Aqui esta otro cap. Lamento la tardanza, pero tengo que ver como hacer que no nos alejemos del juego en unas cosas. Espero les guste.


Capítulo 16

Carrera a la Libertad en Rancho Lon Lon

El Rancho Lon Lon se veía similar a como lo recuerda. Pero siente que no es lo mismo.

No ahora que sabe que el Señor Talón murió. Y que Malon estaba sola, dado que el Señor Ingo parece haber cambiado…

Es decir, en tipo en lo poco que lo conoció, no era amable. Pero malo… no era.

Algo debió pasar.

-Link. – el muchacho pasó a ver a Marín. - ¿Conoces a la Princesa Zelda?

-… Se puede decir. – Link sonrió un poco. – Le hice una promesa que… he tardado 7 años en cumplir. Por eso, me alegra saber que está bien…

-Pocos saben de donde está ella y su madre, la reina. Han pasado 7 años escondidas en los límites del Reino. Buscando una oportunidad para derrocar a Ganondorf.

-¿Y como sabes de eso…?

-Pues… mi padre es un granjero, él ayuda a alimentar a la resistencia. No son muchos, pero a comparación de antes. Mejor que nada.

No sabe si eso es lo correcto para decir en estos momentos. Pero verá que las cosas vayan de otra manera.

-Marin… ¿Crees poder llevarme hasta allá? Si no te molesta…

-Oh, claro. No le veo lo malo. Creo que les vendría bien alguien con tus habilidades. – la chica sonrió. – Ahora, no hables más de ello. No mientras estemos en el rancho. Puede que haya alguien oyendo.

Link asintió, a la vez que…

-Navi, escóndete. Es mejor evitar que llames la atención con gente indeseable.

-Dalo por hecho. – Navi se escondió bajo el sombreo de Link, a la vez que llegaban a las entradas del Rancho Lon Lon.

Al entrar, Link vio ligeras diferencias. Pero nada que sea llamativo, sólo que ahora parecían haber más estantes.

-Son para las apuestas de las carreras de caballo. – Oyó el susurro de Marín. – Al Señor Ingo le gusta eso. Muchos de los tipos de mal vivir vienen a ver carreras de caballos.

Ya… eso no lo calma.

-Alto ahí. – Fue lo que oyeron. - ¿Tienen permiso para entrar?

Link vio que quienes estaban impidiendo el paso, eran dos tipos. Se notaba que eran tipos con no buenas intenciones dado el aire que emanan. Además que estaban armados con unas hachas, estaban listos para luchar de ser necesario.

-Soy Marín. Vine a visitar a Malon.

-Oh. Pero si es la linda Marín. – La chica contuvo un escalofrío por la mirada del tipo. - ¿y él es…?

-Mi guarda espaldas. – Respondió ella sin dudar y Link la miró de reojo con asombro. – Saben lo peligroso que es el camino en estos días.

Ambos tipos vieron a Link y se empezaron a reír. Esperaba esa reacción.

-¿Ese enclenque un guarda espaldas? ¡que buena broma!

-Nosotras la podríamos cuidar mejor. Y sólo pediríamos una cosa a cambio.

Marín sintió asco por la insinuación. Ni loca lo haría. Primero muerta. Ella sólo endureció la mirada e hizo que el caballo avance con el carruaje, a la entrada que esos tipos abrieron.

-Lamento eso Link. – Se disculpó ella mientras entraban a la granja. – Pero…

-No te preocupes. No es la primera vez que debo soportar burlas. – le hizo recordar a sus días con los Kokiris.

Una vez los dos llegaron a donde podía descansar el caballo, es que…

-Vaya. Pero si es Marín. – esa voz…

Los dos jóvenes se giraron para ver cómo Ingo llegaba a ellos. Se notaba que vestía ropas diferentes, de marca y mostraba un aire arrogante.

Link no podía creer que era el mismo tipo de hace unos años.

-Señor Ingo. – Marín dio una pequeña reverencia. – Vine a visitar a Malon.

-Ah si. Malon me lo comentó, ha estado esperando ansiosa eso. Se siente muy sola últimamente. – Ingo asintió como sabiendo que pasaba. – Oh, ¿Y él es…?

-Un guarda espaldas que contraté. Los caminos de Hyrule son… peligrosos en estos días.

-Lo son. Vaya que lo son. – Ingo dio una risa. – Pero ese chico no tiene pinta de saber usar un arma. – Marín afiló la mirada. – Pero no importa, ve con Malon. Esta en el establo con los caballos. Alimentándolos para el gran día de mañana.

-¿Mañana…?

-¡Así es! ¡La carrera anual, muchos vendrán a participar y a apostar! ¡Es la mejor época del año!

Link pudo sentir un pulso venir de la Espada Maestra, a la vez que su vista se posaba en un anillo que portaba Ingo. Eso llamó su atención… era como si….

-Entiendo…

-Deberías participar. Puedes ganar dinero.

-… No gracias. No me gusta apostar.

Marín no dijo nada más y se fue en camino a donde estaba Malon seguramente.

Link fue tras ella, dándole una mirada más a Ingo. Quien se fue a otra parte del rancho.

-No sé que lo hizo cambiar. Antes él no era así. De la noche a la mañana, su actitud cambió.

Link no sabía que decir. Pero tenía una extraña sensación de que ese anillo, era el responsable de que Ingo haya cambiado.

Los dos siguieron su camino hacia lo que era el establo. Ahí, pudieron ver muchos caballos. Pero a la vez, algunos parecían estar solo echados, durmiendo. Hasta algunos se veían algo enfermos.

Link en eso, oyó un tarareo. Una melodía que conocía. Pasó a ver a cierta dirección y pudo ver a una pelirroja acariciando la cabeza del animal mientras le tarareaba algo.

Ella vestía ropas similares a como la recuerda, sólo que ahora lleva una falda púrpura y un mandil en la parte inferior. Sus botas estaban sucias, prueba de que trabaja duro en el campo.

-¡Malon!

Marín llamo a la chica, quien se giró a ver quién la llamaba. Sus ojos azules se abrieron de la sorpresa y la alegría.

-¡Marín!

Ambas chicas fueron a la otra y se dieron un abrazo al reencontrarse. Link sólo pudo sonreír al ver esa escena. Aunque no quita que se siente algo… fuera de lugar.

-¡De verdad viniste! – Malon miró a su prima. – Pensé que no…

-Hey. Te lo dije en esa carta. Iba a venir a verte. – Marín le dio un guiño.

-Pero… ¿cómo es que…? Las Praderas de Hyrule están llenas de Bokoblins. Pensé que…

-Pues… tuve una ayuda. – Marín pasó a ver a Link, quien se rascó la nuca. – Mira quien vino.

Malon miró al muchacho que su prima había traído. Se mostró algo dudosa de acercarse a él, pero lo hizo para poder verlo mejor. Y cuando estuvo a sólo unos pasos de él, mirándolo bien…

Se notaba que era apuesto, tanto, que le habría gustado seguir viéndolo horas. Pero no podía, debe de hacer una pregunta importante…

-… ¿Quién eres…?

Link casi se cae al suelo, mientras que Marín río algo apenada. Parece que su prima aún es algo olvidadiza en algunas cosas.

-¿En serio…? – Le habló con un tono de decepción. Hasta su voz la hizo sentir un escalofrío de los buenos. – Quizás esto te refresque la memoria.

Link sacó la Ocarina del Tiempo y tocó una tonada que Malon reconoció de inmediato. Sólo había una persona a la que ella le había enseñado esa tonada… sólo una, que no había visto en 7 años.

-No puede ser… - ella se llevó una mano a la boca al no poder creerlo.

-Aquí estoy también. – saliendo un poco del gorro de Link, Navi habló con ánimo.

Y eso bastó para que Malon lo comprenda. Y sonría al ver que…

-Link…

-Hola Malon. – Fue la respuesta del muchacho, feliz de que su amiga lo haya reconocido.

Ella se le acercó y estaba listo para recibir el abrazo que ella le quería dar.

SLAP

… Pero al final no fue así… Ya que solo recibió una bofetada por parte de la chica granjera con tal fuerza, que casi se cae al suelo.

-Oh, eso no lo esperé… - Hasta Marín estaba sorprendida.

-¡Ow! ¿¡Y eso!?

-¿¡Hola!? – Malon gritó y sus puños se tensaron, lista para dar otro golpe, a la vez que Link retrocedía. - ¡7 años, Link! ¡7 malditos años que nadie sabe nada de ti! ¿¡Y dices hola!?

-Pues… yo…

-¡Eres un idiota! ¡Debí golpearte en vez de abofetearte! ¡Así al menos entenderías las cosas!

-¡Woah, calma Malon!

-¡Suéltame Marín! ¡Haré que este idiota entienda lo preocupada que estaba por él!

Link vio como Marín trataba de evitar que su prima se le lance encima. Y lo golpee hasta morir…

-Creo que… lo mejor sería que nos calmemos. Malon, tengo la seguridad de que él…

-¡Estoy calmada! – Eso lo duda…

-Malon. Lo lamento. – Link habló con algo de vergüenza. – Pero pasaron tantas cosas que…

Malon miró al muchacho y no pudo hacer nada más. Solo soltar un suspiro y darle un abrazo, haciendo que él se tense.

-Me alegro de verte Link.

El muchacho sonrió ante el gesto de su amiga y le devolvió el abrazo. Uno que hizo que ella suelte un suspiro. Pensar que lo vería de nuevo tras tantos años.

Ambos terminaron el abrazo, al mismo tiempo que…

-¿Qué es lo que ha pasado estos años Malon? – La pregunta de Link hizo que ella baje la mirada. – Marín me dio lo que sería el resumen. Pero me gustaría oír de ti lo que sabes.

Malon miró a su prima, quien asintió varias veces. Ya estaba por atardecer, así que quizás lo mejor sería hablar. Ingo ya le había dado el resto del día libre, dado que mañana era un gran día para él.

-Hablemos cerca de la baranda, nadie se acera a ella. – Malon fue la primera en ir a donde estaba el lugar, siendo seguida por Link y Marín, donde al llegar. - ¿Sabes de lo que pasó hace 7 años?

-Estuve en la Ciudadela cuando todo pasó. - Fueron las palabras de Link ante la pregunta de Malon, haciendo que ella se sorprenda con su prima. – Sé que pasó en el lugar, pero logré huir de ahí y…

-Entiendo. – Malon asintió. – No pasó mucho tiempo hasta que las noticias de que la Familia Real había sido derrocada. Muchos de los que habían huido de la Ciudadela terminaron en el rancho unos días, antes de irse a seguir sus caminos. No sé que más poder decir… Fue todo de golpe. El caos se hizo presente en el reino, mucha gente huyó de este. Los pocos que se han quedado, viven en la miseria y…

-¿Qué es lo que ha pasado aquí…?

-… Mi padre trató de mantener el rancho. Lo había creado con mi madre, antes de que ella muriera. Así que este lugar tenía un valor sentimental. Es más, tampoco teníamos el dinero para irnos. Y mucho menos de… dejar a los animales atrás. – Malon se mostró muy triste. – Pero el tiempo pasó, Ganondord aumentó su fuerza, los malhechores venían seguido aquí a pedir caballos y demás… mi padre nada podía hacer. Más de una vez, me escondió… para que ellos no me vean.

¿Esconderla? ¿Por qué…?

-Muchos de los que vienen son… tipos que buscan chicas como Malon y yo para… ciertas cosas por dinero.

Link siguió sin entender a lo que Marin le dijo. Pero lo obvió y pensó que Talon solo defendía a su hija. Así que eso le bastaba como explicación, al menos por ahora.

-Pero todo el trabajo fue mucho y enfermó… Je, y antes yo diciendo que trabajara y miren como… - Malon soltó unas lágrimas. – Me pude despedir, pero…

-… Entendemos Malon. – Navi habló desde su escondite. Pero lo que importaba de verdad era que… - ¿Qué es lo harás? No puedes quedarte aquí.

-Lo sé. Pero no tengo otro lugar al que ir. Y no puedo dejar a Epona sola. – Malon vio a lo lejos como Epona parecía ser la única de entre todos los animales presentes quien podía comer y estaba fuerte. – Ella es todo lo que me queda.

-Sabes que no es así. – Marín tomó la mano de su prima, a la vez que… - Por eso vine, para que vengas conmigo al borde. Ahí te aseguro que las cosas están mejor.

Link sabía que eso solo será temporal, dado que Ganondorf solo estaba aumentando su poder. Y que solo era cuestión de tiempo antes de que las cosas se salgan de control.

En eso, Epona empezó a relinchar. Como si algo la molestara. Quizás era la situación general.

-Malon. Quizás si le cantas…

-No puedo. Si el Señor Ingo me oye cantar, puede hacerle algo a Epona. Según él, no le gusta que cante. – Marín no supo que decir al oír ello. Solo pudo callar…

Link por su lado, se acercó a Epona, quien al verlo dio unos pasos hacia atrás con miedo, dado que no lo conocía. Pero en eso, Link sacó la Ocarina del Tiempo y no tardó en tocar la melodía que dicho de paso, asombró a Malon de que el joven la recuerde con cada tonada.

-¿No es esa la canción que te enseño tu madre? – Marín miró a Malon, quien asintió. - ¿Y se la enseñaste a un extraño?

-… Se lleva bien Epona, pensé que..

Marín alzó una ceja. Parece que hay más de lo que su prima le estaba diciendo,

Por su lado, Epona empezó a calmarse y cuando lo hizo miró al joven y no ocultó su alegría al reconocerlo. La yegua se acercó a él y con cariño chocó su cabeza contra él.

-Yo también me alegro de verte Epona. - el joven respondió con gusto el saludo de la yegua, que parecía más que feliz por verlo.

Malon por su lado estaba más que anonada, ya que era la primera vez que veía a la yegua tan cariñosa con alguien… ni con ella era así. Pero de seguro escuchar la canción la calmo más de lo que creyó y también se alegraba de que Link la recuerde después de tantos años.

-Sabes, si no fuera porque sé que Epona es tu yegua, diría que quiere más a Link que a ti.

-…. Sabes, eso puede que sea cierto. Mírala… - Malon señaló a la yegua. – Está toda cariñosa….

-… ¿Celosa? – Malon vio a su prima como si estuviera loca. – Solo digo… Es decir, siempre has hablado de él y te preguntabas donde estaba.

-… Eso no significa nada…

Antes que Marín le pueda decir algo…

-¡Espera! ¡Woah!

Epona con un movimiento rápido forzó al joven a subir a su lomo… Link sintió una molestia en la entrepierna porque no había una silla, pero el dolor no era el problema. El problema era que Epona empezó a correr.

-¡Epona espera! - Link se sujetó al cuello de la yegua en un intento por no caer al piso, dado que en su vida había montado un caballo por su cuenta. Lo de Nabooru no cuenta, dado que ella era quien controlaba al animal.

-¡Link, no te sueltes! – Navi se aferraba al cabello del muchacho, todo había sido tan abrupto.

Malon y Marín veían asombradas como Epona corría dando vueltas al corral a gran velocidad con un Link que, si bien estuvo temeroso al inicio, ahora mostraba más confianza y parecía estarse divirtiendo.

-¿No dijiste que no dejaba que nadie la montara? - Marín miró a su prima quien no salía de su asombro. – Wow, parece que Link tiene más sorpresas de lo que pensé al inicio.

Malon había a cuidado a Epona desde que era un potrilla y esta nunca dejo que nadie se le acerque más de lo necesario y mucho menos que la monten. Esta era la primera vez que esto pasaba y que ella fuera la que inicio todo era… las palabras sobran…

Había escuchado que hay veces que el caballo elige al jinete y por lo que se ve, este es uno de esos casos.

Malon solo sonreía al ver como Link se divertía con Epona, quién parecía feliz con el joven. La chica solo pudo suspirar ante la escena.

-Parece que Epona ya eligió con quien irse…

-Eso parece. – Marín miró la escena con una sonrisa también. - ¿Qué me dices? ¿Vienes conmigo?

Malon se quedó en silencio. No sabía que decirle… Solo se quedó viendo el como Link seguía cabalgando a Epona.

-… Link dijo que vendría conmigo al borde del reino. – Malon miró a su prima con sorpresa. – Al parecer, saber que ahí está la princesa… Lo hizo querer ir a ese lugar.

-¿Ella está…? – Malon miró a todos lados. No había nadie. - ¿Es en serio…?

-Muy en serio. Es un secreto a toda voz. Pero ha estado ahí mucho antes que yo llegara hace años. – Marín recordó su sorpresa al ver a la Princesa y la Reina. – Es muy amable, además, por lo poco que la he visto, le gusta la música. Hasta toca una Ocarina como la que Link tiene.

Malon asintió. Eso era nuevo de saber. Pero no le sorprende, ya que al parecer Link y Zelda eran cercanos. Y eso la hizo soltar un suspiro. No sabe que pensar…

-… Deja que te responda mañana. Luego de que termine todo lo que pasará hoy. No es que quiera ser parte de esto, pero me tengo que asegurar que Epona no sea usada por uno de esos sujetos. Ya sabes como es ella…

-Pues ella se está divirtiendo. – Marín solo podía ver como la yegua corría sin preocupaciones con Link en su lomo.

Y Malon no pudo negar que eso era… divertido de ver.


La noche llegó y en su habitación, Malon solo se puso su camisón para dormir, a la vez que Marín estaba ya en un colchón que estaba ahí de extra. La chica también estaba lista para dormir.

-Pobre Link. Hacer que duerma en el establo…

-Bueno, la primera vez también lo hizo. Creo que eso ayudó a su relación con Epona. – Malon sonrió al recordar que… - Epona solo tenía casi un año cuando conoció a Link, así que debe de haberse pegado a él en ese tiempo.

-Hmmm. – Marín se había recostado, lista para dormir.

-¿Qué? – Malon ya había apagado las velas, lo que llevó a que toda la habitación este a oscuras. – Si deseas decir algo, hazlo ya…

-… Malon, ¿Sigues con ese novio tuyo…?

-¿A que…?

-Solo responde.

-.. No. Terminé con él hace meses. No puedes llamar una relación a alguien que apenas ves cada cierto tiempo. Lo último que supe de él, es que se había ido a un reino vecino ¿Por…?

-Bueno, solo que me sorprende lo mucho que has hablado de Link en estas horas. Es más, es de lo único que hablas. – Malon se mostró apenada al oír ello. ¿De verdad…?

-Es solo que… Hace tiempo que no lo veo, que…

-Aja… claro. – Marín no le creía. – No creas que he olvidado lo mucho que hablabas de él cuando venía cada vez que podía en estos años. – Marín vio como Malon se quedó sin palabras. – No hay vergüenza en decir que él fue tu primer amor.

-… Vale, lo admito. Lo fue. ¿Feliz? – Malon sonó avergonzada de admitir ese lado de ella. De la niña que hablaba sin parar del primer chico que le gustó.

-Oh si. Entiendo porque decías que era lindo…

-Marín.

-Aunque ahora es apuesto y está para…

-¡Marín!

-¡Ay, no seas puritana! – Marín rodó los ojos, más al ver como Malon se mostraba molesta. - ¿Celosa que piense eso?

-No. Solo que no es correcto pensar de esa manera de alguien quien recién conoces. – Marín hizo gestos con la boca, como burlándose. – Marín, te juro que…

-No me puedes culpar. Es apuesto y me salvó de unos Bokoblins. No me pidas que no me sienta atraída a él. – Malon sintió como la respiración se le detuvo un segundo.

-¿Tú qué…?

-Fui atacada al venir y él me ayudó, derrotó a esas cosas. Juro que parecía ser de esos tipos que leía en el pasado. Y era muy gustoso para la vista. – Marín miró a Malon, quien no sabía que decirle. – Si no deseas hacer nada, bien. Pero no creas que yo seré igual. Quien sabe que puede pasar en los tiempos que estamos viviendo.

-… Pues dudo que pase algo. Se ve que está interesado más en saber de la Princesa Zelda.

-Es verdad. ¿Crees que de verdad la conozca…?

-… Me late que sí. Así que no te hagas ilusiones. Dudo que… - Malon soltó un suspiro. – Dudo que él tenga cabeza para otras cosas.

Sin más que decir, Malon se fue a dormir, dejando a su prima sola con sus pensamientos. Pero al final, el sueño también le ganó.

Pero la cabeza de la granjera no dejaba de pensar en las palabras de su prima. Y maldecía a todo que… lo esté pensando.


Link por su lado, abrió los ojos de golpe. Que sueño más raro. Era la de él mismo encima de un ave roja surcando los cielos, pero sentía que era más de lo que pensaba.

Pasó a ver a Epona y la yegua estaba dormida a su lado. Tranquila, como si nada. Navi dormía de manera plácida en su improvisada cama, a la vez que él…

El sueño se le fue de manera momentánea. Decidió levantarse para poder ir a dar un pequeño paseo. Uno que lo llevó a la zona donde estaban… los establos. Y al llegar allá…

Oyó una canción…

Epona, Epona

¿Por dónde vagas?

Pastando entre los campos

Nunca lejos de casa

Al oírla, Link se acercó al origen de la voz y pudo ver a Malon cantando en medio del establo, con solo una tela cubriéndola del frío.

Epona, Epona

¿Puedes escuchar esta canción?

Cantando desde mi corazón

Todo el tiempo

Admite que es una linda canción. Y puede entender el porque a Epona le gusta. Se acercó más a ella, pero al hacerlo, piso con fuerza y Malon dejó de cantar de golpe.

-¿Quién…?

-Soy yo… - Link calmó a Malon, quien parecía asustada.

Ella al ver a Link, soltó un suspiro, como si el alma le volviera al cuerpo. Pero a la vez, no se sentía muy a gusto de que alguien la haya oído cantar.

-Link, ¿Qué haces despierto a estas horas?

-Creo que esa pregunta la debería de hacer yo. Más con lo que llevas puesto.

Malon entro en cuenta de que solo llevaba su camisón para dormir bajo esta tela. Se sonrojo al pensar que él… Pero notó que él la miraba como siempre. ¿No habrá notado que…?

-… ¿Qué te preocupa Malon…?

-Tan obvio, ¿Eh? – La chica sonrió. – Lo de mañana. Los tipos que vendrán y lo que puede que hagan. No lo sé. Tengo un mal presentimiento. De que quizás se pongan violentos y eso sería…

-Si eso pasa, puedo defenderlos.

-Jejeje. Marín me contó de tus acciones, Señor Héroe. – Malon sonrió algo burlona, a lo que él rodó los ojos. – Pensar que por tus acciones harías que mi prima de 15 años se sintiera tan encantada contigo.

-¿¡Tiene 15!? – Link habló por inercia. No lo aparentaba.

-... Lo dices por sus buenos dotes, ¿No? – Malon lo miró de manera acusatoria, pero él no entendió. – Olvídalo. – Malon no sentía que era buena idea seguir con esto. Quizás…

-… Malon, ¿Estás bien…? – La chica se tensó al oír ello. – Tú… Sé que no es fácil…

-¿¡Que sabes tú!? – Malon lo miró con rabia, a la vez que él se sorprendía por el acto. - ¿¡Sabes lo que es pasar cada día tratando de que tu vida siga en una pieza!? ¡7 años desde que todo se fue al demonio y nada parece a punto de cambiar! ¡Y ahora estoy sola por ello! – La chica derramó lágrimas. - ¡Así que no, no estoy bien! ¿¡Feliz!?

Link se quedó en silencio, esperando que Malon se calme. Y el ver como ella empezó a sollozar, supo que…

-… ¿Por qué debemos pasar esto? ¿Qué es lo que estamos pagando? ¿Acaso es un castigo de las Diosas por todo lo que hemos hecho…?

-Lo dudo. – Link alzó la mirada. – Si algo he visto, es que todo esto ha pasado por… la maldad de una persona. Y que no es castigo divino lo que estamos viviendo. – El muchacho le sonrió como pudo a Malon, quien se le quedó viendo. – Todo mejorará pronto, te lo aseguro.

La chica abrazó al muchacho con fuerza, como dándole el gracias por sus palabras. Ella volvía a sentir el como él era quien lo hacía sentirse mejor.

Link por su lado, solo pudo dar un abrazo algo avergonzado. No sabe que es esto, pero la sensación del pecho de Malon contra el suyo, lo estaba haciendo todo más incómodo por una razón que no entiende.

…. Siente que esos 7 años le van a pasar factura por una razón.


Al día siguiente, muy temprano…

Link estaba practicando sus movimientos con la Espada Maestra, notando que sus movimientos eran ligeros y veloces, una espada digna de las leyendas que cuentan.

A su lado Navi estaba observando el entrenamiento del muchacho y pudo notar que ahora podía usar movimientos que antes no podía y aprovechar su físico para pelear.

-Sabes, creo que es genial que desees ayudar a Malon. Pero… ¿Cómo lo haremos?

-… Tengo la sensación que Ingo, está siendo afectado por una magia extraña. – Navi lo miró con rareza. – Cuando se mostró raro, la Espada Maestra soltó un pulso. Como si…

-Si sintiera el mal. Claro, es la espada que repele el mal. – Navi voló cerca de su amigo. – Quizás podamos…

-Primero debemos de hacernos cargo de superar este día. Ya estoy oyendo a gente llegar.

-… La gente de mal vivir que ahora habita Hyrule. – Navi sonó molesta. – Pensar que gente así venga a habitar el reino.

Los murmullos de gente empezaron a oírse. Link guardó su espada y caminó al lugar donde intuye, es que esos sujetos se estaban reuniendo.

Pudo ver una gran cantidad de sujetos que… se notaba a lo lejos, que eran ladrones en el mejor de los casos. Pero a su vez… sentía que esos sujetos de verdad parecen tener algo más en mente y no puede saber que es.

-¡Bienvenidos todos a nuestra carrera anual! – Fueron las palabras de Ingo que estaba en medio del establo. Como un anunciador. - ¡Hoy tendremos grandes apuestas para ver quien…!

-¡Oye! – Gritó el que era un sujeto fornido, pero a la vez que daba algo de miedo. Por como es que se imponía con su gran tamaño. Link pensaba que debía medir al menos casi 2 metros. - ¿¡Que no tienes algo más que puedas apostar!?

-¡Si, ya nos cansamos de solo dinero! – gritó otro, que parecía estar de acuerdo con el primero. - ¡Danos algo más!

Todos empezaron a murmurar en señal de que estaban de acuerdo con lo que se estaba hablando, hasta Ingo no sabía que decir o pensar. La verdad, es que estaba seguro de que… algunas cosas pueden terminar mal si es que…

-¿Qué tal la granjera? – Fue la sugerencia de un tipo que se había quedado viendo a Malon, mientras ella estaba ateniendo a Epona.

-Oh, si… Es una buena idea. Además, también está la otra niña que está con ella.

Ahora estaban viendo a Marín. Y eso no era bueno. Link no lo entiende, pero esas miradas no son buenas. Para nada. Indican que desean hacer algo cruel y no necesitaba ser adivino para saberlo.

Vio como Ingo parecía estar a punto de rechazar la idea, pero en eso, el anillo que tenía brilló y su mirada se volvió como la de ayer. Que bordeaba la locura. y la Espada Maestra volvió a soltar ese destello de luz de antes.

Era lo que necesitaba…

-¡Me parece perfecto! ¡El que gane la competición de hoy, podrá tener a esas dos chicas!

-¿¡Qué!? – Malon logró oír lo que el hombre había dicho. - ¡Señor Ingo, no puede estar…!

-¡Silencio! ¡recuerda quien te acogió cuando tu padre murió! – Malon se asustó un poco por la mirada del hombre. - ¡Ahora trae a los caballos que usaran los competidores!

La chica contuvo las lágrimas, estaba tentada a huir de ahí ahora, pero vio que el lugar estaba lleno de esos sujetos. Sería un intento y solo estaría acelerando lo inevitable. Estuvo a punto de soltar el sollozo, hasta que…

-¿Puede participar cualquiera? – Link se acercó a Ingo y le hizo la pregunta. Una que llamó la atención de él y los demás presentes. – Porque quiero participar, si me lo permiten.

Los segundos de silencio pasaron hasta que fueron rotos por la risa de un uno, al que se le unió otro y se volvieron varias risas, unas que a Link le dio igual. Ya que…

-¿¡En serio deseas participar niño bonito!? - ¿Por qué todo el mundo le dice así? - ¡Puede que no logres ni siquiera pasar de la primera vuelta!

-¡Dejemos que lo haga, así podremos ver como se humilla como premio extra!

Ingo miró a Link y…

-¿Qué apuestas?

-Todo lo que tengo. Mi dinero, mi espada, mi escudo…

Ingo asintió, le parecía un trato justo. Se retiró a otro lado para empezar a desarrollar lo que sería la carrera. Malon se acercó a él y le susurró…

-Link, no… No debías de…

-Vi lo triste que estabas. No podía dejar que eso siga. Es más, esos tipos me dan mala espina. No dejaré que se te acerquen a ti o a Marin.

La chica miró a Link de una manera que él sintió era nueva. Es más, sentía que había mucho en esa mirada. Aprecio, preocupación… ¿Cariño? No le tomó importancia y le pidió que prepare a Epona, dado que la usará para la carrera.

Malon asintió sin decir nada más, yendo con su prima que estaba dándole agua a Epona, a la vez que Link se iba a otro lado a prepararse.

-Malon, Epona está… ¿Y esa cara? Estas toda roja.

Y Malon lo sabía… porque en el fondo sabía que su primer amor estaba defendiendo su honor como esos caballeros con los que ella tanto soñaba. Y eso solo hacía que viejos sentimientos resurjan, solo que más fuertes dado que… ella ya era una adulta.

Los minutos pasaron y Link estaba sobre Epona, la cual se mostraba más que lista para la carrera.

-¿Seguro de esto Link? – Navi seguía escondida bajo el sombrero del muchacho. – Puede que acabe mal, dudo que estos sujetos jueguen limpio.

-Lo sé. Pero no puedo dejar a Malon y Marín a su suerte. – Ella soltó un suspiro. Él y su heroísmo nato. – Es más, tengo la sensación de que será divertido. Y Epona parece emocionada, ¿no?

Epona relincho en respuesta. Ella estaba lista para la acción.

Link la hizo ir a donde era la marca de salida, a la vez que notaba como los demás tipos también estaban listos para la carrera. Lo miraban con burla, como diciendo que no iba a salir de esta en una pieza. Ya verán…

-Será una carrera a tres vueltas alrededor del establo. ¿Listos? – Ingo esperó el asentimiento de todos los concursantes. y cuando lo dieron… - ¡FUERA!

El grito marcó el inicio de la carrera y Epona tomó la ventaja por el impulso inicial de sus patas traseras, la velocidad de la yegua era superior a la media de sus congéneres… Y los demás al ver ello, se molestaron. Dado que no esperaron que ese niño dé tan buen inicio.

A la mitad de la primera vuelta Epona y Link tenían una buena distancia contra sus oponentes, lo que lo hizo sonreír.

En medio del abucheo de los tipos, Marín era la que daba gritos de ánimo.

-¡Eso Link! ¡Tú puedes! – La chica no ocultaba su emoción. - ¡Vamos Malon, dale apoyo!

Pero la chica sabía que esto era por algo más que una simple carrera. Link estaba participando para poder protegerlas. Y solo esperaba que no saliera herido.

Y ya tras cruzar la línea de meta para la segunda vuelta…

-¿¡Que demo-!? – Link vio como de la nada una valla había aparecido.

Forzó a Epona a desviarse a un lado, dado que no habían tenido el impulso inicial para poder saltarla.

Pero eso permitió a los demás que estaban tras él pasarlo. Link supo que era una treta, alguien metió esa valla ahí…

-Esto no se queda así… ¿Qué dices Epona?

La yegua relinchó molesta como su jinete y tomó más velocidad al correr. Retomando la velocidad, a pesar de que esos sujetos les llevaban casi media vuelta de ventaja. Aun así, ninguno se iba a dar por vencido.

Link y Epona volvieron a ver otra valla en su camino en la vuelta, pero estaban listos, la yegua aumento su velocidad y saltó con tal fuerza y elegancia que casi parecía volar…

Link por un segundo sintió un golpe de nostalgia… como en ese sueño, volar por los cielos. Era como si una parte de su alma le dijera que esto era natural para él. Montar… recorrer el camino con un animal leal a su lado.

El muchacho sonrió divertido a pesar de su situación y Epona compartía la alegría de su jinete…

La yegua empezó a correr más y más rápido, volvió a saltar otra valla sin esfuerzo alguno y los que veían como el animal no lo creían. Era como si ambos fueran uno, Malon veía como Link y Epona corrían juntos, como si lo hubieran hecho toda una vida.

-… ¿De verdad ayer fue la primera vez que… Link montó a Epona? – Marín miró a su prima, quien asintió estando en shock por lo que veía.

Parece que estaban en presencia de algo fuera de serie.

Pero a los malhechores no les gustaba lo que estaban viendo. Dado que Link y Epona habían alcanzado al grupo que estivo media vuelta delante de ellos.

Los caballos se cansan también, su resistencia es un factor importante. Epona a diferencia de sus congéneres, siempre tuvo una resistencia abismal. Lo que la hacía imparable, capaz de correr horas sin descanso.

Malon una vez dijo en broma que, de seguro, la yegua había nacido para ser la montura de un Héroe.

Y así fue… La yegua estaba demostrando ser la montura perfecta para el Héroe Elegido por las Diosas de Hyrule. El animal se sentía libre con Link como su jinete.

Ya estaban a mitad de la tercera vuelta, la última curva era todo. Si perdían velocidad aquí perdían la carrera, por lo que Link y Epona parecían entender que hacer y la yegua empezó a aumentar el paso mientras que Link se agachó para que su cuerpo no creer un punto de choque con el viento.

Epona siguió corriendo, pasando a los demás caballos y cruzando la meta, siendo la ganadora.

-¡Lo hizo! – Marín dio un grito de alegría al ver a Link salir airoso.

Malon solo pudo soltar un suspiro y sonreír. Ese chico jamás dejaba de sorprenderla. Pero en eso, ella vio como Link se detuvo y miró al que parecía ser el líder de los tipos esos.

-Gané…

-Así es… - Link se bajó de Epona, el animal miraba al tipo con fiereza. - ¡Pero no creas que jugamos limpio!

Link vio como el sujeto sacó su arma, una enorme espada, para atacar a Link.

Las chicas dieron un grito de horror al ver ello, pero en eso, se pudo ver como la enorme espada era destrozada por la espada de Link, la cual aun siendo más delgada y pequeña, había logrado destrozar sin problema alguno ante la sorpresa de todos.

Link de manera rápida pasó a ver a Ingo y corrió hacia él, alzando la espada, haciendo que él hombre dio un grito de horror al pensar que esa sería su muerte.

Pero no fue así, Link agitó la Espada Maestra para que solo la punta roce lo que sería el anillo que el sujeto portaba, haciendo que este se vea destruido al no tener ya su poder maligno. Lo que hizo que…

-¿Eh? ¿Dónde…? ¿Qué hago aquí? – Ingo miró a todos lados, solo para notar que… - ¡AH ¿Y esos que hacen aquí?!

Malon y Marín vieron como Ingo parecía volver en sí, a la vez que Link sonreía.

-¡Maldito mocoso! – Los sujetos alzaron armas, listos para irse al ataque contra Link.

Aun así, el chico no bajo la guardia y Epona dio un relincho a la vez que le daba un tipo una patada en la cara.

Eso desató el infierno, Link atacó a los que lo atacaron primero, destrozando sus armas con la Espada Maestra.

-¡Malon, vayan a la carreta para huir! ¡ya!

La chica salió de su shock, a la vez que asentía. Ella y Marín corrieron, no sin antes…

-¡Nos vamos!

-¿Eh? ¿¡Qué es lo que pasa Señorita Malon!? – Malon tomó a Ingo del brazo para que se vayan, este aún confundido de lo que pasaba.

-¡Ahora no se acuerda nada! ¡Genial! – Marín corría a donde estaba su caballo y la carreta para poder irse.

-¡Luego! – saben que no es el momento y Diosas, sólo esperaban poder salir de aquí.

Link por su lado, noqueó y desarmó a varios de los tipos que se le habían acercado a atacar, mientras que Epona atacaba con sus patas a los que se le acercaban.

-¡Dejen de jugar, es sólo un niño!

-¡Uno que sabe usar una espada!

Fueron gritos que oyó en medio del combate. Link pateó a otro que se le acercó, se giró para poder ver que Malon ya estaba haciendo su salida con su prima y el Señor Ingo.

Sonrió al ver que…

-Vale. ¿Desean apostar? ¿A cuánto que el lugar no queda en pie mucho rato?

Alzó su mano y creó una bola de fuego, sorprendiendo a todos los malhechores. Ya que era magia, como la que Ganondorf usaba.

Link lanzó la primera bola de fuego hacia un lado, para que al caer sobre la madera de la edificación, empiece a arder. Acto que pareció asustar a los tipos.

Malon le había dicho que si un día ella abandona este lugar, lo hará sabiendo que nadie mancharía el hogar que sus padres crearon.

Por ello…

Link volvió a lanzar otra bola de fuego, a la vez que Epona corría hacia donde estaban los demás animales en sus corrales.

-¡Dale una buena patada Epona! – Navi, quien estaba sobre la cabeza del animal, alzó las patas y le dio una fuerte al cerrojo que tenía el corral cerrado, rompiéndola… y dejando el paso libre.

Los animales no perdieron el tiempo y empezaron a salir de ahí. El fuego ya era mala señal.

Epona al ver su labor hecha, corrió donde estaba Link. Él seguía peleando con unos sujetos. Soltó un relincho para advertir que estaba yendo hacia él.

Link se giró a verla y asintió con una sonrisa. Corrió a ella y de un salto se posó en su lomo, para tomar las riendas con fuerza.

-¡Vamos!

Epona corrió hacia la salida a toda velocidad, dejando el lugar donde había sido criada para poder ir al fin al mundo exterior.

-¡No los dejen huir! – Fue el grito de uno de los malhechores, ya que esto no era posible.

Pero cuando quisieron ir tras ellos, se dieron con la sorpresa de que ninguno de los caballos estaba. Se habían ido, la puerta del esta no estaba rota. ¿¡Cómo es posible!?

-¡Debemos de irnos! ¡el fuego!

Las llamas se habían extendido, sólo era cuestión de minutos antes que Rancho Lon Lon se vea consumido por las llamas.

Y de mala gana, se fueron… jurando que un día se vengarán de ese muchacho.


En las Praderas de Hyrule, Malon tenía en sus manos las riendas que hacía que el caballo jale la carreta.

Ya tenían una buena distancia alejados del Rancho.

-¿¡No esperamos a Link!?

-¡Él nos alcanzará con Epona!

Malon no quería darse el lujo de dar la vuelta y mirar hacia atrás. De hacerlo, simplemente tendría pensamientos de dudas.

Su hogar…

Más cuando oyó el jadeo de Marín y le grito de horror de Ingo, quien dijo…

-¡El Rancho está…!

Malon apretó los dientes y se mordió el labio inferior, sólo para agitar más las riendas, haciendo que el caballo vaya más rápido.

No debía mirar atrás. Por más que lo desee. Tiene que tener en su mente el recuerdo del rancho donde creció, de la manera en que ella siempre lo deseo. Y no en sus últimos momentos.

Sólo esperaba que todo esto valga la pena…

Ya tras varios minutos, ya muy lejos del rancho Lon Lon, Malon le dio un descanso al pobre caballo, quien se veía cansado por todo el esfuerzo que hizo.

-Vaya… si que nos hemos alejado. – Marín ya no veía el rancho, ni a nadie. – Al menos estamos enteros.

-Yo aún no entiendo que pasa. – Ingo era el que estaba más confundido. – Un día fui a ver Ganondorf y al otro… mi mente tiene los recuerdos borrosos.

Malon miró al hombre y sintió que… había algo raro. ¿en serio no recuerda nada? Pero si hace poco…

-¡Miren, es Link!

Las palabras de Marín hicieron que la chica pase a ver la dirección de donde venía el muchacho.

Este parecía algo cansado y abrumado, pero cuando los alcanzó, es que se detuvo de golpe.

-Hay que avanzar, la noche en las Praderas de Hyrule no son las mejores. – Dijo ello, sabiendo que puede pasar.

-Hay una cueva no lejos de aquí. La vi en mi camino de ida al rancho. – Marín hizo la confesión.

Link asintió, a la vez que le indicaba a Epona que deben avanzar un poco más, a lo que la yegua pareció estar de acuerdo.

Marín tomó las riendas del caballo y lo hizo ir a donde recuerda estaban la cueva.

Malon por su lado, estaba pensando en todo lo que ha pasado y lo que significa para ella.

Lo había perdido todo… aún así, por alguna extraña razón, se sentía… liberada también.

La chica miró al cielo y pudo verlo con claridad esta vez. Lo que la hizo sonreír. Quizás esto sea el inicio de algo nuevo.


Tras un par de horas, llegaron a la cueva que Marín les indicó. Y era grande, ellos podían entrar ahí sin ningún problema.

Y tras unos minutos, se acomodaron para poder descansar.

Malon le explicó a Ingo todo lo que había pasado y el hombre se vio horrorizado y asqueado con él mismo. ¿Qué era lo que lo había hecho actuar así?

-Magia de Ganondorf. – Navi, quien se había quedado con ellos para descansar mientras Link iba por agua ya que le dijo donde podía haber en un árbol que estaba cerca, les dio la respuesta.

Cuando la vio, Ingo dio un grito de niña, dado que pensó que las hadas eran cosa de los cuentos. Pero ahí tenía una al frente.

-¿A qué te refieres Navi? – Marín estaba preparando la fogata para ellos.

-Ganondorf…. Él usa magia oscura. Parece que la usó para tener en control a Ingo, para así tener el Rancho en control absoluto. – Navi voló por la zona. – estaba en ese anillo que Ingo portaba. Y cuando Link lo rompió con la espada, es que…

-El hechizo se rompió. – Malon lo entendió. Aún así, era mucho que procesar. – Bueno, creo que lo mejor será descansar hasta que…

-Yo lo haré…. Tanto que procesar…

Ingo se fue hacia donde estaba la carreta y se recostó en ella para poder descansar. Parece que todo fue mucho para él.

Marín y Malon de vieron las caras. Eso fue raro. Aún así, ellas solo se quedaron en silencio.

-… Así que… ¿Vienes conmigo…?

-No es que tenga otra. – Malon dio una sonrisa triste. – Ya no me queda nada más. Así que…

-No digas eso. Aún nos tienes a mí y mi papá. – Marín le quiso subir el ánimo a su prima. – De todos modos, creo que fue lo mejor que todo haya pasado de esta manera.

-Quizás… - Malon no se imagina el rancho siendo usado para malos fines.

Al menos, según Navi, Link logró liberar a todos los animales y estos huyeron antes de que el fuego sea muy grande para poder huir de este.

La chica se sentía extraña con solo pensar eso. Toda la vida había soñado en poder ver más allá del rancho donde creció y trabajó toda la vida.

Y ahora que tiene la oportunidad, se siente extraña.

-Sé que será difícil, pero es algo que podrás superar. – Malon vio a Navi sentada en su hombro, ¿cómo es que sabe que…? – Tu cara es la misma que la de Link cuando inició su viaje. Siempre deseaba ver más allá de lo que conocía. Pero una vez tuvo la oportunidad, estaba algo asustado… nervioso. Es normal, jamás es sencillo alejarte de lo que conoces para explorar algo nuevo.

Malon asintió. Eso era justamente lo que la tenía en esta angustia. Esa sensación de duda y de que no sabe que hará ahora que tiene la oportunidad de ver el mundo.

Pero sonrió al ver que… era una oportunidad dorada. Una que no puede perder. Y ahora…

Ver cómo Link llegaba con unas cubetas de agua, la hizo ir hacia él y ayudarlo a llevarlas.

-Gracias.

-De nada.

Ella podía ver al muchacho y como este le dio a Epona la cubeta de agua que tenía, para que la yegua beba. La pobre estaba con sed…

Malon hizo lo mismo con el caballo que había jalado la carreta, el cual se encontraba descansando tras el viaje que había tenido.

-Iré por más agua para nosotros. – Link le avisó a los demás, para que no se preocupen.

-Voy contigo. – Malon se ofreció a darle una ayuda. – Así traeremos más agua con menos viajes.

Link estaba por decir algo, pero ella ya había ido a la salida. Lo dejó con la palabra en la boca… ¿En serio?

Navi y Marín vieron a esos dos irse y la chica soltó un bufido.

-No me interesa, dice. Bah. – ella frunció el ceño y se cruzó de brazos, mostrando su clara molestia a lo que veía.

Navi por su lado, sólo pudo soltar un suspiro. Parece que hay cosas que no cambian, sin importar los años.

Malon no esperó que Link hallara una fuente de agua cerca del árbol que habían pasado para llegar a la cueva.

-Vaya, con que aquí queda el agua de las lluvias. – Malon vio las cubetas que Link sacó del orificio al lado de la raíz del árbol.

-Es algo muy útil. Pero para poder llegar aquí, necesitas una bomba.

-… ¿Y como es que…?

-Fue un regalo de los Gorons. – Link lo dijo sin chistar y ella asintió. – Lamento lo del rancho Malon. Pero yo…

-Sé porque lo hiciste. Y gracias por ello… - Malon le dio una sonrisa triste. – Creo que si hubiera podido, habría hecho lo mismo. Jejejeje.

Malon miró el cielo. Se sentía mejor de alguna manera.

-Iras al borde del Reino, ¿No?

-Si. – Link asintió. – Ahí está la princesa Zelda. Así podré iniciar la razón por la que inicie este viaje.

Malon asintió, aunque frunció un poco el ceño. La manera en que hablaba de la princesa era… diferente. Lo sabe. Pero él no lo nota, era como si no lo entendiera.

-Yo iré también. – Link la pasó a ver con ligera sorpresa. – Marín dijo que ahí me acogerían, debo de empezar de cero en algún sitio. ¿Qué mejor lugar que donde parece estarse reuniendo gente para hacerle frente a ese Ganondorf?

-No será sencillo…

-Bah. Jamás lo fue. – Malon le quitó importancia. – Es más, será divertido el ver como es otro lado del reino, uno que aún no ha sido afectado por Ganondorf.

Link se quedó en silencio, pero le sonrió a la muchacha.

-Sin duda eres fuerte Malon. Eso es algo que siempre me ha gustado de ti.

Cuando ella oyó las palabras de Link, la chica sintió que el corazón le dio un brinco. De esos que no ha tenido en años. Uno que indicaba algo que ella siempre supo, pero que ahora lo puede confirmar sin dudar.

El chico frente a ella, era su primer amor. Ella lo entendió tiempo después, el niño hada que se había hecho su amigo y que sin querer, la había hecho creer que aún siendo una granjera, ella tenía su propio valor.

Siempre esperó el día para verlo de nuevo, pero jamás apareció. Años… y ella perdió la esperanza de verlo una vez más.

Su vida siguió y ahora, aquí estaba. El mismo Niño Hada, ahora todo un joven. Que sabe pelear y defenderse, que los años le han sido generosos. Pero al final, en el fondo, era el mismo.

Malon pensó que esos sentimientos se habían ido hace años. Pero no, aquí estaban… renuentes a irse. Es más, parecía que solo estaban creciendo.

-Link… - Él la miró con duda, dado que ha estado callada ya varios segundos.

Pero él jamás esperó que ella acercara sus labios a su rostro, posando un beso cerca de sus labios, haciendo que él se sonroje por el acto de la muchacha.

-… Gracias. Por todo…

Malon le dio una tierna sonrisa, antes de darse vuelta y llevar consigo las cubetas con agua a la cueva.

Link por su lado, no entendiendo que acababa de pasar, sólo se llevó una mano a la zona donde sintió los labios de Malon y…

-¿Qué acaba de pasar…?

Sin duda alguna, esos 7 años le van a pasar factura. Ya que no estaba entendiendo nada.

Al regresar a la cueva, Malon dejó las cubetas con agua a un lado, no le dirigió la mirada a nadie y se fue con Epona a empezar a acariciarla, mientras el animal descansaba.

Marín lo noto, el sonrojo en la cara de Malon y como Link llegó con una expresión de confusión. Eso indicaba que…

-Esto no quedará así. – ella se iba a asegurar que así sea.

Malon por su lado, sólo estaba segura de una cosa… aún si la misma Princesa Zelda era su rival… ella no se iba a rendir.

Había esperado 7 años y no iba a perder la oportunidad. De ninguna manera.


Por su lado, en su castillo…

-Parece que las cosas están como siempre. – Ganondorf miraba desde la torre más alta lo que era su reinado. – Vaya desperdicio.

Aún con todo el poder que tenía, deseaba aún más. No simplemente una parte de la Trifuerza.

La Trifuerza del Poder le había servido bien, pero necesitaba más. Y aun tras tantos años, no ha hallado las dos piezas que faltan. ¿Dónde pueden estar?

Alzó la mano y pudo sentir su magia, su poder. Seguía a tope… parece que los Templos siguen bajo su yugo. Eso es perfecto.

-No importa cuánto me tomé. Hallare las Trifuerzas que me faltan, y así, me haré con el poder absoluto. ¡Para hacer del mundo entero mío!

Ganondorf no había abandonado su meta. No lo haría hasta tener la Trifuerza y el mundo entero, en sus manos.

Y eso lo juraba.