Capítulo 4 .- Comunicación vía espejo

Sirius se estiró cuan largo era en lo que, para él, era la bañera más extraña que hubiese visto en toda su vida. Dejó que el agua tibia y perfumada lo cubriera casi por completo, al tiempo que sentía que por primera vez en muchísimo tiempo se le relajaban todos los músculos del cuerpo; los párpados se le cerraron lentamente, y dejó la mente completamente en blanco, sin preocuparse momentáneamente de lo que seria de él o lo que estaría sucediendo en Londres.

Nunca supo cuanto tiempo pasó ahí, pero estuvo tan a gusto como hacía tiempo que no lo estaba. Sentía que se podría haber quedado ahí toda la vida. Cuando volvió a abrir los ojos ya no entraba sol por la ventana, sino que se podían entrever ya las estrellas. Se apresuró a salir, pensando que no estaba bien llegar tarde si había sido invitado a cenar, y no sabía las costumbres horarias que tenían los elfos respecto a las comidas.

Entró en la habitación que le habían dado para ponerse de nuevo su ropa, pero se sorprendió al no encontrarla en el sitio donde la había dejado : encima de la cama. En su lugar había unas curiosas prendas, que a Sirius le parecieron como de carnaval.

Salió de la habitación decidido, sin ni tan siquiera reparar que sólo llevaba una toalla atada alrededor de la cintura, que su pelo aún estaba húmedo y en su torso desnudo brillaban infinidad de gotas de agua. Tampoco reparó en las miradas divertidas que le propinaban los elfos, y sobretodo las elfas que se iba encontrando por el camino. Poco después, divisó a uno de sus anfitriones, e incapaz de distinguir de cual se trataba, pues los gemelos eran idénticos como dos gotas de agua, apresuró el paso para tocarle el hombro y llamar su atención.

- ¿Algún problema maese Black? – preguntó cortésmente el elfo - ¿A caso no le han dejado ropas limpias en sus aposentos?

- Oh si, si… El caso es que…. Verá… Yo preferiría mi ropa… Me sentiría más… Cómodo. No sé si me entiende – dijo Sirius con cautela, intentando no ofenderlo.

- Me temo que se las han llevado a lavar… Al menos por esta noche deberá usar las ropas que le hemos prestado – dijo el elfo con una sonrisa – Aunque entiendo que a usted le puedan llegar a parecer, incluso extrañas

- ¡No, no! – se apresuró a decir Sirius – Son muy bonitas, las llevaré con gusto.

El elfo hizo una inclinación de cabeza y continuó su camino, al tiempo que Sirius volvía a su habitación resignado; tendría que llevar esas ropas ridículas…

Pasó por delante un gran espejo de pie que había a uno de los lados de la habitación, se miró un instante al pasar, casi sin prestar atención, pero tuvo que volver rápidamente atrás. Se contempló con atención, a cada instante más sorprendido : las permanentes ojeras que había lucido desde que salió de Azkaban habían desaparecido, su cara había adquirido un color más "humano", abandonando el color blanco cadavérico, su pelo, que ya se había secado, lucía brillante y sedoso, tal y como lo tenía antes que lo encerraran en la prisión de los magos…. Parecía como si nunca hubiera pasado por Azkaban, como si las aguas tibias y perfumadas del baño que acababa de tomar le hubiesen rejuvenecido. Por primera vez en quince años se volvió a ver atractivo. I al instante sintió como su simpatía por los elfos crecía aún más.

- "Si ahora me viera Harry no me reconocería" – pensó feliz

Se apresuró a vestirse, sintiendo que ya no le importaba tanto ponerse esas ropas extrañas y curiosas. Se volvió a mirar al espejo; tampoco le quedaban tan mal las ropas de elfo…

Salió de la habitación, tenía curiosidad por saber que comerían exactamente los elfos. Sabía que la cena que le ofrecerían no se podría comparar a los magníficos banquetes que les preparaban en Hogwarts, pero hacía tanto tiempo que no era invitado a ninguna cena, que poco le importaba la comida que sirvieran.

En uno de los pasillos, que en ambos lados tenía grandes ventanales que dejaban ver la fabulosa noche estrellada de julio, se encontró con Merry y Pippin, vestidos también elegantemente.

- ¡Wow! ¡No pareces el mismo! – exclamó Pippin

- ¿Tu eras el que se iba a quedar soltero toda la vida? – añadió Merry con una sonrisa – Amigo, me parece que no en esta, de vida.

Sirius sonrió. Antes estaba más que acostumbrado a toda clase de piropos, ahora hacía mucho tiempo que no oía ninguno, y el de los hobbits le gustó mucho, aunque no iba a reconocerlo.

- Tampoco es para tanto… - dijo aparentando falsa modestia. – Sólo me he dado un baño…

Pasaron al comedor. Allí había una espléndida mesa, con infinidad de comida. Elladan y Elrohir les esperaban allí, y también había otro elfo, de porte más elegante, y con una sedosa melena plateada.

- Este es Celeborn, señor del Bosque Dorado de Lothlórien. Es nuestro abuelo – dijo uno de los gemelos. – Nos ayuda, aquí en Imladris, hasta que partamos nosotros también hacia las Tierras Imperecederas

- ¿Al otro lado del mar? – dijo Sirius, que empezaba a entender de que hablaban todas esas criaturas del extraño mundo al que había ido a parar.

- Exactamente – asintió Celeborn con una amable sonrisa – No podía dejar a mis nietos aquí solos.

Sirius se maravilló una vez más que los gemelos fueran nietos del elfo de pelo plateado, pues este último no parecía nada viejo, hubiera jurado que sólo era un poco mayor que Elladan y Elrohir. Recordó que después les debería preguntar a los hobbits; quizá había algún otro detalle acerca de los elfos de la Tierra Media que aún desconocía.

Se sentaron en la larga mesa, y Sirius se empezó a servir un poco de todo, pues de pronto se sintió hambriento. Casi comió tanto como Merry o Pippin, cosa que no es poco decir, teniendo en cuenta todo lo que puede llegar a comer un hobbit.

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Remus observaba como Harry se paseaba nervioso por la habitación, mirando impacientemente una puerta cerrada. Tras ella, los profesores de Hogwarts y demás miembros de la Orden estaban debatiendo un asunto altamente importante. Remus había preferido abstenerse de la reunión, y quedarse con Harry, considerando que necesitaba compañía. Y de paso, le había explicado que estaban discutiendo si debían contárselo todo o no, y que al parecer habían encontrado la manera de usar el espejo, y así se podrían comunicar con Sirius.

- ¿Por qué tardan tanto? – dijo Harry nervioso - ¡Está muy claro que me lo tienen que contar!

- Shhh… Baja la voz Harry – dijo Remus tranquilamente – Estoy seguro que la reunión no durará mucho más.

En ese instante, como si hubieran oído al hombre la puerta se abrió. La primera en salir fue Tonks, con una espectacular melena rubia ese día, que sonrió a Harry indicándole que todo había ido bien.

Dumbledore salió, y le hizo una señal a Harry para que se sentara en un sillón delante de él. El chico hizo lo que el anciano director le indicaba. Acto seguido, le contó todo lo que Harry había oído la noche anterior de labios de Remus, aunque hizo como que no sabía nada, intentándose mostrar lo más sorprendido posible, e incluso demostró un poco de enfado porque no le habían dicho nada por el momento.  

- No queríamos decirte nada hasta que no hubiésemos encontrado una manera de que pudieras hablar con tu padrino – dijo Dumbledore tranquilamente

Harry tragó saliva, sintiéndose por primera vez en la noche nervioso. Podría hablar con Sirius, podría incluso verle… Después de creerlo muerto tantos días….

- Sirius te entregó un espejo intercomunicador ¿cierto? – continuó Dumbledore

El chico asintió con la cabeza, incapaz de articular palabra, a causa del nudo que se le acababa de formar en la garganta. Se metió la mano en el bolsillo y la volvió a sacar, con el pequeño espejo cuadrado, que parecía muy viejo y estaba sucio.

Dumbledore lo cogió entre sus manos con una sonrisa, y le dio unos toques de su varita, murmurando en voz baja un complicado sortilegio que parecía estar en latín antiguo. Luego se lo devolvió a Harry.

- Ahora ya puedes usarlo. Esperemos que funcione

El chico lo cogió con manos temblorosas, se lo acercó al rostro y dijo con voz débil : - Sirius Black

El pequeño espejo empezó a brillar, con una voz que cegó momentáneamente a Harry, que tubo que cerrar los ojos.

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- Severus Snape era un completo inútil; y lo sigue siendo de hecho. Además era muy poco higiénico, nunca se lavaba el pelo. Además se lo dejaba largo, porque supongo que debía intentar imitarme… - Sirius interrumpió de golpe sus explicaciones de los años escolares al notar algo que se calentaba dentro de su bolsillo. Al sacar el espejo cuadrado que brillaba lo comprendió todo. – Harry Potter

- ¿Qué dices? – preguntó Pippin extrañado

Pero Sirius no le escuchaba, su ahijado había empezado a aparecer en la superficie del espejo. Intentó limpiar un poco el cristal para verlo mejor.

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Cuando Harry vio aparecer a su padrino en la superficie del espejo cuadrado, notó que algo en su interior se relajaba. Y más cuando vio que tenía un aspecto fantástico, más que cualquier otra vez que lo hubiese visto. Tenía casi tan buen aspecto como en esos recuerdos de Snape que había visto, cuando apenas su padrino tenía quince años.

- Hola Harry – dijo Sirius desde el otro lado del espejo

- Sirius… ¿Estás bien? – preguntó el chico

- Perfectamente – dijo su padrino sonriendo - ¿A caso no tengo buen aspecto?

- Tienes un aspecto genial – le dijo Harry – Lo raro es tu ropa

Sirius se levantó para que el chico pudiera ver bien como iba vestido : - Pues ya ves, me ha dado por vestirme al estilo Robin Hood.

Harry rió ante la broma de su padrino. Si Sirius tenía ánimo para bromear, estaba seguro que estaba bien.

- ¿Dónde estás Sirius?

- En un mundo muy curioso. Se llama Tierra Media. Pero no sufras Harry, estoy buscando un método para volver. Me están ayudando.

En ese instante dos hombrecillos asomaron la cabeza por detrás de la espalda de Sirius.

- Por todos los desayunos del mundo… ¡Era cierto que hacía magia! – dijo uno de ellos

- Le podrías hacer la competencia a Gandalf… - murmuró el otro

- Harry… Te presento a Merry y a Pippin. Son ellos quienes me ayudan – explicó Sirius con una sonrisa

- Ahh!! ¿El es Harry? ¡Encantado, Harry! Yo soy Pippin, tu padrino nos ha hablado mucho de ti

Harry sonrió. Eran curiosos esos dos personajes, pero parecían buenas personas. Sintió que Sirius estaba en buen lugar, acompañado de las personas adecuadas.

- ¿Está Remus por ahí? – preguntó Sirius al fin

Harry asintió con la cabeza, y le pasó el espejo al hombre que estaba justo a su lado.

- Con que creyéndome muerto ¿eh Remsie? ¡Lo oí todo! – dijo el hombre, mostrándose ofendido

- Con que metiendote en líos y aventuras sin mi ¿eh Sirius? – le replicó Remus con una sonrisa

Los dos amigos se miraron sonriendo unos instantes.

- Sea como sea, tienes muy buen aspecto – dijo Remus al final

- Es la tercera vez que me lo dicen hoy – Sirius amplió su sonrisa – Al final me lo voy a creer.

- Créetelo amigo

- Remus escucha, me han dicho que hay alguien en este mundo que me puede ayudar. Un mago. Voy a ir a buscarlo, pero me hace falta un permiso especial para llegar a donde está. Con un poco de suerte voy a conseguirlo. ¿Le podrás explicar todo a Dumbledore?

- Sin ningún problema. ¿Cuánto crees que tardarás?

- El viaje es largo… Y viajamos lentamente porqué vamos en… - Sirius hizo una pausa, no sabía si contárselo a su amigo o no – En caballo

Remus estalló a reír : - ¿En caballo?

- No te rías… Yo no le encuentro la gracia – dijo Sirius

- Perdona, perdona… - Remus tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para aguantarse la risa.

- Oye… Cuídame a Harry ¿eh? Lo he visto un poco delgado…

- Tranquilo, está en mi casa ahora, sabes que comida no le va a faltar

- Me quitas un peso de encima – sonrió Sirius. – Si hay alguna novedad…

- Nos mantendremos en contacto, tranquilo – dijo Remus

La imagen del espejo fue desapareciendo, hasta que Remus ya sólo vio su propio reflejo.

- Debimos deducir que Sirius se las sabría arreglar perfectamente – dijo Dumbledore – Siempre ha sabido como salir de todo tipo de problemas

- Perdone pero… Sirius ha dicho que había un mago que le iba a ayudar… Si existe tal mago y tiene el suficiente poder… - dijo Harry

- Podremos hacer volver a tu padrino – Dumbledore acabó la frase por él

Harry esbozó una enorme sonrisa. De pronto volvía a tener ganas de vivir, de comer, de salir a volar con su escoba… Y sobretodo se sintió hambriento.

Remus le tendió una de las tabletas de chocolate que siempre le acompañaban, y Harry la cogió rápidamente, sin decir nada.

- Remus Lupin ¿con que dando tabletas de chocolate a escondidas para no invitar a los demás, eh? – una voz femenina resonó por la habitación. El hombre se giró para quedar frente a frente con Tonks, que le miraba con los brazos en jarras.

Los demás rieron con el comentario de la chica, y ella como toda respuesta se apresuró a cambiar su larga melena rubia por un pelo corto de color rojo.

- Como que ya se ha acabado la reunión y las cosas serias ya me puedo poner algo más informal – dijo con una amplia sonrisa.

- No tienes remedio – le dijo Remus sonriendo, al mismo tiempo que le tendía otra tableta de chocolate.

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El sol apenas despuntaba detrás de las montañas que circundaban el valle de Rivendel cuando Merry y Pippin entraron en la habitación de Sirius a despertarlo. Él, como toda respuesta, se tapó la cabeza con las sabanas y murmuró :

- Hacía tiempo que no dormía en una cama tan blanda, cómoda y acogedora…. Dejadme un rato más…

- ¿Es que acaso quieres llegar a Minas Tirith la próxima edad? ¡Venga arriba! – Merry le arrebató las mantas de encima

- No tenéis compasión de nadie – dijo Sirius con un gruñido

- Nos han dicho que si partimos hoy nos encontraremos a dos amigos nuestros por el camino – explicó Pippin emocionado

- ¿Ah si? ¿A quien? – preguntó el hombre con voz adormilada, al tiempo que se volvía a acurrucar en la cama

- ¡A Legolas y a Gimli! Están haciendo el viaje de regreso de Fangorn, a donde fueron cuando concluyó la boda de Aragorn

- Ah… Que bien… ¿Son hobbits también? – preguntó Sirius que casi estaba dormido otra vez

- ¡No! Legolas es un elfo, un príncipe elfo, y Gimli es un enano

- ¿Y conoce Gimli a Blancanieves? – dijo Sirius que no pudo reprimir la broma

- ¿Cómo? – preguntó Merry extrañado

- Nada, nada… Palabrería de un loco, no me hagáis caso – dijo el hombre al tiempo que se levantaba de la cama con un suspiro de resignación.  - ¿Dónde está mi ropa?

- Creo que Elrohir dijo algo acerca de que sería mejor que fueses vestido como cualquier habitante de este mundo… Ya sabes… Para no llamar tanto la atención

- ¡Ah no! ¡Ni hablar! No pienso corretear por los caminitos vestido como Robin Hood… ¡Y encima montado en un caballo!

- Pero Sirius….

El hombre echó una ojeada por la ventana. Lucía un brillante sol, típico del mes de julio. Con sus prendas negras solo conseguiría hacer más caluroso el viaje… Una vez más tuvo que ceder : - "Me estoy haciendo viejo…. Antes no cedía con tanta facilidad…" – pensó con amargura

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El timbre sonaba. Harry se apresuró a ir a abrir la puerta, y mucha fue su sorpresa al encontrar a Ron y a Hermione al otro lado, acompañados por Tonks, que continuaba conservando el pelo igual de corto que la última vez que la había visto, pero que ahora era de un vistoso color violeta.

- ¡Tenemos entradas para el concierto de las Brujas Chispeantes! – exclamó Ron, que tenía las puntas de las orejas rojas a causa de la emoción - ¡Tonks las ha conseguido!

- ¡Tienes que venir Harry! Es el grupo más moderno del momento – añadió Hermione, que lucía una camiseta con el emblema del grupo

Remus apareció en la puerta también. Llevaba las mangas de la camisa dobladas hacía arriba, pues estaba lavando los platos : - ¿Qué pasa aquí?

- ¡Hola Remus! Tengo entradas para el concierto de esta noche – explicó Tonks con su habitual sonrisa

- ¿Puedo ir? – le preguntó Harry

- ¡Pues claro! A mi no me tienes que pedir permiso. Si tienes ganas de ir, ve – le contestó el hombre

Harry hizo un intento de arreglarse el pelo, mirándose en el pequeño espejo del recibidor de Lupin, y luego se apresuró a salir.

- Que os lo paséis muy bien – les dijo Remus

- ¿Cómo? No creas que me vas a dejar a mi sola con tres adolescentes con las hormonas alborotadas – dijo Tonks mirando al hombre

- No, pero es que yo no…

Por toda respuesta, la joven maga agarró a Remus del brazo y literalmente lo arrastró fuera de la casa : - Remus Lupin, como que me llamo Tonks que no te vas a quedar en casa

El hombre sonrió, y se dejó arrastrar por la chica. Al fin y al cabo, una noche de diversión no le iría nada mal.

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Buenoo otro capiii. ¿Qué os ha parecido? ¡Espero que este tb os haya gustado! Y muchisimas gracias a todos por los reviews! Me hacen feliz o

Maula : Verás…. Es que Sirius y Remus no me gustan demasiado a mi como pareja, pero weno… Yo siempre empiezo los fics pero no sé como terminarán… O sea que no descarto ninguna idea.

Amsp14 : :P ya verás si remus termina con tonks o no… Yo solo te diré que a mi personalmente me encanta la pareja que hacen ;-) Y Merry y Pippin tampoco acabaron de creer la historia que Sirius hiciera magia, pero ahora, en este capi con lo del espejo ya lo comprobaron. Espero que sigas leyendo. ¡Gracias por tus comentarios!

Especter : Pos la idea es esa, que Sirius recupere, al menos, parte de su magia :P Y ya le enseñarán los elfos como usar el arco y otras cosas… Habrá un elfo especial que se encargará de eso :P Ya verás, ya verás… Por mi haria los capis más largos… Pero es que no me salen! Intentaré alargar un poco más por eso.

Ello : Hello o ¡No es lleig en Sirius! No em convencerás pas :P K consti que yo m vaig oferir a deixarte el 5e llibre i nos vas voler. Tu t'ho perds :P

BBOO : Sorry por lo de no separar las escenas. Fue un fallo técnico U Ya sta solucionado :P Yo tb espero que a Harry no se le de por hacer ninguna estupidez. Pero weno… Ahora sabiendo que Sirius está bien no creo que haga nada absurdo.

Sara Fénix Black : Tu misma juzga si los elfos le han devuelto a Sirius su belleza natural :P Yo digo que si… ¡Y que ya iba siendo hora! Y si, me he leído los libros de El Señor de los Anillos, por supuesto :P A ver que te parece este capi ;) ¡Gracias por leer el fic!

Nienna : Pos ya ves, se van a encontrar con Legolas por el camino. Yo creo que para el próximo ya sale el elfito. No puedo evitar sacarlo en este fic… ¡Me gusta demasiado! Espero que sigas leyendo… ¡Prometo a Legolas en el próximo!

Pos hasta aquí los reviews. Muchas gracias a todos de nuevo por seguir aguantando a este fic, y seguir aguantándome a mi. ¡Hasta el próximo capi! o

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