¡Nunca! ¡No, no y no! Me niego rotundamente a llevar esta cosa en la mierda
fiesta en la mierda palacio de la mierda principito. ¡Nunca! Me miro y
remiro al espejo. Las gasas verdes flotan a mi alrededor con gracia y
elegancia, en una especie de representación de alguna de esas maië que
viven en los bosques. ¡Nunca! Además, que he tardado hora y media en
ponérmelo bien. Es en estos momentos, en los que maldigo a los vestidos de
fiesta... ¿porqué nunca llevarán librito de instrucciones? ¡No hay quien se
los ponga!
Miro con desgana mi espalda. En momentos como este desearía ser una piedra, al menos me quedarían mejor estos trapos mal puestos... O mejor, un pedrusco bien grande desequilibrado, presto a caer justo cuando unos despistados Legolas y Nandor pasaran por debajo.
¡Dae! ¡Estas guapísima!-
Ya llegó el monstruito de la casa. Aaaiiiish... Narwain corre a mi alrededor, mirando y remirando el vestido.
Serás la elfa mas guapa de todas, Dae.- exclama sonriendo.- Ya tengo ganas de ver a mi futuro cuñado, que seguro conoces en la fiesta. Y ves con cuidado, los elfos siempre quieren llevarse al huerto a las mas guapas en este tipo de elfas y...-
¿De dónde balrogs aprenden estas cosas la juventud de hoy en día? ¿Cuñado? ¿Llevarse al huerto? Mil balrogs condenados...
Narwain, cuidado con lo que dices, no deberías hablar así a tu edad.- digo severamente, mientras ella sigue dando vueltas como una peonza a mí alrededor.- Perdón, Dae...- Además, yo...-
No pienso ir a la fiesta. No, no y no, me niego, no mientras Nandor y el Hannadleliano estén por allí. Me niego aunque... Mirando la carita ilusionada de Narwain, ya no se que hacer. Si me despiden ¿cómo le daré de comer? ¿Cómo pagaré a su profesor?
¿Qué pasa Dae?- Además, yo...bueno... ¡no sé que te haré de cenar! ¡Porque como sigas siendo tan mala malosa, te pondré ese pescadito que tanto odias!- ¡No! ¡Seré buena! ¡Hablaré como una señorita!- grita, saltándome a la espalda.- Pero el pescadito noooo...-
Aish... a sacrificarme me toca. Y además... ¿Qué diablos hago de cenar? Porque solo tengo pescadito. En fin...
¿Te apetece un poco de mesa hervida?-
ooo Te aseguro que es verdad. ¡En palacio no se habla de otra cosa!- dijo Nierë, alzando el puño.- Sea quien sea me las pagará.- Tampoco es para ser tan posesiva.- dijo otra elfa, de cabellos rizados.- No creo que Legolas ande detrás de nadie ahora mismo...- Pero si hay gente que anda detrás de él, como quien yo me se, ¡que se sube a los árboles para espiarle!- exclamó Lanquë, mientras la otra elfa se sonrojaba.- De una cosa estoy segura: Nandor anda detrás de todo y esa elfa, sea quien sea, sabrá quien soy yo.- murmuro Nierë con rabia, mientras las otras, o la apoyaban o giraban sus dedos en las sienes.-
ooo
Ridícula. Tanto como la estúpida fiesta esta y tanto como todos sus asistentes. Porque la verdad, parecemos todos idiotas, o retrasados, o las dos cosas a la vez, vestidos como payasos. ¿Carnaval? Me pregunto quien se inventó tamaña gilipollez.
La mayoría de elfas me miran y susurran entre ellas. Como me calienten demasiado las narices les voy a hacer tragar las copas que sostienen entre sus garras de víboras, y luego les arrancaré el pelo. Y alguno de los jarrones largos y estilizados que decoran el salón se lo insertaría a través de dos canales cuya separación no debe ser superior a dos milímetros hasta k les produjera una cierta situación de calentamiento hormonal; sentimiento y sensación que jamás en su vida habrán experimentado porqué son un atajo de guarras recatadas.
Suspiro un par de veces. Tal vez debería tranquilizarme un poco. Hasta yo misma me noto un poquito alterada.
Miro por toda la sala otra vez. Sólo quiero encontrar a Nandor, que vea que he asistido a la absurda fiesta esta, desaparecer y tirar esta especie de traje verde con patas al fuego.
De momento he descubierto la mesa de la comida. Ya que estoy aquí en contra de mi voluntad, pues aprovecharé y gorronearé tanta comida como pueda. Hasta que casi no me pueda ni mover. Hay que decir que todo está especialmente delicioso.
Un poco más abajo descubro la mesa de los licores. Oh genial; tampoco parece tan malo eso de asistir a una fiesta real. Comida gratis y barra libre. Me sirvo una generosa copa de vino de moras y me la bebo de un tirón. Hay que ver los siglos que hacía que no probaba un vino de tan buena calidad... En verdad hacía siglos que no probaba el vino...
Dejo la copa encima de una de las mesas alargadas que están dispuestas por todo el salón. Ya estoy harta, ni el principito ni Nandor hacen acto de presencia, y yo me estoy aburriendo más que durante una de mis jornadas de trabajo, así que los voy a mandar a todos a la mierda y me largo ahora mismo para casita. A parte que ya estoy llenísima, no puedo comer ni una uva más... Aunque echando otra miradita a la mesa de los licores... Aún hay varios que no he probado. Bueno, quizá espere a ese par de imbeciles un ratito más. Total, he pagado a la canguro de Narwain para toda la noche.
A cada copa que bebo noto como el calor me sube a las mejillas. Tal vez debería parar... O quizá no. Me vuelvo a llenar la copa.
Noto que alguien se me acerca. Me giro con la esperanza que sea Nandor o Legolas, pero a no ser que se hayan echo una rápida operación de cambio de sexo, o que se hayan travestido, no es ninguno de los dos, sino una elfa con un vestido rosa más cursi y ridículo que el mío, si esto es posible.
Se me queda mirando sin decir nada. Noto que el vino me ha aflojado la lengua más que de costumbre así que no puedo reprimir mis palabras.
- Lo siento, no soy lesbiana – le digo
Ella se echa a reír. Pero que boba, por Eru...
- Eres muy graciosa – dice cuando ha terminado de reír
- Pues si, yo me parto de risa conmigo misma – digo cruzándome de brazos. Esto va a ser divertido
- Eres un poco borde ¿no?
- Y tu muy boba y cursi ¿cierto? – digo imitando su tono de voz
- Al menos no soy una pobre doncella de palacio que se cuela sin invitación en una fiesta real
- ¡Si claro! ¡No sabes las ganas que tenía de venir aquí a unirme a un atajo de inútiles que no tienen nada mejor que hacer que vestirse como gilipollas y lamer el culo al principito!
Mierda. He chillado demasiado justo en el momento que todo el mundo se había quedado en silencio. Además ahora si que veo a Legolas y a Nandor que me miran, junto con todos los demás asistentes.
Genial. Ahora si tendré que irme de este ridículo bosque. Cualquiera se queda aquí después de esto... Echo todo el contenido de mi copa encima del "precioso" vestido rosa de la elfa gilipollas esta, giro sobre mis talones y me voy corriendo del salón.
Voy directa a los establos y desato a uno de los caballos. Después de dos siglos trabajando en palacio creo que ya me pueden regalar uno. Me subo y me marcho sin mirar atrás. ¡Hasta nunca palacio, hasta nunca bosque, hasta nunca Nandor y hasta nunca Legolas!
No es hasta que estoy en los limites occidentales del bosque cuando me percato de algo absolutamente horrible.... ¡Me he dejado a Narwain!
Paro en seco, y entonces todo pasa demasiado deprisa como para que me de tiempo a asimilarlo : Un ruido de cascos detrás mío, un gran caballo blanco precipitándose encima de mi, yo cayéndome del caballo y comiéndome el suelo, alguien encima de mi, y dos caballos que huyen como si les persiguiera un balrog.
Oigo unos quejidos encima mío. No puedo incorporarme para ver quien es.
- ¡Seas quien seas levántate ahora mismo de encima mío que me estás clavando el codo en todo el culo! - exclamo
Mi aplastador se levanta, y entonces puedo ver quien es... ¡Por todos los Valar! ¿Qué coño hace Legolas aquí?
- Emmmm... No cuela lo de que has salido a tomar el aire o sea que ni intentes meterme una mentira. ¿Qué balrogs estás haciendo aquí, y porqué me has seguido? - pregunto
- Venía a disculparme, siento que lo haya pasado mal en la fiesta dama Daeiell.
- No digas bobadas, no ha sido tu culpa... ¡y no me trates de usted! No me gusta... - ya que he decidido marcharme del bosque no tengo ninguna necesidad de tratarlo con respeto, y la verdad, es un alivio.
- Si fue mi culpa... Yo le pedí a Nandor que te invitara, porque noté que tu humor no era demasiado bueno, y pensé que cualquiera que fuera tu problema se te olvidaría un poco si te divertías. – me dice él
- Vamos a ver – noto que me pongo furiosa por momento con todos los elfos del mundo, y aún más con el que tengo delante – No es que tuviera ningún problema, ni que estuviera de mal humor ni nada por el estilo ¡Es que yo soy así! ¡Soy así todos y cada uno de los días de mi vida!
- Aún así me tranquilizaría que aceptaras mis disculpas
- Disculpas aceptadas, y ahora si me disculpas debo volver, porque me iba sin mi hermana – gruño de mala gana
-¿Te marchas? – pregunta él frunciendo el ceño
- ¡Tranquilo! Seguro que encuentras a un montón de elfas que limpiarían tu habitación... ¡y gratis! – no lo puedo creer, estoy siendo borde y sarcástica con el príncipe y me lo estoy pasando en grande
- Eres más insoportable que un orco – le oigo gruñir.
¿Qué se cree? ¿Que me van a influir sus comentarios? Como si no supiera que soy desagradable y borde. Y ahora él me va a tener que aguantar todo el viaje de regreso. Esto va a ser más divertido de lo que me pensaba....
ooo
Sorry por las demoras!!! Es que nos dio un repentino ataque de perreria literaria y dejamos los fics un poco abandonados U Pero en fin... ¡Aquí teneis otro capi! Espero que dejeis revis!!
Miro con desgana mi espalda. En momentos como este desearía ser una piedra, al menos me quedarían mejor estos trapos mal puestos... O mejor, un pedrusco bien grande desequilibrado, presto a caer justo cuando unos despistados Legolas y Nandor pasaran por debajo.
¡Dae! ¡Estas guapísima!-
Ya llegó el monstruito de la casa. Aaaiiiish... Narwain corre a mi alrededor, mirando y remirando el vestido.
Serás la elfa mas guapa de todas, Dae.- exclama sonriendo.- Ya tengo ganas de ver a mi futuro cuñado, que seguro conoces en la fiesta. Y ves con cuidado, los elfos siempre quieren llevarse al huerto a las mas guapas en este tipo de elfas y...-
¿De dónde balrogs aprenden estas cosas la juventud de hoy en día? ¿Cuñado? ¿Llevarse al huerto? Mil balrogs condenados...
Narwain, cuidado con lo que dices, no deberías hablar así a tu edad.- digo severamente, mientras ella sigue dando vueltas como una peonza a mí alrededor.- Perdón, Dae...- Además, yo...-
No pienso ir a la fiesta. No, no y no, me niego, no mientras Nandor y el Hannadleliano estén por allí. Me niego aunque... Mirando la carita ilusionada de Narwain, ya no se que hacer. Si me despiden ¿cómo le daré de comer? ¿Cómo pagaré a su profesor?
¿Qué pasa Dae?- Además, yo...bueno... ¡no sé que te haré de cenar! ¡Porque como sigas siendo tan mala malosa, te pondré ese pescadito que tanto odias!- ¡No! ¡Seré buena! ¡Hablaré como una señorita!- grita, saltándome a la espalda.- Pero el pescadito noooo...-
Aish... a sacrificarme me toca. Y además... ¿Qué diablos hago de cenar? Porque solo tengo pescadito. En fin...
¿Te apetece un poco de mesa hervida?-
ooo Te aseguro que es verdad. ¡En palacio no se habla de otra cosa!- dijo Nierë, alzando el puño.- Sea quien sea me las pagará.- Tampoco es para ser tan posesiva.- dijo otra elfa, de cabellos rizados.- No creo que Legolas ande detrás de nadie ahora mismo...- Pero si hay gente que anda detrás de él, como quien yo me se, ¡que se sube a los árboles para espiarle!- exclamó Lanquë, mientras la otra elfa se sonrojaba.- De una cosa estoy segura: Nandor anda detrás de todo y esa elfa, sea quien sea, sabrá quien soy yo.- murmuro Nierë con rabia, mientras las otras, o la apoyaban o giraban sus dedos en las sienes.-
ooo
Ridícula. Tanto como la estúpida fiesta esta y tanto como todos sus asistentes. Porque la verdad, parecemos todos idiotas, o retrasados, o las dos cosas a la vez, vestidos como payasos. ¿Carnaval? Me pregunto quien se inventó tamaña gilipollez.
La mayoría de elfas me miran y susurran entre ellas. Como me calienten demasiado las narices les voy a hacer tragar las copas que sostienen entre sus garras de víboras, y luego les arrancaré el pelo. Y alguno de los jarrones largos y estilizados que decoran el salón se lo insertaría a través de dos canales cuya separación no debe ser superior a dos milímetros hasta k les produjera una cierta situación de calentamiento hormonal; sentimiento y sensación que jamás en su vida habrán experimentado porqué son un atajo de guarras recatadas.
Suspiro un par de veces. Tal vez debería tranquilizarme un poco. Hasta yo misma me noto un poquito alterada.
Miro por toda la sala otra vez. Sólo quiero encontrar a Nandor, que vea que he asistido a la absurda fiesta esta, desaparecer y tirar esta especie de traje verde con patas al fuego.
De momento he descubierto la mesa de la comida. Ya que estoy aquí en contra de mi voluntad, pues aprovecharé y gorronearé tanta comida como pueda. Hasta que casi no me pueda ni mover. Hay que decir que todo está especialmente delicioso.
Un poco más abajo descubro la mesa de los licores. Oh genial; tampoco parece tan malo eso de asistir a una fiesta real. Comida gratis y barra libre. Me sirvo una generosa copa de vino de moras y me la bebo de un tirón. Hay que ver los siglos que hacía que no probaba un vino de tan buena calidad... En verdad hacía siglos que no probaba el vino...
Dejo la copa encima de una de las mesas alargadas que están dispuestas por todo el salón. Ya estoy harta, ni el principito ni Nandor hacen acto de presencia, y yo me estoy aburriendo más que durante una de mis jornadas de trabajo, así que los voy a mandar a todos a la mierda y me largo ahora mismo para casita. A parte que ya estoy llenísima, no puedo comer ni una uva más... Aunque echando otra miradita a la mesa de los licores... Aún hay varios que no he probado. Bueno, quizá espere a ese par de imbeciles un ratito más. Total, he pagado a la canguro de Narwain para toda la noche.
A cada copa que bebo noto como el calor me sube a las mejillas. Tal vez debería parar... O quizá no. Me vuelvo a llenar la copa.
Noto que alguien se me acerca. Me giro con la esperanza que sea Nandor o Legolas, pero a no ser que se hayan echo una rápida operación de cambio de sexo, o que se hayan travestido, no es ninguno de los dos, sino una elfa con un vestido rosa más cursi y ridículo que el mío, si esto es posible.
Se me queda mirando sin decir nada. Noto que el vino me ha aflojado la lengua más que de costumbre así que no puedo reprimir mis palabras.
- Lo siento, no soy lesbiana – le digo
Ella se echa a reír. Pero que boba, por Eru...
- Eres muy graciosa – dice cuando ha terminado de reír
- Pues si, yo me parto de risa conmigo misma – digo cruzándome de brazos. Esto va a ser divertido
- Eres un poco borde ¿no?
- Y tu muy boba y cursi ¿cierto? – digo imitando su tono de voz
- Al menos no soy una pobre doncella de palacio que se cuela sin invitación en una fiesta real
- ¡Si claro! ¡No sabes las ganas que tenía de venir aquí a unirme a un atajo de inútiles que no tienen nada mejor que hacer que vestirse como gilipollas y lamer el culo al principito!
Mierda. He chillado demasiado justo en el momento que todo el mundo se había quedado en silencio. Además ahora si que veo a Legolas y a Nandor que me miran, junto con todos los demás asistentes.
Genial. Ahora si tendré que irme de este ridículo bosque. Cualquiera se queda aquí después de esto... Echo todo el contenido de mi copa encima del "precioso" vestido rosa de la elfa gilipollas esta, giro sobre mis talones y me voy corriendo del salón.
Voy directa a los establos y desato a uno de los caballos. Después de dos siglos trabajando en palacio creo que ya me pueden regalar uno. Me subo y me marcho sin mirar atrás. ¡Hasta nunca palacio, hasta nunca bosque, hasta nunca Nandor y hasta nunca Legolas!
No es hasta que estoy en los limites occidentales del bosque cuando me percato de algo absolutamente horrible.... ¡Me he dejado a Narwain!
Paro en seco, y entonces todo pasa demasiado deprisa como para que me de tiempo a asimilarlo : Un ruido de cascos detrás mío, un gran caballo blanco precipitándose encima de mi, yo cayéndome del caballo y comiéndome el suelo, alguien encima de mi, y dos caballos que huyen como si les persiguiera un balrog.
Oigo unos quejidos encima mío. No puedo incorporarme para ver quien es.
- ¡Seas quien seas levántate ahora mismo de encima mío que me estás clavando el codo en todo el culo! - exclamo
Mi aplastador se levanta, y entonces puedo ver quien es... ¡Por todos los Valar! ¿Qué coño hace Legolas aquí?
- Emmmm... No cuela lo de que has salido a tomar el aire o sea que ni intentes meterme una mentira. ¿Qué balrogs estás haciendo aquí, y porqué me has seguido? - pregunto
- Venía a disculparme, siento que lo haya pasado mal en la fiesta dama Daeiell.
- No digas bobadas, no ha sido tu culpa... ¡y no me trates de usted! No me gusta... - ya que he decidido marcharme del bosque no tengo ninguna necesidad de tratarlo con respeto, y la verdad, es un alivio.
- Si fue mi culpa... Yo le pedí a Nandor que te invitara, porque noté que tu humor no era demasiado bueno, y pensé que cualquiera que fuera tu problema se te olvidaría un poco si te divertías. – me dice él
- Vamos a ver – noto que me pongo furiosa por momento con todos los elfos del mundo, y aún más con el que tengo delante – No es que tuviera ningún problema, ni que estuviera de mal humor ni nada por el estilo ¡Es que yo soy así! ¡Soy así todos y cada uno de los días de mi vida!
- Aún así me tranquilizaría que aceptaras mis disculpas
- Disculpas aceptadas, y ahora si me disculpas debo volver, porque me iba sin mi hermana – gruño de mala gana
-¿Te marchas? – pregunta él frunciendo el ceño
- ¡Tranquilo! Seguro que encuentras a un montón de elfas que limpiarían tu habitación... ¡y gratis! – no lo puedo creer, estoy siendo borde y sarcástica con el príncipe y me lo estoy pasando en grande
- Eres más insoportable que un orco – le oigo gruñir.
¿Qué se cree? ¿Que me van a influir sus comentarios? Como si no supiera que soy desagradable y borde. Y ahora él me va a tener que aguantar todo el viaje de regreso. Esto va a ser más divertido de lo que me pensaba....
ooo
Sorry por las demoras!!! Es que nos dio un repentino ataque de perreria literaria y dejamos los fics un poco abandonados U Pero en fin... ¡Aquí teneis otro capi! Espero que dejeis revis!!
