Capítulo 5 .- Nuevos compañeros de viaje
Merry, Pippin y Sirius se encontraban en lo que podía calificarse de una posición ridícula. Los tres estaban agachados detrás de un arbusto.
- ¿Se puede saber que se supone que estamos haciendo? – preguntó Sirius al fin perdiendo la paciencia
Como toda respuesta Merry le miró indicándole que se quedara en silencio. No tuvo que esperar demasiado tiempo para saber que esperaban. Por el camino se acercaban dos individuos : uno era alto, esbelto, de atractivos rasgos, lucía una larga melena rubia y se le podían distinguir unas orejas acabadas en punta. El otro era bajito, robusto con una espesa barba y un casco enfundado.
- "Parecen el dúo sacapuntas" – pensó Sirius divertido al ver tan curiosa pareja.
Pero al instante, los dos hobbits saltaron gritando como posesos : - ¡Orcos! ¡Orcos!
Con una velocidad vertiginosa el enano sacó lo que parecía una hacha muy afilada y el otro, al que Sirius supuso elfo, con una rapidez todavía mayor sacó una flecha, y la colocó en un gran arco de madera el cual ya tenía apuntado hacía donde estaban ellos agachados.
Merry y Pippin se apresuraron a salir con las manos en alto, en medio de un ataque de risa : - Tendríais que haber visto la cara que habéis puesto
- ¡Por las barbas de Durin! – gruñó el enano - ¡Son esos endiablados hobbits!
- ¡Hola Gimli! – saludó Pippin al tiempo que salía de detrás del arbusto, Merry hizo lo mismo que él – Y hola a ti también Legolas
- ¿Qué es lo que os trae por aquí? – preguntó Legolas por fin, cuando hubieron terminado las salutaciones
- Es una historia muuuuy larga – dijo Merry – Resumiendo, vamos a Minas Tirith a ver a Aragorn, porqué nuestro amigo Sirius necesita una ayudita
Por primera vez, Gimli y Legolas repararon en Sirius, que se había quedado un poco apartado de los cuatro amigos, sonriendo con melancolía, pues por un momento su mente voló, e imaginó que volvía a tener dieciséis años y en Hogwarts también se reencontraba con sus amigos.
- Legolas, hijo de Thranduil, – el elfo se adelantó para tenderle la mano a modo de saludo al hombre
- Gimli, hijo de Glóin a su servicio – dijo a su vez el enano
- Yo soy Sirius Black, hijo de un desperdicio de la naturaleza que acabó dentro del cuerpo de una mujer – dijo él, imitando la manera en que se habían presentado los otros dos, claramente divertido.
En un momento los hobbits se fueron turnando la palabra para contar a Legolas y Gimli toda la historia. Cuando terminaron los dos recién llegados miraron a Sirius con sorpresa.
- Admiro tu valor – dijo Legolas al final – Y si te puedo ayudar en algo, ten por seguro que lo haré. Me honraría que me dejaras acompañarte en este viaje
- Sería para mí un placer… Pero no quiero interferir en tu camino – dijo Sirius
- Nosotros volvíamos a casa ya – continuó el elfo
- Y no tenemos ninguna prisa por hacerlo – acabó Gimli – Yo también os acompañaré si me dejáis. Un enano nunca se pierde una buena aventura
Sirius sonrió : - En verdad las gentes de la Tierra Media sois muy amables. O eso o es que ya había olvidado que era que te trataran bien personas a las que acabas de conocer…
- Así estamos entendidos. Los cinco viajaremos hasta Minas Tirith. Será un placer ver a nuestro viejo amigo Aragorn. – dijo Gimli - ¡En marcha!
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Era casi mediodía y habían echo un alto en su camino para comer algo y descansar. El sol quemaba y Sirius se notaba la piel enrojecida. Había estado demasiado tiempo encerrado y su piel se había olvidado de lo que era el sol.
Comieron en silencio un rato, sentados a la sombra de un árbol de los muchos que bordeaban el camino.
- ¿No creéis que tal vez sea una buena idea que Sirius aprenda a manejar alguna arma por si nos topamos con algún imprevisto durante el camino? – dijo Legolas después de un rato – Los caminos aún no son seguros del todo, algunos orcos todavía resisten.
- ¿Qué son orcos? – preguntó Sirius mientras se llevaba otro poco de comida a la boca
- Son las criaturas más repugnantes que te puedas llegar a imaginar – dijo Gimli – los siervos del señor oscuro que antaño moraba en la tierra negra
- En mi mundo también hay un enemigo poderoso… Voldemort – Sirius dijo su nombre casi con rabia – aunque a diferencia de vosotros aún no lo hemos podido destruir… Tiene siervos poderosos también…
- Nada está perdido mientras haya esperanza – dijo Legolas con suavidad
- ¡Nosotros podríamos venir a ayudaros! Al fin y al cabo Voldemort no puede ser mucho peor que Sauron – dijo Merry animado - ¿Verdad Pip?
- ¡Por supuesto! Y así de paso conocemos tu mundo – agregó Pippin
- Hobbits… Siempre tan impulsivos… - gruñó Gimli
Cuando hubieron terminado la comida, Legolas se ofreció a enseñar a Sirius algunas nociones básicas sobre el manejo del arco. Gimli no estuvo conforme, estuvo un buen rato murmurando por lo bajo que una buena hacha no se podía ni comparar con un arco, que era mucho más útil.
- Venga ya Gimli, déjalo – le dijo Merry al final, con una sonrisa
Los dos hobbits y el enano se instalaron cómodamente para ver como se defendía Sirius con el arco. Después de las explicaciones, Legolas había montado una improvisada diana en un tronco de uno de los árboles.
El hombre se colocó frente al árbol, sujetando el arco tal y como le había enseñado Legolas, colocó la flecha, apuntó, disparó y… la flecha se clavó directamente en el suelo.
- Tranquilo, es un poco complicado al principio – le dijo el elfo desde su sitio
Aunque Sirius, a quien pocas veces algo se le había resistido no desistió, probó una y otra vez, hasta que el horrible echo de que no conseguía acertar ni de casualidad el árbol le hizo parar.
- ¡Pues menuda mierda! - exclam
Al final, a causa de la abundante comida y del agradable sol que lucía en el cielo todos se quedaron echando una siesta a la sombra acogedora de los árboles. Todos excepto Sirius, que se quedó mirando desafiadoramente las flechas que por doquier estaban esparcidas por el suelo al tiempo que jugueteaba con su varita.
- "Con lo fácil que seria hacer levitar las flechas con un simple hechizo para que se clavaran en el tronco…" – pensó, e inconscientemente acompañó sus pensamientos con el movimiento típico de la varita que hacía años el profesor Flitwick les había enseñado para hacer levitar objetos.
Entonces vio sorprendido como una de las flechas se levantaba y se quedaba flotando a un palmo del suelo. Casi con temor hizo el movimiento adecuado y la flecha se dirigió a toda velocidad hacía el tronco del árbol, donde se clavó limpiamente.
Miró su varita unos instantes… ¿Volvía a tener magia? Probó con un simple "Lumos", y esta vez si funcionó. Entonces, animado, quiso probar su transformación en perro, pero después de varios intentos comprendió que tan lejos no podía llegar… Pero aún así se animó. ¡Había recuperado parte de su magia!
Se sacó rápidamente el espejo del bolsillo y colocándolo frente al rostro dijo con voz clara : - Harry Potter
La imagen de su ahijado tardó un poco en aparecer, instantes en los cuales Sirius temió que los espejos hubieran dejado de funcionar, pero pronto, al ver brillar un poco el espejo y entrever una imagen que se iba perfilando se tranquilizó. Ahí estaba Harry, aunque mucho más despeinado que de costumbre, sin gafas y con una cara de sueño impresionante.
- Mmmm… ¿Sirius? – dijo el chico con voz somnolienta
- Vaya… ¿Te he despertado? Lo siento, había dado por supuesto que seria la misma hora que aqu
- No, no… - Harry se colocó las gafas y miró hacía un lado - ¡Por todos los bludgers del mundo! ¿¡Las 4 de la tarde!?
- ¡Así si que es la misma hora! ¿Se puede saber que haces aún durmiendo?
- Es que… Verás… Ayer fuimos a un concierto… Y claro… Terminó realmente muy tarde… Y luego Tonks nos invitó a un local de la zona al que conocía la camarera…
- En resumen, saliste de fiesta – acabó Sirius con una sonrisa - ¿Con Tonks?
- Si bueno, y con Ron, Hermione y Remus
- Remus ¿eh? Hay que ver… Pero si nunca le han entusiasmado las discotecas… Nunca quería venir.
- Me obligaron – se oyó una voz detrás de Harry, al tiempo que un Remus despeinado y con cara de sueño aparecía detrás del chico.
- Si claro….
- ¿Quieres algo en especial o solo has llamado para incordiar? – preguntó Remus en tono de reproche, aunque un asomo de sonrisa se perfiló en sus labios.
- Que si no estáis demasiado ocupados durmiendo le digáis a Dumbledore de mi parte si tiene algo que ver en que haya recuperado parte de mi magia.
- ¿Has recuperado la magia? – preguntó Harry
- Si, pero sólo la más básica de momento. No me puedo aparecer, ni transformarme en perro… Pero puedo hacer hechizos sencillos con la varita. – explicó Sirius
- Luego me acercaré a tu casa a ver si está allí – se ofreció Remus
Sirius asintió : - Cuando sepáis algo, Harry, te comunicas conmigo
El chico de pelo azabache asintió: - Esta noche intentaré… - Harry hizo una pausa para buscar la palabra más adecuada - comunicarme contigo
- Por cierto Sirius… - dijo Remus ampliando su sonrisa - Hay una cosa muy útil que se llama protector solar que sirve precisamente para eso, para protegerte del sol y no quedarte como un tomate rojo. Cuídate
La imagen del otro lado desapareció, y lo último que vio Sirius fue a Remus y a Harry riéndose y dirigiéndose miradas cómplices. El hombre también sonrió, al tiempo que se volvía a guardar el espejo en el bolsillo.
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La casa número 12 de Grimmauld Place apareció entre la 11 y la 13 tal y como Harry la recordaba. El chico había insistido horrores en poder acompañar a Remus en su visita, esperando que ahora que sabía que su padrino estaba bien, no le traería malos recuerdos.
El licántropo llamó al timbre. Dentro de la casa se empezaron a oír los típicos gritos que echaba la señora Black desde su cuadro. La puerta se abrió, dejando ver unos pequeños y brillantes ojos negros del otro lado.
- Buenas noches Severus – saludó Remus con cordialidad.
El hombre paseó su mirada desde el hombre lobo hasta Harry, al que dirigió una muy mala mirada. El chico, ya demasiado acostumbrado a ese tipo de actitud del hombre, fingió no darse cuenta.
- ¿Está Dumbledore dentro? – volvió a preguntar Remus
Severus asintió, y les hizo una seña para que pasaran. Una vez dentro vieron que la señora Weasley y Tonks hacían esfuerzos para volver a cubrir el retrato de la señora Black con la cortina, y apenas pudieron saludar a los recién llegados.
En la mesa de la cocina se encontraron con unos cuantos de los miembros de la Orden. Allí estaban Kingsley Shacklebolt, Ojo-loco, Charlie Weasley y Dumbledore. Snape también se sentó con ellos en la mesa.
- ¡Remus! – saludó con una afable sonrisa el director de Hogwarts – Que agradable sorpresa. ¿Qué te trae por aquí? ¿Todo bien? Oh vaya… Hola a ti también Harry
- Nada importante profesor Dumbledore – dijo Remus en su habitual tono educado – Es solo que antes hemos tenido noticias de Sirius. Ver
La explicación de Remus se vio interrumpida por Molly y Tonks que regresaban a la cocina después de haber conseguido hacer callar a la madre de Sirius. Tomaron asiento junto a los demás, en la mesa.
- ¿Y que dice Sirius? – preguntó Albus
- El hecho es que recupera poco a poco la magia. De momento sólo puede hacer hechizos básicos… Pero quería saber si usted tenía algo que ver en el asunto.
- Bueno… Digamos que he estado intentando algunos hechizos que parece que han surtido efecto – dijo Dumbledore ampliando su sonrisa
- ¡Por todos los dioses! – exclamó Ojo-loco a su vez - ¡Pero que falta de prudencia! Albus, permíteme que te diga pero hacer hechizos tan difíciles y peligrosos como este pueden poner en alerta a nuestro enemigo.
- Tranquilo Alastor, los hechizos están hechos dentro de los muros de Hogwarts, infranqueables, por el momento hasta para Voldemort. Creí que era mi obligación ayudar a uno de nuestros mejores miembros.
- Muchas gracias señor… Se lo agradezco… - dijo Harry con voz débil desde su silla.
- No tienes porque agradecérmelo Harry, ha sido un placer ayudar a tu padrino. Y ten por seguro que haré todo lo posible para poder hacerlo volver
- ¿Os quedaréis a cenar? – preguntó Molly levantándose de la silla – Arthur y Bill vendrán también. Ron, Ginny y Hermione están arriba cielo, puedes subir si quieres.
Harry asintió y se levantó de la silla para subir a ver a sus dos amigos.
- ¿Todo bien por la orden? ¿Alguna novedad? – preguntó Remus en cuanto el chico hubo abandonado la cocina
- Todo sospechosamente tranquilo por el momento – gruñó Ojo-loco
- Suponemos que después de la derrota en el Ministerio Voldemort está rehaciendo sus estrategias. No dudamos que pueda haber un asalto a gran escala a sitios importantes como Azkaban – explicó Kingsley
- ¿Para liberar más mortífagos? – preguntó Remus
- Eso creemos. Bill dice que la gente está intranquila. En los últimos días multitud de personas han sacado todos sus ahorros de Gringotts y están abandonando el país – explicó Charlie – Y es más, mucha gente pide la licencia para tener un dragón… Supongo que así se deben sentir más protegidos
- El mundo se vuelve loco – dijo Molly desde los fogones – Es como volver a ver una película que deseabas olvidar…
- Esta vez va a ser peor – la voz fría de Severus se extendió por la sala – Esta vez es mucho más poderoso… Tiene más seguidores y no está dispuesto a que Potter le destruya los planes. Antes acabará con él con sus propias manos.
La cocina se sumió en un pesado silencio tras esas palabras.
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Harry abrió la puerta de la habitación y encontró a Ron y a Hermione jugando al ajedrez mágico al tiempo que Ginny, tumbada en la alfombra del suelo jugaba con Crookshanks.
- ¡Harry! – dijeron los tres al unísono, al tiempo que unas amplias sonrisas aparecían en sus rostros.
- He venido con Lupin – explicó Harry – teníamos que hacer una consulta a Dumbledore.
- Siéntate, estoy dando una paliza a Ron – dijo felizmente Hermione
- Eso ni en sueños Hermione – gruñó el pelirrojo.
Harry se sentó en el suelo, justo al lado de Ginny que siguió jugando con el gato de Hermione y sacó el pequeño espejo cuadrado que guardaba en el bolsillo.
- Sirius Black – dijo al tiempo que se lo ponía a la altura de los ojos.
El reflejo de su padrino no tardó en aparecer. Pero casi se echa a reír al verlo. Tenía hojas encima de la cara.
- Sirius… ¿Qué llevas en la cara? – preguntó aguantándose la risa
- Es por las quemaduras de sol. – gruñó el hombre – Sé que tengo un aspecto ridículo.
- No, no… Ridículo no… - dijo Harry sin ninguna convicción
- Te dije que no debías hacer caso de los consejos de Legolas. Los elfos son criaturas maravillosas, pero sus trucos y comida siempre han sido raros – se oyó una voz proveniente de detrás de Sirius
- Es el mejor remedio para la piel reseca o quemada. Es lo que utilizan todas las elfas – se oyó otra voz. Esta vez mucho más melodiosa y dulce.
- Si claro, ahora nos vas a hacer creer que tu no lo usas – se oyó otra voz
- ¡Cállate de una vez Pippin!
- Elfos y hobbits… Quien me manda a mi mezclarme con ellos – gruñó una voz grave y rasposa, muy parecida a la de Ojo-loco
Sirius sacudió la cabeza : - No tienen remedio….
- ¿Elfos? ¿Allí hay elfos? – preguntó Harry
- Si bueno… Pero nada que ver con los elfos a los que tu estás acostumbrado… Es difícil describirlos.
- Bueno, te llamaba para decirte que Dumbledore ha dicho que si que fue cosa suya lo de que recuperaras un poco de tu magia. Y esta trabajando en como hacerte volver
Sirius asintió : - Dale las gracias de mi parte a Dumbledore. ¿Cómo está todo por mi casa?
- Bien, bien. Está mucho más limpia. Tiene muy buen aspecto
- ¡Sirius! ¡La cena está lista! Si no te das prisa Merry y Pippin van a comérselo todo
- Voy, Gimli, un segundo – dijo Sirius mirando hacía un lado
- Ve a cenar, yo iré ahora también. Molly nos ha invitado – explicó Harry
- No creo que mi cena se pueda comparar a alguna preparada por Molly… Que buena mano para la cocina tiene esa mujer… - dijo el hombre con un suspiro
Harry rió : - Bueno… ¿Nos mantendremos en contacto?
- Por supuesto. Dales recuerdos a todos
Harry vio como la imagen de Sirius iba desapareciendo, y al final se puso el espejo de vuelta en el bolsillo.
- ¡Te gané! – gritó Hermione con alegría en ese momento
Ron golpeó el colchón de la cama con un gruñido de resignación.
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Sirius se sentó junto a Merry, Pippin, Gimli y Legolas, alrededor de una improvisada hoguera. El elfo le tendió un plato con algo que se asemejaba sospechosamente a pan.
- ¿Qué es? – preguntó el hombre
- Lembas – dijo Legolas con una sonrisa de orgullo. – Pan elfico para el camino. Un bocado basta para llena el estómago de un hombre fornido
- Sin embargo nosotros nos llegamos a comer cuatro, y aún nos queda un rinconcillo – explicó Pippin despreocupadamente al tiempo que se comía la segunda.
Sirius miró esas lembas que le ofrecían como cena.
- Es comida de elfos pero está comestible, tranquilo – le susurró Gimli
El hombre mordió una puntita y la masticó no sin cierto recelo; aunque se sorprendió al notar que tenía realmente buen gusto : - No está nada mal
Legolas pareció satisfecho con ese comentario. Después de las lembas los hobbits sirvieron unas setas que habían encontrado ese día en el camino, y después comieron un poco de fruta. Al final, todos llenísimos se tumbaron un rato bajo las estrellas.
- No me acostumbro a la libertad – dijo Sirius con un suspiro tras un rato de silencio – Aunque es una sensación increíble
- Esto de estar encerrado en una cárcel debe ser horrible. ¿Cómo aguantaste tanto tiempo? – preguntó Legolas sin ni tan siquiera desviar la mirada del firmamento
- No lo sé… Supongo que sabía que era inocente… Y que tenía que aguantar para hacer justicia algún día.
- El culpable era ese… Ese… ¿Cómo se llamaba? – preguntó Pippin
- Peter… Peter Pettigrew – dijo Sirius cerrando los dientes con rabia. – Algún día podré pillar a esa alimaña y…
- Siempre se termina haciendo justicia – sentenció Gimli
Con esas palabras del enano, Sirius pudo conciliar el sueño, pensando en el día que podría por fin estrangular a Pettigrew.
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Sara Fenix Black : A que estaba wapo Sirius Me tendrias que haber visto a mi cuando escribia lo de Sirius y la toalla xDDD ¡Gracias por dejar siempre reviews y por seguir el fic! ;) Thanks
amsp14 :Pues claro que Remus ha sido siempre el merodeador más inocente!! Weno, al menos así es como me lo imagino yo, con ese carácter digo. ¿A k le keda bien a Sirius la ropa de elfo? Debe estar wapiiiiisimo….
Mereth :Hola wapaa!! No, no quiero matarte, pero las escenas de Sirius y los gemelos si que son de infarto!! Comprenderás que no pude aguantarme y tuve que ponerlo Y no veas lo que babeo yo sola escribiendo esto. Es la tactica infalible para desestresarme de estudiar.
Nienna :Pos ala, aquí tienes a Legolas. Y esto es sooolo el principio. Ya ves que tendrás elfo para rato :P ¡Espero que también te guste este capi y muchisimas gracias por tus revis!! ;)
Especter :Mmmm… ¿Es este más largo? No lo sé… Tal vez un pokito ¿no? Weno, en fin, gracias por tus comentarios!!
Ello :Perdona… ¿Insinues que tinc la ment pervertida? ¿yo? (A) Et confons de boja. Gracies per escriure'm revis ilegalment xDDD
Elanta :¡Aiya desaparecida! ;) El otro dia t vi por el Messenger pero por tu nick deduje que estabas muuuuy ocupada y no molesté :P Pos lo de Remus y Tonks creo que no lo voy a poder evitar, ando con el romanticismo muy subido últimamente yo tb xDD Y ya ves como babee yo sola escribiendo a Sirius elfito xDD En fins… No te me estreses más de lo necesario ¿eh? 1 kiss
Lily Black : Weno weno, pos aki tienes otra vez a Sirius de elfo y a Legolas. Los dos en un mismo capi. Anda que os kejaréis :P
En fin, hasta aquí llega el quinto capitulo, y ahora sí que hasta que yo termine los exámenes (o sea, en 3 semanas) no voy a poder subir nada :( ¡¡Sorry, pero los estudios me reclaman!! Espero que os haya gustado este capi tb y dejeis muchos reviews que hacen ilusión y animan a continuar con los fics! Tenna!!
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