Capítulo 4

Shinobis en tierra extraña (parte 2)

Un lugar casi en penumbras era el escenario, en donde alguien se escucha corriendo a toda velocidad, por ese pasillo que parecía interminable, la luz casi inexistente de ese lugar lograba que fuera más sofocante. La persona que corría por ese pasillo, después de un tiempo llego a su destino. Abrió una puerta con precaución y miedo; esa habitación si se encontraba completamente a obscuras, en medio de toda esa obscuridad unos ojos lo observaban, unos ojos verdes y penetrantes, como los de un reptil seleccionando a su presa.

—Lord Orochimaru, tenía razón, lo conseguí —anunciaba aquella persona, que aun recuperaba el aliando con jadeos audibles. Saco un pañuelo de su bolsillo— pero dígame, ¿Cómo lo supo?

—Kabuto, cuando observe esa luz negro lejos de aquí —comenzó su relato al tiempo que algunas velas se encendieron en la habitación, la penumbra desapareció, en parte— pude ver a la perfección como un destello rosado salió de ahí; para mi suerte, cayo en las cercanías, sin duda debía tratarse de algo interesante —observo el pañuelo que traía Kabuto. Su subordinado desenvolvió el pañuelo y mostro aquella cosa extraña, no le daba confianza así que nunca lo toco sin la protección de algo. Orochimaru la vio y la tomo sin titubeos.

—Cuidado señor, no sabemos que pueda ser o hacer esa cosa —Advirtió Kabuto a su señor.

El Sannin carcajeo, al tomar ese objeto de rosado se tornó a negro— no sé qué sea, pero me brinda un poder extraordinario. Kabuto, analiza esta cosa y dime lo que es.

—sí, lo que puedo decir a simple vista, es que parece un trozo de algo, al parecer está incompleto, le hare unos estudios y lo mantendré al tanto —Kabuto tomo el objeto, con la precaución del pañuelo y se fue a su laboratorio. Después de algunas horas y varios experimentos, regreso con su señor y dio los resultados— lord Orochimaru, este objeto no es ningún material que yo conozca, pero la energía que emana de ella es tan poderosa —se quedó pensando un momento— que me atrevo a decir que podría ser más energía que la del kyuubi de Konoha, y no solo eso, descubrí que se le pueden dar varios usos y puede ser seccionada, y sus trozo no pierden propiedades —saco y comenzó a visualizar un tabla de resultados que tenía consigo— Utilice sujetos de prueba; el primero: sujeto de mediana edad, padecía enfermedades graves, su muerte era cuestión de tiempo, al introducir un fragmento en su cuerpo, las enfermedades desaparecieron, pero al removerlo, como era de esperar, regresaron al instante. Segundo sujeto; mediana edad, un cadáver, quise ir mas allá de lo lógico, introduje el fragmento, el resultado no fue inmediato, pero después de unos segundos, comenzó a manifestar signos vitales, despertó confundido de lo que pasaba— una leve sonrisa mostro Kabuto— al igual que el primero, al remover el fragmento los efectos desaparecieron. Para finalizar solo queda agregar que en ambos casos, los sujetos sufrieron un exponencial incremento de energía, se volvieron más fuertes.

—Bien hecho Kabuto. Con que más poderoso que el kyuubi —sonrió y comenzó a visualizar sus objetivos— es tiempo de buscar su origen y encontrar el resto. Al mismo tiempo comenzar a aprovechar este poder.

— ¿De qué forma? —pregunto Kabuto, acomodo sus anteojos y espero sus indicaciones.

—Puede curar cualquier enfermedad, entonces le daré un uso curativo.

—Ya veo, así que piensa usarla con él —Orochimaru y Kabuto comenzaron a caminar en los pasillos de aquel complejo, en su mayoría dominado con sombras. Después de haber pasado varias puertas entraron por la que buscaban, una camilla rodeada por artilugios médicos era lo que se observaba, todos esos aparatos conectado a la persona en la cama, Kabuto reviso las lecturas, observo el estado de la persona enferma. Su aspecto; un joven delgado, cabello albino y largo— los dolores de tu cuerpo y huesos, son más frecuentes ¿Cierto? —se acomodaba los lentes.

—Tan frecuentes, que dudo si en algunos momentos desaparecen, ¿Por qué me preguntas? Esas cosas te dicen todo no —el joven enfermo, tenía pergaminos en su cara y cuerpo, solo se apreciaba la parte baja de su cara, ya que la superior estaba cubierta.

—Solo para asegurarme, si te soy honesto —Kabuto no dejaba de deslizar los papeles de los documentos entre sus manos, después observo al joven— ya no deberías seguir vivo, es tan solo tu fuerza de voluntad lo que te mantiene con vida.

—Mientras pueda serle de utilidad a Orochimaru-sama, seguiré vivo, solo si el me descarta, entonces ya no tendría sentido mi vida —el joven hablaba con naturalidad, tal vez porque a pesar de no ver, sabía que su señor estaba ahí, todo aquel que lo escuchara hablar no pensaría que estaba tan mal con decía Kabuto, pero el ninja medico sabia de lo que hablaba.

—Tienes suerte, cumpliré tus deseos; te sanare y una vez más serás de utilidad para mí —tomo un trozo de la piedra, unos de los que Kabuto había fragmentado para sus experimentos, lo incrusto en su pecho, donde el joven tenía una marca negra. El joven se levantó y se sentó en la camilla, observaba sus manos al moverlas, apreciaba el movimiento de sus dedos, de sus pies, por su enfermedad el movimiento había sido imposible en mucho tiempo— ¿Cómo te sientes? Kimimaro —pregunta el sannin.

—Con la alegría de volver a estar a sus órdenes —no pedio tiempo para bajar de la camilla y postro su rodilla en el suelo, como un caballero ante la realeza.

—Entonces es hora de irnos —indico Orochimaru, al salir de la habitación volteo a ver a Kabuto— ve por Sasuke, tal vez le interese acompañarnos. El ninja cumplió su orden y fue por él. Al cabo de un tiempo, los cuatro salieron del complejo en la dirección de aquella luz, rumbo al origen de aquella piedra milagrosa. Después de reunir la información en las aldeas cercanas, con algunas cuantas victimas de forma furtiva. Como era de suponer el destino término siendo un hoyo en la tierra— ¿Te parece que este es el origen? —Orochimaru observaba el hoyo que no aparentaba nada fuera de lo normal— baja a investigar —ordeno a Kabuto. Sin titubear el ninja se arrojó. El sannin no tardo en darse cuenta que su subordinado desaparecía, la razón no la sabia, pero no sentía ningún tipo de temor, miedo o peligro al respecto, rio y se dispuso a entrar — ¿Vienes Sasuke?

—No me interesa, pero asegúrate de regresar pronto para continuar con el entrenamiento.

Orochimaru sabía como era el chico Uchiha, por eso mismo se acercó a Kimimaro y dejo algo en sus manos— Kimimaro, tú y Sasuke se harán cargo de todo hasta que regrese —acto seguido salto en el agujero y desapareció.

Kimimaro observo a Sasuke, nunca lo había visto, pero conocía la historia de todo el alboroto que se causó por su llegada— Debemos Dividir el territorio para agilizar su manejo.

—No me interesa vigilar nada, volveré a la cámara de entrenamiento.

—Ya veo, entonces me toca todo a mí, una pregunta más —Cuando Sasuke se retiraba este se detuvo— ¿Dónde están mis compañeros?

Sasuke volteo, sostuvo contacto visual con Kimimaro— Murieron hace tres años, cuando debía llevarme con Orochimaru, al final llegue por mi cuenta.

—Ya veo —Kimimaro se quedó unos instantes en silencio—él sigue estando en la prisión de los fallidos.

—No, esa la destruyo —ahora está en la reforzada del océano del norte, ahí se mandan todos los prisioneros, y cuando Orochimaru decide en que experimentos será de utilidad, lo mandan a la prisión correspondiente. Ahí está a cargo esa chica sensor.

—Al norte, entonces aquí nos separamos —después de eso cada quien tomo su rumbo.

A pesar de que los dos tenían personalidades diferentes y sobre todo, diferente perspectiva de Orochimaru, en algo coincidían y es que todo debía mantener su orden, esto para que los fines de cada uno se mantuvieran intacto, por lo que no estaban contra la idea de prestarse ayuda de ser necesario.

Diversos sucesos ocurrían al mismo tiempo en mucho lados, incluso en mucho mundos, tal vez alguno que ni siquiera lleguemos a conocer. Pero de momento Naruto despertaba en un pantano, despistado y confuso de que ocurría y de donde estaba, el paisaje que sus ojo comenzaba a ver, nunca antes lo habían hecho.

— ¿Dónde estoy? —observaba de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo, incluso de atrás para adelante, muchos movimientos en un instante de confusión— ¡Kakashi, Sakura, Shikamaru! ¿Dónde están? —gritaba con todo el esfuerzo posible, parecía que en cualquier momento un pulmón le saldría por la boca.

—No grites, menos si no sabemos dónde estamos, es una regla básica —Shikamaru se acercaba— No sabes si atraerás amigos o enemigos.

—Shikamaru, ¿Dónde están Kakashi y Sakura?

—No lo sé, llevo un rato tratando de saber dónde estamos —no dejaba de observar el paisaje de su alrededor— este lugar es completamente desconocido para mí y no tiene caso preguntarte a ti.

Naruto puso sus palmas formando un círculo alrededor de su boca— ¡Sakura, Kakashi!

—ya te dije que no grites.

—Soy Soikid y este pantano me pertenece —una voz grave y rasposa se pronunció— ustedes me servirán como alimento —de la tierra mohosa y húmeda, una figura comenzó a emerger. Frente a los ninjas una criatura nunca antes vista apareció, su aspecto; era de un hombre enorme y de gran musculatura, ojos rojos en el centro y rodeados de amarillo, orejas puntiagudas y largas, garras, su piel roja no era fácil de ignorar, en su mano cargaba un enorme mazo de piedra, un poco más grande que Naruto, pero mucho más pesado.

— ¿Qué es esa cosa? —grito Naruto con sus ojos a punto de abandonar su cabeza.

El demonio reía, carcajeaba y corría a su dirección, su propósito; matarlos de una embestida— Primero devorare al enano.

— ¡Viene contra… —una pausa de Naruto, un pensamiento atravesó su cabeza como una flecha— ¿A quién llamas enano? —el miedo ahora era furia. Soikid se movía muy rápido para su enorme tamaño. Naruto por su enojo no alcanzo a reaccionar, el demonio ya lo tenía enfrente dispuesto a darle un tacleo mortal. Se detuvo.

— ¿Qué pasa?, no me puedo mover —usando todas sus fuerzas el demonio no era cabeza de mover un dedo.

Kagemane no jutsu, completado con éxito —Shikamaru con sus manos en posición, atrapo a la criatura con sus sombras— Naruto, acabalo.

—Ahora veras lo que pasa por llamarme enano —invocando un clon de sombras, que comenzó a apoyarle, un poder comenzó a desarrollarse en su mano, corrió contra el demonio— rasengan —grito. El enorme demonio salió volando en una esfera azul, como si salo fuera una pluma recorrió una enorme distancia derribando lo que se cruzara, hasta que finalmente se detuvo y devastado cayó al suelo.

— ¿Cómo es posible? ¿Cómo un niño humano tiene esa fuerza? —fueron las ultimas palaras de Soikid en el suelo. Como si llevara años en esa posición, su cuerpo se comenzó a deshacer, en segundo era hueso y después cenizas que se llevó el viento.

—Shikamaru, ¿Qué rayos era eso?

—No tengo idea, pero es evidente que estamos lejos de Konoha —Ambos comenzaron a caminar en busca de Kakashi y Sakura, para fortuna del joven Nara, ahora si con las debidas precauciones, también era crucial buscar información de donde estaban, si tenían pensado volver a casa y obvio que estaba en sus planes volver.