¡Hola! ^_^

Aquí estoy con el capítulo N°4.

Tengo dos aclaraciones: Yo puse un par de veces que Angelina y Katie terminaron Hogwarts. A pesar de escribir con toda la colección de Harry Potter al lado para consultar y no cometer una estupidez tremenda, las que terminan Hogwarts son Angelina y Alice, así que Katie es la que permanece en la escuela. [Lo corregiré de ahora en adelante.]

Además me salte bastante tiempo [Dos semanas de septiembre y todo Octubre.] Vamos directo a Hallowen.

Ya, es todo.

Espero que disfruten el capítulo.

[¡Si pueden!]

El regalo

Hallowen en Hogsmeade

La vida siguió casi normal en Hogwarts.

Cuando digo normal se entiende que en cualquier momento un fantasma podía cruzarse contigo en el pasillo, haciendo que la sensación fuera similar a que te echarán un balde de agua helada; que un escalón desapareciera justo cuando lo pisas o que un retrato te hablara.

Ahora, cuando digo casi normal, implica algo más.

Por ejemplo, Ginny había cortado con su tercer novio.

Harry se había convertido en el capitán del equipo de Quidditch de Griffyndor (Katie dijo que era demasiada presión para ella.)

Ron estaba divido entre la desesperación por los deberes y trabajos; sus deberes de prefecto; y las amenazas tácitas (Y no tanto.) A cualquier chico que (según él) mirará de forma pervertida a su hermana.

Hermione seguía yendo constantemente desde la biblioteca a la Sala común. Sin que sus amigos supieran como, se había matriculado para todos los EXTASIS que podía dar. Ron había dejado de reprocharle por sus paseos con Malfoy (que, aclaro, seguían con cierta regularidad.) Es más había dejado de hablarle con la misma frecuencia que antes. Y daba la impresión de que, si hablaban, trataban el tema muy superficialmente.

Aquella tarde de Octubre (El cielorraso del Gran Salón mostraba una espléndida puesta de sol) Hermione y Ron llegaron más cansados que de costumbre. Había habido una reunión de prefectos, y parecía que se habían tratado cosas más importantes que en otras.

Harry y Ginny reían con ganas de algo que la pelirroja le había contado mientras esperaban a los otros dos.

Si algo habían tenido de bueno todos los novios de la Weasley, era que habían logrado que Ginny pudiera mantener una conversación normal con Harry, sin sonrojarse o hacer alguna tontería.

La verdad era que Harry empezaba a entender porque era así de celoso Ron.

Ginny era bastante divertida, sabía tanto de Quidditch como de música, y (Harry hizo un esfuerzo mental para admitirlo) era bonita.

Justamente estaba embelesado oyéndola hablar de un nuevo grupo de música ("Magic Salem" o "The Danann's Tuatha", que más daba.) Cuando llegaron Ron y la otra chica.

Traían tal cara de cansancio que, cuando los vieron, pararon inmediatamente de reír.

Por Dios ¿Qué les paso?- pregunto Ginny.

Tuvimos que hacer una lista de todos los Griffidonrs.- señalo Ron.- Gracias a Dios solo de quinto en adelante. Pero te sorprendería saber cuantos somos.-

Solo hay 60 alumnos, Ron.- respondió su hermana.

Sí, pero además no hicieron formar grupos siguiendo reglas que ya no recuerdo.- Hermione atrapo una empanada de pollo y la mordió con ganas.

Y luego.- prosiguió su amigo.- Empezó una discusión sobre los recreos y unos cuantos artículos de bromas de Fred y George.-

Parece que Filch planea incluir en su lista cualquier cosa que tenga el sello "Sortilegios Weasley".- indico Hermione.

El Gran Comedor estaba muy bullicioso.

Normalmente los alumnos iban a cenar en formar dispar, pero ese día se había dado que estaban todos juntos.

Alguien en la mesa de los profesores lo noto y murmuro algo a Dumbledore.

El director se puso de y carraspeo.

Como me han informado, tengo a todo el colegio reunido.- sus ojos celestes pasaron por las cuatro mesas.- Me gustaría hacer una anuncio importante.-

El silencio que se había instalado apenas Dumbledore comenzó a hablar, fue cortado rápidamente por murmullos de entusiasmo.

Como todos saben.- prosiguió el director, sonriendo a los alumnos.- Todos los años se hace el Banquete de Hallowen.-

Los chicos intercambiaron miradas de sorpresa e inquietud, Harry rogó con todas sus fuerzas que no estuvieran preparando un baile.

Pero este año, Hallowen cae de jueves.- prosiguió Albus.- Así que no podría haber un banquete, ya que el viernes hay clases.-

Hubo murmullos de desaliento y decepción. El hombre sonrió y levanto una mano para serenarlos.

Por lo tanto he tomado una medida, que espero sea del agrado de todos.-

Los jóvenes magos y brujas dejaron de hablar, nuevamente, y atendieron a Dumbledore.

El sábado se dará el respectivo banquete para los alumnos desde primer año hasta cuarto.-

Una salva de aplausos y exclamaciones de jolgorio fue despachada por el alumnado menor de quince años. Los que ya los habían cumplido permanecieron mirando a su director sin pestañear, unos pocos murmurando entredientes.

En cuanto a los alumnos de quinto, sexto y séptimo.- Se detuvo un momento.- Hay una salida programada para Hogsmeade ese día.-

Una tormenta de protestas se elevo desde las cuatro mesas.

Antes de que me critiquen.- Sonrió Albus.- Me gustaría merecerlo completamente. La visita se extenderá desde las ocho de la mañana del sábado hasta las cinco de la tarde del domingo.-

Esta vez no hubo aplausos, ni silbidos. Todos ostentaban un aire de ingenua incredulidad.

El día sábado se les dará la dirección a cada uno de la casa donde pasaran el fin de semana. El proyecto es que quienes provengan de familias muggles puedan experimentar la vida y los festejos de Hallowen de las familias de magos.- Dumbledore echo una mirada evaluadora a todos los alumnos.- Todos los que ofrecieron sus casas, salvo lamentables excepciones, darán una cena especial de Hallowen. Incluso todo el pueblo se ofreció a colaborar. Confió en que ninguno les traerá problemas. Una última aclaración: podrán continuar con todas las actividades que hayan planeado para esta salida, siempre que no descuiden el estar en los hogares que se les han asignado.- Les sonrió de forma más relajada.- Eso es todo.-

El bullicio volvió, poco a poco. Hermione estaba muy emocionada.

¡Se dan cuenta! - chilló.- ¡Pasaremos Hallowen en una casa de magos!-

Ron y Ginny la miraron indiferentes.

Nosotros llevamos pasados 11 Hallowens en una familia de magos.- se encogió de hombros la pelirroja.

Harry prefirió no recordar sus Hallowens antes de Hogwarts. Y muchos menos el de segundo año, cuando habían petrificado a la Sra. Norris (la gata de Filch), pintado las paredes con mensajes horrorosos y manipulado a Ginny. La chica pareció recordar lo mismo y se estremeció.

Seguro será genial.- afirmo el morocho, alejando los sombríos pensamientos de su mente.

Lo bueno es que podremos seguir con los planes para Hogsmeade.- sonrío Ron.

Yo tengo planeado ver vidrieras y esas cosas con unas amigas.- comentó Ginny. (A Ron le alegro comprobar que no tenía ninguna cita planeada con ningún "baboso")

¿Y tú que vas a hacer, Harry?- pregunto Hermione, abriendo un libro y buscando algo.

No lo sé.- Harry pensó un momento.- Supongo que me entretendré bastante con la familia que me toque, aunque de todos modos ya estoy bastante acostumbrado con los Weasley.- Piensa otro momento.- ¿Tomaremos algo en Las Tres Escobas e iremos por allí, verdad Ron? Quizás a Honeydunkes... -

Ron se atraganto con el jugo de calabaza y se sonrojo, tosió un poco y dudo:

¿Este fin de semana? ¿En Hogsmeade?-

Sí.- respondió Harry.

Yo... Tengo una cita. Lo siento.-

¿Qué? ¿Padma Patil te perdono?- pregunto tranquilamente Hermione.

No, de hecho quede con Lisa Turpin.-

Y yo que pensaba que los Raveclaws eran inteligentes.- puntualizo Ginny.

Hermione se cubrió la sonrisa con el libro. Harry casi hundió su cara el flan casero con crema.

No es gracioso.- opino Ron.

Míralo de nuestro lado.- sonrió Hermione.

Al menos tú podrás acompañar a Harry.- aseguro su amigo.

Aquello borro la sonrisa de la cara de su amiga.

Es que... yo ya tenía planes.- se disculpo la castaña.

No me digas que iras de compras con Ginny.- Ron rodó los ojos y luego la miro.- Pense que... -

Esos no eran los planes que tenía.- susurro Hermione.

Oh, no. Tú no puedes andar sola por ahí, Srta. No- Necesito- A- Nadie. ¡Hay, como mínimo, una docena de mortífagos fugados!-

Es que no va a estar sola... - se atrevió a susurrar el joven Potter.

Ronald Weasley se quedo en silencio un momento. Casi podía verse humo saliendo de sus orejas.

Hermione se apresuro a cerrar el libro, y a guardarlo en la mochila. Ya estaba parada cuando al fin Ron reacciono:

¿Y crees qué con un hijo de mortífago estarás segura?- casi le grito.

Hermione se volvió, cerro los ojos por un momento, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no empezar a discutir y lo encaro, estirandosé para igualar un poco la altura.

Sí ¿Y qué? Además tiene nombre propio. Sé que siempre ha hecho de gala de: "Mi padre esto." "Mi padre aquello otro" Pero tu actitud de juzgarlo por lo que hace Lucius Malfoy no ayuda.-

¿Te olvidas de todo lo que nos hizo pasar? Te llamo... bueno, tú sabes como te llamo. Trato de hacer que despidieran a Hagrid; intentó sabotear a Harry en el partido contra Raveclaw; los denunció cuando intentaban que se llevaran a Norbert; sin contar todos los insultos y todo lo que nos hizo el año pasado con Umbridge.-

Ya sé todo lo que nos hizo.- Hermione respiro hondo antes de continuar.- Y si mal no recuerdo, tú fuiste quién en primer año hizo que me encerrara en el baño a llorar, luego encerró en él a un trasgo que casi me mata. En tercer año te la pasaste peleando conmigo por Crookshands y en cuarto estuviste meses molesto conmigo solo por llevarme bien con Vicktor.- Lo miro de manera fulminante.- Y sin embargo te lo perdone todo. ¿No crees que toda la gente merece lo mismo?-

La gente quizá, pero un Malfoy... -

Como quieras. Estoy perdiendo tiempo discutiendo contigo. Hay gente que si tiene responsabilidades.- La chica se dio vuelta y salió del Gran Comedor.

Cuando salieron el sábado del castillo, Filch les dio a cada uno un sobre de grueso pergamino, con su nombre en tinta esmeralda. Pospusieron el momento de abrirlo y atravesaron a paso rápido los jardines.

Al otro lado de las verjas esperaban los carruajes, los testhrals piafaban de forma nerviosa y sacudían los cascos, Harry se acerco al que tiraba del coche donde irían y lo acarició.

Luego de quince minutos de viaje los carruajes se detuvieron en la calle principal de Hogsmeade. Las portezuelas se abrieron y los alumnos bajaron simultáneamente, creando una multitud locuaz y emocionada.

Bien.- dijo Ron, sacando su sobre y rasgándolo.- Me toco la calle Verne, es una de las últimas.- observo el pelirrojo.- Da a las afueras del pueblo... -

Hermione y Harry sacaron sus propios sobres y los abrieron.

Verne N° 563. - dijo Hermione.

¿Cómo sabes eso?- se asombro Ron.- Es decir, sabía que te tragabas los libros pero la guía de calles... -

Sra. McRoir.- afirmo Harry.

¡Genial!- chillo Hermione.- ¡Nos toco juntos!-

Bajaron por la calle principal, doblaron tres calles antes del final del pueblo y siguieron derecho hasta que todas las casas dejaron de apretujarse y dieron paso a hermosas y espaciosas "casas". Casi mansiones.

Verne al 563.- afirmó Hermione, apresurandosé a tocar la puerta.

¡Espera!- la detuvo Ron.- ¿Seguro que es esta "casa"?-

Eso dice el buzón, Familia McRoir.- se encogió de hombros Harry.

La chica se giro y golpeo la puerta.

Esperaron un momento, primero se oyó el golpeteo de unos tacos por el pasillo de parket, a continuación un "Un momento, por favor." Y luego les abrieron la puerta.

La Sra. McRoir era muy alta y delgada, tenía los ojos color miel y el cabello canoso elegantemente peinado. Estaba enfundada en un vestido de terciopelo negro y tenía las uñas y los labios pintados de un rojo furioso. Un prendedor azul le pendía en el pecho.

Es decir, era una de esas señoras mayores que te da vuelta el estómago de solo ver su prolijidad.

Eh... Buenos días.- balbuceo Hermione.- Nosotros somos Granger, Weasley y Potter. Los estudiantes de Hogwarts que... lamento si hubo un error... Tenemos su dirección y su nombre ¿La Sra. McRoir, supongo?-

La anciana los miro, tratando de recordar algo. Fue entonces cuando Harry se dio cuenta en que se parecía a la Sra. Figg (Su vecina que había resultado ser una squib), el aire de despiste constante. Se pregunto si ella también tendría miles de fotos de gatos, y olor a remolacha en el living.

¡Ah! Si, claro.- sonrió la mujer. Los examino detenidamente a los tres y Harry imagino que debería soportar unos cuantos comentarios respecto a él, sin embargo la anciana no dijo nada.- Los tres Griffyndors de sexto ¿verdad?- Se hizo a un lado.- Pasen, pasen.-

Los precedió dentro de la casa y los hizo pasar por un oscuro y angosto pasillo de madera, donde había una escalera (A Harry le recordó a la casa de los Durleys.)Finalmente salieron a un amplio living, que no tenía olor a remolacha ni fotos de gatos difuntos.

Estaba bonitamente decorado con muebles, telas y almohadones blancos. Había montones de flores frescas por todos los rincones.

- Por supuesto.- dijo la mujer, cerrando la puerta tras Ron.- A lo sumo permiten dos estudiantes por casa. Pero como esta es tan grande y vivo yo sola... A veces se queda mi fiel Lorelai, nada más. Los mandaron aquí. Sobra tanto lugar desde que... -

Emily McRoir reprimió un sollozo, se secó los ojos con un bordado pañuelo y se disculpo.

No sé preocupe.- susurró Hermione, mirando alrededor.

Encima de todos los muebles había, al menos, un portarretrato con una fotografía de un hombre de cabello negro y ojos celestes, incluso de niño. En algunas (Del chico ya adulto) estaba acompañado de una mujer de cabello rubio y ojos negros.

Finalmente había un par de fotografías que mostraban a tres sonrientes niños de cabello rubio dos y oscuro uno.

Lo siento.- susurró Ron.

No importa.- suspiro la mujer.- Solo mataron a mi querida Mildred, mi nuera. La quería como la hija que jamás tuve. Mi hijo y mis nietos están en Dinamarca.-

Se hizo un incómodo silencio.

Bueno, supongo que querrán ver donde dormirán y luego tendrán sus planes.-

La mujer los guió de vuelta por el pasillo y subieron la lustrada y alfombrada escalera.

Este es su cuarto.- le señalo a Harry y Ron.- Y el tuyo es del frente, Hermione.-

Muchas gracias.- dijeron en coro los amigos.

Si, les quisiera pedir un favor, si no les molesta.-

No, claro que no.- se apresuro a contestar Harry.

Me gustaría tener ayuda para la cena de esta noche. Me gusta cocinar yo misma para Hallowen, pero cada año estoy más vieja.-

Estaremos ahí.- sonrío Ron.

De acuerdo, empiezo a cocinar como a las cinco. Hasta entonces tiene el día para ustedes.- se dio vuelta.- Como si fuera sus casas.- agrego, ya en el primer peldaño.- Excepto mi habitación, detesto que toquen mis cosas, igual le eche llave. Así que ya lo saben, donde no puedan entrar, es mi habitación.-

Los tres asintieron y oyeron los pasos de Emily alejarse.

Pobre mujer.- susurró Hermione y se metió en la habitación.

Las Tres Escobas estaba mucho menos abarrotado que de costumbre, pero aún así constaba trabajo encontrar lugar.

Ron entró, tomado del brazo por Lisa, una chica de cabello negro ensortijado y ojos celestes. Echo una rápida mirada al lugar y supo que se había equivocado.

Entre una calabaza bonitamente cortada y el mostrador estaban sentados Hermione y Draco.

Estuvo a punto de decirle a su acompañante que fueran al salón de té que le había dicho Harry.

Ron.- dijo la chica.- ¿Verdad que esta bonito decorado? Es mi negocio favorito en Hogsmeade. ¿Vamos a pedir algo para beber?-

Tenían que pasar junto a Draco. Ron palideció, pero hizo de tripas corazón y asintió.

Se encaminaron al mostrador. (Ni Hermione ni Draco dijeron nada sobre ellos) Pidieron las bebidas y esperaron. (Y todavía no habían notado sus presencias.) Ron rogó que eso continuara así. Ya buscaba una mesa cuando.

¡Ron! ¡Eh, Ron!-

Hermione lo llamaba y agitaba su mano.

¿Por qué no vienen a sentarse con nosotros?- propuso.

Ni Lisa ni Ron dijeron nada.

Hermione.- opino Draco.- Es la primer cita, no se la arruines. Déjalos que se sienten solos y hablen de sus cosas.-

Ah. Lo siento. Pensé que sería divertido.-

Ron le echo una de sus miradas "No digas estupideces."

¿Estás diciendo que te aburres conmigo?- dijo con aire de falsa ofensa Draco.

Hermione y Lisa sonrieron.

Lo siento. Olvídenlo.- se encogió de hombros la castaña mirando a su acompañante e ignorándolos por completo.

Lisa jalo a Ron hasta una mesa cercana y se sentó allí.

Ella hablaba de algo muy emocionante (Ron no recordaba si era un Concierto de las Brujas de McBeth o un partido de Quidditch especialmente entretenido.)

De ves en cuando decía "¿De veras?" "Seguro" "Sí". Mientras miraba como Hermione reía muy divertida de algo que le acababa de contar Malfoy. (Probablemente una de sus anécdotas donde acaba escapando de muggles en helicópteros, luego de volar millas bajo una tormenta, en su escoba.)

Pero Hermione no es tan estúpida de creerlo.- pensó Ron, deseando tener la mitad de la gracia que parecía poseer el Malfoy en ese momento.

Se imagino la escena de Lisa Turpin (Y de paso todo el bar) boquiabiertos escuchándolo. Y sobre todo a Hermione, totalmente olvidada de Draco y absorta en lo que él podía estar diciendo.

Y cuando volvió de aquella fantasía, ya estaba fuera. Lisa se despedía con un beso en la mejilla. Susurro:

Lo siento, Weasley. De verdad me agradas. Ojalá yo pudiera hacer algo.-

Ron y Harry pasaron el resto del día yendo de aquí para allá en Hogsmeade, almorzaron en las Tres Escobas (Allí encontraron a Ginny, Hermione y Luna, quienes habían apartado una mesa.) Y luego del almuerzo los chicos volvieron a la casa McRoir Y Hermione acompaño a Ginny de compras.

A las cinco la joven estuvo puntual. Ayudo a la Sra. McRoir (al estilo Muggle, ya que no podían hacer magia) Harry preparo la ensalada y Hermione un pastel de chocolate. (Ron casi quema las cortinas intentando usar un encendedor.) Pero finalmente saco una buena sopa.

A las siete subieron a cambiarse. Media hora después Ron ya estaba listo. Fue el primero en bajar a la sala.

Sonó la puerta.

Voy.- canturreo.- ¡Tú!- gruño.

Hola a ti también. Sí, pero no vine solo.- señalo Draco.

Hola hermanito.- saludo alegremente Ginny.

¿Qué hacen aquí?- pregunto Harry, quién bajaba en ese momento con Hermione.

¡Vinieron!- exclamo Hermione.- Yo los invite.-

Sí.- intervino la Sra. McRoir.- La familia que les toco fue una de las pocas que no quiso hacer cena de Hallowen. Así que dejen que vivieran.-

Pero trajimos esto.- se apresuro a añadir Ginny, dándole a la mujer una gran caja de pastelitos de banana y chocolate.

¿Lo hicistes tú?- le pregunto Hermione a Draco.

No, yo compre las cosas. Ginny los hizo.-

Menos mal, podían estar envenenados.- sugirió Ron.- Aunque si los hizo Ginny hay casi las mismas posibilidades.-

Espera a que prueben tu sopa, Weasley.- afirmo el chico de lentes.

¿Ron cocino?- Ginny hizo como que estaba enferma y se tiro hacia atrás, dejandosé atajar por Harry.- ¿Harry? ¿Eres tú? ¡Hermione! veo todo borroso... creo que no comeré nada más.-

Finalmente llegó la tan temida hora de la cena.

El comedor era amplísimo (Como toda las casa, se notaba que era de esas viejas familias de magos.) Con una mesa bastante larga, unas sillas de rectos y altos respaldos de roble lustrado y mantel de lino bordado con las figuras de una vieja balada, que iban y venían por la amplia superficie.

Sobre ellos pendía una enorme y costosa lámpara de cristal, con incontables brazos.

La Sra. McRoir se sentó en la cabecera. Del lado derecho se sentaron Draco y Ginny (Harry puso mucho cuidado en sentarse en medio de ellos.) Y del lado izquierdo Ron, con Hermione junto a él.

Pronto empezaron a circular los platos, que Emily servía ella misma.

Ginny encontró todo delicioso y se preocupo especialmente en recalcar que sabrosa estaba la ensalada. (Malfoy se pregunto si Hermione le habría dicho quién la había hecho.) A su vez, el rubio se tomo dos platos de sopa y uno lleno de ensalada sin ningún comentario. (Lo que no le impidió a su debido tiempo comer doble ración de pastel de chocolate.)

Cuando terminaron con el pavo. La mujer dijo que iría a preparar un poco de té y esas cosas para tomar con el postre, que se sintieran como en casa. La verdad era que le hacía bien tener la casa tan llena de jóvenes. Comúnmente había demasiado silencio.

Se había formado una bonita sobremesa, hablando de Harry no sabía que nuevo aventurero al estilo Lockhart, cuando él se escabullo y salió al jardín.

Era una noche de otoño tibia y diáfana. El cielo se veía de un azul diamante irreal y la Luna y su cortejo de infinitas y plateadas estrellas iluminaban todo el jardín. (No como en Londres, que casi no se ven. Pensó Harry.) Había una pileta de natación, por donde las enredaderas serpenteaban y el musgo crecía libremente. (¿Cuánto haría que nadie nadaba en ella?) Una mesa y bancos se cemento y cerámicas multicolores, cubierta de un fino polvo y algo de barro seco. El césped estaba cuidadosamente cortado y las plantas podadas y bien regadas.

Harry se sentó un banco de madera que había cerca de unos rosales (Ya un poco lejos de la luz proveniente de la casa) A lo lejos se escuchó el canto de un ruiseñor.

Ya había perdido la cuenta del tiempo. (Eso le pasaba seguido.) Cuando oyó que alguien se acercaba.

¿Qué sucede Ron? Ya... - Pero se detuvo abruptamente.

La persona que lo miraba era pelirroja, era Weasley y era Griffyndor, pero no era Ron.

No soy mi hermano, gracias a Dios.- sonrió Ginny.- ¿Puedo sentarme?- Señalo el otro extremo del banco.

Claro.- Harry palmeo el sitio junto a él.

¿Qué te sucede?- pregunto luego de un minuto de silencio la chica.

Harry no contestó inmediatamente.

No lo sé... es que me recuerda a... -

La menor de los Weasley dudo un momento antes de hablar.

Cada Hallowen se cumple un año más ¿Verdad? Quince años desde que... -

La voz se hizo susurro a medida que continuaba la frase. Y calló.

Por eso- pronunció con dificultad Harry. Le parecía absurdo mantenerse callado aquello mucho tiempo más. Ahora que al fin se había dado cuenta... - Por eso, me traen nostalgia las noches de Hallowen. Aunque fue el jueves... Ya sabes, con las clases y las tareas... Pero ahora que tengo un momento para pensarlo... -

Un par de mariposas blancas, nocturnas, pasaron volando y jugueteando cerca de ellos.

Harry... De verdad lo lamento... Si yo pudiera... -

Shh.- la calló el chico, poniéndole un dedo en los labios.- Esta noche siempre es triste para mí. Pero a partir de ahora tendrá una tristeza dulce ¿Sabes por qué?-

La pelirroja negó con la cabeza.

Porque... Finalmente admití lo que sé desde segundo año.- Miro fijamente los castaños ojos de la chica.

¿Qué es lo que sabes?- le pregunto Ginny, con la incredulidad grabada en los ojos.

Que... Tú me g... No, gustarme no es el término... -

La pelirroja se levanto de pronto. Se giro y se apresuro a caminar, para evitar que la vieran llorar.

Espera no te vayas... -

¿Sabes por qué corte con todos mis novios?- exclamo Ginny, dejando que las lágrimas corrieran libres.- ¡Por qué no los quería! ¿Entiendes?-

Yo... -

¡Y ellos no eran estúpidos! ¡Se daban cuenta!-

Mira... -

¡Y todo esto es por tu culpa, Potter! ¡Por qué tu aún me gustas! ¡Yo...!-

¡ Escucha Ginny! ¡Yo te quiero, me gustas!- casi grito el morocho.

Inmediatamente la discusión ceso.

Ginny ostentaba una expresión de ingenuidad máxima. El ojiverde rogó que la discusión no hubiera llegado a la casa.

Lo siento.- balbuceo el joven Potter.- Olvídalo. Yo creí que tú no me... Es que es todo tan difícil... - Se desplomo abatido sobre el banco.

No... - Ginny se sentó junto a él, su mano se deslizo delicadamente y se puso sobre la de Harry, él la estrecho con fuerza. - No importa que tan difícil sea... Siempre valdrá la pena mientras creas en eso... -

No lo entiendes, Ginny.- dijo con dolor Harry, levantando la mirada y mirándola a los ojos.- Hay tanto que tú no sabes... - Levanto una mano y le apartó el cabello, acariciándole la mejilla. - Será peor para ti... -

No importa que tan horrible sea, confía en mí.-

Pero en ese momento Harry la calló (Entiendasé, la beso.)

El momento fue breve para ambos.

No me preguntes, Ginny.- susurró Harry.- Por favor.-

Esta bien.- asintió finalmente la chica.- Vamos. Ya deben estar sirviendo el postre y Ron... -

Sobre eso... - acotó Harry.- No le digamos nada por ahora. Con todo lo de Hermione esta muy susceptible últimamente.-

La menor de los Weasley sonrió, lo beso levemente una vez más y encaminó los pasos a la casa.

CONTINUARÁ...

Bueno, no sé si hay muchos adeptos a la pareja H/G por acá, pero a mí me gusta. [No tanto como RW/HG]

Igual en algunas partes me dio a [Mi misma, la que escribe.] Ganas de vomitar de empalagoso.

Muchas gracias por su atención, y haberse tragado semejante capítulo. [Se me alargo, ocho hojas de Word.]

Respondiendo Rewiens!!

Lil Granger: Muchas gracias por decir que esta interesante. Yo no le tendría lástima a Snape, personalmente creo que Veritaserum debería ser ilegal. ¡Muchas gracias por el comentario!

Marta_ Weasley: Que bien que te guste lo que escribo. [Un verdadero milagro U-U] Bueno, justamente el efecto es que sea desconcertante. Yo también pienso que deberían darse cuenta de todo y estar juntos, pero así van las cosas. Por ahora ^O^. ¡Muchas gracias por el Rewiens!

Jessy Weasley: ¡Muchas gracias por decir que mi fic esta genial! *_* Pues te diré que si tiene algo que ver eso de "Protectus... " Espero no haberte hecho esperar mucho.

Ayu Weasley: ¡Gracias por decir que mi fiction esta muy bueno! La de verdad que de no haber sido por ti hubiera dividido este capítulo en dos. Trato de cumplir [Dentro de lo posible y que este en los planes.] Espero haberlo subido pronto para ti.

Kiomi: Como ves los seguí bastante rápido (aunque no digo nada de ese bendito collar) Y mira, que más quisieramos tú y yo que Ron fuera nuestro alguna vez, pero Rowling no esta regalado nada ;_; (Pero la posiblidad de soñar no sé le quita a nadie.)

Eso es todo por.

¡Tres por el precio de uno: Haga su buena acción del día, siéntase bien consigo mismo y alégreme el día a mí a solo un Rewiens por persona!

¡Hasta la próxima!