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Dedicado especialmente a mis estrellitas; Sheyla, Kanata, Meiko, Nad-chan y Yuzuki

¡Pst! Recuerden que Inu aún está como humano. (Peeero; Con sus ojitos dorados)

¿Una Broma? - Capítulo siete

Por Chiisana Minako.-

"Ahora sólo queda esperar a que las cosas acaben por sí solas" -Naraku fijó la vista en el espejo de Kanna, mirando de reojo a su recelosa hermana menor- ¿Tienes algo que decir, Kagura? -dijo con su típico tono irónico.

- No -la youkai del viento decidió que averiguaría por su cuenta, no necesitaba preguntarle nada al idiota de Naraku. Sólo esperaba que la mandara a vigilar o algo para poder largarse de ahí; cada vez le repugnaba más la presencia de su 'creador', sea como fuere. Suspiró con fastidio y salió de la habitación.

No le sorprendió que el lugar fuera un completo desastre. Lo que sí le llamó la atención fueron las marcas de sangre, con forma de pies, en el suelo. Como si alguien desangrándose hubiera corrido. Al cabo de unos momentos, Kagura abrió su abanico, y con la otra mano se quitó una de las plumas del cabello. Pronto salió del castillo, perdiéndose entre las nubes bajas.

- ¡Hay que ver como ustedes nunca pierden el tiempo! -rió Miroku, ya más relajado- los dejamos un momento solos y.. -negaba con la cabeza, con los ojos cerrados y sonriendo.

"Mejor ni imagino lo que está pensando" pensó Sango mirando al houshi con una gotita en la cabeza. ¿Es que sólo pensaba en esas cosas? Ya lo reprendería más tarde.

- He-hey tenemos que llevarnos a InuYasha donde Kaede-obaachan –se apresura Kagome a cambiar el tema, tenía las mejillas algo sonrojadas- aún no ha despertado, me preocupa..

Miroku miraba con cierta sospecha el aparentemente 'impasible y dormido' rostro del hanyou. Tenía ganas de divertirse un rato. Haría una pequeña prueba.

- Kagome-sama, hace poco vi a Kouga, preguntaba por usted, dijo que quería que lo fuera a ver pronto o él se la llevaría -dijo el monje con malicia, disimuladamente viendo como InuYasha fruncía el ceño, pero aún así no se movía- pero supongo que InuYasha, con lo celoso que es, no le dejará ir.. -fingía lamentarse pero estaba a punto de reírse al ver que ahora el hanyou se había sonrojado y seguía con el ceño fruncido. ¡Lo sabía! Estaba despierto, pero de veras al parecer que no podía moverse mucho. Interesante dato..

- Houshi-sama, lo mejor sería llevar a InuYasha a la aldea -recordó Sango, algo extrañada de los comentarios recién hechos por Miroku.

Entonces vi.. vi el destrozado cuerpo de lo que eran mis padres. ¡Por qué¡Qué habían hecho ellos? Me quedé de pie enfrente de sus cuerpos, eso lo recuerdo como si recién hubiera ocurrido. El nudo en mi garganta seguí ahí, y las lágrimas no tardarían en formarse, pero.. no quería creerlo, aunque lo tuviera ante mis ojos era.. era..

- .. te dije que no entraras -Oki se acercó muy cabizbajo, parecía como si le afectara lo mismo o más que a mí, quizá porque revivió además una escena del pasado.

- ¡Por qué¡Por qué, Oki¡Ellos no habían hecho nada malo¡NO es justo! -grité frustrada apretando los puños, de espaldas a mi amigo kitsune.

Sólo el ruido del viento que provenía de afuera se percibió en el ambiente.

- ¿Oki? -me atreví a preguntar.

En el momento en que volteé hacia él, fue cuando una repentina lágrima rodó por mi mejilla, cayendo al suelo y mezclándose con la sangre. ¿Por qué? Jamás supe por qué no escuché, pero.. él tenía atravesada una hoz en el pecho, y frente a él su agresor, que tenía la hoz atada por una cadena, pronto tiró de ella y Oki cayó al suelo.

- ¡OKI! -corrí hacia él, me agaché a su lado, justo para ver como ahora la hoz se dirigía hacia mí, y estaba demasiado cercana como para esquivarla. Cerré los ojos con miedo, esperando a por el golpe letal.

.. pero el golpe jamás llegó. Oki, ensangrentado completamente, antepuso su brazo en el camino de la hoz, la que le desgarró la carne. Susurró débilmente palabras, que jamás podré olvidar..

- Miku.. Miku-chan.. -sus ojos se llenaron de lágrimas- yo siempre.. quise estar contigo.. y siem.. pre lo haré.. estaré siempre a tu lado.. -alcanzó a derramar tres cristalinas lágrimas, que cayeron junto con su cuerpo en el charco de sangre.. sangre suya, y de mis padres adoptivos..

- ¡ERES UN..! -quise gritarle al bastardo asesino, una vez que pude articular palabra, pero él había desaparecido. "Oki-kun.. yo.. pero ya.." No pude seguir pensando, cayendo de rodillas junto a su cuerpo inerte, abrazándolo, cubriéndome de sangre.. y perdiendo la consciencia.

Miku sonrió tristemente. La única persona que le quedaba con vida, Kitsu, su hermana mayor.. había sido asesinada por la bastarda de Kikyou. Ya no tenía ganas de seguir viviendo, ni siquiera pudo vengar su muerte.. no pudo. ¡Todo era su culpa¡TODO!

Desde que había pasado todo eso no había llorado, más que la lágrima que se escapó cuando vio a Oki. Ya no lo soportaba más; se dejó caer en su propio charco de sangre, de rodillas, llorando, liberando parte de su rabia, su impotencia.

Miroku iba con Shippou en su hombro, corriendo hacia la cabaña de la anciana Kaede, mientras Sango, Kagome e InuYasha iban montados sobre Kirara. El último, no podía quejarse, Kagome había insistido en llevarlo con ella porque 'estaba muy débil', por lo que ella iba sentada tras él, abrazándolo por la cintura para que no fuera a caerse de la fiel compañera de Sango, Kirara.

InuYasha hacía poco había recobrado un poco más de conocimiento. "Maldición! No recuerdo nada, todo está muy borroso.. ¡Demoniooos¡Cómo detesto no saber que es lo que pasa!" pensó frustrado "Ah, sí, Miroku.. ese idiota andaba diciendo que Kouga estaba buscando a Kagome. ¡Ese maldito lobo¡Jamás se lo voy a permitir¡N-U-N-C-A!" frunció el ceño, más que molesto "Y esa Kagome¡No se por qué nunca le dice nada¡Me las va a pagar!"

"...aunque.. e-ella.. ella.. ¡Y no fue porque yo quisiera¡No podía moverme!" las mejillas de InuYasha se tiñeron de un fuerte color rojo, sintiendo cómo se le aceleraban los latidos "¡Todo es culpa de este maldito y débil cuerpo humano¡Aún no puedo moverme!"

Poco a poco fue recordando lo demás, una pelea.. de la que resultó algo herido, tenía la impresión que alguien importante estaba mezclado en esa situación, pero no conseguía recordar por más que se esforzaba. ¡Feh! También era culpa de su condición humana.

- .. ¿por qué sólo en momentos así puedo sentirte cerca? -InuYasha escuchó la voz de Kagome muy cerca de él, al tiempo que sentía como lo estrechaban más fuerte unos delgados brazos. No recordaba en qué momento había llegado a estar como se encontraba. Con la miko tras él, ella abrazándole por la espalda, al parecer volando, el viento jugaba con su pelo.. respiró profundo.

Por una vez, no se sintió nervioso al tenerla cerca. Estaba preocupado por ella, recordaba que había entrado al 'campo' venenoso, siendo sólo una humana, y no sabía si estaba bien. No con seguridad. En otro momento sería incómodo, pero no ahora. Aunque tratara de negárselo, le agradaba su compañía, su calidez, el tenerla a su lado; saber que no estaba solo.

Por un momento reaccionó, volviendo un poco en sí, y maldiciendo por milésima vez el estado humano, que según él, lo hacía mucho más débil, demasiado dubitativo y 'blandengue'. No le agradaba nada la idea de convertirse en un sentimental. Pero por más que quisiera, no podía controlarse demasiado.. un escalofrío lo recorrió completamente cuando Kagome apoyó su frente en el hombro de él. "¿Qu-Qué demonios hace?"

Ella se había quedado dormida sobre el hombro de InuYasha, quien tenía todos sus músculos tensos, sin saber lo que realmente ocurría.

Unos kilómetros más abajo, había un pequeño río, con algo de corriente. De un momento a otro un color rojo se dejó observar, manchando el agua. Una ensangrentada mano salió de las aguas, aferrándose a una roca, y logrando sacar parte del resto de su cuerpo. El río no era muy hondo, por lo que -con lentitud- fue dando un par de pasos hasta lograr salir. Casi al instante se desploma sobre la tierra, boca abajo.

A simple vista se nota que se trata de una mujer. Una Youkai, tal vez. De cabellos negros y enmarañados, contextura delgada, tenía los brazos y las piernas llenas de heridas. Como si algo le hubiera atenazado la carne. Su vestimenta era más bien un trozo de tela, en un intento de kimono sencillo, pero estaba hecho jirones; a la altura de la espalda, estaba hecho pedazos, por lo que se lograba vislumbrar debajo de su enredado pelo. El viento se encargó de hacer volar un poco sus cabellos, dejando su espalda al aire. Entre otras marcas, lo que era más notorio, sin duda, era.. una marca en forma de araña. Tenía aspecto de quemadura.

-- Hasta aquí por ahorita --

¡Lo siento! Pero.. no. Las disculpas son sin 'peros'. Lo siento mucho, de verdad.. He tardado demasiado. He pasado por momentos algo difíciles, espero me disculpen. Daré todo de mí para que no vuelva a ocurrir, ya es suficiente.

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS, A TODOS!

Para comentarios, sugerencias.. dudas, lo que quieran, pueden presionar el botoncito de abajo "Go". O, escribirme; cg(guion bajo)blablabla de se puso arisco con otros símbolos, por lo que sólo puedo ponerlo así.

Nos vemos, se me cuidan mucho.. y disculpen otra vez, la tardanza..

-.Chiisana Minako.-