En el Capitulo anterior...

(...) Mientras llovía, se acercaban los delincuentes samuráis que querían robar el Orfanato, los mejores Samuráis del Orfanato salieron a defenderlo, mientras Sukzuni miraba desde un agujero del subterráneo. (...) De repente se atravesó en medio del campo de batalla una criatura con unos ojos brillantes desafiantes a una velocidad increíble, iluminaba casi todo el lugar en medio de la oscuridad de la lluvia, parecía una sombra, porque no se distinguía con facilidad lo que era, era una sombra, pero una sombra ardiendo en llamas...

Sukzuni. Capitulo 2. Un Deseo, una Meta, y un Sueño, por Cumplir.

Esta Criatura se lanzó al centro de la batalla, no se podía ver con exactitud lo que era, pero se le veían unos ojos brillantes desafiantes con una gran melena de fuego que nacía de su cuello y cubría su lomo... Esta Criatura dio un gran aullido hacia los delincuentes, era tan poderoso el aullido, que lanzo hacia muy lejos a los samuráis. Los delincuentes no tardaron en pararse para salir corriendo, y esta Criatura giro la mirada fríamente hacia Sukzuni sin que nadie se diera cuenta aparte de ella, e inmediatamente, esta criatura, desapareció tan rápido como se hallan parado los ladrones. Repentinamente, para la lluvia, se despejan las nubes, y sale el sol radiante. Sukzuni se dio cuenta que esta criatura era muy parecida a la primera, capás era un Pokémon, pero sea lo que sea , ella presentía que no seria la ultima vez que lo vería. Ninguno de los Samuráis del orfanato digieron nada sobre la Criatura lo cual obligó a Sukzuni hacer como si no hubiera visto nada, al igual que el resto que estuvo presente en lo acontecido. Después de lo sucedido, Sukzuni se fue a su habitación esperando el día de mañana; el día de mañana era festivo, no abrían clases de entrenamiento y tendrían todos el día libre dentro del orfanato. Pero aparte de ser un día libre, es el cumpleaños de Sukzuni, el cual nadie del orfanato recuerda ni tiene idea de ello ni tampoco el mínimo interés. Sukzuni, encima de su cama, se queda dormida sobre la foto de su hermano, esperando su cumpleaños numero trece.

Eran las cuatro de la mañana, nadie del orfanato estaba despierto, afuera seguía oscuro, a Sukzuni algo la despertó, su ventana estaba abierta y las cortinas blancas se movían con el viento frío que entraba a su habitación. Sukzuni da un gran bostezo, se sienta en su cama y se refriega sus ojos. De pasada ve algo raro en su silla al lado de su cama, no estaba la foto de su hermano en ninguna parte, en vez de eso, había una foto totalmente nueva de él, estaba con su Katana roja colgando como siempre, pero esta vez estaba abrasado al lado de una mantis verde, era grande, y parada en dos patas, tenia alas, y unas extremidades de cuchillas. Era curioso, su hermano se veía contento, seguía igual que antes, con el cabello rojo y desordenado, vestido de negro, y con sus ojos verdes; pero su carismática sonrisa, Sukzuni, no se la conocía, se notaba que estaba viviendo feliz. Debajo de la foto había un cinturón, era un cinturón raro, tenia una forma muy especial, con seis encajes para algo redondo. Tenia tres esferas, dos de ellas eran mitad roja y mitad blancas; pero la otra era muy especial, era mitad color azul y la otra mitad color blanco, tenia en la parte azul un dibujo de dos Katanas rojas cruzadas, como si estuvieran guardando algo en especial; a Sukzuni se le hacían muy familiar las esferas, no sabía lo que eran, pero antes, no sabe donde ni cuando, las había visto alguna vez. Sukzuni agarra la foto, no le da mucho interés al cinturón, y siente detrás un papel suelto, Sukzuni encuentra una carta:

Sukzuni, hermana:
Por favor, perdóname, e sabido muchas cosas, tengo mucho que contarte, pero mucho que no te contaré. Yo siempre seré tu hermano y siempre te querré, si me fui de allí fue porque me encontré preparado para seguir mi propia vida y decidir mi propio destino, aunque tenga que ir nadando en contra de él. Gracias a eso ahora soy feliz, no seguí en la mierda de orfanato para que me usen como arma, pero tampoco te e olvidado, Hermana, ponme atención, si yo me fui a los dieciocho años, tu te irás con los trece años, ahora te toca a ti, no te diré el porqué; hay muchas cosas que deberás aprender... Y también descubrir, hay muchos secretos, pero deberás ser fuerte... Sabrás por primera vez en tu vida lo que es ser feliz, te lo prometo, tendrás compañeros fieles y a la vez, te transformarás en la mejor Samurai... Se cautelosa, confía en los que debes confiar, aunque yo sea de tu sangre, los de tu misma sangre te traicionarán y ese no seré yo... Bueno eso era lo que necesitaba decirte, cuídate, sigue tus intuiciones y no te preocupes, siempre estaré cuidándote...

Te Quiero Mucho Hermana... Atte. Yamazaki Minoko.

P.D: El cinturón, cuídalo, no te diré lo que es ni para que sirve, no soy la persona indicada para contarte la historia...

Sukzuni le sale una lágrima, no sabía que pensar, estaba conmocionada, tenía mucho que preguntarle a su hermano, pero lo más importante es que por fin sería feliz, tendrá compañeros, amigos, saldrá del orfanato y seguirá sus propios sueños, pero ella sabe que no será fácil. Sukzuni se seca su lágrima, se pone su cinturón, agarra su Katana de entrenamiento, agarra su mochila y mete dentro unas manzanas y algo de ropa, aprieta los puños y mira fijamente la foto de su hermano, Yamazaki...

- Hoy es el día, donde lucharé por alcanzar mis sueños...- Dice Sukzuni mientras se pone la mochila en la espalda.