¡Saludos queridos lectores!

Nota que se repetirá en las actualizaciones de hoy: Para los que siguen todas o la mayoría de las historias concebidas para la Horror Week SasuKarin, se habrán dado cuenta que actualicé todas n.n Sinceramente, esperaba poder subirlas el fin de semana, pero para el domingo aún no tenía completado el capítulo de la última historia. Mi deseo había sido aprovechar el domingo para terminarlo de escribir, e incluso, si era posible, terminar de escribir la continuación de "Anónimo", pero tuve visitas y el tiempo ya no fue mío.

Pude terminar el capítulo de la última historia ("Anónimo" tendrá que esperar un poco más) y dar una revisión rápida a los seis capítulos que estarán viendo hoy (uno por historia), pero terminé algo tarde y necesitaba dormir temprano. Sin embargo, como podrán notar por la hora en que verán las actualizaciones, me levanté más temprano para subir todo antes de irme a trabajar.

Espero de todo corazón que las actualizaciones sigan siendo de su agrado y avisarles (si es la primera historia de las seis que leen), que esta nota, junto a un anuncio que habrá al final, se repetirán en todas las historias de hoy.

Sin más, los dejo con el capítulo de hoy, el cuál ya tiene relación directa con la actividad de la Horror Week SasuKarin concluída el 6 de Noviembre del 2022


Haruno no llevaba ni folders ni papeles con ella. Además, la situación le parecía a Karin confusa, porque el chakra de la Kunoichi médico parecía tranquilo, aunque no por ello estaba del todo relajada, así que pensó que quizá habían encontrado algo no tan grave.

—Los traerá Tsunade-sama —respondió la chica— Ya no debe tardar.

—¿Qué está pasando? —Sasuke exigió saber.

—Verán, los resultados que obtuvimos la primera vez, no estaban errados, pues coincidieron con los segundos. El problema es que, según el historial médico de Karin, eso parecía imposible —explicaba la situación— Consulté a mi maestra al respecto porque no quería remover… heridas, así que ella misma repitió las pruebas. Todas salieron iguales —la mirada de la pareja delataba su impaciencia— En las tres pruebas, Karin presenta la hormona CGH, lo que indica un embarazo, pero dados sus antecedentes médicos… Tememos que pueda ser indicador de otra cosa.

Tanto Karin como Sasuke, quedaron en shock… Aún si Sakura les sugería que la presencia de una hormona de embarazo podría ser indicador de algún problema, la médium y los fantasmas habían señalado que había algo mal relacionado. ¿Eso era la prueba inminente de lo paranormal?

—Hola, jóvenes —Tsunade entró con un folder y miró a Sakura— ¿Les has dicho?

—Si.

—Haremos un ultrasonido para confirmar que no se trata de un embarazo para asegurarnos y descartarlo —explicó Tsunade, quién sabía por Sakura lo del posible embarazo psicológico del que Sasuke había señalado. En esos casos, debían demostrarle a la joven que estaban tomando todas las medidas para que cuando todas salieran negativas, le fuera más fácil aceptar la realidad de su situación, pues algunas mujeres, bajo el escudo de que los doctores no le dieron importancia al asunto, les permitía aferrarse más a su fantasía, y por tanto, no podían avanzar— Después, haremos algunos exámenes ginecológicos para poder tener una evaluación completa de tu cuerpo. ¿Entendido?

Tsunade y Sakura prepararon a Karin para el ultrasonido y les resultó extraño que ella permaneciera muda. Es decir, además de que la pelirroja no era tímida, pensaban que se pondría feliz sabiendo que la hormona de embarazo estaba presente en su cuerpo. Era lo común en esos casos y al mismo tiempo era lo que hacía más difícil dar la mala noticia por segunda vez.

Por otro lado, también les desconcertaba el hecho de que Sasuke parecía sorprendido, como si le hubiesen dicho que si había embarazo. Él no tendría por qué actuar esperanzado o asustado si había sido él quien había informado de la posibilidad del embarazo psicológico.

—Bien, aquí vamos —anunció Tsunade poniendo la plancha sobre el vientre de Karin cuando ya tenían todo preparado.

Karin no pudo evitar apretar con fuerza la mano de Sasuke, quien se la había sostenido desde el principio, pero el apretón se hizo más fuerte cuando notó la sorpresa en los chakras de las médicos que miraban la pantalla que ellos no podían ver.

—¿Eso es…? —Sakura no quiso terminar la pregunta, porque si estaba equivocada, sería dar falsas esperanzas.

—Si… —respondió Tsunade moviendo la plancha una y otra vez en el vientre de la pelirroja para asegurarse.

—Pero…

—¿Qué es? —preguntó Sasuke muy serio.

—Es… un feto —respondió la rubia cuando ya no tuvo dudas de lo que veía y volteó la pantalla hacia la pareja para mostrarles— No debe tener más de diez semanas, quizá nueve.

De los ojos de Karin se derramaron lágrimas de miedo y angustia, pero también había algo de felicidad en ellas.

Hubo un prolongado silencio, pues Tsunade y Sakura no podían creer que eso fuera posible. Además, la reacción de la pareja no parecía del todo alegre y podría sentirse extraño felicitarlos. En cuanto a Karin y Sasuke, ninguno podía decir nada, porque sentían que al hacerlo, algo se derrumbaría en ellos a causa de todas las emociones que la noticia les estaba provocando.

—Me gustaría decir que todo está en orden, pero esto es imposible debido a tus antecedentes —Tsunade al fin se había atrevido a romper el silencio— Si no hubiese sido yo quien te examinó antes y que incluso Orochimaru llegó a la misma conclusión, diría que hubo una equivocación en la evaluación —empezó a reflexionar en voz alta— Vamos a tener que hacerte varias pruebas para asegurarnos de que todo vaya bien.

—Háganlas ahora —se oyó la voz de Sasuke que más que pedir, se oía a una orden.

—Sólo quiero advertirles que podrían haber malas noticias —respondió la rubia.

—Maestra…

—No sé por qué las pruebas anteriores mostraban un caso de infertilidad total y aún así hay un embarazo, pero si es un daño físico por veneno como teorizó Orochimaru, quizá tú cuerpo no esté óptimo para este proceso y pondrá en riesgo al producto —Tsunade siguió hablando porque aunque entendía que Sakura no quería darles esas noticias hasta no estar seguras, la antigua Hokage, quería advertirles para no ilusionarlos en vano y que tuvieran tiempo para hacerse a la idea— Incluso, dependiendo de los resultados, podría poner en riesgo tu vida. Vamos a tener que ser muy meticulosos con esto para poder explicar lo que ocurrió con tu cuerpo y por sobre todo, asegurarnos de que no habrá riesgos. Esto también podría ser la clave para averiguar qué ocurrió.

—Vamos a hacer todo lo posible para que todo salga bien —Sakura les sonrió y le dió a la pelirroja algo para limpiarse el gel del vientre.

—Vamos a dejarlos solos en lo que preparamos lo necesario para la examinación —dijo Tsunade levantándose de la silla y dándole una indicación a su alumna para salir.

Cuando Karin y Sasuke quedaron solos, no se dijeron nada, pero a diferencia de las otras veces en que estaban ensimismados, el azabache se había acercado a su novia y le había rodeado los hombros con su brazo. La pelirroja, por su parte, lo abrazó llorando en silencio.

El tema de los fantasmas aún no abandonaba sus mentes, después de todo, que les dieran aquella noticia, parecía confirmar su existencia y los poderes de la médium, pero deseaban que fuera sólo una coincidencia para que la advertencia de la madre de Karin no fuera cierta.

—¿Podrías enviarle un mensaje a Orochimaru-sama sobre este asunto? —pidió Karin sin levantar el rostro— Si realmente fueron los venenos, quizá necesitemos el reporte de los componentes de estos de nuevo.

—También le pediré muestras —respondió Sasuke invocando uno de sus halcones para realizar la tarea.

Tsunade y Sakura hicieron los exámenes físicos correspondientes y rápidamente dieron con una irregularidad en la matriz de Karin, evidencia de que los exámenes pasados se habían hecho bien. Ahora quedaba averiguar qué tan profundo seguía siendo el daño y claro, el qué había pasado y cómo era que se estaba recuperando.

Por dos semanas, Karin fue sometida a varios exámenes más, algunos repetidos para revisar si había variaciones y por supuesto, había un constante monitoreo del feto. Orochimaru también se había unido a la investigación, aunque su acceso era limitado porque tenía prohibido entrar a Konoha.

A las once semanas de embarazo, ya era visible y se le había sugerido a la pareja que Karin guardara reposo total hasta concluir con los exámenes, pues aún no tenían nada claro. No querían arriesgarla a ella o al bebé y habría que decir que creyendo o no en lo que los fantasmas dijeron, la pareja fue muy cuidadosa como estos les habían aconsejado. Sin embargo, ni ella ni Sasuke habían vuelto a tocar ese tema.

Eran alrededor de las cuatro de la mañana cuando Karin se despertó confundida porque su novio se había levantado violentamente de la cama y quizá tal situación no habría sido suficiente para despertarla, pero desde que había cumplido las diez semanas de embarazo, su percepción al chakra había aumentado. Ella lo interpretaba como si sintiera por dos, lo cual le causaba ansiedad cuando las emociones de las personas eran tan fuertes como lo había sido con Sasuke esa noche.

—¿Qué tienes? —preguntó Karin notando que su novio ahora no sólo estaba agitado, sino que tenía miedo.

—Vamos al hospital.

—¿Qué?

—Vamos al hospital —repitió mientras salía de la cama de un salto, tomó la bata de Karin y se la extendió.

—Pero Sasuke…

—Confía en mí.

La forma tan seria en la que Sasuke le había hecho esa petición le quitó toda pregunta de la boca y simplemente cedió, aún cuando él la hizo salir de la casa en pijama con la bata y la llevó sobre su espalda a toda prisa hacia el hospital, como si necesitaran llegar de emergencia.

—¿Qué pasa? —Karin pudo volver a preguntar cuando Sasuke logró amenazar a las enfermeras para que fueran a buscar a Tsunade o a Sakura para atender a la pelirroja. Mientras tanto, ya le habían dado una silla de ruedas a la chica.

—Un mal presentimiento.

—Ya entiendo —dijo Karin aliviada, porque ambos se habían puesto un poco paranoicos con el embarazo al no tener respuesta de lo que estaba ocurriendo con su cuerpo, pero era la primera vez que salían de madrugada sin un motivo físico. Él simplemente había decidido sacarla de la cama a mitad de la madrugada— Sasuke, también estoy ansiosa con todo esto, pero no podemos correr al hospital todo el tiempo sin al menos un dolor o sangrado que los doctores puedan evaluar —quiso tranquilizarlo— Sólo…

—¿Qué ocurre? —llegó Sakura corriendo, le había tocado la guardia de noche y estaba preocupada por el cómo las enfermeras habían dicho que la pareja había llegado a buscarla.

—Revisa a Karin —Sasuke ni siquiera disfrazó la orden.

—¿Qué te duele? ¿Pasó algo? —miró a la pelirroja para saber qué revisar o hacer.

—No me duele nada. Sólo pasó que Sasuke…

—Sólo revísala, es urgente —insistió el azabache bastante exaltado y con una mirada muy seria.

—Sasuke-kun, no puedo revisarla sin tener una pista de un malestar. Sería como buscar algo a ciegas y…

—¡Revisala! —él levantó la voz.

—Sasuke, por favor no debes dejarte… ¡Ay! —Karin sintió una punzada en el vientre.

—¡Revísala ahora! —gritó el azabache y aunque algo como una punzada no era motivo de urgencia, Sakura terminó tratándolo como tal, pues la pelirroja había comenzado a gritar de dolor.

Sasuke, preocupado por lo que estaba pasando, fue detrás de Karin y Sakura, pero la pelirrosa le pidió que esperara afuera cuando llegaron al área donde la examinaría. Para ese momento, un par de enfermeras ya la estaban auxiliando.

Haruno no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero debido al daño que aún había en la matriz de la pelirroja, había pedido a su ex compañero que esperara afuera en caso de que la situación se complicara. A sí mismo, también mandó llamar a Tsunade, pues al ser un caso extraño, iba a necesitar toda la ayuda posible y de hecho, fueron a quirófano en caso de necesitarlo.

Una, dos, tres horas… ¡No! La verdad era que Sasuke había perdido la noción del tiempo mientras esperaba por noticias de su novia. Cada segundo se le hacía eterno y el único referente de tiempo que tuvo, fue cuando vio a Tsunade entrar a la habitación y antes de que se cerrara la puerta, oyó la voz de Sakura que le informaba a la rubia que el dolor había iniciado hacía tres minutos. Si le hubiesen preguntado a Sasuke, él hubiese respondido que había sido hacía mucho más tiempo.

Con ello en mente, Sasuke no podía decir con exactitud cuánto tiempo había estado esperando allí afuera y seguía sin noticias. No podía dejar de caminar de un lado a otro aún cuando intentaba recuperar su característico aplomo para sentarse a esperar.

Quizá, un factor importante para que el azabache se sintiera tan exaltado, además de su comportamiento en la casa, era que al principio del malestar, había estado oyendo a su novia gritar, pero de un momento a otro su voz dejó de oírse. Esto le dió esperanza de creer que habían solucionado todo, pero cuando nadie salió a darle información, la inquietud creció, al punto de creer que si la puerta se abría, sería para darle malas noticias.

No se había sentido tan impotente desde la masacre de su clan y Sasuke temía que aquella situación sólo fuera otro preludio a terribles noticias. Empero, justo cuando estaba por sentir que se desmoronaría, la puerta se abrió.

Sasuke saltó frente a Tsunade, que era la que salía del lugar y aunque no pudo pronunciar palabra alguna, era evidente lo que él quería saber. No era la primera vez que la rubia se encontraba en esa situación tan particular.

—Por ahora, ella y el feto ya están fuera de peligro. La están preparando para llevarla a una habitación y ahí podrás verla, aunque aún está sedada —decía quitándose los aditamentos— La trajiste a tiempo. Su situación era tan delicada que quizá ninguno de los dos habría resistido el viaje al hospital, pero vamos a tenerla en observación.

—¿Qué pasó? —preguntó aún exaltado, porque habría preferido ir hasta donde ella estaba, pero también era necesario saber lo que estaba pasando. Además, de todas formas no lo habrían dejado entrar.

—Es el daño de su matriz, no tiene la resistencia que un cuerpo sano tendría para gestar a un bebé —respondió Tsunade— Lo que me sorprende, es que la reacción de ahora no tenía síntomas, según lo que Sakura me contó que ocurrió cuando llegaron —la rubia parecía confundida— ¿Cómo supiste que debían venir al hospital si no había ningún malestar?

—¿Orochimaru ha reportado algo de su situación? —Sasuke quiso desviar el tema. Además, hacía tres días le habían mandado información al Sannin y esperaba que él ya tuviera entre sus manos algún diagnóstico y por sobretodo, una solución. Estaba seguro que con los procedimientos de su antiguo maestro, los procesos de investigación fueran más rápidos, ya que a diferencia de Konoha, él seguramente se saltaría protocolos administrativos y morales con tal de conseguir información.

Y si, aún lo creía muy capaz de eso y más a pesar de que se había comprometido con Konoha a no volver a hacer ese tipo de experimentos.

—No, aún no, pero creo que tú puedes enviarle el reporte de hoy para que le llegue más rápido —contestó la rubia sin querer insistir, pues el chico estaba inquieto y seguramente no lo haría hablar en ese momento— Sakura te lo entregará en cuanto lo tenga terminado. Esta situación nos ha arrojado información valiosa —el azabache asintió— Iré a descansar un poco. Cuando salgan de allí, puedes ir con las enfermeras a la habitación.

Tsunade se despidió y fue a su oficina, pero al poco de su partida, Sakura salió de la misma habitación para encontrarse con su antiguo compañero de equipo. Ella quería hablar con él y ver cómo estaba.

—Sé que mi maestra ya te lo ha dicho, pero ya están fuera de peligro. Trata de tranquilizarte —la pelirrosa le decía en tono dulce para tratar de calmarlo, pues aunque ella ya no lo vio cuando estuvo esperando afuera, pensó que la situación debía tenerlo perturbado— Gracias a que la trajiste a tiempo pudimos ayudarla, pero ¿Cómo supiste que necesitaba venir?

—¿Cuándo podré verla?

—Ya casi sale, pero está sedada. Despertará en media hora aproximadamente. Quizá tarde un poco más, así que no te alarmes si no despierta exactamente en ese tiempo —respondió Sakura quedando en silencio, esperando que él contestara su pregunta.

—¿Volverá a estar en peligro?

Haruno quedó muda, porque sabía la respuesta y no quería decirle aún. Es decir, él había pasado por una larga angustia y quería que se calmara un poco antes de explicarle. De hecho, seguramente su maestra quería lo mismo, de lo contrario, ella ya se lo habría dicho y por ende, él no le estaría haciendo esa pregunta. Además, sería mejor explicarle a él y a Karin lo que estaba ocurriendo cuando estuvieran juntos.

—Por ahora. Estará en observación unos días así que si vuelve a pasar, podemos actuar a tiempo —quiso animarlo sin decirle mentiras, pero el gesto del azabache demostraba que ella no había sido lo suficientemente astuta para disimular lo que pasaba por su mente.

—¿Cuánto riesgo hay? —exigió saber.

—No sabemos.

—No me mientas —dijo enfadado.

—No… no miento, te lo juro Sasuke-kun. Es que… la condición de Karin es muy peculiar. Simplemente no hay antecedentes así, por eso mi maestra y yo aún no podemos ponernos de acuerdo al respecto, y queremos tenerla en observación hasta obtener la opinión de Orochimaru —explicaba Haruno— Shizune-sempai ni siquiera puede decidirse por una postura porque tiene tantas dudas como nosotras. En lo único que estamos de acuerdo las tres, es que la respuesta de Orochimaru puede ayudarnos a llegar a una conclusión si es que él encontró algo que nosotras no.

—¿Dónde está el reporte? —preguntó apurado para poder enviar el informe lo antes posible.

—Aún no lo termino, las enfermeras están terminando de llenar el reporte con los signos vitales de antes de llevarla al cuarto.

—Tráemelo apenas lo tengas —dijo en una orden y Sakura sólo pudo asentir. Podía entender lo inquieto que estaba con todo lo que estaba pasando con su novia y su hijo.

Poco tiempo después de aquél diálogo, las enfermeras sacaron a Karin para llevarla a una de las habitaciones del hospital y Sasuke fue tras de ella. Se veía pálida y tuvieron que ponerle intravenosa para ponerle suero y el oxímetro para mantener vigilado su pulso y su oxigenación. También le dieron la indicación a Sasuke de que no la dejara levantar al baño cuando se le pasara la anestesia y que la ayudara a usar el cómodo.

—Descansa —le susurró tomando su mano, pues aunque él se sentiría más tranquilo si ella despertaba, sabía que ella necesitaba recuperar fuerzas después de lo que tuvo que pasar.

Sasuke se quedó a lado de Karin en todo momento y gracias a que Sakura le llevó el informe a la habitación, él no tuvo que dejar el lugar para enviar los papeles a Orochimaru.

Ni siquiera se movió del cuarto cuando Sakura le sugirió ir por café para que pudiera despejarse y mantenerse despierto. Además, se estaba inquietando porque la media hora ya había pasado y Karin no despertaba, pero la pelirrosa le aseguró que sus signos vitales estaban bien y le recordó que los efectos pueden ser variados en cada persona.

—¿Dónde… estoy? —Sasuke oyó la voz de su novia y apretó su mano para llamar su atención.

—Estás en el hospital ¿Cómo te sientes?

—¿En el hospital? ¿Qué pasó? No recuerdo… ¡¿Y el bebé?! —la última pregunta Karin la hizo exaltada, se quitó la cobija de encima y se tocó el vientre buscando a su hijo.

Si, aún seguía abultado.

—Los dos están bien —la ayudó a acostarse de nuevo, pues del exabrupto, Karin se había sentado en la cama y casi de inmediato sintió debilidad en su cuerpo— Necesitas descansar.

—¿Qué pasó? Sólo recuerdo que me trajiste al hospital y… luego sentí dolor, pero… ¿Cómo sabías que pasaría algo?

Karin recordaba lentamente lo ocurrido, pero era difícil olvidar que él la había sacado de la casa de madrugada para exigirle a Sakura que la revisara. Ella ni siquiera se sentía mal más allá de sentir sueño por la hora a la que todo había ocurrido.

—Un mal presentimiento —respondió incómodo.

—¿Sasuke?

—Hablemos de eso más tarde. Tienes que descansar —respondió, pues obviamente Karin había notado que mintió. Ojalá su sensor no hubiese despertado tan rápido, así habría sido más sencillo que ella le creyera y por ende que se olvidara la pregunta.

—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —preguntó Karin cuando notó que había sol que entraba por la ventana.

—Cuatro o cinco horas. No estoy seguro —dijo con honestidad, pues hasta ese momento, él seguía sin saber cuánto tiempo ella había estado en el quirófano, la hora a la que habían salido de la casa, ni mucho menos la hora que era en ese momento.

—¿Has dormido?

—No —respondió sincero, porque sabía que no tenía caso mentirle.

—¿Y al menos ya has comido algo? —él permaneció en silencio— Deberías ir a dormir y comer algo —le sugirió, pero su mirada era dura porque sabía que él podía ser terco— ¿Quieres hacerme compañía en el hospital como paciente?

—¿No vas a preguntarme qué dijeron Tsunade y Sakura de lo que te pasó? —cuestionó el azabache, pues pensó que esa sería una de las primeras preguntas que ella le haría cuando estuviera consciente, pero la pelirroja bajó la mirada ante esa pregunta.

—Son malas noticias ¿No? Ya no tengo porqué dudar de lo que dijo esa médium —respondió la joven preocupada y tratando de contener algunas lágrimas que se asomaban— No estoy lista para oírlo, porque creo que ya sé qué es lo que van a decirme.

—Están esperando la opinión de Orochimaru porque ellas no pueden ponerse de acuerdo sobre el diagnóstico —tomó su mano de nuevo— Sabes que Orochimaru no usa métodos convencionales ni éticos, así que no hay motivo para que pierdas la esperanza.

—Es que no puede haber otra forma. Es como en las historias donde el protagonista al huir de su destino dictado por alguna divinidad, sus decisiones terminan llevándolo a cumplirlo —se soltó a llorar, tocándose el vientre con la mano que tenía libre— Desde el principio supe que no debía hacerme ilusiones, pero no pude evitarlo. ¿Por qué la vida sigue dándome cosas que me arrebata con tanta crueldad? Yo no…

—Nadie ha dicho que todo irá mal. Falta un veredicto —respondió Sasuke tratando de darle consuelo— Fuimos advertidos por una razón. No todo está perdido

—¿Y si no es así? ¿Y si sólo es un juego? —cuestionó llorando— Habría sido mejor que no pasara esto. La vida ha sido muy cruel al darme esperanzas que igualmente me iba a quitar de la peor forma —soltó su mano de la de Sasuke, pero apenas pudo mover el brazo porque ahí era donde tenía el suero y el aparato que medía su ritmo cardíaco— Y al mismo tiempo me deja sola.

—¿De qué hablas?

—Tú te irás ¿no?

—¿De qué…?

—¡No! Sasuke, por favor, ya sé cuánto quieres una familia y pude sentir tu decepción cuando me dijeron que era esteril. Sé que te quedaste por… no lo sé. ¿Porque siempre me viste como algo pasajero? ¿Por lástima? ¡Qué sé yo! —decía llorando más a pesar de que intentaba contenerse— Haznos un favor a los dos y mejor vete ahora. No quiero que me tengas lástima y tampoco quiero llorarte cuando te vayas cuando me veas mejor. Vete de una vez y así te ahorrarás mis dramas, mi depresión y mi…

Sasuke se levantó de la silla junto a la cama con estrépito, lo que enmudeció a la pelirroja que no dejaba de derramar lágrimas, especialmente cuando vio al hombre caminar hacia la puerta.

Karin sintió como si le faltara el aire al ver esa escena, pero quedó atónita cuando vio al azabache regresar sobre sus pasos. ¿Se había arrepentido?

No, Sasuke volvió a caminar de nuevo a la puerta y si el miedo de la pelirroja no fuera tan grande, quizá ni siquiera habría sospechado de él, porque lo que el azabache realmente estaba haciendo, era caminar de un lado a otro muy enojado y debido al espacio y distribución de la habitación, no tenía mucho de dónde escoger para andar yendo y viniendo de la entrada.

—¡Dime qué he hecho mal! —exclamó el azabache de repente, que estaba tan enojado que prefirió dar vueltas en la habitación antes de decirle cualquier cosa a su novia. Sin embargo, terminó levantando la voz.

—Sasu…

—¡¿Cuándo me has visto hacer algo por lástima?! —gritaba alterado— ¡¿Qué te hizo pensar que esto era temporal?

—¿Por qué te quedarías con alguien que no puede darte familia? —respondió la pelirroja aún dolida— Tú fuiste muy claro en la guarida de Orochimaru al respecto.

—¡No digas estupideces! —exclamó enojado— ¡Ya somos una familia!

—Si lo dices por…

—¡No! ¡Con o sin hijos, ya somos una familia! —se paró junto a la cama muy serio, pero aún seguía enojado— Me quedo contigo porque eres con quién quiero estar, maldita sea.

—Pero…

El joven se dejó caer en la silla junto a la cama y dió un suspiro pesado.

—Si no piensas igual que yo, entonces me iré —la miró fijamente y ahora parecía más bien afligido— Si no es deseo de ambos, de nada sirve quedarme.

—No quiero vivir en la incertidumbre pensando que un día podrías querer hijos y…

—¿Está todo bien? —una enfermera había llamado a la puerta antes de entrar. En otras circunstancias habría esperado que le abrieran, pero los pacientes se habían quejado por una discusión y debía verificar.

—Si —respondió Sasuke.

—Se les recuerda que están en un hospital. No pueden estar peleando ni gritando —respondió la enfermera para mirar al varón— Si vuelve a pasar, tendremos que pedirle que se retire del hospital, señor.

—Si —la voz del azabache era seca.

—También les recuerdo que la señora debe estar en reposo. Alterarla podría perjudicarla a ella y al bebé —siguió la enfermera— Cualquier asunto que tengan, déjenlo para otro momento. El estado anímico es esencial para una recuperación rápida.

—Gracias —respondió Karin.

La enfermera echó un vistazo a los signos vitales de Karin que se veían en la pantalla de los aparatos. No eran los de una persona tranquila, pero debido a los gritos era de esperarse. Al menos, los signos estaban dentro de un rango fuera de peligro, así que salió de la habitación.

El lugar quedó en silencio unos instantes tras el sonido de la puerta, hasta que el azabache suspiró.

—Te amo —dijo tomándole la mano de nuevo— Si no lo hiciera, ni siquiera habría salido contigo la primera vez —le besó el dorso— Quiero que estés bien.

La mirada azabache era tan sincera como el flujo de su chakra y por primera vez desde que le nació el miedo a ser dejada por su esterilidad, la pelirroja se sintió aliviada y conmovida.

Karin se sentó en la cama queriendo abrazar a su novio, pero al hacerlo, la intravenosa y el oxímetro de pulso se soltaron porque no eran lo suficientemente largos, lo que, además de alertar a las enfermeras, la hizo sangrar por haber halado la aguja de esa forma.

—Te amo y también quiero estar contigo —la joven le dijo en el abrazo y al poco llegaron la enfermeras.

El personal médico volvió a llamarles la atención y tuvieron que reacomodar los aparatos a Karin. Durante ese tiempo, ambos pudieron pensar en lo que habían estado hablando y Sasuke fue el que pudo darse cuenta de sus errores ahora que el enfado había menguado.

Una vez que volvieron a quedarse solos, la pelirroja ya estaba más tranquila y recordó que su novio aún no había dormido ni comido nada.

—Sasuke, deberías…

—Cuando éramos más jóvenes te dije que quería hijos porque pensé que después de matar a mi hermano, debía cumplir con un deber: revivir a mi clan —la había vuelto a tomar de la mano— Pero después de la guerra… ni siquiera me veía apto para ser padre, mucho menos aquella vez que pensamos que estabas embarazada —se inclinó hacia ella y le acarició la mejilla— No voy a mentirte. En esta ocasión, estaba impactado con la noticia, pero estaba feliz con la posibilidad. Sin embargo, no me importa el resultado de todo esto, mientras tú estés conmigo —se acercó a ella— No decirte todo esto antes fue lo que hice mal. De haberlo hecho, no habrías sufrido más de lo que ya hacías con la noticia, pero pensé que estaba claro lo que sentía por ti.

Sasuke la besó y ella le correspondió llorando, porque sus palabras le daban alivio y felicidad, pero al mismo tiempo la idea de su destino retumbaba en su cabeza.

—Si, debiste decirlo antes —Karin le respondió cuando el beso terminó.

—Lo siento.

Ella pudo esbozar una sonrisa mientras lo miraba, antes de abrazarlo de nuevo. En esta ocasión, como había sido él quien se acercó, no tuvieron el mismo problema con los aparatos.

—¿Sabes? Creo que la adopción es una muy buena idea si quieres hijos. Así no habría más niños como nosotros o Naruto —ella comenzó a hablar más animada mientras se secaba las lágrimas, pero no lo miraba a los ojos— Y si quieres un hijo de tu sangre, podemos preguntar por alternativas a Orochimaru-sama, pero no vas a tocar a otra mujer. ¿Oíste? Porque…

—Aun no pienses en otras opciones —le tocó el vientre.

—Pero…

—Ya hablaremos después. Voy a la casa para cambiarme y traer las cosas que vas a necesitar —le dió un beso en la frente y se puso de pie.

—De acuerdo, pero come algo y duerme un poco. No me moveré de aquí —le respondió a sabiendas que él no quería tocar el tema y que de insistir, podrían volver a pelear. Además, Karin pensó que sería mejor así, pues no estaba muy segura de cuánto podría fingir que estaba bien.

Sasuke salió del hospital para ir a casa, quería apresurarse en volver por temor a que algo pasara en su ausencia y mientras caminaba, le pareció ver de reojo a su madre que se metía por una calle perpendicular a la que él caminaba.

Al voltear la vista, alcanzó a ver a su madre caminando por esa calle antes de que desapareciera frente a sus ojos.

Ni siquiera dudó en dirigir sus pasos en la dirección por la que vio a su madre andando y aún cuando no la volvió a ver para señalarle el camino, Sasuke supo a dónde tenía que ir. No estaba muy seguro de querer ir a ese sitio, pero hasta ese momento, las indicaciones que había recibido no habían fallado.

Minutos después de su desvío, Uchiha se vio parado frente a la tienda de magia a la que había acompañado a su novia para consultar a aquella médium y aunque su mente aún tenía dudas, su corazón lo impulsó a entrar.

—Bienvenido ¿En qué puedo ayudarle? —lo recibió la misma joven de cabello negro de la primera vez.

—Quiero ver a la médium.

—Madame Maho está en una consulta en este momento, pero si quiere puede esperarla o…

—Volveré en veinte minutos y entraré aún si hay alguien con ella —advirtió el azabache, para luego dar media vuelta y apresurarse a ir a su casa.

En el tiempo advertido, Sasuke llegó a la tienda de magia con ropa limpia y una pequeña maleta donde llevaba algunos enseres personales de Karin para su estancia en el hospital.

Para fortuna de todos, porque el azabache estaba más que dispuesto a cumplir su amenaza, la médium no se encontraba con nadie en la habitación que usaba para su trabajo, y aún cuando Sasuke no fue nada amable al entrar allí, la ayudante tampoco hizo mucho para detenerlo, pues su semblante delataba que nada iba a detenerlo, pero ya tenía el teléfono en la mano en caso de que necesitaran llamar a la policía.

—¿Quién crees que eres y por qué entras de esa forma a mi lugar de trabajo? —preguntó la médium muy enojada cuando Sasuke entró sin llamar a la puerta.

—Usted ha hecho una predicción a mi novia y desde entonces todo ha ido mal.

—¿Y cómo voy a saber quién es tú nov…? ¡Ah! Ya te recuerdo. Son los que vinieron a preguntarme por un fantasma y tres más se aprovecharon de mi canal de contacto —la mujer lo reconoció y se levantó de su silla aún más enojada— Les dije que no volvieran aquí. No voy a arriesgarme a que pase lo mismo de aquella ocasión. ¿Saben lo riesgoso que es para mí canalizar a tantos espíritus tan seguido? ¡Largo!

—Usted le dijo a mi novia que la aparición de un fantasma es porque vienen a advertir o proteger a alguien —Sasuke dió algunos pasos más hacia la mujer, pues no estaba dispuesto a irse— Ella ya no ve a su madre, pero está en el hospital y yo no he dejado de ver a mi familia. Necesito saber por qué.

Madame Maho miró duramente al shinobi, pero obviamente él no iba a ceder por su una mirada como otras personas de carácter débil. Además, la médium no necesitaba de su habilidad para saber quién era la persona frente a él y supo que, aunque no se suponía que él cometiera crímenes en Konoha, lo mejor sería llevar la fiesta en paz.

—No voy a volver a hacer contacto con ningún fantasma —advirtió la mujer sentándose en su silla y haciendo una invitación con la mano para que el joven hiciera lo mismo, pero él no parecía querer aceptarlo— ¿En qué momentos ves a tus parientes y qué hacen o dicen cuando los ves?

—Primero no dejaban de señalar la prueba de embarazo que mi novia compró después de lo que usted le dijo. Desaparecieron cuando hicimos la prueba en el hospital, pero vi a mi padre tratando de detenerme mientras iba a una misión el día que nos entregarían los resultados a pesar de que tenía suficiente tiempo para llegar a la hora acordada. Al ignorarlo, oí la voz de mi hermano decirme que mi novia estaba en el hospital —respondió Sasuke bastante irritado de tener que confesar lo que había ocurrido en los días pasados— Ayer por la noche, mi madre se apareció en la casa y me dijo que debía llevar a mi novia al hospital. Acabo de volverla a ver señalando que tomara este camino. Simplemente me condujo hasta aquí. Me cuesta trabajo admitirlo, pero el mensaje que le dió a mi novia parece real aunque quizá todo se desmienta con los resultados que nos den después.

—¿Aún dudas? —preguntó la mujer, pero el joven no respondió.

—No tiene sentido. Mi novia y yo hemos pasado por tantas cosas que ameritaban una advertencia o una protección, y es hasta ahora qué ocurren estás apariciones —respondió Sasuke frustrado— En lo que a mí respecta, todo esto es real o sólo es una gran coincidencia alimentada por su influencia. Dicho lo anterior, creo que es lo segundo.

—Hay algo que mucha gente, creyente o no creyente de estas cosas, no entiende. Siempre confunden el destino con las lecciones de la vida y se ahogan en la autocompasión preguntándose por qué les pasa eso —sonrió la mujer altanera y sacó sus cartas de tarot que empezó a barajar— Todos en la vida tenemos cosas que aprender y para aprenderlas, debemos tener vivencias, buenas y malas. Para desgracia de nosotros los humanos, las malas son las que más nos enseñan, porque solemos ser muy necios, altaneros y vanidosos. Tanto, que a veces tenemos que sufrir esas lecciones más de una vez para poder aprender la lección —puso el mazo en el centro de la mesa— Nuestros muertos no interfieren en las circunstancias que están en nuestra vida para darnos las enseñanzas que nos corresponden porque, aunque quisieran, no pueden hacerlo; lo tienen prohibido. Son experiencias que debemos vivir aún si nos hacen sufrir.

—¿Qué hay del destino?

—No hay un destino, hay más de uno, pero nosotros elegimos cuál tomar a partir de las lecciones que ya hemos aprendido o las que aún no queremos aprender —respondió la médium encendiendo una veladora cerca de sus cartas— Y ahí, es cuando nuestros muertos pueden guiarnos o protegernos del peor camino que hay frente a nosotros. De igual forma, muchas veces somos ciegos y no vemos esas advertencias.

—Entonces admite que no puede adivinar el futuro —Sasuke se burló ocultando cierta decepción.

—Puedo ver el destino de la gente en cuanto al camino que tienen más posibilidades de elegir y a veces, puedo ver más de uno de esos caminos —le señaló con el dedo índice la baraja que estaba boca abajo para indicarle que sacar una carta— Haz tu pregunta, y veremos qué pueden decirte las cartas sobre el camino que tú y tu novia tienen más posibilidades de elegir

Sasuke miró el mazo con mucha duda, pues aún le inquietaba aceptar que todo eso era verdad. Empero, no quería perder la oportunidad de saber qué podría pasar con Karin en esa situación y de ser posible, ayudarla. Por eso había ido a la tienda de magia, por esperanza para ella, porque sabía que ella no estaba tranquila con lo que estaba sucediendo.

Dando un suspiro pesado, Sasuke extendió el brazo y sacó la carta de la cima del mazo, la volteó y miró a la mujer.

—¿Y?

—Saca dos más. Eso nos dará un poco más de precisión —le indicó la médium y Uchiha, de mala gana sacó dos cartas más, pero lo hizo de diferentes lugares de la torre.

Así como la primera vez, Sasuke volteó las cartas sin prestar mucha atención a los dibujos en ellas, de todas formas él no entendía de esas cosas y más bien miró fijamente a la mujer.

—¿Qué ves?

—Vaya, parece que eres afortunado de cierta manera —habló la médium tras analizar las cartas que habían salido— Las cartas están mostrando tres posibles escenarios.

—Dime —ordenó irritado, pues él no quería que ella lo tratara como a los otros clientes con los que tenía que actuar para despertar aún más su interés. Esas tácticas no funcionaban en él.

—Actualmente, hay dos caminos para tu novia. Uno es el camino de la sabiduría y el otro, es el camino de la locura —la mujer señaló las cartas de El ermitaño y El loco correspondientemente, que fueron las dos primeras cartas que salieron— Si siguen el camino de la sabiduría, habrá mucho dolor, pero lo superarán. Si eligen la locura, se abrirán dos caminos frente a ustedes —la mirada del joven preguntaba por ellos mientras la médium señalaba la carta de El carro— Uno de los caminos los separará para siempre y el otro les dará lo que quieren, pero el riesgo para conseguirlo es muy grande.

—¿Cómo puedo asegurar ese último camino? —preguntó Sasuke, esperando tener una respuesta concreta.

—Eso cuenta como una segunda consulta ¿Sabes? Y ni siquiera has entrado aquí con tacto —respondió la mujer levantando las cartas de la mesa para volverla a barajar.

—¡Sólo responda, maldita sea! —exclamó Sasuke desesperado dando un golpe estruendoso en la mesa.

—¿Vas a pagar? —preguntó la médium sin inmutarse a su exabrupto. No sería la primera vez que enfrentaba a gente como él.

—¡Dígame…!

—Esto es mi trabajo, no lo hago por caridad y es mi esfuerzo espiritual el que gasto haciendo esto —la mujer lo interrumpió a sabiendas de lo que el joven iba a decir— Paga o vete. Ya me has causado muchos problemas al interrumpir mi calma. Así no es nada fácil trabajar.

El azabache sospechaba que aquello fuera sólo una estrategia de la mujer para sacar dinero y aunque le molestaba que se comportará así, él sacó el dinero y lo puso sobre la mesa para recibir respuesta.

Y no, no era que él fuera tacaño ni mucho menos, de lo contrario, ni siquiera habría pagado. Lo que a él le irritaba era que ella se estaba aprovechando de su desesperación.

—Haga su trabajo —ordenó el azabache enfadado.

—Te lo advierto, no hago más de dos consultas de tarot a la misma persona. No puedo. Las cartas sólo dicen lo que necesitas saber —dijo la mujer poniendo el mazo al centro de la mesa, pero dejó su mano sobre este— Elige tres cartas, te diré lo que veo y después te vas de aquí. No podré hacer más aunque me amenaces ¿Entendiste?

Sasuke bufó resignado y la mujer extendió las cartas sobre la mesa. Enseguida, el joven sacó tres cartas sin prestar mucha atención a cuales sacara y las volteó frente a la médium.

—¿Cómo llego al mejor resultado? —preguntó Uchiha y la mujer miró las cartas para analizarlas.

—Lo supuse. las cartas no dicen mucho —habló la médium— Al menos no de lo que tú quieres escuchar.

—¿Qué ves? —preguntó él con insistencia.

—La decisión que deben tomar, tendrán que hacerla con la mente clara para un mejor resultado. El problema, es que no tienen mucho tiempo para asimilar sus emociones y pensar en la mejor solución —respondió Madame Maho— Y al mismo tiempo, las cartas dicen que si toman el camino de la locura, la gama de posibilidades es más grande de dos y que el resultado final dependerá completamente del estado de ánimo de ella.

—¡Has dicho que eran dos caminos! ¡¿Cómo es que ahora es una gama de posibilidades?! —exclamó Uchiha irritado.

—Los caminos de los que he hablado al principio, son las opciones que están en los extremos, pero en esta tirada descubrimos que hay más posibilidades —respondió la médium— Si no te convence lo que dije, sólo vete. Mi trabajo es decir lo que veo en las cartas, no decir lo que quieres escuchar para hacerte sentir mejor. Vete, ya hemos terminado.

Uchiha quiso protestar, pero al final, decidió irse, pues ella ya había dicho que no diría más y ciertamente, ya había perdido mucho tiempo allí. Él debía volver junto a su novia en lugar de distraerse con estupideces.

Con pasos pesados que delataban su enojo, Sasuke se dirigió a la salida ignorando, de nuevo, a la asistente, pero antes de atravesar la puerta que lo llevaría a la calle, oyó una voz detrás de él.

—¡Ey! Vuelve un segundo —era la médium que en algún momento había salido detrás de él y, ciertamente, él no quería verla, así que siguió con su camino— Tengo algo para ayudarte.

Sasuke alcanzó a oír las palabras de la mujer, lo que lo hizo dudar y detener sus pasos, y aunque quiso ignorarla, no pudo evitar girar noventa grados para voltearla a ver. De esa forma, podría irse de inmediato si lo que ella le decía no le parecía.

—Si —se oyó la voz de la tendera cuando la médium le señaló una caja mediana de madera en un estante detrás del aparador, a lo que la joven corrió por el objeto.

—Voy a darte unos amuletos. No garantizan el mejor escenario, pero ya que las emociones son primordiales para esa decisión, si les ayudarán a armonizar el ambiente —habló Madame Maho y al poco, su asistente le entregó la caja— En pocas palabras, creo que estos artículos ayudarán a que las probabilidades de que tomen el camino que les dará todo lo que desean, aumenten. Pero te repito, no son garantía.

—¿Cuánto costará eso? —preguntó Sasuke enfadado, porque ese ofrecimiento sólo respaldaba su teoría de que se aprovechaba de su situación para tener ganancias.

—No te cobraré nada, pero a cambio, no quiero verte a ti ni a tus muertos de nuevo —respondió la mujer ofreciendo la caja de madera.

Sasuke ni siquiera dudó, porque creyera o no lo que estaba pasando, él no tenía intenciones de volver a acudir a un sitio como ese y si con ello podía darle esperanzas a su novia, claro que lo iba a hacer.

—Madame…

—No los saques de la caja hasta que llegues dónde está tu novia. Tienen que estar a solas cuando los saques, deben cargarlos siempre consigo hasta que se rompan y procuren que nadie más los toque. Ni siquiera deben tocar el del otro cuando terminen la repartición —la mujer ignoró a su ayudante y le entregó la caja de madera al azabache— Cuando saques los amuletos de la caja, tu y tu novia deben pedirles que despejen su mente para la decisión importante que deben tomar. Una vez que los amuletos se rompan, habrán cumplido su cometido, así que tírenlos lejos de la casa apenas ocurra, porque pueden causarles problemas.

El joven tomó la caja de madera y asintió antes de regresar sus pasos hacia la salida.

—¡También sirven para la buena suerte! —gritó la ayudante de la médium mientras Sasuke se iba y cuando lo perdieron de vista, miró a su jefa— ¿Por qué le dió algo tan valioso sin cobrar?

—Porque sus parientes muertos no parecen tener buen carácter y lo último que necesito son tres espíritus que vengan a joderme el trabajo —respondió Madame Maho de mal humor, pues cuando Sasuke había salido de su cuarto de adivinación, la mujer había visto a los familiares del azabache poco contentos con ella y no parecía que fueran a quedarse de brazos cruzados— Esos amuletos son una gran pérdida de dinero, pero es más valiosa mi tranquilidad espiritual y mental. Especialmente si él no vuelve por aquí.

Uchiha se fue con la caja de madera a toda prisa de regreso al hospital. Sin embargo, cuando llegó a la entrada, decidió guardar la caja en la maleta, pues estaba seguro que si algún conocido lo veía con ella, le preguntaría lo que contenía y si bien él no iba a responder, no estaba de humor para lidiar con cotillas. Además, prefería no dar a conocer la existencia de esos amuletos ni a su novia, a menos que esa decisión de la que la médium le habló, se presentara.

—Dime por favor que al menos comiste —habló Karin cuando Sasuke llegó a su habitación, pues aunque él había tardado en llegar por su parada en la tienda de magia, había sido muy poco tiempo como para que la pelirroja pudiera considerar que él había comido y dormido.

—No tengo hambre.

—¡Sasuke! Debes comer y dormir —regañó la pelirroja.

—Dormiré aquí y comeré algo después de que desayunes algo —se sentó en la silla donde había estado junto a ella y dejó la mochila a sus pies.

Karin estaba enojada con Sasuke por no cuidarse, pero también estaba agradecida de que él no la dejara sola. Claro, esto último no se lo hizo saber.

Tal como Uchiha lo prometió, él salió a comer algo después de asegurarse que ella había desayunado y cuando volvió, se quedó dormido en la silla, no sin antes haberle puesto las cosas que le llevó en el cajón del mueble junto a la cama. Él estaba siendo muy precavido para que ella no viera la caja de madera aún.

—Hola —llegó Sakura y Karin le hizo una seña sobre Sasuke que dormía, así que la pelirrosa bajó la voz— Lo siento.

—¿Ya tienen noticias? —preguntó la pelirroja y Haruno asintió.

—Mi maestra está leyendo los papeles que Orochimaru envió. Sólo vine a avisarles —explicó Sakura, que se suponía no tenía que decirles aquello aun— Sólo quería que supieran que pronto habrá una respuesta. Espero que eso los tranquilice.


¿Por qué tardan tanto en dar explicaciones sobre la condición de Karin? ¿La médium tendrá razón en su adivinación? ¿Su amuleto funcionará? ¿Sasuke realmente usará los amuletos? ¿Esperaban que Sasuke hubiese tenido contacto con su familia fallecida?

Me encantará leer sus teorías al respecto, así que por favor, dejen un comentario con ellas, encantada, estaré leyéndolos a todos n.n

Por cierto, quiero aclarar que yo no sé nada sobre la adivinación o el tarot, más allá de un poco que leí en internet para elegir las cartas que le aparecerían a Sasuke, así que si entre los lectores hay conocedores del tema y ven que he dicho locuras al respecto, sepan que no soy conocedora. Por el contrario, si son tan ignorantes como yo en el tema, no se dejen guiar por lo descrito aquí.

Desde aquí me despido, para dejarles un aviso final n.n

Aviso que se repetirá en todas las historias actualizadas el día de hoy: Este día (que ya no queda dentro del finde) conseguía actualizar todas las historias de la HWSK, gracias a que me tomé dos días de vacaciones en el trabajo y que desde que las había comenzado a escribir, ya tenía algunos de estos capítulos iniciados. Quiero acabar con estas historias lo antes posible para poder continuar con las que por ahora, están pausadas. Sin embargo, esta semana regreso al trabajo con normalidad, así que veo poco probable poder hacer una actualisación masiva como en esa ocasión.

¿Cómo decidiré cuáles historias actualizaré primero? Inicialmente había considerado hacerlo en el orden en que las fui subiendo durante la HWSK, pero como sé que algunas historias tuvieron mayor preferencia de su parte, he decidido que el orden será según la popularidad de las historias. Dicho lo anterior, el siguiente fin de semana no subiré capítulo de todas las historias, pero si verán al menos un capítulo nuevo de la historia más popular.

¿Hasta qué revisaré cuál historia es la más popular? No puedo esperar a que pase toda la semana para ver cuál tiene mayor recibimiento y escribirlo el mismo día y subirlo, así que el miércoles estaré revisando comentarios, favs y follows. De ahí tomaré el orden de prioridad y una vez que haya actualizados los seis, volveré a hacer la misma dinámica hasta darles final a las historias. Como subo todas las historias en fanfiction y Wattpad, voy a tomar en cuenta los datos de ambas plataformas para la decisión, así que si tienen alguna preferencia, asegurénse de dejar comentarios, favs o follows en la historia que más les agrade o de la que tienen más emoción por leer n.n

Espero que esta dinámica no les cause molestia, además de que, como ya les había mencionado, las historias no tendrán muchos capítulos (excepto "El fantasma de la novia", debido a que dividí los capítulos para que fueran más cortos), por lo que espero terminar este mes o a más tardar, principios de diciembre.

Agradezco mucho a todos el apoyo de las historias, y espero que hayan disfrutado de esta actualización múlitple n.n