Sukzuni. Capitulo 5. LA PRIMERA BATALLA Y LA PRIMERA DERROTA.

¿Que te muestre qué? – Decía Sukzuni sin comprender.

Tus Pokémons Querida Sukzuni... – Decía Kiezen – Acuérdate de las Pokeballs que te dio Yamazaki, toma una de ellas, aprieta su botón del centro para agrandarla, y lánzala hacia el campo de Batalla... – Decía Kiezen.

Sukzuni se siente extraña, sacude la cabeza, y toma una de las Pokeballs, la Dragonball, la agranda, y la mira... La extraña Pokeball parte brillando levemente con un color dorado alrededor... Sukzuni no se asusta, ni tampoco dice nada. No se sentía precisamente extraña, pero era la primera vez que apreciaba esa sensación... Sukzuni lanza la Pokeball, y sale una luz segadora, en ella aparece en el campo de batalla el pequeño Dratini...

El Pequeño Dratini bosteza y se estira hacia arriba con su alargado cuerpo y sonríe a Sukzuni. Sukzuni saca su Pokedex con una gran sonrisa, la abre, y le sale la imagen de Dratini en la pantalla.

"Este mítico Pokémon de tipo Dragón crece rápidamente cambiando continuamente su piel, al cambiar su piel se libera de toda su energía interna y crece tanto de tamaño como la energía liberada o para alcanzar niveles ingobernables. En el momento cuando cambia de piel, se cubre de una cascada que el fabrica para protegerse durante su muda." – Decía la Pokedex con una voz electrónica.

Kiezen sonreía al ver la cara de felicidad de Sukzuni que estaba mirando a su Dratini y a la Pokedex, por un momento, Kiezen le pareció ver a Kento en Sukzuni... La verdad es que nunca se parecieron mucho que digamos, pero en esa ocasión, observando su primer Pokémon, no cabía ninguna duda de que por sus venas corría la misma Sangre que la de su Padre. Pero Kiezen no estaba feliz del todo, sabía que Sukzuni pasaría por muchas cosas, de lo que todavía no esta preparada ni tiene la menor idea de lo que le espera, pero ya ha llegado la hora: Ella tendrá que hacer lo imposible por luchar por lo que ella ama y al mismo tiempo, por alcanzar sus sueños.

Ya... Y ahora qué? – Decía Sukzuni apartando la mirada del Dratini hacia Kiezen.

Kiezen sonríe levemente, busca algo entre su túnica, era una de las Esferas. Kiezen la pone al frente de su rostro mientras la miraba fijamente con una expresión de amargura, baja el rostro un una leve sonrisa.

Bienvenido de vuelta, Viejo Amigo – Decía Kiezen mientras tiraba la Pokeball sin mucho interés.

Desde la esfera salió algo que estaba parado en dos patas con garras, le llegaba a la cintura de Kiezen, tenia con un raro rostro y extremidades de color café con amarillo, tenia el aspecto de un viejo, con unos largos bigotes, unas largas orejas y dos cucharas en cada mano. Era un Alakazam.

Sukzuni quedo con la boca abierta. ¿Porqué no se lo había mostrado antes? ¿Porqué no lo uso en contra el Samurai?. Sukzuni frunció el entrecejo y abrió la boca para decir algo, pero Kiezen la interrumpió.

No te lo mostré antes porque yo de aquí no pudo arrancar como tú. El Samurai que nos atacó, cuando vuelva a recobrar el conocimiento correrá a decirles a todos lo del Dratini y vendrán a buscarte, pero se supone que ya no estarás aquí. – Decía Kiezen mientras le sonreía cálidamente a su Alakazam.

Sukzuni seguía con el entrecejo fruncido, abrió la boca nuevamente en alegato pero por segunda vez la interrumpió.

No me preguntes porqué, pero mi Alakazam no puede atacar a humanos, ningún Pokémon puede. Cuando estabas contra el Samurai, la última posibilidad que quedaba era intentar usar el Pokémon de la Dragonball, y extraordinariamente, resulto. Cuando el Imperio Meiji se extendió hasta Skiathos, muchas personas liberaron sus Pokémons, como tu Padre, pero mi Alakazam se rehusó a hacerlo, aunque tuviera que estar en su Pokeball durante años, seguiría al lado mío. Testarudo de su parte – Decía mientras sonreía a Alakazam - pero bueno... Que se le va a hacer.

A Sukzuni le llamaba la atención de que ella pudo luchar contra el Samurai con su Dratini, especialmente porque parecía que Dratini estaba esperando ese momento al salir de su Pokeball... ¿Será la Dragonball? ¿O el origen de Dratini?. Ella tenía muchísimas preguntas dando vueltas en su cabeza, sabía que tenía respuestas a algunas gracias a Kiezen, pero también sabía que ya habría tiempo para conocer las respuestas de las demás. Mientras Sukzuni pensaba mirando a ambos Pokémon, Kiezen la miraba seriamente como esperando que ella hiciera algo.

Sukzuni... Que haces cuando ves un Pokémon nuevo? – Preguntaba Kiezen seriamente, como si ella hubiera echo un error mortal.

Ah, si. – Decía Sukzuni saliendo de su trance, buscando su Pokedex dentro de su ropa.

Sukzuni abre la Pokedex apuntando hacia el Alakazam.

"Alakazam, El Pokémon Psíquico. Evolución de Abra a Kadabra y después a Alakazam. Este Pokémon es extraordinariamente inteligente, tiene un Coeficiente Intelectual de 5.000 al igual que una Super-Computadora. Este Pokémon, con su gran cerebro que crece continuamente por lo largo de su vida, maneja poderosísimos poderes Psíquicos no muy agradables solo con la ayuda de su gran mente por lo que lo hace un tremendo contrincante..." – Decía la Pokedex mientras mostraba por su pantalla una imagen de Alakazam.

Kiezen sonreía mirando a Sukzuni, al igual que Alakazam, como si estuvieran pensando lo mismo. A Sukzuni no le gusto mucho esas miradas.

Bueno... – Decía Kiezen – Volvamos a lo que estábamos antes de la pequeña interrupción.

Alakazam repentinamente levanta sus cucharas y se pone en posición de ataque. Dratini parecía que había entendido el mensaje antes que Sukzuni, así que hizo lo mismo que Alakazam dando una concentrada mirada. Kiezen da una leve risa sarcástica.

Atácalo... – Murmura haciendo desaparecer la sonrisa de su rostro.

Dratini gruñía hacia Alakazam mientras este cruzaba sus cucharas, Sukzuni había entendido, Kiezen quería saber que tan fuerte es Dratini y quería darle la primera batalla a Sukzuni. Alakazam saca un rayo color aureola al cruzar sus cucharas que da a Dratini haciéndolo retroceder.

Arggg... Que Hago... – murmuraba Sukzuni – Ah si... Dratini, paralízalo con un Onda Trueno!! – Gritaba Sukzuni.

A Dratini le partieron saliendo pequeños rayos hasta extenderse por todo su cuerpo, el Dratini se sacude hacia Alakazam y le lanza todos los rayos dejándolo atrapado. Alakazam intentaba moverse, pero tiritaba mientras unos pocos rayos le rodeaban. Estaba Paralizado.

Muy bien Sukzuni, paralizar a Alakazam al principio de la batalla... – Decía Kiezen - Pero acuérdate que paraliza su cuerpo no su mente... Alakazam, Confusión!

El Dratini que en ese momento se sentía confiado, vio los ojos de Alakazam de un color morado y que ese mismo color lo partía rodeando a él. Dratini gritaba mientras flotaba en el aire cuando Alakazam apretaba cada vez más su puño.

Déjalo... – Murmuro Kiezen seriamente.

Parecía que Kiezen creía que ya era suficiente, pero ni Dratini ni Sukzuni creían lo mismo. Dratini, débil, se levantaba por su alargado cuerpo mandando una fulminante miraba hacia Alakazam haciéndolo retroceder unos pasos. Era malicioso. Alakazam, asustado y paralizado, no hacía nada.

Dratini, Repetición!!! – Gritaba Sukzuni.

Dratini se acerco a Alakazam rápidamente enrollándose alrededor de este y apretándolo con su cuerpo, pero a Kiezen todavía no se le borraba su sonrisa. Alakazam le partieron brillando nuevamente los ojos, y Dratini comenzó a gritar, pero no dejaba de presionar a Alakazam. El Dratini gritaba cada vez más, pero no soltaba a Alakazam, lo cual apretaba cada vez con mas fuerza. El Dratini gritaba y gritaba, Sukzuni apretaba los dientes con el entrecejo fruncido, intentando ingeniarse algo. De repente a Sukzuni se le ocurrió algo, ciclón, Dratini lo podría convocar desde la posición que estaba sin ningún problema. Sukzuni abrió la boca para dar la orden, pero repentinamente, Dratini dejó de gritar dándose un azul intenso a sus ojos. Kiezen dejo de sonreír.

Dratini, Ciclón!!! – Gritaba Sukzuni más confiada que nunca.

Salió un ciclón desde el cielo, arrasando con Alakazam y haciéndolo chocar contra una de las paredes del patio. Sukzuni sonreía.

Ya basta – Decía Kiezen mas serio que nunca mientras miraba a su Alakazam que se levantaba con un poco de esfuerzo – Rayo Psíquico – murmullo.

Alakazam lanzo nuevamente el Rayo color aureola al cruzar sus cucharas dándole de lleno a Dratini. Este voló hasta una pared quedando allí botado haciendo un inútil esfuerzo de intentar levantarse. Sukzuni corría hacia el a auxiliarlo.

- La batalla ha terminado. – Dijo Kiezen seriamente mientras miraba al Dratini botado al borde del campo de batalla.