Me despierto después de una noche memorable soñando con Legolas. Noto que una sonrisa se forma en mis labios... ¡Ojalá todas las noches fueran como ésta! A lo mejor lo que me hace falta es darle todos los días un "besito" de buenas noche... o dos... o tres...
Alguien me sacude suavemente por los hombros, supongo que para despertarme. Es que no pueden dejar que una se recree a gusto con sus fantasías? ¬¬
Abro un ojo lentamente, y me encuentro con la cara de Legolas a pocos centímetros de la mía. ¡Genial! ¡Resulta que aún estoy en uno de mis sueños!
- Yo también te quiero Leg... AAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!. – me incorporo de golpe, tapándome la boca con una mano. Aunque con el brusco movimiento, me doy un leñazo en la cabeza, con su barbilla. ¿Qué ha pasado? Sencillo, acabo de ver al gilipollas integral de Nandor justo detrás de Legolas, y en mis sueños jamás mezclo subnormales profundos con mi atractivísimo y sexy príncipe azul, así que he estado a punto de meter la pata hasta el fondo.
Me froto la cabeza allí donde me he dado con la barbilla del rubiales y le miro con mala cara.
- ¿Qué coño se supone que estás haciendo? –gruño malhumoradamente
Él me mira con cara impaciente mientras también pasa su mano por la dolorida barbilla (¿qué os creéis? Tengo una cabeza muy dura)
- ¡Intentaba despertarte! – exclama Legolas a la defensiva - Todos estábamos listos para partir, pero tu seguías durmiendo...
Miro a mi alrededor y veo que tiene razón: Mereth, Lin, Elloith, Sindë, Simberminë, Elanta, Elladan, Elrohir y un largo etecé de elfos están de pie con sus equipajes cargados, mirándome con mala cara.
- Íbamos a dejarte aquí, pero Legolas insistió... – oigo que dice el idiota de Nandor.
- No todos somos tan cínicos como tu – le contesta éste.
- Lo cual es una suerte, pues luego las elfas nos negaríamos a procrear la especie y los elfos nos extinguiríamos. – añado yo con toda la mala intención del mundo.
- ¡Lo mismo podría decir de ti, ¡Borde! – exclama él antes de alejarse
- Será gilipollas el tío... – murmuró con mal humor al tiempo que me levanto y empiezo a recoger todas mis cosas. Adiós al buen humor que me han provocado los sueños y el encuentro de anoche... Recordatorio: Intentar matar a Nandor por el camino, haciendo que todo parezca un "afortunado" accidente.
Setecientas sesenta y una hojas, setecientas sesenta y dos hojas, setecientas sesenta y tres hojas… Si, cualquiera que pueda leerme el pensamiento (Suerte que Ello esta lejos ahora…) podría pensar que he desarrollado una extraña adicción a contar… ¡Pero no! Simplemente, ¡Me aburro!. Cualquiera que viaje a menudo en silencio, solo, en medio de un montón de parejitas, entenderá que quiero decir. Incluso estoy deseando llegar a Rivendel ¡¡Y eso es mucho decir!! Realmente debo estar desesperada…
"Dae!! Te he hechado de menos!! Mira mira, tia, he de enseñarte los nuevos trapitos que me he comprado, son divinos!! Oggh, es que me da algo, tia!! Osea, que fuerte!! Que moreno!!"
… No quiero ir a Rivendel ;;
Arrastro los pies por el camino. Ojalá fueran pies de troll, que se volvieran de piedra…hmm… no, por Eru, que pestazo que harían
Chuto una piedra, que sale disparada hacia la pierna de Simberminë, que se gira con cara de malas pulgas en busca de su agresora. Juas! Mala suerte… xD Lleva todo el viaje cuchicheando con Sindë, seguro que están planeando algo… y no quisiera que en ese plan me incluyeran a mí. En el poco tiempo que hace que las conozco, ya he aprendido a temerlas… De repente, veo acercarse un caballo castaño que pasa por mi lado a tal velocidad que casi me arroja al suelo.
- ¡Capullo, a ver si miras por donde pisa tu animaaaaaal!- le grito, mientras los que andan a mí alrededor se apartan, como si tuviera un repelente de elfos.
Pero el jinete me ignora y se para junto a los gemelos, que aun llevan a Mereth y Lindórië de colgantes.
Bah, mensaje de Elrond a sus hijos para que vayan mas rápidos y Arwen no se retuerza de impaciencia por ver a sus "queridos hermanitos del alma". Ais…
Sigo arrastrando los pies. No quiero ir… ¿Y si me fuera a Bosquenegro? La imagen de Legolas y Nandor se me aparece ante mis ojos. Legolas… Pero no, el pesado de Nandor pensaría raro, si es que alguna vez ha sabido pensar, cosa que dudo bastante.
- Pues vaya mierda... – la voz de Elladan o Elrohir (¿Cuándo balrogs aprenderé a diferenciarlos como hacen Lin y Mereth?) me saca de mis pensamientos. Al mirar hacia donde están los gemelos deduzco que ha sido Elladan el que ha hablado, pues Mereth está amarrándole posesivamente del brazo.
El mensajero vuelve por donde ha venido, casi aplastándome de nuevo.
- ¡Pero serás gilipollas! ¡Me he quedado con tu cara! ¡Espera a que te pille! – le grito, pero una vez más no me hace ni el más mínimo caso, aunque como consecuencia todos los elfos de mi alrededor se alejan aún más, ¡Mejor! ¡Mas espacio para mi!. Vuelvo a mirar a los gemelos, que parecen abatidos por algo. Me acerco a cotillear.
- ¿Qué pasa? – le pregunto a Elanta.
- Por lo que se ve, Elladan y Elrohir tienen que ir a Lothlórien. Su abuela quiere hacerle llegar algunas joyas a su nieta y no se fía de los mensajeros.
- Pobrecitos... Tener que ir hasta allí sólo por el capricho de la pija... – murmuro.
- ¡Nosotras os acompañamos! – exclaman a la vez Lindórië y Eärmereth. ¿Por qué no me extraña?
- ¡Ya tenemos compañía para volver a casa! – exclama feliz Sindë mirando a su hermana y a Elanta.
- ¡Ello! Tu también te vienes ¿Verdad? – dice Lin al tiempo que empieza a arrastrar a la vieja por un brazo – Que nos conocemos y si vuelves a Rivendel te vas a encerrar otra vez en la biblioteca.
- ¡Pero tu que te has creído! ¡Renacuaja!
- ¡Así os presentaré a Haldir! Veréis que guapo... – dice Elanta poniendo ojitos de enamorada.
¡Pues menuda mierda! Todo el mundo continuará su juerga en Lothlórien y yo tendré que ir a asquearme con la "Soy-pija-y-orgullosa-de-serlo". ¡Y además lejos de Legolas!
- No te hagas la pobre víctima mentalmente – me dice Ello, que no se sabe como se ha librado de Lin y está a mi lado – Si quieres, eres libre de venir.
- Y tu serás libre de morir cuando te vuelvas a meter en mi mente – gruño yo. Pero tengo que reconocer que tiene razón. Y si la pija o su padre intentan echarme la bronca diré que Elladan y Elrohir tienen la culpa, que me obligaron a ir con ellos. Perfecto. ¿Por qué no se me habrá ocurrido antes?
- Porque tu mente está demasiado ocupada pensando en tu principito – me contesta la viejales por mí.
- ¡Pero serás guarra! – exclamo al tiempo que me lanzo a estrangularla. ¿Son cosas mías o últimamente me paso el tiempo estrangulando a Elloith?
- ¿También vais a Lothlórien? – oigo una voz a mi lado.
Me giro para mirar a Legolas, esperando a que la cara no me cambie a la de una elfa bobalicona perdida, enamorada sin remedio.
- Eso parece, si ellos no vuelven a Rivendel, desde luego yo no lo voy a hacer tampoco, no soy una suicida – digo con mi mejor voz (o con un intento de ella).
- Nandor y yo también vamos hacía allí, tenemos que ir a encargar algunos arcos. Los elfos de Lórien tienen una habilidad especial para construirlos – me explica.
"Recógete la baba, Dae" dice la voz de mi subconsciente.
- Si vamos a viajar juntos tendremos más tiempo para conocernos mejor – añade él con una de sus sonrisas "Deshazte ante mis encantos y forma un bonito charco en el camino". ¿Eso ha sido una proposición indecente?
- No lo ha sido, eres tu que tienes la mente pervertida – dice Elloith que ha conseguido escaparse de mis manos.
- ¡Serás...! – me lanzo encima suyo y empiezo a estrangularla de nuevo, mientras ella intenta morderme un brazo. Me defiendo a patadas. Entre mis gritos y los de la vieja casi no alcanzo a oír lo que dice Legolas antes de irse.
- Esta elfa es única
¡Cree que soy única! Irremediablemente, paro de desnucar a Ello y me dedico a formar la sonrisa más boba de todos los tiempos en mis labios.
o o o
Otro horrible y aburrido día pasa, y pronto acampamos para pasar la noche. Miro con fastidio la luna, que brilla en el cielo. ¡Adiós a la oscuridad! Hoy me quedo sin besito de buenas noches ;;
- ¡Estoy harta de ti! – oigo de pronto que chilla Sindë - ¡Mañana por la mañana me voy a marchar por otro camino!
Oh... Está otra vez con ese elfo oscuro. Quizá sean cosas mías pero... Estos dos tienen tendencia a discutirse cuando se acercan peligrosamente el uno al otro.
- ¿Por qué? – pregunta él, al tiempo que se le forma una sonrisa de prepotencia en los labios - ¿No te gusta viajar de noche?
- Eres un imbecil. Ojalá no existieras capullo – le dice ella antes de dar media vuelta y dirigirse hacia donde estoy yo.
- Bueno – le digo cuando llega a mi lado – Creo que ahora si que vas a tener que contarme que te traes tu con ese elfo.
- Yo no me traigo nada.- me suelta, con un tono de voz que reconozco: es como el mío.
-Noo, que va… Si os discutís hasta por si el uno respira el aire de la zona del otro.- digo yo, intentando moderar mi tono irónico/sarcástico al máximo, aunque parece que no lo consigo…
- ¡Yo no tengo nada que ver con ese desgraciado!- me espeta, mientras se va hacia otro lado, evitando a todo el mundo. Vaya… si ya lo dicen que todo se pega menos la hermosura, creo que voy a tener que dejar de enviar malas maneras y borderia a Sindë, podría ser peligroso…
Buff… Legolas se ha instalado algo lejos de nosotras, por culpa de la cosa aquella que apareció en el mundo casi, ¡Que digo! totalmente por error, y a la que llamaron Nandor. Aghhh… casi veo venir el insomnio, como la sombra de una pija repelente que no para de repetir "Bee Bee, ¿Quieres dormir? ¡Antes mira mi supermegahiperchupiwai colección d vestidos". Uu' Mi imaginación cada día va a más…
Me siento al lado de un árbol, mientras veo al cocinero mayor organizando las cosas para la cena… hmm… cena…
o o o
¡Hay que joderse! De todos los puñeteros elfos que están de camino con nosotros me tiene que tocar precisamente a mi el ir a buscar agua para la cena. Cojo el cubo de mala manera dirigiendo mi mirada fulminante a todos los presentes. Algunos elfos se esconden, pero las locas (entiéndase Sindë, Mereth, Elloith, Simberminë, Elanta y Lindórië) se quedan tan tranquilas. Menuda mierda, ya no les impongo respeto... Me alejo unos pasos, resoplando con mala leche.
- ¿¡Que miras!? – le grito a un elfo que pasa por mi lado y me mira con curiosidad. Él como toda respuesta se apresura a alejarse.
Pero cuando llego al río, se me pasa instantáneamente el mal humor. Ahí está Legolas, sentado en la orilla, mientras la luna se refleja en el agua del río, y el agua del río en sus ojos, que están perdidos en algún punto en la lejanía. Y Eru sabe que yo me tengo que controlar por no saltarle encima.
- Cualquiera diría que estás esperando a alguien – digo al tiempo que me acerco.
Él da un respingo y se gira a mirarme. Cuando ve que soy yo se le nota desilusión en los ojos.
- Joder, sé que soy fea, pero tampoco es por poner esa cara cuando me ves – digo, arrugando la frente.
- No... Perdona, es que por un momento creí que eras otra persona... – murmura él.
Olvidándome de todo me siento a su lado y me pongo en modo "elfa normal y corriente".
- Tienes mala cara ¿Estás bien?
Legolas esboza una triste sonrisa : - Si claro, estoy bien.
- Ya, claro – digo yo con sarcasmo – Y por eso estás aquí solo, lejos de tu mascot... digo de Nandor y con cara de funeral.
Él vuelve a sonreír, pero esta vez con un poquito más de alegría. Me mira y deja escapar una leve carcajada: - ¿No te han dicho que eres única animando a la gente?
¡Soy única! ¡Ha dicho que soy única! Ohhh... Que ganas de lanzarme encima de él y besarlo! No voy a poder aguantarme demasiado tiempo más....
- Es por una elfa – dice él tras un rato más de silencio.
¡Soy única! ¡Soy...! ¿¡Ha dicho una elfa!? El alma se me cae a los pies. ¡Una elfa! Que se prepare la muy guarra... Que en cuanto la pille puede irse despidiendo de su inmortalidad.
- La conocí en el baile de disfraces de la playa y... Bueno, me he enamorado de ella, pero no le he visto nunca el rostro ni sé como se llama... Sólo nos encontramos de vez en cuando y nos besamos...
La puedo atar a un árbol y arrancarle uno a uno los pelos de la cabeza, luego sacarle los ojos con una cucharilla de mithril y... ¡Un momento! ¡Que dice este elfo! ¡Si la elfa que ha descrito soy yo!
- ¿U... Una elfa a la que nunca has visto la cara? – repito yo
- ¡Te debe parecer una tontería! – dice él riéndose un poco.
¡Por Eru! ¡Que esa soy yo!
- Y... ¿Y dices que estás enamorado? – vuelvo a preguntar
- Como un bobo – dice él, volviendo a perder la mirada entre las aguas del río.
¡Ahhhhhh!! ¡Legolas está enamorado de mi! ¡Uufffff! Es la primera vez que me ocurre algo así, en serio.
- Pero seguro que si tu vieras a esa elfa y no te gustara su aspecto ya no sentirías lo mismo – digo yo al fin.
- No creo que eso pasara – dice él muy convencido
Bueno... A lo mejor ha llegado el momento de confesárselo ¿no?
- Legolas... ¿Quieres saber algo gracioso?
- Dime – él me mira con una de esas sonrisas que me hacen castañetear los nervios.
- Que yo... Vaya... – suelto una risilla nerviosa – En fin... Que yo soy... – uf, no puedo hacerlo - ¿Qué harías si yo fuera la elfa del baile, por ejemplo?
Él se echa a reír, y yo me mosqueo un poco. ¿Qué se supone que le hace tanta gracia?
- Eso no me lo puedo ni imaginar, tu nunca hubieras llevado un disfraz como ese... No después de tu última experiencia en los bailes de disfraces – dice al fin.
¿No se lo cree? Pues peor para él ¬¬ Ahora se ha quedado sin saber la verdad. Decido que nunca jamás se lo voy a decir.
- ¿Habías venido a buscar agua? – me pregunta, señalando con un movimiento de cabeza el cubo que he dejado abandonado.
- ¡Oh mierda! ¡El agua! – me levanto de golpe, cojo el cubo y voy a llenarlo al río. - Joder, como pesa la cosa esta...
De pronto Legolas me coge el cubo de las manos, rozando sus manos con las mías, con lo que se me eriza todo el bello.
- Yo lo llevo – me dice con una de sus "sonrisas-principe-de-anuncio-de-dentifrico-que-quitan-la-respiración â" – Tengo que volver, o Nandor se va a empezar a preocupar.
- Claro, la mascota no puede estar demasiado rato sin ti – se me escapa sin querer.
Legolas me mira por unos instantes y luego se echa a reír. Yo me quedo sin saber muy bien que hacer.
- No os caéis demasiado bien tu y Nandor ¿Eh? Aunque hay que reconocer que tienes imaginación para los insultos
- Digamos que disfrutamos puteandonos el uno al otro – me encojo de hombros, como si fuera la cosa más obvia del mundo.
- ¿Te has fijado que últimamente tenemos unas buenas conversaciones civilizadas?
- Claro, las incivilizadas las dejo para cuando estoy con tu amigo del alma – contesto.
Él se ríe de nuevo, y yo me uno pronto. Llegamos junto al resto de los elfos más deprisa de lo que yo hubiese querido. Legolas deja el cubo en el suelo y luego me da un beso rápido en la mejilla.
- Gracias por todo – y se va.
Y yo me quedo allí plantada, con una mano en la mejilla donde me ha besado, y una cara de boba enamorada impresionante.
No sé cuanto tiempo pasa hasta que me doy cuenta de que todas las antes denominadas locas me están rodeando con expresiones extrañas en la cara.
- ¿Qué? – pregunto.
- ¿A que venía todo ese numerito con el principijo? – pregunta Mereth
- ¡Vaya! ¿Te has despegado de Elladan? ¡Milagro! – digo con sarcasmo, para ver si así gano un poco de tiempo.
- ¡No cambies de tema! – grita ella.
Antes estos trucos me funcionaban... ¿Me estaré haciendo vieja y perdiendo facultades?
- O se lo cuentas tu, o lo hago yo – dice Elloith cortante.
- Tu no vas a decir palabra si no quieres morir – le digo dirigiéndole una mirada fulminante.
- Sabes que tus amenazas ya no funcionan con nosotras ¿Verdad? – dice Sindë tranquilamente.
- ¡Está bien cotillas! Está bien... – se lo voy a contar, de todos modos creo que esta vez no tengo escapatoria... – Yo soy la elfa del baile...
- ¿La elfa del baile de la que Legolas está perdidamente enamorado? – Lin pone los ojos como platos
- Si, pero como Dae es así de rara no se lo quiere contar – Ello habla por mi esta vez.
- Creo que soy lo suficientemente adulta para saber que hago yo con mis asuntos, y que nadie se meta en ellos – gruño yo
- Antes cuando estabas con Legolas no parecías tan borde... – comenta Simberminë. Hay que ver que rápido han cogido confianza este par...
- Con la persona que quieres nunca se puede ser borde – comenta Elanta.
- ¡Bueno ya está! Ya lo sabéis ¿Contentas? Ahora dejadme en paz un rato – digo con un gruñido, y me alejo para ver si encuentro a Narwain, que desde la tarde que no la veo.
Pero no la encuentro precisamente a ella, sino a Nandor. Lo que me faltaba ¬¬
- Oh vaya, buenas noches Daeiell – dice con una gran y estúpida sonrisa.
- Piérdete – gruño yo.
- ¿No quieres saber el último cotilleo del que me he enterado? – vuelve a preguntar él. ¿Éste elfo realmente escucha a los demás cuando le hablan o es que el cerebro ya no le alcanza ni para eso?
- No – digo yo tajante, y empiezo a alejarme
- Bueno, entonces se lo voy a contar a Legolas. Creo que le hará gracia saber quien es su adorada elfa del baile.
Me giro otra vez con una de mis más mortíferas miradas: - ¿Cómo? – pregunto con peligrosa lentitud.
- Acabo de escuchar una conversación muy interesante. Creo que a Legolas le gustaría saberlo... Le haría... Gracia.
- No te atreverás a decir nada – digo apretando los puños, preparada para abalanzarme contra este gilipollas.
- Digamos que podría guardar el secreto a cambio de algo...
- Habla – digo bruscamente, con mal humor.
- Yo prometo mi silencio si de tu boca no vuelve a salir nada ofensivo contra mí, por mucho que yo me meta contigo.
¿¡Como se atreve!? ¡Juro que voy a torturarlo aunque sea la última cosa que haga!
- ¿Te has dado un golpe en la cabeza o algo? ¡Que gilipolleces estás diciendo! - exclamo
Nandor se encoge de hombros: - Entonces voy a hablar con Legolas. Ya nos veremos Daeiell. –dice con una sonrisita de dulce falsedad.
- ¡Espera idiot... Nandor! – le llamo apretando los dientes con rabia – Está bien... ¡Está bien!
- ¿Ves como no era tan difícil? – dice él aumentando su sonrisa – Hasta una elfa con tu inteligencia podía llegar a entender que era el mejor trato que podías hacer. – da media vuelta y empieza a alejarse.
- Te odio pedazo de imbecil... – murmuro entre dientes.
- ¿Decías? – pregunta él, volviendo la cabeza.
- Decía que te favorece mucho esta camisa. ¿Es nueva? – digo con la sonrisa más falsa de todos los tiempos. ¡Me lo voy a cargar! ¡Como lo odio por Eru!
o o o
Comentario de Elloith : 010001 1001000 100100 10011 0100 1010010101 10101010 1010101001 0010101 010011001 0101001010101 010001101010001... digooo... que he escrito muy poco, tengo exámen mañana (mi primer exámen -- posa : y S junts) y no sé que poner... hasta el próximo capi, meldonya!
Comentario de Nariko : Bueno, os hemos hecho esperar, somos conscientes de ello, pero es más largo! Que son 9 paginas esta vez. We, ya diréis que os ha parecido :P Mayu aun me tienes que decir que te pareció el romance y como llevas el cap d siri que te mandé :P Nada más por ahora :P We, si, otra cosa, que este capi ha sido beteado por Silver :P Que casi nos obligó a que la dejaramos betear (weno, casi no, de echo nos obligó xD). ¡Ta otra!
