¡Hola!

Esto es el capítulo n° 12 de mi primer fic de Harry. [Si así de pesado y largo es el primero, imaginen los otros...]

Acá esta la reclamada charla RW/HG, aunque no sé puede decir "¡Qué bestia, que linda y definitoria charla!"

Aunque usted no lo crea, hay una mínima posibilidad de que el capítulo le guste, así que eso espero.

El regalo

Hospital San Mungo de heridas y enfermedades mágicas

Cuídate, cariño.- le sonrió afectuosamente su madre, luego de abrazarla.

Sí. Despídeme de papá. ¿De acuerdo?- suplico en voz baja Hermione.

Su madre asintió. La castaña tomó su baúl, guardo sus llaves y se puso el abrigo. (Esa vez dejaba a Crookshands en su casa)

Avanzó hasta el borde de la acera y saco su varita.

De la nada apareció un autobús de tres pisos, barrió con sus potentes faros las tenues sombras del atardecer y se detuvo, chirriando.

Stan bajo de un salto, le sonrió a Carol y ayudo a Hermione con el equipaje.

A San Mungo.- indico la chica, antes de que Stan le diera un boleto equivocado.

Claro.- el muchacho se golpeo la frente.- Supongo que no querrás ir a Hogwarts... -

¿Por qué no querría?- pregunto sorprendida Hermione. Pero en ese momento Ernie doblo una curva muy pronunciada a toda velocidad y ella cayo sobre una bruja de aspecto serio y molesto.

Perdón.- dijo a media voz, antes de levantarse y buscar un asiento lo más lejos posible.

Una puerta chirrió y un hombrecito de aspecto retorcido entró en la habitación, siendo seguido por un hombre alto y extremadamente pálido.

Señor... - balbuceó el primero.

¡Malfoy!- gruño la voz fría y peligrosa de quién miraba por la ventana.

Señor, yo puedo asegurarle que... -

¡Callaté, burda copia de rata!- exclamo Voldermot, con su paciencia agotada. - Quiero una explicación. La mejor y más satisfactoria del mundo. O lo lamentarán. -

Logramos burlar las defensas de D... de Hogwarts, Señor.- se apresuro a corregir el mortífago.- McNair y Dolohov estuvieron a punto de atrapar a Vir... -

¡Por favor, Lucius!- exclamo él, totalmente enfadado.- ¡No es posible que una niña de 15 años haya superado a dos magos plenamente calificados!- gritó.

Pero, Señor.- se apresuró a proseguir el hombre.- Ese niña realizo un Patronus corpóreo. Y Dolohov la tenía acorralada.-

¿Me dirán que una niña, por más buena que sea, venció a Dolohov?-

Desde luego que no, Señor.- hablo por primera vez el tipo de aspecto retorcido. - Él intervino.-

¡Harry Potter! ¡Maldita sea él y la sangre que lo engendró!-

Harry despertó con la cicatriz doliéndole de forma estremecedora. Sintiendo odia contra sí mismo.

Poco a poco la vista se le aclaro y distinguió donde estaba. Era una habitación bastante amplia, en San Mungo. Un poco menos de la mitad final de la habitación estaba separado por una cortina. Él sabía que allí detrás había un par de camas gemelas. (En una había "dormido" unas pocas horas la madrugada anterior). La claridad de las últimas luces del lunes le mostraron a Ginny Weasley, pálida y acostada en la vieja cama. Con los ojos un poco entrecerrados, vuelta hacia el techo.

Alejado de la zona donde la luz tenía influencia, arrellanado en un sillón de dos cuerpos, Ron miraba perdidamente el aire, con la barbilla descansando en una de sus manos.

¿Qué hora crees que sea?- pregunto su amigo, para sacarlo del ensimismamiento, levantandosé de su actual asiento y yendo a sentarse en el otro extremo del sillón.- ¿Cuándo volveremos a Hogwarts?-

Ron cerro los ojos, negando lentamente con la cabeza.

La verdad era que él se preguntaba lo mismo.

En la madrugada habían llegado a San Mungo, acompañados de Hagrid y Dumbledore. El director había ido a llenar algunos papeles y el semi gigante le prometió a Ron avisarle a su madre de la situación. (Aunque seguramente ya estaba enterada de todo, siendo de la Orden.) Los chicos no volvieron a ver a nadie del colegio. Sin embargo los colocaron en esa habitación e incluso les dieron algo de almuerzo. Habían pasado todo un lento y tedioso día, sin noticias de los otros Weasley o de la situación en el mundo fuera del hospital.

Y sin noticias de Hermione. ¿Se abría enterado del ataque? ¿Estaría en camino a Hogwarts en ese momento? ¿Se habría presentado alguien de Grimauld Place?

¿Qué iba a ser de ellos? ¿Los habían olvidado? Ellos también tenían temores y dudas. ¿Nadie se iba a presentar a decirles unas palabras para tranquilizarlos, o algo? Tanto silencio lo ponía nervioso. Muy nervioso.

Te ves cansado.- notó Harry.- Intenta dormir algo.-

El pelirrojo asintió y los párpados se le cerraron lentamente.

¿Cuánta gente podía haber en aquel hospital?

Todo eso la ponía nerviosa. El ajetreo y la demasiada gente. Pero más le asustaba el silencio y la quietud.

Estaba sentada en la sala de espera, con su baúl bajo el asiento. Los nervios le hacían doler el estómago. Entre sus tobillos apretaba su bolso de mano y retorcía un pañuelo entre sus dedos, enroscando y desenroscándolo.

¡Ay, Dios! ¡Dios! ¿Por qué tenía que ser ella la que estuviera en esa situación? Ya bastantes cosas le habían pasado en los últimos tiempos.

El reloj de la sala, los cuchicheos de los otros pacientes; los gritos y juegos de un par de niños pequeños que estaba esperando también. Los llantos y quejas de otro a quién un medimago infantil debía de estar atendiendo.

¿¿Por qué no sé callaban?? ¡La alteraban! ¡Alteraban sus nervios!

¿Por qué no le había pedido a él que la acompañara? No quería estar sola cuando recibiera la noticia. Necesitaría a alguien en quién apoyarse en caso de que... Lo hubiera llamado, le hubiera pedido su compañía. Jamás pensó estar en esa situación. Y de haber sido así no hubiera decidido la soledad. ¿¿Pero en qué demonios pensaba?? Ya bastante trabajo tenía él en el Ministerio desde el momento en que se había aceptado el retorno de Voldermot. No podía además cargarlo con sus tonterías. Si es que era realmente era una tontería...

Rápidamente cambió de opinión. No quería soledad, no quería silencio. Deseaba que algún otro se le acercaran y entablaran una conversación. Que alguien hiciera un chiste, algo.

Pero que decía, si la mayoría estaba levemente menos asustados que ella.

Señorita Granger.- dijo una mujer desde un largo mostrador. - Aquí tiene el resultado de su estudio.-

Hermione avanzo temblorosamente, arrastrando el baúl y con la cartera colgada de un hombro. Tomo el sobre color madera que llevaba el sello en lacre con el escudo de San Mungo y se quedo allí parada, mirando al sobre y luego alrededor, con aire confuso y temeroso.

Sí.- dijo una enfermera, cerca de ella.- En la habitación 128. Son tres chicos, dos pelirrojos y uno con gafas.-

¿Y son de Hogwarts?- pregunto con interés la otra.

Sí, la chica resulto herida en el ataque, ya sabes. El señor Dumbledore pidió que les dieramos alojamiento a los otros dos, pero solo por pocos días.-

Hermione no espero a oír más, empujo su baúl atraves del pasillo y subió la escalera.

El chirrido de la puerta saco a Ron de su incipiente sueño. Su hermana miraba por la ventana, hacia el Londres Muggle.

¡Sabía que eran ustedes! ¿Quién más logra meterse en estas situaciones?-

El pelirrojo levanto la vista y reconoció el cabello rizado y castaño de su amiga.

Harry.- llamo el chico, dándole un codazo a al moreno, quién gruño entre sueños y se giro.

¿Qué les paso?- pregunto Hermione, mirándolos fijamente a los dos.- ¡Lucen terrible!-

El ojiverde termino de reconocer la voz y se levanto de un salto.

¡Hermione!- exclamaron los dos en coro, al tiempo que la abrazaban.

Bueno, pero si parece que no me hubieran visto en años. Solo estuve fuera dos días.- contestó sonrojada, pero feliz de que la hubieran echado en falta.

Ron no dijo nada, la abrazo con fuerza y la estrujo. Como si ese acto hubiera podido calmar toda su angustia. Había tenido tanto miedo de que algo le fuera a suceder, de que en su ignorancia hubiera ido directamente a Hogwarts, sin saber nada de lo que había pasado. No la dejaría irse de su vigilancia nunca más.

Eh... Ron.- intervino Ginny.- Si sueltas a Hermione, quizás pueda saludarla y le contemos que ocurrió.-

Ah, sí. Claro.- Ron se sonrojo y tosió levemente. La otra sonrió y se sentó en la cama de la pelirroja, le sonrió afectuosamente y pregunto.

¿Y qué paso? Oí algo sobre un ataque o una cosa parecida... ¿Están todos bien? Es decir, aparte de Ginny.- se corrigió.

Si, nosotros estamos bien. Ella solo tiene el tobillo roto. Sí, el mismo del año pasado y el brazo derecho inutilizado.-

Menos mal que era solo.- se enojo la Weasley, frunciendo el entrecejo y mirando al chico de lentes.

Él le sonrió con culpabilidad y agregó.

Entonces Dumbledore hizo evacuar el colegio con trasladores y nos trajo a San Mungo.-

En ese momento la puerta se volvió a abrir y entro una bruja de cabello negro trenzado, y un portapapeles en una mano y una pluma en la otra.

¿Virginia Weasley?- preguntó, mirando a los chicos.

Sí, soy yo.-

Revisión de las ocho de la noche.- informo tranquilamente la mujer.- Les pediría a los chicos que salieran. Tu puedes quedarte, querida.- dijo a Hermione.

Confío en que estará bien.- respondió la castaña, poniendosé de pie.

Serán solo 15 minutos.- aseguro la mujer.

Los tres amigos asintieron y salieron al pasillo.

Eh, bueno.- Harry sintió la incómoda situación.- Iré a la cafetería, no sé ustedes, pero yo tengo hambre.-

La verdad, yo también.- las orejas de Ron se encendieron.

Esta bien, te traeré un café con leche y algo para masticar ¿De acuerdo? ¿Quieres algo Hermione?-

De acuerdo, tráeme un jugo y mientras lo tomo me contarán exactamente lo que paso.-

Harry giro a la derecha y desapareció de sus vistas.

Ron y Hermione se sentaron en un banco de madera, sin saber demasiado bien que decirse.

Yo... disculpa si te incomode con lo del abrazo.- dijo vacilante el pelirrojo.- Es decir, bueno... Yo... Tu... y la Navidad pasada... -

Sobre eso.- Hermione adopto el tono de quién comenta una anécdota graciosa.- Sé que después de que lo dije todo cambio. Pero no me gusta Ron.- ella sonrió y prosiguió.- No sé lo que opines tú. Pero me has estado haciendo mucha falta... como mi mejor amigo.-

Ron levantó las cejas, sorprendido.

Si, sé que te dije que te quería como a un chico. Pero créeme que te he echado en falta.-

¿Echarme en falta? Pero si nos pasamos todo el día peleando.- dijo sin entender el muchacho.

No me dirás que no es divertido.- se quejo la castaña, agarrándolo del brazo.- Además soy tu única amiga mujer. ¿A quién le vas a pedir consejo para ganarte a la chica que te guste? No te ofendas, pero los necesitas, y mucho. Y no te imagino preguntándole a Ginny.-

Ron asintió con la cabeza. Jamás le pediría consejos a su hermana. Pero mucho menos a ella. Pero eso Hermione nunca lo sabría.

¿Y cómo supiste que estabamos aquí? Tú no sabías del ataque a Hogwarts.- Ron la miro de manera suspicaz.- ¿Tú no viste a San Mungo por nosotros, cierto?- De pronto se fijo en el sobre color avellana que la chica aún sostenía. -¿Qué tienes allí?-

Nada, Ron.- contestó ella, nerviosa.

¡Tiene el escudo de San Mungo! ¿Estás enferma? ¿Por eso viniste?-

¡Aquí estabas, Hermione Granger! ¡Eres la persona más inconsciente que conocí jamás!- exclamo a voz en cuello un muchacho de 22 años.

¡¡Elliot!!- exclamo Hermione, yendo a su encuentro y abrazándolo. - ¡Menos mal que viniste! Tengo tanto miedo de estar... -

Ejem, ejem.- tosió el de ojos azules.

Ah, sí. Elliot, te presento a Ron Weasley, mi mejor amigo. Ron, él es Elliot.-

Hola.- saludo un poco forzadamente.

Elliot tenía el cabello del mismo color que Hermione, pero suavemente ondulado. Era lo bastante alto y se veía que su trabajo era sumamente activo, formando una figura que inspiraba seguridad o temor (dependiendo de que lado se lo viera)

¿Así que tú eres Ron, eh?- los ojos verdes de Elliot escudriñaron en detalle al pelirrojo.

Sí.- contestó con algo de frialdad en su voz.

Juegas Quidditch para Gryffindor ¿Verdad?-

Soy el guardián del equipo.- acoto Ron. ¿Cuánto tiempo más podía retrasarse Harry?

Como si hubiera usado el hechizo Accio, su amigo apareció en ese momento.

Oh. Hola.- saludo Harry a la inesperada visita.

La puerta de la habitación se abrió y salió la medimaga.

Ya pueden pasar.-

Oyeron los tacones alejarse por la escalera y entraron.

¿Qué te dijo, Ginny?- preguntó su hermano, arreglándole las mantas.

Nada nuevo.- La chica reparo en la nueva persona.- ¡Hola! ¿Quién eres?-

Elliot. A puesto a que eres hermana de Ron ¿No? Eres muy bonita.-

Gracias.- se sonrojo Ginny.

Ron y Harry fruncieron el entrecejo.

Y por supuesto que se quién eres tú.- se volvió al moreno.- Tú eres el otro mejor amigo de Mione, Harry.-

¡Ah, sí! Claro, lo soy.- contestó, aliviado de que no mencionara el asunto de sus padres y todo eso.

¿Y cuidaron a Mione, verdad? No quiero acabar con ningún idiota de cuñado. Como ese tal Tato, o como se llame.-

¡Draco, Elliot!- le regaño la castaña.

¿De cuñado?- preguntó sorprendido Ron.

Sí, yo soy el hermano de Mione. ¿No les contaste jamás de mí?- frunció el entrecejo el chico.

Eh... en realidad... -

¡No!- contestó con énfasis el pelirrojo, que parecía muy aliviado.- ¡Nosotros pensamos que ella era hija única!-

No lo entenderías, Elliot.- se defendió la chica.- Además si soy hija única.-

Pero del matrimonio de Carol y papá.-

Sí. Y tú eres hijo de único del matrimonio de Silvia y papá.-

De todos modos jamás nos contastes nada.- argumento Harry.

Es que yo pense que Elliot era Muggle.-

Y estoy trabajando en el Ministerio desde antes de que ella entrará a Hogwarts... -

¡Pero yo no lo sabía! ¡Papá jamás me lo dijo!-

Vaya, la primer cosa que no sabes.- dijo encantado Ron.

¿Aún no te has podido quitar la costumbre de saberlo todo?- rió su hermano.

¡Yo no tengo la costumbre de saberlo todo!- se quejo la chica, en un descuido le quito un almohadón a Ginny y se lo arrojo a Elliot.

¡Eso fue a traición!- protestó el chico, sacándole la almohada a la cama de Harry y arrojándosela a su hermana, con tanta mala suerte que esta se agacha y golpeó de lleno a Harry.

CONTINUARÁ...

Bueno, aunque no era "¡Wuuaa, qué curiosidad!" Ahí tienen quién demonios se supone es Elliot. Ahora lo que (ni yo sé) es que se supone le paso al bendito regalo que da título a esto. [No se lo pienso cambiar.] Ni que hay de Ron y su decisión... en fin.

¡¡Respondiendo Reviews!! [Adoro esto, así que no dejen enviarme una lec... dijo uno.]

Vale: Bueno, al menos el capítulo te gusto. Yo también quisiera poner acción ¡Pero no puedo sacarla de la galera! [Lamentablemente.] Tratare de no hacer esperar demasiado... ¡Muchas gracias por el comentario!

Sedunae Hellgate: No sé si el resto del capítulo lo compensa. [En todo caso nada que ver entre los dos géneros.] Esta bueno eso de que te venga bien en fin de semana. [Yo lo hago por cábala.] Lamentablemente aquí tampoco aclaro gran cosa, tratare [No prometo nada.] De no llegar a los ciento y pico de capítulos antes de aclarar bien lo del collar. ¡Pero al menos si tuvieron unas palabritas R/H!

Climenestra: Que bueno que te haya gustado el capítulo. [Yo no le veo lo romántico al rescate, más bien me pareció oportuno u, pero soy la persona más colgada del universo!] Y continua con TU historia que no por nada dormi solo seis horas ese día!

Hermiginny: No importa que no me hayas enviado en el anterior, no sé los que leen, yo estoy más que feliz de que hayan terminado. Ya viste lo que pasa con Elliot. [Capaz pongo algo más, pero tengo la imaginación tan bien últimamente...] Ya ves que si paso algo [Al menos hablaron ¬¬u] entre Ron y Herm, así que te pones a escribir tú!

Ophelia Dakker: Menos mal que al fin si te diste cuenta y me dejaste Reviews. ¡Muchas gracias!

Ayu Weasley: Mal quizás si este, pero no te creas que no pense ese detalle de los mortífagos. (Por supuesto que antes de escribir el capítulo, después no tiene mucho sentido.) (Que digo, muchas de las cosas que hago o digo o ecribo no tienen sentido.) ¡Muchas gracias por el Reviews!

¡¡Hasta la próxima!!