ficción
Historias de Albert y Candy
presenta
Quédate Conmigo
Por Mayra Exitosa
Para Candy era extraño descubrir cómo pensaba o planeaba su marido, no lo conocía del todo, no sabía nada de él, sabía solo que fue su esposa por un convenio obligatorio, eso estaba más que claro, ella tenía planes que no se llevarían a cabo como estudiar la universidad y él había tenido una novia a la que se vio obligado a dejar, más tenía sus dudas en ese punto, sentía que de alguna manera continuaba teniéndola cerca, para que todo ese tiempo que no estuvieron juntos, la encontrara solo hasta meses después. Así que discretamente escuchaba una conversación, sin que él se diera cuenta comentaba con alguien, sobre un localizador instalado en una maleta de las que habían recogido en el hotel, eso le hacía sospechar de otros detalles que no terminaba de comprender, pues además Albert había llegado a su lado después de salir del hospital, buscando tema habían conversado de que se preocupaba mucho por ella, sobre todo con la posibilidad de tener un supuesto problema legal sobre sus documentos ante su trabajo cómo organizadora de eventos, a tal grado que confirmaba que se haría cargo de todo para que no le llamaran a un juicio laboral por faltar a su empleo. Eso lo sintió extraño, como si quisiera que ella estuviera ¿agradecida o asustada? lo dejaba continuar con todo lo que su marido esplendido estaba exagerando ahora con ella, por lo que en una oportunidad, se sentaba en la estancia tan cómoda de la casa, él iba a volver a llevarla a la habitación para estar juntos de nuevo, como si no tuviera suficiente de estar mostrándole cada parte del lugar solo como pretexto de enseñarle más el lugar, habiendo sido suyo, era más que suficiente de que sabía los pros y contras de la propiedad.
La rubia recordaba que el día que llegó su marido, ella había tomado un relajante natural que le daba sueño, para que durmiera profundamente luego del largo viaje y haber estado estresada por los procesos del hospital, mientras que él había realizado muchas actividades entre otras cosas como dejarla completamente desnuda y pasarlo bien con su cuerpo, cosa que recordaba vagamente al haber yacido con él y respondido a sus caricias, hasta culminar en varias ocasiones en esos sueños que fueron reales. Esa noche que llegó también cambio la programación del calefactor de automático a frío, el equipaje lo había sacado de su habitación y le había ocultado su celular personal, haciendo que no pudiera ayudar en los eventos que tenía programados, sin embargo, su atento marido le aseguró que había enviado personal suficiente a cambio, ya que según había comentado que uno de los administradores había trasladado su contrato a New York, metiéndola en un posible problema legal, al no tener documentos con el nombre de apellido Mc Bride y usar este como seudónimo artístico.
- No te preocupes, mi personal se hará cargo de todo, no tienes nada que temer. Ella no tenía ningún temor, pero la sola frase le hacía desconfiar de alguna manera más de él, pues no entendía porque había cambiado tanto su manera de ser en la isla del cielo como ahora se comportaba, por lo que sospechaba que algo estaba ocultando, así le respondía, - No temo a nada, no hice nada ilegal, use ese nombre, pero ¿leíste mi contrato? - Si, supe que te aseguraste de no verte en problemas, dejaste todo bien estipulado, incluso restricciones por si había problemas sobre caballeros que llegaran a sobrepasarse, podrías tener una indemnización. - Según me comentaste, tres de ellos estuvieron siguiéndome, por lo que puedo usar eso en contra de la administración de los hoteles y hacer que se me liquide por mi retiro debido al acoso de mis superiores. Albert se sintió descubierto, pues ella ignoraba que tras el corporativo de toda la zona hotelera que ella había estado trabajando, él era el directivo principal, de inmediato respondía, - No será necesario, ya me hice cargo de todo. - También había otro detalle en mi contrato, que si había publicidad con mi imagen sin mi autorización, esto sería causa de anulación del contrato ¿cierto?
Albert giraba a verla ahora todo lo que él deseaba usar a su favor, para dejarla más comprometida con su seguridad y poderle poner custodia por ser su esposa para que no se fuera de su lado, resultaba ser usado en su contra dejándolo con la boca suelta, mientras la veía ajustarse un blusón que escondía perfectamente su silueta y su pequeño vientre abultado. Mientras ella continuaba agregando a su conversación, - Me dijiste que vieron mi imagen en el periódico y algunas revistas, eso significa que el contrato quedo anulado desde que salió esa imagen. William estaba petrificado, ella tenía una habilidad mejor que la de él para defenderse, incluso del mismo Johnson podría hacerle firmar un convenio laboral evaluado por ella, ahora sabía que tenía una esposa maravillosa que ni se imaginó jamás esa posibilidad, estaba seguro de que su hijo, quien yacía en su vientre finamente escondido y protegido, tenía a la mejor madre del mundo y si algo le sucedía a él, ella podría defenderlo mejor que todos los Andrew juntos. Era una mente brillante en esa belleza, imposible de creer. - ¡por eso debemos estar juntos, querida! Te prometo no volver a alejarme de ti para nada.
Ella sonrió, sabía claramente que no la amaba pues había sido un matrimonio obligado que lo alejo del amor de su vida que era la actriz Susana Marlow, sin embargo, en cuestión de compatibilidad, él la había encontrado demasiado atractiva a tales grados que le aseguraba que no podía quitarle las manos de encima, por lo que se hallaba más que contento con insistir en encargar un bebe, eso solo le aseguraba su sospecha, ya que no confiaba en contarle que se encontraba embarazada, pues había algo de todo lo que estaba sucediendo que no le terminaba de agradar, ya que la había estado siguiendo todo ese tiempo y se tardó tanto en llegar a ella, coincidiendo con su reciente embarazo, por lo que sospechaba que solo por ello se había decidido a presentarse con ella y que en el fondo continuaba viéndose con la actriz, quizás la quería convencer de ser su amante ya que no podía divorciarse por decreto familiar que los Andrew poseían, pues demostraba tener mucha capacidad para satisfacer a cuanta mujer se le pusiera en frente, había tenido a esa actriz hasta pocos días antes de que lo obligaran a contraer matrimonio, que su amor propio bien podía salir lastimado si se confiaba en que llegaría algún día realmente a amarla.
Continuara...
Gracias por comentar y seguir la historia, cada capítulo es parte de una trama que se hace más intensa conforme va avanazando, espeor la disfrutemos juntas,
Agradecida también por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.
Con sincero aprecio,
Un abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
