Capítulo 6 .- Días de verano

Harry asomó aún más la cabeza por la ventana. El calor era insoportable y en el pequeño apartamento de Remus tocaba el sol la mayor parte del día, cosa que tal vez en invierno pudiera resultar agradable, pero que en verano era un fastidio.

Oía a Remus poner patas arriba uno de sus armarios, pues aseguraba que tenía guardado allí un viejo ventilador. Al fin lo encontró, lleno de polvo y algo oxidado.

- Estos aparatos muggles son el mejor remedio contra el calor, aunque me pese reconocerlo – dijo al tiempo que lo depositaba sobre una mesa baja y se sentaba al lado de Harry en el suelo, justo en frente del aparato.

- ¿Exactamente cuanto tiempo hace que tienes este ventilador? – preguntó el chico claramente divertido, al tiempo que oía el insistente chirrido que soltaban las paletas del aparato al girar.

- Pues bastante la verdad… - dijo Remus al tiempo que reía suavemente – Hasta creo que tiene más años que tu.

Luego ambos se quedaron en silencio por un rato, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Harry no paraba de darle vueltas a algo que se le había ocurrido esa misma mañana.

- Remus… - dijo con indecisión

- Dime – dijo el hombre con una afable sonrisa

- No que… Estaba pensando que… En realidad yo me vine a vivir contigo porque la casa de Sirius me hubiera traído demasiados recuerdos… ¿no?

- Esa fue la idea de Dumbledore, si – asintió Remus

- Entonces… Pensaba que ahora que sé que Sirius está bien… Quizá… Tu prefieras que vaya a vivir allí… - terminó Harry con nerviosismo. La verdad es que a pesar de todo quería quedarse a vivir con su ex profesor.

- Harry, a mi no me importa en absoluto que estés viviendo conmigo, de echo yo me ofrecí a que vinieras aquí. Claro que entenderé que quieras ir a la casa de tu padrino. Hablaré con Molly, pero seguro que no hay ningún problema.

- ¡No! ¡No! Si yo… - Harry hizo una pausa – Yo… Yo prefiero quedarme aquí… Si a ti no te importa

Se hizo otro instante de silencio que dio a entender que los dos habían quedado de acuerdo.

Al fin, Remus habló otra vez

- ¿Sabes que es lo peor de todo? Que nosotros estamos aquí friéndonos como pollos y Sirius debe estar tan fresco en ese mundo

Harry rió con el comentario.

En ese instante sonó el timbre. Remus se levantó con un suspiro de resignación y fue a abrir. Moverse con esa temperatura era muy poco apetecible.

Al otro lado de la puerta se encontraron con Kingsley Shacklebolt, Charlie Weasley, Tonks, Ron, Hermione y Ginny.

- ¡Buenos días! – saludó con alegría Tonks. La joven bruja llevaba una estrambótica melena color violeta muy lisa recogida en una coleta, no se podía adivinar de que color lucían sus ojos ese día, pues los llevaba ocultos tras unas gafas de sol, un vestido playero a conjunto con su pelo y unas sandalias completaban su indumentaria.

Charlie, Kingsley, Ron, Ginny y  Hermione también iban vestidos de forma similar.

- ¡Nos vamos a la playa! – exclamó con alegría Ron - ¿Está Harry?

En ese momento el chico asomó su despeinada cabeza de cabellos azabache en el pequeño recibidor, y al ver tan curioso grupo no pudo más que sonreír.

- ¿A la playa? – preguntó Remus extrañado. ¿No tenían nada mejor que hacer que irse a la playa? ¡Por todos los diablos! ¡Que estaban en medio de una guerra!

- Dumbledore nos lo ha aconsejado – se apresuró a decir Charlie. – Todo está muy tranquilo, y la verdad, yo necesito disfrutar un poco de mis vacaciones. En Rumania es del todo imposible ir a la playa, o tomar el sol siquiera.

- ¡Venga Remus! – exclamó Tonks – Veniros los dos

Lupin se giró para mirar a Harry, que a su vez le devolvió la mirada con una chispa de brillo en sus ojos verdes. Estaba claro que el chico quería ir… Además necesitaba distraerse.

- Está bien… Está bien – Remus se sacó del bolsillo su varita y con un movimiento hizo aparecer un par de bañadores, uno para él y otro para Harry.

Mientras los dos hombres se vestían, sus seis invitados pasaron al pequeño salón del apartamento de Remus. Se quedaron encantados con el ventilador, todos menos Hermione, que ya sabía lo que era.

- Vaya… - murmuró Ron

- ¿Por qué no haces un Hechizo Refrigerante? – preguntó Tonks alzando la voz para que Remus pudiera oírla.

- Esto es mucho más práctico, créeme. – le respondió la voz del hombre desde dentro de una de las habitaciones.

Todos se colocaron delante del aparato y comprobaron por si mismos las palabras de Remus. Realmente ese raro aparato muggle refrescaba mucho más que el Hechizo Refrigerante.

Cuando Harry y Remus estuvieron listos se pusieron de camino a la playa, que como les quedaba un tanto lejos tuvieron que utilizar los polvos flu.

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- ¡Esto es insoportable! – Sirius metió la cabeza entera en un riachuelo que acababan de encontrar por el camino. Se quedó así hasta que no pudo aguantar más tiempo la respiración, y tuvo que sacar la cabeza al tiempo que tomaba una gran bocanada de aire.

Miró a sus compañeros : Merry y Pippin, se habían quitado sus camisas, y estaban amenazando de hacer lo mismo con sus pantalones. Gimli no se había quitado ni una prenda de ropa, aunque se le veía claramente acalorado, y Legolas… Legolas parecía hecho de hielo, pues ni la más mínima gota de sudor le hacía brillar la piel, que lucía mate y aterciopelada como siempre.

Sirius imitó a los hobbits, se quitó su camisa y se la echó sobre el hombro : - ¿Siempre es así?

- En la Comarca los veranos son mucho más suaves – explicó Merry – Pero cuanto más al sur, más calor hace.

- Lo que más rabia me hace es que Remus debe tener una temperatura la mar de agradable en Londres – bufó el hombre sin saber que esa era la misma suposición que había echo su amigo acerca de él.

- Si el calor se os hace muy insoportable podemos seguir el riachuelo un trozo – dijo Legolas – Seguro que más adelante se hace más profundo y podéis bañaros

Los ojos de los hobbits brillaron esperanzados al tiempo que miraban a Sirius y Gimli.

- ¡Por mi perfecto! – se apresuró a decir el hombre

- Vayamos si queréis, pero yo no me bañaré – gruñó el enano

- ¿Nunca te han dicho que tienes un sentido del ridículo horrible? – comentó Sirius riendo al tiempo que se disponían a caminar detrás de Legolas, que al parecer conocía muy bien el camino

Gimli masculló algunas palabras incomprensibles antes de ponerse a andar, cosa que provocó que a las risas de Sirius se le unieran las de Merry y Pippin.

Al poco rato encontraron un lugar muy agradable donde algunos árboles proporcionaban sombra y donde las aguas claras del riachuelo permitían bañarse a placer.

Entonces Sirius rescató el sentido del pudor de lo más hondo de su ser y en vez de bañarse tal y como fue traído al mundo hizo aparecer unos bañadores.

- ¿Qué se supone que es esto? – preguntó Pippin mirando de cerca uno de ellos

- Un bañador. – explicó el hombre, pero ante las miradas extrañadas que le acababan de echar todos acabó de explicar – Una prenda de ropa que en mi mundo se pone la gente para bañarse.

- Oh vaya… Fascinante – murmuró Pippin al tiempo que se apresuraba a cambiarse. Merry lo imitó.

Pronto los hobbits y Sirius estaban zambulléndose en las transparentes aguas. Legolas los miraba divertido y Gimli más con envidia que con otra cosa.

- Esto es la gloria… - murmuró el hombre al tiempo que notaba como por primera vez en todo el día el calor le abandonaba y todos y cada uno de los músculos del cuerpo se le relajaban. Aunque de pronto unas manos le sujetaron por los hombros y lo hundieron en las heladas aguas.

Sirius volvió a emerger tosiendo y sacando agua. Vio como los hobbits se tenían que sostener sus estómagos de lo mucho que se estaban riendo, por eso no vieron la mirada psicópata que les dirigía el hombre.

Antes que se pudieran dar cuenta de lo que sucedía los hobbits se encontraron a si mismos suspendidos a un metro por encima del agua, cabeza abajo. Al instante se oyeron las insistentes suplicas de los dos hobbits para ser bajados.

- ¡Tenemos miedo a las alturas! – exclamó Merry

- ¡Se me sube la sangre a la cabeza! – añadió Pippin

- Así al menos pensarás – se oyó a Gimli

- Este era el hechizo favorito de James – explicó Sirius con una sonrisa – Siempre que podía se lo hacía a "pelo-grasiento" Snape.

En ese momento los hobbits se precipitaron hacía el agua, cayendo en ella con un gran chapoteo.

- Aunque a mí nunca se me dio bien – acabó mintiendo el hombre

Aún sin darse por satisfecho Sirius se dirigió hacía donde había caído Merry y Pippin y se dedicó a ahogarlos un rato. Al final, cuando Legolas le advirtió que se estaban poniendo un poco morados, el hombre dio su venganza por finalizada.

- Nadie me ahoga y continua con vida – acabó declarando Sirius aún con una chispa de maldad en los ojos.

- De esta te vas a acordar – sentenció Pippin devolviéndole la mirada asesina

- Vaya tres… - murmuró Gimli sacudiendo la cabeza

- Y bien… ¿Vamos a bañarnos amigo? – preguntó Legolas. Aunque no tuviese calor, la diversión de sus tres compañeros se le había contagiado al elfo

- ¿Con esos tres incivilizados? ¡Ni que la mismísima dama Galadriel me lo pidiera!

Legolas se resignó, pues sabía que no habría nada que hiciera cambiar la opinión del enano, y se apresuró a reunirse con Sirius, Merry y Pippin en el agua. Gimli a su vez se acomodó bajo la sombra de un árbol, apoyando la espalda contra el tronco y ahí no tardó en quedarse dormido.

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Cuando Charlie extendió su toalla en la arena se ganó las miradas sorprendidas de sus compañeros.

- Mmm… Charlie, excuso decirte que los muggles no están muy acostumbrados a este tipo de toallas… - dijo Kingsley

El pelirrojo miró su toalla con incomprensión, él no encontraba nada raro: un Ridgeback Noruego agitaba sus alas y rugía en ella.

Remus, mientras intentaba infructuosamente de contenerse la risa lanzó disimuladamente un hechizo que hizo que el dragón se quedara completamente inmóvil.

- Así mejor Charlie – dijo al fin, aún con una media sonrisa dibujada en los labios.

La suerte fue que todos los muggles que se habían fijado en ellos no habían reparado en la toalla del chico, sino que más bien estaban ocupados en observar el exótico look de Tonks. La joven parecía ajena a todas las miradas que reposaban sobre ella y se dedicaba a ponerles crema a Hermione y Ginny.

Entonces Charlie se encogió de hombros, pues aún no había entendido cuál era el problema y se quitó la camiseta para quedar en bañador. Harry se fijó en las muchas cicatrices esparcidas por su torso desnudo que habían quedado al descubierto. El pelirrojo se dio cuenta

- Gajes del oficio – le dijo al tiempo que le guiñaba un ojo.

Al final todos acabaron imitándolo. Harry y Ron pronto fueron a bañarse, pues el agua del mar era demasiado tentadora. Hermione y Ginny prefirieron quedarse a tomar el sol con Tonks, mientras que Charlie iba con los dos chicos. Kingsley y Remus también se quedaron en la arena.

- Ahora mismo parece mentira que corran tan malos tiempos – suspiró Remus mientras que doblaba un brazo por encima de su rostro para proteger sus ojos del sol

- ¿Qué creéis que estará tramando Voldemort? – preguntó Kingsley con una voz tan oscura como su piel

- ¡Ey vamos! ¿No os relajáis nunca? – les reprendió Tonks frunciendo el ceño

Los dos hombres sonrieron a modo de disculpa a la joven bruja y su conversación derivó rápidamente hacía los ventiladores.

En ese momento llegó Charlie, completamente mojado. Sus cabellos pelirrojos se le pegaban en la frente y parecían mucho más oscuros que de costumbre. Como aquel quien no quiere la cosa el chico se escurrió el pelo y "accidentalmente" mojó a los que estaban tomando el sol.

- Charlie Weasley – Tonks se incorporó amenazadoramente - ¿Se puede saber que te propones?

- Ha sido sin querer – dijo el pelirrojo con una voz inocente que no engañó a nadie

- Eres tan malo haciéndote el buen chico como Fred y George – rió Ginny

- Bueno va, he venido a buscaros para que os vengáis a bañar. El agua está muy buena – Charlie sonrió, y cuando lo hizo se le formaron un par de hoyuelos en las mejillas.

Al final tras muchas excusas nadie se pudo escaquear, pues Charlie podía ser muy pesado cuando se lo proponía.

Cuando todos estuvieron listos para irse a bañar, pero, Mundungus Fletcher llegó corriendo.

- ¡Hola Mundungus! – saludó Tonks – No sabíamos que tu también quisieras venir

- ¡Reunión urgente de la Orden! – exclamó este. Parecía muy alterado.

Las cosas se recogieron rápidamente, y pronto estuvieron fuera de la playa y de las miradas inquisidoras de los muggles. Ron, Harry y Charlie aún estaban empapados.

- Nos tendríamos que aparecer, es un método mucho más rápido para viajar – opinó Kingsley

- Pero ellos aún no pueden – recordó Remus señalando a Harry, Ron, Hermione y Ginny

- Yo iré con ellos sin aparecerme – se ofreció Charlie – Empezad sin m

Acto seguido Remus, Tonks, Kingsley y Mundungus Fletcher se desaparecieron.

- Venga vamos, no podemos perder ni un minuto – les indicó Charlie

Cuando Harry, Charlie, Ron, Hermione y Ginny llegaron al número 5 de Grimmauld Place un silencio pesado llenaba la casa. Parecía que en la cocina estaban reunidos todos y cada uno de los miembros de la Orden del Fénix. Pero sus caras estaban oscurecidas por una mezcla de preocupación y pánico.

- ¿Qué ocurre? – preguntó Harry con voz temblorosa. Su ya de por si despeinado cabello lo estaba más aún.

Nadie contestó. Supo que era algo grave cuando vio que Tonks lo miraba seria, sin el más mínimo rastro de su habitual sonrisa en el rostro.

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- ¡Eres imposible! – gruñó Sirius salpicando un poco a Legolas

El elfo rió : - Que mal perder tienes

Habían estado todo el día allí. El sol se había ocultado casi sin que ellos se hubieran dado cuenta. Legolas y Sirius, que por aquel entonces eran los únicos que seguían en el agua decidieron salir, pues la carrera que habían echado había terminado con una clara victoria del elfo.

De pronto algo pasó con la noche. El manto de estrellas que cubría el cielo azul añil, se volvió de repente en un campo negro, y las luces desaparecieron. El ronroneo lejano de los pájaros y el murmullo de los árboles se había ido. La templada tarde se volvió de repente penetrante y fría. La oscuridad a su alrededor era total, impenetrable, silenciosa, como si una mano gigante hubiera dado sombra al lugar, dejándoles ciegos.

El frío se hizo tan intenso que les hizo tiritar; la piel se les había puesto de gallina y los pelos de la nuca se les habían erizado.

Sirius abría sus ojos todo lo que podía, mirando alrededor, sin ver nada.

"No es posible... ellos no pueden estar aquí..." pensó "No en la Tierra Media" agudizó sus orejas... podría oírlos antes de verlos...

Su mano se cerró casi involuntariamente en torno a su varita.

- ¿Qué está ocurriendo aquí? – oyó la voz de Merry

- ¡Shh! – les indicó que callaran

- ¡No veo nada! – exclamó Pippin

- Un momento de silencio, por favor – dijo Sirius en voz baja - Estoy tratando de escu...

Pero se calló. Acababa de escuchar lo que se estaba temiendo. Había alguien aparte de ellos en el pequeño claro, alguien con un aliento ronco.

De pronto se escuchó un horrible y agudo chillido que hizo reaccionar a Sirius. Sacó su varita y gritó con voz clara :

- ¡Expecto patronum!

Un enorme perro plateado emergió de la varita del hombre y se abalanzó rápidamente sobre las tres figuras negras encapuchadas que se estaban acercando.

- ¡Nazgûl! – oyó que exclamaba Merry presa del pánico

Sirius no se detuvo a pensar qué había querido decir el hobbit con esa extraña palabra. Estaba demasiado ocupado procurando hacer huir a los tres encapuchados que acababan de aparecer. Ni siquiera pudo plantearse como era posible que estuvieran ahí.

Al final, con otro horrible chillido las tres criaturas se marcharon tan rápidamente como habían llegado.

Poco a poco el cielo se destapó y pudieron verse unos con otros. Sirius estaba pálido, casi tan pálido como cuando los hobbits lo habían visto por primera vez, pero esta vez una mueca de miedo le deformaba el rostro.

- ¡Por las barbas de Durin! ¿¡Como han llegado aquí tres nazgûl!? – exclamó Gimli; parecía alterado

- Esto no eran nazgûl – susurró Sirius - Eran dementores.

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Mwahahahahaha aquí os quedáis con la intriga xDDD Ala ala, sufrid, sufrid (6) xDD Sorry por las demoras, pero es k he estado de exámenes, y lo primero es lo primero xD Tengo que procurarme un futuro.

¡Espero que continuéis leyendo el fic y que dejéis reviews! ¡Me hacen feliz!

amsp14 : Weno, en fin… Aki tienes por fin otro capi. Espero que te guste. Sirius ya hasta utiliza la magia, y trankila que en perro se convertirá tb. Y Remus y Tonks… Poco a poco… Poco a poco :P

Sara Fénix Black : No sé si Sirius va a mejorar con el arco… A lo mejor le entra la perreria y ahora que tiene magia… Weno, ahí tienes a Sirius y a Legolas bañandose juntos :P Esto tb es de infarto ¿eh? :P A ver si para el proximo se comunican otra vez con el espejo… ¡Gracias por los revis¡ ;)

Mereth : ¡¡Holaaas!! Espero que para cuando leas esto ya no sufras de estrés provocado por los examenes. Emmm… Para echarle alter sun a Siri ponte en la cola xDD :P Primero voy yo que por eso soy la escritora xD Y si… La idea es que tarde o temprano esta panda llegue a Hogwarts… (6)

Ello : Review sense contingut.. Resposta sense contingut. És lu que té aixo… Aviam que et sembla aket… ¡I aviam si ens llegim d'una vegada HP5!

Nienna : Jajajajaja Te gusta Legolas ¿eh? Pues anda, aki tienes más elfo… ¡Para dar y regalar!

Herm25 : ¡Thanks por animarte a leer el fic! Espero que te siga gustando! ;)

lunae : De nada mujer ;) Es un gusto poner a Legolas :P ¡A mi tb me gusta muchisimo el elfo!

Elanta : ¡Aiya loca! La frase esa de Sirius la verdad es que casi me salió sola xD Y con respecto a la juerga del concierto… La escribí muchas veces pero no me convencía así que… a tomar por culo xD A ver que te parece este, no he podido evitar empezar a liar el asunto… U es superior a mi xD

kien seré sere o sease mayu :P : Nariko se pone de rodillas y suplica perdón ¡¡¡Lo siento!!! Estaba sin neuronas por culpa de los examenes y me salió lo del árbol sin pensar… Que desastre… uuxx

Lil-Evans : ¡Me alegra que hayas echo una excepción con mi fic! Espero que continues enganchada!!

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