Capítulo 14 .- El sueño de Harry.

Harry se despertó sobresaltado. Por un momento no supo donde estaba. Parpadeó un par de veces y miró a su alrededor. Estaba en clase, y el profesor Binns flotaba monótonamente delante de la clase, explicándoles algo acerca de las batallas entre duendes y leprechauns.

Una vez pasado el estupor inicial, recordó el porque de su sobresalto y casi de inmediato empezó a rebuscar por uno de los bolsillos del uniforme, por debajo de la túnica. No tardó en encontrar lo que buscaba. Se escondió todo lo bien que pudo debajo de su pupitre y con un susurro casi imperceptible murmuró : - Sirius Black.

Su padrino tardó horrores en contestar a la llamada del espejo, tanto, que Harry ya empezaba a desesperarse. Cuando la imagen del animago apareció en la pequeña superficie del objeto, estaba bostezando.

- Perdona... – dijo – Estaba haciendo la siesta... ¿Tu no deberías estar en clase ahora?

- Estoy en clase – susurró Harry – Pero es que tengo que contarte algo...

- No será la clase de Snape ¿verdad? Porque luego viene aquí y me monta el espectáculo por distraerte – bromeó el hombre.

- Sirius... Esto es serio.

Black borró de inmediato su sonrisa. Harry parecía preocupado : - ¿Qué ocurre?

- He... He tenido un sueño... Eran los mortífagos, capturando a una mujer... La mujer con la que te vi la otra noche.

- ¿Lucy? – Sirius se incorporó de golpe.

Harry asintió levemente. Para Black, eso fue suficiente. Sin preocuparse siquiera de cortar la comunicación en el espejo y salió corriendo de su habitación. Había aprendido a tomarse en serio lo que su ahijado soñaba. No eran simplemente vagos sueños como los que tendría cualquier chico de su edad.

Entró precipitadamente en la cocina, donde Molly Weasley acababa de fregar los platos de la comida.

- ¿Has visto a Lucy? – preguntó sin aliento.

La rolliza mujer le miró sorprendida unos instantes, para luego negar con la cabeza : - Creo que dijo que tenía que salir... Pero no sé si se ha ido ya.

Sirius golpeó con rabia la superficie de la mesa que tenía delante, antes de abandonar la cocina. Se dirigió al piso de arriba, subiendo de dos en dos los escalones. La habitación de la mujer también estaba vacía.

Justo cuando cerró tras de sí la puerta con un golpe que hizo temblar las paredes, se encontró con Remus y Legolas que le miraban extrañados.

- ¿Habéis visto a Lucy? – les preguntó impacientemente.

Ambos negaron con la cabeza.

- ¿Qué pasa, Sirius? – quiso saber Lupin.

- Temo que le haya podido pasar algo. Harry ha soñado que los mortífagos la capturaban... – explicó Black nervioso, pasándose una mano por el pelo.

- ¿Has mirado arriba? – preguntó Legolas – Creo que después de comer subió con Elladan y Elrohir. Quería trabajar un poco con el orco y ellos fueron por si a caso la cosa se descontrolaba y...

No tuvo tiempo a terminar, Sirius se había ido como un rayo hasta donde tenían encerrado al orco. Antes de abrir la puerta suplicó poder encontrarla dentro... Pero en la habitación solo estaba la horrenda criatura y algunos pergaminos llenos de notas escritas con la pulcra letra de Lucy.

Remus y Legolas le alcanzaron, y se quedaron de pie, detrás de Sirius observando la habitación vacía.

- Quizá simplemente haya salido a comprar algo y va a volver de un momento a otro... – aventuró Lupin, aunque su voz no sonó demasiado convencida.

- O quizá el sueño de Harry no haya significado nada... – añadió el elfo.

- Eso me ha pasado por la cabeza pero... No puedo estar del todo seguro que sólo sea un simple sueño... No después de lo que pasó el año pasado y sus sueños acerca del Departamento de Misterios... Y aún menos sabiendo que a veces lo que piensa Voldemort lo puede ver él...

- El año pasado Voldemort utilizó esos sueños para tendernos una trampa – le recordó el licántropo - ¿Quién te dice que no es otro de sus trucos?

- ¿Y que sabe Voldemort de la existencia de Lucy, o de su relación con la Orden?

- Estaba en el andén 9 y ¾, dejó fuera de combate a Bellatrix... – empezó a enumerar Remus pero se detuvo cuando vio que Sirius salía corriendo de la habitación.

- ¡Sirius! ¿a dónde vas? – le gritó Legolas siguiéndole.

- ¡Voy a buscarla!

Desde lo alto de la escalera el elfo vio como Sirius, en el piso de abajo, cogía un abrigo y salía a la calle. No tuvo siquiera tiempo a seguirle.

- Se ha ido – le dijo a Lupin, que salió de la habitación cerrando tras de si la puerta.

- Maldito hombre... ¡Él y sus impulsos incontrolables! – suspiró con resignación el licántropo.

- ¿Y que hacemos?

- Hablar con Dumbledore. Ven.

O o o O

Harry guardó el espejo al mismo tiempo que el profesor Binns daba por terminada su clase. A su lado Ron bostezó, despertando del letargo en el que se sumía en las clases de Historia de la Magia. Dos mesas más lejos, Hermione guardaba los pergaminos, en los que aparecían los apuntes tan limpios y completos como siempre, los mismos apuntes de los que estudiaban Harry y Ron año tras año.

- Interesante clase ¿verdad? – comentó Ron, con ojos adormilados y rascándose la pelirroja cabeza con aire ausente.

- Sobretodo para dormir ¿no? – le contestó Hermione arrugando la frente y mirándolo con mala cara.

- Es imposible no hacerlo – respondió el pelirrojo encogiéndose de hombros.

- Algún día no te servirán mis apuntes, por eso, a ninguno de los dos ¿me oyes Harry? Eso también va por ti. – Hermione volteó para mirar el chico, que caminaba algo por detrás de ella y Ron, pero Harry no parecía haber escuchado nada mientras andaba perdido en sus propios pensamientos - ¡Harry!

- ¿Eh? – el ojiverde pareció darse cuenta por primera vez de la presencia de sus dos amigos - ¿Qué?

- ¿Qué te pasa, Harry? – preguntó la castaña poniéndose a su lado.

- Aún debe estar medio dormido – opinó Ron, intentando quitar importancia al asunto.

- Antes en clase te he visto hablando por el espejo – dijo Hermione, ignorando por completo el comentario del pelirrojo - ¿Estás así por algo que te ha dicho Sirius?

- No es por algo que me haya dicho él... – respondió Harry; aún se le notaba algo distraído – Vayamos a la Sala Común y os lo cuento.

La clase de Historia de la Magia había sido la última del día, así que los tres se dirigieron hacia la Torre de Gryffindor. Una vez allí se instalaron en los sillones y Harry empezó a contarles lo que le preocupaba :

- He tenido un sueño durante la clase... En que tres mortífagos capturaban a Lucy, esa mujer que nos acompañó a King's Cross.

- ¿La de melena castaña y voz dulce? – preguntó Ron.

Harry asintió y prosiguió : - He querido decírselo a Sirius, porque creo que le tiene especial afecto. Me contó que habían sido amigos en su época del colegio. La cuestión es que se lo he contado y ha salido corriendo a buscarla supongo...

- ¿Y que te preocupa? Yo creo que has hecho lo que debías hacer – opinó Hermione.

- Me da miedo que si Sirius no la encuentra o le han hecho algo, pueda hacer alguna locura...

- ¡Pero en todo caso no será tu culpa! Si le ha pasado algo, le hubiera pasado igual si tu no le hubieras dicho nada a Sirius – le dijo Ron.

- Supongo que si pero... ¡Yo no estoy tranquilo! Tengo que ir a Grimmauld Place – sentenció Harry convencido.

- ¿Ahora? – preguntó el pelirrojo con unos ojos como platos de la sorpresa – Pe..Pero Harry... No creo que...

- No digas bobadas – habló la chica – ¡No puedes salir de Hogwarts! ¡Son las normas!

- ¡Me importan una mierda las normas! – exclamó Harry – Me importa mucho más que a Sirius no le pase nada. Iré a Grimmauld Place, esperaré a que vuelva y hablaré con él.

- ¿Y porque no usas el espejo?

- ¡Porque se lo ha dejado encima de su cama cuando ha salido corriendo!

Nada que pudieran decir Ron y Hermione hizo desistir al chico de lo que se proponía. Convencido, salió de la Sala Común hacía el despacho del director, con paso decidido. Sus dos amigos, no sabiendo que hacer, se levantaron y le siguieron.

O o o O

En las afueras de Londres abundaban las casas adosadas. En una de ellas estaba Lucy, completamente a salvo (al menos por el momento), tomando el té en el comedor.

- Y así ¿cuánto dices que hace que estás de vuelta? – preguntó una mujer de bastante edad, pero de porte elegante.

- Llegué anteayer por la noche – contestó Lucy, dando un pequeño sorbo de su taza – Hubiera venido antes pero he estado ocupada.

- ¿Tan ocupada como para no venir a hacer una visita a tus padres? – replicó la madre de Lucy.

- Lo siento, mamá. De verdad que no he parado desde que llegué. Me ha sido del todo imposible venir. ¿Dónde está papá?

- Tu padre se aburre demasiado desde que se ha jubilado. Se ha aficionado a la fotografía, y cada tarde se va a hacer montones de fotos. Pronto los álbumes no cabrán en el desván.

Linda Barns era una mujer respetable. Muchos de los vecinos era de la opinión que tenía demasiado carácter, y tal vez demasiado entrometida en los asuntos de los demás. Era extremadamente crítica con todo, y los vecinos le tenían, más que respeto, un poco de miedo.

Sin duda el carácter de Lucy era más parecido al de su padre, Harold Barns, un hombre de carácter tranquilo y sonrisa afable. Siempre tenía una palabra amable para todo el mundo.

- ¿Quieres un poco más de té, cariño? – preguntó Linda a su hija.

- No gracias, de momento no.

- Te quedarás a esperar a tu padre supongo ¿no?

Lucy asintió y se acomodó mejor en el sofá.

- Y bien, ¿así has dejado de esconderte en América por fin? – preguntó la señora Barns.

- Sabes que no estaba escondiéndome, mamá – dijo Lucy haciendo una mueca. Cogió uno de los cojines del sofá y se lo puso en el regazo. Era una manía que tenía desde pequeña. – Lo hubiese pasado aún peor si me hubiera quedado en Londres.

- Nunca he conocido a nadie que tenga más mala suerte que tu con los hombres – comentó su madre al tiempo que se servía otra taza de té. – Mira que estar a punto de casarte con un criminal... Aunque claro, ¿quién lo hubiera dicho? Parecía tan buen chico... ¡Y guapo! Era muy guapo.

Lucy se debatió consigo misma por unos instantes acerca de si contarle a su madre que Sirius era inocente. Pero al final prefirió no decir nada, al menos por el momento.

- ¿Y ya tienes a algún hombre en tu vida? – continuó preguntando Linda.

- No mamá – negó Lucy con un suspiro – Si se hubiera dado el caso te lo hubiera dicho...

- ¡Pues no sé a que esperas! – exclamó su madre - ¿Me vas a dejar sin nietos?

Por suerte en ese momento se abrió la puerta principal de la casa y Harold Barns entró, cargando con una cámara de fotos y una sonrisa. Lucy suspiró feliz. Se habían acabado las preguntas incomodas.

Cuando la mujer dio por concluida la visita a sus padres era ya de noche. Se abrochó bien el abrigo y salió a la fresca noche londinense.

Lucy miró su reloj de pulsera; todavía no eran las siete. Recordó que en la Orden se cenaba tarde, muy en contra de las costumbres inglesas, y por eso decidió regresar a Grimmauld Place dando un tranquilo paseo.

Las farolas iluminaban las calles, pero aún así, la noche era oscura. Poca gente caminaba por las calles a pesar de que aún era pronto.

Cuando llevaba un rato caminando oyó claramente unos pasos detrás suyo; al principio no le dio importancia, pero cuando notó que seguían el mismo camino que ella empezó a asustarse. Se metió una mano en el bolsillo y rodeó su varita, al tiempo que apresuraba un poco el paso.

Los pasos detrás de ella también empezaron a sonar más rápidos. Lucy calculó que debían ser tres personas...

O o o O

Harry, Ron y Hermione se pararon frente a la gárgola que servía de entrada al despacho del director.

- Chicos... – dijo la chica; la voz le temblaba ligeramente – No creo que sea una buena idea ir a hablar con el profesor Dumbledore para decirle que las normas nos importan un carajo... ¡Ron! ¡Tu y yo somos prefectos! ¿Qué va a pensar?

- Soy prefecto, si – asintió Ron – Pero antes soy amigo de Harry.

El aludido le sonrió agradecido, y luego miró a Hermione : - No tienes porque quedarte, no me voy a enfadar.

La chica pareció dudar unos instantes antes de decirles que tuvieran cuidado y marcharse de nuevo hacía la Torre de Gryffindor.

- Bien, hay que pensar en posibles contraseñas – dijo entonces Harry

- ¿De que estilo?

- Pues... galletas de limón, o, batido de fresa, cosas así.

- Dulces de chocolate – probó Ron.

Las posibles contraseña se sucedieron una detrás de la otra de boca de los dos chicos, pero no parecían capaces de encontrar la correcta.

- Admitámoslo Harry, no la vamos a adivinar – murmuró al final Ron, perdiendo la esperanza.

- Pero siempre he terminado dando con ella... – respondió él, contrariado.

- Venga, tanto pensar en dulces me ha entrado hambre, vayamos a visitar a Dobby, a ver si nos puede dar algunos pasteles de arándanos.

Antes de que Harry alcanzara a decir nada, la gárgola empezó a moverse.

- ¡Eres un genio, Ron!

El pelirrojo sonrió complacido por el cumplido, y siguió a su amigo hacía el interior del despacho del director.

- ¡Profesor Dumbledore! ¡Tenemos que hablar con usted! Es urgent... – las palabras de Harry se quedaron a medio salir cuando vio que el director no estaba solo en su despacho.

- Vaya, parece que hoy es el día de las visitas – comentó el anciano, que parecía encantado.

Y en efecto, sentados justo delante de la mesa de Dumbledore estaban Remus Lupin, Legolas y Severus Snape.

- Lo... Lo sentimos señor... No era nuestra intención...

- Tranquilo, tranquilo. Probablemente vienen por el mismo asunto que Remus y este curioso elfo ¿cierto? Siéntense, por favor.

En ese instante Snape se levantó : - Iré a ponerme en contacto con Bellatrix. Vendré tan pronto como pueda a informarle, señor.

- Y bien, señor Potter – dijo Dumbledore una vez el profesor de pociones abandonó su despacho - ¿Nos va a contar el motivo de su visita?

- Yo quería ir a Grimmauld Place para asegurarme que Sirius está bien... Me preocupa lo que pueda hacer si le ha pasado algo a esa mujer... – respondió quedamente Harry.

- Sirius salió a buscarla. Se fue tan deprisa que no le pudimos seguir – le contestó Remus.

- Y Severus nos ha contado que es cierto que Voldemort le ordenó a él y Bellatrix encontrar los puntos débiles de los miembros de la Orden, pero... también es verdad que él no ha dado ninguna información todavía.

- Pero es posible que consideren que Lucy es el punto débil de Sirius ¿verdad?

- A imposibilidad de llegar a ti... Si, es probable. – asintió el director. - También tememos por la seguridad de Tonks. A ella la vieron junto a Remus.

En ese momento, Severus Snape regresó al despacho.

- He hablado con Bellatrix. Como excusa le he dicho que sabía uno de los puntos débiles de Black. Y antes de dejarme hablar dijo que ella ya sabía por donde herir a Black, a Lupin y a los Weasley...

Remus se removió nervioso en su silla, al igual que Harry.

- Con Lupin, estaba claro, era lo que temíamos. – continuó el profesor de pociones.

- ¿Tonks? – ante la pregunta de Dumbledore, Snape asintió.

Las manos del licántropo se crisparon y agarraron con fuerza su túnica. Legolas le puso una tranquilizadora mano en el brazo : - Tranquilo, todo irá bien.

- Con los Weasley, sólo hizo servir el sentido común. Sus hijos. Y claro, teniendo en cuenta que dos de ellos están aquí, se limitan un poco las posibilidades.

- ¿¡Mis hermanos!? – exclamó Ron.

- ¿¡Y como se enteró de lo que hacía más vulnerable a Sirius!? – preguntó Harry sin poderse contener por más rato.

- Pettigrew – contestó simplemente Severus – Se acordaba de la relación que tuvieron fuera y dentro de Hogwarts y lo... – hizo una pausa para luego añadir con cara de asco - ...felices que eran.

Tras esas palabras, los cinco se sumieron en el más profundo silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos.

- Bien... – habló Dumbledore, rompiendo el silencio - Tendríamos que encontrar primero que nada a Sirius, que no haga ninguna locura.

Legolas y Remus asintieron, ellos se encargarían de eso.

- Yo os acompaño – dijo Harry.

- Me temo que no, señor Potter. Sería preferible que no se expusiera a ninguna clase de peligro. Recuerde que aún es prioridad de Voldemort. – habló con calma el director.

Harry bajó la cabeza, enfadado porque nunca le dejaran participar en nada.

- También – continuó – Deberíamos asegurarnos de mantener a salvo a todos los Weasley. Me temo que los gemelos tendrán que dejar de acudir a su tienda por algunos días, hasta que las cosas se tranquilicen. Iré sin falta a Grimmauld Place y hablaré con Molly.

- ¿No le puedo acompañar, señor? – preguntó tímidamente Ron.

- Le he negado la participación al señor Potter, y hago lo mismo con usted, señor Weasley.

Ron se cruzó de brazos y frunció ligeramente el ceño.

- Severus, tu tendrías que evitar que adivinaran más puntos débiles en la Orden. Sería beneficioso para todos.

Snape asintió, y silenciosamente se retiró de la habitación. En ese mismo instante una cabeza pelirroja apareció en el fuego que crepitaba en la chimenea del despacho. Era Charlie Weasley.

- Profesor Dumbledore, me dijo que le avisara si Sirius volvía. Lo ha hecho. Aunque parece abatido.

- Bien, bien... Asegúrense de que no vuelve a salir, así como tampoco deben hacerlo Tonks, usted y sus hermanos. Las razones serán discutidas después. Yo mismo les visitaré, y habrá tiempo para hablar.

Charlie asintió y desapareció.

- Bien señores, ahora que parece que lo tenemos todo un poco más controlado, propongo que cenemos y salgamos hacía Grimmauld Place sin demora. ¿Se quedarán a cenar, verdad? – dijo mirando a Remus y a Legolas, que asintieron levemente con la cabeza.

- Pero... ¿y Lucy? – preguntó Harry.

- La señorita Barns lleva desaparecida desde primera hora de la tarde. Temo que es muy tarde ya para ella. – suspiró Dumbledore, y entonces pareció más viejo que nunca.

O o o O

Sirius se dejó caer en su cama, abatido. No sólo no había encontrado a Lucy, sino que las ordenes de Dumbledore y Charlie Weasley en persona le impedían volver a salir.

No quiso imaginarse a Lucy en compañía de los mortífagos. Cerró los ojos con fuerza y pensó en la mejor forma de matar uno por uno a todos los siervos de Voldemort.

Unos golpes suaves en la puerta le distrajeron de sus propios planes.

- Adelante.

Su prima Tonks entró en la habitación. Estaba inusualmente seria.

- ¿Estás bien? – le preguntó, sentándose al lado del hombre.

Sirius negó con la cabeza.

- Puede ser que... Que en realidad no le haya pasado nada. Quizá solo... Solo se entretuvo con algo y...

Sirius miró a Tonks, queriendo creer con todas sus fuerzas lo que su prima le decía. ¿Y si tuviera razón? ¿Y si simplemente..? Se reprendió a si mismo, no debía darse falsas esperanzas.

- No te esfuerces Tonks. Con ella hubiera podido ser feliz, aunque solo hubiéramos sido amigos. Y está claro que después de haber estado encerrado en Azkaban no se puede serlo.

O o o O

En el Gran Comedor todo eran susurros. La mayoría de alumnos cenaban con la vista puesta en la mesa de profesores, donde había dos nuevos ocupantes : Remus Lupin y Legolas.

- ¿Tu crees que el profesor Lupin ha vuelto para hacernos clases?

- ¿Y el de su lado? ¿Quién será?

Solo el trío de Gryffindors parecía no tener toda su atención fijada en los invitados. Aunque Hermione iba echando miradas furtivas al elfo, que comía un poco cohibido al lado del hombre-lobo.

- ¡Estoy harto que no me dejen participar en nada! ¡Ya no soy un niño! – se quejaba Harry.

- ¿Pero que quieres hacer? No podemos hacer nada si nos mantienen aquí sin información. – argumentó Ron.

- Fred y George – dijo Harry.

- ¿Que pasa con ellos? – preguntó el pelirrojo sin comprender.

- ¡Ellos estarán en Grimmauld Place todo el tiempo, aburriéndose! Podríamos convencerlos que nos contaran todo lo que pasara. Así dado el caso podríamos intervenir ¿no crees?

- No sé Harry... Dumbledore podría enfadarse ¿no crees?

- ¡No pienses en las consecuencias Ron!

Al final de la cena, Harry tenía medio convencido a su amigo de enviar una lechuza a los gemelos con su idea.

- ¿Y a Hermione que le pasa? No ha dicho nada en toda la noche – preguntó Harry al fin.

- Que se ha pasado la cena babeando con el elfo rubiales – gruñó Ron haciendo una mueca. Se veía a la legua que se moría de los celos.

Harry rió, y entonces se formó el revuelo en el Gran Comedor. Remus y Legolas se habían levantado para irse, y muchas de las chicas se levantaron para rodear al pobre elfo, que se quedó plantado a medio camino de la mesa de profesores y la puerta, mirando a Lupin con mirada suplicante.

- ¿Eres un profesor nuevo?

- ¿Eres amigo del profesor Lupin?

- ¿Eres un alumno mayor de intercambio?

Las preguntas se sucedían una detrás de la otra, mientras algunas echaban miradas insinuantes a Legolas, las otras le acariciaban el pelo, otras querían tocarle las abdominales.

- Chicas... Si nos permitís... Tenemos que irnos – Remus acudió al rescate del elfo. Y tras dirigirles un saludo particular a Harry, Ron y Hermione abandonaron el Gran Comedor.

O o o O

Lucy no se atrevía a mirar hacía atrás. Sentía los incesantes pasos de sus perseguidores cada vez más cerca. Empuñó la varita con más fuerza y aceleró un poco más el paso. No le debía quedar demasiado para llegar a Grimmauld Place, calculó que no más de diez minutos.

Un escalofrío le recorrió la espalda, y no era precisamente de frío. Tenía miedo; puro y genuino. Sabía que uniéndose a la Orden se ponía en peligro. Era una de las cosas que Dumbledore le había dejado más claras en un principio. Pero nunca lo tomó demasiado en cuenta hasta ese momento.

"Todos los aliados de Voldemort, son nuestros enemigos, y querrán dañarnos a la mínima oportunidad que tengan" las palabras del director bailaron en su mente. La mujer intentó hacerlas huir, pero le fue imposible, y más con los persistentes pasos que sonaban a sus espaldas.

En su intento por huir, uno de los tacones se le quedó enganchado en un respiradero de metro que estaba en la acera. Maldijo su suerte e intentó desengancharse lo más rápido posible, echando una mirada a su alrededor. No había ningún transeúnte más, y los conductores de los pocos coches que pasaban no parecían prestarle la más mínima atención.

Fue justo entonces cuando sintió una mano en la espalda. El corazón le dio un vuelco.

- "Ya está. Estoy muerta" – pensó.

En un último intento desesperado, se giró de golpe, apuntando fijamente con la varita a sus perseguidores.

O o o O

Jus jus jus jus ¡Aquí os quedais! Soy mala xD Lo sé xD Me encanta dejar los capis con estos finales xD Así de paso os puedo amenazar que si no me satisfacen las cuantidades de reviews voy a tardar el doble en actualizar y ahí os kedareis con la intriga! Mwahahaha.

En fin, me voy a dejar de paranoias y voy a contestar los revis del capi anterior :

Light Angel : Esta vez no he tardado tanto en actualizar ¿eh? Espero que esta vez tb haya valido la pena.

Herm25 : Entre Legolas y Simberminë ya pasará algo, solo hay que tener paciencia. Cuando logren estar uno en presencia del otro sin matarse habrá una oportunidad xD Y en cuanto a Sirius... Sip, tiene derecho a ser feliz, pero a veces le ponemos las cosas complicadas para que lo sea U

Mereth : Tranquila, a Ginny la tengo completamente controlada xD No hace falta que sufras, si pone las manos en algún sitio donde yo no pueda verlas en presencia de Elladan y Elrohir tendrá su merecido xD

Maria Grenger : Matar a Remsie y a Sirius?? XD Quien sabe? Puedo ser muy mala con los personajes :P (recuerda que maté dos personajes en un solo capítulo en mi fic de Crecer en Gondor :P). Y con respecto a Harry, ya no sé con quien ponerle, la verdad xD Al final lo voy a decidir a sorteo xD Y que gane quien quiera!! En el próximo prometo poner algo más de Merry y Pippin con los gemelos Weasley Ya me dirás que te ha parecido este :P

Paula Yemeroly : Tranquila, más romance habrá xD Eso te lo puedo garantizar, y más pq soy una romántica sin remedio xD No vas a encontrar un solo fic mio sin romance xD Eso te lo puedo garantizar. Y Simberminë tal vez si que se puso celosa, pero es una elfa que sabe disimular muy bien :P Espero tus comentarios respecto a este capítulo.

Vanina : Fanática de Tolkien?? ¡Un placer! Ya somos dos! Jajaja, es que a mi me parece gracioso imaginarme a Leggy perdiendo la compostura xD Siempre tan moderado y tan serio :P ¡Espero que este capi te haya gustado también!

Ello : De vritat... La teva memoria em comença a preocupar ¿eh? XDDD

amsp14 : ¡Hola! Me alegro de que te gustara la escena de Remsie y Tonks, la verdad esk me costó bastante xD Y entre Sirius y Lucy, si, tal vez las cosas empezaban a ir un poco mejor. Ahora quizá le haya podido pasar algo a la pobrecita... o quizá no xD Nunca se sabe :P Y con respecto a Harry... La verdad ni yo misma sé con quien le voy a poner xD Ains... Lo haré a sorteo al final xD Y con respecto a mi Draco... No sé que hacer con él! No quiero ponerlo de bueno, pero tampoco de malo... Ya veremos. En fin, ¡gracias por el revi! Espero que este capítulo tb te haya gustado

MaRiAnABlackforever : Eiii! Me alegra de que hayas decidido pasarte para leer este fic! Verás como realmente no es complicado de entender, intento hacerlo lo más sencillo posible. Jejejeje.

Leggy y Simberminë van a tener sus problemas para acabar teniendo muchos elfitos xD Pero no te niego que algun día los van a terminar teniendo :P No te preocupes, si dices alguna cosa mal respecto a LOTR te voy a corregir sin problemas Y entre Sirius y Lucy... Intentaré que las cosas acaben bien... ¡Pero no prometo nada! Jejejeje U Y en cuanto a los gemelos Weasley y a Merry y a Pippin... Sip xD Explosiva combinación xD Esperate siquiera al proximo capi y verás :P En fin... Creo que nada más por ahora, en cuanto a tu petición de que Aragorn vuelva contigo.. Yo te puedo ayudar, hace mucho que quiero matar a la pija presumida de Arwen � En fin, ya me dirás que te ha parecido este capi!

Ok, nada más por ahora. Espero vuestros reviews. Aceptaré amenazas de muerte por haberlo dejado ahí xD Soy consciente de que me vais a odiar xDDD ¡Ale! Sed buenos con los reviews y yo lo seré publicando bien pronto el próximo! Hasta prontoo! Acabad de disfrutar lo que queda de vacaciones!!