Capitulo 2: "Una vuelta por el callejón Diagon"
Cerró los ojos para no marearse, y deseó que el paseo por la espiral terminara. Su deseo fue cumplido cuando sintió que era absorbido por un embudo y que se caía al suelo.
Un montón de hollín se le metió en la garganta y empezó a toser. También le dolía la cabeza, por el golpe que se había dado en la pequeña chimenea de la habitación. Hizo un esfuerzo para levantarse y salió de la enorme chimenea en la que había caído quitándose el hollín de la ropa. El ambiente que encontró alrededor era silencioso y oscuro. Para ir al Callejón Diagon, había llegado en polvos flu a muchas tiendas, pero nunca a una como esa. Era pequeña, tenebrosa y necesitaba una buena limpieza, en la parte de detrás del mostrador de la tienda se encontraban apiladas millones de cajas con símbolos raros. Sirius empezó a pensar que se había equivocado de callejón hasta que salió de la tienda, y vió la forma de la calle que efectivamente pertenecía al Callejón Diagon. Sirius miró el letrero de la tienda de la que había salido: Ollivander's.
El callejón Diagon era grande y siempre estaba frecuentado por millones de magos haciendo sus compras. A Sirius le encantaba estar allí, tenia millones de sitios donde ir y la gente de las tiendas siempre solía ser amable con él, una actitud que jamás encontró en su propia casa.
Se mezcló entre la variedad de la gente y caminó distraído mirando los escaparates. Delante de el, caminaban dos brujas con sombreros estrambóticos y que no paraban de hacerle fotos al callejón cuando veían algo que les parecía interesante, hablaban muy rápido y con acento americano, Sirius sospecho que eran extranjeras. Las dos mujeres se sobresaltaron cuando el Banco de Gringotts apareció al fondo del callejón y Sirius casi tropieza con ellas, pero era porque el también había divisado algo interesante. A la izquierda de la calle, un montón de adolescentes y niños habían hecho un circulo alrededor de una tienda. Eso solo podía significarse tres cosas: Que fuera una tienda de golosinas mágicas, que fuese una tienda de escobas o que regalaran algo gratis. Sirius se alejó de la multitud y fue a ver lo que los niños estaban observando. Había acertado, en el letrero de la tienda pudo divisar el emblema de una escoba y los niños que se apretujaban contra el cristal estaban observando lógicamente una escoba. Sirius se pusó de puntillas para verla, pero solo consiguió divisar un letrero en el que ponía: "¡Nueva Nimbus 1000! 80 galeones" y entre paréntesis habían escrito: (con garantía de 7 meses). Así que se intento meter entre la gente a la fuerza, pero un muchacho con el pelo largo y grasiento le dio un empujón, Sirius tropezó y cayó contra una señora.
- ¡Ay! chico, ten mas cuidado- Sirius se volvió al escuchar la voz aguda y miró a la señora con la que había tropezado. Tenia la cara redonda, la boca grande y sonriente y el pelo rubio y muy rizado.
- Perdón- se disculpo Sirius con torpeza.
- No pasa nada, cariño ¿cuántos años tienes?- le pregunto la mujer con dulzura.
Sirius se sonrojo- eh... once.-
-Mira Dolo, casi es de tu edad, bueno tu eres un poco más mayor... pero no importa. ¡Vamos! Saluda al chico.
Sirius miro a ambos lados, esperando encontrar a la persona con la que aquella mujer estaba hablando pero no encontró a nadie. Empezó a pensar que la mujer estaba un poco loca hasta que volvió a hablar.
- ¡Uy perdona cariño!. Es que es un poco tímida- la mujer cogió a una niña de la mano y la sacó de detrás de sus piernas donde parecía estar escondida.- Mira, se llama Dolores, es mi hija. Pregúntale como se llama Dolo.– le dijo a su hija tirándole de la mano. En esta se podían apreciar caracteres de su madre, tenia la cara redonda, los ojos y la boca grande y el pelo rizado, corto y castaño. Estaba un poco regordeta y lucia una túnica que complementaba con su vestido azul, en el pelo llevaba un lazo del mismo color. La niña se saco la piruleta que llevaba de la boca, pero no le pregunto nada.
- Eh... me llamo Sirius- le dijo a la niña que se negaba hablar.
- Hola- dijo esta mirando al suelo.
- ¡Oh, es un nombre muy bonito para un chico!- dijo la madre encantada.- Yo me llamo Jane Umbridge. Dime, ¿cuál es tu apellido?, tal vez conozca a tu familia.
- Eh... mi apellido es...- A Sirius jamás le había pasado eso, pero no quería decir su apellido, no quería que la gente supiera a que familia pertenecía.- mi apellido es...- Piensa un apellido rápido, se dijo a si mismo – ...Sweet.
- Oh... Sirius Sweet, si que eres dulce- la mujer rió y Sirius se sonrojó por segunda vez- Bueno lo cierto, es que no conozco a tu familia ¡qué raro! ¿tu padre es muggle?
Sirius no pudó responder porque un hombre corpulento que parecía el padre de aquella familia, cogió a su esposa del brazo:
- Vamos cariño, no te entretengas a hablar.- la mujer siguió a su marido sin ni siquiera despedirse de Sirius. Aquella mujer era muy rara pero le pareció divertida. Sirius se alejó de la tienda de escobas con buen humor, y siguió caminando, esta vez con hambre hacia el final del callejón. Cuando estaba llegando al final de la calle, donde yacía Gringotts con su habitual color mármol. Encontró a la izquierda una heladería, donde había mesas donde sentarse y hablar. Sirius se pidió un helado de vainilla y se sentó en una mesa solo. Hacia mucho tiempo que no comía nada dulce, exactamente desde que su madre seguía la dieta del Corazón de bruja, o decía que la seguía y comía a escondidas en el baño, el verdadero resultado es que la dieta no le hacia efecto y seguía con el mismo peso de siempre, aunque ella asegurara que había adelgazado.
Sirius saboreaba su helado de vainilla cuando algo le dió en la cabeza y oyó como una bola de servilleta caía al suelo. Sirius se dio la vuelta y echo un vistazo a las mesas para averiguar quien se la había lanzado. Todo el mundo, parecía estar distraído, algunos comían, otros hablaban, otros reían pero nadie disimulaba o lo miraba. Una gota derretida de helado le resbalo por la mano, y Sirius se volvió a fijar en él. Cuando paso un tiempo, volvió a sentir que le tiraban otra bola de servilleta, esta vez, esta le dió en la espalda. Sirius se volvió a fijar en la multitud pero tampoco halló al culpable, aun así, estuvo un tiempo analizando a la gente, hasta que encontró a un chico bajito con gafas y con todo el pelo azabache revuelto comiéndose un helado de 3 bolas, solo en una mesa, como el. Algo le hacia sospechar de ese chico, si era el ¿por qué le quería tomar el pelo?. Sirius se fijó que en su mesa, tenia un servilletero, sin duda era él. Sirius intentó atraer su atención mirándole e intentando que este le mirara para adivinar si se estaba burlando pero el chico seguía mirando a un punto fijo comiéndose el helado. Sirius desistió y volvió a ponerse de frente, pero esta vez hizo una bola con una servilleta. Después de un rato, se olvido del chico y cuando termino su helado fue a levantarse. Esta vez la servilleta le paso por encima del hombro, Sirius arqueó las cejas, aquello ya era demasiado. Y sin pensarlo, cogió la bola y se la tiro al chico con gafas. La bola rebotó en la frente y fue a parar a su helado, toda su túnica se manchó de helado de chocolate. Pensó que el chico se enfadaría, incluso pensó que se iba a ver metido en una pelea, pero la reacción de este fue muy distinta porque se echo a reír. Sirius abrió mucho los ojos ¿se estaba riendo de el?.
- ¿De que te ríes?- le pregunto Sirius enfadado.
- De mi... y de ti- confesó el chico.
- ¿Por qué? ¿Qué tienes contra mi?.
- Nada, solo intentaba que hablaras con migo, es que te veía sentado en la mesa solo y pensé que estarías aburrido.
Sirius se sorprendió- ¡Vaya! pues en vez de tirar papeles hubiera preferido que me llamaras.- esta vez el tono de voz no era enfadado.
Este chupó su helado y dijo.- Mmmmm... no se como te llamas.
-Sirius –dijo enseguida.
- Que nombre tan raro, el mío es James.
- Ah, ¿dónde vives?- pregunto Sirius interesado.
- En el Valle de Godric.– dijo este rápidamente y se desordeno el cabello (mas de lo que estaba).
Sirius puso cara de extrañado. No había oído ese nombre en su vida.
- ¿Y tu? ¿Dónde vives?
- En Londres.
-¿Dónde están tus padres?
- Eh... ellos están de compras pero me dejaron aquí, no volverán hasta... muy tarde.
- Los míos también, me están comprando las cosas que necesito para Hogwarts, yo me he comprado la varita.- James saco del bolsillo de su túnica manchada una varita larga.- Me la he comprado en Ollivander's y también le he echado un vistazo a la nueva Nimbus 1000.
- ¿Vas a ir a Hogwarts? ¡Yo también voy a ir!- dijo Sirius un poco mas emocionado de lo que requería la situación.
- ¿Tu también eres de primer año?.
- Si, tengo una prima que esta estudiando allí, este va a ser su séptimo año.
- Yo no, no tengo apenas familia, mis dos padres son hijos únicos y yo también lo soy. Me encantaría tener un hermano.
- No te pierdes nada, yo tengo un hermano y es horrible.
- Ah- James se quedó parado sin saber que decir y durante ese rato se miraron, James fue el primero en apartar la mirada- ¿Te gusta el Quidditch?
- Si, pero no soy muy bueno, a mi prima le compraron una escoba, cuando me la dejó solo estuve tres segundos en el aire. Mas bien, me gusta ver jugar a la gente...
- Dicen que a los de primer año no les dejan ingresar en el equipo de Quidditch, pero cambiaran de opinión cuando me vean jugar a mi.
- Mmmm...
- Hola James, ¿qué pasa, te has hecho un amigo?- una mujer castaña con el pelo muy largo, apareció por detrás de James.
El chico con gafas parecía un poco molesto.- Si, mama.- dijo con brevedad y con cara de enfado.
- Mira, te he comprado todo lo que necesitas para Hogwarts, incluso, te he comprado mas cosas de las que necesitas...No me gustaría que lo pasaras mal en ese colegio SIN MI.- la mujer abrazó a su hijo con todas sus fuerzas por detrás.
- ¡MAMA! ¡Ay déjame!.- Sirius y su madre rieron y James pusó cara de pocos amigos.
La madre de James, fijó sus dos ojos castaños en Sirius- ¿quién eres tu?.- Sirius se levantó.
- Sirius Bl...- la boca de Sirius se cerró al llegar a su apellido.
- ¿Sirius qué?- dijo la mujer castaña distraída entre la multitud de compras que había hecho.
- Sirius... Blue.
- ¿Blue? ¿quiénes son tus padres? No conozco a ninguna familia de magos con el apellido Blue.
- Es que ellos son.... muggles.- Sirius se paró en seco, sus padres siempre habían dicho que los muggles eran lo más degradante del mundo mágico, tal vez había cometido un error diciendo eso. Pero la reacción de la madre de James no era la que el esperaba.
- Entiendo, no pasa nada imagino que entrar en este nuevo mundo ha sido una gran complicación para ti. Dime, ¿cuánto tiempo llevas en Hogwarts?
- No señora,- dijo Sirius concediéndole un gran respeto- voy a entrar este año.
- Igual que James- esta se volvió a su hijo- ¿has oído eso? Seréis compañeros de colegio.
James contestó con un gruñido, se notaba que aun estaba molesto con su madre. El silencio se apoderó de la conversación hasta que James volvió a hablar.
- Y dime ¿qué casa te gusta mas?
- ¿Casa?- dijo Sirius sin saber de lo que este le hablaba.
- Si, en Hogwarts hay cuatro casas. Gryffindor Rawenclav Hufflepuff y Slytherin (Perdón si alguna esta escrita mal).- Sirius entonces comprendió de lo que James le estaba hablando, pero James no dejo de hablar.- Rawenclav es la casa de los inteligentes, Slytherin la de los orgullosos, estos me caen muy mal, Gryffindor la de los valientes y Hufflepuff... la de las sobras. ¿sabias...?
- Si, si, había oído hablar de ellas.- dijo Sirius queriendo apartarse de ese tema.
- A mi me encanta Gryffindor, toda mi familia ha ido allí, es la de los valientes, honestos... ojalá me eligieran para esa casa.
- Ojalá a mí también- dijo Sirius con un tono de tristeza en la voz.
- Pues a lo mejor vamos a la misma casa ¿te pasa algo?
- No, nada...
- Hola a todos- Sirius reconoció al hombre que habló a continuación, era sin lugar a dudas el padre de James por su parecido a él. Tenia el pelo azabache desordenado, los ojos pequeños y adornados con unas lentes similares a las de su hijo.
- Cariño, mira el pelo que llevas, arréglatelo un poco...-la madre de James se centró en su marido- este chico que acaba de venir se llama Sirius Blue, es muy simpático, dice que este año va a ingresar en Hogwarts.
- Hola- dijo el hombre y le tendió la mano- Soy George Potter.
- Un placer- dijo Sirius intentando ser breve.
- James es hora de irnos a casa, ya hemos comprado todo lo que necesitábamos.
- Eh si... adiós Sirius- dijo James, un poco decepcionado de no poder quedarse mas rato con su nuevo amigo.
- Adiós cariño- le dijo la mujer con simpatía.
- Adiós.
Mientras la familia Potter se alejaba por las entrañas del callejón, Sirius se preguntaba porque les había mentido acerca del apellido, cuando estuviera en Hogwarts James descubriría que su verdadero apellido era Black. Además, esa familia era diferente de las que había conocido, esa familia era mas ¿tolerante?....
Hola, este capitulo es un poco mas divertido para los pocos que estén leyendo mi fic. Contestó a los rewiev.
Uruguaya: Hola Mariela me alegro de que te guste mi historia. Cuando me mandastes el rewiev me meti en tu nombre y empece a leer tu fic Sexto año: Ya era hora esta muy interesante, te mandare un review con mi opinion. Por cierto en lo de nuera tenias tu razon Tonks es la sobrina de la madre de Sirius (el no tiene ningun hermano mayor). Tambien te queria decir que soy un tio asi que en todo caso seria "malo". Gracias y Ta' logo.
Vicky: Me alegro de que me escribas aunque haya sido tarde ¿y que es eso de que me voy por ahí? Seras mala... que comentarios haces en lugares publicos llenos de gente. Y haber cuando escribes tu algun fic que no se para que te has hecho la cuenta XD!!!
