N.A.: Bueno, después de nosecuantos siglos, aquí estoy de nuevo! Supongo que más de uno pensaría que había abandonado, pero qué va! Llevo unos cuantos meses con este capítulo (que tampoco es para tanto, la verdad, lo que pasa es k entre los examenes y la falta de inspiración no había quien escribiese) y este es el resultado. Espero que lo disfrutéis.

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece y no creo que lo que quiera que sea que escriba J.K Rowling en un futuro próximo se parezca lo más mínimo a este fic (incluso puede que le apetezca matar alguno de los personajes que yo le he robado –con todo el cariño del mundo, eso sí-). Pero bueno. Se trata de un modo como cualquier otro de pasar el rato y, la verdad yo me he pasado muy bien haciendo que pasen según que cosas a según qué personajes. Espero que vosotros lo paséis tan bien como yo.

Bueno, ahi van los reviews:

Lara evans: como podrás ver en este capítulo, Padma no se las ha arreglado nada mal... Y el plan de Pansy... bueno, ya verás si funciona o no en el capítulo. Gracias por dejar y siento mucho el retraso, espero volver a recibir review tuyo!

Camille. Me alegra que te parezca bueno y también que creas que está bien contado. Espero resolver la duda en este capítulo (aunque me temo k planteo otras nuevas).

A-grench: lo he continuado (aunke con un terrible retraso) com dijiste. No creo k las personas menos imaginadas sean las parejas k tú dijiste, pero bueno... la verdad es k yo tb tenía en mente estas parejas. Ya veremos como va la cosa. Puedes hacerme todas las sugerencias que quieras, ya ves que yo haré todo lo posible para poder responder a tu sugerencia (de algún modo). Espero tu prox review!

Silence-messiah: me alegra k te guste el comienzo. Elegí estos personajes expresamente, por lo diferentes k podían llegar a ser. Pansy... bueno, en este capi la pobre se lleva un fiasco. Y Harry... el pobre está carcomido por esas miradas... Verás que a Padma que al final la cosa no le va demasiado mal... La relación de Pansy Draco es rarilla, sí. Bueno, espero k vuelvas a dejar tu comentario, 'hasta pronto!

Pues esto es todo, amigos ¡ay no, k aún keda el capítulo! Lo k iba diciendo, aki viene el capítulo:

Capítulo 3

La mala racha

Después de un agotador entrenamiento de Quidditch, Ginny se moría por tomarse una buena ducha. Pero cuando vio que Harry no iba a cambiarse, sino que se quedaba solo entranándose vio claro que la ducha tendría que ser aplazada.

-Uh... ¿Harry?

Harry levanto la mirada del suelo, desde donde estaba haciendo flexiones (una práctica muy poco común en un buscador).

-¿Sí?

-¿Qué haces?

-Entreno.

Ginny miró a su alrededor, intentando comprender el misterio por sí misma. No, no lo entendía.

-¿Qué tiene que ver esto con la snitch?

-Bueno... es que... quería verme con un poco más de... musculatura.

Ginny no pudo evitar soltar una carcajada. Cuando vio que Harry lo decía completamente en serio, tuvo que hacer un esfuerzo mental para quitarse la sonrisa de la cara.

-Pero... tú eres así, delgado.

-Enclenque –murmuró Harry con resentimiento.

-¿Por qué dices eso? ¿Ahora de repente te importa tu físico? Sabes perfectamente que a mi esas cosas no me importan.

-Se trata de algo personal –dijo Harry con orgullo-. Siempre he sido delgado. Nunca he destacado por ser... guapo, sino simplemente por ser yo. Y me gustaría saber cómo se siente alguién por el que las chicas se sienten atraídas... en un sentido físico.

-¿Es que te gusta otra?

-No –conestó el rápidamente.

-¿Entonces?

-¡Ya te lo he dicho!

-Está bien, vale. Quédate tú aquí matándote a trabajar. Pero si gastas demasiadas calorías no tendrás músculo que se quede.

-Siempre es alentador el apoyo incondicional de una novia, gracias –dijo Harry sarcástico.

-Bueno, ya sabes lo que yo pienso.

-Pues muchas gracias.

Ginny se quedó mirándole.

-¿Y bien?

-Mmm... ¿hasta luego?

-¡No! ¿Vas a continuar con esta tontería de los músculos?

-Pues sí.

-Bien. En ese caso, olvídate de mí.


Padma iba hacia las mazmorras. El día estaba yendo lo que se dice muy, lo que es... perfecto. Hasta aquel preciso instante, en que vio venir a Harry Potter.

Maldita sea. Des de aquel día en la biblioteca no dejaba de encontrarse con él y mantener conversaciones estúpidas. Pero aquella vez la cosa era diferente: iba hablando con su amigo Ron. Bien, lo único que debía hacer era pasar desapercibida mientras ellos seguían hablando. Se escondió detrás de una gárgola, esperando que pasaran.

-No sé que pensar, Ron –oyó que decía Harry, cuando pasaba por su lado.

-Seguro que no fue nada –aseguró Ron, alejándose.

-¿Y si realmente ha roto conmigo Ginny? –fue lo último que pudo oír Padma. Pero para ella era más que suficiente.


Aquella tarde en las tres escobas tendrían un tema muy interesante del que hablar.

-¿Has roto con Harry? –fue lo primero que le preguntó Padma al verla llegar.

Aquel día ella era la primera, y por fortuna, Ginny la segunda.

-No que yo sepa. ¿Por qué?

-Pues le he oído hablar con Ron y decía que creía que tú habías roto con él.

-No es posible. ¿Cuando ha sido eso?

-Pues... a segunda hora, yo iba hacia las mazmorras y me he cruzado con ellos.

-¿Pero has hablado con ellos?

-Por suerte, no –suspiró Padma.

-¿Qué quieres decir con suerte? –preguntó Ginny, frunciendo el ceño.

-Ah... bueno, es que últimamente he tenido... conversaciones con Harry... algo... raras y por eso no quiería hablar con él –repuso ella, algo nerviosa.

-¿Conversaciones raras? ¿De qué me estás hablando, Padma?

En aquel momento, y para gran alivio de Padma, aparecieron Hannah y Pansy.

-Hola, chicas –dijo Hannah, con una enorme sonrisa en los labios.

-... nas –susurró Pansy con desgana.

-Vale, ¿que pasa aquí? –preguntó Ginny, curiosa por el extraño estado de ánimo adverso de las dos chicas.

Pansy y Hannah se miraron entre ellas.

-Nada -dijeron a la vez.

Padma arqueó una ceja, visiblemente incrédula, al igual que Ginny.

-Vale, está bien –asintió Hannah, algo más rápido de la cuenta-. Hoy he pasado un día maravilloso con Justin.

-Así que ya estáis saliendo... –emepezó a decir Ginny, pícara.

-No, aún no, pero... lo pasamos tan bien juntos... –dijo ella, con la mirada perdida en el infinito (típica de las enamoradas).

-Mírala, qué mona –murmuró Ginny, encantada.

-¿Y a tí qué te pasa? –le espetó Padma a Pansy (lo dijo sin mucho tacto, aunque no hace falta decirlo).

-He roto con Jack. ¿Recordáis? Aquél tío tan buenorro de Slytherin...

-¿El que era un año menor que tú? –dijo Padma aposta.

-Sí, ése. Pero era muy maduro para su edad. Aunque con un estúpido problema de... normas y... responsabilidades de ésas.

-¿Qué quieres decir? –preguntó Hannah.

-Se enteró de que salía con Draco. Y dijo que o uno o el otro, pero que no le parecía bien que le pusiera los cuernos a Draco. Pfff... será imbécil...

-Si lo piensas bien, el chico tenía razón –repuso Hannah.

-¿Razón? ¡Y una mierda! Estúpida palabra... la mora... moratina...jela...mortajela... –tanteó Pansy, sin mucho éxito.

-¿Moral? –la ayudó Padma, sarástica.

-¡Eso es!

-Eso imaginaba –dijo Padma, entre dientes.

-Oye, ¿cuál es tu problema?

-Ninguno. Por cierto, ¿cómo va lo de Harry y Ginny?

-Bueno, dímelo tú –ronroneó ella haciéndole una sonrisa malévola-. Puesto que he oído que últimamente Harry está más pendiente de ir tras de tí que pasar el rato con Ginny.

Padma abrió mucho los ojos, ignorando la mirada inquisitiva de Ginny,

-¡Has sido tú! ¡Tú haces que esté tan raro y que me lo encuentre por todas partes!

-¿No está mal, eh?

-¡Arréglalo ahora mismo! ¡Haz que deje de perseguirme! –le exigió Padma, sin mucho éxito.

-Bueno, en realidad puede que esto me sirva como excusa para dejarle.

Padma la miró con una mezcla de escepticismo y enojo.

-No me digas.

-¡Por favor, Padma! El daño ya está hecho. Además, en cuanto vea a Harry corto con él, ya no te molestará más, ¿de acuerdo?

A Padma no le quedó más remedio que aceptar a regañadientas, puesto que las tres chicas le rogaron que no lo estropeara todo, "como siempre solía hacer".


-¡Ey, Padma!

Padma maldijo su mala suerte. Se dio la vuelta para ver el rostro sonriente de Harry.

-Harry... ¿no has hablado aún con Ginny?

-¿Cón Ginny? Sí, he hablado...

Padma suspiró aliviada.

-Buf... qué suerte. Pero... ¿por qué sigues hablando conmigo?

-¿Que... por qué? ¿Y por qué no?

-Bueno, em... pues ya sabes, por todo eso del engaño de Pansy...

-No tengo ni idea de lo que me estás hablando.

-¿No sabes lo de Pansy?

-¿El qué?

Estaba clarísimo, Ginny no le había explicado nada. Pero estaba ya hasta las mismismas narices de todo aquel embrollo, se lo contaría todo ella misma.


Durante la cena, Ginny se percató de que Harry estaba excesivamente callado.

-¿Ocurre algo?

Harry la miró muy serio.

-Sí –susurró él, simplemente.

-Y... ¿qué es?

-No es tan difícil, ¿sabes?

-No sé de qué me estás hablando Harry.

Harry observó de reojo a Ron, que les estaba mirando con mucha atención y sin ninguna discreción. Entonces se volvió hacia Ginny, lleno de determinación.

-Hemos terminado.

Dicho esto, se levantó dejando a Ginny con la boca abierta y Ron a punto de darle algo.

-¡Haz algo! –le exigió Ron con los ojos desorbitados.

-Yo... no sé –balbuceó Ginny sin lograr salir de su estado de shok.

Una serie de pensamientos y de ideas desordenadas se le amontonaron en la cabeza, montándosele tal lío encima, que no supo que hacer. Hasta que vio aparecer a Padma por el Gran Comedor. Entonces lo vio todo clarísimo: se lo había dicho.

Se levantó de golpe -dando un tremendo susto a su hermano, que no había parado de observarla preocupado- y se marchó sin dar más explicaciones.

-¡Se lo has dicho! –la incriminó Ginny, señalandola acusadoramente con el dedo índice y con los ojos centelleantes de ira.

Padma la miró confusa.

-¿El qué? ¿Quién? –preguntó llena de desconcierto.

-¡Harry! –aclaró ella, como si fuera la cosa más evidente del mundo- ¡El plan con Pansy!

-¿Y? –repuso Padma con toda la tranquilidad del mundo, como si aquello no fuera para nada con ella.

-¿No te das cuenta de lo que has hecho? –dijo Ginny, fuera de sus casillas.

-No sé. ¿Ha roto Harry contigo?

-¡Sí!

-¿Y no es eso lo que querías?

Ginny se quedó algo descolocada.

-Bueno... sí.

-Pues ya está.

-Pero... yo no quería que fuera de esta manera. ¿Qué opinión tendrá ahora Harry de mí?

-Sigo sin ver donde está el problema.

-Pues que... a pesar de todo, hubiese querido que continuáramos siendo amigos.

-Oh. Bueno, pero yo se lo he dicho de manera que Pansy tuviera toda la culpa... cómo lo haya interpretado él ya no es cosa mía –dijo Padma, encogiéndose de ombros.

-Pues deberías haber tenido un poco más de cuidad...

La voz de Ginny fue interrumpida por un creciente murmullo que se extendió por todo el Gran Comedor hasta llegar a convertirse en un ruido ensordecedor. Entonces, como de la nada, apareció Pansy justo delante de ellas.

-¿¡Lo habéis visto!? –gritó ella extasiada.

-¿Quién? –preguntó Padma sin comprender nada.

-¡A quién va ser! –Pansy abrió muhco los ojos, sorprendida de que no supieran nada- ¡Al nuevo profesor, el que va a sustituir al lobezno durante la luna llena! ¡El tío más guapo y que más bueno está en todo el mundo mágico!

-Está clarísimo quién es, ¿no crees? –dijo Padma sarcástica dirigiéndose a Ginny.

Pero Ginny no estaba de humor, y mucho menos con Padma.

-¿A qué viene esto ahora?

Pansy no cabía en su sorpresa por el disgustoso comportamiento de sus "amigas".

-Padma le ha contado todo el plan a Harry –explicó Ginny visiblemente irritada.

-¿Eh? ¡Ah, eso! Bueno, y... ¿Qué?

-¿Y Qué? ¡¿Cómo que y qué?!

-Quiero decir que ¿Qué es lo que ha pasado?

-¡Qué va a pasar! ¡Harry me ha dejado!

-¿Y no era esa la idea?

-¡P-pero no de ese modo!

-Gin, cariño, no hay quien te entienda.

-A lo mejor las cosas vuelven a ser como antes –comentó Padma.

-Seguro –murmuró con desánimo Ginny.


-Profesor Law.

El profesor más guapo, bueno (estar y ser, aunque en opinión de Pansy, estaba más bueno que qualquier otra cosa) y maravilloso del colegio se volvió para atender a una de sus alumnas, que se había quedado hasta el final de la clase para hablar con él.

-Sí, señorita Parkinson.

-Tengo una duda, profesor –dijo ella, fingiendo una cierta timidez muy poco corriente en ella.

-Usted dirá –resolvió él, quitándose un mechón castaño de pelo de la cara.

Pansy tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para contener sus instintos más animales y no ablanzarse sobre aquel guapo profesor.

-Pues verá, se trata de...

-Así que te ha rechazado –dijo Padma con una sonrisa triunfante.


-No me ha rechazado. Lo que pasa es que está prohibido. Para la información de la señorita doña reglas, hay un millón de normas que prohiben la relación profesor-alumna –explicó Pansy con toda naturalidad.

-Vaya, es de lo más romántico, ¿no creeis? –comentó Hannah toda ilusionada.

-Apasionante –suspiró Ginny sin mostrar demasiado entusiasmo.

-¿Qué te ocurre, Ginny? –preguntó Padma preocupada.

-Tú mejor que nadie deberías saberlo –la acusó Ginny con enfado.

-¿Es por Harry?

-Premio para doña reglas.

-Oye, em... preferiría que no volvierais a bautizarme con ése nombre, ¿vale? Puede conllevar algún que otro malentendido. Por lo que respecta a Harry, dale tiempo. Seguro que todo se arregla.

-Mira, como vuelvas a decirme eso te la cargas...

-Gin, no quiero ofenderte, y mucho menos con esos humos que tienes tú, pero estás empezando a ser... patética –dijo Pansy.

-Mira quien fue a hablar, la que ha sido rechazada por el profesor...

-Ejem... será mejor que hoy dejemos a Ginny en paz –aconsejó Pansy mirándosela con recelo.


-¿Has hablado con Ginny?

-No. ¿Por qué?

-Es que está fatal. Se siente muy mal por lo que hizo. ¿Por qué no hablas con ella? Además, no deja de culparme a mí –se quejó Padma.

-Ya veo que tu interés es puramente altruísta –replicó Harry sarcástico.

-¡Vamos, Harry!

-No pienso hacer nada. Primero ella debe disculparse.

-Entonces no hay ningún problema, yo sé lo digo...

-Tiene que ser iniciativa suya no tuya.

-Cuando quieres eres más testarudo que una mula.

-Debes comprenderlo, y tú mejor que nadie. Sabes que no es correcto lo que hizo. Sobre todo pedir a Parkinson que metiera sus narices.

-En eso te doy toda la razón del mundo –le apoyó Padma, llena de convicción.

-Lo peor fue la humillación...

-¿Cómo?

Harry hizo una mueca.

-Se burló delante de mis narices de mi aspecto delgado y enclenque.

-¡Venga ya! Con lo mono que tú eres... –ronroneó ella, tomándole cariñosamente un brazo.

-Déjalo –atajó Harry, sin poder evitar esbozar una sonrisa.

Iban andando por el pasillo, y cuando dieron la vuelta a la esquina se toparon con el profesor Law.

-¡Profesor! –exlcamó Padma soltándose de Harry.

-Oh, buenas tardes, señorita Patil, señor Potter –les saludó amablemente el profesor.

-¿Sabe ya cuando volverá el profesor Lupin? –preguntó Harry directamente.

Padma le regañó con la mirada.

-¡Harry, eso no se pregunta!

-De acuerdo, Hermione.

-¡Serás...!

-Chicos, chicos –trató de calmarles el profesor-. El señor Potter tiene todo el derecho del mundo a preguntar. Aunque temo que mi respuesta va a decepcionarle, porqué aún no sé cuando regresará.

-Ah.

-¡Cambiando de tema! –exclamó Padma bruscamente- Me han comentado que el otro día tuvo que quitarse de en medio a Parkinson.

Harry abrió los ojos como naranjas y miró sorprendidísimo a Padma.

-¿Cómo?

-Pues... la verdad es que la chica se me insinuó, es cierto –dijo el profesor, algo incómodo-. Pero es evidente que una relación profesor alumna no podría darse en ninguno de los casos. Al parecer, la pobre no estaba debidamente informada acerca de este tema. Fue una situación realmente incómoda, la verdad.

-Pobrecilla... –murmuró Harry entre dientes.

-¿Cómo dice?

-Dice que sí, que la chica es un poco dura de mollera.

-Bueno, no creo que sea...

-Bien, profesor, Hasta luego –se despidió apresuradamente Padma, llevándose a Harry consigo.


Justin fue al encuentro de Hannah, que le esperaba a la sombra de un árbol, en el jardin, leyendo apaciblemente un libro.

-Hola –la saludó con simpatía Justin.

-Oh, hola, Justin –le correspondió ella, dejándose a un lado su apasionante lectura.

-¿Qué te cuentas?

-Nada, estaba aquí, leyendo.

-Ajá –asintió él, algo distraído-. Oye, tú eres amiga de Padma Patil, ¿no?

-Eso creo, sí.

-Y... también de Ginny Weasley.

-También creo que sí. ¿Pero a qué viene esto, Justin?

-Pues eh... me han contado algo que...

-¿Es algún cotilleo?

-En efecto.

-Y supongo que en medio del entuerto de sitúa Harry Potter, ¿no?

-Si ya lo sabes no te lo cuento.

-No lo sé, lo que pasa es que ya me lo imagino. Venga, dime de qué se trata.

-Dicen Padma le robó a Ginny Harry...

-Todo eso es una completa y absoluta tontería. Harry y Padma no salen.

-¿Ah, no? Se les ve tan amigos...

-Igual que nosotros, ¿no? –murmuró ella sonrojándose un poco.

-Eh... no, no lo creo.

-¿Por qué no? ¿Es que no somos buenos amigos?

-Sí, pero no es lo mismo, en su caso ambos son hetero... –Justin se cortó bruscamente.

Hannah abrió los ojos de par en par.

-Q... ¿cómo has dicho?

-Eh... nada, no he dicho nada –farfulló poniéndose terriblemente nervioso.

-¡De eso nada! Has dicho que ambos eran...

-¡Está bien, está bien...!

-¿Qué me escondes, Justin?

-Pues eh... no quería decírtelo, pero dada la situación...

-¿Qué es, Justin? –preguntó Hannah, con un nudo en el estómago.

-Soy gay.


-Venga mujer, ya, ya está... –consoló Padma a Hannah, que lloraba como una magdalena.

-Oh, Padma no sabes lo mal que lo he pasado... ha sido... ha sido –jadeó entre sollozos Hannah.

-Vamos, mujer. Sólo es un chico. Hay muchos otros.

-¡Y a él le gustan también! –gimió volviéndo meter la cabeza bajo los brazos de Padma.

Padma suspiró.

-En fin. Mira, Hannah, creo que te estás comportando un poco como una cría. Si ése chico es gay y no se ha vuelto hetero por tí es que es idiota. Así que no te comas más la cabeza y olvídate de él.

-Sup-supongo que tienes razón.

-Pues claro que sí.


-Me he enterado por... todo el colegio de tu puesta en ridículo con el profesor. ¿Sabes en qué posición me has dejado a mí?

Pansy suspiró con impaciencia. Draco y su orgullo.

-Draco, cariño, yo soy la perjudicada aquí, no tú.

-Estás muy equivocada. Porqué no sé si te acordarás tú, pero entre tú y yo hay un trato, ¿no es así? Claro que sí. Acordamos tener total libertad para liarnos con quien quisiéramos mientras fuera con discreción. Y tú lo has roto con tu total ineptitud.

-¿Has acabado ya, papá?

-No. Porqué dada tu mala conducta ahora tú deberás hacer algo por mí.

-No pienso acostarme contigo, Draco, ya te lo dije.

-No es eso –replicó él, con enojo.

-¿Entonces qué es?

-Quiero que me ayudes.

-¿Ayudarte? ¿Es que el profe Snape no te hace suficientemente bien los deberes?

-Tampoco tiene nada que ver con eso, lista.

-¿Piensas decírmelo o qué? –preguntó ella, impaciente.

-Puesto que tú me has puesto en evidencia con uno de tus líos, quiero que tú ahora me ayudes con uno mío.

-Puedes hacerlo perfectamente solo, no necesitas mi ayuda. ¿Qué chica no ha estado contigo en todo Hogwarts a parte de las feas?

-Aquellas que no están interesadas en mí.

-¿Es posible eso? –dijo ella, sarcástica.

-Por desgracia, sí. Además, con lo que he pensado también podre fastidiar un poco a Potter.

Pansy se lo miró con recelo.

-¿Quién es la chica?

-Padma Patil