Disclaimer: ¿Y si hacemos una colecta? ;_; Si somos por ejemplo 1 millón de fans del SasuNaru en el mundo, quizá con que pongamos unos USD $200 cada uno podríamos comprar los derechos y así reescribir el final... ¿No? TTwTT Lo digo más que nada porque sigue sin tocarme la lotería... Y_Y Así que... Naruto y todos sus personajes siguen siendo propiedad de Masashi Kishimoto v_v

Beta: aazwj2 y & Nare

Advertencias: Shonen ai


Sasuke

Cuando comenzó a recobrar la lucidez mental, dando unas cuantas profundas respiraciones, entreabrió los ojos encontrando con que a duras penas entraba algo de luz por la ventana, por lo que la habitación estaba medio en penumbra. Eso no quitó de que se sobresaltara durante un instante al no reconocer la habitación en la que se encontraba, y se giró levemente para mirar por encima de su hombro.

Y apretó los labios al recordar con quién estaba durmiendo, sintiendo que le subía más el rubor por cada segundo que pasaba.

Dio un profundo suspiro al tiempo que tensaba todo su cuerpo para desentumecerse antes de salir de la cama con todo el sigilo que pudo, y se encaminó hacia el baño que había en el pasillo para mear. Le iba a estallar la vejiga. Y mientras se estaba aliviando, comenzaron a llegarle flashes a la cabeza de lo que había ocurrido por la noche…

¿Por qué se metía en estos embrollos?

Otro hondo suspiro se le escapó sin remedio. Cierto era que, lo que había sentido desde el primer momento, era demasiado intenso como para ignorarlo. Ya se había sentido atraído antes por Yahiko de una forma bastante fuerte, pero desde el inicio supo que era algo puramente físico. Sin embargo este chico…

Frunciendo el ceño, tiró de la cisterna.

En parte, bien por la adrenalina del momento o el alcohol… se había dejado llevar por ese revoltijo que se le había formado. Pero por otra parte… No estaba del todo seguro de si debía alegrarse. Por la noche incluso se había visualizado volviendo a quedar con Naruto para seguir conociéndole pero… ¿Qué era lo que estaba buscando el otro? ¿Un rollo de una noche u otra cosa?

Hacía demasiado tiempo que Sasuke no había tenido ninguna relación que durase más que un par de meses, y tampoco es que hubiera tenido muchos rollos de aquí te pillo, aquí te mato. De hecho, prefería apañárselas solo porque no soportaba después esa sensación de suciedad y de trapo usado cada vez que se había acostado con un desconocido.

Aunque esa sensación no la tenía hoy. De alguna manera, sentía como si se hubiera encontrado con alguien que ya conocía de antes, y en ese aspecto se sentía tranquilo.

Dando un suspiro más, abrió los cajones del armario del lavabo para buscar un peine y arreglarse un poco el pelo. Esperaba no necesitar tener que lavárselo, porque si bien no sentía la necesidad de salir huyendo de ahí cuanto antes, tampoco quería quedarse más tiempo del que considerase necesario.

¿Debería esperar a que se despertara Naruto? ¿Le despertaba él? ¿O se marchaba antes de que despertara y le dejaba una nota?

Con otro suspiro, se apoyó con las manos en el borde del lavabo, soportando todo su peso en ellas, considerando las posibilidades. Esa última opción fue la que le pareció más razonable. Al fin y al cabo… No quería quedarse a esperar a ver si lo que había ocurrido en la madrugada había sido un desliz y ahora Naruto, lúcido y sin alcohol en las venas, se arrepentía de lo que había pasado en la cama y no quería volver a verle.

Sí… sería lo mejor. Al menos así, le daba la opción de ignorarlo todo sin tener que enfrentarse el uno con el otro, y no ponerle en ningún compromiso.

Decidido, se cambió de ropa y salió del baño con el mismo sigilo con el que se había levantado, echando un vistazo al dormitorio para cerciorarse de que Naruto seguía durmiendo, y dirigió sus pasos a la cocina para buscar algo con lo que escribir. Y según iba recorriendo con la vista la encimera, y la mesa, y la estantería donde tenía un televisor viejo… Los nervios iban aumentando al no encontrar nada. ¿¡Sería posible que no tuviera ni un maldito papel en esa casa!?

Empezando a desesperarse un poco, salió al recibidor sin encontrar nada ahí tampoco sobre la cómoda, y con exasperación redirigió sus pasos al salón. Nuevamente se le escapó un suspiro, esta vez de alivio, al ver que, por fin, tenía un taco de post-its junto al teléfono, en el mueble de la tele. Bien. Y aunque por un segundo sintió que los nervios volvían a cogérsele en el cuello al no ver un lápiz junto a los papelitos, pudo respirar tranquilo al encontrar un boli en la balda de arriba.

Y sintió que le subiera el rubor cuando se encontró con los post-its en una mano, y el bolígrafo en la otra. ¿Qué le ponía? ¿Llámame? ¿Buenos días?

"..."

Se mordisqueó el interior del labio mientras intentaba pensar en algo que no sonara vomitivamente ñoño.

Cerró los ojos, suspirando otra vez. ¿Por qué le daba tantas vueltas? Su número bastaría para que entendiera que quería seguir en contacto con él.

Esperaba por los dioses que captara el mensaje.


Naruto

Un golpe en la lejanía hizo que el sueño que estaba teniendo llegara a su fin, entreabriendo los ojos con pesadez. ¿Había sido la puerta de la calle? Era domingo, por lo que su madre no se había quedado a dormir en casa y Menma estaba con ella, así que volvió a cerrar los ojos, queriendo dormir un rato más. Se sentía agotado. No solía trasnochar tanto y tenía la sensación de no haber dormido más que un par de horas, y no quería estar como un zombie al día siguiente en el trabajo.

"Espera, espera", frunció el ceño, sintiendo que algo estaba fuera de lugar.

Si no había sido su madre, que era la única que tenía las llaves de su piso aparte de él… ¿Quién había salido por la puerta?

Fue entonces que empezó a recordar la salida nocturna a la que le habían obligado a ir Sakura y su madre…

"¡Sasuke!", abrió los ojos de golpe.

De forma acelerada, se giró a mirar al otro lado de la cama, encontrándola vacía.

Y sintiendo como si se le fuese a salir el corazón del pecho, se levantó a prisa para confirmar sus sospechas, caminando acelerado por el pasillo.

—¿Sasuke? —le llamó al tanto que se asomaba a la cocina.

Pero no estaba ahí. Ni en el salón. Ni en ninguna de las otras habitaciones.

"No…", cerró los ojos, apoyando la cabeza en el marco de la puerta.

Dio un profundo suspiro al tiempo que se apretaba con la mano en el pecho en un intento de aliviar la presión.

Quería llorar.

Había pensado que, por la forma en la que parecían haber hecho 'clic' desde el principio, Sasuke había sentido lo mismo que él. Hasta ese momento no había creído nunca en ese concepto de "amor a primera vista", pero fue como si, de repente, una cuerda que les hubiera estado uniendo se hubiera tensado, no permitiéndoles separarse, creando así una atracción muy difícil de ignorar.

¿Por qué con un hombre? ¿Por qué él?

Sintiendo que le empezara a doler la cabeza, fue arrastrando los pies hasta su baño para orinar, con una sensación de aturdimiento que no le dejaba pensar con claridad.

Toda su vida había pensado que acabaría casándose con una chica, quizá tendría un hijo o dos, y fueron felices y comieron perdices.

Pero no.

Ese cuento de fantasía no había encajado con él desde el momento en el que se dio cuenta de que, por mucho que le hubieran gustado las chicas con las que había salido, no había hecho ese 'clic' que había esperado. Le costó cuatro años de relación con Hinata para darse cuenta que no iba a funcionar, y después de ella, algo inconscientemente aunque al final ya no tanto, había evitado involucrarse en exceso con la siguiente chica con la que salió, más por no estar solo que porque de verdad la quisiera.

Y ahora esto…

No era algo para lo que hubiera podido estar preparado. Nunca se había cuestionado su sexualidad, y no sabía cómo iba a lidiar con ello.

¿Quería todo esto decir que las veces que se había quedado absorto por las habilidades o apariencia de otros chicos… no era el verlos como un modelo a seguir lo que le había llevado a quedarse fascinado, sino que se había sentido atraído de esa manera? ¿Se había hecho amigo de Neji, por ejemplo, porque le parecía atractivo? Ciertamente, pensándolo ahora, podía encontrar algunas similitudes con Sasuke… Así que no lo descartaba.

Tras echarse un poco de agua en la cara, se pasó un dedo por los lagrimales para quitarse las legañas y decidió volver junto a la cama y coger un anti-inflamatorio de su mesita de noche. El dolor de cabeza iba in crescendo y no tenía ganas de soportarlo hoy.

Con un suspiro, entró en la cocina, cogió la botella de agua de la encimera, y se dejó caer sentado en la silla más cercana. Dio un profundo suspiro, tras el que se tomó la pastilla y dio un largo trago de agua, quedándose un momento en babia.

Y algo llamó su atención en la nevera.

Había un post-it pegado que él no había puesto ahí.

Sintiendo un burbujeo en el estómago, se levantó de un bote, conteniendo la respiración, suplicando por que fuera lo que creía que era. Y de nuevo sintió que se le iba a salir el corazón del pecho cuando confirmó que, sí, había sido Sasuke quien había puesto la nota ahí, con su nombre y su número de teléfono.


Sasuke

Sujetándose la cabeza con la mano en la que tenía el cigarro, iba pasando las publicaciones nuevas de la gente que seguía en Twitter, sin encontrar nada que llamara su atención y distraerse mientras se tomaba el café, sentado en la terraza de un bar, no muy lejos de la casa de Naruto.

En un primer momento había pensado en irse directamente a casa en el autobús, pero las tripas le empezaron a rugir mientras caminaba a la parada, y decidió sentarse a comer algo.

Y ahí estaba, debatiéndose entre volver a casa y dormir un rato más, o si se pondría a hacer las tareas de casa antes de abrir stream a medio día. Hacía ya unos cuantos días que no hacía ningún directo, y la gente que le seguía debía de andar preguntándose si se había muerto o qué.

Lo último que se esperaba era recibir una llamada, un domingo a las ocho de la mañana de un número desconocido.

Fue en el momento en el que le dio al botón de descolgar, y mientras se estaba llevando el teléfono a la oreja, que cayó en la cuenta de quién podía ser.

—¿Sasuke? —preguntó algo titubeante.

—Unn… Buenos días —respondió con igual incertidumbre.

No esperaba que le fuera a contactar tan pronto… dado el caso que, realmente, le fuera a contactar.

—¿Por qué te has ido? —preguntó en un murmullo.

Sasuke tuvo la impresión de volver a estar viendo a un crío de diez años, asustado del castigo que le fueran a poner por haberse portado mal.

Suspirando, cogió el mechero que tenía en la mesa y comenzó a darle vueltas entre sus dedos, buscando las palabras.

—Porque no sabía cómo te ibas a tomar lo de anoche —le explicó en voz baja. —Y tampoco quería hacerte sentir incómodo si no querías verme.

—¿Por qué no iba a querer verte? —preguntó testarudo.

—No sería la primera vez que ocurre —respondió casi como si fuera un hecho.

Respuesta con la que Naruto permaneció en silencio unos segundos.

Segundos en los que Sasuke respiró hondo, cerrando los ojos y apretando los labios, rogando que por favor le dijera que quería volver a quedar.

—¿Hice algo que te enfadara? —preguntó con cautela.

—No, Naruto —sintió que se le encogiera el pecho al escuchar su tono de voz. —No hiciste nada que me enfadara.

—Entonces…

"Ahí viene", contuvo la respiración presintiendo cuáles iban a ser sus palabras.

—...¿Podemos quedar un rato?

Sasuke dejó salir el aire contenidamente por la nariz sin poder evitar que se le dibujara una sonrisa. Sentía que se fueran a caer las lágrimas.

—Claro —dijo con la voz ronca.

Carraspeó un poco, sintiéndose algo avergonzado de que la congoja se le hubiera notado en la voz.

—¿Cuándo?

—Ahora —respondió resoluto.

Y se quedó congelado por un instante. ¿Iba en serio?

—¿O tienes algo que hacer? —pareció vacilar ante su falta de respuesta.

—No, no. Estoy desayunando en una cafetería.

—Ah, pues espérame, ¡ahora voy!

Y colgó.

Y Sasuke se quedó aturdido.

Ahora iba… ¿a dónde?

Sin querer, se le escapó una carcajada, cubriéndose la boca para no llamar mucho la atención. Era más bobo de lo que se había pensado.

No pasó ni medio minuto cuando volvió a recibir otra llamada.

—¿Sí…? —contestó con retintín en la voz.

—¿Dónde estás? —preguntó con una risa nerviosa.

—Junto a la parada de bus que hay en la avenida principal —le informó divertido.

—Vale. Ya voy. ¡No te vayas! —exclamó.

Y de nuevo le colgó.

Meneó la cabeza aún sonriendo sin poder creer que de verdad se hubiera levantado con ganas de verle, sintiendo que volviera a subirle el calor a la cara.

En verdad… Era agradable la sensación.


Naruto

Ya antes de cruzar la calle, vio a Sasuke sentado en la terraza de enfrente, comenzando a perder toda la confianza con la que había llegado hasta ahí. No es que sintiera que le fuera a rechazar… Pero tampoco quería hacer nada que provocara rechazo en el otro. Y al no saber muy bien cómo expresarse, puesto que nunca se le había dado bien —y ahora con todo este embrollo aún menos—… No sabía ni tan siquiera cómo saludarle cuando llegara a su lado.

¿Le daba la mano? ¿Le daba dos besos? ¿Un apretón en el hombro? ¿Un beso en los labios…? ¿O simplemente le saludaba con la mano y ya?

Como si los nervios le estuvieran haciendo una pelota en el estómago, cruzó por el paso de peatones, su atención puesta en Sasuke. Aquél parecía estar distraído con el móvil, con una pierna cruzada, y fumando un cigarro. No le había puesto mucha atención por la noche porque iba un poco borracho, pero joder si le quedaba bien el pelo, todo engominado por detrás y con el flequillo largo. Visto así desde lejos, pareciera que no tuviera mucho más de veinte años, aunque le daba en la nariz que no era así: la seguridad con la que se manejaba, la fuerza que tenía, lo poco que hablaron por la noche… Todo indicaba que los años le estaban tratando bien.

Y por ir embobado, se tropezó con el bordillo al llegar al otro lado, dando un traspiés. A duras penas fue capaz de mantener el equilibrio y no caer de bruces. Y con la vergüenza recorriéndole las venas, miró por el rabillo del ojo que el otro no le hubiera visto, dando un profundo suspiro al confirmar que, no, no se había girado en su dirección. Menos mal.

Dando una profunda bocanada de aire, intentó templarse y reunir el valor que no tenía, e intentó sonar natural cuando se le acercó y le dio un leve toque con el puño en el hombro.

—Hey… —saludó por lo bajo, tomando asiento en la silla de al lado.

—Hola —respondió el otro, bloqueando la pantalla del teléfono al tanto que se giraba a mirarle.

Perdió la respiración por un momento cuando le dedicó una suave sonrisa, poniendo toda su atención en él.

Esto iba a ser complicado.

—¿Qué tal? —preguntó de forma automática para romper el hielo.

—Bien —estiró de lado su sonrisa.

De alguna manera sentía que se estaba burlando de él.

—¿Y tú? —le preguntó de vuelta.

—Bien… —contestó al tiempo que apartaba la mirada.

Sentía que comenzaba a acalorarse con tan sólo que le mirase. ¿Qué diantres le pasaba?

—Se ha quedado buen día —comentó el otro.

Y ahora, sí, se estaba burlando de él.

—Sí —contestó escueto. —Se ha quedado buen día.

—Pfff…

Aquel se llevó la mano a la boca, conteniendo una carcajada a duras penas. ¿¡Qué había hecho!? No le habría visto tropezar… ¿verdad?

—¿Qué pasa? —se cruzó de brazos, dejándose escurrir en la silla.

—No pasa nada —le contestó con regodeo.

Le hizo dar un respingo cuando, sin avisar, se alzó levemente y arrastró la silla para acercarse un poco más a él. Y sintió que de nuevo se le parase la respiración cuando aquel, ni corto ni perezoso, se inclinó lo suficiente para darle un beso en la mejilla.

Y otra vez se le quedó mirando con esa media sonrisa, haciendo que le subieran los colores más rápido de lo que era capaz de admitir, incluso para sí mismo.

No pudo sino girar la cara hacia el otro lado para que Sasuke no le viera.

—¿Qué vas a hacer hoy? —le preguntó no soportando más el silencio.

—Estaba pensando en abrir stream —contestó como si aquello fuera lo más normal del mundo.

Bueno, claro, quizá para Sasuke lo era. Pero no dejaba de chocarle que alguien que conociera en persona se dedicase a eso.

—¿Y qué vas a hacer? —le venció la curiosidad.

—No lo sé, igual dibujo un rato. Hace tiempo que no hago nada.

—¿También dibujas? —se giró a mirarle a los ojos, impresionado.

—Unn —asintió levemente.

—¿Y qué más haces?

Desde luego, ese chico era una caja de sorpresas. Nunca lo hubiera adivinado sólo por su apariencia.

—A veces juego, otras estudio —se encogió de hombros.

—No me refería a eso —apretó los labios para humedecérselos. —Me refiero que a qué te dedicas, de qué trabajas.

—Ah… —se quedó perplejo por un instante. —Soy profesor de inglés en un instituto.

—No fastidies… —se quedó con la boca abierta.

Ahora sí, se quedó sin palabras por la fascinación. Menudo temple debía de tener para lidiar con semejante horda de monstruitos en potencia. Comenzaba a entender porqué, quizá, pareciera habérsele escapado el alma cuando la noche de antes vio el dormitorio de Menma. Lo que le hacía preguntarse…

—¿Cuántos años tienes?

—Hmmm… —frunció levemente el ceño.

¿Qué había dicho ahora?

—Siempre pisando por campos de minas —comentó por lo bajo.

—¿Por? —preguntó consternado. —¿Qué pasa?

—Nada —suspiró. —Treinta y dos.

Y no pudo evitar volver a quedarse con la boca abierta.

—¿En serio?

—En serio. ¿Tú?

—Veintinueve.

Apoyando la cara en la mano, dejó reposar todo su peso contra la silla. ¿Cómo podía ser más mayor que él? No lo parecía.

Para nada.

Sasuke debía de estar pensando algo parecido, pues se le quedó mirando, levantando una ceja. ¿No le creía?

—¿Y…? —comenzó a preguntar.

Sin embargo, pareció recular en el último momento sacudiendo la cabeza.

—¿Qué?

—Nada. ¿Qué haces hoy?

—Mayormente nada —sonrió levemente.

¿Era eso una invitación para quedar a comer? ¿Un paseo? Aunque no podría quedarse hasta demasiado tarde…

—Luego a la tarde tengo que ir a recoger a Menma. Pero el resto del día lo tengo libre.

—Ah —se quedó con la boca entreabierta.

Cierto… Por la noche tuvo la impresión de que a Sasuke no le hacía mucha ilusión que Naruto pudiera tener un hijo. Y aunque no era biológicamente suyo…

"Seiji…", apretó los labios con fuerza.

Contenidamente, dejó salir el aire por la nariz. Daba igual el tiempo que pasara… Tenía la sensación de que ese hueco que se había creado en su ser iba a ser doloroso por lo que le restaba de vida. Al menos tenía a Menma… Y aunque no tenía la confianza de que fuese a ser capaz de criarlo como su hermano hubiera hecho, puesto que nunca había tenido paciencia… Sí que estaba dispuesto a darle todo su cariño para que al menos el niño fuese feliz, como si hubiera sido el suyo propio.

—Es adorable —sonrió levemente. —Cumple seis años en marzo, y está aprendiendo ahora a leer, pero habla hasta por los codos —rio entre dientes de lo parlachín que era.

Todo lo contrario a su padre…

Sintiendo que la voz le fuese a traicionar, se cubrió la boca con la mano y se giró hacia el otro lado. Odiaba que le vieran llorar, pero cada vez que recordaba aquel día, cuando llegó de trabajar y su madre estaba en casa esperándolo y le hizo sentarse antes de contárselo…

Aún podía sentir ese frío que le recorrió el cuerpo entero y el mareo que casi le hizo desmayarse. Aquel día no había parado de pensar en llamar a su hermano para quedar con él a tomar algo después del trabajo, y no podía dejar de pensar que de alguna manera lo había presentido: había perdido un pedazo de su alma y, desde entonces, se sentía perdido.

Salió de sus pensamientos cuando sintió que le tomaban la mano, y se giró sobresaltado para darse cuenta de que Sasuke estaba ahí, y ahora estrechaba sus manos con fuerza, con la preocupación reflejada en su rostro.

Y se maldijo interiormente por haber dejado que de nuevo le viera así. Debía de ser fuerte para evitar, precisamente, que los que le rodearan le mirasen así.

Con un carraspeo para quitarse el nudo de la garganta, se irguió en la silla e intentó traer su mente de vuelta al presente. Si bien no hubo de hacer mucho esfuerzo, ya que cuando Sasuke alzó sus manos entrelazadas, se las llevó hacia sí… y le dio un beso en el dorso, se quedó completamente en blanco, notando como se le acaloraban las mejillas.

Más aún cuando Sasuke alargó la mano, y comenzó a estirarle de las puntas del pelo, como si estuvieran fuera de su sitio. Cosa que le hizo recordar…

—No te has peinado —sonrió aquel levemente de medio lado.

Burlándose de él.

Claro… Es que había salido corriendo de casa, con el corazón en un puño, esperando que por todos los dioses no le hubiera tomado el pelo y estuviera aún ahí para cuando él llegara.

Naruto se sabía impulsivo y algo despistado… Pero lo atolondrado que se quedaba con este chico estaba a otro nivel.

—¿Va a querer tomar algo? —escuchó a alguien junto a él.

Dio un respingo interiormente cuando se giró un tanto y vio una camarera más cerca todavía de lo que se había imagino.

—Emm… Un café con leche, por favor —contestó sin levantar la vista.

Sentía que debía de tener colorada hasta la piel del cuello. Más aún, si es que podía ser posible, cuando fue consciente de que le había contestado a la chica… aún con la mano entrelazada con la de Sasuke.

Sabía que se iba a burlar de él si le veía la cara de gilipollas que debía de tener, pero empezaba a recordar algo que le había dicho la noche anterior…

—¿No es problema que nos vean? —alzó un poco las manos para que supiera a qué se refería.

—Nah… —se acomodó en su silla, apoyando la cara en la mano libre, con la mirada fija en él. —A plena luz del día, en un sitio random como este, dudo que venga nadie a montar un follón para que venga la policía.

—Hmmm…

Algo de sentido tenía. Sin embargo, aún se preguntaba qué problema era el que tenía ahora la gente con eso. Si no en clase, en el gimnasio, o incluso entre su círculo de amigos… Siempre había habido alguien que no era hetero. Y nunca había oído que tuvieran ningún problema… Pero creía en la palabra de Sasuke. Lo único que ahora se sentía incluso un poco más desorientado en cuanto a qué podía hacer y qué no en público. Si podían cogerse de la mano, ¿le molestaría si le daba un beso cuando se despidieran?

Aunque no pudo pensar mucho en ello. Su teléfono comenzó a vibrar dentro de su pantalón y, a prisa, se soltó la mano y se removió para sacarlo y contestar. Quizá era su madre que quería venir antes de lo previsto…

No. Era Ino.

Algo confuso de que le llamara a estas horas, se apuró en contestar.

—Digamelón —dijo por costumbre.

—¡Naruto! ¿¡Es verdad que te fuiste con el chico de anoche!?

—Emm… —sintió que le volviera a subir el rubor, mirando de reojo al que tenía al lado.

—¿¡Cómo es que de repente te has vuelto gay!? ¡Aunque con lo bueno que estaba el tío no me extraña! —comenzó a reír.

Dios… sentía que la respiración se le fuera a parar, viendo cómo aquel comenzaba a estirar la sonrisa. ¿Tan alto estaba hablando Ino como para que la estuviera escuchando?

—¿¡Has pasado la noche con él!?

—Ino, hablamos luego —dijo de carrerilla.

Y colgó. No quería darle la oportunidad de que dijera nada más.

Con lentitud, dejó el móvil encima de la mesa, sintiendo las pulsaciones cada vez más fuertes en los oídos. De alguna manera… Hasta ese momento su cerebro parecía no haber estado procesando nada más allá que el hecho de que se sentía muy atraído por alguien. Sin embargo ahora, que otra persona lo vocalizara en alto, le hacía volver a traerlo al foco de su atención. ¿Era realmente gay?

De cualquier modo, esperaba por favor que Sasuke no hubiera podido escucharla.

—¿Quién era? —preguntó con burla en la voz.

—Nadie —se cruzó de brazos, no queriendo darle ninguna información que le diera pie a meterse más con él.

—Hmmm…

De reojo, vio que Sasuke se removió y sacó el paquete de tabaco del bolsillo. Y aunque prefería no fumar cuando no estaba de fiesta…

—Dile que ella también es muy guapa.

Le dio un chispazo en la sien, poniendo toda su atención en Sasuke mientras se encendía el cigarro como quien no quiere la cosa. ¿Estaba hablando en serio…?

—¿Pero tú no eras gay? —le preguntó por lo bajo con algo de recelo.

¿¡Qué le quería decir!? ¿¡Que había sido un juego o un experimento lo que habían hecho por la noche!?

—Pan —le contestó sin vacilar.

Entonces, Sasuke apoyó la barbilla en la mano en la que tenía el cigarro, con esa sonrisa suya torcida… Y sabía que le estaba retando con la mirada a que de alguna manera le dijera que entendía lo que quería decir con esa palabra.

¡Maldito gilipollas sexi! ¡Estaba seguro de que Sasuke sabía perfectamente que no tenía ni idea de qué quería decir con eso! Pero lo que sí podía intuir era que, si no usaba las palabras gay ni transexual, es que debía de ser algo entre medias de todos esos términos que ni siquiera recordaba cuáles eran.

¿¡Quería decir que le gustaban las chicas!?

¿Le… gustaba Ino?

Sintiendo la rabia subirle cada vez más por el pecho según pasaban los segundos, frunció el ceño no sabiendo muy bien a qué atenerse. Si Sasuke de verdad se sintiera atraído por ambos sexos, y tuviera que elegir…

—Estás echando humo por las orejas —rio por lo bajo con sorna.

—Vete a la mierda —se cruzó de brazos, girándose hacia otro lado.

De nuevo, dio un respingo interiormente cuando vio que tenía a la misma camarera de antes a tan sólo un par de metros, dirigiéndose justamente a su mesa para dejarle el café que ya se había olvidado que había pedido.

—Gracias —asintió levemente.

Y se hizo el silencio entre ellos, dejando pasar un tiempo prudencial para que se alejara la chica.

—Es lesbiana, para que lo sepas —le informó con algo de rencor.

Si realmente le gustaba Ino de esa manera, las llevaba claras.

—No seas bobo —rio el otro. —A mí quien me gusta eres tú.

Otra vez… Se quedó en blanco, sintiendo un burbujeo en el estómago.

¿Era normal que en cuestión de pocos segundos pasase de sentirse como un adolescente prendado de la chica popular del insti, a sentir que de la rabia pudiera llegar a insultarle con los peores calificativos… a volver a sentir que se fuera a derretir por dentro?

No.

No podía ser normal.

No sabía si realmente esto era lo que se sentía al estar enamorado… Pero sentía que Sasuke le estaba volviendo completamente loco.

.

.

.

Continuará


14/11/22

Holiwis! ^w^)/

Voy dejando un capítulo más por aquí y marcho corriendo a ver si sigo escribiendo.

¡Contadme qué os parece!