El tiempo pasaba lentamente en la habitación.

El silencio entre los dos era absoluto, sólo roto por el tic-tac del reloj.

Minerva miraba fijamente el tablero de ajedrez, pensando en su próximo movimiento. Tenía que ser muy cuidadosa, porque la partida estaba muy reñida. Un movimiento erróneo y Albus ganaría la partida. Pero estaba segura de que tenía que haber alguna forma de que Albus no ganase...

Albus miraba a Minerva, también fijamente. Miraba su cara con atención, su pelo color azabache, esos rasgos casi felinos, los ojos verde esmeralda que no se apartaban del tablero... Puede que fuese mejor que tuviese su vista en el tablero, así podría perderse en sus pensamientos sin tener que preocuparse en dar explicaciones. Pero un grito triunfal de Minerva le sacó de sus ensimismamientos:

-¡Lo conseguí!¡Jaque mate!

Había jugado tan distraídamente los dos turnos anteriores que no se dio cuenta de que un alfil negro, dirigido por Minerva, se iba acercando peligrosamente hacia donde estaba su rey. Observó al rey blanco tirar su espada al mármol del tablero.

-Bueno, has ganado. Tienes el derecho de pedir lo que quieras, pero sin que haya magia de por medio

Minerva pensó detenidamente las posibilidades que tenía...

Podía pedirle que fuese al baile con ella, ya que no tenía pareja, o que le diese un beso... Pero no podía obligarle a hacerlo, era su profesor. ¿Y si no le obligaba? Él le había dicho claramente que podía pedirle lo que quisiese sin magia...

-Albus...ya he pensado en lo que quiero.

-¿Y bien?-dijo Albus, acercándose unos milímetros hacia ella.

-Pues... Verás... Me preguntaba si...

-¿Sí?-insistió Albus, acercándose un poquito más, quedando a pocos centímetros de su cara.

El corazón de Minerva empezó a latir con mucha más fuerza de lo normal, haciendo más difícil lo que le tenía que decir.

-Me preguntaba si podrías bajar a la cocina a por algo de comer... Tengo demasiada hambre -terminó mientras su estómago imitaba al león de Gryffindor

-Ah...-respondió Albus algo decepcionado, alejándose rápidamente de Minerva- Sí, voy ahora mismo. ¿Quieres que traiga algo en especial?

-No, me da igual, confío en tus gustos.

-Vale. Ahora vengo-y después de decir estas palabras, desapareció por el marco de la puerta.

Minerva vio cómo su profesor desaparecía entre las sombras, y empezó a torturarse internamente. ¿Y si Albus había escuchado antes cómo su corazón se disparaba? ¿Debía haberle besado cuando estuvieron tan cerca? ¿Qué habría pasado?...

Mientras, en la otra parte del castillo, cierto profesor de transformaciones se hacía unas preguntas muy parecidas. Tenía la esperanza de que Minerva le pidiese otra cosa, no que le llevase comida. ¿Qué habría pasado si hubiese juntado sus labios con los de Minerva? ¿Le habría correspondido el beso?

Sin darse cuenta, llegó al cuadro que determinaba la entrada a la cocina del castillo. Hizo cosquillas a la pera y entró por la puerta que se abrió ante el en esos momentos.

Minerva decidió dejar sus pensamientos de lado y echó un vistazo rápido al despacho de Dumbledore. Las estanterías estaban llenas de libros, muggles y magos, pero hubo un objeto que le llamó especialmente la atención: El pensadero de Albus.

Recordó la conversación que habían tenido antes:

#### FLASHBACK ####

-¿Desde cuándo tienes el pensadero?

-Pues más o menos desde que empecé a estudiar en Hogwarts, hace algunos años ya de eso.

-Y ahí conservas todos tus recuerdos?

-Sólo los más importantes para mí.

#### FIN FLASHBACK ####

¿Cuáles serían los mejores momentos de Albus?

Y, sin pensárselo dos veces, Minerva se acercó hacia el pensadero.

Todo empezó a dar vueltas

####

Minerva se encontró en Hogwarts, concretamente en el Gran Comedor, el que parecía el primer día de un curso.

Entraron por la puerta un grupo de niños, seguramente de primer año, detrás de un mago pelirrojo. Entre todos ellos destacaba un niño muy bromista, alto para su edad, con el pelo castaño con algunos reflejos rojizos y unos ojos de color azul cielo.

Se colocaron en fila, mientras otro mago, diferente al que les había hecho entrar, leía sus nombres de un pergamino.

-Avery, Ashley

Una chica rubia, muy bajita, avanzó y se sentó en un taburete. El mago le puso el sombrero seleccionador encima de la cabeza, para al poco tiempo gritar: ¡¡RAVENCLAW!!

El mago siguió leyendo nombres:

-Browles, Margaret

Avanzó de la fila una bruja morena y muy pálida, con aspecto de ser muy tímida. Se colocó el sombrero encima de la cabeza. Esta vez tardó mas en decir la casa a la que iba a pertenecer, que fue Slytherin.

-Dippet, Armando

Minerva miró sorprendida a su director. Tenía el pelo completamente negro y una cara con una gran sonrisa. Se sentó en el taburete y se puso el sombrero. Al quitarse el sombrero, Dippet se dirigió a la mesa de su casa, Gryffindor.

-Dumbledore, Albus

El niño castaño salió de la fila andando como si tuviera algún problema en las piernas, causando un estallido de carcajadas a todos los niños que se encontraban esperando en la fila.

Se subió a la tarima, hizo una reverencia y se sentó en el taburete. El sombrero no lo tuvo difícil, y a los pocos segundos gritó un sonoro ¡GRYFFINDOR! acompañado de numerosos aplausos de su mesa.

Se levantó ceremoniosamente, se aclaró la garganta y comenzó a hablar:

-Me siento orgulloso de haber sido seleccionado para Gryffindor. Por eso, antes de sentarme en mi mesa, me gustaría decir unas palabras: Gato, perejil, amarillo y pato.

Muchas gracias.

Y se sentó en la mesa de Gryffindor, al lado de Dippet, acompañado por las risas de todo el colegio y la mirada incrédula de los profesores.

Minerva, a su pesar, sintió cómo todo empezaba a dar vueltas otra vez, señal de que iba a cambiar de recuerdo.

####

Minerva apareció en la que supuso sería la sala común de Gryffindor. Estaba vacía, silenciosa.

De pronto, el retrato de la Dama Gorda se abrió, dejando pasar a una marabunta de gente que tenía subidos a los hombros a unos cuantos chicos con las túnicas de quidditch.

El primero, el mismo chico del primer recuerdo, algo más crecido, alzando la copa de quidditch por encima de su cabeza.

Algunos alumnos cambiaron la decoración de la sala con algunos hechizos, haciendo aparecer pancartas con los nombres de los miembros del equipo de Quidditch.

Una niña pequeña, supuso Minerva que de primer año, se acercó tímidamente a Albus, y le entregó una pequeña placa en la que se podía leer:

Para Albus Dumbledore, el mejor capitán del equipo que Gryffindor ha tenido nunca.

Lágrimas de emoción intentaban salir de los ojos de Albus, pero él, con un suave manotazo, las hizo desaparecer, uniéndose a la euforia y la fiesta que había en la torre en esos momentos.

Para desgracia de Minerva, que quería quedarse allí más tiempo, la habitación empezó a dar vueltas otra vez

####

La habitación estaba casi en la más absoluta oscuridad, sólo iluminada por una vieja vela.

Dos hombres estaban concentrados mezclando sustancias químicas en un caldero, en absoluto silencio y con una precisión casi asombrosa.

De pronto, un fogonazo de luz iluminó la estancia momentáneamente.

El primer hombre, ya de cabellos blancos, cogió un trozo de hierro de encima de la mesa y lo sumergi en el caldero.

Pasaron unos segundos casi angustiosos, que se rompieron con un brillo dorado y la súbita exclamación de alegría de los dos hombres.

-Perenella, Perenella-gritó Albus Dumbledore entusiasmado-Baja, que tu marido y yo ¡¡por fin lo hemos logrado!!

Minerva se acercó lentamente al caldero, aunque antes de ver su contenido ya sabía con lo que se iba a encontrar: la piedra filosofal.

Después de darse cuenta del descubrimiento de Albus y de Nicholas Flamel, la habitación empezó a girar de nuevo.

####

Albus Dumbledore y Armando Dippet avanzaban calmadamente por el pasillo, el mismo año en el que se encontraban.

-Bueno, Albus. Me alegro de que decidieras aceptar el trabajo de profesor aquí en Hogwarts. Supuse que no querrías venir después de haber descubierto la piedra filosofal con Flamel...

-¡Shh!... Habla más bajo -respondió Albus casi en un susurro- No me gustaría nada que se enterase demasiada gente del descubrimiento.

-Pero éste puede que sea el descubrimiento más importante de este siglo-replicó Dippet

-Lo sé. Y puede que este descubrimiento sea también el más peligroso del siglo si se encuentra en malas manos. Por eso preferiría no hablar del tema aquí.

-Está bien, lo siento. Como te iba diciendo, me ha asombrado mucho que aceptaras el puesto aquí. Y más sabiendo que no vas a poder hacer las mismas perrerías a los profesores que cuando estábamos de estudiantes...

-Tendré que hacer un esfuerzo para controlarme-respondió Dumbledore muy divertido.

-Espero que no se te haga muy duro dar clases. Hay algunos alumnos que cuando ven a un profesor novato intentan por todos los medios aplastarle, pero espero que ese no sea tu caso, porque...

Pero en ese momento Albus se quedó mirando a una chica que pasaba conversando animadamente con dos amigos suyos.

Miró detenidamente su pelo negro, que le caía hasta media espalda, sus ojos tan verdes como las esmeraldas, su risa tan contagiosa...

Sin querer, Albus empezó a sonreír tontamente

-Se llama Minerva McGonagall. Es de Gryffindor, séptimo curso.

-¿Quién?-respondió Albus, volviendo a la realidad

-La chica con la que te has quedado embobado

Minerva se quedó pensativa, viendo cómo se iban alejando los dos magos, y no opuso ninguna fuerza cuando empezó a dar vueltas todo

####

La habitación estaba iluminada solamente por la luz del ocaso. Estaban Albus y ella sentados en unas mesas apartadas en la clase de transformaciones corrigiendo algunos deberes de los alumnos de primero.

Minerva recordó claramente el momento en el que Albus le había pedido ayuda con los deberes de transformaciones. Ella no se había negado, es más, le gustaba que su profesor le reconociese su don para las transformaciones...

Pero se le había hecho difícil concentrarse teniendo su cara a unos centímetros de Albus.

Minerva se volvió para concentrarse en el recuerdo de Albus.

Ella, Minerva, cogía la tinta roja y comenzaba a corregir algún trabajo mal hecho. Pero Albus se quedaba mirándola, mirando su cuello descubierto al recogerse el pelo, mirando su piel, iluminada por los últimos rayos de sol, mirando sus labios, cómo formaban ese gesto de concentración.

De pronto, sin previo aviso, todo comenzó a dar vueltas rápidamente, y Minerva sintió como una mano le agarraba fuertemente.

Minerva cayó con un fuerte golpe al suelo del despacho de Dumbledore, y se quedó mirando fijamente al elfo doméstico que tenía enfrente suyo.

-Siento molestarle, señorita McGonagall -se excusó el elfo- pero me han pedido que le entregue esto.

Y nada más decir estas palabras, desapareció.

Minerva miró el sobre que le había tendido el elfo. Era muy sencillo, de un color azul pálido, con su nombre escrito en letras color zafiro. Estuvo observándolo unos instantes, intentando descubrir el secreto que encerraba. Pero la curiosidad pudo más, y no pudo evitar el abrir el sobre.

Encontró una hoja de papel escrita.

Minerva empezó a leer:

####

Oh, mi dulce lirio,

eterna flor de primavera

que alumbra mi corazón

cuando ruge la tormenta.

Frío ardiente de mis entrañas

que funde mi tierno corazón.

Eres un arrecife de coral

que me hace perder la razón.

Confundo las hermosas flores

con tu agradable y dulce voz.

¿Por qué me confundes, Minerva?

Te necesito a mi lado, mi amor.

####

No tenía palabras para describir lo que sentía en aquel momento.

Nunca nadie le había nicho esas palabras, tan dulces, y sus pensamientos iban y venían de una persona a otra.

¿Quién sería el que le había dirigido esa broma?

Rápidamente pensó en Andy y en Alastor, pero desechó la idea con la misma rapidez. Ella había estado con ellos desde que anunciaron el baile y todo lo que conllevaba el día de San Valentín hasta que habían desaparecido de su vista camino de Hogsmeade.

Otro nombre apareció en su mente, pero desechó esa idea con mayor rapidez que la anterior. Eso era más improbable que ver a Dippet disfrazado de corazón andante.

El ruido de la puerta hizo que intentara guardar el sobre con la mayor rapidez posible, pero no le dio tiempo a resguardarlo de los ojos curiosos de Dumbledore. Lo que Minerva no pudo percibir fue la media sonrisa que se dibujó en la cara de su profesor.

-Hola Albus-dijo Minerva guardándose el sobre en la túnica- ¿Qué has traído de comer?

-Bah, poca cosa. Los elfos domésticos no han hecho demasiada comida.

Al acabar la frase, empezó a sacar unas fuentes tapadas de una pequeña bolsa.

Minerva las destapó. No sabía cómo había podido caber todo. Albus había traído tallarines, tortellini, un poco de ensalada, queso, pescado, bolitas de patata, merengues y un poco de fruta.

-Menos mal que no han hecho demasiada comida, que si no podríamos alimentarnos sin necesidad de salir dos o tres meses...

-Ya verás como al final no sobra nada, Minerva.

Albus empezó a atacar la fuente de los tallarines. Minerva prefirió empezar con la ensalada, pero viendo que se iba a quedar sin probar la pasta, empezó a comer ella también.

La comida se pasó antes de que se dieran cuenta. Estaban ya comiendo el postre cuando de repente Albus dijo:

-¿Minerva, qué tienes detrás tuyo?

Minerva se dio la vuelta esperando encontrarse con algún troll, o por lo menos con algún elfo haciendo alguna cosa rara.

Decepcionada, se volvió hacia la mesa, cuando un gran proyectil de nata pasó rozándole la cabeza.

Ella cogió con su cuchara una gran cantidad de nata y se la lanzó a su profesor, que en ese instante estaba en pleno ataque de risa.

Albus se levantó con un merengue en las manos, se colocó delante de Minerva, y le estampó el merengue en la cara.

Minerva cogió otro merengue de la mesa, dispuesta a hacerle a su profesor lo mismo que él había hecho con ella, y se levantó también, muy decidida, mirándole a los ojos.

En ese mismo instante, surgió entre las dos miradas una unión muy fuerte, que les iba uniendo poco a poco, por más que los dos intentaban resistirse.

El primero en caer en esa tentación fue Albus, quien cogió firmemente a Minerva por la cintura, atrayéndola muy despacio hacia él, sin romper todavía el vínculo que los unía.

Minerva también se dejó llevar, y pasó tímidamente sus brazos por detrás del cuello de Albus.

La distancia entre sus labios empezaba a hacerse más y más corta, hasta que Minerva decidió convertir esa distancia en un tímido beso, el primero que daba en toda su vida.

Por unos segundos, daba la impresión de que el tiempo se había parado entre los dos, hasta que el sonido de una puerta al abrirse los separó.

-Vaya Albus-dijo Dippet con una media sonrisa en la boca-No sabía que estuvieses ocupado...

########################################################################

¡¡Hola!!

Siento mucho haber tardado tanto en escribir este capítulo, pero entre que se me fue la inspiración y la poesía la hizo una amiga mía, la Sando'ssss (es la poetisa del grupo) me ha sido casi imposible escribir algo antes.

Todavía me quedan dos exámenes, uno de biología y uno de física. Bueno, y otro de la Escuela Oficial, pero si lo apruebo se pueden convertir en dos...

Este capi se lo dedico a Marta Black, porque ha sido la que "me ha metido presión" para que yo le metiese presión a la Sando's.

El final no me gusta demasiado, pero quería que pasase algo entre los dos (por fin) y era de la única manera que se me ocurría... Después de poner un beso fallido

Y bueno, se aceptan todo tipo de sugerencias para próximos capítulos, porque no tengo ni idea de qué poner. Desde los disfraces hasta canciones para el baile, situaciones de todo tipo (como la que me dijo Barbiblack en el capítulo tres) o lo que os apetezca.

Muchas gracias a la gente que me habéis dejado reviews, espero que hayáis tenido la paciencia suficiente como para no dejar de leer este fic. Aquí os contesto:

(Una pequeña cosa: Cuando leáis los reviews, leed delante un hola wapa o un wenas wapetona o algún sinónimo. Yo lo pondría si el Word me dejase... Y no es el caso ¬¬ Tengo una lucha encarnizada con el word y el cacharro éste de fanfiction)

####

Barbiblack: Espero que a ti no te pase como a Minerva y te estampes contra algo por mirarle el culo a tu profesor... Al menos, otra vez no :p. Me alegro de que te gustase el capítulo anterior. La verdad es que me gustó mucho escribirlo, aunque se me hizo algo difícil... Y si hace gracia ver (o leer) cómo los demás se estampan. Por fin ha pasado algo entre estos dos "cazurros"... Ya iba siendo hora, ¿no crees? :P El pensadero, como ya habrás leído, tiene bastante importancia... Ya he leído la historia que compartes con Patry...Me encanta!!! Muchos besotes y siento haber tardado tanto!!

####

Bea YitaMoony Snape: Siento mucho no haber actualizado antes... Espero que no me mates por eso . Me alegro mucho de que hayas leído esta historia, porque puede parecer muy descabellada (como todas mis historias :p) pero es de las pocas que hay entre Albus Dumbledore y Minerva McGonagall. No sé, esta pareja me parece muy tierna, y por esto intento que la gente de habla hispana la conozca. Muchos besos y espero que te guste.

####

Tessa Marshall: Muchas gracias por haber dejado review!! Me asombra mucho que la gente lea mis fics, y más sin conocerme... Y siendo de una pareja tan poco conocida como la de Albus Dumbledore y Minerva McGonagall. Siento si he tardado mucho, pero las historias de amor, curiosamente, no me salen si estoy enamorada... Y espero que la espera (parece un trabalenguas) haya merecido un poquitín la pena... Muchos besillos y otra vez gracias!!

####

Marta Black: Muchas gracias por tus reviews!! Me alegro mucho de que te haya gustado la historia, y espero que este capítulo te guste también (suena un poco a tópico, no?? Ups... Necesito inventarme alguna frase que signifique lo mismo ) Es mi cosa o he podido leer en uno de tus reviews que es una de las historias que más le gustan a tu prima?? Wow...la primera noticia que tengo (Belén se pone a pegar saltos :p) En este capítulo ha pasado algo más que una pequeña partida de ajedrez... Pero tampoco mucho... Yo creo que Minerva no me ha quedado muy lanzada en este capítulo... Pero tampoco tan tímida como antes... Yo creo que va evolucionando poco a poco . Muchos besitos para ti y para tu prima también. (Y caramelitos de limón de parte de Albus para las dos)

####

Bueno, lo mismo de siempre: Que si tenéis algo que decirme me dejéis un review o me mandéis un email (kiaramcgonagall(arroba)hotmail.com) con vuestra sugerencia, crítica, canción, poesía, o cualquier cosa que se os ocurra. Muchos besos y sed buenos... o por lo menos intentadlo!!

(Vale, vale, ya me voy)

...Kiara McGonagall...

...Albus & Minerva forever...