¡Hola!

Este capítulo se me alargo bastante, así que serán muy cortas las notas de introducción.

[No se ilusionen, no hay mucho RW/HG.]

En este capítulo al fin se sabrá quien es la tipa de la pintura. Y porque esta allí.

¡Igual espero que les guste!

El regalo

Otra visita a la Sala

¿Qué hacías allí?- preguntó Ron, cuando su amigo llegó junto a él, luego de bajar el tramo de escaleras que lo separaba.

Nada.- Harry se encogió de hombros, empezando a encaminarse hacia la habitación que compartían.- Solo miraba. Me gustaría ver que consideraron digno de guardar los de la Orden... -

No sé.- opino el pelirrojo, quitandosé la camisa y poniendosé la parte de arriba del pijama.- Todo estaba tan polvoriento que dudo que los hayan tocado en años... - se quitó las medias y se metió en la cama.

Hum... Quizás tengas razón.- dudo el moreno, prendiendo la pequeña lampara que estaba en la mesa de noche entre ambas camas.

No dijo nada más mientras acababa de ponerse la ropa de dormir y apagaba las luces.

Aunque no había acabado de ver lo que había pedido, eso no era lo que inquietaba a Harry. Lo que realmente se preguntaba era porque Lupin jamás le había hablado de su madre, siendo tan buenos amigos como eran.

El sueño había empezado a ganarlo. Toda la información daba vueltas y más vueltas en su cabeza. En la duermevela penso que su padre era muy celoso. Hasta demasiado. ¡Por favor! Si se la pasaba presumiendo de que era bueno en el Quidditch y peleando con Lily.

Bueno, si no te gusta ya sabes cual es la solución, ¿No?- la voz de Hermione, furiosa, le llegó como desde la lejanía.- ¡La próxima que haya un baile pídeme antes que ningún otro que sea tu pareja, y no como último recurso!-

Ese grito le sacudió bruscamente de su duermevela.

¡Ron! ¡Ron!- llamo el ojiverde.

¿Qué quieres?- contestó su amigo, quién estaba volteado al techo, con las manos detrás de la nuca.

Nunca... me contaste como fue que se arreglaron con Hermione después del baile de cuarto.-

El Weasley no contestó inmediatamente. Pareció vacilar, entrecerrado sus ojos cristalinos.

Con ayuda.- contestó al fin.

¿Con ayuda?- repitió el joven Potter, incorporandosé sobre su codo y levantando las cejas.

Sí. Le escribí una carta.-

Harry ahogo una risita.

¿Qué?- preguntó molesto el otro.- Tú preguntaste.-

El chico, asintió, aún divertido y se tendió, girandosé al lado contrario, dispuesto a dormir.

¿Qué hora es?- preguntó Hermione, levantando la vista del libro de texto y mirando a su hermano y a Ginny.

Las once.- contestó la pelirroja.

Bueno, es tarde. Me voy a dormir ya.- comentó la castaña.

Hermione, espera.- la retuvo el otro.

Sí. Creo que yo también.- agregó Ginny.- Buenas noches.-

Elliot espero a oír los pasos alejarse por la escalera.

¿Y?- se apresuró a preguntar.

¿Y? ¿Qué?-

Ya sabes, de lo que me contaste cuando el desfile... - señalo el chico.

Ya viste el examen de San Mungo, Elliot. Te recuerdo que la carrerra de medimago exige unos cuantos años de estudios terciarios. Ellos no son ningunos ignorantes... -

No te creo, Mione. Cada día se te nota más... -

¿Qué es lo que cada día se me nota más?- lo cortó muy airada Hermione, poniendosé de pie y mirándolo de manera fulminante.

De acuerdo no tienes nada. ¿Y por qué Ginny me dijo que te oye llorar frecuentemente en las noches?-

Yo no... ¡Ginevra! ¡Weasley, tenía que ser! ¡La voy a matar!- exclamo la joven, subiendo rápidamente la escalera y desapareciendo de la vista.

Ron continuo dando vueltas. Los gritos de Hermione amenazando a su hermana lo habían sobresaltado por un momento. Pero luego la tranquilidad del N°12 había vuelto a imperar.

Esa maldita habitación.

Había algo que le atraía de ella. Algo oculto y poderoso. Que hacía que su mente volviera a ella y a la bendita pintura.

Una chica hermosa, de estatura mediana, cabello castaño liso y túnica azul.

Esa descripción le recordaba algo.

Se levanto sin hacer ruido y se visito rápidamente. Se dirigió hacia la puerta y la abrió, produciendo un ligero zumbido. Agradeció que los únicos que durmieran ese piso fueran ellos y Percy. (Harry tenía el sueño muy profundo y Percy no se atrevería a asomar su nariz.) Subió las escaleras despacio y se paro en el pasillo.

Parecía que sus padres aún no estaban en su dormitorio y que las chicas dormían. Abrió la puerta del antiguo vestidor y entro.

Necesito luz.- ya había aprendido de memoria esa formula.

Y esta vez sí. Exactamente la misma habitación que la primera vez. Y otra vez el cuadro casi a tamaño natural. Se acerco y reparo en dos cosas.

La primera, que el retrato tenía una pequeña chapa dorada debajo, grabada.

La segunda, que era Hermione.

Ron se restregó los ojos.

Hermione en el baile de Navidad de cuarto año.

¿Qué demonios hacia un retrato de Hermione en la casa de los Black? ¿En un antiguo vestidor?

Se agacho y entorno los ojos, tratando de leer.

"¿Estas intrigado? ¿Quieres saber que paso ese día en verdad?

Ante todo, te avisamos que no siempre puedes volver en el tiempo.

No cambies nada. No sabes que puede pasar.

Cuando quieras volver tienes que dar tres vueltas contra las agujas del reloj y decir 'regress'"

- ¿Regress?- repitió en voz alta Ron, acariciando la tela.

Maldito Weasley.

¡La había llamado 'sabelotodo insoportable'! ¿Y qué si era así? Que él fuera un idiota cabezota que no se preocupará por su futuro ni por sus obligaciones no quería decir que todo el mundo lo fuera. Además... Además él la había desafiado. ¿Qué clase de persona se deja llevar por delante?

¡Cómo puede ser que haya gente tan insensible! ¿Es qué era tan poca cosa que no sé merecía un poco de respeto? ¿Es qué era una insensible máquina de estudiar y nada más? ¡Dios, se estaba comportando como una idiota! ¡Debía salir de ese baño e ir a hablar con la Prof. McGonagall!

¡Por Dios, no!

Te estas comportando como Jane, Mione.- le dijo una voz dentro de su cabeza.- ¿Recuerdas lo que me prometiste, lo que te prometiste?-

Si lo recuerdo, te prometí que no sería Jane otra vez. Esta vez seré Hermione. Y Ron no va a ser otro John Thompson. Te lo prometo, Elliot.- dijo en voz alta la castaña, secandosé las lágrimas.

¿John, Elliot?- preguntó Parvati, abriendo la cabina.- Así qué tienes un par de amiguitos escondidos por ahí, ¿Eh?- le guiño un ojo la chica.

Desaparece, Parvati.- le espetó la chica.

Yo solo... -

¡Quiero estar sola! ¡Vete!-

La chica soltó la puerta, bufo con indignación y se marcho.

Hermione continuó llorando por mucho tiempo. (Eso le recordaba a Myrtle, un fantasma que había conocido hacia unos días, el cual se la pasaba llorando trágicamente.) Oyó un clik pero no le dio importancia. El llanto fue aminorando hasta desaparecer.

¡Esto no puede ser, Hermione!- se reprochó la chica, levantandosé del inodoro.- Ahora vas a salir de aquí y le vas a decir sus cuatro cosas a... -

Pero su declaración de principios fue interrumpida por un grito histérico. Un enorme y asqueroso troll se había materializado en el baño de las chicas.

¡Dístraelo!- exclamaba un Harry de solo 11 años, mientras trataba de convencer a Hermione (y a sus músculos) de moverse y escapar.

Pero ella no podía. En parte por su terror y además por el asombro. Allí estaba Ronald Weasley, arriesgando su pellejo por ella. No la odiaba, entonces, nadie que la odiaría se pondría en aquella situación por ella.

¡Eh, cerebro de guisante!- aúllo el pelirrojo, llamando la atención del troll, el moustro se volvió a él y entrecerró los ojitos amenazadoramente.

Hermione poco a poco comenzaba a recuperar su movilidad. El chico estaba acorralado, sino hacía algo pronto el troll lo acabaría.

Entonces fue cuando Harry le clavo su varilla en la nariz.

Y también fue cuando oyó lo más increíble que había oído de Ron. [Hasta el momento]

¡Wingardium Leviosa!-

Ya casi estamos... Déjenme pensar, déjenme pensar.-

La reina blanca volvió su cabeza sin rostro hacia Ron.

Si... es la única forma... Tengo que dejar que me tomen... -

¡No!-

¿Quieres detener a Snape, o no?-

Ese golpe le dolió a ella. Ya había perdido la cabeza con el Lazo del Diablo. Si Harry no hubiera interpuesto firmemente el brazo, ella hubiera corrido hacia Ron, olvidada completamente de cualquier otro cosa.

Harry se movió tres casilleros en diagonal y el rey blanco le arrojo su corona, abriéndoles el paso.

Hermione hubiera querido detenerse a ver al pelirrojo, pero la mirada desesperada de Harry la hizo cambiar de opinión. Pasaron de largo junto al chico.

¿Crees que este...?- dijo ella con un hilo de voz.

Estará bien.-

Estaba deseando con toda su alma que eso fuera cierto. En pocos meses había llegado a querer muchisimo a Ron. No podía, no quería pensar que él estuviera muerto.

Lo siento.- se disculpo Hermione, al chocar contra alguien, cuando salía de la biblioteca.- ¿Tú eres Penelope Clearwater, cierto?- pregunto al reconocer a la prefecta.- ¿Tienes un espejo?-

Mientras la muchacha revolvía en su bolso, Hermione trato de no mostrar demasiado nerviosismo ni temor. Estrujo con fuerza la hoja del libro. (Que acababa de arrancar, con grandes remordimientos de conciencia)

Aquí está.- anunció la joven, sacando un objeto redondo.

Hermione se acercó cautelosamente a la esquina del pasillo y miro a través del espejo.

¡¡No!!- grito.

Sintió el sudor frío sobre su frente y su rostro empapado en llanto. Medio sentada sobre la cama, tardo un segundo en darse cuenta que ya había despertado.

¿Qué pasa, Hermione?- pregunto somnolienta Ginny, incorporandosé también.

Na... Nada. Vuélvete a dormir.-

Pero... Te oí gritar... - insistió la pelirroja.

Fue solo un calambre.- mintió la castaña, levantandosé y calzándose las pantuflas.- Iré a buscar un poco de agua. Todavía debe haber alguien levantando.- comentó, anudandosé la bata.

Ginny murmuro algo ininteligible, se volteo y continuo durmiendo.

Argh. Se sentía como aquella vez que había conocido el mar. Una ola lo había atrapado y lo había hecho dar vueltas y más vueltas hasta devolverlo a la playa. (De hecho, el no ahogarse en esa ocasión fue su primer muestra de magia.) Se sentía muy mareado y como si no hubiera respirado de verdad en mucho tiempo.

Lentamente abrió los ojos.

Estaba tendido en la fría y húmeda hierba. Se incorporo con dificultad. Su camisa se engancho en un rosal y el pego un tirón, maldiciendo el ausente suéter, ya que el frío lo estaba carcomiendo.

Una lucecita rojiza salió del rosal y le zumbo rápida, fuerte y furiosamente. Antes de irse a reunir en un enjambre multicolor.

¿Rosales? ¿Lucecitas multicolores?

Luces de colores.

¿Quieres saber que paso realmente ese día?

Rogando para que no fuera lo que pensaba, el Weasley se acerco a la ventana más próxima.

¿Vicktor? ¿Todavía no te ha pedido que lo llames 'Vicky'?- Ron escucho su propia voz furiosa.

Se pego contra la maciza pared y se escondió bajo el nivel de la ventana.

¿Qué te pasa?- la voz de Hermione sonaba sorprendida.

Si no lo sabes, no te lo voy a explicar.-

El corazón le dio un vuelco a Ron. ¡Dios! ¿Tan obvio era? Era el ataque de celos más grande que le había dado (hasta el momento del baile) [Y no del Baile, aclaro.] ¿Realmente Hermione no entendía la situación? ¿Hermione Granger, la primera de la clase? Sí, claro. Y él era Krum.

Realmente estaba muy enfadado en ese momento como para no pensar en ese detalle.

Si, así fue.- la voz de la chica sonaba más airada, cuando Ron volvió a escuchar.- ¿Y qué?-

¿Qué paso? ¿Intentaste afiliarlo a la PEDDO?-

Allí estaba otra vez. Hiriendo, atacándola para ocultar su frustración y su dolor. ¿Cómo había ido con Krum, un perfecto desconocido, en vez de con él, su mejor amigo?

¡...Pero que no había conseguido armarse del valor suficiente!- le grito Hermione.

Pero al menos Krum lo había logrado. Él si había tenido valor de hablar con ella. Él si había tenido valor de pedirle lo acampañara al baile.

¿Dónde está Herr... mío... ne?- escucho al otro lado de la pared.

En ese momento no sentía odio contra el dueño de aquella voz. (El odio que le tenía a Malfoy había crecido al límite de borrar cualquier otro enemigo, o casi.) Pero sabía muy bien que su yo del pasado estaba ardiendo en ganas de librar a Krum de la pesada tarea de respirar.

Ni idea. ¿Se te perdió?-

Efectivamente, su propia voz sonaba rencorosa y molesta.

Un rato después oyó la voz de Percy y sus propias excusas para escapar de la situación.

Ron miro alrededor y se dio cuenta que estaba peligrosamente cerca de la entrada principal del castillo. Se dio vuelta y corrió varios metros, con tanta mala suerte que se enredo en un arbusto y cayo al suelo. Haciendo que una docena de haditas de levantaran en furioso enjambre y le entorpeciera la visión.

¿Qué hace allí tirando, Weasley?- pregunto una voz amable, pero chillona.

Ron parpadeo, mirando asombrado al diminuto profesor Flitwick. ¿Podía verlo? ¿Él era visible?

Estaba distraído y me caí.- contestó Ron, desenganchando la ropa.- No, no se moleste puedo solo.- se apresuro a rechazar la ayuda el chico, poniendosé de pie.

Entonces tenga cuidado la próxima vez.- le aconsejo suavemente el hombre, dirigiendosé al castillo.

Ron se dio cuenta que a menos que interrumpiera el idilio de algunos alumnos de por allí no tenía donde esconderse, así que bordeo el bosque prohibido y entró en la cabaña de Hagrid.

Le acarició las orejas a Fang, haciéndolo callar, y miro por la ventana.

Por detrás de dos enormes siluetas negras se veía el albo resplandor de la estatua de un reno. Ron tuvo el impulso de correr hacia allí y atrapar a Rita Skeeter, convertida en escarabajo. Pero no podía o Hagrid lo vería. Lo vería cuando hablaba de...

Efectivamente en ese momento una de las enormes figuras se levanto, y movió los brazos furiosamente, luego se encamino hacia el castillo.

El otro permaneció un momento más sentado y luego se encamino a la cabaña.

Ron se sobresalto y se paro. Fang lo siguió, pero el pelirrojo lo detuvo. El muchacho salió por la puerta del huerto de las calabazas y se metió tras la primer fila de árboles del Bosque.

Se movió por el borde, rodeando los invernaderos. Pensó en los vestuarios de Quidditch (el frío era bastante) pero luego recordó que estaban cerrados.

Aún faltaban dos horas para que terminará el baile.

¿Qué podría hacer allí? Decididamente volvería a Grimauld Place. Como experiencia había sido bueno ver toda la situación desde afuera.

Hora de volver.

Busco un lugar solitario y empezó a dar vueltas.

Una.

Dos.

Tres.

¡Regress!-

[Mientras tanto.]

Hermione subió las escaleras de vuelta a su habitación. Solo estaban Lupin y Percy en la cocina, así que no se había detenido a hablar. Había llenado su vaso de agua y decidido volver a (tratar de) dormir.

Llegó al pasillo de las habitaciones y reparo en algo. Una franja de luz se proyectaba desde la puerta que estaba junto a su habitación, hendiendo las sombras.

¿Ron? ¿Otra vez?- se pregunto. Giro el pomo de la puerta y entro.

Parecía una habitación llena de cachivaches. Polvorientos y viejos. Se pregunto mentalmente si alguien habría metido mano en ellos en los últimos 15 años. Había algo que le llamaba poderosamente la atención.

Parecía un frasco de dulce especialmente grande, lleno hasta el rebalse de llamas azuladas. Imágenes de humo y sombra se formaban en el fondo. Las volutas grises atraían más y más su vista, casi aprisionando su voluntad.

Una y otra vez las pardas figuras representaban un drama, exclusivamente para ella. Las veían tomar forma, moverse, interactuar entre ellas y caer fulminadas. Para luego recomenzar el ciclo.

Ya estaba olvidando completamente la noción del tiempo, cada vez más hipnotizada.

Nada.

Ron ya había intentado siete veces volver a Grimauld Place. Sin siquiera sentir una corriente de aire, permanecía escondido en uno de los armarios de escobas de la planta baja.

Paso bastante tiempo allí. Hasta que oyó los rumores de fin de fiesta. Entonces quiso salir del armario.

Inmediatamente se dio cuenta que se había metido en el armario evanescente.

Sintió como si hubiera explotado algo en su interior y hubiera sido envasado en un aerosol Muggle, y luego fuera pulverizado de nuevo en el aire.

Apareció detrás de la estatua de Widulfreda, la alquimista. (Toda una adelantada para su tiempo, había dicho una vez Hermione.)

Y hablando de Roma... Al otro lado de la estatua estaban precisamente, Hermione y Krum, despidiendosé. El pelirrojo asomo un poco más la cabeza y la escondió rápidamente, al ver que su otro yo se había fijado por un momento en él.

Muchas gracias por invitarme Vicktor.- oyó la suave voz de Hermione.- La pase muy bien, de verdad.-

Ron reconoció una pequeña vibración de mentira en la voz de su amiga. ¡Claro que no la había pasado bien! ¡El y su tonta discusión le habían arruinado la noche!

Que bien, Herr... mío... ne.- pronunció con dificultad Vicktor.- Por qué tú de verdad me agradas y yo quería... -

Pero en ese momento una estudiante de sexto lo empujo sin querer e interrumpió.

Lo siento.- contestó sin fijarse demasiado ella, que iba siguiendo a una amiga suya, la cual había pasado hacia un rato llorando junto a ellos.

No hay problema.- murmuró Hermione.- Bueno, hasta mañana. Gracias de nuevo Vicktor.- agregó Hermione, sonriendo y girandosé para subir por la escalera. Teniendo mucho cuidado de despreciar a Ron y pasando con brusquedad por el poco espacio que quedaba entre el chico y la baranda, cuando del lado de Harry estaba toda la escalera libre.

Ron permaneció un rato más escondido en el Gran Hall. (De hecho oyó la conversación entre Cedric y su amigo) No podía llegar a la Sala Común en medio de su discusión con Hermione. (De todos modos no quería hacerlo)

Luces de colores.- dijo un rato después, luego de haber recorrido pasillos desiertos.

La señora gorda, medio dormida, no se fijo quien le daba la contraseña. Le abrió paso y el chico entro.

Trato de aminorar su porte. (Lo que resulta difícil cuando mides 1.75 mts) Su yo del pasado y Harry le daban la espalda, mirando hacia el fuego.

Ron se arrastro contra la pared y apenas gano la escalera subió corriendo locamente al dormitorio de los de quinto.

¿Qué pasa?- pregunto Harry.

Nada. Debe de haber sido George.- murmuró Ron, mirando aún hacia la escalera.

El Ron de 16 años entro presuroso al dormitorio comunitario y cerro la puerta con fuerza.

Se encerraría en su cama, correría el dosel e intentaría volver a su presente.

¿Ya te vienes a dormir?- la somnolienta voz de Neville lo saco de sus pensamientos.

Ehh... Sí. Estoy muy cansado. Una noche complicada, ya sabes.- contestó el pelirrojo, vacilando.

Neville afirmo con la cabeza.

Lamento lo de Hermione ¿Sabes?-

Yo también.- susurró el muchacho, dirigiendosé hacia su cama y metiéndose en ella.

[Sala de las Memorias.]

Hermione continuó mirando absorta el contenido de la vasija.

Le recordaba algo, aunque no sabía precisamente que.

Harry no le había hablado jamás del Espejo de Erised, así que no podía asociarlo con ello.

Pero sin embargo...

[Dormitorio del cuarto año.]

Ron se desplomo sobre el mullido colchón. Había intentado tres veces más volver. Y no lo lograba.

¿Ron?- preguntó sorprendido Neville, al ver al Ron de 14 años.

¿Quién más? Por si no lo recuerdas, este es mi dormitorio también.- el pelirrojo empezaba a enojarse con el chico también.

Sí, pero es que hace un momento... Olvídalo.- susurró el otro, antes de echarse hacia atrás y cubrirse con las mantas.

Pensativo como estaba, el muchacho no se oyó acercarse.

¿Quién eres?- pregunto Ron, reprimiendo una exclamación de sorpresa.

Su yo del futuro maldijo el haberse olvidado de utilizar un conjuro sellador.

Entonces recordó algo.

Su dosel no estaba sellado aquella noche.

Recordó otra cosa. Sabía exactamente lo que preguntaría a continuación.

¿Y bien?- replico impaciente el Weasley más joven, levantando impaciente una ceja. Ron recordaba perfectamente haber sentido curiosidad, pero no miedo.

Era una sensación muy extraña estar allí sentado, y estar allí parado, observandosé fijamente. Sabiendo exactamente lo que pensaba y sentía... por partida doble.

¿No me reconoces?- logro articular al fin.- Soy tu conciencia.-

La estúpida excusa no dejo de sorprenderlo, a pesar de ya haberla oído hacia ¿dos años? ¡Dios, solo alguien muy desesperado podía creerle eso!

¿Qué eres mi conciencia?- repitió el pelirrojo, bajando la voz.- ¡Deja de decir estupideces! Bueno..., en ese caso si podrías ser mi conciencia. A ver... ¿Por qué te ves más grande y maduro que yo, si eres mi conciencia?-

Buena pregunta.

Eh... Porque... La conciencia siempre es más sabia que uno, tiene más edad.- Ron contestó la primer estupidez que se le vino a la cabeza.- ¿Me vas a creer, ahora?- dijo, recuperando el aplomo.

Bueno, si eres mi conciencia, ¡Quiero que me digas porque demonios no estuviste esta noche para evitar que hiciera un papelón!- exclamo su otro yo, tirandosé, también, en la cama.

En primer lugar no puedo estar siempre contigo, ¡Debes hacer algo por ti mismo, Ronnie!- se reclamo a sí mismo.- Y en segundo lugar, si estaba e intente persudirte, pero tenías la cabeza demasiado llena de insultos, ejecuciones e infinidad de improperios a Vicky... digo Krum.- susurró.

¡Eso no es cierto!- se sonrojo el Ron del cuarto año.

¿Pretendes mentirme a mí?- el pelirrojo ahogo una risita.- ¡Por favor!-

El chico le devolvió una mirada asesina.

Estabas ce-lo-so.- silabeo Ron, divertido de ver su propia expresión.

¡Yo no estoy celoso!-

¿A no?- sonrió maliciosamente el Ron del futuro.- ¿Y qué si te digo entonces que Krum estuvo a punto de declarársele a Hermione? ¿Recuerdas que una chica paso llorando...?-

¿La que empujo a Vicky?- pregunto el otro perplejo.- ¿Fue entonces cuando...?- su expresión había cambiado de una obstinada a otra pálida y mortal.

No le dijo nada.- se tranquilizo el ojiazul.- Pero Krum piensa hacerlo. ¿Vas a dejar que se lleve a Hermione?-

No. No. Antes muerto.- Ron se había puesto de pie de un salto y daba vueltas como una fiera enjaulada.- Pero... Pero ella me odia. ¿Qué voy a hacer?- dijo con voz quebrada el chico tendiendosé en la cama, ocultando la cara en la almohada.

Ron se compadeció de sí mismo. Recordó como se había sentido aquella noche. Visto desde afuera incluso parecía más miserable y abatido. Entonces habló:

Tranquilízate. Ahora acuéstate y trata de dormir. Te prometo que para mañana todo estará solucionado.- dijo en voz alta.

¿Qué?-

Para mañana todo estará bien.- repitió en voz alta, para convencerse. De todos modos él sabía que todo estaría bien al día siguiente.- Ahora duerme.- se levanto de la cama y cerro el dosel.

Se quedo pensando un momento.

No podía ir a hablar con Hermione. En primer lugar, no podía subir a los dormitorios de las chicas. En segundo lugar notaría su cambio de estatura y de voz.

Una carta.

Tomo pergamino y pluma, bajaría a la Sala Común y la escribiría allí. No podía arriesgarse a despertar a alguien.

Busco una ventana lo suficientemente iluminada y se sentó a escribir debajo.

"Hermione:

De verdad lamento muchisimo lo del baile. Espero que puedas disculparme.

Si tengo que decirte la verdad, me molesto mucho verte con Vicktor. Eres mi mejor amiga y yo quiero que tengas lo mejor. Y dudo bastante que un Durmstrang sea lo mejor para ti, habiendo tantos chicos que hubieran ido con gusto al baile contigo, de Hogwarts.

Quiero que sepas que siempre estaré allí cuando me necesites.

Ron."

[Sala de la Memoria.]

¿Qué le recordaba?

El vaso se resbalo de su mano y se estrelló en piso, haciendo ruido y expandiendo el contenido por todos lados. Hermione se sobresalto, miro la hora y descubrió que eran las dos de la madrugada. Repentinamente le entro un sueño soporífico y salió de esa vieja habitación, dispuesta a dormir a cualquier precio.

[Sala Común, 1994.]

Era una suerte que su letra no hubiera cambiado en nada desde cuarto. Levanto la vista y enrolló el pergamino.

Entonces cayo en la cuenta de dos cosas.

La primera que aún no sabía como le iba a dar la carta a la chica esa misma noche.

Y la segunda (lo que anulaba totalmente a la primera) que la misma Hermione lo estaba mirando desde un sillón cercano.

Esto es para ti.- dijo rápidamente Ron, para que no se le notará el cambio de su voz. Le extendió el pergamino con una mano temblorosa y se puso de pie. (Un poco encorvado, para disimular los muchos centímetros de diferencia.)

La chica bajo los ojos castaños al papel y luego volvió a levantar la mirada, buscando a su amigo. Pero el chico había desaparecido.

Bien, ya lo cumplí ¿Me podré ir ahora?- dijo en voz alta, fastidiado el pelirrojo, parandosé el rellano de la escalera.

Una vuelta.

Dos.

Tres.

¡Regress!-

Ron sintió como si una ola gigantesca lo empujará y cayo de bruces el frío piso del antiguo vestidor de los Black.

Se levanto y vio algo que antes no. Una placa dorada en el reverso de la puerta decía:

"Sala de las Memorias Privadas"

Se dirigió a paso rápido hacia la salida. De alguna manera sentí algo inquietante en el ambiente.

Necesito ir a dormir.-

La puerta cedió.

CONTINUARÁ...

Bueno, ya ven que se supone era ese cuadro y que hacía en esa habitación. Aunque claro, todavía no sabemos. [No, yo tampoco.] Que demonios hace Percy allí. Para no hablar del bendito dije, que quedo casi en una dimensión paralela. En fin.

¡¡Respondiendo Reviews!! [¡Lo adoro!]

Vale: Bueno al menos te gusto el capítulo. Sé que quieres, y créeme que trato de agregar algo, pero si lo meto por la fuerza queda muy descolocado. ¿De veras tengo que contestarte eso? ¡Mi pareja favorita es RW/HG! Aunque también me gustan los HP/GW. ¡Muchas gracias por el Reviews!

Ophelia Dakker: Espero [Y estoy segura.] Que hayas acertado con lo de la pintura. Al fin y al cabo era bastante obvio [No tengo ideas muy brillantes.] ¡Gracias por decir que esta genial!

HermioneWP: [¡Otra de las pobres que se traga toda esta lata!] No sé si realmente lloraste con la carta de Sirius. De todos modos no era mi intención. A ver que opinas de este capítulo ¡Muchas gracias por el comentario!

Climenestra: Bueno, gracias por dejar Reviews a pesar de quedarte dormida sobre el teclado. Que bueno que te haya gustado lo del pasado de Harry. La verdad lo puse porque de estar en su lugar me gustaría encontrar algo que me explicará mi origen.

¡Hasta la próxima!