Qué cosa más curiosa es la distancia cuando se mide a través de un corazón desesperado. Naruto no sabía exactamente cuantos metros lo separaba de la escena que contemplaba en ese momento…unos 200 tal vez? Fuera la distancia que fuera era suficiente para que con ayuda del modo sabio pudiera detallar la escena en todo su doloroso esplendor: Hinata tomaba aquel collar en el cual él había puesto el alma y años de duro trabajo y dejaba que Ronin se lo quitara de las manos, al mismo tiempo que el mequetrefe sacaba el odioso anillo de compromiso que había visto antes.

200 metros…que se le hacían un camino eterno por el que ya no estaba seguro poder caminar, al observar como Hinata perdía su mirada en ese anillo, probablemente contemplando la esperanza de un futuro feliz, al lado de otro hombre. Sumado a la visión que tenía, la información que le brindaba el modo sabio le hacía darse cuenta cómo Hinata verdaderamente sopesaba todas las posibilidades, la confusión la había dominado por varios segundos, hasta que en un acto tal vez inconsciente, volvió su mirada para encontrarse de lleno con los ojos de Naruto, que se había quedado paralizado.

Azul sobre lila y viceversa..

Cuánto deseaba en ese momento el rubio ser su amigo del sharingan, para mostrarle a Hinata todas esas imágenes que él ahora era capaz de soñar a su lado. Cuánto le rezaba a Dios para que ella entendiera la devoción con la que sus ojos ahora eran capaz de detallarla, y que no quería dejarla ir.

Ninguno de los dos fue consciente de cuánto tiempo se observaron. Naruto había eliminado el modo sabio casi de inmediato, ya había hurgado lo suficiente en las emociones de ella, estaba decidido a enfrentar el asunto como un hombre, explicarse a ella con claridad sin tener que estar fisgoneando su corazón para obtener puntos a su favor.

Ronin nunca había usado ese tipo de trucos, es mas, el muchacho sin ser un shinobi, sin entender muchos de los detalles de la vida de Hinata, y con sólo unos meses de conocerla había sido capaz no solo de ganar su confianza, sino de despertar en ella esos dulces sentimientos que una vez le habían pertenecido solo a Naruto, todo sin la ayuda de la fama de ser el héroe del mundo ninja, sin la confianza de ser el hombre más codiciado por las mujeres en ese momento, sin tener el respaldo del titulo del proximo Hokage, sin tener incondicionalmente el amor de Hinata desde hacía años.

¡Nada de eso! Ronin paso a paso se había acercado a la chica, de forma humilde, con sus tropiezos al inicio, como bien lo sabía, pero enmendando de inmediato los errores, dándole a Hinata un puesto especial en su corazón casi desde el comienzo, sin hacerla sufrir entre un mar de amoríos sin sentido. Ronin había descubierto fácilmente el brillo único de Hinata y se había mandado de lleno a conquistar su amor, sin titubeos.

Naruto tenía que admitirlo, lo admiraba y envidiaba con toda su alma. Porque la última sensación que percibió de Hinata antes de disolver el modo sabio, y quedar completamente poseído por los ojos lila, le indicaba que la balanza de ella se inclinaba por aquella humilde declaración tan llena de sentimientos.

Naruto vio como el semblante de ella cambiaba y se daba la vuelta para observar de nuevo a Ronin, sabía que estaba a punto de darle una respuesta. Quiso correr, abrazarla, besarla, secuestrarla si era el caso! Quiso llegar a ella con todas sus fuerzas. ¿Habría sentido toda esta desesperación Hinata cuando él había empezado a salir con Sakura? Maldición! Si la vida de verdad le daba una oportunidad con la Hyuga, iba a tener que pasar el resto de sus días amándola con todas sus fuerzas para sanar todo el dolor que le había causado, estaba convencido de que cumpliría con gusto tal penitencia.

200 metros, que se convirtieron en un sendero al infierno, cuando justo al lado de la escena romántica que observaba una explosion tiñó todo de rojo. Por unos segundos Naruto se sintió aturdido, aquel ataque lo había tomado desprevenido. Repasó el estado de cada uno de sus clones, al parecer todos estaban alerta, ninguno había perdido de vista a su delegado, todos lejanos a la zona del ataque. Eso le dio al rubio algo de tranquilidad.

Observó detenidamente la escena para encontrar a Hinata y Ronin que luchaban al mismo tiempo con 5 hombres, todos con la cara cubierta, Hinata luchaba contra 4 de ellos, Ronin a falta de experiencia en batalla había sacado el kunai y hacía lo que podía contra uno de los atacantes.

Naruto vio con horror que otros diez hombres alistaban una serie de flechas y disparaban contra ellos, pero Hinata repelía todas las flechas gracias a su técnica de protección total. Gracias a Dios ella era sumamente fuerte!

Ahora estaba claro, Hinata era el objetivo de los atacantes.

Naruto se lanzó en contra de los hombres de las flechas, no le tomó demasiado trabajo dejarlos fuera de combate, pero para su sorpresa varios nuevos grupos de arqueros se habían formado en el lugar, todos lanzando flechas envenenadas contra Hinata, que hacía su mejor esfuerzo por protegerse a sí misma, así como a Ronin.

"Lo protege con mucha determinación" el rubio no pudo controlar sus celos por un momento. En otra época Hinata ya habría corrido a su lado para guardar su espalda, ahora en cambio toda su atención estaba puesta en cuidar del inútil

"Tú mismo lo dices mocoso, el enclenque no se puede cuidar solo, concéntrate en lo tuyo."

-Kaguebunshin no jutsu! Exclamó el rubio y de inmediato un grupo de clones se dispersó para atacar a los arqueros, mientras que el original corrió a auxiliar a la Hyuga.

-Naruto-kun, creo que yo soy el objetivo del ataque-

-Creo lo mismo Hina, debemos llevarte a un lugar seguro hasta que controlemos la situación-

-Jamás! No voy a dejarte solo enfrentando todo esto!-

-Estoy seguro de que eres más que capaz de protegerte y ayudarme a derrotar a estos tipos, pero…estoy siendo egoísta, sé que antes solías llorar y rendirte fácilmente, pero cambiaste. Crees que alguien te salvó pero en realidad tú fuiste la salvadora,no sólo has elegido siempre el camino correcto, sino que me has guiado a mí a elegirlo también. Por eso ahora necesito que vayas delante de mí. Yo no tengo miedo de morir para protegerte…pero prefiero tener la oportunidad de seguir viviendo para caminar a tu lado. Por favor vete!-

Hinata no podía creer lo que escuchaba, ¡él lo recordaba! Todas aquellas palabras, casi las mismas que ella le había dicho en su desesperada declaración, él las repetía casi al pie de la letra. Siempre había pensado que Naruto había olvidado todo aquello por la transformación del kyubi, ahora se daba cuenta que de alguna manera él siempre las había mantenido guardadas.

¿Qué significaba todo aquello? No era tiempo de pensarlo, simplemente asintió a su petición, tomó la mano a Ronin y empezó a correr tan rápido como pudo.

Naruto sintió de nuevo el corazón retorcerse al ver a Hinata llevando a Ronin con ella pero no tuvo más tiempo para pensarlo cuando escuchó una nueva explosión cerca de donde estaban, provocando que Ronin y Hinata fueran lanzados en diferentes direcciones

"Es que acaso estos malditos habían llenado de bombas los alrededores?"

Mientras sacaba de combate al primer equipo de arqueros Naruto observó a la chica para comprobar su estado. Se petrifico al ver la expresión de verdadero terror en el rostro de ella

Los arqueros que quedaban no le apuntaban a ella, sino a Ronin. Él era el objetivo!

Y ambos, Naruto y Hinata se encontraban demasiado lejos para evitar el impacto.

Iba a morir! Su rival iba a morir y con eso ya no sería un problema. Pero al ver el dolor pintado en el rostro de Hinata entendió que su pérdida de verdad significaba mucho para ella. Naruto por su cuenta ya la había hecho sufrir demasiado, esta vez, sí había algo para impedirle un nuevo dolor, estaba decidido a hacerlo.

Si aquel era el hombre que Hinata había elegido, estaba decidido a protegerlo tanto como a ella.

Activó el jutso de teletransportación del collar, y justo antes de que las flechas impactaran apareció frente a Ronin, cubriéndolo con su propio cuerpo.

Sintió el escozor del veneno entrar en diferentes puntos, su pecho se contraía haciéndole muy difícil respirar, después de eso todo se volvió penumbras.