Sukzuni

Capítulo 1

El Misterio llama a Sukzuni.

"Nací en un Pueblo lejano e inculto, muy perdido entre todo el Mundo. Soy hija de Samuráis, pero también soy hija de la Pena y de la Angustia. Llegué a este Mundo entre la masacre Roja de personas portadoras de Espadas y Katanas, y presiento, que también moriré en ella.

Vengo de una Familia humilde y bondadosa; pero al fin y al cabo, una Familia portadora de Espadas, que no tenia otra salida que de manchar sus Katanas de rojo defendiendo a sus Seres Queridos.

Mi madre murió cuando me estaba dando a luz, aunque nunca entendí, ni me dieron las razones, del porqué falleció.

Cuando yo tenía 1 año y mi Hermano 11, mi Padre murió en una batalla Samurai defendiéndome a mí y a mi hermano de que nos mataran. Apenas mi Padre murió mi hermano huyó conmigo hacia la ciudad a esconderse para que no nos asesinaran, huimos lo más que pudimos, hasta que terminamos en un Orfanato dónde, tristemente, entrenan a los Niños huérfanos a matar y a batallar como Samuráis.

Mi Hermano entrenó allí con furia e ira, pretendiendo ser el mejor Samurai de todos los tiempos, aunque el siempre tuvo un Corazón Bondadoso, pero nunca tuvo el deseo de matar a nadie, solo el deseo de superarse como Samurai. El era Atento, callado y le gustaba estar apartado de la Sociedad para preocuparse únicamente en su entrenamiento y de solo mirar las Estrellas... Rara vez me hablaba, ni menos me miraba, solo se preocupaba de cuidarme para que nunca nadie me hiciera daño.

Extrañamente, la noche anterior de que el cumpliera 18 años, mientras estábamos sentados en patio interior de entrenamiento me digo sin mirarme a los ojos:

- La Fuerza de uno, es una Fuerza con la cual se nace y se muere con
ella, y que día a día, lágrima por lágrima, se va fortaleciendo cada vez
más, hasta hacerse invencible... – Decía mientras miraba las estrellas en
la Oscura Noche... – Acuérdate de eso en los momentos mas críticos, en
los cuales siempre estaré ahí para ayudarte...

Nunca entendí a lo que se refería, solo entendía que era la fuerza del interior del Samurai, la única fuerza que me daba fuerzas para seguir adelante...

Apenas cumplió 18 años siendo el Mejor Samurai de allí y teniendo mi mayor admiración, se largó del Orfanato; se fue sin darme ni una mínima explicación ni a mí, ni a nadie; con lo cual, quede totalmente desamparada...

Bueno... Esa es la historia de mi Vida. Ahora tengo 12 años y sigo viviendo en el Orfanato donde me entrenan para matar; no tengo ni padre ni madre, mi padre murió defendiéndome, en comparación a que nunca supe las razones concretas del porqué murió mi madre , el cual no tengo ni el mísero recuerdo de ninguno de ellos... Mi hermano me dejo abandonada sin ninguna razón, pero vivo gracias a su que recuerdo que hay en mi, y vivo manteniendo las esperanzas de poder volver a verlo alguna vez más..."

Esta es la Historia de Sukzuni Minoko; una Niña de 12 años de color de piel pálido como la nieve, un cabello de un suave color almendra largo y liso que se deja manejar por el viento. Sus ojos son muy difíciles de describir, son color pardo, pero da la impresión que cada vez tienen un color diferente y que ese color sigue cambiando al igual que ella... Es una chica delgada, no muy alta, sin la fuerza física suficiente como para ser una Gran Samurai, pero en su cara, sus gestos, demuestran una gran fuerza y decisión lo cual la hace la más fuerte de todos... En fin... Esta es la Historia de Sukzuni Minoko, una Niña que lo único que desea es alcanzar sus Sueños...

A las 6 de la mañana parte sonando el despertador al lado de Sukzuni mientras dormía, apagó el reloj y se levantó para ir al entrenamiento de la mañana. Sukzuni agarró su arrugada ropa, se viste y toma su Katana de entrenamiento para partir practicando. El lugar donde entrenan es el patio central del orfanato, es de tierra seca y arenosa, tiene una forma de rectángulo y esta rodeado por el resto del orfanato y esta ubicado justo al frente, y muy cerca, del oscuro bosque.

Sukzuni sale corriendo y se topa justo con la entrenadora Samurai que le dice agresivamente:

- Minoko! Practica con Kain. – Dice mientras le apuntaba con su Katana.

A Sukzuni se le empalideció el rostro, Kain una niña mayor que ella, muy agresiva y que le gusta ganar siempre con personas mas débiles para ganar y causar temor entre los demás, le sale una leve sonrisa con una risa sarcástica.

- ¡Que empiece la Batalla! – Indica la Entrenadora Samurai.

Sukzuki aprieta fuertemente su Katana de Entrenamiento y se pone en Posición de Defensa mientras le tiritaban las rodillas, Kain toma su Katana e intenta golpearla agresivamente, pero solo consigue golpear la Katana de Sukzuni cuando ella se defendía; mientras las Katanas chocan, Sukzuni parte tomando confianza a la batalla y parte golpeando cada vez con más fuerza haciendo que Kain empiece retroceder con gesto de temor. Cuando Sukzuni ve que Kain baja la defensa, levanta su Katana preparándose para un golpe final, Kain se cubre con sus brazos, cuando Sukzuni estaba mandando el golpe, para repentinamente, se le cruza en frente de sus ojos la imagen de su hermano haciéndola detenerse. Kain aprovecha el descuido de Sukzuni y le golpea en las manos para que suelte la Katana, Kain se desliza ágilmente a la espalda de Sukzuni y sin que ella se diera cuenta, Kain le manda un golpe sin piedad e la espalda de Sukzuni haciéndola caer al suelo rendida.

- Mal echo Minoko, te distrajiste, – dice la entrenadora negando con la cabeza con un gesto de decepción – Pero muy bien Kain, estas mejorando.

Sukzuni mientras esta tirada en la tierra, mira el suelo, y piensa que nunca lo había echo mejor y que no se dieron ni cuenta del gran esfuerzo que había echo... Kain se ríe en la cara de Sukzuni con un gesto de burla mientras el grupo de niños se mueve para ver la siguiente batalla.

Sukzuni se queda tirada, decepcionada, mirando solo el celeste cielo que cubre las verdes copas de los árboles del bosque. Mientras observa los árboles del bosque , ve entre la oscuridad unos ojos blancos penetrantes que la observaban que surgen temor a cualquiera que los viera. Sukzuni se levanta con un gesto de sorpresa, de inmediato nota como los ojos desaparecen rápidamente de entre el oscuro bosque y siente un fuerte aullido y ve algo como un rayo azul brillante que salta copa por copa de los árboles, que inmediatamente desaparece completamente, repentinamente, parte lloviendo. Ella sorprendida debajo del árbol mientras llovía pensaba en lo que podría haber sido, podría haber sido un Pokémon, pero si lo era y lo veían cerca del pueblo, lo matarían al igual que todo el resto de Pokémons que se acercaron allí. Lo matarían por la ley que prohíbe Pokémons y/o cualquier instrumento para la guerra, lo cual solo permitirán espadas en el pueblo hasta que termine la Guerra. Ella no se imaginaba que Pokémon podría haber sido y le surge la pregunta de que como será, ya que nunca ha visto alguno, solo a escuchado historias de ellos.

Ella se imaginaba de que como será ser compañero de un Pokémon, tener un compañero inseparable, confiable y leal, aunque no sea humano, que siempre este a tu lado, como un verdadero amigo. Sukzuni se va caminando hacia su habitación pensando en lo bueno que debería de ser eso.

Ya era tarde, el sol se estaba poniendo pero seguía lloviendo, ella estaba terminando de comer su ración del día mientras observaba la foto arrugada y sucia de su hermano en su oscura habitación donde tiene nada mas que una cama maloliente con las sabanas arrugadas y rotas, el lugar es húmedo, de solo cuatro paredes y sin ventanas donde solo le cabe su cama. Mientras ella miraba la foto se le deslizaba una lágrima, y pensaba angustiosamente del porqué le toco tener una vida así... De repente, suena la campana de emergencia y ella tuvo que salir corriendo al igual que todos lo niños al patio.

- ¡Refúgiense ahora en el subterráneo y aseguren la puerta! – digo fuertemente el Samurai que los cuidaba. – Todos los Samuráis que vengan ahora mismo! – digo mientras miraba agresivamente a unos tres hombres con espadas que se aproximaban en medio de la lluvia.

Se acercaban los delincuentes samuráis que querían robar el Orfanato, los mejores Samuráis del Orfanato salieron a defenderlo, mientras Sukzuni miraba desde un agujero del subterráneo. Estaban los tres guerreros que defendían el Orfanato, contra los otros tres Samuráis que querían atacarlo, ellos se pusieron en posición de batalla, cuando de repente se atravesó en medio del campo de batalla una criatura con unos ojos brillantes desafiantes a una velocidad increíble, iluminaba casi todo el lugar en medio de la oscuridad de la lluvia, parecía una sombra, porque no se distinguía con facilidad lo que era, era una sombra, pero una sombra ardiendo en llamas...