Capítulo 9 .- Compras en el Callejón Diagon

Harry y Ron estaban hablando en la habitación que el moreno tenía en el pequeño apartamento de Remus, cuando oyeron que la puerta de la entrada se abría.

- Ese debe de ser Lupin – dijo Ron al tiempo que se le ensanchaba la sonrisa

- ¿Qué te parece? ¿Vamos no?

- ¡Por supuesto! No tendrías ni que preguntar.

Los dos amigos se dirigieron unas sonrisas diabólicas antes de salir. Se encontraron con su antiguo profesor en la cocina bebiendo un vaso de agua.

- ¿Qué tal la cita? – preguntó Harry al tiempo que se apoyaba en el marco de la puerta y mostraba una sonrisa maliciosa

Lupin se sobresaltó y casi se le cae el vaso que sostenía. Se giró, y a pesar de la oscuridad, pues el hombre no había encendido la luz, vieron que estaba sonrojado hasta las orejas en plan Weasley.

- ¿No... No deberíais estar durmiendo ya? – dijo el licántropo. No estaba en condiciones de responder nada acerca de su cita, no después de lo que había pasado al final de la velada, y menos delante de Harry y Ron... ¡Al día siguiente toda la Orden estaría enterada!

- Ninguno de los tres estamos haciendo lo que deberíamos... Nosotros no dormimos y tu has vuelto a casa muy temprano y solo... Creí que no vendrías a dormir – dijo Harry

Remus se sonrojó aún más, aunque eso ya pareciera imposible. Ambos chicos hubieran jurado que hasta relucía en la oscuridad.

- ¿Qué tal la cita? – insistió el pelirrojo.

- B.. Bi... Bien – tartamudeó Remus claramente nervioso, aunque él mismo se preguntaba el por qué de su reacción.

- ¿Bien? ¿Muy bien? ¿O bien a secas? ¿Por eso has vuelto antes? – preguntó Harry, que se lo estaba pasando en grande con todo aquello.

- Bien.. Nor.. normal – dijo el hombre que no sabía como salir de la situación

- Define normal – habló de nuevo el chico.

- ¿Pero que ha pasado? – insistió Ron, antes que el hombre pudiera hablar.

- Yo.. esto... Os veo mañana chicos, estoy destrozado, buenas noches – Lupin prácticamente huyó de all

- ¿Por qué debe de estar tan destrozado? – preguntó Harry con una sonrisa maliciosa una vez se quedaron solos.

- ¿Tú qué opinas? – le preguntó su amigo a Harry.

- Yo creo que ha ido bien. Pero Lupin es tan tímido...

o o o

Sirius se levantó al alba, cuando despuntaba el sol, pues cuando descorrió las cortinas el sol aún brillaba pálidamente, justo tras la alborada.

Se desperezó y miró a su alrededor. No parecía que hubiera ningún baño o nada parecido para que pudiera darse una ducha... Al menos no en su habitación. Así que, aún en calzoncillos y rascándose la despeinada melena, salió al pasillo y miró a lo largo en busca de algún baño. No muy lejos vio a Legolas. El elfo iba con una toalla alrededor de la cintura, y con el pelo y el torso desnudos aún húmedos. Estaba claro que venía de darse una ducha.

- ¡Legolas! – le llamó y corrió para ir a su lado – Sí que has madrugado hoy ¿no?

- Los elfos no necesitamos dormir demasiado – le respondió él encogiéndose de hombros – En cambio, sí que te has despertado inusualmente temprano para ser tu.

- No me apetecía quedarme más rato en la cama – dijo Sirius – Oye, ¿sabes por donde se va al baño? – hizo una pausa para luego bromear - ¿En este mundo también es la última puerta del pasillo a la derecha?

El elfo se echó a reír – Pues si-

- Gracias – Sirius ya se iba cuando se acordó de algo – ¡Oye! ¿Me puedes hacer un favor?

- Claro – asintió Legolas

- Guárdame el espejo, no quiero dejarlo en la habitación descuidado. Esta encima de la mesilla de noche - Y dicho esto Sirius se fue a darse su ducha matinal.

o o o

Cuando Remus se despertó a la mañana siguiente, los chicos seguían durmiendo.

Pronto habría luna llena, se sentía débil y cansado así que cambió su habitual desayuno por algo de chocolate. Comió un poco junto a una taza de café. Entonces pensó en los chicos e hizo un par de bollos para cuando se levantaran.

Iba a salir cuando llamaron al timbre. Al abrir se encontró con Bill y Charlie Weasley.

- Hola – saludó sorprendido el hombre – ahora me dirigía a Grimmauld Place a ver qué tal estaba todo.

- Buenos días – respondieron los pelirrojos – Venimos de parte del profesor Dumbledore. Dice que hoy acompañemos a los chicos a comprar sus libros al Callejón Diagon después de comer. No le parece prudente que vayan sin vigilancia.

- De acuerdo – asintió el hombre-lobo.

- Hemos quedado que mamá nos haría la comida en Grimmauld Place y luego nos iremos todos juntos al Callejón Diagon.

- ¿Quiénes son todos? – quiso saber Remus.

- Pues... Ojo-loco, Kingsley, mamá, Bill, Ginny, Hermione, Ron, Harry, tú y yo – contó Charlie con los dedos.

- Y Tonks dijo que vendría también – le recordó Bill.

- Cierto – asintió su hermano

¿Tonks? Remus notó como los colores le volvían a subir a las mejillas, y rezó para que los hermanos Weasley no notaran nada raro

- Bi.. Bien, allí estaremos – asintió Remus

- ¡Hasta luego!

El hombre se quedó echo un manojo de nervios en la puerta, mientras los pelirrojos se desaparecían con un suave "ploof". No esperaba ver a Tonks ese día. Pensaba evitarla un poco, más por vergüenza que por otra cosa... ¡Pero no tendría más remedio que verla en unas horas!

Intentó tranquilizarse leyendo un poco, pero cuando Harry y Ron se despertaron lo encontraron con el libro en las rodillas y mirando fijamente la pared...

o o o

Legolas jugueteaba con el espejo que tenía entre los dedos. Hacía tiempo que ese pequeño objeto le fascinaba.

Todo el mundo decía que los elfos formaban parte de la magia de la Tierra Media, pero a él, la magia en sí, no podía dejar de apasionarle.

- ¡Buenos días! – los dos hobbits acababan de entrar en el comedor, saludando al elfo con su habitual buen humor.

Aragorn no tardó en aparecer, seguido de Simberminë y Arwen, que charlaban animadamente en élfico, poco rato después llegó Gimli. El último en llegar fue un recién duchado Sirius.

Todos se instalaron alrededor de la mesa y pronto les sirvieron el desayuno. Sirius echó una ojeada a todo lo que allí había. Su mirada se posó en un tarro de alguna sustancia que le recordó vagamente a la mermelada. Alargó el brazo y se lo acercó para examinarlo. Con cierto recelo extendió un poco sobre una especie de tortitas, probó un bocado y no pudo contener una exclamación de gusto... ¡Estaba delicioso!

Al instante una mano ávida se acercó para apoderarse del tarro. Era Pippin. Empezó a echarse cantidades industriales de "mermelada" sobre una torre de diez tortitas.

- ¡Eh! ¡Deja para los demás! – replicó Sirius sacando de pronto su vena competitiva e infantil, intentando arrebatarle el recipiente al hobbit.

Pero alguien intervino en la disputa. Era Merry que también quería probar eso tan delicioso. Pronto una pelea de manos estuvo dispuesta : Pippin se negaba a compartir, Sirius quería comer más y Merry quería probarlo. Tanto pasó ese tarro de una mano a otra que al final se acabó estrellando contra la mesa, salpicando a quien menos estaba interesada en comer de esa especie de mermelada : Arwen.

Siete pares de ojos se posaron sobre la elfa. Su impecable vestido blanco estaba ahora todo salpicado por pegotes de esa sustancia verde, así como su complicado peinado.

Sirius sabía que no debía reír, que era de mala educación, pero al oír las risas que intentaban ocultar Merry, Pippin y Simberminë no lo pudo evitar y empezó a reírse también. Pronto todos estaban riéndose a carcajadas, incluso Aragorn que le había visto el lado cómico a la situación, mientras que una Arwen sonrojada hasta la punta de las orejas se marchaba corriendo del comedor.

- Lo... lo siento – consiguió decir Sirius después de un rato, aún con una ancha sonrisa en los labios. Pero no sirvió de mucho puesto que la elfa ya se había ido.

- No teníamos un desayuno tan divertido desde hacía tiempo – le dijo Aragorn – No debes disculparte.

o o o

Era mediodía. Harry, Remus y Ron aguardaban en la entrada del número 12 de Grimmauld place que acababa de aparecer.

El adulto, de haber podido y haber tenido oportunidad, se hubiera echado a correr lejos, muy lejos de ese lugar.

Lupin, mientras tocaba el timbre, empezó a notar un nudo en la garganta. La puerta se abrió y Molly Weasley apareció en el otro lado. Por un momento, Remus había esperado ver aparecer un pelo corto de algún color muy chillón y una deslumbrante sonrisa.

Siguieron a Molly hasta la cocina, donde estaban Bill, Charlie, Ojo-loco, Ginny y Hermione, que les saludaron. La comida casi estaba lista.

Lupin se sentó en la mesa, pero no podía apartar la mirada del sitio vacío que aún tenía que ser ocupado en la mesa.

Notaba las miradas insistentes de Ron y Harry clavadas en su pescuezo y eso, si cabe, le estaba poniendo aún más nervioso. ¡A saber qué harían ese par cuando Tonks apareciera por la puerta!

Y ese momento no se hizo esperar. El sonido del timbre al sonar y los instantáneos gritos de la señora Black hicieron que el hombre diera un respingo en la silla.

La señora Weasley se levantó para ir a abrir. Oyeron los saludos que las dos mujeres intercambiaron. Y casi al instante como algo caía en el pasillo.

Tonks no tardó en aparecer en la cocina, con el pelo corto de un color verde extremadamente chillón y con los ojos casi a conjunto con el pelo. Saludó a todos los presentes, paseando su mirada sonriente por cada uno de ellos; sin embargo, involuntariamente se detuvo un poco más mirando a Remus, que por su parte quedó completamente hipnotizado con esos dos ojos verdes que se acababan de posar en los suyos color miel. Tal vez fue por eso que no notó las miradas burlonas que Harry y Ron se dirigían.

Ella se sentó junto a Charlie Weasley, pero sin apartar la mirada de Remus.

- ¿Qué tal? – preguntó tímidamente él.

- Bien, bien... – dijo ella con un ligero rubor que le cubría las mejillas.

Entonces, Ginny le preguntó qué había sido el ruido de antes en el pasillo, y Tonks acabó confesando con una sonrisa que había chocado con una lámpara de pie. Todos rieron, pues la torpeza de la joven les era bien conocida.

La comida transcurrió tranquila, pero Remus y Tonks no tuvieron ocasión de hablar mucho más, pues siempre había alguien que los interrumpía.

o o o

El sol de mediodía hacía resplandecer los blancos muros de Minas Tirith, cuando Sirius salió tras la comida a dar una vuelta.

- ¿Te apetece un poco de compañía? – sonó una voz a sus espaldas.

Sirius se giró para ver quien era y se encontró con Aragorn. Inmediatamente hizo una leve reverencia y dijo : - Majestad...

Aragorn levantó una mano : - No soy tu rey, ni lo seré nunca. Esa clase de formalismos no hacen falta. Llámame Aragorn y no me trates de usted, me hace sentir mayor.

La cara del rey se iluminó con una sonrisa y Sirius se la devolvió. Desde el primer momento que le había visto había sabido que era un buen hombre, un rey justo, y le inspiraba simpatía y confianza.

Empezaron a caminar en silencio por los jardines del árbol blanco, prácticamente desiertos a aquella hora. Después de un rato, Aragorn habló.

- Antes le pedí a Legolas que me contara con toda clase de detalles el por qué estás aquí y otras cosas referentes a tu persona. Has tenido una vida difícil.

Sirius le miró con curiosidad, preguntándose a donde quería llegar el hombre con esas palabras.

- Yo también la tuve. Era descendiente de reyes, pero no quería aceptar mi destino y vagaba por el mundo con otro nombre, muy pocos sabían quien era realmente. Al final ocupé mi lugar, dejé el miedo a asumir quien era y aquí me tienes.

- En mi mundo también son muy pocos los que saben quien soy en verdad – habló con pesar – la mayoría creen que soy un asesino loco y peligroso... Pero a diferencia de ti, no habrá un día en que esto termine y todos estén convencidos que sólo soy una persona como todas las demás, que quiere tener una vida tranquila.

- Eso no lo sabe ni el más sabio – intentó consolarlo Aragorn – No sabes como acabará todo. Eres una buena persona y tarde o temprano la gente de tu mundo se dará cuenta, al igual que las gentes de la Tierra Media nos hemos percatado de ello.

En el rostro de Sirius se formó una de las más sinceras sonrisas que habían cruzado sus labios desde hacía tiempo.

- Y por lo que respecta a vuestra guerra – continuó Aragorn – tendrás toda mi ayuda y apoyo. Sé lo que es una lucha entre el bien y el mal, y no pienso dejar que el mal gane, ni en este mundo, ni en el tuyo, ni en ninguno. Si puedo iré yo personalmente, y si mis obligaciones no me lo permiten te llevarás cuantos soldados necesites. La guardia de Minas Tirith está a tu servicio. Al fin y al cabo, la paz reina aquí ahora y los hombres se aburren.

- Me habían dicho que eras un buen rey. Sus palabras no te han echo justicia ni por asomo. Nunca te podré agradecer todo lo que has hecho por mí, ni a todos los demás.

- No hay nada que agradecer. Cuando vuelvas a tu mundo tendrás cosas más importantes que hacer.

La sonrisa de Sirius se apagó : - Tengo miedo de volver... Quien sabe como estarán las cosas cuando regrese... Tal vez ya será demasiado tarde.

- El miedo gobierna a los que son lo bastante débiles para aceptarlo – sentenció el rey – No dejes que te gobierne a ti. Siempre hay esperanza. Es algo que aprendí hace tiempo.

Esas últimas palabras de Aragorn dieron ánimos al animago. Ánimos para continuar. Y aunque él no lo notó, algo cambió en su interior. Dejó atrás los miedos de volver a su mundo, los miedos por lo que la gente pudiera pensar de él... Volvería, y cuando eso sucediera, Voldemort lo lamentaría.

Caminaron un rato más, hasta que Aragorn se despidió, alegando que tenía asuntos que atender. Sirius continuó caminando solo , y poco después se topó con unos niños que jugaban con un perrito. Entonces se percató que no había vuelto a intentar su transformación.

Cerró los ojos y se concentró. El cosquilleo de cuando se transformaba empezó en la punta de los dedos de la mano derecha y pronto se extendió por todo el cuerpo. Cuando volvió a abrir los ojos se dio cuenta que había salido bien. Tenía una perspectiva distinta de las cosas y cuando se miró las patas vio que una capa de espeso pelo negro lo cubría todo.

Lanzó un ladrido de alegría y empezó a dar botes y brincos por las calles, mientras la gente, que salía de sus casas, justo después de comer le miraban divertidos.

- ¡Que simpático! – oyó que decía una voz familiar.

Se volvió con una divertida pirueta para comprobar que efectivamente había sido Simberminë quien había hablado.

Dejándose llevar por su espíritu más travieso, lanzó un par de ladridos y empezó a saltar alrededor de la elfa, que empezó a reírse.

Ella estiró un brazo para acariciarle la cabeza, justo entre las orejas, por lo que el animago se quedó quieto y se dejó rascar. Pero la mano de la elfa se quedó congelada de repente y miró al enorme perro negro con ojos desconfiados. Después de un rato de estar en silencio, con la mirada fija en el animal dijo con voz calmada, aunque sin poder contener la risa :

- Sirius... ¿Se puede saber que diablos estás haciendo?

En un instante, el perro pasó otra vez a ser el hombre moreno que se rió levemente y replicó :

- ¡Solo estaba divirtiéndome un rato!

La elfa se echó a reír : - Tu magia mejora a cada día que pasa. No sabía que podías transformarte en animales.

- Sólo en perro – dijo Sirius encogiéndose de hombros – Vamos a dar un paseo y te contaré toda la historia.

o o o

Ya tenían todos los libros cargados, y estaban tan cansados que ya solo tenían ganas de ir a tomar algo fresquito y descansar un rato. Los ojos de Harry se posaron en una de las tiendas : "Sortilegios Weasley" ponía el cartel. Comentó a Ron, que caminaba a su lado, que aún no había entrado nunca en la tienda de los gemelos y decidieron entrar a saludar. Hermione, Bill y Charlie también les acompañaron.

Una campanilla sonó cuando abrieron la puerta. La tienda estaba bastante llena, detrás del mostrador estaban Fred y George y dos chicas a las que Harry no había visto nunca.

- ¡Hola! – les saludó George en cuanto los vio entrar. Les hizo señas para que se acercaran.

- Estamos a punto de cerrar, esperaos un momento – comentó Fred.

Harry, Ron, Hermione, Charlie y Bill pasaron a la trastienda y se entretuvieron un buen rato abriendo algunas de las cajas que se apilaban allí y sacaban objetos a cada cual más divertido.

- No se puede negar que tienen imaginación – comentó Harry al tiempo que miraba a través de unas gafas que hacían que todo el mundo apareciera en ropa interior.

Fred, George y las dos chicas no tardaron mucho en reunirse con ellos.

- Ya se han ido todos – anunció Fred con una sonrisa.

- ¿Mucho trabajo? – preguntó Bill.

- Demasiado – contestó una de las chicas, que tenía el pelo castaño tirando a rojizo y los ojos azules.

- Siempre podéis dejar de trabajar aquí – dijo George clavando los ojos en ella.

- ¡Ni hablar! – respondió la otra que tenía el pelo castaño ondulado y los ojos color café.

- Así que estas dos chicas son a las que habéis contratado – dijo Charlie.

- Si – asintió Fred – Son Lynn y Xana.

- Vayamos a cenar y así charlamos un rato – propuso George.

Avisaron a los demás que se quedaban con los gemelos, y los Weasley de más edad tranquilizaron a Ojo-loco diciendo que ya se encargaban ellos de vigilar a Harry. Así que tras muchas protestas del viejo mago, él, Tonks y Remus se marcharon.

Los más jóvenes se dirigieron a La Cocina de la Bruja, donde se comía bien y había un ambiente agradable.

Y fue entonces, justo mientras se acomodaban en la mesa, cuando Harry se acordó de una cosa. El día anterior le había prometido a Sirius que se comunicaría con él para que pudiera burlarse de Remus... ¡Y se había olvidado!. Sacó el espejo, le diría que ahora le era imposible y que ya hablaría con Remus al día siguiente.

Se acercó el espejo al rostro y como tantas otras veces dijo el nombre de su padrino tranquilamente. Aunque estaba preparado para cualquier cosa menos para lo que sucedió : En la pequeña superficie cuadrada del espejo no apareció el rostro de Sirius Black, sino que apareció otro que Harry no había visto en su vida. Dos ojos azules se clavaban con una expresión de sorpresa enorme en los verdes del chico. Una sedosa melena rubia enmarcaba el rostro, de rasgos finos y atractivos, y por entre los mechones dorados asomaban dos orejas puntiagudas.

Harry no pudo evitar que se le escapara una exclamación de pura sorpresa.

- ¿Qué ocurre? – preguntó Fred mirando a Harry interrogativamente

- ¿Quién eres? – cuestionó el chico de gafas a quien había aparecido al otro lado del espejo, haciendo caso omiso de la pregunta de Fred - ¿Dónde está Sirius? ¿Qué le has hecho?

Ante esas preguntas todos los presentes, menos las ayudantes en la tienda, que aún no entendían de que iba todo aquello, y que empezaban a pensar seriamente que Harry se había vuelto loco por hablar con un objeto, se alarmaron.

Para sorpresa de todos, que se acababan de colocar detrás de Harry para ver que era lo que ocurría al otro lado del espejo, el curioso ser sonrió.

- Permíteme que me presente – dijo con voz melodiosa - Soy Legolas, hijo de Thranduil, y he acompañado a Sirius hasta Minas Tirith.

- ¿Y por qué tienes tú su espejo? – preguntó Harry aún desconfiado

- Esta mañana me lo dio para que se lo guardara, pues se iba a bañar y no quería que se le mojara, luego se ha olvidado de pedírmelo y yo de devolvérselo.

En ese momento, sin que Harry pudiera darse cuenta de lo que sucedía, el espejo voló de sus manos. Cuando volteó para ver que estaba pasando vio a Ginny, Hermione, Lynn y Xana mirando embobadas y babeando el espejo.

- ¿Has dicho que te llamas Legolas? – preguntó Lynn, con una voz mucho más suave que la habitual.

- ¡Que orejitas más monas! – exclamó Ginny - ¡Terminadas en punta!

- Y con el pelo largo... – añadió Xana - ¡Con lo atractivos que están los hombres con el pelo largo!

- ¿Y que clase de ser dices que eres? – cuestionó Hermione, tan práctica como siempre

Harry soltó un suspiro de exasperación y se volvió a apoderar del espejo, por lo que recibió sonoras protestas de las chicas. El elfo, al otro lado, tenía una mirada sorprendida.

- ¿Qué ha sido eso? – preguntó al fin.

- Sólo chicas con las hormonas alteradas – suspiró Harry - ¿Está Sirius por ahí?

- Desde la hora de la comida no le he visto. Ha dicho que salía a pasear un rato y aún no ha vuelto – explicó Legolas, intentando no hacer caso de las cuatro cabezas femeninas que se asomaban por detrás de Harry.

- ¿Y no estás preocupado? – el chico estaba preparado para oír cualquier cosa que pudiera salirse de lo normal

- Aquí no hay nada que temer – Legolas se encogió de hombros – La ciudad está bien protegida.

- De todas formas... Cuando le veas dile que se ponga en contacto conmigo en seguida

- Se lo diré, tranquilo – el elfo esbozó una sonrisa tranquilizadora, que calmó las preocupaciones del chico de ojos verdes.

- Gracias por todo Legolas – Harry esbozó su primera sonrisa desde que había empezado a hablar con el elfo

- No hay de qué

La imagen de Legolas se fue desvaneciendo y cuando en el espejo solo se pudo ver el propio reflejo de Harry un sonido de decepción sonó a sus espaldas. Las chicas se habían dejado caer en sus sillas.

- Qué éxito tengo con las chicas – se burló Harry con buen humor

Después de eso la cena se alargó tranquilamente, hasta que casi les echaron del local.

- Verás que gracia nos va a hacer levantarnos temprano mañana – gruñó Xana

- Si tuviéramos un modo de volver antes a casa... – añadió Lynn como quien no quiere la cosa

- No nos estaréis pidiendo que os acerquemos a vuestras casas con magia ¿verdad? – dijo Fred levantando una ceja

- Id con ese del espejo… el rubiales ese que tanto os ha gustado – añadió George

- Por favooooor – dijeron Xana y Lynn al unísono, con unas caritas de buenas chicas que no hubieran engañado ni al más inocente. Por eso, al oír la respuesta de los gemelos, todos se sorprendieron :

- Esta bien, esta bien… pesadas – susurraron al final

Y tras despedirse de Harry, Ron, Hermione, Ginny, Charlie y Bill, los cuatro se marcharon.

- ¿Qué mosca les ha picado a vuestros hermanos? – preguntó Harry extrañado.

- Creo recordar que Lynn se está sacando su carnet de aparecerse, pero aún no lo tiene, y Xana no tiene la chimenea conectada a la red de polvos flu – explicó Bill con un suspiro.

Y entonces, repararon en una cosa : Se habían ido sin pagar, por lo que les tocaba a ellos. Suerte que Bill y Charlie se ofrecieron a invitarlos a todos.

o o o

Legolas, Gimli, Merry, Pippin y Aragorn se encontraban en uno de los salones del palacio, recordando viejos tiempos mientras bebían el mejor vino de todo Gondor, cuando un enorme perro negro entró corriendo, dando saltos y ladrando en la estancia, seguido por Simberminë que parecía nerviosa.

- Lo siento... Lo siento – decía la elfa – Me ha seguido y no he podido despistarlo...

El perro empezó a saltar por encima de todos, lamiéndoles las caras y moviendo la cola frenéticamente. Simberminë tenía que hacer esfuerzos para aguantarse la risa.

Entonces, cuando acababa de saltar por encima de Aragorn, a un lado de la mesa se convirtió en un hombre de pelo negro un tanto largo que a todos les resultó muy familiar.

- ¡Sirius! – exclamaron los hobbits

- ¡Me has lamido! – fue lo único que pudo decir Gimli

Legolas sonrió divertido, al igual que Aragorn, mientras la elfa estallaba en carcajadas.

- ¡Esto no lo hace ni Gandalf! – dijo Pippin con una mezcla de sorpresa y admiración en su voz

- ¡Tienes una magia muy poderosa! – exclamó Merry

- Los hobbits son muy fáciles de impresionar – gruñó el enano, aunque él mismo se había quedado de piedra.

- Eres un pozo de sorpresas, amigo – sonrió Aragorn.

Los halagos se alargaron un buen rato, con los que el hombre se sentía cada vez más satisfecho. En Londres, en compañía de los que habitualmente le rodeaban, el hecho de transformarse en perro era tan normal y habitual que ya ni le prestaban atención. En cambio aquí... ¡Le admiraban por ello!

- Sirius – dijo Legolas al fin - ¿Podemos hablar un momento antes de cenar?

- Sí, claro – asintió el hombre

- Me he olvidado completamente de que tenía tu espejo – dijo el elfo al tiempo que se lo daba.

- ¡Es verdad! Yo tampoco recordaba que lo tenías tu. No pasa nada – respondió al tiempo que se lo volvía a guardar en el bolsillo

- Mientras estabas fuera, he hablado con ese chico... – Legolas hizo un esfuerzo, pero el nombre de Harry le parecía tan raro y curioso que no recordó como era.

- ¿Con Harry?

El elfo asintió : - Dijo que te pusieras en contacto con él en cuanto volvieras.

- Gracias Legolas, voy a hablar con él ahora mismo.

Sirius se alejó un poco y sacó el espejo del bolsillo. Harry no tardó en aparecer en él.

- ¡Ya era hora! – exclamó el chico

- Perdona – le contestó con una sonrisa – Se me fue el tiempo practicando mi transformación en perro

- ¿Lo has logrado?

El hombre asintió al tiempo que ensanchaba su sonrisa.

- ¡Genial!

- ¿Qué querías antes? – preguntó Sirius

- Nada, decirte que me había olvidado que querías hablar con Remus. Pero ahora puedes hacerlo si quieres.

- Pásamelo – dijo el hombre al tiempo que su sonrisa de felicidad se transformaba en una mucho más malvada.

Lupin no tardó en aparecer al otro lado : - ¿Qué pasa Padfoot?

- Solo quería interesarme por tu vida amorosa, que según tengo entendido ha sufrido algunos cambios destacables desde que no estoy en ese mundo – comentó él, con toda la mala intención del mundo.

Al instante, Lupin se puso como un farolillo rojo y empezó a balbucear, tal y como él recordaba que había echo toda la vida al ponerse nervioso.

- ¿A... A.. que... t...te refieres?

- Adivínalo, empieza por T, acaba por S, y tiene cinco letras.

- Fue... Solo fue... Una cita... De... de amigos

- Ya, y por eso te pones tan nervioso ¿no?. Remus, hace tiempo que nos conocemos. ¿Qué pasó?

- Nada... – musitó el hombre-lobo.

- Mooney... – dijo Sirius con voz de no haberse creído ni una sola palabra – Quiero la verdad, amigo.

Lupin sonrió débilmente, hacía muchísimo tiempo que nadie le llamaba por su apodo. Y eso mismo fue lo que le dijo al moreno.

- ¡No cambies de tema! – exclamó el hombre – A este paso le voy a tener que pedir a Harry que me deje hablar con Tonks

Lupin se sobresaltó ante la posibilidad de que su amigo pudiera hablar con ella. Así que se armó de valor. No le quedaba alternativa, se lo tendría que contar...

- Sin querer le di un beso – acabó confesando el hombre, más rojo si cabe que antes, rápidamente y casi en un susurro.

Sirius se echó a reír. No podía evitarlo.

- ¡Esto es serio! No te burles

- Está bien, está bien – se controló - ¿Has hablado con ella hoy?

- Muy poco. No hemos tenido ocasión de estar a solas. Tuvimos que acompañar a los chicos al Callejón Diagon, y luego, cuando estos se han ido a cenar con Fred y George tampoco, porque Alastor venía con nosotros... – explicó.

- Bien amigo, pues creo que le vas a tener que decir a esta chica que estás loco por ella...

- ¿Co... cómo? – volvió a balbucear el licántropo

- Buenas noches, ya nos veremos – dijo el animago sin hacer caso de lo que acababa de preguntarle su amigo.

- ¡Sirius! ¡Espera!

Pero Black ya había cortado la comunicación, se iba riendo por lo bajo mientras se guardaba el espejo en el bolsillo y fue al salón para cenar con los demás. Seguro que su última frase tendría a Remus toda la noche pensando y dándole vueltas al asunto.

o o o

Minerva McGonnagall caminaba, al anochecer, por la calle. Se dirigía hacía la sede de la Orden para cenar, pues hacía días que no iba allí para ver cómo estaban las cosas.

Las calles por las que pasaba estaban mal iluminadas y eran solitarias. La mujer desvió la vista hacia el cielo unos instantes. Las estrellas no se veían y la luna medio ocultada por las nubes que se confundían con el cielo auguraba que al día siguiente llegaría el plenilunio.

Una respiración pesada le hizo regresar la mirada hacia la calle. A escasos metros de ella había una sombra. Agudizó la vista y lo vio mejor : era un horrible ser encorvado, con las piernas torcidas. Tenía los brazos largos y fuertes y una piel tan oscura como la misma noche. Poseía una gran boca con colmillos irregulares de color amarillento, lengua roja y gruesa, nariz y rostro chatos y anchos. Los ojos brillaban con un fulgor rojizo.

La profesora sacudió unos instantes la cabeza con resignación antes de seguir su camino hacia Grimmauld Place, ignorando completamente a la extraña criatura.

Había poca gente en la casa esa noche, solo el matrimonio Weasley, Severus Snape y Albus Dumbledore.

- Los muggles cada vez están peor de la cabeza – sentenció al tiempo que se sentaba con ellos alrededor de la mesa.

- ¿Qué te hace decir eso Minerva? – preguntó tranquilamente el profesor Dumbledore

- No tenían suficiente con eso a lo que llaman carnaval que ahora se ve que se han inventado otra fiesta. Viniendo hacía aquí me he encontrado a uno disfrazado de una forma ridícula

- ¿Estás segura que solo era un muggle disfrazado? – preguntó Snape

- ¡Por supuesto que estoy segura Severus! Los años me empiezan a pesar, pero sigo teniendo buena vista. Y te digo que no era ninguna de las criaturas mágicas conocidas, por tanto era simplemente un disfraz ideado por la loca imaginación del algún muggle.

Lo que ninguno de los cinco ocupantes de la casa número 12 de Grimmauld Place sabría es que lo que la profesora McGonnagall había visto distaba mucho de ser simplemente un muggle disfrazado... Ciertamente no era ninguna de las criaturas mágicas conocidas... Al menos de "su" mundo.

o o o

nota de beta kiski: sip, a tardao en subirlo pero es culpa mia ya k en la primera revisión le hice rescribir medio capi XD juas,juas,juas pobrecita mia XD el trabajon k se llevo y luego claro lo tube k volver a revisar y ella a cambiar un monton de cosas mas y a rescribir mas cachos del capi XD pero es lo k hay XD juas,juas,juas XD y seguro k me dejo algo porque no me dejan hacer mas revisiones ¬¬ no se pork la verdad ¬¬ dice k ta amenaza de muerte o algo asi.. neh, pamplinas suyas fijo k si XD pk no se k no soys capaces de eso... o si? ¬¬ bue, si lo soys XD ja,ja,ja venga hasta el prox capi k sino se lo hago rescribir como últimamente no tardara tanto xD

nota de la autora : Wee si! Por fin otro capi U Ya habeis leido a mi beta. Si uux me lo hizo rescribir en gran parte. Aiins.. Si es que nunca está contenta. Pero weno, tengo que admitir SI! LO ADMITO! que ahora queda mucho mejor :P En fins... Me ha salido largo este ¿eh? ¡No os quejeis! ¿Qué os ha parecido? Supongo que ya sabréis que clase de criatura era la del final del capi ¿no? Weno.. ¡Dejad reviews!

Aquí van las contestaciones a los revis del cap. Anterior :

Silverstar 666 : Eii mira! Que en aquest si que has sigut la primera!!! Juas... ¿Creus que hauria d'haver posat la Tonks com una rossa espectacular? No ho sé... Sempre he cregut que té trauma de tenir un aspecte molt normalet, i per aixo sempre es passa tant amb els seus looks xD I si! Son una monada tan timids!! Juas! En Leggy i la Simberminë liats?? Mmmm... No et dic re per ara :P Ale xD I si.. Nuse pq en les escenes romantikes sempre hi posu la platja… M'inspira més :P I wenu… diguem que em controlu amb l'Arwen… de mument xD Ya ho has vist en aquet. Mwahahaha (6) No m'he pogut controlar xD En fi... Ya ta em pensu. ¡Ale! Un kiiiss

Sara Fénix Black : Siii! Tonks y Remus! Cada vez me gusta más esta pareja... Y no sé porque se me da que Remus tenía que ser así de tímido y echo a la antigua, con eso de tener citas con las chicas y todo... Mmmm y con lo que respecta a Siri y la elfa... No te digo nada por el momento, solo que no todo será lo que parece. En el próximo capi lo entenderás. Ale, aquí tienes el otro cap. ¡Sorry por haberme tardado! Y la conversación por el espejo tb :P Pobre Remus... ¡Tan vergonzoso que es! Una monada xD

Nura de Mithlond : Ale, ya le he dado más conversación a Aragorn. ¿Qué te ha parecido? Tardo tanto en subir capis en contra de mi voluntad!! A mi beta se le ha muerto el ordenador!! Y si subo un capi sin que ella me lo haya beteado me mata xD

Dadaiiro : Es que me encanta el romance!! Y más romance que va a haber en un futuro... ¡Ya verás! ¡Ya verás! Y... ale! Para que te quejes! Ahí tienes a Sirius transformado en el adorable perrito Ya iba siendo hora ¿no? En fin... Ya me dirás que te ha parecido este cap!

Anabelle Bolson : Sii! A mi también me encantan Remus y Tonks! Básicamente por eso puse la pareja en el fic. Emmm y con respecto a lo de Sirius y la elfa... Ha habido un pequeño cambio de planes jejejeje, ya verás, ya verás, en el proximo capi se va a empezar a ver por donde van los tiros :P Mmmm... Y no, no, no es una locura tuya que Sirius tenga un antiguo amor en Londres... Eso tb se verá en un futuro xD

Amsp14 : ¡Holaaas! Jajaja, si weno, a ver si decido a Remus para que hablen... Es más... ¡Prometo que intentarán hablar en el proximo! (otra cosa es que lo consigan mwahahaha), pero tranquila, Remus soporta bien las bromas de Sirius. ¡Gracias por el revi y espero que continúes leyendo!

Hermi567 : Creo que si que es la primera vez que dejas revi... ¡Pero gracias por haberlo echo! Y si.. Remus y Tonks son un encanto! Espero seguir recibiendo reviews tuyos! Hasta prontoo

Mereth : Holaaaas jejejeje Así me gusta! Que lo primero que hagas sea dejarme revi!! Solo faltaria!! XDDD y no me tientes con lo de hacerle pasar vergüenza a Lupin más seguido... ¡Una se acostumbra! Creo que va a pasar los siguientes capis sonrojado permanentemente xDD Y lo de incordiar a Leggy es un deporte que están pensando incorporar en las proximas olimpiadas xDD Juas, ¡ale! Ya hablaremos por el msn!

Hawa Black : ¿Te has leido todo el fic de golpe? O.O Eso si es valor. Y tranquila, que este fic lo acabo! Prometido! No voy a dejarlo a medias aunke me cueste años terminarlo!! (espero que no sean años... U) Y weno... Puede que Siri vuelva con una elfa... O puede que no xDD Ya se sabrá. Todo a su debido tiempo :P ¡Gracias por leer el fic! Espero que también te haya gustado este capi

Vanina : ¿Cómo que no puedes leer los capis? Oye, pues si quieres me agregas al msn y yo te los paso encantada.

Umi Natsuko : Juaas xD Ya sabía yo que no te iba a gustar demasiado el pasado capi. Weno! En este no te kejes que no sale casi nada!! Y no, no pienses mal con respecto a Harry y Ron xDD Y con respecto a lo de poner Ron/Hermione... Lo tendré muy en cuenta xD

La kiski : Es ke me gustaba más la ropa a lo muggle!! Remus estaba moniiiisimo!!

ISaBeL : Ale! Aquí otro capi! No pasa gran cosa pero... Era imprescindible para el continuar de la historia

Elloith : Joer xD Revi llarg pro no comentes re xD Cada cop m'agraden més xD En fi...

Ale! Ya están todos los revis contestados... ¡Muchas gracias a todos! ¡Me hacen feliz! Espero que este capi haya gustado a todo el mundo... Y ya sabéis... ¡Reviews con vuestras opiniones!

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