¡No quiero ser tu!
Por favor, si parecen niños. - Se quejó indignada Hermione al ver al padrino de su mejor amigo Sirius Black iniciar una guerra de miradas frías y comentarios sarcásticos con su profesor de pociones, Severus Snape, en una supuesta reunión importante de la orden, tras la muerte de Lord Voldemort, tambien la de su amigos, Harry y Ron.
Tenías que haberlos visto en sus años de estudiantes. - Dijo Remus desesperado. - De hecho, ahora se pelean educadamente.
Hermione agachó la cabeza justo a tiempo de recibir una maldición de color negro con no muy buenas pintas. Se volvió a Remus y sonrió, irónicamente.
Oh, sí Remus, muy educadamente.
Mientras, en esa misma sala....
Al menos yo he hecho algo y no he estado con el culo sentado en la silla de mi casa para derrotar a Voldemort. Si si, Snape, ya se que imagen quieres dar, esa de héroe desafortunado, pero no borraras la imagen de mucha gente, mortifago grasoso. ¿A caso soy yo el que ha pasado 12 años en Azkaban? Deberías haber estado, si no fuera por Albus... Si, si no fuera por el te... ¿Qué me harías, Snivellus? Esto... - y se lanzó contra Sirius de un salto. Se comenzaron a pegar, incoscientes de las miradas recriminatorias de bastantes de los presentes.
Continuaron así hasta que Dumbledore, harto, alzó su varita y gritó:
Impedimenta. - Los dos quedaron paralizados. - Quiero que a partir de ahora se vuelvan a comportar conforme a su edad, se que en sus años de estudiante dejaron muchas cuentas sin saldar, pero no es hora de vengarlas ahora, y no me obliguen a tomar decisiones drásticas....
Los hombres, que conocían bastante bien las "decisiones drásticas" de Albus Dumbledore decidieron volver a sus sitios cuando los efectos del encantamiento cesaron, pero no dejaron de dirigirse miradas de odio.
Bien, ahora continuemos. - Dijo McGonagall.
La reunión transcurrió sin mas interrupciones, Sirius no hacía mucho caso, ya que en su pensamiento solo rondaba una idea: Me las pagaras Snape.... - y una risa que no tenía nada de que envidiar a las de las películas de terror.
Eran las 12 y media de la noche, en una bonita habitación cercana a la torre de Gryffindor, en ella se encontraban Sirius Black y Remus Lupin contando divertidas historias de sus tiempos de adolescentes a una muchacha de unos 16 años que reía, aunque su mirada no podía ocultar algo de tristeza. Después de unos instantes la misma chica quedó dormida entre los dos hombres, que con suma delicadeza la llevaron a la habitación que compartían, por petición de Albus Dumbledore, aunque no les importaba en absoluto.
Pobre muchacha. - Dijo Sirius. Sí. - Admitió Remus, sentándose al lado de su amigo. - Ha perdido todo lo que tenía en su vida, todo por culpa de Voldemort, él le arrebató a sus padres, a sus dos únicos verdaderos amigos... Pero nos tiene a nosotros. - Comentó Sirius.
Remus rió
Ay Sirius, nosotros somos para ella dos payasos a las órdenes de Dumbledore que la hacemos reír con nuestras absurdas historias de jóvenes. No creo eso, yo digo que el plan del profesor es que encuentre en nosotros dos amigos nuevos. Eres un iluso, Sirius, somos bastante mayores para ella, no creo que confíe sus secretos amorosos en nosotros... No estoy tan seguro Además, yo soy un licántropo y tu... bueno Sirius, has estado 12 años en Azkaban. Bueno, yo sigo pensando que si nos aprecia, y si no lo hará. Además, mañana consultaré una propuesta con Dumbledore, para hacerla más feliz. ¿Qué locura Sirius? Luego te la cuento, ahora tengo otras cosas que hacer.... - Y salió sin decir nada más.
10 minutos después un perro negro observaba atentamente desde el pasillo de la mazmorra a un Severus Snape totalmente concentrado preparando una poción.
Rió para si mismo sacando del bolsillo de la túnica lo que había tomado prestado del armario del estudiante de pociones, cuerno de dragón, y comenzó a acercarse lentamente hacia el hombre.
Se encontraba a escasos dos pasos del profesor cuando este se dio la vuelta, y sonrió irónicamente diciendo:
Vaya vaya Black ¿Querías darme un susto por la espalda¿ No Snape Entonces ¿A que se debe tan agradable sorpresa? A esto. - Le enseñó el cuerno. Snape retrocedió
No se te ocurra arrojar eso a la poción Black, no no ¡NO!.
Demasiado tarde, Sirius ya lo había hechado y lo último que pudieron escuchar fue una leve explosión, que no se podría escuchar muy lejos de esa mazmorra....
Sirius: Se despertó sobresaltado, con un sudor frío recorriéndole la frente. Se miró las manos, vaya si estaba blanco, seguramente a causa de la explosión. Vio una figura en el suelo, bien, Snape, penso en ayudarle, pero como seguramente lo maldeciría por destrozarle la poción y... una pequeña parte de la mazmorra se largó de ahí inmediatamente.
Severus Ya vería ese Black... en cuanto lo pille... mierda, como le dolía la cabeza, se levantó como pudo, sintiéndose mas alto que nunca, vaya sensación, pensó, miró la mazmorra, estaba hecha un cisco, pero ya la recogería luego, quería aire fresco...
Sirius: Sirius Black siguió caminando y sospechó algo extraño cuando un alumno de sexto de Gryffindor que pasaba por allí se lo quedó mirando, con temor. Era verdad que ya hacía bastante tiempo de que le retiraran los cargos pero supuso que aún le tendría miedo. Suspiró y continuó caminando hacia su habitación, inconsciente de la mirada de incredulidad del muchacho. Llegó ante la habitación y abrió la puerta.
Severus: Iba caminando por el pasillo y se cruzó con Albus Dumbledore, quien le preguntó Sirius, ¿Qué haces caminando cerca de los aposentos de Severus? Muy chistoso Albus. - Dijo ligeramente ofendido. - Tengo sueño Albus, a proposito, no me vuelvas a llamar como a ese. - Y se marchó, dejando al profesor ligeramente confundido.
Sirius: Nada mas entrar saludo Hola Remus. - El aludido pegó un salto y preguntó: Severus ¿Qué haces aquí? ¿Severus? ¿Desde cuando me llamo yo así? Snape, ¿qué quieres? Mira Remus, tengo sueño, deja las bromitas... ni que yo me pareciera a ese jajaja. Pero Snape... Bueno, ya vale. - Dijo algo enfadado y e fue a mirar al espejo.
Severus: Entró en su habitación, era ya de noche, y le daba vueltas a lo que había ocurrido, el no se parecía a Sirius, ¿Oh si?, ¿Estaba Dumbledore chocheando? ¿O le estaba tomando el pelo? Se acercó al espejo que había en el cuarto de baño
Segundos después en todo el colegio: AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!!! Dos hombres comenzaron a correr apresurados dando vueltas por todo el castillo, mirándose en todos espejos y cristales que encontraban en el pasillo, hasta que se chocaron a mitad del segundo piso
¡Snape! ¡Black! ¡YO! No, soy YO Haber, calmémonos, yo tengo tu cuerpo. - Dijo Snape. Asqueado Y yo... - Sirius se pasó la mano por el pelo y susurró. - AGG, tu cuerpo. Se limpió la mano con la túnica. Cállate, déjame pensar... - Dijo Snape. Si piensa. . Dijo Sirius. M e temo que esto no tiene solución, puede variar, realizando la poción adversa, se realizarla, pero costará un mes... mas o menos. ¿QUÉ? ¿Te tengo que usar tu cuerpo durante un mes? - Grito Sirius alterado. Me temo que esto me agrada mucho menos que a ti... - Dijo fríamente Snape. Pues no se de que te quejas. - Dijo Sirius De que te quejas tu, Black, te estoy haciendo un favor. ¿Y qué les diremos a los demás? - Preguntó Sirius Una pregunta inteligente Black... yo creo que lo mejor será nada. Lo notaran No Black, yo puedo pasar perfectamente por ti, ya sabes... hacerle la rosca al licántropo todo el día. Pues tu si que serás sencillo, me encierro todo el día en la mazmorrar y cuando salgo lo hago con aires arrogantes diciendo. - Aquí estoy yo, soy Super-Snape el que arriesga su vida por la orden. No te pego por que rompería mi propia cara Lo mismo digo. Mañana nos vemos. - Dijo Snape Sí
Y ambos se marcharon a los dormitorios de sus nuevas vidas.
Snape: Snape se dirigió a la habitación de Lupin, entró y pensó: Uf, aquí apesta a Gryffindor, pero entró de todos modos, allí lo estaba esperando Lupin. Y era hora Sirius, ¿sabes que Snivellus estuvo aquí? ¿De verdad?. - Dijo con finjida curiosidad Si. - Asintió él. - Entró, se miró en el espejo y salió gritando. Me lo imaginaba. - dijo ¿Qué? Que no lo sabía... Ah, te noto estraño... ¿Te doy un masaje para relajarte? ¡No!. - Gritó Snape... bueno si Lup... digo, Remus Ah, por que te encantan mis masajes, anda ven, loco Si muny. Se acerco, intentando sonreír. ¿Muny? Moony Eso esta mejor. - Haber agacha la cabeza, relajate... - Snape gimió ante el contacto de las manos del licántropo, en verdad que se le daba bien eso... ¿Te gusta?. - Preguntó sonriendo tontamente Hacía mucho tiempo que no me hacían nada como eso... - Dijo más para si mismo. Vaya, tendré que hacértelos con mas frecuencia, pero ayer recuerdo haberte hecho uno... Es que lo olvide. - Dijo mientras sentía flotar en las nubes.
El licántropo continuó por unos minutos, en los que Snape no paraba de mirarse al espejo de vez en cuando y dijo:
¿Vienes a dormir ya? Sí, será lo mejor
Snape entró en una habitación amplia y decorada con gusto, en la que había tres camas y nada más entrar vio unos ojos cerrarse apresuradamente, siguió examinando la silueta que fingía dormir y advirtió que se trataba de Hermione Granger. No creyó oportuno preguntar por que la muchacha dormía así y se volvió a Lupin, el cual se estaba quitando ya la ropa de calle, y poniéndose un pijama, al verlo parado le dijo:
¿A caso te vas a quedar ahí depie? No, claro que no. - Se dirigió a su cama y la desplegó, estaba dispuesto a meterse cuando oyó. ¿Vas a dormir con túnica Sirius?. - Rió el licántropo medio dormido No. - Repitió. - Y comenzó a quitarse la ropa, lentamente, primero la túnica, el jersey, la verdad, si que tenía calor... comenzó a desabrocharse el cinturón cuando notó la mirada de la muchacha, se sonrojó levemente, y dejó lo que estaba haciendo para buscar su ropa de dormir.... ¿Dónde está mi pijama? Ay Sirius ¡tu no usas pijama!. - Murmuró Lupin, entre sueños Ah si... - Se volvió a sonrojar, ahora comprendía a la muchacha, Black era un poco exhibicionista seguramente delante de la guapa muchacha. Terminó de desabrocharse los pantalones y se encontró en boxers, como creyó que Black no sería tan bestia, se metió a la cama, levemente subido de temperatura ante la mirada atenta de Granger... quizás, ser Sirius Black no sería tan malo.....
Sirius: Entró en la habitación de Snape, que era oscura y tétrica, para su gusto, perfecta para alguien como Snape, pensó, y lo primero que hizo fue dirigirse al espejo para auto.examinarse, tendría que intentar cuidar su imagen un poco... para fastidiar también a Snape... Se fijó en su pelo, y lo primero que hizo fue convocar un champú desde su propio baño y lavarse el pelo, lástima que Snape tuviera solo agua fría. Dios, cuanta suciedad. - Dijo cuando sintió que sus manos se atascaban un poco en la grasa del descuidado cabello. Después de dos horas de lavado y secado el pelo quedó irreconocible, se lo recortó un poco, dejando que este cayera con estilo por su cara, quedando lo mejor posible a conjunto con su rostro.
Vamos a ver si nos cuidamos Snivellus. - Penso, y se quitó la túnica negra y el resto de la ropa que llevaba en el torso... Ummm, no está mal, mejor de lo que me esperaba, con creces, dijo mirándose hombros, torso, brazos, se miró ligeramente las piernas y bajó sus pantalones. Bueno, allá vamos, ahora o nunca sabremos si podemos reírnos por esto de Snivellus. Se bajó los boxers y se examinó minuciosamente.
Se sonrojó por su atrevimiento mientras murmuraba.
- Ser Severus Snape, tampcoco está tan mal. - Se miró de nuevo. - Nada mal.
Por favor, si parecen niños. - Se quejó indignada Hermione al ver al padrino de su mejor amigo Sirius Black iniciar una guerra de miradas frías y comentarios sarcásticos con su profesor de pociones, Severus Snape, en una supuesta reunión importante de la orden, tras la muerte de Lord Voldemort, tambien la de su amigos, Harry y Ron.
Tenías que haberlos visto en sus años de estudiantes. - Dijo Remus desesperado. - De hecho, ahora se pelean educadamente.
Hermione agachó la cabeza justo a tiempo de recibir una maldición de color negro con no muy buenas pintas. Se volvió a Remus y sonrió, irónicamente.
Oh, sí Remus, muy educadamente.
Mientras, en esa misma sala....
Al menos yo he hecho algo y no he estado con el culo sentado en la silla de mi casa para derrotar a Voldemort. Si si, Snape, ya se que imagen quieres dar, esa de héroe desafortunado, pero no borraras la imagen de mucha gente, mortifago grasoso. ¿A caso soy yo el que ha pasado 12 años en Azkaban? Deberías haber estado, si no fuera por Albus... Si, si no fuera por el te... ¿Qué me harías, Snivellus? Esto... - y se lanzó contra Sirius de un salto. Se comenzaron a pegar, incoscientes de las miradas recriminatorias de bastantes de los presentes.
Continuaron así hasta que Dumbledore, harto, alzó su varita y gritó:
Impedimenta. - Los dos quedaron paralizados. - Quiero que a partir de ahora se vuelvan a comportar conforme a su edad, se que en sus años de estudiante dejaron muchas cuentas sin saldar, pero no es hora de vengarlas ahora, y no me obliguen a tomar decisiones drásticas....
Los hombres, que conocían bastante bien las "decisiones drásticas" de Albus Dumbledore decidieron volver a sus sitios cuando los efectos del encantamiento cesaron, pero no dejaron de dirigirse miradas de odio.
Bien, ahora continuemos. - Dijo McGonagall.
La reunión transcurrió sin mas interrupciones, Sirius no hacía mucho caso, ya que en su pensamiento solo rondaba una idea: Me las pagaras Snape.... - y una risa que no tenía nada de que envidiar a las de las películas de terror.
Eran las 12 y media de la noche, en una bonita habitación cercana a la torre de Gryffindor, en ella se encontraban Sirius Black y Remus Lupin contando divertidas historias de sus tiempos de adolescentes a una muchacha de unos 16 años que reía, aunque su mirada no podía ocultar algo de tristeza. Después de unos instantes la misma chica quedó dormida entre los dos hombres, que con suma delicadeza la llevaron a la habitación que compartían, por petición de Albus Dumbledore, aunque no les importaba en absoluto.
Pobre muchacha. - Dijo Sirius. Sí. - Admitió Remus, sentándose al lado de su amigo. - Ha perdido todo lo que tenía en su vida, todo por culpa de Voldemort, él le arrebató a sus padres, a sus dos únicos verdaderos amigos... Pero nos tiene a nosotros. - Comentó Sirius.
Remus rió
Ay Sirius, nosotros somos para ella dos payasos a las órdenes de Dumbledore que la hacemos reír con nuestras absurdas historias de jóvenes. No creo eso, yo digo que el plan del profesor es que encuentre en nosotros dos amigos nuevos. Eres un iluso, Sirius, somos bastante mayores para ella, no creo que confíe sus secretos amorosos en nosotros... No estoy tan seguro Además, yo soy un licántropo y tu... bueno Sirius, has estado 12 años en Azkaban. Bueno, yo sigo pensando que si nos aprecia, y si no lo hará. Además, mañana consultaré una propuesta con Dumbledore, para hacerla más feliz. ¿Qué locura Sirius? Luego te la cuento, ahora tengo otras cosas que hacer.... - Y salió sin decir nada más.
10 minutos después un perro negro observaba atentamente desde el pasillo de la mazmorra a un Severus Snape totalmente concentrado preparando una poción.
Rió para si mismo sacando del bolsillo de la túnica lo que había tomado prestado del armario del estudiante de pociones, cuerno de dragón, y comenzó a acercarse lentamente hacia el hombre.
Se encontraba a escasos dos pasos del profesor cuando este se dio la vuelta, y sonrió irónicamente diciendo:
Vaya vaya Black ¿Querías darme un susto por la espalda¿ No Snape Entonces ¿A que se debe tan agradable sorpresa? A esto. - Le enseñó el cuerno. Snape retrocedió
No se te ocurra arrojar eso a la poción Black, no no ¡NO!.
Demasiado tarde, Sirius ya lo había hechado y lo último que pudieron escuchar fue una leve explosión, que no se podría escuchar muy lejos de esa mazmorra....
Sirius: Se despertó sobresaltado, con un sudor frío recorriéndole la frente. Se miró las manos, vaya si estaba blanco, seguramente a causa de la explosión. Vio una figura en el suelo, bien, Snape, penso en ayudarle, pero como seguramente lo maldeciría por destrozarle la poción y... una pequeña parte de la mazmorra se largó de ahí inmediatamente.
Severus Ya vería ese Black... en cuanto lo pille... mierda, como le dolía la cabeza, se levantó como pudo, sintiéndose mas alto que nunca, vaya sensación, pensó, miró la mazmorra, estaba hecha un cisco, pero ya la recogería luego, quería aire fresco...
Sirius: Sirius Black siguió caminando y sospechó algo extraño cuando un alumno de sexto de Gryffindor que pasaba por allí se lo quedó mirando, con temor. Era verdad que ya hacía bastante tiempo de que le retiraran los cargos pero supuso que aún le tendría miedo. Suspiró y continuó caminando hacia su habitación, inconsciente de la mirada de incredulidad del muchacho. Llegó ante la habitación y abrió la puerta.
Severus: Iba caminando por el pasillo y se cruzó con Albus Dumbledore, quien le preguntó Sirius, ¿Qué haces caminando cerca de los aposentos de Severus? Muy chistoso Albus. - Dijo ligeramente ofendido. - Tengo sueño Albus, a proposito, no me vuelvas a llamar como a ese. - Y se marchó, dejando al profesor ligeramente confundido.
Sirius: Nada mas entrar saludo Hola Remus. - El aludido pegó un salto y preguntó: Severus ¿Qué haces aquí? ¿Severus? ¿Desde cuando me llamo yo así? Snape, ¿qué quieres? Mira Remus, tengo sueño, deja las bromitas... ni que yo me pareciera a ese jajaja. Pero Snape... Bueno, ya vale. - Dijo algo enfadado y e fue a mirar al espejo.
Severus: Entró en su habitación, era ya de noche, y le daba vueltas a lo que había ocurrido, el no se parecía a Sirius, ¿Oh si?, ¿Estaba Dumbledore chocheando? ¿O le estaba tomando el pelo? Se acercó al espejo que había en el cuarto de baño
Segundos después en todo el colegio: AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!!! Dos hombres comenzaron a correr apresurados dando vueltas por todo el castillo, mirándose en todos espejos y cristales que encontraban en el pasillo, hasta que se chocaron a mitad del segundo piso
¡Snape! ¡Black! ¡YO! No, soy YO Haber, calmémonos, yo tengo tu cuerpo. - Dijo Snape. Asqueado Y yo... - Sirius se pasó la mano por el pelo y susurró. - AGG, tu cuerpo. Se limpió la mano con la túnica. Cállate, déjame pensar... - Dijo Snape. Si piensa. . Dijo Sirius. M e temo que esto no tiene solución, puede variar, realizando la poción adversa, se realizarla, pero costará un mes... mas o menos. ¿QUÉ? ¿Te tengo que usar tu cuerpo durante un mes? - Grito Sirius alterado. Me temo que esto me agrada mucho menos que a ti... - Dijo fríamente Snape. Pues no se de que te quejas. - Dijo Sirius De que te quejas tu, Black, te estoy haciendo un favor. ¿Y qué les diremos a los demás? - Preguntó Sirius Una pregunta inteligente Black... yo creo que lo mejor será nada. Lo notaran No Black, yo puedo pasar perfectamente por ti, ya sabes... hacerle la rosca al licántropo todo el día. Pues tu si que serás sencillo, me encierro todo el día en la mazmorrar y cuando salgo lo hago con aires arrogantes diciendo. - Aquí estoy yo, soy Super-Snape el que arriesga su vida por la orden. No te pego por que rompería mi propia cara Lo mismo digo. Mañana nos vemos. - Dijo Snape Sí
Y ambos se marcharon a los dormitorios de sus nuevas vidas.
Snape: Snape se dirigió a la habitación de Lupin, entró y pensó: Uf, aquí apesta a Gryffindor, pero entró de todos modos, allí lo estaba esperando Lupin. Y era hora Sirius, ¿sabes que Snivellus estuvo aquí? ¿De verdad?. - Dijo con finjida curiosidad Si. - Asintió él. - Entró, se miró en el espejo y salió gritando. Me lo imaginaba. - dijo ¿Qué? Que no lo sabía... Ah, te noto estraño... ¿Te doy un masaje para relajarte? ¡No!. - Gritó Snape... bueno si Lup... digo, Remus Ah, por que te encantan mis masajes, anda ven, loco Si muny. Se acerco, intentando sonreír. ¿Muny? Moony Eso esta mejor. - Haber agacha la cabeza, relajate... - Snape gimió ante el contacto de las manos del licántropo, en verdad que se le daba bien eso... ¿Te gusta?. - Preguntó sonriendo tontamente Hacía mucho tiempo que no me hacían nada como eso... - Dijo más para si mismo. Vaya, tendré que hacértelos con mas frecuencia, pero ayer recuerdo haberte hecho uno... Es que lo olvide. - Dijo mientras sentía flotar en las nubes.
El licántropo continuó por unos minutos, en los que Snape no paraba de mirarse al espejo de vez en cuando y dijo:
¿Vienes a dormir ya? Sí, será lo mejor
Snape entró en una habitación amplia y decorada con gusto, en la que había tres camas y nada más entrar vio unos ojos cerrarse apresuradamente, siguió examinando la silueta que fingía dormir y advirtió que se trataba de Hermione Granger. No creyó oportuno preguntar por que la muchacha dormía así y se volvió a Lupin, el cual se estaba quitando ya la ropa de calle, y poniéndose un pijama, al verlo parado le dijo:
¿A caso te vas a quedar ahí depie? No, claro que no. - Se dirigió a su cama y la desplegó, estaba dispuesto a meterse cuando oyó. ¿Vas a dormir con túnica Sirius?. - Rió el licántropo medio dormido No. - Repitió. - Y comenzó a quitarse la ropa, lentamente, primero la túnica, el jersey, la verdad, si que tenía calor... comenzó a desabrocharse el cinturón cuando notó la mirada de la muchacha, se sonrojó levemente, y dejó lo que estaba haciendo para buscar su ropa de dormir.... ¿Dónde está mi pijama? Ay Sirius ¡tu no usas pijama!. - Murmuró Lupin, entre sueños Ah si... - Se volvió a sonrojar, ahora comprendía a la muchacha, Black era un poco exhibicionista seguramente delante de la guapa muchacha. Terminó de desabrocharse los pantalones y se encontró en boxers, como creyó que Black no sería tan bestia, se metió a la cama, levemente subido de temperatura ante la mirada atenta de Granger... quizás, ser Sirius Black no sería tan malo.....
Sirius: Entró en la habitación de Snape, que era oscura y tétrica, para su gusto, perfecta para alguien como Snape, pensó, y lo primero que hizo fue dirigirse al espejo para auto.examinarse, tendría que intentar cuidar su imagen un poco... para fastidiar también a Snape... Se fijó en su pelo, y lo primero que hizo fue convocar un champú desde su propio baño y lavarse el pelo, lástima que Snape tuviera solo agua fría. Dios, cuanta suciedad. - Dijo cuando sintió que sus manos se atascaban un poco en la grasa del descuidado cabello. Después de dos horas de lavado y secado el pelo quedó irreconocible, se lo recortó un poco, dejando que este cayera con estilo por su cara, quedando lo mejor posible a conjunto con su rostro.
Vamos a ver si nos cuidamos Snivellus. - Penso, y se quitó la túnica negra y el resto de la ropa que llevaba en el torso... Ummm, no está mal, mejor de lo que me esperaba, con creces, dijo mirándose hombros, torso, brazos, se miró ligeramente las piernas y bajó sus pantalones. Bueno, allá vamos, ahora o nunca sabremos si podemos reírnos por esto de Snivellus. Se bajó los boxers y se examinó minuciosamente.
Se sonrojó por su atrevimiento mientras murmuraba.
- Ser Severus Snape, tampcoco está tan mal. - Se miró de nuevo. - Nada mal.
