupaciones – y con un poco de suerte las suyas propias – con una sonrisa.
– Estoy bien… solo… solo estaba pensando en qué apellido elegir.
Josh pareció relajarse ligeramente, aunque no desapareció su mirada de preocupación.
– Bueno… en la parte posterior de los formularios dan instrucciones para responder a cada pregunta y… sugieren que si hay algún dato que desconoces como por ejemplo el apellido, puedes optar por tu lugar de residencia, un apodo o algo así. –
Kath le dio la vuelta a los documentos y leyó por encima lo que Josh le había indicado – De… de todas formas sería solo… uhm… tem… temporal ¿no? Quiero decir… si te… te casas puedes tomar el apellido de tu esposo… eso… eso si tu quieres, claro – Josh notó como sus propios carrillos se encendían y al ver que Kath le observaba con una expresión indescifrable maldijo en silencio "Genial 'Joshie'. Podrías haberte arrodillado frente a ella con un anillo y no se lo habrías dicho más claro"
Por suerte para él, Kath sonrió con dulzura.
– Gracias Josh, eso es una gran idea.
Josh suspiró despacio tratando de relajarse y de volver a adoptar una actitud más profesional.
Unos pocos minutos más tarde, le había tomado las huellas dactilares a Kath y esta se levantaba para marcharse.
– Mañana me acercaré a la consulta del Dr. Miller para que me tome la muestra de sangre y te la traeré junto con los formularios.
– Yo no tengo prisa pero ya sabes que cuanto antes los traigas antes los podremos enviar y antes recibiremos una respuesta. No creo que haya ningún problema – trató de asegurarle – Suelen aceptar la mayoría de solicitudes siempre que no detecten ninguna anomalía. Tal vez más adelante venga alguien a hacerte una entrevista, pero en tu caso será una simple formalidad.
Kath le dio las gracias de nuevo con una gran sonrisa pero antes de que pudiese salir por la puerta Josh la llamó.
– Kath… crees… tal vez… ¿te gustaría que fuésemos a cenar alguna noche?
Ella sonrió ligeramente a pesar de que sus ojos se habían llenado de tristeza.
– Tal vez… tal vez más adelante.
– Claro – aceptó algo desilusionado – Mañana nos vemos
Kath salió por fin de la oficina y Josh se dejó caer en su silla. Otra vez. Le había rechazado otra vez. Y a pesar de eso otro día lo volvería a intentar. Ella nunca había dicho 'no'. Siempre lo aplazaba. Y Josh tenía la sensación de que no tenía que ver con él… al menos no totalmente. Ella estaba en una situación difícil; tratando de recomponer una vida de la que no recordaba absolutamente nada. Y él estaba dispuesto a esperar. Le daría a Kath el tiempo que necesitase. Josh había estado seguro de que no encontraría a una mujer igual desde que la vio por primera vez. A pesar del mal estado en el que Kath se encontraba cuando la conoció, supo que fuese quien fuese, era una mujer por la que merecía la pena esperar.
Continuará…
