Capítulo 13. El baile de San Valentín
Disclaimer: si esto os suena de algo, me parece que es porque lo habéis leído en los libros de Harry Potter y porque nada de esto es mío.
Reviews:
meli-2108: tranquilidad, no te me mueras, que en este capi vas a saber tooooodas las respuestas a tus preguntas. Así que no te preocupes, tan solo lee. En fin, que me alegro de que te guste el fic y que espero que disfrutes también con este capítulo. Un beso grande, grande.
karipotter: me alegra que pienses que le doy un toque interesante al fic, es difícil dejar a los lectores en suspenso pero hago lo que puedo. Bueno, ya no te preocupes porque aquí está el nuevo capi. ¡Qué lo disfrutes! Besos.
Ely-Barchu: ya ves, que ocurrencias tengo, eso de dejar el capi anterior tan en suspenso, jeje. No te preocupes, que en cuanto tenga un poco de tiempo, yo me pasó por tu fic y ya te digo lo que me pareció, ¿ok? Un beso y ojalá te guste el capi.
Lladruc: es muy gratificante saber que le alegro el día a alguien con el fic. En serio, gracias por tu apoyo. Pues no más esperas, aquí está el nuevo capi. Léelo y ten enterarás de lo que pasó con Lily & James. Besines cielo.
Elizabeth Black: por supuesto que Dumblydu elegirá el mismo las parejas. Si el hombre está en todos los saraos metido - Sí, ya sé que últimamente ya me dejáis más reviews, que me animáis mucho. Así que aquí está el nuevo capi. A ver si también te gusta. Un abrazo.
Cristie: ya te echaba de menos. Pero bueno, si me dices que has tenido problemas para dejar el review, no te lo tendré en cuenta. Al fin y al cabo, la intención es lo que cuenta ¿Tus padres te pillaron riéndote con el fic tú sola? Pues te aseguro que es peor que te pillen llorando, te lo digo por experiencia porque a mí ya me ha pasado con algún fic. Por lo menos tengo el consuelo de que te diviertes leyendo mi historia. A mí el nombre de Currupipi también me hace mucha gracia, por eso lo puse. Besines y ojalá te guste el capi.
Iraty Rowling: Bien, ya te pusiste al día con mis capis. No te creas, que los cotilleos que me sé son porque me los cuenta mi prima o porque los vi en verano en la tele, que ahora en época de clases lo único que veo en la tele es el telediario, aquí no hay quien viva y para de contar. ¿No te gusto el anterior capi? Bueno, espero que este sí sea de tu agrado. El sistema de Mary para dejar de hablar mal yo también lo utilicé, pero nada, sigo hablando igual de mal que antes. Tranquila, que en este capi ya te enteras de qué es lo que hace Donna, que os tiene a todos muy intrigados. Besos.
Mary93: sí, me parece que si que me habías escrito ya algún que otro review. Tienes razón, porque al principio el fic no era nada del otro mundo, pero poco a poco he ido liando más la madeja y supongo que está más interesante. No pasa nada porque no me dejes review en todos los capis, comprendo que no tengas tiempo porque a mí me pasa lo mismo. De todas más me alegra saber que te gusta el fic y espero seguir a sí. Un beso.
Sin más palabrería, os dejo con el capítulo 13 de "Una pelirroja muy legal".
Capítulo 13. El baile de San Valentín
Lily iba caminando por los pasillos, completamente absorta en sus pensamientos. No hacía más que darle vueltas a aquel asunto tan extraño de los sueños. Iba tan absorta que no sabía ni por donde iba, hasta que…
¡Au! Mira por donde vas imbéc… - la pelirroja se quedó muda cuando, al levantar la vista, descubrió con quien se había chocado.
Lo siento – se disculpó James con sinceridad – Es que iba distraído, iba… pensando – al moreno le hubiera gustado añadir "en ti", pero decidió que lo mejor en aquella situación era callarse.
En ese momento, el mismo pensamiento cruzó la mente de los dos jóvenes al mismo tiempo: "¿Besará tan bien como en los sueños? ¿Qué pasaría si…?"
Y al parecer, los dos también llegaron a la misma conclusión: lo mejor era comprobarlo.
Lentamente, se fueron acercando sin dejar de mirarse a los ojos, hasta llegar a un punto en el que el espacio entre sus dos cuerpos era mínimo. James deslizó una de sus manos hasta la cintura de la chica y la otra la posó sobre su mejilla, mientras que ella apoyó una de sus manos en el pecho del chico. Acto seguido, los dos fueron acercándose todavía más y más…
¡ATCHISSSS! – un estornudo que no procedía de ninguno de los dos, resonó en el desierto corredor e hizo temblar los cimientos de todo el castillo.
La chica se sobresaltó y dejó caer el libraco de Encantamientos que, por casualidades de la vida, acabó sobre el pie del pobre James.
¡Au! – se quejó él mientras que soltaba a la chica y se llevaba las manos al pie.
Lo siento – se disculpó Lily, molesta por la interrupción. Justo cuando se iba a besar con uno de los tíos más buenos de la escuela, a alguien se le ocurría estornudar. ¡Qué se tomara una aspirina!
No pasa nada – aseguró el moreno – Creo que lo mejor será ir a la sala común, ¿no? – propuso pensando que le habían jodido la mayor oportunidad de su vida. No todos los días se encontraba a su pelirroja así de dispuesta.
Sí, claro.
Mientras, una persona importantísima y maravillosísima, observaba la escena tremendamente frustrado.
¡Maldita sea! – exclamó el profesor Dumbledore acatarrado – No debí salir al jardín con Hagrid. Y ahora todo mi plan se ha ido al garete. Justo cuando estaba consiguiendo que estos dos se besaran…
El director se fue por otro pasillo maldiciendo todo y dándole patadas a las armaduras porque decía que le miraban mal, aunque yo creo que es porque le daban miedo.
¡Adalbert! ¡Adalbert!
El aludido miro hacia atrás y vio como Gladys corría como una posesa hacia él. Entonces, sin saber ni siquiera porqué, el chico comenzó a correr lo más rápido que sus piernas le permitían. Hasta que…
¡Au! – exclamó dándose de bruces contra alguien - ¡Chris!
¿Pensabas que te ibas a escapar de nosotras? – preguntó Mary apareciendo por detrás de la rubia.
¡Adalbert! – volvió a decir Gladys colocándose al lado del chico.
No… no vais a hacerme nada – dijo Adalbert reculando (N.A. reculando, ¿no os hace gracia esa palabra? A mí sí, mucha, sobre todo porque a mi profe de Ética le llamamos el reculador Eh… sí, va a ser mejor que os deje seguir leyendo) hacia atrás hasta que su espalda chocó contra la pared. Estaba acorralado.
Claro que no – replicó Mary en un tono nada tranquilizador.
Tan solo vamos a ayudarte – aseguró Chris.
Vamos a ayudarte para que saques el mayor partido a tu imagen – corroboró Gladys.
Vamos a hacerte un cambio de imagen – anunciaron las tres a la vez y la mar de contentas.
¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOO!!!!! – se horrorizó el joven y salió corriendo perseguido por sus tres amigas.
Pobre Adalbert – murmuró Michael tras observar atentamente la escena - ¿Verdad Donna? ¿Donna? ¡Joder! Ya ha vuelto a desaparecer.
A la hora de la comida…
Tres chicas, una rubia, otra morena y otra indefinida, entraron en la taberna de "Las tres escobas". Eso no tendría nada de especial si omitiéramos el hecho de que, tras ellas, un chico hacía lo indecible por tratar de entrar al bar.
¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHH!!!!!!! – una multitud enloquecida de féminas gritaba en el exterior y acorralaba al chico en cuestión.
¡Adalbert! – gritó una de esas tres chicas, concretamente la indefinida. Es decir, Gladys - ¡Entra ahora mismo! Que te vas a resfriar.
Ya me gustaría a mí – replicó el chico – Pero es que esta manada de lobas no me deja. Tienen las hormonas más alteradas que todos los merodeadores juntos.
¿Alguien ha dicho merodeadores? – preguntó la voz de Sirius detrás de Adalbert, acompañado de James y Remus.
Esos somos nosotros – dijo James.
¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!! – la multitud de chicas dejó de inmediato de acosar al pobre Adalbert y se tiró encima de sus tres nuevos objetivos.
¡Por fin! – suspiró el Gryffi acomodándose su nueva ropa y entrando en el local – Que estresante es esto de ser un sex-symbol.
Ay Adalbert, es el precio de la fama – bromeó Michael mientras veía como su amigo se sentaba – Por cierto, ¿dónde está Lily?
Se quedó en el colegio – informó Mary – Dijo que tenía tarea pendiente.
No se lo cree ni ella – dijo Chris.
Bueno, yo marcho, que mis amigas me están esperando – se despidió Gladys yendo a una mesa cercana.
¿Y Donna? – preguntó Adalbert al no ver a su amiga por ninguna parte.
Desapareció.
¡Qué raro! – ironizó Mary – En fin, me tengo que ir a hacer unas compras. Nos vemos – se despidió la chica.
¿Te acompaño? – se ofreció Adalbert.
No, gracias – rechazó ella con una sonrisa – Prefiero ir sola. ¡Hasta luego!
Mary se pasó el resto de la tarde haciendo unas compras que le había encargado Lily confidencialmente. Al final de la tarde, estaba cansadísima y harta de recorrerse todas las tiendas del pueblo de Hogsmeade, así que lo único que logró fue sentarse en el primer banco que pilló libre.
¡Hola!
La chica miró a su derecha para ver quién acababa de sentarse a su lado y quién la había saludado, que seguramente era la misma persona.
¡Black! ¿Qué haces aquí?
Descansar – contestó él sonriente - ¿Tú?
Descansar.
Aaaah – dijo él.
Black – le volvió a llamar la chica - ¿Qué haces aquí?
¿Sinceramente?
Sí.
Quería estar un rato contigo – confesó él sin tapujos.
Vale Black – aceptó ella – Lo que tú digas.
Te lo estoy diciendo en serio.
¿Sinceramente? – preguntó esta vez la chica.
Sí – respondió Sirius.
¿Sabes? – habló la chica tras unos interminables minutos de silencio – Es extraño.
¿El qué?
Que estemos aquí tú y yo – explicó Mary tranquilamente – hablando como si nos conociéramos de toda la vida.
Nos conocemos desde hace siete años – replicó el joven.
Ya, pero nunca habíamos hablado de igual a igual. Tú siempre estabas rodeado de esas chicas maravillosas y yo… tan solo iba a tú misma casa y nada más. Creo que en siete años no habíamos hablado civilizadamente ni una vez.
Nunca es tarde para empezar algo – contestó Sirius leyendo entre líneas.
Pero no me explico como en tanto tiempo, ninguno de los dos… - Mary dejo la frase en suspenso.
Igual es que yo no me atrevía a acercarme a ti.
¿Un merodeador no se atreve a acercarse a una chica? – repitió la morena incrédula - ¿Estás de broma?
Cuando sientes algo diferente por alguien, es difícil no tener en cuenta tus sentimientos y acercarte a esa persona como si no pasara nada – razonó el merodeador.
Mary dejó de mirar al vacío y posó sus ojos azules sobre el chico.
¿Qué estás tratando de decirme?
Que me gustas Mary – respondió Sirius sin andar con más rodeos – Me gustas desde hace bastante tiempo y… no sé, igual es algo más que simple atracción, igual es algo más fuerte. Pero de momento lo único que sé es que me gustas, y mucho.
La chica tan solo sonrió imperceptiblemente y le dio un corto pero intenso beso en los labios.
"La la la laaaaa" – tarareaba alegremente Mary mientras se duchaba.
¿Y a ti qué coño te pasa? – preguntó Lily abriendo ella también el grifo de la ducha y metiéndose en ella.
Es evidente, ¿no? – dijo Chris mientras se cepillaba los dientes.
"La la la laaaaaaa" – siguió cantando la chica mientras se duchaba.
Espera… - se dio cuenta Lily al salir de la ducha – Ya sé lo que te pasa y tiene algo que ver con Black, ¿no? ¡Te has enrollado con él! Y encima a mis espaldas ¡Traidora!
Es increíble – murmuró Mary cuando la pelirroja salió del baño – Parece que tiene un sexto sentido para esto, ¿cómo lo ha adivinado?
Un caso más para Mulder y Scully – sentenció Chris dirigiéndose a la habitación para vestirse.
Después de arreglarse y coger las cosas que necesitaban, las tres chicas bajaron rápidamente al Gran Comedor para desayunar.
¡Hola! – saludó Mary alegremente al llegar al comedor.
¿Y a ésta qué le pasa? – preguntó Donna, que milagrosamente todavía no había desaparecido dejándoles allí plantados - ¿Le ha regalado un DVD o le ha tocado la lotería? (N.A. vale, ya sé que en esa época todavía no existían los DVD's, pero no importa)
¡Mary! ¡Mary! – gritó Fiona sentándose con ellas - ¿Son ciertos los rumores?
¿Qué rumores? – se asombró Donna de que ningún rumor sobre Mary hubiera llegado a sus oídos.
¡Mary! – esta vez era Gladys la que la llamaba - ¿Es verdad lo que dicen sobre ti y…?
¡Shh! – la interrumpió Mary llevándose un dedo a los labios en señal de que debía callarse.
Pero… - volvió a decir Donna completamente desconcertada - ¿qué rumores?
En el colegio Hogwarts, la rumorología popular no era una asignatura oficial que se impartiera con profesor y todo, pero gran parte del alumnado la practicaba asiduamente. Existían varios niveles en este tema, pero Donna era toda una institución en cuestión de rumores y rara era la vez que ella no se enteraba de la mínima noticia que circulaba por el castillo. Por eso era tan extraño para ella no haberse enterado de aquel supuesto rumor sobre una de sus amigas.
¿No te has enterado? – preguntó Gladys – Donna, cariño, estás perdiendo facultades.
¡No estoy perdiendo facultades! – se defendió la Gryffi completamente ofendida por el comentario.
¿Y entonces cómo es que no te has enterado? – insistió Gladys de nuevo - ¡Es la noticia estrella del día!
Déjala – intervino Fiona – Que desde que desaparece tan misteriosamente, está desconectada de la vida social.
¡Eso es mentira!
No – metió baza su hermano – Es totalmente cierto. En seis años que llevamos en Hogwarts nunca se te había escapado un rumor, y menos uno que tuviera que ver con una amiga tuya.
¿Queréis dejarlo ya? – pidió Mary.
¡No! – respondieron Donna, Gladys, Fiona y Michael a la vez.
Ante la negativa de sus amigos, la chica tan solo emitió un suspiro de desesperación.
Son pesados, ¿verdad? – dijo Adalbert con una sonrisa amable, mientras tenía como música de fondo a los otros cuatro discutiendo sobre si Donna estaba perdiendo facultades o no.
Pesados no, pesadísimos.
No les hagas mucho caso – aconsejó el joven.
Ya, pero es que son muuuuuuuuuy cotillas.
Sí – corroboró él riéndose – Demasiado.
Aunque prefiero eso a los arrebatos de "madre preocupada por su hija" made in Lily que nos monta de vez en cuando.
Adalbert soltó una sonora carcajada al oír el comentario, ya que Lily encajaba perfectamente en ese papel.
¿En serio? – preguntó él todavía riéndose.
Sí, Adalbert, eso es lo que tenemos que aguantar Chris y yo – contestó Mary con un tono falsamente apesadumbrado.
Pero, ¿qué rumor es ese que dicen Fiona y Gladys? – bromeó intentando hacer rabiar a la chica.
¿Tú también? – se asombró Mary con un brillo peligroso en su mirada.
¡Tranquila! Era una broma.
Ya – contestó la morena escéptica.
Volviendo a la conversación de Donna, Michael, Fiona y Gladys…
Está bien Donna – aceptó Gladys, dando por finalizada la discusión – No has perdido tus facultades, ¿vosotros que opináis?
Que no ha perdido sus facultades – dijeron Michael y Fiona a la vez, aunque por dentro pensaban todo lo contrario. Pero como a Gladys las discusiones le estresaban y le producían arrugas, les amenazó por lo bajo con hacerles un cambio de imagen si no la daban la razón a Donna y acababan la discusión.
Así me gusta – dijo Donna satisfecha.
Pasando a otro tema, me gustaría proponeros otra cosa – empezó Gladys mirando fijamente a Donna y a Fiona.
Tú dirás.
Me gustaría que participarais en "El diario de Hogwarts".
¿El Diario de Hogwarts? – repitió Fiona - ¿Y eso qué es?
Es un periódico que pienso crear – explicó la Raven – Pero necesito colaboradores. De momento ya tengo a Rita Skeeter, esa Huppie de 4º que es tan cotilla y a un amigo suyo que haría de fotógrafo.
Hombre, no es mala idea – calificó Donna.
No, la verdad es que es bastante interesante.
¿Y yo puedo participar? – dijo una voz.
¿Pettigrew? – preguntó Gladys con una clara mueca de asco.
Sííííííí – contestó el chico contento - ¡Te has acordado de mi nombre! ¡Cómo mola!
¿Y en qué sección te gustaría participar? – se interesó Gladys que, como buena alma caritativa que en el fondo era, decidió hacer su buena acción del mes y darle una oportunidad al chico.
En la de belleza, por supuesto – contestó Peter sin titubear (N.A. ¬¬ sin comentarios)
¿Y por qué precisamente en la de belleza?
¿Quién mejor para dirigir la sección de belleza que uno de los chicos más deseados y admirados de todo Hogwarts? – respondió el Gryffi con otra pregunta.
Es obvio que me estás describiendo a mí – dijo Sirius entrando en escena.
O a mí – corroboró James.
Y también a mí – añadió Remus.
¿Os interesaría participar en mi periódico? – preguntó Gladys completamente ilusionada.
Hombre… - empezó James con una sonrisa encantadora.
No encantaría – siguió Sirius con otra sonrisa no menos radiante.
Pero va a ser imposible – finalizó Remus sonriendo, para variar.
¡Oh! No importa – aseguró Gladys un poco apenada – Pero hacedme un favor, no permitáis que vuestro amigo meta las narices en mi periódico, quiero que sea un periódico con clase.
Tranquila, ya nos encargaremos de ello – prometió Sirius - ¡Peter! Vamos, que llegamos tarde a clase. ¡Hasta luego! – se despidió guiñándole un ojo a Mary, por lo que ella esbozó una pequeña sonrisa.
Adiós chicas – dijo Remus dándole un beso en la mejilla a Chris – Y chicos – añadió mirando a Michael y a Adalbert.
Por su parte, James intentó escabullirse de allí lo más rápido posible evitando mirar a Lily a la cara.
¿Y eso? - le preguntó Donna a Chris - ¿Pensáis hacer pública vuestra relación?
No lo sé, Donna, no lo sé – respondió Chris lanzando un suspiro mientras se levantaba de la mesa. El tema la tenía realmente confundida – Vamos chicas, se nos hace tarde.
¡Vamos Lily! ¡Date prisa! – apuró Chris.
¿Para qué vamos a darnos prisa? – preguntó la pelirroja con pesimismo – Si total, Dumbledore solo va a nombrar las parejas del baile. Eso no tiene nada de especial.
¡Lo dirás tú! – replicó Mary – Yo estoy ansiosa por saber con quién me va a tocar.
Querrás decir que estás ansiosa por saber si te va a tocar con Black – corrigió Chris con una sonrisa pícara.
Bueno sí, eso también – aceptó la morena provocando que Lily bufara.
Ha llegado la hora de formar las parejas para el baile de San Valentín – anunció el profesor Dumbledore después de que todos y cada uno de sus alumnos habían terminado de cenar – Para ello vamos a echar mano al azar. Señor Filch, si es usted tan amable…
El señor Filch, o el amargado de Filch, que así era como le llamaban la inmensa mayoría de los alumnos de Hogwarts, era el conserje del colegio que junto con su inseparable gata (que en más de una ocasión había sufrido algún que otro "accidente") patrullaban por todo el castillo día y noche, por lo que necesitaban ingerir litros y litros de cafeína para mantenerse despiertos. Pero eso es otra historia. El caso es que Filch se levantó de su roñosa silla (elegida por él mismo) y cuando volvió, trajo consigo mismo dos cofres de idéntico tamaño y apariencia.
En estos dos cofres están todos vuestros nombres – prosiguió el director – En este, se encuentran los nombres de todas las chicas que cursan cuarto curso o más y en este otro – añadió señalando al segundo cofre – están los nombre de los chicos, lógicamente. Yo voy a ejercer de mano inocente (N.A. ¿inocente tú? ¡venga ya!) y sacaré dos papelitos, uno de cada cofre. Esos dos nombre que salgan, serán pareja en el baile, ¿entendido?
Todos los jóvenes implicados en el asunto, es decir, los de cuarto para arriba, asintieron en señal de acuerdo.
Veamos – Dumbledore metió la mano en uno de los cofres y sacó un papelito – Lily Evans con – redoble de tambores. El profesor sacó otro papel del otro cofre en el que ponía "Robert Dury" - ¡James Potter! – mintió el hombre.
¡Mierda! – dijeron James & Lily al mismo tiempo, pero en distintos y cercanos lugares de la mesa de Gryffindor.
Durante bastante tiempo, el director de Hogwarts siguió sacando papelitos de ambos cofres, mintiendo como un bellaco y emparejando a sus alumnos como a él le daba la gana sin que nadie se diera cuenta de nada.
Las parejas supongo que ya os las suponéis, porque Dumbledore en ocasiones es bastante predecible: Lily con James, Remus iría con Chris y Sirius acudiría al baile con Mary. Por su parte, a Michael le tocó la desgracia de ir con la Raven pija Natalie Posh y Adalbert iba con la presidenta del club de fans de Williams, Jane Johnson. En este punto, Donna era ya de las pocas que todavía no tenía pareja, y esperaba ansiosa y en un estado de nerviosismo total.
Vamos con otra. A ver, a ver – dijo Dumbledore sacando otro papel – Donna Young irá con… (N.A. atents, que aquí viene lo bueno de verdad) ¡Severus Snape!
Justo cuando todos los amigos de la chica, incluidos los merodeadores, le iban a dar el pésame por la pareja que le había tocado, ella se puso a dar saltitos de alegría y a gritar entusiasmada:
¡Yupi! ¡Voy a ir al baile con mi Sevi- Sev!
Los demás se quedaron con cara de pasmadotes y pensando que se habían perdido algo.
¿Tu… tu Sevi-Sev? – logró por fin articular Michael.
Sí, claro, mi Sevi-Sev – repitió Donna dándose cuenta de las consecuencias que su arrebato pasional podía traer y arrepintiéndose de ello.
¿Has dicho tu… tu… Sevi-Sev? – preguntó Sirius completamente horrorizado.
Un momento, ¿desde cuándo ha pasado de ser ese idiota de Snape a ser tu… Sevi-Sev? – dijo Fiona, incapaz de creérselo.
Bueeeeeeeeeeno – dijo la chica dando largas – Es una larga historia.
Cuéntalo – ordenó su hermano autoritario – Ya.
Está bien – aceptó ella - ¿Recordáis desde que vinimos de vacaciones he estado desapareciendo misteriosamente?
Los demás asintieron en señal de que se acordaban. ¡Cómo para no acordarse! Así que Donna prosiguió con su explicación.
Pues es que he estado quedando a escondidas con Severus.
¿Entonces no traficabas con drogas? – preguntó Lily.
¿Ni estabas metida en una secta? – se interesó Mary.
¿Ni estabas creando tu colección de moda primavera-verano? – aventuró Gladys.
¡NO! – exclamó Donna ante las teorías tan descabelladas que se habían inventado sus amigos – Tan solo estaba saliendo con Severus.
¡Qué fuerte! – dijeron todos a una.
¿Y cuándo nos lo vas a presentar? – se interesó Michael que, como buen hermano mayor que era (había nacido dos segundos antes que su hermana), se veía en la obligación de evaluar a los novios de Donna.
Tío, ya conoces de sobra a Quejicus – aseguró Peter, metiéndose en una conversación que no era la suya (N.A. lo siento, pero es que no puedo evitar hacerle quedar en ridículo).
Ya – dijo el otro – Pero quiero conocerle en calidad de "novio de mi hermana".
Dos cosas – intervino Donna, en una conversación que sí era la suya – Ya te presentaré a Severus como es debido en el baile. Y tú – añadió dirigiéndose a Peter con un brillo peligroso en su mirada, porque la rata se encogió tanto que parecía un enanito – si le tienes el más mínimo apreció a tu vida, no vuelvas a llamar Quejicus a Severus, ¿entendido?
Va… vale – tartamudeó el chico, pero acto seguido se dio la vuelta y gritó - ¡Eh! ¡Mirad a Quejicus!
¡PLAF! – la mano de Donna impactó sobre la nuca del gilipollas de Peter.
¡Au! – se quejó la rata.
Te lo advertí – le recordó Donna.
Día del baile. O lo que es lo mismo, 14 de febrero.
- Estado del sector masculino: resignados para lo que les espera
- Estado del sector femenino: crisis histérica con un cuadro agudo de ansiedad
He aquí un ejemplo de lo que os acabo de decir:
¡Aaaaaaaaaaaah! – Donna entró en la habitación de las chicas de séptimo gritando como si estuviera poseída por el espíritu de la niña del exorcista. O peor aún, como si estuviera poseída por el espíritu de Carmen Hornillos.
¿Qué te pasa? – preguntó Mary tranquilamente, apartando su vista de una revista y posándola sobre su amiga.
¿Cómo que qué me pasa? ¿CÓMO QUE QUÉ ME PASA? – repitió la otra chica completamente fuera de sí misma - ¡Que solo quedan cinco horas para que empiece el baile! (N.A. ojo al dato: SOLO quedan cinco horas para que empiece el baile)
¿Cinco horas? ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh!
Mary también empezó a gritar como una posesa y a correr por la habitación sin saber lo que hacer primero: vestirse, peinarse o darse una ducha. ¡Qué dilema más grande!
Pero, ¿qué coño os pasa? – preguntó Chris entrando en la habitación – Ni que se os hubiera aparecido el fantasma de Grindewald.
No, es peor aún – aseguró Donna dejando de correr y de gritar – Es que… es que… ¡solo quedan cinco horas para el baile!
¿Qué? ¿Sólo cinco horas? – exclamó la rubia asombrada, y acto seguido se puso ella también a gritar y a correr - ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh!
De repente, la puerta del dormitorio se volvió a abrir dejando paso a un torbellino enfurecido y pelirrojo que gritaba:
¡Fuera Satanás! ¡Deja de poseer a mis amigas!
Imaginaros la escenita: Mary, Chris y Donna gritando por toda la habitación como si fuera el fin del mundo y Lily, armada con unos cuantos ajos, un crucifijo y un poco de agua sagrada, y gritando "fuera, Satanás".
Estate quieta – le dijo Chris a Lily cuando la pelirroja casi le mete el crucifijo por un ojo al intentar rociarla con unas gotas de agua sagrada. – Que no estamos poseídas.
¿Ah no? – preguntó Lily desilusionada. Todo su gozo en un pozo – Entonces, ¿se puede saber qué estabais haciendo?
Correr y gritar – respondió Mary.
No, si ya se nota. La cuestión es que quiero saber porqué.
Porque solo quedan cinco horas para el baile – anunció Donna por tercera vez.
¿Solo? – se asombró la pelirroja - ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh!
La puerta de la habitación de las chicas se volvió a abrir una vez más y esta vez fue Remus el que entró. Al ver la escena que habían montando sus compañeras se quedó anonadado, pero por fin consiguió hacerse oír por encima del jaleo que habían organizado las chicas.
¿Qué hacéis?
Correr y gritar – volvió a decir Mary - ¿Y tú?
Venía a avisaros que McGonagall ha dicho que el baile se adelanta una hora – contestó el licántropo simplemente, si darse cuenta de las consecuencias que esa revelación podía causar en el estado de ánimo de las cuatro jóvenes (N.A. imprudente)
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH! – gritaron Lily, Mary, Chris y Donna a la vez.
La noche del baile tenía todas las papeletas para ser perfecta. El Gran Comedor, especialmente adornado para la ocasión, ofrecía un aspecto mucho más cálido y acogedor que de costumbre y la multitud de colores de las diferentes túnicas de los allí presentes, le daba un toque de alegría y color al ambiente.
En cuanto los merodeadores hicieron su entrada en el salón, la inmensa mayoría de las chicas comenzaron a cuchichear y a criticar a sus tres acompañantes. Pero a Lily, a Mary y a Chris no pareció importarles en absoluto. Por lo visto no estaban dispuestas a que nada empañara la perfecta noche que se les presentaba.
Chris estaba más que encantada de ir con Remus al baile y el chico debía pensar lo mismo, a juzgar por la enorme sonrisa que adornaba el rostro del licántropo desde que vio a su pareja en la Sala Común.
Mary y Sirius no habían hecho más que dirigirse miraditas y sonrisas cómplices desde que habían salido de la torre de Gryffindor, y sus amigos no tenían ni idea de porqué. Para ellos era bastante extraño que los dos chicos fueran capaces de estar más de dos minutos seguidos juntos y sin discutir, pero lo que más les extrañaba era la complicidad que habían desarrollado.
De las tres chicas, Lily era la que parecía más a disgusto con la pareja que le había tocado. Y digo parecía, porque en el fondo estaba encantadísima de ir colgada del brazo de James todo el rato. Creo que no hace falta decir que James también estaba encantadísimo de llevar a la pelirroja colgada de su brazo todo el rato.
Por otra parte, a Donna no se la había visto el pelo en toda la noche, y eso que sus amigos estaban bien atentos para ver si divisaban a la chica y a Snape juntos.
Pero es que todos sois tan poco fashion – Posh, la pareja de Michael, estaba dando su particular discurso sobre porqué los demás eran tan inferiores y ella tan superior.
Sí, sí – admitió Michael, bastante más preocupado en encontrar a su hermana que en escuchar el monólogo de la Raven.
Mira ésa, por ejemplo – dijo señalando a una chica al azar – ¡Qué túnica más horrorosa! No me pondría yo eso ni aunque me pagasen.
Michael, por primera vez en la noche, dirigió la vista en la dirección que su acompañante le señalaba. Entonces se dio cuenta de quien era la chica que, según Posh, no conocía el significado de la palabra "combinar".
¡Donna! – exclamó el chico.
¡Michael! – dijo su hermana - ¿Qué haces aquí?
¿Asistir a un baile, puede ser? – comentó Michael con cierto toque de ironía.
Ay sí, tienes razón. Es que ando un poco despistada.
¿No me piensas presentar a tu pareja? – preguntó el chico ansioso.
¿Es necesario?
Sí.
Está bien – se resignó Donna, y dándose la vuelta gritó - ¡Severus!
El Sly, que se había quedado en un discreto segundo plano a propósito, se acercó a los dos hermanos con una expresión indescifrable en su rostro. Por su parte, Michael miró a Snape evaluadoramente durante unos segundos.
Te presento a mi hermano Michael – le dijo Donna a su pareja.
Ya le conocía – contestó el chico de manera reticente. Desde luego él no tenía don de gentes.
Severus… - le llamó Donna a modo de advertencia.
De acuerdo – aceptó Snape y, como si estuviera haciendo un esfuerzo, le tendió la mano al otros Gryffi y dijo – Encantado.
Sin embargo, Michael seguía evaluando al joven y ni siquiera parecía haberse dado cuenta de que éste le tendía la mano a modo de saludo.
¿Cuáles son tus intenciones? – preguntó Michael de sopetón.
¿Qué? – dijo Snape fuera de lugar.
¿Qué cuáles son tus intenciones con mi hermana?
Pueeeeeees…
Te casarás con ella, ¿no?
¿Casarme?
¿Cómo que casarme? ¿CÓMO QUE CASARME? – gritó Michael un "poquitín" histérico - ¡Ah! Ya lo entiendo todo. Tú lo que quieres es acostarte con ella y luego si te he visto no me acuerdo.
Pero… - intentó explicarse Snape, mientras Donna miraba la escena atónita y sin saber qué hacer.
Pues que sepas que como la dejes embarazada, ya me encargaré yo de que te cases con ella. Y encima te va a tocar a ti pagar la boda. ¡Irresponsable!
Pero, ¿de qué me estás hablando?
Encima se hace el sueco – dijo Michael indignado – Escucha bien lo qu…
Se acabó – intervino Donna cogiendo a Snape del brazo y alejándolo de allí.
Será posible – murmuró Michael para sí mismo mientras iba con su propia pareja – El mundo está lleno de tíos irresponsables.
Mientras, en otro lugar del Gran Comedor…
¿Bailas? – invitó James a Lily tendiéndole a mano y con una gran sonrisa.
Lily pensó que si iba a sonreír así, sería capaz de hacer cualquier cosa que el chico le pidiera.
Por supuesto – contestó ella con una sonrisa no menos deslumbrante que la de su compañero.
Los dos se dirigieron a la pista de baile y comenzaron a bailar.
Mira esos dos, que acaramelados están – comentó James a la vez que miraba a Remus y Chris.
Claro, ¿no te habías enterado?
¿De qué?
Están saliendo – aclaró la pelirroja.
¿Saliendo? – repitió el chico confundido. Remus todavía no le había dicho nada sobre el asunto.
Bueno… teóricamente no están saliendo – explicó Lily – Pero técnicamente sí.
Ah. Hacen una buena pareja.
Sí – contestó ella, aunque por la cara que puso parecía que estaba pensando "no mejor que la que hacemos tú y yo".
James y Lily se sumergieron en un silencio un tanto incómodo mientras bailaban tranquilamente. Cada uno estaba inmerso en sus propios pensamientos y ni siquiera se daban cuenta de lo que hacía el otro.
De repente, James sintió unas ganas irremediables de besar a la chica. Y no era para menos. Entre que el ambiente era el más propicio para hacerlo y que el otro día se había quedado con las ganas, el chico ya no podía aguantarse más. Así que, ni corto ni perezoso, la atrajo más hacia sí mismo y la besó dulcemente, sin que Lily opusiera resistencia alguna. Es más, a juzgar por las apariencias la chica estaba disfrutando tanto o más que James con la situación.
Adalbert ya estaba más que harto de su pareja de baile. Vamos, que en la primera ocasión que tuviera estaba dispuesto a tirar a Johnson al lago para que le hiciera un poco de compañía al calamar gigante.
Pues sí, es que Josh es perfecto – explicaba la chica volviendo al tema estrella de la noche: Williams.
Sí – contestó Adalbert distraídamente.
¿A que tú también me das la razón? ¡Eres un cielo! – exclamó Johnson abalanzándose sobre el Gryffi y dándole el abrazo del oso.
Ya. Ya sé que soy un cielo – contestó el chico apartándola – Sí es que con aguantarte a ti ya tengo el cielo ganado – murmuró para sí mismo.
¿Qué decías?
Nada, nada – de repente vislumbró a Mary y a Sirius entre la multitud y pensó que eran su salvación - ¡Ay! Acabo de ver a dos amigos míos. ¿Te importa que vaya a saludarlos? ¿No verdad?
Y se marchó sin ni siquiera darle tiempo a la Raven para que contestara.
¡Hola chicos! – saludó Adalbert al llegar hasta sus dos amigos.
Hola Adalbert – contestó Mary mientras Sirius le sonreía - ¿Qué tal la noche?
Pésima – afirmó – Mi pareja es una plasta. No ha hecho en toda la noche nada más que hablar de Williams y de lo perfecto que es. ¡Qué asco!
Te compadezco, amigo – aseguró Sirius poniéndole una mano en el hombro.
Me va a hacer falta más que compasión para aguantarla durante lo que queda de noche.
Mary y Sirius se rieron alegremente por el comentario de Adalbert.
¿Os apetece algo de beber? – preguntó Sirius.
Sí, por favor – pidió Mary. Estaba agotada – Un poco de agua no me vendría nada mal.
Pues para mí una cerveza de mantequilla.
Marchando – dijo Sirius dándose la vuelta en dirección a la mesa de las bebidas.
¡Uff! Estoy completamente agotada – aseguró la chica dejándose caer sobre la primera silla que pillo a mano – Creo que no había bailado tanto en toda mi vida.
Pero seguro que un baile más no te importará – sugirió Adalbert con una impecable sonrisa.
Bueeeno… - Mary se hizo de rogar – Si me lo pide un chico tan apuesto como tú, por supuesto que sí.
Adalbert amplió aún más su bonita sonrisa y juntos se dirigieron al centro del Gran Comedor para bailar.
Y resultó que Adalbert era un excelente bailarín, parecía que llevaba el ritmo en las venas.
¿Dónde aprendiste a bailar así de bien? – se interesó Mary mientras se movían al compás de la música.
Secreto de profesional – bromeó él.
Venga, dímelo.
Que no.
Que sí.
Que no.
Que sí.
Que he dicho que no.
Anda – pidió Mary con tono de niña pequeña – Dímelo.
Está bien – aceptó el chico finalmente – Pero prométeme que no te reirás.
Te lo prometo – aseguró la morena solemnemente.
Pues cuando tenía seis años no paraba quieto – explicó Adalbert – y mi madre estaba harta. Así que, para que pasara las tardes entretenido, me apuntó a clases de baile.
¿Y no se le ocurrió apuntarte a algo más masculino? – interrumpió Mary – No sé, Quidditch o algún deporte muggle.
El chico tan solo sonrió y continuó con su explicación.
Cuando llegué el primer día a clase, eran todo chicas. En cuanto mi padre se enteró del asunto me quiso desapuntar, porque dijo que a ese paso iba acabar "amariconado" perdido. Pero mi madre se negó en rotundo, y al final mi padre y yo nos tuvimos que aguantar. Pero al fin y al cabo las clases no estuvieron tan mal.
Mary soltó una carcajada al oír la curiosa historia.
Me prometiste que no te ibas a reír – le recordó Adalbert medio en broma medio enfadado.
Lo sé, lo sé – dijo la chica – Pero es que no puedo evitarlo. Es tan gracioso.
Yo no le veo la gracia – se enfurruñó él.
Oh, vamos, no te enfades.
Está bien – aceptó Adalbert – Pero solo porque me lo pides tú.
Su compañera intensificó aún más su sonrisa y durante unos segundos, Adalbert se quedó alelado mirándola. Desde hacía bastantes días, el chico había estado dándole vueltas al asunto de Mary. No sabía qué le pasaba con ella, si le gustaba o simplemente le atraía. Así que, sin ni siquiera ser consciente de lo que hacía, se acercó más a ella y la besó tímidamente.
Mary se apartó rápidamente de Adalbert y justo cuando le iba a explicar a su amigo que no sentía nada especial por él, tan solo amistad, apareció en escena la persona menos indicada.
¿Mary? – dijo Sirius observando la escena con una mezcla de rabia y decepción en su rostro.
¡¡¡Tachán!!!
¿Qué os ha parecido? Bueno, ya me lo comentareis en los reviews que seguro que me vais a dejar, ¿verdad?
Y no os quejéis, porque esta vez he tardado poquísimo en actualizar bueno, igual poquísimo no, pero teniendo en cuenta que la semana pasada estuve hasta el cuello de exámenes, tampoco es que haya tardado mucho en actualizar. Aún así, os prometo que como muy tarde, el sábado que viene (día 11) tenéis ya el nuevo capi.
Ahora a otra cosa, mariposa. Repasemos: James & Lily no se besaron al principio del capi, pero si al final. ¿Qué pasará con ellos dos? ¿Seguirán así de bien o a Lily le entrará una de sus neuras? Remus & Chris de maravilla, así que no hay mucho que comentar sobre ellos. Donna… por fin sabemos lo que hace Donna. Bueno, yo ya lo sabía desde hace bastante, pero vosotros no Y finalmente llegamos al triángulo amoroso Adalbert – Mary – Sirius. ¿Qué pasará con ellos tres?
En fin, los adelantos para el próximo capi:
Las consecuencias del beso entre Mary y Adalbert traerán cola.
Donna y Snape siguen a lo suyo, mientras que Michael tratará de boicotear la relación.
El plan de las chicas se pondrá en marcha finalmente a modo de prueba.
¿Sabéis una cosa? Dumbly me da pena. Sí, porque ahora que parecía que haber conseguido que las tres parejitas fueran más o menos bien, se le fastidió la cosa. Espero que no cometa ninguna locura. ¿Pero qué haces Dumbly? ¡No te des de cabezazos contra la pared! Ya verás como se arregla todo. Pero, ¿quieres estar quieto? No, ahora no te subas a la ventana, que como te caigas te desgracias.
Os dejo, que si no éste se me mata.
Hasta el próximo capi. Besos.
bars9
Miembro de la Legión de las Lupinas
Miembro de la Orden Siriusana
