Capítulo 14. Tú y yo no somos nada
Disclaimer: si esto os suena de algo, me parece que es porque lo habéis leído en los libros de Harry Potter y porque nada de esto es mío.
No os creáis que esta vez os voy a pedir que me dejéis reviews, porque no lo voy a hacer. Aunque eso no significa que no quiera que me dejéis reviews, más bien todo lo contrario. En fin, que lo dejo porque me estoy armando un lío, así que contesto a los reviews del anterior capi.
Ginny84: ¿yo? ¿mala? Que va, si soy más buena que el pan. Lo que pasa es que Sirius había sufrido poquito en este fic y claro, había que darle emoción al asunto Un beso y disfruta con el capi.
Iraty Rowling: ya te digo, con lo de Sevi Sev Donna se pasó tres pueblos. Sí, al fin Lily y James se liaron pero no te fíes, que con lo retorcida que es la tía una se puede esperar cualquier cosa. Un momento, nada de arrebatos posesivos con Adalbert que hay que compartirlo. Además… yo me lo pedí primero XD. Tonterías aparte, me alegra que te gustara el capi anterior. Muchos besos.
Lladruc: me alegra que te rieras con el anterior capi. Al fin y al cabo, para eso estamos, ¿no? Anda, que no soy tan mala, tan solo dejo los capis en un punto bastante interesante. Así luego tenéis más ganas de seguir leyendo el fic. besos y ojalá te rías con este capítulo también.
Cristie: a mí Sirius también me da algo de penita, se lo estoy haciendo pasar mal. Pero es que como en el fic no le había pasado nada, pueeees… ay, que al final me voy a arrepentir. Por fin conseguí que Lily y James se besaran, sin interrupciones, sin estornudos involuntarios, sin arrepentimientos. Aunque no lances las campanas al vuelo porque en cualquier momento a Lily le entra una neura de las suyas y la liamos. Un beso enoooooorme
Elizabeth Black: Donna y Snape, Snape y Donna, ¿a que no pegan ni con cola? No sé, locuras mías, pero al fin y al cabo ahí está la gracia. De verdad, que Dumbly a veces tiene unas ideas de bombero retirado, pero lo de los cofre le salió bien. Aaaah, lo de Lily y James ya verás lo que pasa en este capi. La idea del trío… bueno, no sé, no ve yo a Mary haciendo un trío. Aunque vete a saber. Tranquila, que Dumbly no se tira por la ventana, ya me encargo yo de atarle a la silla para que no se me desmadre. Un abrazo.
Ely-Barchu: Nooo, no me puedes matar por dejar el anterior capi así, porque si me matas… ¿cómo te ibas a enterar de lo que pasaba a continuación. Besos… y controla tus instintos homicidas XD.
Annapotter: me alegra mucho, mucho que te guste mi fic. Ya sé que es un cúmulo de locuras y de discusiones… sobre todo entre James y Lily. En fin, que espero que este capi también te guste y un beso.
kgs: ¿sabes? A mí si que me pone feliz saber que te ríes leyendo mi fic y sobre todo saber que te gusta. Siento haber tardado en actualizar tanto, prometo que no volverá a pasar. Un besote.
Arwill: ¡nueva lectora! Que alegría. Y encima eres asturiana, me encanta Asturias. Habré estado allí miles de veces. A lo que íbamos, que me encanta que te guste el fic y no pasa nada por no haberlo leído antes, mejor tarde que nunca, ¿no? Te aconsejo que no te emociones mucho con lo de Lily y James porque… bueno, yo no digo nada, mejor lee el capi y luego ya veremos. Tampoco te compadezcas mucho de Sirius, que es que en el fic no le había pasado nada y ya era hora de hacérselo pasar un "poquitín" mal. Pero solo un poco. Por supuesto que Dumbly es un hacha, un fiera, un fuera de serie. Y la idea de los cofres no le salió nada mal. Un besito y me alegro de tenerte como lectora.
Mary93: Sirius y Mary… bueno, por lo menos antes de quedar juntos, lo van a pasar mal porque sino, no vale. Sí, yo también me compadezco un poco de Dumbly y de su demencia senil, pero es majo el hombre. Besitos y disfruta con el capi.
Diez reviews. Me habéis dejado muy contenta. Pero antes de nada os debo una disculpa porque dije que iba a actualizar el sábado pasado y no lo hice. Pero como recompensa, publiqué un nuevo fic que espero que leáis y que os guste.. Ya os hablaré de él cuando al final del capi.
Sin más palabrería, os dejo con el capítulo 14 de "Una pelirroja muy legal" (UPML, para abreviar)
Capítulo 14. Tú y yo no somos nada
Las dos últimas semanas de febrero se hicieron completamente insoportables para Mary, Sirius y sus amigos.
Mary estaba cabreada con el merodeador porque decía que él no tenía ningún derecho sobre ella, no eran pareja ni nada, así que no entendía porque se había molestado el chico.
¿Entonces se declaró? – preguntó Chris un día que las tres chicas estaban hablando sobre el asunto.
No – se negó Mary con cabezonería – Tan solo me dijo que le gustaba.
¡Joder, Mary! – exclamó Lily con desesperación – A eso en mi pueblo se le llama declararse.
¿Y tú que hiciste? – volvió a preguntar Chris.
Le… besé.
Lily ya alcanzó el colmo de la desesperación y salió a la ventana a tomar un poco el aire. Por otra parte Chris miro a Mary como reprochándola lo que había hecho y luego dijo:
Me marcho, porque como siga escuchando todas esas tonterías me voy a volver majara.
¿Por qué todo el mundo está en contra mía? – se extrañó Mary.
Por otra parte, a Sirius no había persona en toda la faz de la tierra que fuera capaz de aguantarle. Se enfadaba por nada, contestaba a todo el mundo de malas maneras, se pasaba horas y horas desaparecido y la comunicación con sus amigos se había reducido a nada.
El último en discordia era Adalbert. El pobre tenía unos remordimientos enormes, así que decidió hablar un día con Mary y aclarar las cosas.
Mary – llamó Adalbert a la chica, después de cenar
Dime.
¿Podríamos hablar un momento?
Sí, claro – aceptó ella, todo esto bajo la atenta mirada de Sirius.
Los dos chicos salieron del Gran Comedor y se dirigieron a la torre de Gryffindor caminando tranquilamente.
Yo… esto… - intentaba decir Adalbert mientras caminaban por los corredores desiertos del enorme castillo – Quería…
¿Tú querías…? – le animó Mary temiéndose lo peor.
Quería pedirte disculpas.
¿Disculpas? – se extrañó la morena, aunque sin poder disimular una leve nota de alivio en su voz. Por un momento había pensado que su amigo le iba a pedir salir o algo por el estilo (N.A. creída ) - ¿Por qué?
Bueno, pues por lo que pasó en el baile – explicó él.
¡Ah! Pero no pasa nada – mintió la joven. La verdad es que sí pasaba. Justo cuando parecía que las cosas con Sirius iban bien…
Sí pasa – aseguró Adalbert, como leyendo los pensamientos de su amiga – Sé que a ti te gusta Sirius…
¡A mí no me gusta Sirius!
… y que te he fastidiado – continúo Adalbert obviando deliberadamente la interrupción.
No me has fastidiado – insistió Mary.
¡Por favor! Se sincera por una vez en tu vida.
Está bien… - aceptó ella – Sirius me gusta y desde aquella noche… la verdad es que lo veo muy mal.
Yo… la verdad es que lo siento muchísimo – volvió a disculparse Adalbert sintiéndose peor todavía – No sé porqué lo hice. Pero es que estabas tan bonita y… no sé, no estoy enamorado de ti no nada por el estilo. Solo estaba confundido y la cagué.
No te preocupes, Adalbert – le consoló Mary a la vez que llegaban al retrato de la dama gorda – Supongo que al final todo se arreglará.
Eso espero – suspiró él apesadumbrado.
Pocos instantes después, un chico entraba como una exhalación en una de las habitaciones de la torre de Gryffindor.
¿Qué pasa? – preguntó James al ver la cara que traía su amigo.
Nada – contestó Sirius secamente.
¿Sabes? – dijo el otro cerrando el libro que estaba leyendo e incorporándose en la cama – A veces es bueno hablar.
¿Dónde está Remus?
Con Chris.
¡Qué raro! – ironizó Sirius - ¿Y tú? ¿Qué haces que no estás con Evans?
Mira Padfoot – habló James levantándose y encarándose a su amigo –, te lo voy a decir una sola vez y no me hagas repetírtelo. Si estás enfadado con el mundo entero me parece estupendo, pero ni Remus ni yo somos los culpables. Así que deja de comportarte como si tuvieras cinco años y asume tus problemas.
Sirius resopló y se dejó caer pesadamente sobre su cama sin decir nada. Pero tampoco hacía falta. James se dio cuenta perfectamente de que su amigo le daba la razón, aunque era demasiado orgulloso como para admitirlo.
Y ahora, ¿quieres hablar? – ofreció James.
Sí, no me vendría mal.
Bien – susurró Michael mirando su reloj y escondido detrás de una de las múltiples armaduras que había repartidas por todo Hogwarts – En cinco segundo Sevi-Sev estará aquí.
Michael asomó la cabeza por las armaduras para tener una mejor visión del panorama, y comenzó la cuenta atrás.
Cinco… cuatro… tres… dos… uno.
En cuanto Michael pronunció "uno", Snape dobló la esquina y avanzó por el pasillo en el que se encontraba el Gryffi. A medida que el chico se acercaba, Michael se iba preparando y justo cuando el Sly pasó por delante de él, Michael murmuró el hechizo adecuado.
Ahora solo toca esperar – murmuró con satisfacción cuando perdió de vista a su "víctima".
En efecto, Michael no tuvo que esperar mucho. A los pocos minutos de llegar a la sala común, Donna entró por el retrato de la dama gorda con una cara de mala ostia impresionante.
¿Qué te pasa, hermanita? – preguntó el chico con retintín a la vez que su hermana se sentaba a su lado.
…
¿No será por Sevi-Sev? ¿Verdad?
Pues sí – estalló Donna – Y no le llames Sevi-Sev, solo yo puedo hacerlo.
¿Qué le ha pasado a Sevi-Sev? – volvió a preguntar Michael ignorando la advertencia de la chica.
Está en la enfermería.
¿Por qué? - siguió el chico, aunque sabía perfectamente cual era la respuesta.
Nada, una tontería. Unos brazos de pulpo que le han crecido misteriosamente – dijo ella con claro sarcasmo en su voz – Aunque… ¿tú no sabrás nada de eso?
¿Yo? – repitió su hermano falsamente aunque poniéndose a la defensiva - ¿Por qué iba a saber yo algo de eso?
Tú sabrás – contestó Donna levantándose de su asiento.
Si tu Sevi-Sev es torpe, no es mi culpa.
Michael, cuidadito con lo que dices – le advirtió Donna blandiendo un dedo antes de marcharse.
Pero lo cierto es que a medida que pasaban los días, Snape iba sufriendo diversos "accidentes": un día unas orejas de burro, otro día la lengua atascada, al día siguiente se volvía amnésico… Y lo más curioso de todo es que esos "accidentes" coincidían con las citas que tenía el Sly con Donna.
Chicas – dijo Chris sentándose en la mesa para desayunar – esta tarde hay reunión.
¿Reunión? – repitió Gladys que pasaba por allí y ya de paso se sentó con las Gryffis - ¿Para qué?
La poción – contestó Chris – así que avisa a Sydney y a Fiona.
De acuerdo – aceptó la Raven.
¡Aleluya! ¡Aleluya! – comenzó a cantar Lily.
Deja de hacer el ganso Lily - la riñó Donna – que todo el comedor te está mirando.
¿Y? – preguntó la pelirroja.
¿Qué? ¿Qué pasa? – intervino Mary saliendo de su ensimismamiento - ¿Sirius te está mirando?
Las otras cuatro resoplaron sonoramente.
No, Mary cielo – contestó Chris armándose de paciencia – Sirius no está mirando a Lily.
Ah.
Sirius solo tiene ojos para ti – añadió Lily.
Pero Mary no oyó esto último, ya que había vuelto a practicar su pasatiempo favorito de los últimos días: vigilar que ninguna perra (palabras textuales) se acercara a su Siriusín.
Bueno, entonces hoy a las cinco en los baños de Myrtle, ¿vale? – acordó Chris con las chicas.
Cuando las demás iban a asentir, Mary se levantó de su asiento y gritó fuera de sí:
¡Será zorra!
¿Quién?
Chang – siseó la chica – Está intentando ligar con Sirius, ¿no lo veis?
Las chicas dirigieron su mirada a Chang y vieron que la Raven tan solo estaba hablando con una amiga suya a diez metros de distancia de Sirius.
Mary – la llamó Lily suavemente – Solo está hablando con Posh.
¿Pero tú estás ciega? – empezó Mary
Se acabó – cortó Donna cogiendo a su amiga por un brazo – Tú te vienes conmigo a hacer una sesión de relajación.
Pero si dentro de 15 minutos tengo clase.
Me da igual – sentenció la otra.
Así que Donna se llevó a Mary a rastras fuera del Gran Comedor.
¡Uff! Menos mal – suspiró Gladys – Me estaba estresando.
Sí, y ya sabemos que el estrés es malo para tu perfecto cutis – dijo Adalbert sentándose acompañado por Michael.
Correcto, Al – contestó la chica sonriendo (N.A. ¿ves Carla? Tu problema con los nombres me ha servido a mi para encontrar una abreviatura para Adalbert Gracias por la idea)
¿Habéis visto por ahí a Sevi-Sev? – se interesó Michael sin ponerle atención a la conversación.
No – negó Chris – Donna nos dijo que estaba en la enfermería.
Jeje, estupendo – murmuró Michael para sí mismo a la vez que se frotaba las manos con satisfacción.
¿Así que eres tú el causante de que Snape acabe en la enfermería? – preguntó la voz de James.
¿Yo? – se escandalizó falsamente el joven - ¡Qué va!
Te felicito – aseguró James estrechándole la mano.
Pero si yo no… - empezó Michael.
Venga, no hace falta que seas tan modesto – dijo James y luego se dirigió hacia donde estaba Lily y se sentó a su lado - ¿Qué tal?
Mal – contestó la pelirroja con malhumor
¿Por qué?
¿Tú qué crees? – preguntó Lily a su vez señalando el hecho de que James se había sentando a su lado.
Venía a preguntarte si te gustaría salir conmigo este sábado – ofreció el chico ante la atenta mirada de los demás (N.A. cotillas) – A dar una vuelta – matizó rápidamente.
Potter – dijo ella seriamente - ¿de verdad crees que tengo tiempo suficiente como para gastarlo con gente como tú?
¿Eso es un sí? – insistió el merodeador.
Eso es un NO como una catedral.
Está bien – ahora el que estaba de malhumor era James, así que sin decir más, se levantó y se marchó.
Los demás se quedaron mirando a Lily con expresión de asombro pero sin decir ni una palabra.
¿Qué? – estalló la pelirroja al cabo de un rato.
¿Y eso? – logró decir Chris.
¿Qué? – repitió Lily.
No lo entiendo – habló Chris.
¿El qué no entiendes?
Que un día te estas enrollando con James en medio de todo el Gran Comedor y a las dos semanas te comportas con él como si fuera el ser más despreciable que hay sobre la faz de la tierra – contestó Michael.
Tengo mis razones – aseguró la pelirroja levantándose ella también y abandonando el lugar.
Hora: las cinco en punto. Bueno no, las cinco y dos minutos, que tengo el reloj un poco atrasado.
Lugar: los baños asquerosos y mugrientos de… "¡Eh! Que mis baños no son ni asquerosos ni mugrientos" ¡Cállate Myrtle!
Siete chicas pertenecientes a diferentes casas, se encontraban reunidas en los baños de Myrtle la llorona para llevar a cabo su maquiavélico plan.
¿Dónde está Al? – quiso saber Gladys con verdadera curiosidad.
Me parece que está en la biblioteca – contestó Fiona mientras arrojaba varios ingredientes al interior de un enorme caldero.
¿Y Michael? – volvió a preguntar la Raven para no quedar en evidencia.
Puteando a Severus – dijo Donna con una clara nota de cabreo en su voz – Porque igual se cree que soy tonta y no me he dado cuenta de que es él.
No sabía yo que Michael fuera tan protector – comentó Fiona.
Yo tampoco – aseguró Donna.
Gladys, Donna y Fiona continuaron agregando diversos ingredientes a la poción mientras que Chris las dirigía. Por otra parte, Lily, Mary, Sydney se encargaban de mantener entretenida a Myrtle jugando una partidita de mus con el fantasma.
¿No creéis que nos estamos pasando un poco? – dijo Fiona observando el tanque de poción que estaban preparando.
Nooooooooo – negaron las otras cuatro al instante.
¿Tú qué crees, Lils? – preguntó Fiona dirigiéndose a la pelirroja – Al fin y al cabo, tú eres la afectada.
Lily ni tan siquiera se molestó en levantarse para ver la cantidad de poción que había. Tan solo le echó un vistazo al caldero tamaño XXL que habían llevado y dijo:
Noooooooo, para el imbécil de Williams nunca será suficiente – y acto seguido miró a Myrtle y le dijo - ¡Eh! Tramposa. Que no te creas que no me he dado cuenta de que estás intentando mirarme las cartas.
¡Buaaaaaaaaaaaaaaa! – comenzó a llorar falsamente el fantasma.
Joder, Lily – reprochó Sydney tapándose los oídos – Que poco tacto tienes.
El resto de la tarde se la pasaron preparando la poción hasta que, después de un buen rato, Chris anunció:
Bueno, chicas, esto ya está. Ahora solo hay que esperar un par de día para poder administrársela a Williams.
De eso ya me encargo yo – pidió Sydney.
¡Ay! Me tengo que ir – exclamó Gladys de repente – Mi tratamiento completo de belleza tiene que llevarse a cabo a las siete y media y son exactamente las 7.31 ¡Qué horror!
Dicho esto, la Raven se marchó corriendo sin ni siquiera despedirse de sus amigas.
No os preocupéis – le dijo Chris a las demás – Ya recojo yo todo esto.
¿Segura? – preguntó Lily.
Sí, sí – respondió la otra con una sonrisa.
Las chicas se despidieron de Chris y ella se quedó recogiendo todo tranquilamente. Después de un rato, la puerta de los baños se abrió y un chico entró en la estancia.
¿Qué haces? – le preguntó Remus a la chica.
Na… nada – respondió ella guardando todo apresuradamente.
¿Nada? – repitió el chico con evidente escepticismo.
Sí, nada. Y tú, ¿cómo sabías que estaba aquí?
Ahora era el turno de Remus de ocultar el mapa del merodeador.
Le… le pregunté a Gladys si sabía dónde estabas.
Ya – dijo Chris sin creerse ni una palabra. Más que nada porque en esos momentos Gladys estaba con su tratamiento de belleza diario – Deberías contarme tus secretos antes de pretender que yo te cuente los míos.
¿Mis secretos? – dijo él totalmente desconcertado - ¿A qué te refieres?
Tú sabrás – dejó caer ella con una enigmática sonrisa - ¿A qué viniste?
A buscarte para ir a cenar – respondió Remus.
¡Oh! Que caballeroso – bromeó la rubia.
¿Acaso lo dudabas? – preguntó él ofreciéndole un brazo, que la chica gustosamente aceptó.
Claro que no.
En la cena…
¡Hola chicos! – saludó Chris alegremente acompañada por Remus.
Hola parejita – respondió Michael, viendo que los dos jóvenes habían llegado cogidos de la mano.
¿Parejita? – repitió Donna extrañada - ¿Ya sois novios?
Sí – contestó Remus rápidamente.
No – negó Chris a la vez que el chico.
Remus y Chris se dirigieron miradas cómplices y volvieron a hablar:
No – respondió Remus.
Sí – cambió la rubia su respuesta.
Veo que lo tenéis muy claro – ironizó Donna - ¿Sí o no?
Los dos chicos se miraron sonrientes y esta vez acertaron con su respuesta.
Sí – contestaron ambos al mismo tiempo.
Por cierto – habló Chris al cabo de un rato y mirando alrededor suyo -, ¿dónde está Mary?
En su habitación, auto compadeciéndose – informó Donna.
Tú di que sí – intervino Adalbert con ironía – hazme sentir mejor.
Lo siento, pero es lo que hay.
¿Y Lily?
Aquí – contestó la aludida, sentándose con ellos – acabo de venir de la biblioteca.
¡Qué raro! – bromearon Michael y Adalbert, por lo que la pelirroja les sacó la lengua.
James te estaba buscando – le dijo Remus a Lily.
La chica dibujó en su cara una clara mueca de fastidio.
Pues que siga buscando.
Creo que no me va a hacer falta – comentó la voz de James detrás de Lily.
La mueca de fastidio de la joven se hizo esta vez más intensa.
Quería hablar contigo – pidió el moreno – Será solo un momento.
Mmmm… deja que lo piense – Lily fingió pensárselo durante unos segundos para luego pronunciar su respuesta -: NO.
Pero…
Lo siento Potter, no tengo tiempo para ti – aseguró ella levantándose y dispuesta a marcharse de allí.
No hace falta – dijo James poniendo una mano sobre el hombro de la chica y obligándola a que se quedara sentada – Ya me marcho yo.
Dicho esto, el chico se marcho con cara de mala leche y dejando a una Lily pensativa. Los demás miraron a la chica con expresiones interrogantes.
Ya le has hecho lo mismo dos veces hoy – le recordó Chris.
No se lo merece – apoyó Remus.
¿Por qué le tratas así? – quiso saber Donna.
Os repito lo que dije esta mañana: tengo mis razones – dijo Lily, aunque su voz no sonaba tan segura como cuando dijo lo mismo en el desayuno.
¿Razones para qué? – quiso saber Sirius, sentándose también y comenzando a devorar todo lo que pillaba.
Para nada.
Ah – musitó el merodeador sin darle mucha importancia a la respuesta de la chica – Buena respuesta.
¿Sirius? – le llamó su amigo Remus, por lo que el moreno levantó la vista del plato de chuletas que estaba devorando - ¿Te encuentras bien?
Claro, ¿por qu…? – pero Sirius no acabó de hablar, ya que en cuanto vio a Mary acercarse a la mesa en la que estaban sentados, se levantó apresuradamente y se despidió de sus compañeros.
A los pocos instantes, Mary ya se encontraba sentada con sus amigos y con cara de abatida.
¿Es mi imaginación o se ha ido porque venía yo? – preguntó la chica sin ganas de saber la respuesta.
Es tu imaginación – contestaron los otros seis a la vez.
Sí, claro.
Un par de días después de esta escena…
Dos chicas se deslizaban silenciosamente por la Sala Común de Ravenclaw. De improviso, una de ellas se quedó parada y exclamó con verdadero asombro en su rostro:
¡Tengo que redecorar este lugar! ¿Quién sería el hortera que se le ocurrió mezclar azul con bronce?
Rowena Ravenclaw – contestó la otra chica con evidente desesperación en su voz y en sus gestos – Y ahora, ¡cállate, Gladys! A no ser que quieras que todo Ravenclaw se enteré de lo que estamos haciendo.
No Sydney, por favor – negó Gladys vigorosamente – Eso sería fatal para mi reputación.
Pues entonces cállate – repitió la otra joven.
Está bieeen…
Las dos Raven siguieron con su excursión furtiva hasta que llegaron a su destino: la habitación de los chicos de 7º. Sigilosamente y evitando causar cualquier ruido, se colaron en la estancia. Diez minutos después, Gladys y Sydney salieron de la habitación con una sonrisa que indicaba que sea lo que sea que hubieran hecho, lo habían hecho a la perfección.
Llegaron a la Sala Común y se dejaron caer pesadamente sobre uno de los sofás sin borrar esa expresión de satisfacción en su rostro.
Estoy cansadísima – se quejó Sydney cerrando los ojos.
¡Madre del amor hermoso! – exclamó Gladys levantándose del sillón y perturbando el pequeño momento de paz de su compañera.
¿Qué pasa? – se sobresaltó la oriental abriendo los ojos e incorporándose.
¡Las cortinas! – volvió a exclamar Gladys completamente escandalizada - ¡Y los sillones estos! Y… ¿te has fijado en las mesas tan horteras que tenemos? ¡Qué horror!
Estupendo – murmuró Sydney con ironía – Seis años viviendo aquí y te das cuenta ahora, a las 2 y media de la mañana, de lo horrible que es la decoración de Ravenclaw.
Es que he estado muy ocupada – se disculpó la otra – No he tenido tiempo para fijarme en estos pequeños detalles.
Ya ¬¬
¡En serio! – se reafirmó Gladys – Pero ahora mismo voy a empezar a redecorar todo esto. Veamos… los primero que tengo que hacer es medir las cortinas y lueg…
¡Gladys! – exclamó Sydney - ¿Crees que es el momento adecuado para ponerte a decorar la sala común de Ravenclaw?
Eeeeh… sí.
Pues yo digo que no – negó la chica cogiendo a Gladys del brazo y llevándosela a rastras de allí - ¡A dormir!
Pero…
¡A dormir he dicho, caramba!
Al día siguiente, durante el desayuno, las chicas comentaban con excitación como marchaba su maquiavélico plan.
… entonces, con gran peligro para nuestras vidas, entramos en la habitación de Williams – relataba Sydney como si fuera la versión mágica y femenina de Bond, James Bond – y como siempre tiene un vaso de agua en la mesilla de noche, le echamos unas cuantas gotas de poción en el vaso.
¡Genial! – exclamó Lily ansiosa por ver los primeros resultados del plan.
¿No os pasaríais con la cantidad? – preguntó Chris temiéndose lo peor.
Eeeeeh… nooooooo – aseguró Sydney con un tono de voz que indicaba todo lo contrario.
Ya – murmuró la Gryffi con escepticismo.
Pero eso no importa – replicó Lily.
Sí que importa – afirmó Chris preocupada – Si nos pasamos con las dosis, podemos causarle daños irreversibles en la mente del pobre.
Mejor – dijeron Lily y Sydney a la vez con un ligero brillo sádico en las miradas de ambas chicas.
¿Sabéis una cosa? – preguntó Chris – A veces me dais miedo – confesó ocultándose con su libro de Transformaciones.
¿Cómo vas con lo de Black? – preguntó Gladys a Mary, ajena a la conversación de las otras tres.
Si te digo que a veces me dan ganas de cortarme las venas, ¿me crees?
No será para tanto – contestó la Raven intentando quitarle hierro al asunto.
Mary rodó los ojos en señal de que era para tanto y para más.
Entonces – siguió Gladys con aspecto pensativo - ¿Al no te gusta?
No – negó la morena rotundamente, por lo que Gladys sonrió imperceptiblemente - ¿Por qué lo preguntas?
Por nada, por nada.
Un momento… - empezó Mary dándose cuenta de algo - ¡A ti te gusta Adalbert!
Venga, grita más fuerte, que en China todavía no se han enterado – ironizó la otra chica.
¡Ajá! Eso significa que te gusta.
¡Yo no he dicho eso! – se enfadó Gladys.
Pero tampoco lo has negado – contestó la Gryffi astutamente.
…
Tranquila – prosiguió Mary – que yo te voy a ayudar. Entre tu encanto personal y una ayudita mía, en una semana le tienes rendido a tus pies.
¡Mary! – se escandalizó la joven
¿Qué? Pero si es verdad.
¡Eres imposible! – sentenció Gladys levantándose y alejándose de allí con Mary detrás intentando convencerla para que se dejara ayudar.
Aquella mañana de mediados de marzo, la clase de séptimo de Gryffindor se dirigía a los invernaderos situados en los terrenos del colegio para asistir a su clase de Herbología, compartida con la casa de Ravenclaw.
Las tres chicas, Lily, Mary y Chris, acompañadas por Sydney, comentaban con verdadera emoción cómo iría el plan ideado por ellas. Tan solo tenían que esperar unos minutos para que empezara la clase y para saber por fin si la poción había resultado bien o no.
Mientras, cuatro chicos o tres chicos y una rata, como vosotros prefiráis, caminaban a poca distancia de ellas a la vez que charlaban animadamente.
… y entonces yo la dije: "¡qué buena estás tía!" – Peter relataba por enésima vez cómo le había ido su última cita con una Huppie de 4º.
¡Joder Peter! ¡Qué tierno! – ironizó James con una sonrisa traviesa – Tú sí que sabes cómo tratar a las chicas.
Peter se creyó que el comentario había sido un cumplido y sonrió con verdadero orgullo (N.A. ¿no os asombra lo gilipollas que puede llegar a ser? Porque a mí me asombra cada día)
Peter – le llamó Remus con seriedad - ¿no te sientes un poco… pederasta?
¿Yo? – se señaló a sí mismo Peter con incredulidad - ¿Por qué?
¡Joder! – exclamó Sirius dándole una colleja al chaval - ¡Qué tonto eres, tío!
¡Au! – se quejó la rata, digo, Peter - ¿Por qué siempre me pegas?
Porque tu nuca es como un imán para mí – contestó Sirius.
¿Un imán? ¿Qué es un imán?
Sirius suspiró desesperado y le volvió a dar una colleja al chico.
¿Cómo vas con Chris? – se interesó James ignorando la eterna discusión de Sirius y Peter.
Estupendísimamente bien – respondió Remus con una gran sonrisa, por lo que Sirius puso cara de asco - ¿Y tú con Lily?
Fatal – contestó el moreno con gesto sombrío mientras entraban al invernadero y tomaban asiento – Te voy a hacer una demostración.
James se levantó del asiento en el que se había puesto, se acercó rápidamente a Lily y tan solo sonriendo a la chica, se sentó a su lado. La pelirroja se le quedó mirando embobada por unos segundos, pero en seguida salió de su trance y le dijo al merodeador:
¿Qué pasa? ¿Qué este asiento es un imán para los idiotas como tú?
El chico borró en seguida la sonrisa de su cara, se levantó y volvió al sitio donde estaban sentados sus amigos.
¿Ves? – le mostró James al licántropo – Me trata como si lo único que hubiera hecho fuera joderle la vida.
James – le llamó Remus seriamente – En estos últimos siete años lo único que has hecho ha sido joderle la vida.
Eso, eso – apoyó Sirius por detrás.
Tú calla – le espetó de repente James a su amigo – Que tú con lo de Mary no estás para hablar.
¡Eh! Que yo no tengo la culpa de que Carter se haya enrollado con Trelawney delante de todo el colegio sabiendo que me gusta – gritó Sirius completamente acalorado.
Todo el aula de Herbología, incluida la profesora, se sumió en un profundo silencio y se quedó mirando al Gryffi mientras que Mary enterraba la cara entre las manos, avergonzada.
Creo que he hablado un "poquitín" alto, ¿no? – le preguntó Sirius a sus amigos mientras toda la clase le miraba.
Sí – valoró James – pero solo un poco.
En seguida la clase volvió a la normalidad. Los alumnos se habían colocado en grupos de cuatro para trabajar con una planta "peligrosísima y malisísima" (palabras textuales de la profesora Sprout).
Estupendo – dijo Mary por lo bajo – estupendo.
¿El qué es estupendo? – preguntó Lily ya picada.
La he cagado con Sirius y no sé como lo voy a solucionar.
Hombres – suspiró Sydney – Solo existen para joderte la vida.
Buenoooo – intervino Chris con una pequeña sonrisa – tampoco es para tanto.
Las otras tres la miraron como diciendo "cállate, asquerosa", por lo que la chica se calló pero siguió sonriendo.
Después de media hora trabajando con las plantas, la profesora Sprout les ordenó que pararan y que la prestaran atención.
Bien chicos – habló la mujer mirando a sus alumnos –, como ya sabéis, este año se llevaran a cabo los ÉXTASIS – los jóvenes le miraron como diciendo "no me digas" – Supongo que ya habréis empezado a estudiar duramente para esos exámenes, ya que vuestro futuro depende de ellos.
¿Estudiar tres meses antes de los exámenes? – susurró Sirius por lo bajo - ¿Dónde se ha visto eso?
Por esta razón – prosiguió la profesora sin haber oído el comentario del merodeador – he decidido que a partir de hoy vamos a hacer un pequeño repaso cada día. Empecemos por… - la profesora Sprout pareció pensarse quién sería el afortunado – Williams.
Lily, Mary, Chris y Sydney se miraron entre sí con sonrisitas cómplices esperando para ver los resultados. Por otra parte, Williams se pavoneaba dispuesto a "impresionar" a James con sus amplios conocimientos y su prometida, Fisher, le miraba ceñuda.
Dime, ¿qué harías para librarte del lazo del diablo? – preguntó la profesora.
Justo cuando Williams había abierto la boca dispuesto a dar una espectacular respuesta que según él, haría que Ravenclaw ganara la copa de las casas y que James cayera rendido a sus pies por lo culto que era, la expresión en la cara del Raven reveló que el chico se había quedado en blanco.
¿El qué? – logró articular el joven por fin.
El lazo del diablo Williams, el lazo del diablo. Esto es de primer curso – le recordó Sprout.
Pero… - Williams miró la jefa de la casa de Hufflepuff con expresión de extrañeza - ¿los diablos no llevan tridente?
La clase entera prorrumpió en carcajadas por la respuesta que había dado el Raven y las cuatro chicas estaban que se tiraban por los suelos. La profesora volvió a la carga con otra pregunta.
A ver, probemos con otra. ¿Para qué sirve el zumo de mandrágora?
Williams había vuelto a abrir la boca para responder correctamente, pero al parecer volvió a quedarse en blanco.
¿Zumo de mandrágora? – repitió él para salir del paso – Pues ni lo sé ni me importa. A mí lo que me gusta es el zumo de calabaza.
Las risas de los jóvenes volvieron a resonar por todo el invernadero, mientras que la profesora Sprout se enfadaba más y más.
¡30 puntos menos para Ravenclaw! – exclamó la mujer completamente incrédula – Será posible…
Mary iba por el pasillo riéndose sola al recordar las respuestas que le había dado Williams a la profesora Sprout en la clase de Herbología. Y de paso pensando en la manera de juntar a Gladys y Adalbert con éxito, y es que de todos modos se sentía un poco… culpable. Porque aunque su amigo le había dicho que no estaba enamorado de ella ni nada de eso, la chica no podía evitar sentirse así, por lo que pensó que mejor que podía hacer era conseguirle una novia a Adalbert. Y… ¿quién mejor que su amiga Gladys para cumplir ese papel? Le venía a medida.
De repente la morena levantó la vista, más que nada para no pegarse un tortazo con algo, y le vio. De frente venía… él. Sirius, por si no lo habíais pillado.
En cuanto el chico la vio, hizo el amago de darse la vuelta y marcharse, pero Mary habló y se lo impidió.
No hace falta, Sirius. No tienes porqué rehuir de mí, ¿verdad? – preguntó la morena con una imperceptible mirada suplicante.
No rehuyo de ti – contestó él ásperamente.
¿No? – repitió Mary – Pues entonces no tendrás ningún problema en hablar conmigo y aclarar las cosas.
Otro día – evadió Sirius sin mirar a la chica directamente a los ojos.
Y sin que Mary pudiera evitarlo otra vez, el joven se dio media vuelta y escapó de allí.
¿Qué he hecho yo para merecer esto? – preguntó Mary al vacío.
¡Hola chics! Bueno, ¿qué os ha parecido el capi? Espero que os haya gustado aunque… no sé, a mi no me convence mucho.
Pero antes de nada, voy a haceros una advertencia: a este fic le quedan dos capítulos más (venga, venga, no lloréis. Ya sé que la vida es cruel) Así que (esto va por los lectores que nunca me dejan review pero que si que leen el fic) os quedan dos oportunidades para escribirme un review y que yo os conteste. Anda, sed buenos y escribidme contando que os ha parecido.
Y ahora, los adelantos para el próximo capi:
Mary pondrá en marcha su plan para juntar a Gladys y a Adalbert.
Snape se hartó de sus "accidentes" y decide tener una pequeña charla con el hermano de su novia.
Las chicas siguen dándole pequeñas dosis de poción a Williams.
Veremos lo que pasa con las dos relaciones en suspenso (Lily & James, Mary & Sirius)
Y ahora un poco de autopublicidad, que nunca viene mal. Como dije al principio del capi, he publicado un nuevo fic que se titula "Como en los viejos tiempos". No tiene nada que ver con este, se sitúa en el futuro del trío maravilla y es una completa locura. Por lo menos os aseguro que os echaréis unas risas leyéndolo. Así que… ¿a qué esperáis? A leer. Y por supuesto, a dejar review después.
Pues como ya no tengo nada más que deciros, un besito y espero veros en el próximo capi.
bars9
Miembro de la Legión de las Lupinas
Miembro de la Orden Sirusana
