Sukzuni
Capítulo 7
LA SANGRIENTA BATALLA.
Sukzuni se interna fácilmente en el bosque, caminando por el sendero se veía el celeste cielo que iluminaba todo el bosque. Ella iba con su mochila, su Katana, y sus Pokeballs, estaba realmente feliz... Mientras miraba a un nido de Pidgeys recordó que no le pregunto a Kiezen sobre la Dragon Heart ni tampoco por las bestias ni por su hermano Yamazaki. Caminaba pensando en todo lo que le había contado Kiezen, capás podría ver a su hermano, iría a lugares sin Samurais... No podría ser mejor.
Llevaba más o menos una media hora caminando por el mismo sendero y se partió sintiendo un poco sola, sin pensarlo dos veces, agarra la Dragonball y saca a Dratini y este parte saltando y andando alrededor de Sukzuni, estaba muy feliz, Sukzuni lo sube a su hombro y siguen camino. Mientras seguían avanzando por el tedioso sendero; Dratini, que estaba quedándose dormido, se levanta de un respingo y parte gruñendo hacia los matorrales que estaban al lado del sendero. Sukzuni no entendía que le pasaba, pero se sintió obligada a detenerse.
¿Que te ocurre? – Pregunta Sukzuni mirando a Dratini.
En ese momento los matorrales se parten agitando estrepitosamente y el Dratini salta del hombro de Sukzuni y ella no espera para desenvainar la Dragon Heart y ponerse al ataque, de repente, salen tres Houndour al mismo tiempo desde los arbustos gruñendo al frente de Sukzuni, uno de los Houndours llevaba una cicatriz que le cruzaba verticalmente por el ojo y estaba parado delante de los otros dos, daba la impresión de que era el líder. Sukzuni da un paso hacía atrás guardando la Katana que curiosamente, estaba tibia.
Uff, que susto me dieron perritos, déjame ver... - Decía mientras se concentraba buscando la Pokedex entre su capa sin sacar los ojos de los perros.
De repente las tres fieras saltan al ataque hacía el Dratini, que este solo estaba parado mirandolos fijamente y no paraba de gruñir.
Mierda, no me dieron tiempo, da igual. ¡Dratini, Onda Trueno! – gritó Sukzuni.
Dratini lanza unos pequeños rayos que amarran y derriban a los Houndours que estaban en el aire haciéndolos chocar contra el árbol más cercano, estos caen en las raíces todavía amarrados por los rayos. Uno de ellos, el líder, se libera con mucha facilidad sin mostrar daño alguno y se pone de nuevo en posición de ataque contra el Dratini. Los demás se intentan levantar pero estaban totalmente atados a los rayos, en ese momento sale un pequeño Houndour de los arbustos que se acerca y lame a uno de los Houndours que seguía atrapado por el onda trueno en las raíces del árbol. De repente Dratini parte gruñendo con mas fuerzas todavía, pero ya no era hacia el Houndour, en ese momento el pequeño Houndour sale volando y cae en el sendero con una grave herida de espada en el lomo ensangrentada. Sukzuni parte mirando alrededor buscando la causa de ese ataque. Aparecen de inmediato tres Samurais muy sonrientes en medio del sendero.
Así que tú eres la que acaba de arrancar de Skiathos ¿no? –Preguntaba uno de los Samurais con voz burlona, como si no se diera cuanta de lo que acaba de hacer.
Ahora pagaras el costo por intentar marcharte – Decía otro sacando su Katana.
Sukzuni no estaba preocupada por eso, miraba atentamente al pequeño Houndour que yacía muy mal herido en medio del camino, no podía creer que unos Samurais sean capaces de mandarles un ataque a un Pokémon que aparte sin posibilidades de defenderse, no les había echo ningún daño. Ella apretaba los puños mientras agarraba empuñadura de la Dragon Heart que estaba dentro de su funda, Sukzuni se dio cuenta de que estaba ardiendo y que vibraba levemente y Dratini gruñía más intensamente.
Penoso perro faldero, - Decía uno de los Samurais. Sukzuni parte desenvainando la Dragon Heart. - me das asco, muere... - Decía uno de los Samurais levantando su Katana contra el pequeño Houndour cuando se dio cuanta se seguía moviéndose.
Sukzuni desenvaina completamente la Dragon Heart.
DESGRACIADO HIJO DE PUTTA!!! – Gritaba Sukzuni mientras corría con su Katana en las manos hacia el Samurai que iba a atacar nuevamente al Houndour.
Sukzuni intercepto el ataque del con su Katana mientras el Samurai forcejeaba contra ella, mientras sus Katanas estabas cruzadas, Sukzuni se dio cuenta que la Dragon Heart tenia fuerza propia, ella sentía una fuerza adicional aparte que la suya cuando forcejeaba con el Samurai. La empuñadura ardía cada vez más pero sin hacer daño a Sukzuni. El Samurai salta hacia atrás y hace que la Dragon Heart caiga al suelo, y se lanza nuevamente hacia Sukzuni con la Katana levantada, ella no alcanzaba a tomar su Katana, esperaba el ataque defendiéndose con su brazo derecho levantado inútilmente. De repente, una mancha negra se cruza una velocidad increíble en medio de ellos dos y desaparece. En una milésima de segundo, a Sukzuni se le encoge el estómago, cuando la mancha se cruza frente de ella, ve el rostro de aquella mancha que tenia su cara tapada con una capa negra dejando solo al descubierto su boca, su mentón y parte de su nariz y ella siente un punzante dolor en la parte derecha de su nuca. El Samurai no se había percatado de la presencia de la persona, con lo que siguió corriendo hacia Sukzuni hasta que de repente para bruscamente con los ojos muy abiertos y con una gota de sangre que se le deslizaba desde su boca, dejo caer su Katana y parte expulsando sangre a choro desde una herida de espada que se le abrió repentinamente y que le cruzaba diagonalmente desde su hombro izquierdo hasta su pierna derecha y cae muerto boca abajo desangrado en medio del camino.
Sukzuni, sorprendida al igual que los otros dos Samurais, se da cuenta de que ella tenía algo que tiritaba y ardía en sus manos, tenía la Dragon Heart Katana levantada y goteando sangre.
En ese momento el Dratini se pone delante de ella al igual que el líder Houndour gruñéndoles ferozmente a los dos Samurais que quedaban a unos tres metros de ella. Los Samurais empiezan a desenvainar sus Katanas pero el Houndour lanza unas pequeñas llamas quemándoles las manos impidiéndoles que sacaran sus Katanas y Dratini lanza un gran ciclón hacia de ellos arrojándolos hacia la parte interna del bosque perdiéndolos de vista. Dratini gira y se acerca hacia Sukzuni mientras ella guardaba su Katana en su funda y miraba al pequeño Houndour que seguía herido en el suelo. Mientras el Samurai muerto seguía desangrándose impresionantemente, el líder Houndour se acerca hacia el pequeño Houndour herido y lo empuja con la nariz y lo parte lamiendo lastimosamente con un triste gemido, pero el pequeño seguía vivo. Sukzuni se daba cuenta de que el Dratini miraba y empujaba la mochila en su espalda esperando de que apareciera algo dentro, ella se acordó de los pociones y no tardo en sacar una poción, tomar al pequeño Houndour en brazos, y rociarle la poción encima de la gran herida mientras el pequeño parte gimiendo de dolor y el líder Houndour parte gruñendo ferozmente.
Hey, relájate, solo duele por el momento, pero lo esta curando, mira... - Decía Sukzuni mientras dejaba nuevamente al Houndour en el suelo mientras su herida partía cicatrizando lentamente.
Los dos Houndour que estaban atrapados por los rayos se liberan y van hacia el pequeño Houndour, lo ayudan a pararse y se van entre la hierba hacia el bosque nuevamente.
Ehh... Bueno, hasta luego. – Decía desconcertada Sukzuni mientras guardaba el resto de la poción que le quedaba y el Dratini se le sube al hombro nuevamente.
Sukzuni, impresionada por lo que acaba de ocurrir, no entendía ni lo del Samurai que apareció repentinamente ni tampoco de cómo había logrado matar a ese samurai. Pero no se preocupo mucho en pensar en eso en ese momento, porque mientras seguía caminando por el sendero para llegar a cuidad Tribial, se dio cuenta que algo le tiraba su túnica por la espalda, ella se gira; El Houndour que tenía una cicatriz que le cruzaba verticalmente por el ojo desde la frente hasta la mejilla, se le tiro encima a Sukzuni hasta botarla y lamerle felizmente el rostro. Sukzuni se dio cuenta, que aparte de que acaba de empezar su gran viaje, ya había recibido su primer ataque de Samurais, pero que también ya tenía un nuevo compañero.
Sukzuni se interna fácilmente en el bosque, caminando por el sendero se veía el celeste cielo que iluminaba todo el bosque. Ella iba con su mochila, su Katana, y sus Pokeballs, estaba realmente feliz... Mientras miraba a un nido de Pidgeys recordó que no le pregunto a Kiezen sobre la Dragon Heart ni tampoco por las bestias ni por su hermano Yamazaki. Caminaba pensando en todo lo que le había contado Kiezen, capás podría ver a su hermano, iría a lugares sin Samurais... No podría ser mejor.
Llevaba más o menos una media hora caminando por el mismo sendero y se partió sintiendo un poco sola, sin pensarlo dos veces, agarra la Dragonball y saca a Dratini y este parte saltando y andando alrededor de Sukzuni, estaba muy feliz, Sukzuni lo sube a su hombro y siguen camino. Mientras seguían avanzando por el tedioso sendero; Dratini, que estaba quedándose dormido, se levanta de un respingo y parte gruñendo hacia los matorrales que estaban al lado del sendero. Sukzuni no entendía que le pasaba, pero se sintió obligada a detenerse.
¿Que te ocurre? – Pregunta Sukzuni mirando a Dratini.
En ese momento los matorrales se parten agitando estrepitosamente y el Dratini salta del hombro de Sukzuni y ella no espera para desenvainar la Dragon Heart y ponerse al ataque, de repente, salen tres Houndour al mismo tiempo desde los arbustos gruñendo al frente de Sukzuni, uno de los Houndours llevaba una cicatriz que le cruzaba verticalmente por el ojo y estaba parado delante de los otros dos, daba la impresión de que era el líder. Sukzuni da un paso hacía atrás guardando la Katana que curiosamente, estaba tibia.
Uff, que susto me dieron perritos, déjame ver... - Decía mientras se concentraba buscando la Pokedex entre su capa sin sacar los ojos de los perros.
De repente las tres fieras saltan al ataque hacía el Dratini, que este solo estaba parado mirandolos fijamente y no paraba de gruñir.
Mierda, no me dieron tiempo, da igual. ¡Dratini, Onda Trueno! – gritó Sukzuni.
Dratini lanza unos pequeños rayos que amarran y derriban a los Houndours que estaban en el aire haciéndolos chocar contra el árbol más cercano, estos caen en las raíces todavía amarrados por los rayos. Uno de ellos, el líder, se libera con mucha facilidad sin mostrar daño alguno y se pone de nuevo en posición de ataque contra el Dratini. Los demás se intentan levantar pero estaban totalmente atados a los rayos, en ese momento sale un pequeño Houndour de los arbustos que se acerca y lame a uno de los Houndours que seguía atrapado por el onda trueno en las raíces del árbol. De repente Dratini parte gruñendo con mas fuerzas todavía, pero ya no era hacia el Houndour, en ese momento el pequeño Houndour sale volando y cae en el sendero con una grave herida de espada en el lomo ensangrentada. Sukzuni parte mirando alrededor buscando la causa de ese ataque. Aparecen de inmediato tres Samurais muy sonrientes en medio del sendero.
Así que tú eres la que acaba de arrancar de Skiathos ¿no? –Preguntaba uno de los Samurais con voz burlona, como si no se diera cuanta de lo que acaba de hacer.
Ahora pagaras el costo por intentar marcharte – Decía otro sacando su Katana.
Sukzuni no estaba preocupada por eso, miraba atentamente al pequeño Houndour que yacía muy mal herido en medio del camino, no podía creer que unos Samurais sean capaces de mandarles un ataque a un Pokémon que aparte sin posibilidades de defenderse, no les había echo ningún daño. Ella apretaba los puños mientras agarraba empuñadura de la Dragon Heart que estaba dentro de su funda, Sukzuni se dio cuenta de que estaba ardiendo y que vibraba levemente y Dratini gruñía más intensamente.
Penoso perro faldero, - Decía uno de los Samurais. Sukzuni parte desenvainando la Dragon Heart. - me das asco, muere... - Decía uno de los Samurais levantando su Katana contra el pequeño Houndour cuando se dio cuanta se seguía moviéndose.
Sukzuni desenvaina completamente la Dragon Heart.
DESGRACIADO HIJO DE PUTTA!!! – Gritaba Sukzuni mientras corría con su Katana en las manos hacia el Samurai que iba a atacar nuevamente al Houndour.
Sukzuni intercepto el ataque del con su Katana mientras el Samurai forcejeaba contra ella, mientras sus Katanas estabas cruzadas, Sukzuni se dio cuenta que la Dragon Heart tenia fuerza propia, ella sentía una fuerza adicional aparte que la suya cuando forcejeaba con el Samurai. La empuñadura ardía cada vez más pero sin hacer daño a Sukzuni. El Samurai salta hacia atrás y hace que la Dragon Heart caiga al suelo, y se lanza nuevamente hacia Sukzuni con la Katana levantada, ella no alcanzaba a tomar su Katana, esperaba el ataque defendiéndose con su brazo derecho levantado inútilmente. De repente, una mancha negra se cruza una velocidad increíble en medio de ellos dos y desaparece. En una milésima de segundo, a Sukzuni se le encoge el estómago, cuando la mancha se cruza frente de ella, ve el rostro de aquella mancha que tenia su cara tapada con una capa negra dejando solo al descubierto su boca, su mentón y parte de su nariz y ella siente un punzante dolor en la parte derecha de su nuca. El Samurai no se había percatado de la presencia de la persona, con lo que siguió corriendo hacia Sukzuni hasta que de repente para bruscamente con los ojos muy abiertos y con una gota de sangre que se le deslizaba desde su boca, dejo caer su Katana y parte expulsando sangre a choro desde una herida de espada que se le abrió repentinamente y que le cruzaba diagonalmente desde su hombro izquierdo hasta su pierna derecha y cae muerto boca abajo desangrado en medio del camino.
Sukzuni, sorprendida al igual que los otros dos Samurais, se da cuenta de que ella tenía algo que tiritaba y ardía en sus manos, tenía la Dragon Heart Katana levantada y goteando sangre.
En ese momento el Dratini se pone delante de ella al igual que el líder Houndour gruñéndoles ferozmente a los dos Samurais que quedaban a unos tres metros de ella. Los Samurais empiezan a desenvainar sus Katanas pero el Houndour lanza unas pequeñas llamas quemándoles las manos impidiéndoles que sacaran sus Katanas y Dratini lanza un gran ciclón hacia de ellos arrojándolos hacia la parte interna del bosque perdiéndolos de vista. Dratini gira y se acerca hacia Sukzuni mientras ella guardaba su Katana en su funda y miraba al pequeño Houndour que seguía herido en el suelo. Mientras el Samurai muerto seguía desangrándose impresionantemente, el líder Houndour se acerca hacia el pequeño Houndour herido y lo empuja con la nariz y lo parte lamiendo lastimosamente con un triste gemido, pero el pequeño seguía vivo. Sukzuni se daba cuenta de que el Dratini miraba y empujaba la mochila en su espalda esperando de que apareciera algo dentro, ella se acordó de los pociones y no tardo en sacar una poción, tomar al pequeño Houndour en brazos, y rociarle la poción encima de la gran herida mientras el pequeño parte gimiendo de dolor y el líder Houndour parte gruñendo ferozmente.
Hey, relájate, solo duele por el momento, pero lo esta curando, mira... - Decía Sukzuni mientras dejaba nuevamente al Houndour en el suelo mientras su herida partía cicatrizando lentamente.
Los dos Houndour que estaban atrapados por los rayos se liberan y van hacia el pequeño Houndour, lo ayudan a pararse y se van entre la hierba hacia el bosque nuevamente.
Ehh... Bueno, hasta luego. – Decía desconcertada Sukzuni mientras guardaba el resto de la poción que le quedaba y el Dratini se le sube al hombro nuevamente.
Sukzuni, impresionada por lo que acaba de ocurrir, no entendía ni lo del Samurai que apareció repentinamente ni tampoco de cómo había logrado matar a ese samurai. Pero no se preocupo mucho en pensar en eso en ese momento, porque mientras seguía caminando por el sendero para llegar a cuidad Tribial, se dio cuenta que algo le tiraba su túnica por la espalda, ella se gira; El Houndour que tenía una cicatriz que le cruzaba verticalmente por el ojo desde la frente hasta la mejilla, se le tiro encima a Sukzuni hasta botarla y lamerle felizmente el rostro. Sukzuni se dio cuenta, que aparte de que acaba de empezar su gran viaje, ya había recibido su primer ataque de Samurais, pero que también ya tenía un nuevo compañero.
